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FILOSOFÍA DE LA
HISTORIA
Filosofía y posmodernidad
Manuel Cruz y
a
le
[Edición de la conferencia homónima pronunciada por el Dr. Manuel CruZJ s
el 5 dejulio de 1998, en la Universidad Adventista del Plata]. d
e
r.
E N F O Q U E S
La posmodernidad, por así de éstas segundas, que parecen hechas
cirlo, es mejor que ella misma. Pue La tendencia al "post" de para engrasar mejor el dispositivo de
de tener un cierto fundamento teóri
co. Creo que lo que nos propone la
la posmodernidad no es lo real. Y hay unas terceras, que na
cieron con voluntad de ruptura, para
posmodernidad, como su propio algo de hace cuatro días. ponerlo todo del revés, y que por di
nombre indica, es cuestionar el pro No es un invento de la versas razones han terminado sien
yecto moderno, un proyecto que filosofía francesa de los do unas ideas muy acomodaticias,
arranca de la Ilustración. Un mode años '80. muy poco revolucionarias.
lo, tanto de convivencia, asentado
Tengo la sensación de que con
sobre el trípode: igualdad, fraterni-
la posmodernidad ha pasado algo de
dad y libertad, como un proyecto
esto. Cuando irrumpió en medio del
que confia en la razón, en el conoci-
escenario del debate de ideas, hubo un considerable al
miento, en el género humano, y que, por tanto, es rela
boroto, porque sin duda hay afirmaciones que com
tivamente optimista. Eso es lo que se va a poner en
prometen. Tal cosa ocurre con el tópico posmoderno
cuestión por parte de la posmodernidad. No fueron los
que sostiene que no existen valores, ni ideales, rú gran
autores de los años '80 o '70, no fue Lyotard, ni si
des discursos legitimadores, rú concepciones globales
quiera Vattimo, el primero que se cuestionó esto, sino
de la vida, ni del mundo, ni de la historia. Es la idea de
que es algo que se viene cuestionando desde hace un
que no hay forma de decidir entre dos concepciones
tiempo por autores muy sólidos. El tema de la crítica a
del mundo, o dos visiones, o dos teorías científicas,
la modernidad, a la Ilustración, ya aparecía en el libro
porque nunca estaremos seguros de cuál es el criterio
Dialéctica de la Ilustración, de dos filósofos alemanes,
superior que hace de juez. Esa es una idea que en un
Adorno y Horkheimer, quienes hace muchos años se
contexto plácido, en un contexto de certezas, de fir
plantearon que había que revisar la cuestión de la Ilus
mes convicciones, ciertamente sacudió el panorama.
tración.
Este es el ámbito que propongo para abrir el de ¿Se han agotado todos los discursos?
bate sobre la posmodernidad. Es una forma de plan Lo que ocurre es que ese tópico ya ha quedado
tear el asunto. Es una mirada un poco más global so ahí, efectivamente, no ya como un mero lugar común,
bre ella y se debe, entre otras cosas, al hecho de que sino como un tópico, como algo que se da por des
una crítica injusta, una crítica sobre un objeto previa contado. Me atrevería a decir que gran parte del pen
mente deformado, no le serviría a nadie. samiento actual lleva ya tiempo acampado en este te
rritorio. En el espacio de esta idea no hay lugar para
FECUNDIDAD Y SUPERACIÓN DE LA IDEA valores, rú para ideales. No hay persona culta que hoy
POSMODERNA
se sobresalte al escuchar esta afirmación. Más aún, me
Tomémonos por un momento en serio la pos atrevería a decir que es de buen tono empezar hacien
moderrúdad; tampoco hace falta exagerar las cosas, no do, según en qué ambientes nos estemos moviendo,
hace falta mitificarla, ni tampoco satanizarla. por supuesto, declaraciones de radical escepticismo o
La posmodernidad, las actitudes posmodernas, relativismo. Es como si hubiera una justa dosis de pos
irrumpen en un momento dado en el pensamiento con modernidad, de la que todos debiéramos revestirnos,
temporáneo, de una forma importante. Sobre todo por para no parecer demasiado anacrórúcos. Dicho de otra
que da lugar a una serie de consecuencias nada trivia manera, en cierto sentido la posmoderrúdad se ha con
les. Algu nas veces he dicho que hay ideas que cortan vertido en la nueva normalidad en materia de pensa
la respiración; ideas ante cuya mera mención parece miento; lo que empezó siendo absolutamente anormal
como si todo debiera detenerse. l\1ientras que otras se y generador de traumas, en este momento es la nueva
acomodan a lo que hay, con total plasticidad. Ideas, normalidad del pensamiento.
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Probablemente en su momen- por ejemplo, de los profesores de fi
to, este cuestionamiento radical, Ha llegado el momento en losofía. Hay un sector importante de
completo, acabado, de la herencia re
cibida, de las creencias heredadas,
que l/uscówitz y el Cu/ag profesores, de docentes de filosofía
(y estoy pensando en aquellos pro
fue útil. Nunca está de más la críti
no son ya el nombre de fesores que imparten filosofía en los
ca, nunca está de más la autocrítica, dos campos de exterminio, primeros niveles, como por ejemplo
sobre todo si la crítica se opone al sino que son el nombre de el secundario), que por razones his
dogmatismo; siempre está bien ser la representación del mal tóricas, que no costaría demasiado
críticos. Una cierta dosis de actitud
en el siglo XX. reconstruir, porque estudiaron en
ciertos años en España (y supongo
"iconoclasta" siempre resulta saluda
ble, entre otras cosas, porque nos que en Argentina, con las diferencias
coloca frente a la evidencia de que pertinentes, también se ha de dar
nuestros productos -y nuestras algo similar), se formaron en esos
ideas son productos- han sido, por así decirlo, cons convencimientos y estupores de los que señalaba an
truidos por nosotros. Somos los que hemos elaborado tes; crecieron filosóficamente recibiendo la insistente
las teorías, y en ese sentido, lo hecho por alguien es lluvia del escepticismo. Se les insistió demasiado en la
siempre susceptible de ser deshecho. carencia de fundamento de las propias ideas, en el pro
grama de la tabula rasa; o, al revés, se les previno mu
Ahora bien, la cuestión ha de ser que una vez
cho, porque dijeron que era sospechoso cualquier in
que estas ideas, que este cuestionamiento, se produjo,
tento fundamentador en materia de pensamiento.
una vez que se cumplió eficazmente esta función, que
Decían que en el momento en que ellos dejaran de ser
se reactivó el recuerdo de la verdadera esencia de las
estudiantes y pasasen a ser profesores, y .cuando les to
cosas, ¿conviene seguir demorándose en este escepti
cara tomar la palabra para decir algo, cuando tuvieran
cismo? ¿Es conveniente reiterar una y otra vez esa na
que demostrar, ante otros más jóvenes que no saben
rración de la obsolescencia completa de todo discurso
filosofía, y cuando tuvieran que decir lo que verdade
que .vaya más allá de describir la propia perplejidad?
ramente creen acerca de la naturaleza profunda de su
Tengo la sospecha de que más allá de un cierto limite,
propio discurso, en ese momento experimentarían la
y por eso es que creo que tal vez el momento de la
sensación de que no pueden dar un paso, de que no
posmodernidad ya pasó, esa reiteración de que no po
tienen nada que decir, porque se los formó en la doc
demos estar seguros de nada, pierde el carácter saluda
trina de que nada que se diga tiene fundamento. Se los
ble que pudiera haber tenido en algún momento; pier
formó en el convencimiento de que toda palabra es una
de incluso el carácter regenerador que pudo haber
palabra de más. Esto es algo preocupante.
logrado, para transformarse en devenir, en una simple
esterilidad, en una especie de innane complacencia en Programa posmoderno versus programa
la propia penuria. ¿En qué situación real estoy pensan- ·
moderno
do al decir esto? ¿Es realmente el programa posmoderno un pro
,¡, grama estéril, en este sentido? O, planteado de otra
Multiplicadores del escepticismo radical manera, esta crítica posmoderna, este aspecto de la pos
No planteo esta cuestión para que reparen en ella modernidad que cuestiona el discurso heredado, ¿es
filósofos profesionales, historiadores de las ideas, so realmente un cuestionamiento o una crítica completa
ciólogos de la cultura, no, hay otro sector que me pre mente satisfactoria? En otras palabras, realmente, ¿tie
ocupa más, en donde creo que esto se manifiesta de nen estos tópicos la suficiente entidad como para en
una forma más sangrante, porque creo que hay ámbi mudecer el discurso filosófico moderno? ¿Son los
tos en los que este asunto es vivido como un proble argumentos del hombre posmoderno los que dejan sin
ma real, no como un problema teórico. Es el ámbito, habla al hombre moderno, al ilustrado y sensato? Por
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supuesto, hay de todo. A lo mejor a este siglo que no son anécdotas. Con
e algún hombre moderno, a algún ilus Ser justamente histórico, esto quiero decir 0J reitero argumen
a trado, lo dejará sin habla; pero no
tengo la sensación, en absoluto, de
ser consecuentemente tos que han presentado otros filóso
fos), que si Auschwitz y el Gulag cues
s que el proyecto, la crítica del hom histórico, no es tratar la tionan el proyecto moderno, es
) bre posmoderno, sea una crítica que propia tradición como si porque Auschwitz y el Gulag se hicie
realmente no deje salida a la activi fuera un bien intocable ron en nombre de filosofías políti
) dad filosófica. Por esto expreso mi que hay que conserva� cas, proyectos políticos, que prove
l propuesta de denominar esta confe
rencia "filosofía y posmodernidad".
sino intentar hacer crecer nían de la Ilustración. Es decir,
dicho en una jerga filosófica (y pido
la propia tradición.
)
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Bien, para nuestra suerte, está claro qué punto las ideas h�redadas, la tra
que Auschwitz y el Culag no triunfa La filosofía mantiene dición en la que él está inscripto, to
ron, sino que, al revés, fueron derro
tados. Por tanto, quien ponga esa
relaciones con otros davía conserva virtualidades, le sirve
para entender el presente. Tampoco
objeción, quien se cuestione el pro discursos, y por eso, lo es solamente una cuestión de com
yecto moderno aludiendo a eso, a que pase en los otros petencia, sino que se trata, quizás, de
continuación tiene que decir: "bue discursos resuena en la un deber que tiene el filósofo, de in
no, pero a pesar de que esto se pro
filosofía.. tentar registrar qué de nuevo puede
dujo, la humanidad fue capaz de ocurrir a cada momento.
producir el antídoto". Consigno
Todos pertenecemos a una
esto, simplemente, por poner todos tradición
los datos, absolutamente todos los
Con respecto de este punto de
datos sobre la mesa.
vista, fundamentalmente histórico, tengo mi opinión.
El sentido del "progreso" Creo que sería un error plantear este debate, como de
cía Ortega y Gass.ett, en términos exclusivamente adá
El proyecto moderno, entendido así, como con
nicos. Él hablaba mucho acerca de este peligro, de esta
fianza en la razón, confianza en el género humano, ca
tentación del pensamiento contemporáneo: la del "ada
mina sobre un filo delicado, pero camina. Planteando
nismo"; esa tendencia es muy característica del hom
esto, incluso, en términos que en ciertos ambientes sue
bre y de la mujer del siglo XX. Los hombres de este
len generar gran polémica, me refiero a la denostada
siglo, genéricamente hablando, por supuesto, tienen
idea de "progreso'·', es ésta· una idea que, a mi modo
esta tentación. Piensan que ellos son los primeros,· los
de ver, dista bastante de haber caducado o ser una idea
que inauguran la cuestión. Creo que taf'cosa es un cra
obsoleta. Reconozco que no pasa por su mejor mo
so error, pues todos· estamos dentro de alguna tradi
mento, pero dista mucho de estar agotada. Todavía hay
ción y traemos como una especie de lastre ,de ·condi
algunos buenos argumentos para quien crea en el pro
cionamientos que es conveniente soltar, largar cuanto
greso. Por ejemplo, si damos una mirada histórica, cla
antes. En un sentido más profundo, la tradición de pen
ro está, no de cuatro días, ni de tres o cuatro años, sino
samiento nos constituye, nos da forma, nos hace ser
tomando longitudes históricas adecuadas, notamos que
quienes somos y esa tradición está presente en muchas
hay más democracia, hoy en el planeta, que en el pasa
cosas.
do. Se pueden utilizar diversas magnitudes, pero tene
mos unas cuantas que podrían reforzar este convenci No es forzoso que debamos entender "tradición"
miento. Obviamente, la metáfora de la botella medio en clave tradicionalista o conservadora. Personalmen
vacía o medio llena funciona aquí; también hemos al te la entiendo en un sentido neutro, como la herencia
canzado niveles de mal y de capacidad de producción del pasado, una herencia que nos constituye. Existe
de mal insólitos. Hasta hoy eso también es verdad. Pero mucha gente que cree que la crítica a la tecnología es
es una batalla que se está librando. Somos capaces de una actitud muy actual; sin embargo, se trata de una
producir el máximo mal, pero también está en nues actitud típicamente romántica, decimonónica. La no
tras manos producir el máximo bien; ahí nos estamos vela Frankenstein es eso, el miedo a la tecnología, el mie
jugando. Auschwitz y el Culag no fueron una fatalidad. do a que el hombre, cuando accede a un cierto nivel
Fueron producidos por acciones humanas, un mal ge de conocimiento, sea como el aprendiz de brujo, que
nerado por el propio hombre. Pero también la salida desencadena fuerzas que no puede controlar. No dis
de allí fue generada por el propio hombre. Por tanto, cuto aquí si tal actitud es buena o mala, si un tipo te
creo que es éste un asunto que está; por lo menos, meroso de la tecnología tiene razón o no. Lo que digo
abierto, y tengo la sensación de que al filósofo le com es que esa actitud no es nueva, aunque pueda ser acer
pete en ello una tarea primordial. Pasa por ver hasta tada; para el caso da igual, no entra en el debate. Por
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a mencionar un ejemplo, las actitudes que en esto: ser crítico en su máxi
) de otro tipo de signo, como pueden
Lo malo de la mo sign ificado. Si lo somos con la
re ser las actitudes fuertemente revolu
posmodernidad no es
filosofía moderna, y con la filosofía
·o cionarias, tampoco son una inven sin más, nos daremos cuenta de que,
1- ción del siglo XX, ni del XIX, ni del solamente que no nos efectivamente, no vale decir "no, yo
le )(VIII. Existe algo llamado "tradi permite continuar soy filósofo de la estirpe de Platón,
l ción emancipatoria", y así sucesiva pensando, sino que, en o de la estirpe de cualquier otro clá
le mente.
algún sentido, no nos sico"; está bien ser de la estirpe de
Platón o de Aristóteles, o de Santo
Quien no quiera asumir que permite continuar Tomás, de Descartes o de Kant, está
forma parte de la historia, que está
hecho y configurado por la historia,
viviendo, viviendo bien, bien, pero no es éste el debate que
e no por ello se saldrá de ella, lo que con intensidad; eso es lo deseo abrir. Lo que quiero decir es
1. ocurrirá es que la seguirá sin cono grave. que esa filosofía se ha dado en el
:- cerla bien; se conocerá mal a sí mis- mundo como producto teórico. La
l mo. Pero no por rechazar la historia filosofía mantiene relaciones con
:a uno consigue desembarazarse de otros discursos, y por eso, lo que
l ella. Esto es algo absolutamente fundamental y creo pase en los otros discursos resuena en la filosofía.
l que es muy pertinente decirlo en esta época, en este
La filosofía y su historia
e momento antihistoricista, en el que tan poco de moda
n está la historia. Conviene hacer énfasis en esto. La filosofía fue soberana en el ámbito del saber
,s durante siglos, luego perdió tal condición. ¿Por qué la
Pero también es muy importante que el filósofo
perdió? Porque en el campo de los saberes ocurrieron
mantenga una fuerte tensión intelectual respecto del
:- cosas, irrumpieron nuevas ciencias, nuevos conoci
presente, que tenga las antenas puestas a fin de detec
mientos, y esa dinámica llega hasta hoy.
tar lo que ocurre en cada momento, y sobre todo lo
)
que ocurre de nuevo, que es lo que lo empuja a cues En los años '60 tuvo lugar en España una polé
tionarse lo heredado. Creo no equivocarme al pensar mica muy interesante a propósito de la función de la
r filosofía en el conjunto del saber, en abstracto, y, más
que ésa es la verdadera relación que debería mantener
s en concreto, el lugar de la filosofía en los estudios su
se con la propia tradición. Ser justamente histórico, ser
consecuentemente histórico, no es tratar la propia tra periores, como se dice ahora, con un neologismo con
,, dición como si fuera un bien intocable que hay que el que no simpatizo mucho, su "implementación" en
conservar, sino intentar hacer crecer la propia tradición. los estudios superiores. Fue un debate muy interesan
3. te, el cual treinta años después deberíamos volver a te
Esto significa depurarla de aquello que ya no vale
e ner, pues es necesario volver a preguntamos: ¿qué ha
y enriquecerla con lo nuevo que viene ocurriendo. No
s cemos con la filosofía hoy? ¿Por qué? Porque no es la
hay contradicción en que ahora esté insistiendo en la
3. vieja pregunta, la de siempre, ya que decir ¿qué hace
tradición y antes haya comenzado afirmando que res
mos con la filosofía hoy?, significa qué hacemos con
pecto de las modas hay que ser cuidadoso; porque ali
la filosofía en las nuevas condiciones, no solamente
mentar la tradición no es mantenerla en formol, en ab
sociales o económicas, sino en las nuevas condiciones
soluto, sino que es algo así como ponerla a prueba una
teóricas. En los años '60, en los que la posmodernidad
y otra vez, en este caso particular, es poner a prueba
no era aún una moda Oa moda era por entonces, pro
nuestra propia tradición moderna.
bablemente, Marcuse, o el estructuralismo), los secto
SOBRE LA FUNCIÓN DEL FILÓSOFO res más dinámicos del pensamiento español plantea
Ahora bien, ¿en qué consiste ese poner a prueba, ban la filosofía como un saber, como un discurso que
activar, sacudir, la propia tradición? Ni más ni menos tenía que ser capaz de encontrar sus vínculos con otros
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discursos y otras prácticas. Concre- cia y de la política, ha sido la pos
tamente, tenía que saber encontrar su Una de las cosas que modernidad. Por eso el debate con
relación con las ciencias, y tenía que
ser capaz de encontrar su relación
tiene que hacer un ella es relevante, pero no es suficien
te. Hay que ir un paso más allá. Los
con la actividad práctica por excelen profesor de filosofía es tópicos de la posmodernidad son im
cia, que es la política. Ese era el de contagiar la pasión portantes, hay que medirse con ellos,
bate de hace treinta años, pero hoy filosófica. pero creo que el proyecto de la Ilus
no se puede mantener igu al. Porque tración va más allá. Es un proyecto
en treinta años han ocurrido cosas capaz de absorber e integrar como
muy significativas, de las cuales la un momento de su propia crítica a
posmodernidad es un episodio y una caja de reso- lo posmoderno. Pero puede y debe, desde luego, ir más
nancia. allá.
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irrebasable. No sabemos Jo que son dos "filosofemas", que son como
esos límites, porque estamos sumer El filósofo empieza a cápsulas de pensamiento, siempre ha
gidos en la historia, y no por encima
existir como tal en el de tratarse otra cosa, a saber: trans
mitir las enseñanzas de la propia
de ella. En ese sentido, los conteni
dos de la filosofía no pueden ser
preciso momento en que la vida. Esto lo han hecho los filóso
siempre los mismos, lo que puede realidad rompe a hablar, fos, aunque a veces quisieron ocul
permanecer igual o perenne es la ac en el momento en que la tarlo, aunque pareciera que hablaban
titud, pero no los contenidos. Qui experiencia despliega de otra cosa, pero hablaban de su
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esta capacidad de reconectarse una y otra vez con la el filósofo no posmoderno no tiene nada que temer,
vida; ésta es una pista que vale la pena seguir. en absoluto, al filósofo posmoderno. Tiene confianza
en sus posibilidades, porque confia en que la experien
En relación con la crítica que ha hecho la pos
cia se transmite a través del lenguaje y éste circula en
modernidad acerca del agotamiento de los grandes dis
la historia. Eso difícilmente ha de caducar, por más pe
cursos, de las grandes teorías, diremos que, tal como
simista y agnóstico que se pueda ser.
reza uno de los tópicos de Lyotard: se han acabado los
grandes relatos, las grandes concepciones teóricas. Creo El criterio de bondad de la propia experiencia es
que lo malo de un discurso filosófico no es el hecho que se deje decir. Lo importante es que el diálogo con
de que sea grande, pues no me atrae un discurso por tinúe, que la palabra siga siendo, porque si ella si6JUe
su tamaño. Tampoco pienso que sea una cuestión de siendo, ahí sigue habiendo pensamiento. Y si esto es
ambición. La moda posmoderna, de alguna manera, así, los posmodernos, en la medida en que querían ejer
proclamaba la sospecha en relación a los discursos de cer como enterradores o forenses, figuras, por cierto,
masiado ambiciosos. No creo que sea éste el eje de la bastante lúgubres y sórdidas, están condenados al fra
cuestión. Lo importante de un discurso pasa por la re caso. Eso será verdad si el filósofo es capaz de hacer
lación que éste propone con el mundo. Por eso afirmo aquello que puede convencer, contagiar la pasión filo
que conviene subrayar una relación vital en el discurso sófica. No es fácil, y en todo caso uno nunca termina
filosófico y lo que hay en él de su conexión vital con el de saber si lo ha conseguido.
mundo. En ese sentido, el filósofo moderno, hoy (y en
esto coincide con el filósofo sin más), puede tener una
actitud que otros (no exageradamente críticos, sino ma
lamente críticos de la modernidad), no pueden tener.
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