Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Muchas personas no entienden los efectos de los modales suaves pero firmes, incluso
cuando se cuida a un bebé. La madre irritable e impaciente pone al niño en sus brazos de
mal humor, mientras que los modales suaves tienden a calmar el nerviosismo del niño.
No solo debemos dar órdenes si no estar al lado de los niños con cada situación y explicar
el porqué esto crea conciencia en ellos y de esta manera se le enseña a tomar sus propias
decisiones conociendo ya lo que es bueno y lo que es malo.
Siempre debemos estar dispuestos a pedirle ayuda a Dios aunque sea con el más mínimo
detalle, ya que el maligno esta alerta esperando la oportunidad para sembrar la cizaña en
los corazones.
Los padres y las madres tienen el deber especial de enseñar a sus hijos con bondad y
cariño. Deben demostrar que, como padres, son ellos quienes tienen el control, quienes
gobiernan y quienes no son gobernados por sus hijos. Debes enseñar que todos requieren
obediencia.
Madres, que los pequeños jueguen afuera; que escuchen los cantos de los pájaros y
aprendan del amor de Dios expresado en sus hermosas obras. Enséñeles lecciones simples
del libro de la naturaleza y las cosas que los rodean; y a medida que sus mentes se
expanden, las lecciones de los libros se pueden agregar y grabar firmemente en sus
mentes.
Desde pequeños se le debe enseñar al niño a ser útil. Tan pronto como su fuerza y su
capacidad de razonamiento hayan adquirido algún desarrollo, se le debe dar algo para
hacer en casa. Se le debe animar a que trate de ayudar a su padre ya su madre; tener
abnegación y autocontrol; anteponer la felicidad ajena y los intereses ajenos a los propios,
animar y ayudar a sus hermanos y compañeros de juego, y ser amable con los ancianos,
los enfermos y los desdichados. Cuanto más impregne el hogar el verdadero espíritu de
servicio, más se desarrollará plenamente en la vida de los niños. De esta manera
aprenderán a encontrar la alegría de servir y sacrificarse por el bien de los demás.
Capítulo 5. La Biblia como texto
Los niños desde pequeños deben ser instruidos mediante la Biblia teniendo esta como su
primer libro a leer, creando así una conexión con la Santa palabra de Dios. Los padres
deben guiar a sus hijos con la ayuda de la Biblia para así poder moldearles el carácter de
nuestro salvador Jesucristo.
Desde muy pequeños los niños deben conocer que Jesús dio su ida para salvarnos a cada
uno de nosotros.
Los padres deben buscar la manera de explicarles a sus hijos las lecciones bíblicas para
que estos puedan comprenderlas de forma rápida.
Se le debe enseñar a los hijos que los mandamientos de Dios deben ser la base de su vida.
Cuando los hijos crecen se van de la casa de sus padres, pero las lecciones que se enseñan
en la niñez y juventud deben ser de bendición para toda la vida.
Desde pequeños los niños tienen la facilidad de aprender mediante la naturaleza. Toda
persona que no ha sido corrompida por el mal es capaz de reconocer la presencia de
alguien superior capaz de crear tal belleza que ofrece el mundo.
Se le debe enseñar a los niños a buscar a Dios en toda la naturaleza, así podrán ver a Dios
en el árbol y en la vid, en una rosa, en el sol y las estrellas. También pueden aprender a oír
su voz en los cantos de las aves y en el murmullo de los arboles.
Se debe alentar a los niños a buscar objetos en la naturaleza que ilustren las enseñanzas
bíblicas y a extraer similitudes de la naturaleza en la Biblia. Deben buscar, tanto en la
naturaleza como en las Sagradas Escrituras, todos los objetos que representan a Cristo, así
como aquellos que él usó para ilustrar la verdad.
Los padres pueden hacer mucho conectando a sus hijos con Dios animándolos a amar las
cosas de la naturaleza que Él les ha dado y a reconocer la mano del Dador en todo lo que
reciben. Así se puede preparar la tierra del corazón para recibir las preciosas semillas de la
verdad, que a su debido tiempo brotarán y darán un fruto.
Se le debe enseñar a los niños y jóvenes a apreciar las obras del Creador y Maestro y a
imitar las gracias atrayentes de la naturaleza para edificar su carácter. Con el tiempo el
amor de Dios conquistara sus corazones, y así usaran sus capacidades para beneficiar a
otros y para honrar a Dios.