rasgos más claros de la transformación del cuerpo del adolescente. Pero curiosamente, no es durante la adolescencia cuando las personas crecen más deprisa sino a lo largo de los dos primeros años de vida. La velocidad de crecimiento va disminuyendo a lo largo de la infancia hasta volver a aumentar de forma repentina durante la adolescencia. A partir de los 10-11 años la media de crecimiento vuelve a aumentar para las chicas y a partir de los 12-13 años vuelve a aumentar para los chicos. El crecimiento durante la pubertad suele empezar tres o cuatro años antes de la aparición de los caracteres sexuales secundarios, los chicos consiguen una altura más elevada que las chicas ya que su periodo de crecimiento prepuberal es más largo; En un mismo individuo el crecimiento no siempre es igual y uniforme y depende de diferentes factores fisiológicos y ambientales. Hoy se sabe, por ejemplo, que los típicos estirones que se perciben tras una enfermedad y que también suelen haber variaciones estacionales en el crecimiento, siendo más frecuente el aumento de altura en primavera y verano. El crecimiento está programado genéticamente: existe una clara correlación entre la estatura de los padres y la de los hijos. Pero también factores ambientales relacionados con los hábitos de vida, los cuales resultan esenciales para garantizar un crecimiento óptimo del cuerpo. Por esto no es extraño que, un mismo país y dependiendo de factores sociales y económicos, la estatura de los jóvenes se modifique a lo largo de los años. La morfología del cuerpo también se transforma durante la pubertad, y a veces de forma poco sincrónica. Algunas partes pueden crecer antes que otras lo que puede conducir a ciertas desproporciones que pueden preocupar al adolescente; pero estas desproporciones desaparecen una vez completado el desarrollo corporal. Igualmente, la forma del cuerpo se va moldeando de forma diferencial en chicos y chicas; Los chicos presentan una espalda más ancha y un cuello musculoso mientras que las chicas desarrollan los pechos y ensanchan sus caderas. En los chicos, los depósitos de grasa disminuyen, lo que les hace aparecer más musculosos y con formas más angulares que las chicas. Naturalmente, estas transformaciones tienen una repercusión clara en el peso, que aumenta de forma considerable durante la pubertad y cuya evolución va pareja con el crecimiento físico general del cuerpo. Los cambios físicos tienen también una clara repercusión en la fuerza que desarrollan chicos y chicas durante la pubertad Mientras que antes de la pubertad existe muy poca diferencia entre la fuerza de unos y otros, a partir de los 13-14 años, la diferencia se acentúa. Esta diferencia juega un papel importante no sólo en el tipo de actividades que chicos y chicas son capaces de hacer y eligen sino que, al igual que otras muchas características físicas y sexuales, constituyen la base física a partir de la cual se van elaborando las identidades diferenciales de uno y otro sexo.