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Psicopatología Avanzada II

Aplicación Práctica: Disfunciones sexuales

Analiza el caso y responde:

1. Diagnostico multiaxial. Según el DSM IV, ¿Cuál es el diagnóstico que


presenta Juan del grupo de las disfunciones sexuales?

2. ​Describe los criterios que fundamentan tu diagnóstico, utilizando el DSM


V. Esto se realiza revisando los criterios que van de acuerdo a lo que
presenta tu paciente. Los criterios los encuentras enumerados en el DSM V
en cada trastorno, numerados con letras desde la A hasta la I en algunos
casos. En pocas palabras, es defender el diagnóstico dado.

3. Resalta las diferencias de sus síntomas con las demás disfunciones


sexuales. Esto lo encuentras en el DSM V, cada trastorno tiene un subtítulo


de su “Diagnóstico diferencial”, que el propósito del mismo es poder hacer
diferencias cuando hay similitudes entre un trastorno y otro.

4. Describe los factores o causas predisponentes, precipitantes y de


mantenimiento (explicado en el powerpoint de la introducción a la clase)


del problema de Juan.

6.​ ¿​ Qué tipos de terapias y técnicas se podrían utilizar en Juan?

Caso

J​uan (así le pondremos), edad 31 años, joven guapo, ojos oscuros, tipo mediterráneo y cabello
delgado. Tenía su propio negocio de arte, un taller pequeño y estaba bien económicamente. Juan
comentó que su vida sería una maravilla si no tuviera su problema sexual. Desde la primera sesión su
“problema sexual” se transformó en un trastorno psicosexual multifacético y complejo. Al inicio de
la terapia, Juan estaba a punto de casarse con Laura, después de vivir unidos por espacio de dos
años. Laura (así le pondremos) de 30 años, era una enfermera que después de recibir entrenamiento
fue contratada como trabajadora social. Juan dijo que tenían una relación excelente, porque, entre
otras cosas, Laura tenía “un enorme entendimiento” de sus problemas sexuales.

Laura era una mujer alta cuya figura femenina y cabello largo contrastaba con la figura tosca de su
pareja. Ella parecía más intelectual que Juan. Debido a su entrenamiento, ella estaba más
familiarizada con la psicoterapia e inicialmente adoptó el papel de co-terapeuta. La pareja se conocía
muy bien desde hace algunos años, ya que Laura había estado casada con un amigo de Juan en su
primer matrimonio. Sólo que cuando este amigo empezó un romance con otra mujer fue que Laura y
Juan descubrieron el amor de uno hacia el otro.

Al inicio, el sexo en la relación había sido “bastante catastrófico”. Juan apenas se permitía que lo
tocara Laura, y su pene era especialmente sensible. El acto sexual era impensable. Desde ese
entonces, las cosas han mejorado marcadamente y algunas veces puede penetrar el pene en su
vagina. Sin embargo, durante el coito, Juan perdía muy a menudo su erección. Laura dijo que ella
podía sentir cuando Juan se estaba estresando y, después como siempre, su erección desaparecía.
Un problema mayor era que Juan tenía una completa inhabilidad para alcanzar el orgasmo en
presencia de Laura. Esto ocurría tanto con el coito y cada forma de estimulación oral y manual,
durante el juego preliminar sin importar si la estimulación la brindaba Laura o el mismo Juan.

La masturbación de Juan, la cual él practicaba casi todos los días, no era un problema con respecto
tanto a la erección, la cual era confiable y fácil de alcanzar y el orgasmo. Juan también tenía un
patrón idiosincrásico de masturbación: Él no tomaba su pene en su mano, sino más bien lo rozaba
contra el colchón o su ropa tumbado hacia abajo. En el pasado, sus raros intentos de masturbarse
con su mano no habían sido exitosos. Tenía alta sensibilidad al dolor de las glándulas de su pene y
también dijo que su prepucio apenas podía retractarse durante una erección, lo cual le causaba
dolor durante el coito, especialmente con la mujer arriba.

En el examen urológico que su médico le realizó no se encontraron señales de fimosis, pero se


encontraron señales de frenillo breve del pene, con más alta sensibilidad al dolor como posible
consecuencia. Cualquier causa orgánica de la disfunción eréctil se descartó a través del examen
urológico.

Un problema adicional para ambos era las tendencias fetiches de Juan con fantasías sexuales, las
cuales involucraron a mujeres con camisetas mojadas y jeans cortos bien apretados. El cuerpo
desnudo de una mujer no le excitaba en especial a Juan, y una ligera aversión existía hacia los
genitales de la mujer. Esto lo confirmó Laura, la cual reportó que Juan nunca “voluntariamente” le
tocó sus genitales, y que cuando ella explícitamente le pidió que lo hiciera, él se ponía incómodo y
torpe.

Al inicio de la terapia Laura reportó que ella misma no tenía problemas con el sexo, y una habilidad
“normal” para excitarse y alcanzar el orgasmo. En su primer matrimonio, la sexualidad había sido
inicialmente satisfactoria, pero después ella poco a poco fue perdiendo el deseo y se sentía
presionada por las demandas sexuales de su ex pareja. Ella mencionó tener ciertas dificultades para
relegar el control y “realmente dejarse ir” en presencia de un hombre, y dijo que ella no tenía
problemas con el fetichismo de su pareja: no le importaba ponerse ropa que le gustara a él con tal
de darle gusto.

Ambos acordaron que los síntomas sexuales de Juan habían mejorado en el curso de su relación.
Ellos reportaron que él ahora podía insertar su pene y su rigidez no se desvanecía inmediatamente.
Sin embargo, Juan perdió su erección durante el coito. El miedo de Juan al dolor durante la inserción
del pene también había disminuido, aunque aún era imposible para él eyacular con el contacto de su
pareja. Laura estaba más preocupada por el impacto de los problemas de Juan en su deseo de
quedar embarazada- su meta en el tratamiento.

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