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Significar 1 Filosofía - 11° - 2020
Significar 1 Filosofía - 11° - 2020
Once
Primer semestre
2020
“Las raíces de la educación son amargas, pero sus
frutos son dulces” Aristóteles
CONTENIDOS CRITERIOS DE
EVALUACION
1) Teorías del conocimiento * Puntualidad, asistencia y
2) Historia de la filosofía en la época uniforme.
antigua. * Desarrollo de actividades y
3) Historia de la filosofía en la época consultas.
medieval. * Participación en clase y
4) Historia de la filosofía en la época lectura.
moderna. * Sustentación oral e
5) Historia de la filosofía en la época informe de lectura.
contemporánea * Prueba escrita y
producción de textos.
* Presentación de informes
(cuaderno por periodo).
* Desempeño en la prueba
institucional.
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¿Para qué sirve la filosofía?
La mayor parte de los estudiantes de filosofía, e incluso, los filósofos profesionales, han sido
puestos alguna vez contra la pared por sus amigos, padres, suegros, cónyuges, etc., con una
pregunta en apariencia tan sencilla y común: ¿para qué sirve la filosofía? Preguntarse por la
utilidad de la filosofía es algo que se hace, en la mayoría de los casos, no porque se
quiera hacer una pregunta sincera sino porque se quiere demostrar a la persona que
estudia esta materia que la filosofía no sirve para nada, y por tanto, que quien la estudia
está perdiendo un valioso tiempo que podría invertir en tareas “más útiles”. El propósito de este
escrito es hacer un análisis filosófico de las tres principales vías de respuesta a la pregunta por
la utilidad de la filosofía y demostrar que ninguna de estas respuestas hace a la filosofía una
disciplina deshonrosa.
1. La filosofía sirve para...
La primera posibilidad de respuesta es la de esbozar la utilidad de la filosofía. Debo advertir que
cualquier utilidad que queramos asignarle a la filosofía dependerá de la definición de filosofía
que tengamos. Personalmente, me adhiero a la definición según la cual la filosofía es un saber
que ayuda a sentar tesis sólidas sobre los fundamentos de todos los demás saberes. No estoy
reduciendo la filosofía a la lógica, pero sí vinculándolas estrechamente. Al decir que la filosofía
es un saber, quiero decir que es un conocimiento y no una mera forma de pensar o de
especular. Al decir que la filosofía sirve para sentar tesis sólidas sobre los demás
saberes, quiero decir que ella es necesaria para sentar las bases de todo saber, pues, a
diferencia de cualquier saber particular, la filosofía resuelve preguntas tan generales que ningún
saber puede abarcar, al menos no por sí solo, preguntas relacionadas directamente con dicho
saber.
Los ejemplos ilustran mejor: La pregunta sobre las personas de la Trinidad es una pregunta
religiosa, pero la pregunta por el porqué debemos creer en Dios es una pregunta relacionada
con la religión pero que la religión no puede responder desde ella misma; y no puede hacerlo
porque la necesidad de creer en Dios es uno de sus postulados . Si un religioso responde a
esta pregunta diciendo algo como “el hombre cree en Dios porque necesita de Él” o algo
parecido, este hombre comienza a traspasar los límites de la religión y entrar en los feudos de
la filosofía. De la misma forma, la pregunta por la ley de la gravitación es una pregunta
científica, pero traspasamos el límite cuando queremos indagar por el fin último de la
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naturaleza, e incluso, por la posibilidad de que, efectivamente, la naturaleza tenga una finalidad.
Es más, cuando sabemos que la aceleración de la gravedad es una cantidad matemática,
comenzamos a filosofar cuando nos preguntamos por la validez de la matematización de la
naturaleza, o por nuestra confianza en las matemáticas mismas.
La política tampoco escapa de estas cuestiones. Cuando queremos resolver el conflicto armado
en Colombia, el problema palestino-israelí en la franja de Gaza, o la guerra de Irak, estamos
entrando en los dominios de la política, la economía, la geografía, la historia, –y la religión
inclusive–; pero cuando queremos indagar por la necesidad del Estado, por el vivir en sociedad
en lugar de aislado, o por la ideología política que está o estaría más en consonancia con la
naturaleza humana, si es que existe algo como eso, entonces pasamos de la política a la
filosofía política. En la historia, cuando narramos los hechos de un acontecimiento que cambió
la vida de muchas personas estamos haciendo trabajo histórico, pero cuando indagamos por la
trascendencia de esos hechos, por su significado, repercusiones, y aún más, si queremos
demostrar que la historia tiene una cierta dirección, unas ciertas leyes y una regularidad, o
también si queremos demostrar todo lo contrario, lo que estamos haciendo dejó de ser historia
para convertirse en filosofía de la historia.
Cuando un psicólogo o un psiquiatra quieren curar a un paciente de una cierta fobia, o un
trauma de niñez, sencillamente hacen la labor de su saber particular. Pero cuando quieren
desentrañar las relaciones mente-cuerpo, y cosas parecidas, ya hacen filosofía, al igual que un
médico hace su trabajo cuando extrae un tumor maligno de un paciente, pero cuando comienza
a investigar por la vida y la muerte más allá de lo biológico, entonces dejó de practicar la
medicina, pero no se desvinculó de ella.
Los ejemplos son innumerables, pero como se ve, ayudan a dar sustento a nuestra definición.
No sólo mostraron que la filosofía ayuda a sentar tesis sólidas sobre los fundamentos de un
cierto saber, sino que es ella misma un saber porque es un conocimiento acerca de los
fundamentos últimos de todo saber distinto de ella. Si recordamos además que esta
característica de ser un saber sobre los fundamentos de todos los demás saberes le es dada
porque responde preguntas generales relacionadas con saberes particulares que no pueden ser
respondidas desde ellos mismos, entenderemos por qué la filosofía no solo es un saber general
o universal (contrapuesto a saber particular), sino que por ello mismo es un saber teórico y
estrictamente racional (contrapuesto a saber práctico y empírico).
Ahora bien, si tenemos un saber de esta naturaleza, ¿qué utilidad podría tener? Yo diría que
muchísima. Imaginemos un filósofo que estudia los fundamentos de las matemáticas. Puede
asesorar a los ingenieros o científicos sobre el uso de las matemáticas, darles un conocimiento
sobre las bases filosóficas en las que descansa no sólo la matemática sino, también, nuestra
confianza en ella, y en especial, podría exponer los límites de la matematización y alertar
acerca de los peligros de sobrepasar esos límites, por ejemplo, llegar a tratar a las personas
como meros objetos de cálculo.
Un filósofo de la religión podría asesorar a los religiosos con respecto a las relaciones entre
ciencia y fe, a las bases filosóficas de la religión, y asuntos semejantes. Incluso un filósofo de la
política ayudaría a los políticos a dilucidar en sus respectivas tendencias o ideologías la
naturaleza humana supuesta en ellas, la cual puede no ser conforme con lo que los políticos
buscan, y en dicho caso, el filósofo podría sugerir reformas. También sería de utilidad para
sugerir críticas que podrían recaer sobre una cierta tendencia política, y valorarlas teniendo en
la mira lo que los políticos buscan con ella. En el caso del psicólogo, el historiador, y el médico,
la utilidad del filósofo es similar a la que hemos expuesto en los casos anteriores.
Con esto, creo que he hecho un panorama breve de las posibles utilidades de la filosofía, que
podemos resumir así: dado que la filosofía es un saber sobre los fundamentos de todo
conocimiento, el filósofo no solo es un maestro de la fundamentación, sino también de la
interdisciplinariedad. Pero pasemos ahora a otro tipo de respuesta distinta a “la filosofía sirve
para...”
2. La pregunta por la utilidad de la filosofía es una pregunta absurda
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Otro tipo de respuesta que ya se ha vuelto famoso en la filosofía analítica es el de responder a
una pregunta (filosófica) argumentando en favor del absurdo de la pregunta misma,
argumentación que descansa sobre un análisis de los elementos que conforman la pregunta, en
especial, por lo que se entiende por cada uno de ellos. La finalidad de esta argumentación no
es responder a la pregunta sino sustentar los errores de su enunciación. Creo que una pregunta
como ¿para qué sirve la filosofía? es susceptible de un análisis de esta naturaleza, y es lo que
probaré en este aparte.
La pregunta ¿para qué sirve la filosofía? trae consigo dos conceptos importantes: el de
“servir” o “servicio”, y el de “filosofía”. Creo que en principio, la persona que pregunta no
hace una diferencia tajante entre servicio y utilidad, de modo que una pregunta como “¿para
qué sirve la filosofía?” resulta equivalente a la pregunta “¿cuál es la utilidad de la filosofía?”. Si
no hace una diferencia tajante entre servicio y utilidad, es bastante probable que la persona que
pregunta tenga una noción más o menos vaga de ambos conceptos, pero no obstante, creo que
todo el que pregunta por la utilidad de la filosofía lo hace con base en la utilidad de otras
materias. Por ejemplo: si a alguien le preguntan ¿para qué sirve la medicina?, dirá,
seguramente, que para curar enfermos o lesionados, o al menos para intentar hacerlo. Lo
mismo responderá un psicólogo respecto a la salud mental. Es decir, preguntar por la utilidad de
un cierto saber es preguntar por la finalidad que busca, es preguntar por su propósito último, un
propósito para el cual “sirve”.
En términos generales, parece que esta es la noción de utilidad que usa quien pregunta ¿para
qué sirve la filosofía? No obstante, las cosas son más oscuras cuando tratamos la noción de
“filosofía”. En el numeral (1) de este artículo, hemos dado una cierta definición de la filosofía y
hemos visto cómo esta definición estaba ligada a la utilidad de la filosofía que allí exponíamos,
de modo que quien pregunta ¿para qué sirve la filosofía?, o no ha hecho el análisis de la noción
de filosofía para deducir su utilidad (en caso de que conozca dicha noción), o tiene otra
definición de la filosofía, o sencillamente no sabe qué es la filosofía.
De ese modo, el filósofo o aspirante a filósofo puede responder a dicha pregunta de la siguiente
manera: debe preguntar ¿qué es la filosofía? o ¿qué entiende usted por “filosofía”? La pregunta
está justificada porque el interlocutor introduce el término en su pregunta ¿para qué sirve la
filosofía?, de modo que en, principio, podemos suponer que tiene una noción de lo que la
filosofía es. Ahora, el interlocutor puede hacer tres cosas; puede dar una definición igual o
parecida a la que esbozamos en (1), puede dar una definición diferente y quizá personal
respecto de la filosofía, e incluso, puede decir que no sabe qué es la filosofía. En el primer caso,
podemos recriminarle que la utilidad de la filosofía está implícita en dicha definición, de modo
que sólo faltaría mostrarle cómo se liga esa definición con la utilidad de la filosofía. El segundo
caso es diferente; si la persona trata de dar una definición de la filosofía diferente a la de (1), e
incluso una definición personal, podemos recriminarle que no tiene una definición correcta; esto
podemos hacerlo dado que, en la mayoría de los casos, quien pregunta es alguien que no
conoce la filosofía, o al menos no la conoce a fondo, razón por la cual es bastante probable que
su definición (sobre todo si es personal) no sea una definición correcta o al menos compatible
con lo que la filosofía es.
El tercer caso presenta dos subcasos: el primero consiste en que el interlocutor no sepa qué es
la filosofía, pero tema que al decirlo se muestre ignorante, razón por la cual inventará, aprisa,
una definición a partir de sus cursos de filosofía del bachillerato o lo que escasamente haya
escuchado. En este subcaso procedemos igual que en el segundo caso; sencillamente le
mostramos (o demostramos) a la persona que su definición es errónea. El segundo subcaso
consiste en que el interlocutor admita que ignora lo que es la filosofía, en cuyo caso, debemos
mostrarle que la pregunta por la utilidad de la filosofía supone el concepto de filosofía, de modo
que la pregunta se hace absurda cuando notamos que el propio interlocutor no sabía ni siquiera
qué era aquella cosa o aquel saber por cuya utilidad preguntaba.
De ese modo, vemos cómo la pregunta por la utilidad de la filosofía se vuelve absurda: quien
pregunta ¿para qué sirve la filosofía? supone una noción de filosofía. Si la tiene, y ésta es
válida, podemos recriminarle que la pregunta no tiene sentido al tener la definición en la mano y
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no deducir de ella la utilidad de la filosofía. Si la tiene, pero ésta es incorrecta, podemos tratar
de deducir de ella la utilidad de la filosofía. Si se deduce la utilidad, la pregunta es absurda
porque la persona tenía también a la mano la respuesta, y si no se deduce la utilidad, llegando
a la conclusión de que la filosofía no sirve para nada, también la pregunta es absurda, pues si
no sirve para nada, ¿para qué preguntamos por su utilidad?
Sin embargo, qué sucedería si la pregunta no fuera realmente absurda, sino que el anterior no
fue más que un ejercicio sofistico para ocultar la respuesta que ningún filósofo quiere admitir:
que la filosofía no sirve para nada. Analizaremos esta respuesta a continuación.
3. La filosofía no sirve para nada
¿Y si la filosofía no sirve para nada? En la actualidad utilizamos expresiones como “bueno para
nada” o “tal o cual objeto sirve para tres cosas: para nada, para nada y para nada”. Lo
peyorativo de estas expresiones hace que el filósofo sienta escozor cuando contempla que la
respuesta a la pregunta ¿para qué sirve la filosofía? podría ser sencillamente: para nada. Lo
que voy a argumentar en este aparte es que incluso si la filosofía no sirviera para nada, no por
ello es una profesión despreciable.
Todo el problema se halla en la noción de “utilidad”. Sostuvimos que cuando alguien preguntaba
por la utilidad de la filosofía, lo hacía basado en la utilidad que se entrevé en otras materias,
como la medicina, la psicología, la ingeniería, etc. Pero si hemos definido a la filosofía según
(1), es decir, como un saber respecto a los fundamentos de todo conocimiento, no podemos
comparar la utilidad de la filosofía con la utilidad de cualquier otro saber particular. En principio,
todo saber particular parece tener un propósito específico, o por lo menos eso parece
atestiguarlo el que en casi toda definición de un cierto saber aparezca no solo el objeto que
estudia sino su utilidad; la medicina busca la cura de los enfermos, la política busca el orden de
la sociedad, la psicología busca la salud mental, la ingeniería en sus diversas ramas busca
solucionar problemas de construcción, problemas de producción, problemas de programación
informática, problemas mecánicos y electrónicos, la economía busca la distribución equitativa
de los bienes, la física y la química buscan las leyes de la naturaleza y sus elementos para su
posterior control y aprovechamiento, las matemáticas nos ayudan a simplificar cálculos útiles a
todas las demás ramas del saber, y así podríamos seguir con todas las ramas del conocimiento.
Con la filosofía sucede algo distinto. Es verdad que, de la definición que dimos en (1),
podríamos deducir la utilidad de la filosofía como un saber acerca de los principios de todo
conocimiento, saber que nos ayudaría a fundar saberes, a rechazar críticamente otros, o a abrir
una puerta de diálogo entre saberes distintos, como lo sostuvimos en aquel aparte. Sin
embargo, el hecho de que la filosofía sea un saber acerca de los fundamentos de todo saber
distinto de ella, la deja en un puesto bastante curioso frente a la utilidad. Por ejemplo: decimos
que la utilidad de la medicina es curar a los enfermos, pero el médico no admite una pregunta
del siguiente calibre ¿porqué hay que curar a los enfermos?, esta es una pregunta filosófica
que, ciertamente, no parece que se pueda responder desde la medicina, lo que quiere decir que
el fin o propósito de la medicina se lo puso la filosofía, cuando algún filósofo o conjunto de ellos
justificó que los enfermos debían ser curados. Nótese, entonces, que la filosofía queda como la
que impone la utilidad o propósito a otras ramas debido, precisamente, a que dichos fines o
propósitos necesitan, para mantenerse, de una justificación que resista el escrutinio filosófico,
por lo cual, la utilidad debe ser filosófica.
De ese modo, si la filosofía es la que impone el propósito a los demás saberes, no solo se
refuerza lo absurdo de preguntar por la utilidad de la filosofía, sino que podemos llegar a pensar
que, efectivamente, la filosofía no sirve para nada. Alguien podría creer posible que la filosofía
se da a sí misma su utilidad, en cuyo caso podríamos responder diciendo que esta utilidad es la
que esbozamos en (1). Sin embargo, contemplar la posibilidad de un saber “inútil” tampoco
debe ser algo peyorativo o denigrante para la filosofía. Durante mucho tiempo se ha insistido en
la filosofía en el tema de la teleología, es decir, el tema de la finalidad o el propósito último de
todas las cosas. El mundo se divide, entonces, en medios y fines, donde los fines son aquello a
lo que se aspira, y los medios son las herramientas para conseguir los fines. Se ha discutido el
estatus de los fines frente a los medios usados para alcanzarlos, e incluso, sobre la ontología
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de unos ciertos fines en ciertas cosas. No es mi misión discutir esto aquí, lo que quiero es
vincular la disertación que he llevado a cabo con la mecánica medios-fines.
Cuando hablamos de que la medicina busca la salud del cuerpo humano, estamos diciendo que
la medicina es un medio o herramienta para alcanzar el fin de la salud del cuerpo. Lo mismo
pasa con los otros saberes. Ahora, si decimos que la filosofía, o al menos, una cierta filosofía,
es la que pone los fines a los demás saberes, o al menos a algunos, no sólo notamos que el
estatus de la filosofía frente a los demás saberes es distinto, sino que preguntar por la utilidad
de la filosofía parece, al menos a primera vista, un error categorial.
Además, si todo saber es útil en la medida en que “sirve para algo” o “es un medio para algo”,
me pregunto si la diferencia de la filosofía radica en que no es una herramienta para conseguir
nada sino un fin en sí misma. Cuando se sabe que la psicología busca la salud mental, hace
que la persona se dirija a ese fin en su profesión, pero hay una separación entre el ejercicio del
psicólogo y el fin, puesto que el fin no lo trata la psicología sino la filosofía, como lo habíamos
dicho. Pero cuando alguien quiere resolver el sentido de la vida (si es se puede hacer algo
como eso), o resolver el problema de porqué debemos buscar la salud mental, la pregunta y la
respuesta son filosóficas, de modo que podemos decir que el fin de la filosofía está en ella
misma, o que ella misma es su fin, lo cual nos lleva a que la filosofía no sirve para nada.
Sé que a pesar de estas cuestiones, la carga peyorativa de la expresión “la filosofía no sirve
para nada” aun se mantiene. Para solventar un poco dicha carga, pensemos en un paralelo
entre la filosofía y la felicidad. Pensemos en un tipo de pregunta como ¿para qué sirve la
felicidad? Hay respuestas posibles como “para estar bien”, pero si preguntamos ¿para qué sirve
estar bien?, es posible que el interlocutor sienta que es un ignorante o que se le está tomando
del pelo. Ello es así porque ese “sentirse bien” es algo que no sirve para nada, pero no sirve
para nada porque es deseado por sí mismo, no por otra cosa. Con relación al sentimiento, la
felicidad o el “sentirse bien” son deseados por sí mismos y no por otra cosa, mientras en el
conocimiento, la filosofía no sirve para nada porque es fin de sí misma, o al menos, tiene dentro
de ella a su propio fin.
4. Conclusión
Hemos visto que cualquiera de las tres posibilidades da resultado para responder a la macabra
pregunta. Podemos hablar de la utilidad de la filosofía a partir de su definición, podemos
demostrar que la pregunta es absurda, e incluso, podemos responder que la filosofía no sirve
para nada, sin que con esto digamos que dedicarse a ella es perder el tiempo. Si alguien va
más allá y trata de preguntar por la utilidad laboral de la filosofía, diremos que los filósofos son
los mejores docentes y maestros, pues conocen y manejan los fundamentos de todo
conocimiento, cosa que los ayuda a relacionar saberes volviéndolos maestros de la
interdisciplinariedad, como lo habíamos dicho. Pero si preguntan es por la utilidad económica de
la filosofía, diremos que dedicarse a ella puede que no deje muchos dividendos, pero es
bastante seguro que el filósofo irá más allá, pues tendrá la justificación filosófica de por qué es
mejor vivir con pocos dividendos que con muchos, pregunta que es, en esencia, filosófica, pero
con relación a la economía.
https://www.magisterio.com.co/articulo/para-que-sirve-la-filosofia
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Primer periodo.
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Helenístico- Escepticismo: (Pirron, Sexto Empírico)
romana Eclecticismo: (Cicerón)
Neoplatonismo: (Filón de Alejandría, Plotino)
MARCO TEÓRICO
Tales de Mileto
Mileto, actual Turquía, ¿624 a.c.?, 548 a.C.) Filósofo y matemático griego. En su juventud viajó
a Egipto, donde aprendió geometría de los sacerdotes de Menfis, y astronomía, que
posteriormente enseñaría con el nombre de astrosofía. Dirigió en Mileto una escuela de náutica,
construyó un canal para desviar las aguas del Halis y dio acertados consejos políticos. Fue
maestro de Pitágoras y Anaxímedes, y contemporáneo de Anaximandro.
Tales Fue el primer filósofo griego que intentó dar una explicación física del Universo, que para
él era un espacio racional pese a su aparente desorden. Sin embargo, no buscó un Creador en
dicha racionalidad, pues para él todo nacía del agua, la cual era el elemento básico del que
estaban hechas todas las cosas, pues se constituye en vapor, que es aire, nubes y éter; del
agua se forman los cuerpos sólidos al condensarse, y la Tierra flota en ella. Tales se planteó la
siguiente cuestión: si una sustancia puede transformarse en otra, como un trozo de mineral
azulado lo hace en cobre rojo, ¿cuál es la naturaleza de la sustancia, piedra, cobre, ambas?
¿Cualquier sustancia puede transformarse en otra de forma que finalmente todas las sustancias
sean aspectos diversos de una misma materia? Tales consideraban que esta última cuestión
sería afirmativa, puesto que de ser así podría introducirse en el Universo un orden básico;
quedaba determinar cuál era entonces esa materia o elemento básico.
Anaxímenes de Mileto
Nació en Mileto en el 585 a.C., aproximadamente, y murió en el 524 a.C. También Teofrasto
nos describe a Anaxímenes como discípulo y compañero de Anaximandro siendo, al parecer,
unos veintidós años más joven que él. Se le atribuye la composición de un libro, "Sobre la
naturaleza", escrito, según Diógenes Laercio, "en dialecto jónico, y en un estilo sencillo y sin
superfluidades".
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2. En terminología moderna podemos decir que Anaxímenes está intentando basar la
explicación de lo cualitativo en lo cuantitativo; encontramos en él, por lo tanto, un intento de
explicar el mecanismo de transformación de unos elementos en otros, del que no disponían
Tales ni Anaximandro. Al igual que ellos insiste, sin embargo, en afirmar una causa material
como principio del mundo y, por lo tanto, en tratar de llevar a la unidad la diversidad de la
realidad observable.
Anaximandro de Mileto
Nació aproximadamente en el 610 a.c. y murió en el 545 a.c. Teofrasto describe a Anaximandro
como discípulo y compañero de Tales, siendo unos catorce años más joven que él. Se ocupó, al
igual que Tales, de cuestiones prácticas relacionadas con la ciencia y se le atribuye la
elaboración de un mapa del mar Negro, probablemente para uso de los navegantes milesios
que viajaban por él. Al igual que otros filósofos griegos participó activamente en la vida política
de su ciudad, y se le atribuye la dirección de una expedición colonizadora a Apolonia. Respecto
a su actividad filosófica se le atribuye la composición de una obra en prosa, "Sobre la
naturaleza", en la que expone sus teorías.
Para Anaximandro la materia primordial no era como para Tales el agua, sino lo que se designa
como «to ápeiron», es decir, «lo que carece de límites», «lo indefinido» o, como A. Bernabé lo
define, «lo que no se parece a nada de lo que conocemos». Debemos tratar de evitar traducirlo
como «lo infinito», un concepto que sólo aparecerá con posterioridad.
Este ápeiron o materia primordial es divina y posee un poder o influjo que alcanza todas las
cosas. De este ápeiron surgen los cielos y los mundos, es decir, Anaximandro parece querer
apuntar a la idea de que se generan sucesivamente una serie de cosmos que al destruirse
vuelven a la materia primordial. El proceso que este filósofo narra parece seguir los
siguientes pasos: en un primer momento la segregación de esta materia primordial daría lugar a
una serie de contrarios como lo caliente y lo frío, lo seco y lo húmedo. Estos contrarios no son,
como serán para autores posteriores (por ejemplo Aristóteles) propiedades adjetivas de las
sustancias, sino que para Anaximandro poseen tanta entidad como la que puede tener por
ejemplo el agua. Como contrarios que son, existe entre ellos una oposición que se resuelve
temporalmente por el exceso de uno, hasta la reacción, dominio y nuevo exceso del otro, algo
que Anaximandro define desde el comportamiento humano comoinjusticias de un elemento
que son castigadas por otro. Por último, las cosas generadas se disuelven de nuevo en
el ápeiron para que todo vuelva a comenzar. A. Bernabé nos enseña que este modelo de
explicación del mundo es bastante común en el ámbito iranio de la época.
Pitágoras
Isla de Samos, actual Grecia, h. 572 a.C.-Metaponto, hoy desaparecida, actual Italia, h. 497
a.C.) Filósofo y matemático griego. Se tienen pocas noticias de la biografía de Pitágoras que
puedan considerarse fidedignas, ya que su condición de fundador de una secta religiosa
propició la temprana aparición de una tradición legendaria en torno a su persona.
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Son pocas las referencias a su obra entre los antiguos, incluidas las de Platón y Aristóteles,
pero abundantes a partir de ellos (lo que genera muchas dudas sobre su autenticidad) y en las
que se mezcla, además, la leyenda y la realidad, o lo que podría ser tomado como una
referencia real a Pitágoras o a los pitagóricos (hoy sabemos, por ejemplo, que la atribución a
Pitágoras del descubrimiento del teorema que lleva su nombre no es defendible). Es difícil fijar
también qué doctrinas pertenecen a Pitágoras y cuáles pudieron ser desarrolladas por sus
discípulos posteriores: Alcmeón o Filolao, por ejemplo.
a) Por lo que respecta a la primera, el eje central está representado por la teoría de la
trasmigración de las almas y la consecuente afirmación del parentesco entre todos los seres
vivos. Según ella, las almas son entidades inmortales que se ven obligadas a permanecer en
cuerpos reencarnándose sucesivamente pasando de unos a otros durante un periodo de tiempo
indeterminado, hasta superar el proceso de reencarnaciones gracias a la purificación (catarsis),
que culmina en el regreso del alma a su lugar de origen. Para ello, era necesario observar
numerosas reglas de purificación, por ejemplo, la abstinencia de la carne, así como diversas
normas rituales y morales. Esta teoría será adaptada posteriormente por Platón, constituyendo
un elemento importante de su filosofía.
b.1 No sabemos si se concebían los números como entidades físicas o si, por el contrario, se
afirmaba que el principio de la realidad era algo de carácter formal, es decir, no material (una
relación, una estructura...). Aristóteles pensaba que la doctrina pitagórica del número se basaba
en descubrimientos empíricos; por ejemplo, el hecho de que los intervalos musicales puedan
expresarse numéricamente. (De hecho los pitagóricos concedieron una gran importancia al
estudio de la música, vista su relación con las matemáticas. Esta relación la pudieron ir
ampliando al resto de objetos que constituyen la realidad, descubriendo en el número la razón
de todo lo real, lo que llevaría a convertirlo en el "arjé" de los milesios.) Parece, además, que
los pitagóricos concibieron los números espacialmente, identificando el punto geométrico con la
unidad aritmética. Las unidades tendrían, pues, extensión espacial y podrían ser consideradas,
como dice Aristóteles, como el elemento material de las cosas.
b.2 Es dudoso que los pitagóricos hayan podido interpretar el número como una realidad de
carácter formal o como una estructura de la realidad, es decir, como algo no material, dado que
la aparición clara de la concepción de una realidad no material difícilmente puede anticiparse a
la reflexión platónica sobre el tema. No obstante, pese a las explicaciones de Aristóteles,
tampoco queda muy claro cómo podría interpretarse el número como una entidad material.
También en su vertiente matemática influirán en Platón los pitagóricos.
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A finales del siglo sexto a.C. surgen dos nuevas escuelas filosóficas: una jónica la de Efeso y
otra itálica, la de Elea. Suponen un avance sobre el pensamiento anterior al preguntarse no ya
por el primer principio de las cosas, sino por el modo de ser de la realidad y su devenir. La
filosofía se vuelve más propiamente metafísica. Aparecen al mismo tiempo dos tesis
antagónicas. Para Heráclito la realidad es movimiento, "devenir". Para los eléatas es ser uno e
inmutable.
De origen noble, renuncia a sus prerrogativas y a las actividades políticas de la ciudad para
dedicarse a la reflexión. Su carácter altivo, a la vez que misántropo y melancólico le hace
despreciar al vulgo. Su libro Sobre la Naturaleza lo escribe en un estilo conciso, sentencioso y
cargado de metáforas que dificultan la comprensión. Esto le vale el sobrenombre de "El oscuro".
Además, para dificultar el acceso de la plebe a él, lo deposita en el temple de Artemis, célebre
en su ciudad. Sin embargo, el libro fue bastante leído y estimado, a juzgar por los numerosos
fragmentos que de él se conservan.
Para Heráclito las cosas no son diferentes y estables, como se nos muestran a través de los
sentidos. Esta es la "opinión" común, que debe ser superada por la "razón". La razón nos dice
que todas las cosas de la realidad son un solo ser: "Todas las cosas son uno, esto es
sabiduría". "Del uno salen todas las cosas, y de todas las cosas el uno". Ahora bien, la realidad
está en continuo cambio y movimiento: "Todo fluye y nada permanece". La idea es clara en su
famoso aforismo: "No es posible bañarse dos veces en el mismo río". El agua cambia
continuamente, e incluso uno mismo. Se puede decir que la esencia de las cosas es el devenir,
el hacerse. De ahí que las cosas sean y no sean al mismo tiempo.
De todos los elementos naturales, el que le parece más acorde con el devenir es el fuego. Un
fuego vivo, eterno e inextinguible es el principio y el fin de todas las cosas: "Ningún ser humano,
ni divino ha hecho este mundo, sino que siempre fue, es y será eternamente fuego VIVO que se
enciende según medida y según medida se apaga".
La ley inmanente del devenir cósmico, de este encenderse y apagarse con medida, es el
Logos. El Logos no es una inteligencia personal separada del mundo. Es la misma razón
universal, la Ley eterna, el orden necesario que rige el proceso de cambios en las cosas. Tiene
carácter divino, pero inmanente. El Logos es la causa de la armonía universal.
El modo como se produce el devenir ordenada y necesariamente es por el enfrentamiento de
los contrarios. La transformación universal sigue dos vías: una descendente, por condensación
o contracción (fuego-aire-agua-tierra) y otra ascendente, por dilatación o rarefacción (tierra-
agua-aire-fuego). Según el momento en que se encuentren las cosas en esta doble vía
aparecen los contrarios u opuestos, que al chocar engendran nuevas realidades. Esto es lo que
Heráclito pretende afirmar con aquella frase metafórica: "La guerra es padre de todas las cosas,
es de todas las cosas rey". El proceso general del cosmos es cíclico. Cada mundo tiene la
duración de un Gran Año (10.800 años solares). Luego vuelve a repetirse todo.
Heráclito es el primer filósofo que trata de estudiar el ser humano. El hombre está compuesto
de cuerpo y alma. El cuerpo se forme de lo tierra por vía descendente. El alma, del aire por vía
ascendente. Al estar el alma encarnada en el cuerpo, vive en tensión perenne entre el fuego al
que aspira por naturaleza y la tierra que la oprime. El alma más perfecta es la del sabio, porque
vive acercándose al Logos. El Logos no sólo es la ley cósmica, sino también la ley de las
costumbres, que debe normar tanto la vida social como la individual.
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Los Eleatas
Natural de Colofón, ciudad jónica del Asia Menor, se establece en Elea después de muchos
años de andar errante de ciudad en ciudad cantando sus versos como rapsoda.
A Juzgar por los fragmentos que se conservan de su obra, el problema que más parece
preocuparle es el de la concepción de Dios liberada de antropomorfismos mitológicos. Critica el
antropomorfismo que aparece en las mitologías de Hornero y Hesíodo, "que atribuyeron a los
dioses todo cuanto es censurable y vergonzoso entre los hombres: hurtos, adulterios, engaños
recíprocos”.
1o. "Se ha de pensar y decir siempre que sólo el ser es, porque es ser; en cambio la
nada no es". El ser es y el no-ser no es. En esta frase no está contenida una simple tautología,
sino la polémica contra el vacío de los pitagóricos y el devenir heraclitiano. Los pitagóricos,
como veíamos antes, para explicar el movimiento y la pluralidad de los seres admitían el vacío,
el no-ser en el interior del Cosmos, que lo disgregaba en multitud de seres numéricamente
distintos. Por otro lado, con Heráclito, si se admite el devenir, se está admitiendo que algo
puede ser y no ser a la vez, que el ser existe y no existe a la vez, lo cual es absurdo. El ser
existe y es imposible que no exista. Por tanto, el movimiento y la pluralidad de los seres son
insostenibles.
2o. "Lo mismo es el pensar y el ser". Esta afirmación pretende sentar una teoría realista
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del conocimiento. Según el sano entendimiento humano, en el que aún no se ha introducido la
duda del relativismo epistemológico, el pensamiento es un reflejo del mundo de los objetos. Y
por tanto el pensar debe coincidir con el ser; o, dicho de otro modo, lo que no existe (el no-ser)
no se puede pensar.
3o. "Se da un ser compacto, que es uno y todo". En conclusión del primer principio, no
puede haber pluralidad de seres ni movimiento. El ser es uno y siempre el mismo. En su interior
no cabe la discontinuidad, puesto que en él no hay no-ser. Tiene que ser, además, ingenerado
e imperecedero, es decir, eterno.
En la teoría de Parménides, elaborada con tanta lógica, existen dos confusiones. Primeramente
se confunde el ser lógico con el ontológico, y se atribuyen a éste las cualidades que competen a
aquél. En segundo lugar, se identifica el "ser" abstracto con el mundo físico, material, al que se
hace aparecer como una esfera cerrada y estática por no haberse tenido en cuenta todas las
propiedades que perciben los sentidos: pluralidad, cantidad, cualidades, movimiento.
La segunda parte del poema presenta una Física elaborada a base de ideas pitagóricas y de les
iónicos. Con ella parece que no intenta sino ridiculizar las concepciones físicas de sus
contemporáneos. El conocimiento adquirido por los sentidos es engañoso.
Es también natural de Elea y discípulo de Parménides. Tiene varios escritos, entre ellos uno
Sobre la Naturaleza. A raíz de una conspiración fracasada contra 'el tirano de Elea” es
encarcelado y torturado. Es célebre en la historia del filosofar por su dialéctica. Con ella
pretende evidenciar definitivamente la doctrina de su maestro, rechazada por muchos a causa
de su desacuerdo con la experiencia.
Para demostrar que el movimiento es una ilusión, Zenón acude a cuatro argumentos
fundamentales:
1. Argumente de la dicotomía; para que un cuerpo llegue del punto A al punto B tiene
que recorrer primero la mitad del espacio, y antes la mitad de esa mitad, y así sucesivamente.
Ahora bien, como el espacio es divisible hasta el infinito, es imposible que el móvil recorra un
número infinito de partes.
2o. Argumento de Aquiles: es una ejemplificación anterior mediante dos móviles con
distinta velocidad. SÍ es una carrera, Aquiles da una pequeña ventaja a la tortuga, nunca podrá
alcanzarla. En efecto, para cubrir esa distancia, Aquiles necesita un determinado tiempo en el
que la tortuga se ha adelantado un poco más. Para cubrir de nuevo Aquiles esa pequeña
distancia necesita un nuevo tiempo, en el que la tortuga avanza otro peco, y así
indefinidamente.
3o. Argumento de la flecha: la flecha disparada del arco está quieta y no puede alcanzar
el blanco. La flecha está momentáneamente quieta en cada uno de los infinitos puntos del
espacio que debe recorrer. Si está quieta en cada momento, esto quiere decir que no se mueve.
4o. Argumento del estadio: des carros que corren en el estadio dirección contraria y a la
misma velocidad, se mueven en relación a sí mismos con doble velocidad que con relación a
los objetos inmóviles. Luego la unidad en la medida del movimiento es igual al doble y a la
mitad a la vez, lo cual es absurdo.
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La fuerza lógica de estos argumentos de la sin réplica a los adversarios. De ahí que Aristóteles
llegue a tenerlo por el "padre de la dialéctica". La confusión de base reside en haber pasado de
la igualdad del pensar con el ser a la igualdad del ser con el pensar; Zenón confunde el orden
lógico con el ontológico, y quiere normar la complejidad de éste mediante la simplicidad de
aquél. Clarificar y definir ambos órdenes con sus relaciones será una labor lenta y ardua que
durará siglos de pensamiento.
Según él, son cuatro las sustancias fundamentales que constituyen el principio de los seres;
fuego, agua, aire y tierra. Estos cuatro elementos o raíces, como él los llama, son irreductibles
entre sí. El origen, la destrucción y los cambios en los seres se explican por mezcla o
separación de partículas desprendidas de las cuatro raíces originales.
El movimiento que las hace relacionar es producido por dos fuerzas antagónicas, el amor y el
odio, que operan alternativa y mecánicamente, una para unir y otra para disgregar.
La formación del mundo sigue un proceso cíclico regular configurado en cuatro grandes etapas.
Primero domina el amor: todo es unidad. Seguidamente, el odio introduce la contienda y
aparece la multiplicidad. Es la etapa en que se encuentra nuestro mundo. En el tercer período
domina el odio: todo es diversidad. Pero, finalmente, irrumpe con fuerza el amor y triunfa
plenamente, volviendo el cosmos a su primitiva unidad y armonía.
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provenga de lo que no es pelo o la carne de lo que no es carne?". Los últimos elementos de las
cosas deben ser, según él, ciertos gérmenes cualitativamente idénticos a las partes
constitutivas de cada cosa. Aristóteles les dio el nombre de homeomerías.
Ambos son los representantes de la escuela atomista. Si los presentamos al mismo tiempo es
debido a la imposibilidad de distinguir el pensamiento que pertenece a uno y a otro. Sin
embargo, la historia ha dado mayor relieve a Demócrito de Abdera quien prácticamente ha
opacado a su maestro, Leucipo de Mileto, fundador de la escuela.
Hay quienes, por motivos de orden cronológico, dejan a Demócrito para la época socrática.
Nosotros preferimos tratarlo aquí por razón temática. El atomismo viene a constituir el desarrollo
más cientificista de la filosofía de Empédocles y, en general, de todas las doctrinas
cosmológicas preáticas.
Toda la realidad, para los atomistas, -está conformada por unidades o partículas pequeñísimas
e indivisibles: átomos. El número de átomos es infinito. Son impenetrables, indestructibles,
eternos, pesados y todos de la misma naturaleza. Sin embargo, se da entre ellos una infinita
variedad de formas externas y de magnitud.
Las diferencias de los cuerpos en la naturaleza se explican por esta variedad, así como por la
posición, el orden y el movimiento de los átomos que los integran. Las diferencias son, por
tanto, puramente cuantitativas. La dureza y el peso de los cuerpos, por ejemplo, dependen de la
cercanía de los átomos. Otras cualidades como el color, 'el sabor, la temperatura, son
sensaciones subjetivas dependientes de nuestra conciencia.
Estos átomos están situados en el espacio vacío o "no ser". El vacío es a la vez exterior a los
cuerpos en él se sitúan— e interior a ellos, los cuerpos son porosos.
Los átomos permanecen en continuo movimiento. Se trata de un movimiento eterno que resulta
de las presiones y los choques entre aquellos. No se explica cuál es el origen de dicho
movimiento. En esta concepción mecanicista del mundo todo está determinado por las leyes de
la naturaleza. Como afirma Leucipo "Nada acaece sin plan, sino todo con sentido y con
necesidad".
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pequeñísimas imágenes que penetran por los poros de los órganos sensoriales y, al
encontrarse con los átomos del alma, originan el conocimiento sensible. El pensamiento
consiste en un movimiento de átomos sumamente rápido y sutil.
ACTIVIDAD.
SÓCRATES
(Atenas, 470 a.C.-, 399 a.C) Filósofo griego. Fue hijo de una comadrona, Faenarete, y de un
escultor, Sofronisco, emparentado con Arístides el Justo. Pocas cosas se conocen con certeza
de la biografía de Sócrates, aparte de que participó como soldado de infantería en las batallas
de Samos (440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422). Fue amigo de Aritias y de
Alcibíades,
Estos dos testimonios matizan la imagen de Sócrates ofrecida por Platón en sus Diálogos, en
los que aparece como figura principal, una imagen que no deja de ser en ocasiones
excesivamente idealizada, aun cuando se considera que posiblemente sea la más justa.
Se tiene por cierto que Sócrates se casó, a una edad algo avanzada, con Xantipa, quien le dio
dos hijas y un hijo. Cierta tradición ha perpetuado el tópico de la esposa despectiva ante la
actividad del marido y propensa a comportarse de una manera brutal y soez.
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de Atenas, donde tomaba a las gentes del común (mercaderes, campesinos o artesanos) como
interlocutores para someterlas a largos interrogatorios.
PLATÓN
Platón nació en Atenas, (o en Agina, según otros, siguiendo a Favorino), probablemente el año
428 o el 427 a. c. de familia perteneciente a la aristocracia ateniense, que se reclamaba
descendiente de Solón por línea directa. Su verdadero nombre era Aristocles, aunque al
parecer fue llamado Platón por la anchura de sus espaldas, según recoge Diógenes Laercio en
su "Vida de los filósofos ilustres", anécdota que ha sido puesta en entredicho. Los padres de
Platón fueron Aristón y Perictione, que tuvieron otros dos hijos, Adimanto y Glaucón, que
aparecerán ambos como interlocutores de Sócrates en la República, y una hija, Potone.
A la muerte de su padre, siendo niño Platón, su madre contrajo nuevas nupcias con Pirilampo,
amigo de Pericles, corriendo la educación de Platón a su cargo, por lo que se supone que
Platón pudo haber recibido una enseñanza propia de las tradiciones democráticas del régimen
de Pericles.
En todo caso, Platón recibió la educación propia de un joven ateniense bien situado, necesaria
para dedicarse de lleno a la vida política, como correspondía a alguien de su posición. Según
Diógenes Laercio llegó a escribir poemas y tragedias, aunque no podamos asegurarlo. También
fue discípulo del heracliteano Cratilo, noticia esta que tampoco parece posible confirmar. La
vocación política de Platón está constatada por sus propias declaraciones, en la conocida carta
VII; pero su realización se vio frustrada por la participación de dos parientes suyos, Cármides y
Crítias, en la tiranía impuesta por Esparta luego de la guerra del Peloponeso, conocida como la
de los Treinta Tiranos, y que ejerció una represión violenta y encarnizada contra los lideres de
la democracia. Sin embargo, el interés político no le abandonará nunca, y se verá reflejado en
una de sus obras cumbre, la República.
La influencia de Sócrates
En el año 407, a la edad de veinte años, conoce a Sócrates, quedando admirado por la
personalidad y el discurso de Sócrates, admiración que le acompañará toda la vida y que
marcará el devenir filosófico de Platón. No parece probable que Platón mantuviera una relación
muy intensa con el que consideró su maestro, si entendemos el término relación en su sentido
más personal; sí es cierto que entendida en su sentido más teórico la hubo, y de una intensidad
que raya en la dependencia. Pero también sobre su relación con Sócrates hay posiciones
contradictorias. El que no estuviera presente en la muerte de Sócrates ha hecho pensar que no
pertenecía al círculo íntimo de amigos de Sócrates; sin embargo, parece que sí se ofreció como
aval de la multa que presumiblemente la Asamblea impondría a Sócrates, antes de que
cambiara su decisión por la condena a muerte.
ALEGORIA DE LA CAVERNA
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Represéntate ahora el estado de la naturaleza humana respecto de la ciencia y de la
ignorancia, según el cuadro que de él voy a trazarte. Imagina un antro subterráneo que tiene
todo a lo largo una abertura que deja libre a la luz el paso. y. en ese antro, unos hombres
encadenados desde su infancia, de suerte que no puedan cambiar de lugar ni volver la cabeza,
por causa de las cadenas que les sujetan las piernas y el cuello, pudiendo solamente verlos
objetos que tengan delante. A su espalda, a cierta distancia y a cierta altura, hay un fuego cuyo
fulgor les alumbra, y entre ese fuego y los cautivos se halla un camino escarpado. A lo largo de
ese camino, imagina un muro semejante a esas vallas que los charlatanes ponen entre ellos y
los espectadores, para ocultar a éstos el juego y los secretos trucos de las maravillas que les
muestran. —Todo eso me represento.—Figúrate unos hombres que pasan a lo largo de ese
muro, porteando objetos de todas clases, figuras de hombres y de animales de madera o de
piedra, de suerte que todo ello se aparezca por encima del muro. —Los que los portean, unos
hablan entre sí, otros pasan sin decir nada. — ¡Extraño cuadro y extraños prisioneros!
—Sin embargo, se nos parecen punto por punto. Y. ante todo, ¿Crees que verán otra cosa de sí
mismos y de los que se hallan a su lado más que las sombras que van a producirse frente a
ellos al fondo de la caverna? — ¿Qué más pueden ver, puesto que desde su nacimiento se
hallan forzados a tener siempre inmóvil la cabeza?— ¿Verán, asimismo, otra cosa que las
sombras de los objetos que pasen por detrás de ellos? —No. —Si pudiesen conversar entre sí.
¿No convendrían en dar a las sombras que ven los nombres de esas mismas cosas? —
Indudablemente. — Y si al fondo de su prisión hubiese un eco que repitiese las palabras de los
que pasan, ¿no se figurarían que oían hablar a las sombras mismas que pasan por delante de
sus ojos? —SÍ. —Finalmente, no creerías que existiese nada real fuera de la sombras. —Sin
duda.
—Mira ahora lo que naturalmente habrá de sucederles, si son libertados de sus hierros y se les
cura de su error. Desátese a uno de esos cautivos y oblíguesele inmediatamente a levantarse, a
volver la cabeza, a caminar y a mirar hacia la luz; nada de eso harán sin infinito trabajo; la luz le
abrasará los ojos y el deslumbramiento que le produzca le impedirá distinguir los objetos cuyas
sombras vela antes. ¿Qué crees que respondería si le dijesen que hasta entonces no ha visto
más que fantasmas, que ahora tiene ante los ojos objetos más reales y más próximos a la
verdad? Si se le muestran luego las cosas a medida que vayan presentándose, y se le obliga,
en fuerza de preguntas, a decir qué es cada una de ellas, ¿no se le sumirá en perplejidad, y no
se persuadirá a que lo que antes veía era más real que lo que ahora se le muestra? —Sin duda.
—Y si se le obligase a mirar al fuego, ¿no enfermaría de los ojos? ¿No desviaría sus miradas
para dirigirías a la sombra, que afronta sin es fuerzo? ¿No estimaría que esa sombra posee
algo más claro y distinto que todo lo que se le hace ver?
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—Si llegase entonces a recordar su primera morada, la idea que en ella se tiene de la sabiduría,
y a sus compañeros de esclavitud, ¿no se alborozaría de su mudanza, y no tendría compasión
de la desdicha de aquellos? —Seguramente. — ¿Crees que sintiese todavía celos de los
honores, de las alabanzas y recompensad allí otorgadas al que más rápidamente captase las
sombras a su paso, al que recordase con mayor seguridad las que iban delante, detrás o juntas,
y que por tal razón sería el más hábil en adivinar su aparición, o que envidiase la condición de
los que en la prisión eran más poderosos y más honrados? ¿No preferiría, como Aquiles en
Hornero pasarse la vida al servicio de un pobre labrador y sufrirlo todo, antes que volver a su
primer estado y a sus ilusiones primeras?
ACTIVIDAD
A. Realiza un esquema donde se muestre la caverna descrita por Platón con sus
características.
B. En la historia de la caverna, están representados cada uno de los campos y niveles del
conocimiento según Platón. Identifica cada uno de ellos, explicándolos.
C. Consultar todos los diálogos de Platón y la descripción de cada uno.
ARISTOTELES
Aristóteles nació en el año 384 a.C. en una pequeña localidad macedonia cercana al monte
Athos llamada Estagira, de donde proviene su sobrenombre, el Estagirita. Su padre, Nicómaco,
era médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo y, por tanto, abuelo de Alejandro Magno.
Nicómaco pertenecía a la familia del Asclepíades, que se reclamaba descendiente del dios
fundador de la medicina y cuyo saber se transmitía de generación en generación. Ello invita a
pensar que Aristóteles fue iniciado de niño en los secretos de la medicina y de ahí le vino su
afición a la investigación experimental y a la ciencia positiva. Huérfano de padre y madre en
plena adolescencia, fue adoptado por Proxeno, al cual pudo mostrar años después su gratitud
adoptando a un hijo suyo llamado Nicanor.
En el año 367, es decir, cuando contaba diecisiete años de edad, fue enviado a Atenas para
estudiar en la Academia de Platón. No se sabe qué clase de relación personal se estableció
entre ambos filósofos, pero, a juzgar por las escasas referencias que hacen el uno del otro en
sus escritos, no cabe hablar de una amistad imperecedera. Lo cual, por otra parte, resulta lógico
si se tiene en cuenta que Aristóteles iba a iniciar su propio sistema filosófico fundándolo en una
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profunda crítica al platónico. Ambos partían de Sócrates y de su concepto de eidos, pero las
dificultades de Platón para insertar su mundo eidético, el de las ideas, en el mundo real
obligaron a Aristóteles a ir perfilando términos como «sustancia», «esencia» y «forma» que le
alejarían definitivamente de la Academia. En cambio es absolutamente falsa la leyenda según la
cual Aristóteles se marchó de Atenas despechado porque Platón, a su muerte, designase a su
sobrino Espeusipo para hacerse cargo de la Academia. En su condición de macedonio
Aristóteles no era legalmente elegible para ese puesto.
El conocimiento humano de la realidad sigue un proceso complejo. En primer lugar operan los
sentidos. Por medio de ellos penetran en nuestra mente las cualidades sensibles de las
cosas. Seguidamente, el sentido común reúne estas cualidades y las unifica en una imagen
total o fantasma del objeto sentido. Dichas imágenes se conservan en la fantasía o
imaginación. Luego el entendimiento agente ilumina 'estas imágenes y las depura de su
materialidad y particularidad para obtener los conceptos universales. Finalmente, el
entendimiento paciente establece relaciones entre estos conceptos y da lugar al conocimiento
científico.
El nivel más simple del conocimiento consiste en la sensación, qué es común con los animales,
lo mismo que la memoria, gracias a la cual es posible aprender. El hombre posee otros modos
superiores de saber. En primer lugar, tiene la experiencia, empeiría que consiste en el
conocimiento de las cosas concretas/ con sus características particulares percibidas de un
modo inmediato. De ahí que la empeiría no se pueda enseñar. Cada uno la aprende por sí
mismo al ponerse en contacto con las cosas.
Un grado de conocimiento superior lo alcanzamos cuando sabemos qué son las cosas por sus
causas y principios. Ya no es un saber mostrativo, sino demostrativo. Este es el saber de la
ciencia, que en griego se llama epistéme. La ciencia obtiene conclusiones a partir de los
principios y opera con las conclusiones.
Ahora bien, los principios están por encima del conocimiento demostrativo. Ellos no se
demuestran, porque entonces serán conclusiones y no principios. El último grado del saber, de
tipo intuitivo, consiste en el nous o inteligencia. Ella conforma en unión con la epistéme la
verdadera sabiduría. Es el grado supremo de la ciencia, la filosofía, que tiene por objeto •el ser
en cuanto tal y los principios del saber.
El nivel de la ciencia tiene muchas ramas. Aristóteles clasifica las ciencias en tres grupos:
teóricas, prácticas y poéticas.
Las ciencias teóricas reciben su nombre de theoría que significa contemplación. Son aquéllas
cuya actividad está orientada al conocimiento mismo del ser de las cosas. Pretenden saber lo
que las cosas son, prescindiendo de su utilidad. Ciencias teóricas son la física (ciencias físico-
naturales), la matemática y la filosofía primera o metafísica. Aristóteles distingue estas tres
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ciencias por el grado de abstracción. La física hace abstracción de los caracteres singulares y
opera con las cualidades sensibles. Ocupa el primer grado de abstracción. A ella se asimilan
la biología y la sicología. Un grado más alto de abstracción lo ocupa la matemática que
prescinde de las cualidades sensibles y tiene por objeto la cantidad en cuanto tal. En un tercer
grado de abstracción, la metafísica prescinde de la cantidad y estudia el ser. Se divide a su vez
en antología, tratado del ser en cuanto ser, y teología, tratado de Dios como el ser supremo.
La filosofía primera es la verdadera sabiduría (sophía), superior en profundidad, universalidad y
desinterés a cualquier ciencia.
Las ciencias prácticas, de praxis: actuación, son aquellas que tienen por objeto la conducta
del hombre, su acción en el sentido de actuación. A ellas pertenecen la ética, la económica y
la política, que consideran el actuar del hombre respectivamente en cuanto individuo, en
cuanto miembro de una familia y en cuanto miembro de la sociedad civil.
Finalmente, Aristóteles entiende por ciencias poéticos aquellas que van dirigidas al hacer o
producir algo. Reciben su nombre de poíesis, que significa producción, fabricación. Esta
producción puede ser de tipo material o locucional. A las ciencias poéticas pertenecen todos los
saberes técnicos y las artes, en especial la gramática, la retórica y la poética.
La lógica
A las ciencias anteriores hay que añadir la lógica, que Aristóteles no incluye entre ellas por
constituir su fundamento, el instrumento del saber científico (logos: palabra-razón). De ahí el
nombre de Organon (instrumento) que se le dio posteriormente a todos los libros que la
componen. La lógica aristotélica es tan perfecta que tardó muchos siglos en ser superada.
En ella se estudia la definición, que versa sobre los conceptos con sus diferencias; luego se
estudia el juicio, que establece relaciones afirmativas o negativas entre los conceptos, y el
razonamiento. El razonamiento constituye el medio para la demostración, y puede ser
deductivo o inductivo. Por deducción se 'entiende el proceso demostrativo que elabora
conclusiones particulares a partir de premisas o supuestos generales. Se expresa mediante el
silogismo que consiste en dos premisas, una mayor y otra menor, y una conclusión. Aristóteles
establece las leyes, las figuras y los modos del silogismo.
La inducción es el proceso que elabora, a la inversa, un juicio o ley general a partir de Juicios
particulares, fundados en observaciones o experimentos. Puede ser completa o incompleta,
según tenga en cuenta o no todos los casos particulares. La aristotélica es inducción completa.
Además de esto, la lógica de Aristóteles trata otros muchos temas: clasificación de los juicios y
las proposiciones, las categorías, el análisis y refutación de los sofismas, etc.
Con el Imperio forjado por Alejandro Magno la vieja organización política de Grecia basada en
la "polis", queda sustituida por el inmenso mecanismo social de la organización imperial. Grecia
pierde su hegemonía política y se transforma en provincia del vasto Imperio macedónico,
primero, y del Romano, después.
El ciudadano griego deja de ser célula viviente de un organismo político donde activamente
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podía participar y realizar su dimensión social, y pasa a constituirse en una simple pieza de una
extraña maquina que le es totalmente ajena e insuperable.
Por esta circunstancia histórica, el hombre griego se siente inseguro y se retrae a la intimidad
de la vida privada (escuelas morales) o se refugia en la vía mística (neoplatonismo).
La Filosofía, en esta situación, pierde los vuelos metafísicas y la proyección política que había
tenido con Platón y Aristóteles, y se convierte en una reflexión en busca de normas para la
organización de la vida personal y en un consuelo para colocar al hombre en calma en medio
de un mundo turbulento y extraño. El individuo quiere solucionar su desamparo y acude a la
filosofía. Así ésta se convierte en una ética sin dimensión social ni política; deja de ser un saber,
un fin en sí mismo para constituirse en medio para proporcionar una vida feliz al hombre
solitario.
ACTIVIDAD.
1. Elabore una síntesis de la filosofía clásica griega.
2. Con su diccionario filosófico busque el significado de diez palabras.
3. ¿Cuál es la principal diferencia entre la filosofía clásica y la filosofía de la naturaleza?
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EL EPICUREISMO
Se establece en Atenas y funda en el jardín de su propia casa, la llamada Escuela del Jardín,
más semejante a un círculo social o a un club de amigos que a una escuela convencional.
La filosofía de Epicuro queda marcada por 'el atomismo de Demócrito y la moral hedonista de
los cirenaicos. De las obras que escribió conservamos algunas cartas y fragmentos de su obra
"Sobre la Naturaleza".
Su filosofía es funda mentalmente ética, pero, a fin de desterrar falsas opiniones sobre la
realidad, propone una física fundada en una "canónica" que proporcionará los criterios de
verdad.
La física
Influenciado por el atomismo mecanicista de Demócrito, Epicuro admite dos principios reales
constitutivos de todos los cuerpos: |os átomos y el vacío. Todos los átomos son de la misma
calidad, solamente varían por la figura y el peso. El movimiento se explica por simples razones
mecánicas, sin necesidad de introducir fuerzas diferentes fuera de estos dos elementos
materiales. En la naturaleza todo está regido por la casualidad mecánica. Los dioses no
intervienen en la marcha del mundo. El alma es libre y con la muerte se descomponen sus
átomos y no sobrevive. La muerte no podemos experimentarla, lo mismo que no podemos
sorprender el instante en que nos dormimos, por esto que no debe turbarnos: "Mientras vivimos,
la muerte no ha llegado; cuando llega ella, nosotros ya no estamos".
La ética
El principio básico de la ética epicúrea es: bueno es el placer y malo es el dolor. Se debe tender
a evitar el mayor número posible de dolores y obtener la mayor cantidad de placeres. El mal
supremo es el dolor: hay que superarlo consolándose de que los dolores violentos no son largos
y los largos no son violentos, o en último término, recurriendo al suicidio. "Se puede salir de la
vida como del teatro, cuando no nos guste".
Hay tres clases de placeres: a) los naturales y necesarios que hay que satisfacer, b) los
naturales pero no necesarios (la sexualidad, etc.) que se deben moderar, y los que no son ni
naturales ni necesario (lujos, etc.) que se deben evitar totalmente porque atenían contra la
tranquilidad al poner al hombre frente a una carrera insaciable de nuevas y mayores
satisfacciones.
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El ideal del sabio será medir con arte para evitar el dolor y conseguir la imperturbabilidad
(ataraxia) y la ausencia de preocupaciones (aponía). Por este motivo se desaconseja el
matrimonio, los cargos públicos y todo lo que pueda originar preocupaciones.
EL ESTOICISMO
Etapas
El fundador de la escuela estoica es Zenón de Citio (335-263 a.C.) que estableció en el Pórtico
o Stoa, su escuela. El estoicismo pasa por tres etapas:
1a. La Stoa antigua, representada por Zenón y Crisipo. Siguen la enseñanza moral de los
cínicos, la física de Heráclito y la lógica de Aristóteles.
2a. La Stoa medio (siglo I a.C.) se confunde con el eclecticismo al que nos referiremos más
tarde. Suaviza la posición moral rigurosa del estoicismo antiguo-en una actitud conciliadora.
3a. La Stoa nueva, que florece con notable apogeo en Roma identificándose con sus figuras
clásicas: Séneca, Epicteto, Marco Aurelio, etc. Su proyección religiosa anuncia ya el
surgimiento de la metafísica religiosa.
La Stoa antigua
Desarrolla notablemente la lógica aristotélica dándole una orientación idiomática. Para ellos,
sólo los conocimientos obtenidos por lo experiencia tienen realmente validez (representaciones
catalécticas).
La norma ética según el estoicismo es “vivir según la naturaleza” Es decir, según la razón
cósmica que lo gobierna todo, dominar las pasiones para ser señor de si mismo (autarquía) y
no turbarse por nada (apotío). La virtud consiste en obrar razonablemente, en liberarse de todo
lo que pueda esclavizar y conseguir la imperturbabilidad. La única libertad posible es obrar
conforme a la razón: acomodarse a los acontecimientos y querer lo que tiene que suceder.
Séneca (4-64 d.C.), nacido en Córdoba (España), fue maestro de Nerón, quien lo condenó a
muerte temeroso de que estuviera participando en un complot contra él. Entre sus obras figuran
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títulos tan significativos en la ética estoica como: De la tranquilidad del alma. De la brevedad
de la vida, La Providencia, La clemencia, etc. Séneca se interesa notablemente por el
conocimiento de Dios y del alma. Abandona el panteísmo estoico antiguo y su fatalismo y
postula un Dios más personal, bueno y providente que obra en el interior del hombre y que hay
que escuchar identificándose con su voluntad. Revive la concepción antropológica platónica
acentuando la dignidad del alma y su quehacer ascético que nos prepara para la verdadera
vida.
Para Séneca, la virtud es suficiente para la felicidad, lo demás (riquezas, prestigio, placeres,
etc., sólo vale en cuanto está subordinado a la virtud. Afirma la fraternidad universal del género
humano, la igualdad de todos los hombres, su dignidad ("Homo res sacra homini") y la
necesidad del amor al prójimo, ideas muy cercanas a las que acabaría por imponer en el
Imperio Romano el Cristianismo naciente (cfr. Lectura III).
Epicteto (50-125 d.C.), fue esclavo liberto. Para él, el bien y el mal existen en nosotros mismos,
no fuera. La libertad está en el interior de cada hombre, en el dominio de sí mismo, en no
depender de lo exterior. Centra su moral en Dios conceptuado como Padre que quiere nuestro
bien.
Marco Aurelio ('121-180 d.C.), emperador romano de origen español, escribe Soliloquios. Los
temas de sus meditaciones son: la independencia del mundo exterior, la obligación de hacer el
bien, la solidaridad con todos los hombres y con el universo y la preparación para la muerte que
nos abre a la verdadera vida.
Con el estoicismo romano se amplía y depura la temática de la Stoa antigua abriéndola a una
actitud más humana y religiosa; esto caracterizará el espíritu clásico romano y preparará, de
alguna forma, la floración del Cristianismo en el ámbito greco-romano.
EL ESCEPTICISMO
Escepticismo antiguo
Tiende sus antecedentes en los sofistas v sus orígenes, como Escuela, en Pirrón de Elis (365-
270 a.C.). Conocemos sus ideas por las obras de su discípulo Timón de Flionte. Negaba la
validez de las sensaciones y del conocimiento racional. Las cosas no se pueden conocer
verdaderamente: no podemos pronunciarnos sobre su significación real, apenas reconocerlas
tal como aparecen. El sabio mantendrá la tranquilidad de su espíritu con la indiferencia y no
adhiriéndose a ninguna opinión (afasia). Quien no se acalora por nada, en nada sufre
desengaño. Cuando haya de tomar alguna decisión práctica podremos inclinarnos hacia donde
nos fuerce la necesidad natural, las costumbres del lugar o, finalmente, el azar.
Es más radical que los anteriores: hay razones para dudar de todo y abstenerse de juzgar. El
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representante máximo del escepticismo ro mano es Sexto Empírico (s. II. d.C.). Resume todos
los tropos o razones para suspender todo Juicio (epojé) en el siguiente dilema: todas las cosas
deberían ser comprendidas por sí mismas o por otras; por sí mismas no lo son porque no existe
criterio alguno incontrovertible (todo es discutible); tampoco por otras, pues éstas necesitarían
siempre de otras y así indefinidamente. Todo esto evidencia que la experiencia no puede
sobrepasar el fenómeno y que nunca sabemos lo que hay tras las apariencias, por lo que todas
las ciencias (incluidas las matemática s/ la lógica, etc.) son insostenibles (cfr. Lectura IV).
EL ECLECTICISMO
Surge como postura de transición frente a corrientes contrapuestas y extremas como las
anteriores. La evidencia pierde importancia y se comienza a satisfacer con la simple
verosimilitud sobre la cual se propone un asentimiento universal; el criterio de verdad pasa a ser
estadístico: una aceptación generalizada puede ser valedera para fundamentar las costumbres
morales o los juicios.
El representante más típico del eclecticismo es -el romano Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.)
quien afirma: "No somos de aquellos a quienes nada parece verdadero; pero pensamos que
algún error siempre se junta con muchas cosas verdaderas. Por eso en todo buscamos siempre
lo más probable".
Esta actitud ecléctica (del griego, "elegir") se acomodó muy bien al espíritu romano que
buscaba conciliarse con los pueblos vencidos y recoger de ellos lo que pudiera resultar valioso.
En este sentido, Cicerón, que había estudiado en la Academia de Atenas, difunde entre los
romanos las doctrinas filosóficas en boga de la cultura griega.
Cicerón define las ideas innatas, la doctrina platónica sobre el alma, la concepción finalística de
la naturaleza de Aristóteles, la visión providencialista de los estoicos, etc. Apela constantemente
al "consensus gentium" (certidumbre de los pueblos) como garantía última de la verdad.
Así, el eclecticismo se presenta como la filosofía del "sentido común" y de las exigencias
prácticas de una moral convencional abierta a la dimensión religiosa, que preludia la
efervescencia religiosa que manifestará el neoplatonismo.
EL NEOPLATONISMO
Uno de los primeros en expresar este intento de "metafísica religiosa" será Filón de Alejandría (30
a.C. - 40 d.C.), judío creyente y amigo entusiasta de la filosofía griega que tratará de realizar una
síntesis entre fe judaica y filosofía platónica.
Filón presenta al Logos como intermediario entre el mundo y Dios, como lo mente divina que
crea el mundo espiritual de las Ideas según las cual-es han de formarse las cosas. Luego
ordenará la materia eterna creando el mundo material. El deber moral del hombre en esta vida
consiste en sustraerse a la influencia de la sensualidad v elevarse a la contemplación de Dios
26
conformándose con su voluntad.
Platino conceptúa la vida como una marcha ascendente hacia lo Uno, siempre trascendiendo
hacia el Principio originario hasta reabsorberse místicamente en el Absoluto. Así, nuestro fin
consiste en la ascensión hacia Dios, que se realiza en tres etapas: la purificación de toda
sensualidad por rigurosa ascesis/ el dominio del espíritu con la contemplación de las Ideas y el
éxtasis por el que se entrega la individualidad en unión íntima con Dios, anticipo de la dicha que
nos espera después de la muerte. El éxtasis es privilegio de las almas mas puras que se
sumergen en la divinidad para identificarse con el Uno.
El neoplatonismo de Platino fue la última gran creación filosófica del pensamiento griego.
El mensaje cristiano irrumpe con vigor en el escenario cultural del mundo antiguo, y los filósofos
paganos se limitan a combatirlo. La necesidad de traducir ese mensaje en formas filosóficas
inteligibles para la época dará origen a un nuevo quehacer filosófico: la Patrística y la
Escolástica que forjarán el discurso filosófico medieval.
ACTIVIDAD.
1. Elabora un mapa mental donde presente el contenido de la filosofía en la época
antigua.
2. Elabore una línea de tiempo de esta época de la filosofía.
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Filosofía Árabe y Averroes y Maimonides
Judía
Renacimiento Luis vives, Nicolás de Cusa, Bruno, Moro, Maquiavelo, Vitoria, Suarez y
Montaigne
MARCO REFERENCIAL.
La Patrística
La patrística (del latín Pater: Padre) es la teología cristiana que se manifiesta en los siglos I – VIII,
apologética de los Padres de la Iglesia. Estos al principio defendían los dogmas de la religión
cristiana contra el paganismo y afirmaban la incompatibilidad de la fe cristiana (dogma) con la
filosofía antigua. Luego a partir del siglo III la patrística se aboca a adaptar la filosofía Griega –
neoplatonismo-(convenientemente e inteligentemente) a los fundamentos del cristianismo. Los
principales representantes de la Patrística son: Tertuliano (150-222), Clemente de Alejandría
(150 – 215), Orígenes (185 – 284) y San Agustín. La filosofía medieval trasciende entre los siglo
VI Y XV. Distinto de lo ocurrido con la filosofía griega, la cual había centrado su reflexión en torno
a la determinación del Universo, del objeto, del hombre, la filosofía medieval centrará su interés
en Dios. La filosofía griega había dado una orientación práctica al saber, dirigiéndolo hacia la
felicidad del hombre. La filosofía medieval está en consonancia con las creencias religiosas,
concretamente de las monoteístas: judía, cristiana y musulmana. El hombre es creado a imagen
de Dios con un alma inmortal y un cuerpo que resucita. El premio a una buena vida moral es un
Paraíso. El pecado habrá que pagarlo siempre, a menos que Dios lo perdone. El pecado no es
ignorancia (filosofía griega), sino maldad humana (cristianismo). La filosofía medieval tiene como
fuente de sabiduría, de influencia inmediata, la filosofía griega. Pero se centra en que la verdad
tiene origen divino: Dios había hablado a los hombres y él mismo había revelado la verdad”. El
pensamiento medieval estaba dominado por la fe cristiana, así se puede concluir que la filosofía
tradicional pierde aquí su antigua autonomía y deviene en ancilla Theologiae, es decir, pasa a
estar subordinada a la teología. El período en el cual concluye el período medieval, en la Historia
de la Filosofía es El Renacimiento. Los escritos de los Padres, o literatura Patrística, sintetizaron
la doctrina cristiana tal y como se encuentra en la Biblia, especialmente en el Evangelio, los
escritos de los Padres Apostólicos, las máximas eclesiásticas y las decisiones de los concilios de
la Iglesia facilitaron un conjunto doctrinal articulado de la enseñanza cristiana para su transmisión
por todos los rincones del Imperio romano. La filosofía y la teología medievales, es lo que se ha
llamado La Escolástica, corriente filosófica de edad media. La escolástica asimiló la filosofía
pagana al cristianismo y preparó el camino para la autonomía que la filosofía y la ciencia
conquistarían a partir del Renacimiento. Su principal exponente fue Tomás de Aquino.
Cronológicamente se desarrolló en el período que abarca los siglos XI al XIV. Los antecedentes
inmediatos de la escolástica los encontramos en el final de la patrística, momento en el que se
estableció definitivamente una conciliación entre la filosofía griega, fundamentalmente el
platonismo y el neoplatonismo, y el pensamiento cristiano. Toda la dogmática cristiana,
disciplinas enteras como la filosofía del espíritu y la filosofía de la historia ostentan la marca
inconfundible que les imprimió ésta más aun: el espíritu cristiano y el de la modernidad están
influidos decisivamente por un personaje de ésta etapa de la historia: San Agustín; notable es
decir que la Reforma como la Contrarreforma han recurrido de un modo especial a las fuentes
agustinianas. NOTAS.- La palabra «apologista» hace referencia a esos antiguos escritores
cristianos que se proponían defender la nueva religión de las graves acusaciones de los paganos
y de los judíos, y difundir la doctrina cristiana de una manera adaptada a la cultura de su tiempo.
De este modo, entre los apologistas se da una doble inquietud: la propiamente apologética,
defender el cristianismo naciente («apologhía» en griego significa precisamente «defensa»); y la
de proposición, «misionera», que busca exponer los contenidos de la fe en un lenguaje y con
categorías de pensamiento comprensibles a los contemporáneos. LA PATRISTICA PADRES
APOLOGISTAS DIOS HOMBRE MUNDO JUSTINO (100-165) Desde el punto de vista teológico
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afirma que Dios es un ser único, innombrable. Dios es uno, bueno, sin principio, ingénito
(agenetos), inefable y sin nombre. De él procede el verbo (un dios diferente en cuanto al nombre
pero no en cuanto al concepto) que ha sido engendrado por Dios antes de la creación. Designa al
hijo de Dios como el Logos. Mediador de la divina revelación. El hombre es un ser capaz de
deificación (poder de hacerse dios). El logos es Cristo hecho Carne, hecho hombre. No existe
conflicto entre la fe y la razón. La razón tiene un valor intrínseco para conocer algunas verdades.
En el hombre la unidad de cuerpo y alma surge de Dios. Y a Él habrá de volver. DIOS HOMBRE
MUNDO TERTULIANO Quinto Septimio Florencio Tertuliano nació en Cartago, hacia el año 155
su discurso se centraba en la relación de la fe y la razón, teniendo preeminencia la primera, apela
a la vía interior de las "nociones comunes para demostrar a Dios. Dios creó el universo con su
palabra. Sólo Dios está sin pecado. El único hombre sin pecado es Cristo, porque Cristo también
es Dios" [El alma 41:3, por Tertuliano, año 210 d.C]. El cristianismo será la culminación de un
saber natural sobre Dios pero nada tiene que ver con la filosofía. El hombre procede de Dios. Es
hijo de Dios. Ambos son la misma sustancia. La filosofía es el objeto de la sabiduría mundana,
intérprete temeraria del ser, y de los designios de Dios. Todas las herejías tienen su origen en
último término en la filosofía que es del mundo no de Dios. ESCUELA DE ALEJANDRIA Primeros
intentos de exposición sistemática del pensamiento cristiano en términos filosóficos DIOS
HOMBRE MUNDO CLEMENTE DE ALEJANDRIA Nombre completo: Tito Flavio Clemente. Nació
hacia el año 150, probablemente en Atenas. Murió en Capadocia poco antes del 215. El Logos,
es el principio de la existencia y el creador del mundo. Sólo Él [Jesús] es tanto Dios como
Hombre, y la fuente de todas nuestras cosas buenas" [Exhortación a los griegos, de San
Clemente de Alejandría, 190 d.C. La plenitud del conocimiento del hombre y por tanto de la
salvación la ha traído el Logos, Jesucristo, que llama a todos para que le sigan. “La filosofía, a su
vez, sirve de preparación para la sabiduría. La filosofía es, pues, el ejercicio de la sabiduría, y
llamo sabiduría a la ciencia de las cosas divinas y humanas y de sus causas respectivas” La
filosofía es en efecto una preparación que abre el camino aquel que ha de ser perfeccionado por
Cristo...” La filosofía también es un don de DIOS. La verdadera virtud en el hombre se presenta
en un modo de vida, (en este MUNDO físico), natural, simple y moderada. El cristiano vive por
amor, libre de pasión, su vida es una oración constante. El pecado se basa en la voluntad libre
del hombre; la iluminación por el Logos lleva al hombre al conocimiento, y éste resulta en
decisiones correctas que guían al hombre hacia Dios hasta que lo asimilan a El (Stromata iv.
DIOS HOMBRE MUNDO ORIGENES Apodado Adamancio (185 a 254) Fue discípulo de
Clemente de Alejandría. Y luego su sucesor. Nota curiosa: El se castró a sí mismo. Con él
comienza la cristología. Aunque [el Hijo] era Dios, tomó carne; y habiendo sido hecho hombre,
permaneció como era: Dios" [Las doctrinas fundamentales 1:0:4; por Orígenes, c.185-c.254 d.C.]
A través de una generación eterna del Hijo (Cristo), el Logos, Dios se comunica desde toda la
eternidad. Cristo es el mediador de la redención. En la Teología de Orígenes el Hijo de Dios es
inferior al Padre y puede ser considerado un "segundo Dios" (deuteros theos). En el mundo de
los sentidos del hombre se sitúa el espacio de la redención de criaturas caídas, que van desde
ángeles a hombres y a demonios. El hombre se libera gradualmente de lo terrenal.
(Tomado del libro filosofía medieval de la universidad Santo tomas)
ACTIVIDAD
1. Elabore una síntesis temática de la filosofía en la época medieval.
2. Realice una línea de tiempo de esta época.
LA Escolástica s autobiografías más famosas Una de las autobiografías más famosas del mundo,
las Confesiones de San Agustín, comienza de esta manera
La escolástica (del latín scholasticus, y éste a su vez del griego σχολαστικός [aquel que
pertenece a la escuela]), es el movimiento teológico y filosófico que intentó utilizar la filosofía
grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del cristianismo. La escolástica fue la
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corriente teológico-filosófica dominante del pensamiento medieval, tras la patrística de la
Antigüedad tardía, y se basó en la coordinación entre fe y razón, que en cualquier caso siempre
suponía una clara subordinación de la razón a la fe (Philosophia ancilla theologiae -la filosofía es
sierva de la teología-).Dominó en las escuelas catedralicias y en los estudios generales que
dieron lugar a las universidades medievales europeas, en especial entre mediados del siglo XI y
mediados del XV.Su formación fue, sin embargo, heterogénea, ya que acogió en su seno
corrientes filosóficas no sólo grecolatinas, sino también árabes y judáicas. Esto causó en este
movimiento una fundamental preocupación por consolidar y crear grandes sistemas sin
contradicción interna que asimilasen toda la tradición filosófica antigua. Por otra parte, se ha
señalado en la escolástica una excesiva dependencia del argumento de autoridad y el abandono
de las ciencias y el empirismo. Pero la Escolástica también es un método de trabajo intelectual:
todo pensamiento debía someterse al principio de autoridad (Magister dixit -lo dijo el Maestro-), y
la enseñanza se podía limitar en principio a la repetición o glosa de los textos antiguos, y sobre
todo de la Biblia, la principal fuente de conocimiento, pues representa la Revelación divina; a
pesar de todo ello, la escolástica incentivó la especulación y el razonamiento, pues suponía
someterse a un rígido armazón lógico y una estructura esquemática del discurso que debía
exponerse a refutaciones y preparar defensa.
Evolución
Alta escolástica
Se denomina "alta escolástica" la que tuvo lugar durante los siglos XI y XV, periodo
caracterizado por las grandes cruzadas, el resurgimiento de las ciudades y por un centralismo
del poder papal que desembocó en una lucha por las investiduras.
Anselmo de Canterbury
La figura más descollante de esta época fue san Anselmo de Cantérbury (1033-1109).
Considerado el primer escolástico, sus obras Monologion y Proslogion tuvieron una gran
repercusión, centrada sobre todo en su debatido argumento ontológico para probar la existencia
de Dios, hoy conocido mayormente a través de la refutación de él hecha por Kant.
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Pedro Abelardo (1079-1142) renovará la lógica y la dialéctica y creará el método escolástico de
la quaestio —un problema dialecticum— con su obra Sic et non. En el siglo XII, la escuela de
Chartres se renueva con las figuras de Bernardo de Chartres (muerto en 1124), Thierry de
Chartres, Bernardo Silvestre y Juan de Salisbury. Influidos por el neoplatonismo, el estoicismo y
la ciencia árabe y judía, su interés se centró fundamentalmente en el estudio de la naturaleza y
en el desarrollo de un humanismo que entrará en conflicto con las tendencias místicas de la
época representadas por Bernardo de Claraval (1091-1153).Hugo de San Víctor, sin embargo,
llevará a cabo una conciliación entre misticismo y es, siendo además el primero que escribió
una Summa teologica (Suma de Teología) en la Edad Media. Dominicos y franciscanos.El
apogeo de la escolástica coincide con el siglo XIII, en que se fundan las universidades y surgen
las órdenes mendicantes (dominicos y franciscanos, mayormente), de donde procederán la
mayoría de los teólogos y filósofos de la época. Los dominicos asimilaron la filosofía de
Aristóteles a partir de las traducciones e interpretaciones árabes de Avicena y Averroes. Los
franciscanos seguirán la línea abierta por la patrística, y asimilarán el platonismo, que era
mucho más armonizable con los dogmas cristianos.Entre los franciscanos destacan Alejandro
de Hales, san Buenaventura (1221-1274) y Robert Grosseteste, aunque este último perteneció
también a la Escuela de Oxford, mucho más centrada en investigaciones científicas y en el
estudio de la naturaleza y una de cuyas principales figuras fue Roger Bacon (1210-1292),
defensor de la ciencia experimental y de la matemática
1. Santo Tomás de Aquino nació en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, en el año 1225,
en el seno de una numerosa y noble familia italiana. Su padre, Landolfo, descendiente a su vez
de los condes de Aquino, estaba emparentado con el emperador Federico II. Su madre,
Teodora, era hija de los condes de Taete y Chieti. Recibió Tomás su primera educación, a partir
de los cinco años, en la abadía de Montecasino, de la que era abad su tío, permaneciendo en el
monasterio hasta 1239, cuando el emperador Federico II decretó la expulsión de los monjes. Allí
realizó los estudios ordinarios de gramática, latín, música, moral y religión.
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Moerbeke, el famoso traductor de las obras de Aristóteles, quien puso a su disposición varias
de sus traducciones, entre ellas algunas que se encontraba prohibidas en la época (De Anima,
De Sensu et Sensato y De Memoria et Reminiscentia) y que Sto. Tomás comentará, junto con
otras obras de Aristóteles como la Física y la Metafísica.
EL RENACIMIENTO
El Renacimiento es uno de los grandes momentos de la historia universal que marcó el paso de
mundo Medieval al mundo Moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregnó todos los
ámbitos yendo por tanto, más allá de lo puramente artístico como ha querido verse.
Para muchos autores empieza en 1453 con la conquista turca de Constantinopla. Según otros
es un nuevo periodo que surge desde el descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera
que no se produce hasta que Copérnico descubre el sistema heliocéntrico; pero la fecha tope es
1492, con el descubrimiento de América.
El término Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez
por el literato Petrarca y revalorada por el arquitecto y teórico Giorgio Vasari, que la delimita
en el mismo momento histórico en que tuvo lugar este movimiento cultural. Vasari lo acuña en
su obra Vidas de los más ilustres artistas para referirse a un movimiento que hace resucitar en
el arte y la cultura los valores espirituales de la antigüedad clásica. El término no empieza a
utilizarse hasta el siglo XVI, pero no será consagrado en sentido histórico, social y cultural hasta
mediados del siglo XIX.
Será a partir de este momento cuando ya cobrará fuerza el redescubrimiento del hombre como
individuo, el redescubrimiento del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre
liberado de todas las preocupaciones religiosas.
El Renacimiento es ante todo, un espíritu que transforma no sólo las artes, sino también las
ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara reacción al
espíritu teológico de la Edad Media, sin embargo la ruptura no se produce de manera violenta
porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el
Medievo, y esto es claramente apreciable en el terreno artístico.
Durante buena parte del siglo XV perviven las formas del arte medieval, iniciándose una
convivencia entre los clasicismos, que poco a poco van a ir imponiéndose a los elementos
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góticos en autores como Brunelleschi o Fra Angélico que ensayan movimientos que
posteriormente se van a desarrollar. Esta serie de fenómenos nos dan a entender que hablar de
ruptura no es del todo correcto, es quizá más una evolución que nos permite comprender mejor
ciertas manifestaciones del siglo XV.
Este movimiento surge en Italia a fines del siglo XIV y principios del XV, expandiéndose con
fuerza a Europa a mediados del siglo XV, y desde mediados del siglo XVI al mundo
hispanoamericano. Es un movimiento universal pero que adopta las características y modos
propios del pasado de las naciones a través de un proceso de asimilación. El que su origen sea
italiano es porque Italia es fundamental por su pasado histórico que ahora se quiere recuperar e
impulsar. Además hay otro factor relevante y es que en Italia nunca hubo un arraigo total y
fuerte de lo medieval como ocurrió en Europa, precisamente porque aún estaba latente el
espíritu clásico.
Desde finales del siglo XV los condottieri fueron personajes para los que la guerra era una
empresa esporádica más que una actividad permanente; la clave de este sistema se basaba en
la condotta, contrato en el que se especificaban las condiciones de los servicios prestados por
el capitán y sus soldados y su retribución por ellos. Este tipo de contrato se utilizó en otros
ámbitos, gracias al nacimiento de una fuerte burguesía prospera que buscaba su propio
beneficio. Nace ahora la clientela, debido a que la economía se va liberando y van tomando
autonomía los pequeños comerciantes y banqueros que, con su mecenazgo, van a impulsar
relaciones comerciales a nivel nacional e internacional. Pero este movimiento de capital no
estaba controlado por un Estado fuerte que promoviera dichas iniciativas, sino que
generalmente funcionaban como empresas privadas, gestionadas a menudo sobre una base
familiar, subordinándose a la iniciativa de un linaje o clase social acomodada. Generalmente se
trataba de aristócratas que no eran miembros de la nobleza ni pretendían serlo, y, sin embargo,
eran reconocidos como personajes de alto prestigio en la sociedad renacentista. Se mantenían
al margen de la corte, valiéndose de la situación de que el príncipe o monarca no conocían los
mecanismos financieros, abriéndose para ellos un campo extraordinario de oportunidades como
operadores económicos o intermediarios entre ellos financiando algunos de los gastos
extraordinarios de la corte. Pero aun sin pertenecer a la clase nobiliaria y eclesiástica, gracias a
su capital rivalizaron con ellos.
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ciudad la que generosamente propició con los fondos de sus arcas el engrandecimiento de las
ciudades. Así, por ejemplo, el Hospital de los Inocentes de Florencia fue costeado por el gremio
del arte de la seda.
Ya hemos dicho antes que el Renacimiento surgió en Italia, pero además, el Renacimiento del
siglo XV se da solo en este país. Se puede decir que en Francia, España y Alemania hacia
1450/1500 ya se conoce este movimiento, pero no se desarrolla plenamente hasta el siglo XVI.
El renacer de Italia estuvo ligado a la idea de la recuperación de la grandeza de Roma, que tras
la caída del Imperio Romano, y un periodo de anarquía y confusionismo, desde el quattrocento
se trata de romper con esa etapa bárbara para volver a esa idea de grandeza latina. La pérdida
de poder de la iglesia hizo que se propagaran las herejías, que finalmente darán a fines del
siglo XVI la Reforma Protestante
En esta época el Imperio Bizantino se tambaleaba por los turcos; la economía Europea estaba
en crisis y las revueltas se propagaban. Esta etapa de crisis afectó al pensamiento: el
escolasticismo de la Edad Media cae en un escepticismo radical. Los primeros pensadores
cristianos concedían una primacía al espiritualismo sobre lo material, existía una visión
providencialista, el poder de los Papas sobrepasaba al de los Príncipes y esto dio lugar a inicios
del Renacimiento a enfrentamientos entre ambos poderes.
Teorías de inicios del Renacimiento proponen que el gobierno es una institución terrenal pero
de origen divino. Surgen entonces nuevos pensadores que renuevan la teoría política,
exigiendo la separación de poderes: el gobierno es una institución terrenal de invención
humana que no tiene nada que ver con la divinidad. Uno de los primeros teóricos en afirmar
esta otra teoría fue Dante, que, en su obra De Monarquía defiende la autoridad civil sobre la
eclesiástica. Otros tantos pensadores proponen esta división como Marsilio de Padua y
Guillermo de Occam entre otros.
La teoría política de este periodo llega a su culmen con Maquiavelo, pensador que influirá
posteriormente en el pensamiento del Barroco. Este autor propone por primera vez la total
separación de poderes entre la Iglesia y Estado, pero incluso fue más allá: en su obra
Discursos afirmó que el objetivo de un buen gobernante debía ser el bienestar de su
comunidad, por tanto el soberano podía saltarse cualquier cuestión moral, ética o religiosa.
La polémica estaba servida en los núcleos eclesiásticos, culminando con la Reforma. Todas
estas ideas fueron posibles también gracias a los avances científicos de este periodo. La
ciencia cobrará un fuerte desarrollo gracias al humanismo y a inquietud intelectual. El
Humanismo tiene sus antecedentes en plena Edad Media, en la modernidad del pensamiento
de Abelardo, filósofo francés del siglo XII, que propugno una filosofía individualista ensalzando
la grandeza humana, en un momento en que domina la idea de Dios sobre lo terrenal. Un poco
más adelante otro antecedente aislado fue la corriente humanista desarrollada en el siglo XIII
en la Universidad de Charyres, donde se animaba a profundizar y conocer el mundo clásico.
Este brote aislado francés se da en Italia en términos similares en los círculos cultos de
Florencia, en la Academia Neoplatónica costeada por los Médici. El término Humanismus fue
acuñado en 1808 por el alemán Netharmer, refiriéndose al valor formativo en la educación de
los clásicos grecolatinos. El humanista del Renacimiento era por definición un erudito, un
hombre culto, enamorado de la antigüedad y preocupado por el estudio de todas las disciplinas
en el campo del saber. Se siente atraído por la filosofía de Platón. Los dos máximos defensores
de las concepciones platónicas fueron Marsilio Ficcino y Piccolo della Mirándola, que fueron
quienes fundaron la Academia Neoplatónica de Florencia
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En teoría defendían el pensamiento platónico adaptándolo al concepto cristiano. En la
Academia se promovió el estudio y la traducción de la cultura latina, destacando Pietro
Bracciolini que descubrió el Tratado de Arquitectura de Vitrubio, que será el modelo
tratadístico de los siglos XV y XVI; también es importante la figura de Poliziano que recuperó el
interés por la mitología, haciendo resurgir el paganismo en el arte cristiano.
La astronomía fue uno de los campos más importantes en el progreso científico, que influirá en
el cambio de pensamiento de los europeos gracias a la obra de Copérnico De Revolutionibus
Orbium Caelestium donde tira por la borda las teorías geocentristas de Ptolomeo, afirmando un
sistema heliocéntrico que explica de manera más efectiva los fenómenos astronómicos
observados. Se producen también extraordinarios inventos en el campo de la ciencia de la
navegación, impulsados por el descubrimiento de América: aparece el astrolabio y el
nocturlabio, la carta náutica o portulario, inventos que facilitaron la navegación y el afán de
aventura y conquista de nuevos territorios
A partir del siglo XVI estos conocimientos comienzan a difundirse por toda Europa, pero antes
de terminar esta brevísima introducción al Renacimiento hay que mencionar un hecho
importante que marcó el paso de este periodo al Barroco, y que conocemos como la crisis
Manierista. En 1527 los ejércitos del emperador Carlos V tomaron Roma y la sometieron a un
brutal saqueo donde fueron hechos prisioneros el Papado y el Sacro Colegio Cardenalicio.
Durante nueve meses toda la cristiandad estuvo sin guía, augurando ya el cambio con la
Reforma que desde Alemania se pedía con fervor. Un cambio que defraudó a muchos en su
esperanza por la renovación de la iglesia porque no llegó a culminar hasta varios años después
y sin cuajar en Roma. Pero, como indica André Chastel en su obra El Saco de Roma desde
esta fecha ya nada fue igual: esta crisis no sólo supuso un trágico ejemplo de la guerra, sino
que dio lugar a la difusión de una nueva mentalidad que afectó tanto a las artes como a las
letras más allá de Italia. Así surge el manierismo, término que deriva del vocablo italiano
Manieray que se refiere a los distintos modos gramaticales de diverso significado. El significado
más parecido sería estilo, aunque la maniera era considerada un atributo inherente al arte. La
llegada del Manierismo está relacionada con la creación y práctica de un tipo completamente
distinto en su personalidad, dotado de facultades individuales propias, esto suponía una
liberalización en parte de las reglas estéticas que se promovieron desde las Academias del
Renacimiento.
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manera inherente, hacen que aparezca la ruptura: el saqueo de Roma, la preparación del
Concilio de Trento, la nueva orientación de las rutas comerciales, la revolución económica en
toda Europa y la crisis económica en el ámbito mediterráneo, que hacen realidad la crisis y
también en parte la disolución del humanismo en Italia, en favor de una mentalidad que es por
un lado racionalista hasta el límite, y por otro lado radicalmente antiintelectualista. Esta crisis
comenzó con la duda de si eran concordantes las necesidades espirituales y corporales con las
creencias religiosas y la salvación, dando lugar a un arte donde lo espiritual no era
representado como algo que se consumía en las formas materiales, sino que podía ser
sugerido más allá de los límites de las formas. De esta manera el manierismo como anti
humanismo, como filosofía de vida y como nueva dirección por sus tendencias opuestas al
Renacimiento, podría designarse como Contrarrenacimiento. El Manierismo es por tanto, una
manifestación de crisis, la necesidad de nuevos horizontes para ser explorados que se produce,
sobre todo en el ámbito del arte, y que augura el nacimiento de un nuevo periodo: el Barroco.
ACTIVIDAD
Segundo periodo
4.HISTORIA DE LA FILOSOFIA EN LA EPOCA MODERNA
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continente inmenso, el continente americano al que llegaron los europeos en 1492 e iniciaron su
colonización, situación que permitió a Europa consolidarse como potencia y desarrollar al
máximo el capitalismo con las riquezas que se extraían de América.
Es necesario recordar que los aportes de Copérnico, Bacon y Galileo resultaban peligrosos y
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fueron perseguidos, puesto que se estaba retando la tradición católica que señalaba que los
argumentos válidos vienen dados con autoridad en la Biblia y por los padres de la iglesia;
también porque criticaban las ideas de Aristóteles que eran las más aceptadas desde que
Tomás de Aquino había logrado hacerlo coherente con la religión. Por esto, no fue fácil
defender estas ideas y estos autores fueron perseguidos, en especial Galileo que tuvo que
retractarse de su teoría para no ser sentenciado a muerte por la inquisición.
Descartes quiere rechazar el escepticismo en el que se puede caer a partir de las ideas de
Bacon. Se propone llegar al fundamento del conocimiento, de manera que pueda tener la
certeza de algo. Para lograrlo se ubica en una situación de duda. Dudar de todo lo que no se
tenga plena certeza. Duda entonces del conocimiento sensible que proviene de los sentidos,
puesto que en ocasiones es engañoso, como cuando observamos una figura a lo lejos y al
acercarnos vemos que es otra cosa. Duda también del conocimiento inteligible, pues en
ocasiones al soñar nuestro pensamiento nos hace parecer que no hay diferencia entre el sueño
y estar despiertos. Duda también de los mismos conocimientos matemáticos, afirmando que
podría existir un genio maligno, que nos hace caer en el error cada vez que razonamos. Pero si
nos engañan y si nos equivocamos es porque existimos. Por tanto, pareciera que de lo único
que no se puede dudar es que existimos y de esto tenemos certeza porque pensamos.
Entonces concluye su célebre frase cogito ergo sum, pienso por tanto existo, o como muchos la
han traducido pienso luego existo. Esta frase le da un nuevo sentido a la de Agustín, me
equivoco luego existo, y va a poner a la razón como la dimensión humana más importante para
la filosofía moderna, rechazando el escepticismo y ubicando al hombre como “cosa que piensa”.
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A esta manera de concluir que la razón es la dimensión central en el hombre se le denomina la
duda metódica o la duda cartesiana.
Para Descartes existen 3 tipos de sustancia. Una sustancia infinita, eterna y perfecta que es
Dios. La sustancia extensa o res extensa, que es el mundo corpóreo, las cosas con extensión.
Por último, la sustancia del pensamiento ores cogitans que es la sustancia pensante, inmaterial,
no corpórea. Las dos últimas son consideradas finitas al contrario que la primera. Esto hace que
Descartes llega a otra forma de dualismo, entre cuerpo como res extensa y alma como res
cogitans. Finalmente, teniendo en cuenta el ideal de una ciencia universal, Descartes
consideraba que el mundo se regía por leyes universales que debían ser comprendidas para
comprender a sí mismo los fenómenos específicos. Esto quiere decir que el mundo funciona
como una máquina y todo puede ser reducido al reconocimiento de su funcionamiento como
partes de una máquina, con materia y movimiento. A estos planteamientos se les conoce como
mecanicismo y reduccionismo.
Se puede afirmar que con la llegada del europeo a América en 1492, la consolidación de
Estados nacionales en Europa que se alejaban del sistema feudal, la reforma protestante que
daba apertura en las creencias religiosas, el crecimiento del capitalismo y las ideas de
Descartes que ponían a la razón como la dimensión humana fundamental, ya se puede hablar
formalmente de la era moderna o en otros términos de la noción de modernidad. Entre el siglo
XVI al siglo XVIII en Europa, los debates filosóficos fundamentalmente giraron en torno a la
pregunta por el conocimiento y la filosofía política, sin dejar del todo otros campos, pero
distanciándose de las preguntas metafísicas que ocuparon a los pensadores de la Edad Media.
En cuanto a la filosofía política, se puede afirmar que los cambios sociales, primero del sistema
feudal a un sistema más centralizado conocido como monarquía absolutista, y luego de la
monarquía absolutista hacia el novedoso sistema democrático, fueron las situaciones que
hicieron que los filósofos se cuestionaran por la forma más adecuada de organizar la sociedad.
La mayoría de filósofos de este periodo consideraron que la sociedad aparece en un momento
imaginario como un acuerdo entre hombres libres, que suscriben un contrato en el que ceden
parte de sus derechos por obtener una vida mejor. A esta concepción se le conoce como el
contractualismo. Pero tiene por le menos tres versiones diferentes.
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heredar. Pero teniendo en cuenta que estos derechos no siempre se respetan, se hace
necesario crear la sociedad civil, renunciando a algunos derechos que permiten unos fines
superiores: Los hombres disponen de una ley escrita que define la ley natural; se establece un
sistema judicial que tiene reconocimiento general y evita arbitrariedades; se crea un poder
capaz de castigar crímenes y ejecutar sentencias y se conserva la propiedad privada. De esa
manera, Locke entiende la sociedad civil basada en principios racionales, un contrato por
consenso y no por obligación, en el que los individuos libremente ceden parte de sus derechos
para garantizar el disfrute de su libertad con más seguridad. La relación entre súbditos y
gobierno es de mandato, como encargo de una tarea. El pueblo se convierte en asamblea para
designar su gobernante. No es aceptable el absolutismo, en contraposición el poder debe estar
dividido en legislativo (poder supremo, asamblea), ejecutivo (llevar a cabo lo que determina el
legislativo) y poder federativo (defensa y relaciones internacionales). Si el gobierno no obedece
el mandato, el pueblo puede disolver el contrato, justificándose la rebelión.
Las críticas al contractualismo más conocidas son las de David Hume (Edimburgo/Escocia
1711-1776) quien considera que no es posible la aceptación de un supuesto estado de
naturaleza en el que el ser humano tenga que ceder sus derechos para un fin mejor que se
garantice con el gobierno, esta idea nunca se dio en el pasado y es apenas un supuesto. Por el
contrario, considera que si existe un estado de naturaleza sería sin gobierno, pues el ser
humano se junta para conformar la sociedad por necesidad de conformar una familia y
permanecer como especie. El gobierno solamente se hace necesario cuando aparece la
propiedad privada para garantizar un orden que la haga respetar. Resulta tan antinatural la
monarquía como la república.
En la Edad Moderna fue posible retomar los debates que se habían abierto desde Aristóteles,
puesto que ya no resultaba obligatorio basarse en la biblia, como en el periodo medieval. Por
ello, vuelve a ser importante cómo producimos el conocimiento. En ese periodo van a
predominar dos grandes tendencias: el racionalismo y el empirismo.
El alemán Gottfried Leibniz (Leipzig 1646-1716), considerado uno de los sabios modernos por
sus contribuciones a la matemática, siendo el inventor del cálculo infinitesimal y del sistema
binario, también va a apoyar el racionalismo innatista cartesiano. En lógica sus planteamientos
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se pueden resumir en sus siete principios:
- Identidad/contradicción: si una proposición es verdadera, su negación es falsa y
viceversa.
- Identidad de los indiscernibles: dos cosas son idénticas si y sólo si comparten las
mismas propiedades.
- Razón suficiente: debe existir una razón suficiente para que cualquier cosa exista.
- Armonía pre-establecida: la naturaleza de cada sustancia hace que lo que le ocurra a
una corresponda a lo que le ocurre a las otras.
- Continuidad: la naturaleza no hace saltos.
- Optimismo: indudablemente Dios siempre elige lo mejor.
- Plenitud: el mejor de los mundos posibles contendrá todas las posibilidades.
Empirismo: esta tendencia va a considerar que por el contrario, los seres humanos venimos al
mundo con nuestra mente como una tábula rasa, es decir una hoja en blanco, que se va
escribiendo con cada nueva experiencia. Sin embargo, los empiristas no descartan que puedan
existir ideas innatas pero consideran que lo determinante para la construcción del conocimiento
son las experiencias, es decir la aproximación empírica que tienen las personas a los
fenómenos.
Entre los empiristas más notables también se encuentra John Locke, quien considera que el
primer campo filosófico que se debe abordar es el del conocimiento, puesto que de otra manera
no habría certeza sobre la filosofía. En su obra Ensayo sobre el entendimiento humano, Locke
demuestra que no existen ideas innatas como afirman los racionalistas, señalando que en
muchos pueblos no existe la creencia de Dios o bien toma versiones muy distintas. En cuanto a
los principios del pensamiento no son conocidos por los niños, ni por los idiotas, ni por
miembros de algunas tribus, a no ser que los estudien. Y en cuanto a los principios morales,
encuentra que no son comunes ni innatos, con el ejemplo de un ejército entrando a saquear
después de vencer en una batalla. En tal situación parece no existir principios éticos.
Locke, como la mayoría de filósofos de la Edad Moderna, considera que la idea es todo
contenido mental y que proviene en última instancia de la experiencia. Clasifica la experiencia
en dos tipos: una experiencia externa, por medio de las sensaciones de los sentidos (olor, color,
movimiento, figura, etc.), y la experiencia interna, por medio de la reflexión (de acuerdo con las
actividades mentales: percepción, pensamiento, memoria, voluntad, etc.). Considerando que la
primera es más importante que la segunda. Sin embargo, en algunas ocasiones ambas vías
pueden trabajar juntas, produciendo nuevas ideas como las ideas de existencia, placer y dolor.
Según Locke, las ideas pueden ser simples o complejas. Las simples son las que se producen
cuando la mente recibe directamente de la experiencia sensorial o de la reflexiva y pueden ser
consideradas como los átomos del pensamiento. Las ideas complejas son formadas por la
mente con combinaciones de ideas simples (como la idea de universo, de gratitud o belleza). A
su vez, las complejas se subdividen en ideas de modos de ser, ideas de sustancias e ideas de
relaciones. Va a aceptar la clasificación de tipos de conocimiento de Descartes agregando un
tercer tipo: conocimiento intuitivo (del que no se duda, como la existencia el yo); el conocimiento
demostrativo (deductivo, como el matemático) y agrega el conocimiento sensible (resultado de
la experiencia).De acuerdo con su teoría, Locke concluye que el conocimiento no debe tratar
sobre la relación entre cosas e ideas, como aspiraba Aristóteles, sino que lo único posible es el
conocimiento de las ideas, es decir, de los contenidos mentales que es a lo que se tiene
acceso, rechazando además la posibilidad de conocer la esencia de las cosas, porque esto no
existe.
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comprobar la existencia de un objeto más que por el hecho de ser percibido, cuando afirma “ser
es ser percibido o percibir.” No existen los conceptos abstractos de Locke, porque las ideas
siempre conservan la particularidad, esto solamente es posible en el lenguaje. Cuando se habla
de un objeto se habla realmente de la percepción del objeto. Los cuerpos son haces de
percepción. Va a concluir: todo conocimiento del mundo empírico se obtiene a través de la
percepción directa, eliminando todo el pensamiento y quedándose sólo con las percepciones
puras. Por tanto la meta de la ciencia debe ser desintelectualizar las percepciones humanas.
Considera que la única sustancia es la del ser que percibe y piensa, y que puede percibir las
percepciones que Dios le permite. Acepta la existencia de una realidad trascendente que es la
que se percibe como objeto de conocimiento.
Finalmente, uno de los más destacados empiristas es David Hume. A diferencia de los
racionalistas y los anteriores empiristas, considera que los contenidos del pensamiento no
solamente son ideas sino que son sobre todo impresiones. Las impresiones se pueden clasificar
como simples (impresión del color rojo) o complejas (impresión de una ciudad), pero también se
pueden clasificar de acuerdo con su fuente en impresiones de sensación (a través de los
sentidos) e impresiones de reflexión (que van asociadas a ideas como pasión o emoción, como
la impresión de frío o calor).
Por otra parte, considera que las ideas son copias de impresiones. Clasifica las ideas como
simples o complejas, dependiendo de qué impresión son copiadas. La mente funciona
relacionando ideas de múltiples maneras, teniendo en cuenta leyes de semejanza, contigüidad
en el tiempo o en el espacio y la ley de causa-efecto. De acuerdo con esto se producen ideas
hasta lo exageradamente imaginativo o excesivamente elaborado en lo intelectual, siempre
como resultado de esas tres leyes.
Se va a apoyar en la clasificación de Leibniz para afirmar que existen relaciones de ideas: que
son contenidos regulados por el principio de no contradicción, como en la aritmética, geometría
y álgebra, que expresan afirmaciones válidas en cualquier parte del mundo independientemente
de que los triángulos no existan. Y en cuestiones de hecho: reguladas por el principio de causa-
efecto, que en últimas se refiere a la experiencia, porque si conocemos que algo sucederá
cuando se presenta una causa (ejemplo de una bola de billar que se mueve porque una primera
bola la golpea) es porque tenemos la experiencia anterior de que eso es lo que sucederá. Por
ello, el principio de causalidad (causa-efecto) solamente es válido con la experiencia, lo que
deja inválida su aplicación para conocerlo en asuntos metafísicos como Dios, alma o mundo.
En este periodo ya comienza a ser posible producir nuevas ideas alejándose de los argumentos
de autoridad de la religión, por ello los filósofos modernos no van a tener limitaciones al
cuestionar la idea de Dios, alma y mundo.
En primer lugar se puede mencionar a Baruch Spinoza (Amsterdam 1632-1677), uno de los
últimos perseguidos, quien va a sostener que no pueden existir tres sustancias: Dios,
pensamiento y extensión, como afirmaba Descartes, sino que por el contrario existe una única
sustancia y es la sustancia divina infinita. Puede identificarse con Dios o con la naturaleza
(Deus sive natura). Es causa de sí misma y a la vez de todas las cosas. Todos los objetos son
los modos de Dios contenidos en el atributo extensión. Igualmente, todos las ideas son modos
de Dios contenidos en el atributo pensamiento. Los modos, las cosas e ideas, son naturaleza
naturada. Mientras que Dios es naturaleza naturante. Las cosas o modos son finitas, mientras
que Dios es de naturaleza infinita y existencia necesaria y eterna. La tendencia filosófica que
rechaza el dualismo, como Spinoza, y defiende la existencia de una única sustancia se conoce
como monismo.
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Frente a los cuestionamientos por el orden del mundo, Spinoza también se orienta por el
mecanicismo, señalando que el mundo funciona como un reloj, con leyes que rigen todo lo
existente. Como ha planteado que solamente existe una sustancia, frente a la pregunta por el
hombre no tendría otra posibilidad coherente que la de admitir que el hombre también está
regido por leyes de las que no puede escapar, negando así la libertad humana en lo que se
conoce como determinismo, es decir que las acciones del hombre están determinadas. Esta
respuesta es contraria a la de Descartes, quien a pesar de compartir el mecanicismo con
Spinoza, en su teoría de las tres sustancias logra salvar la libertad pues consideraba que la
naturaleza del hombre es diferente a la de los objetos. Para Spinoza, la única posibilidad de ser
libre está en el intelecto, en conocer dichas leyes universales.
De otro lado, Leibniz propone la teoría de las mónadas. Leibniz considera que existe una
partícula indivisible como el átomo, pero para lo inmaterial. Estas partículas son inteligentes,
poseen información de lo que debe hacer, son eternas, cada una es el reflejo del universo, son
centros de fuerza, son independientes, sus interacciones son aparentes, no son materiales.
Cada hombre es una mónada, Dios es una mónada. Las mónadas pueden percibir, cuando las
percepciones tienen claridad y conciencia junto con memoria se llaman apercepciones. Con ella
se puede conocer las verdades de razón (dos más dos es cuatro) y las verdades de hecho (algo
que sucede pero podría haber sido de otra manera). Las verdades de hecho están contenidas
en la esencia de las mónadas, pero Dios es el único que las conoce porque implica un análisis
infinito. Esta teoría soluciona el problema de la relación entre mente y cuerpo de Descartes, el
de individuación de Spinoza, y defiende el racionalismo innatista. También planteó el principio
de optimismo, por el que considera que este es el mejor de los mundos posibles, no tanto desde
lo moral sino desde lo matemático, puesto que si Dios es perfecto no crearía un mundo
imperfecto, entonces concibe a Dios como un matemático. Sus principios pueden relacionarse
en la frase: “En el mejor de los mundos posibles la naturaleza no da saltos y nada sucede de
golpe.”
Finalmente, David Hume va a criticar la noción de sustancia tan defendida por casi todos los
filósofos desde Aristóteles hasta Berkeley. De acuerdo con su teoría, si toda idea es una copia
de una impresión, la idea de sustancia es la copia de una impresión de sustancia, pero no
existe una impresión de sensación relacionada con sustancia que sea producida por los
sentidos, ni tampoco una impresión de reflexión relacionada con sustancia a manera de
emoción o pasión. Si la idea de sustancia no es copia de una impresión de sustancia, porque no
existe, entonces no queda otra posibilidad sino que sea resultado de la imaginación de los
filósofos. Esto quiere decir que sustancia no es una idea válida sino una idea de relaciones
construida por la imaginación, así que no es posible aceptar sustancia material ni tampoco
sustancia inmaterial, como sustrato, como fundamento de la existencia. Esta conclusión
también va a implicar que no existen ideas abstractas o universales, puesto que todas las ideas
son resultado de una impresión y las impresiones son particulares, no es posible una idea que
represente a todos los perros o a todas las sillas. De manera similar a como realiza la crítica a
la sustancia y a los universales, y destacando que el principio de causalidad es resultado de
experiencia, Hume cuestiona la existencia de los tres principales puntos de discusión de la
metafísica: mundo, alma y Dios. Por tanto, para Hume no es posible encontrar fundamento
válido para aceptarlos. Por ello se le ha considerado como escéptico.
ÉTICA
En cuanto a la sociedad y la ética, Spinoza quiere encontrar las leyes universales que
determinan estos ámbitos por medio de la razón, en su texto Ética demostrada según el orden
geométrico. Según las ideas allí plasmadas, la manera adecuada de entender al hombre es
entendiendo que ocupa un lugar en la naturaleza, por tanto lo adecuado es comprender los
actos humanos no con criterios morales, sino como partes necesarias de las leyes que rigen el
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cosmos, los hombres también estarían sujetos a leyes naturales. Esto tiene dos implicaciones:
el hombre no es libre, esta determinado por leyes naturales y los valores son creaciones
humanas arbitrarias. En cuanto a la filosofía política estaba de acuerdo con Hobbes pero
agregó que el objetivo del Estado es el de posibilitar que el hombre se haga libre.
Por su parte David Hume, considera que la moral es un campo muy particular por ser una
reflexión sobre el deber ser y no sobre el ser. Concluye que las ideas de moralidad no son el
resultado de impresiones de la experiencia ni de relaciones de ideas, entonces al parecer son
sentimientos de lo que nos parece agradable o desagradable y trata de no caer en el relativismo
moral al señalar que esos sentimientos están basados en la utilidad que proviene de la idea de
justicia y benevolencia.
MENTE
IDEAS
MUNDO Combina
Asocia
YO Separa
ENCICLOPEDISMO
LA ILUSTRACION
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su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. El
siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el Siglo de las Luces.
Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia,
la superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor. La Ilustración tuvo una gran influencia en
aspectos económicos, políticos y sociales de la época. La expresión estética de este
movimiento intelectual se denominará Neoclasicismo.
ACTIVIDAD.
Ya hemos dicho cómo el interés de Kant se orienta al establecimiento de las condiciones del
conocimiento científico, para que una vez establecidas dichas condiciones se apliquen a la
metafísica. Si las cumple, queda Justificada como ciencia; si no las cumple, le será negada la
posibilidad de ser ciencia.
La ciencia para Kant queda reducida en último término a juicios; lo que importa saber, por tanto,
es cuáles son los juicios que nos permiten hacer ciencia. Bien sabemos que para que un
conocimiento sea científico necesita reunir las siguientes condiciones:
2. Todo conocimiento científico debe agregar siempre algo nuevo al conjunto de conocimientos
existentes. Carácter ampliativo de la ciencia.
Con estas condiciones queda muy fácil encontrar, por medio de un análisis, cuáles son los
juicios apropiados para hacer ciencia. Al hacer un estudio de los tipos de juicios existentes,
encontró: a) Los juicios analíticos: son aquellos en que el predicado está contenido en el sujeto,
es decir, que la función del predicado no es otra que hacer más explícito lo que de antemano
está contenido en el sujeto. Estos juicios están revestidos de universalidad y necesidad; pero no
consultan la experiencia, no amplían los conocimientos, pues repiten siempre lo mismo, por
ejemplo: el hombre es racional, los cuerpos son extensos, el ser es verdadero, etc.
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lo cual quedan excluidos como posibles para hacer ciencia, c) Los Juicios sintéticos apriori: son
aquellos en 'os cuales el predicado agrega algo nuevo al sujeto, lo que agrega es universal y
necesario. Por tanto cumplen con todas las condiciones establecidas para hacer ciencia; de ahí
que sean los únicos aceptables para Kant; por ejemplo: todo cambio tiene una causa, donde los
cambios los observamos por vía de la experiencia, pero en esa experiencia no está contenido el
concepto de causa, sino que ésta es algo que se agrega en forma apriori por parte del sujeto
que observa los cambios. Además el concepto de causa le da al Juicio un carácter de
universalidad y de necesidad.
Hemos, pues, encontrado que los únicos juicios que sirven para hacer ciencia son los juicios
sintéticos apriori, en adelante Kant tendrá que comprobarnos en qué forma dichos juicios se van
dando a medida que vaya desarrollando todo el montaje de crítica de la razón: "No se puede
dudar que todos nuestros conocimientos comienzan con la experiencia, porque, en efecto,
¿cómo habría de ejercitarse la facultad de conocer, si no fuera por los objetos que, excitando
nuestros sentidos de una parte, producen por sí mismos representaciones, y de otra, impulsan
nuestra inteligencia a compararlas entre sí, enlazarlas o separarlas, y de esta suerte componer
la materia informe de las impresiones sensibles para formar ese conocimiento de las cosas que
se llama experiencia? En el tiempo, pues, ninguno de nuestros conocimientos precede a la
experiencia, y todos comienzan en ella.
Pero si es verdad que todos nuestros conocimientos comienzan con la experiencia, todos, sin
embargo, no proceden de ella, pues bien podría suceder que nuestro conocimiento empírico
fuera una composición de lo que recibimos por las impresiones y de lo que aplicamos por
nuestra propia facultad de conocer (simplemente excitada por la impresión sensible), y que no
podamos distinguir este hecho hasta que una larga práctica nos habilite para separar esos dos
elementos" (23). Esto significa que los juicios sintéticos a priori tienen que integrar tanto la
experiencia como aquellos elementos aportados en forma apriori por el sujeto.
Toda proposición que sólo se puede pensar con carácter de necesidad tiene que ser apriori. La
experiencia no puede dar juicios con universalidad y necesidad estrictas, sino a lo sumo con
cierta generalidad comparativa.
Kant divide la "Crítica de la Razón Pura", obra en la cual se enfrenta al problema del
conocimiento científico (matemática, física y metafísica), en tres grandes partes:
3. Dialéctica trascendental: hace un estudio de la razón mostrando cómo ella no puede hacer
uso de las categorías del entendimiento fuera de las condiciones de la experiencia. Aquí
muestra la imposibilidad de que la metafísica pueda llegar a ser ciencia.
El término "trascendental, tan utilizado a menudo por Kant tiene como significado el estudio de
las condiciones de todo conocimiento, aportadas por el sujeto cognoscente y sin las cuales no
se podría dar ninguna representación objetiva. "Llamo trascendental todo conocimiento que en
general se ocupe, no de los objetos, sino de la manera que tenemos de conocerlos, en tanto
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que sea posible apriori. Un sistema de tales conceptos se llamaría filosofía trascendental" (24).
La filosofía trascendental se elabora a través de la crítica de la razón pura de una manera
arquitectónica y siempre con base en principios. Se trata de una filosofía especulativa, teórica,
pues busca ante todo establecer las condiciones a priori de todo conocimiento.
Lógica trascendental analítica: tiende a hacer un análisis detenido de las estructuras puras
apriori del entendimiento para descubrir en él los concepto tos o categorías, estructuras que
hacen posible la existencia de conocimientos objetivos. Esos conceptos o categorías deben ser
puros, es decir, deben considerarse independientemente de todo dato empírico, aunque de
hecho sean las condiciones formales de los datos de los objetos de experiencia: "esta analítica
es la descomposición de todo nuestro conocimiento apriori en los elementos del conocimiento
intelectual puro: es necesario tener en cuenta los siguientes puntos: 1° Que los conceptos sean
puros y no empíricos. 2° Que no pertenezcan ni a la intuición ni a la sensibilidad, sino al pensar
y al entendimiento. 3° Que sean conceptos elementales y bien diferentes de los derivados o de
los que son compuestos. 4° Que su cuadro sea completo y que abarque todo el campo del
entendimiento puro".
Pero ¿cómo podemos saber o deducir los conceptos puros del entendimiento? Sabemos muy
bien que todas las operaciones del entendimiento las podemos reducir a juicios, pues ya hemos
dicho que el entendimiento es la capacidad de juzgar. Por tanto, para encontrar los conceptos
apriori tenemos que hacer un análisis de los distintos tipos de Juicios con que trabaja el
entendimiento, para luego deducir de ellos los conceptos apriori que los hacen posibles.
Universales Unidad
Implican a priori
Particulares Pluralidad
Un concepto
Singulares Totalidad
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Afirmativos Realidad
Implican a priori
Negativos Negación
Un concepto
Indefinidos Limitación
Categóricos Sustancia
Implican a priori
Hipotéticos Causalidad
Un concepto
Disyuntivos Comunidad
De esto podemos deducir que hay tantos conceptos puros del entendimiento cuantas funciones
lógicas o juicios se dan en el mismo. Esos conceptos puros apriori son los que hacen posible el
establecimiento de juicios objetivos, o mejor, son los que permiten enlazar la pluralidad de
fenómenos preparados por la sensibilidad y constituirlos como objetos. Esto significaría para
Kant que tos juicios sintéticos apriori van plenamente justificados a nivel del entendimiento,
porque realmente se cumplen todas las condiciones establecidas. En efecto, en el siguiente
ejemplo podemos observar concretamente lo que Kant nos quiere decir: si coloco fuego a un
metal, tanto el fuego como la dilatación del metal son fenómenos dados a nivel de la
sensibilidad; esos fenómenos pasan luego a ser pensados por el entendimiento, y para ello los
enlaza en una categoría o concepto puro apriori de ese entendimiento. Esa categoría es la de
causalidad, la cual permite hacer el juicio: el valor es la causa de la dilatación de los metales.
Juicio que por lo demás es universal y necesario. El término "causa" no es elemento sacado de
la experiencia, sino puesto por el entendimiento en forma pura apriori como condición necesaria
para poder hacer el enlace de los fenómenos calor y dilatación; esos sí, dados en la experiencia
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Existencialismo Kierkegaard, Heidegger, Jaspers, Sartre, Marcel
Personalismo Blondel, Buber.
Neopositivismo Wittgenstein, Carnap, Popper
lógico
Estructuralismo Levi Strauss, Foucault
Filosofía española Unamuno, Ortega, Morente, Zubiri
Filosofía Korn, Ingenieros, Caso, Vasconcelos, Mariategui, Kusch Zea, Dussel
latinoamericana
IDEALISMO Y MATERIALISMO
De una parte, la tendencia más extrema de idealismo se conoce como solipsismo, que se
considera que solamente existe la propia conciencia y que todo lo demás externo al individuo es
creación del pensamiento del sujeto, bien sea como una creación consciente o inconsciente.
Esta tendencia niega por tanto la existencia del mundo. Una variante de solipsismo se puede
encontrar en el idealismo subjetivo del británico George Berkeley (1685-1753), quien afirma que
lo único que existe es la percepción, ser es percibir o ser percibido.
Por otro lado, una gran parte de la filosofía alemana del siglo XVIII y XIX continuó trabajando en
torno al idealismo trascendental de Kant, que afirma que no es posible conocer la cosa en sí
(nóumeno), sino apenas la cosa como se nos aparece en nuestro pensamiento (fenómeno),
destacando la importancia del sujeto como el determinante al momento conocer. Como parte
del idealismo alemán se puede mencionar a Johann Fichte (Rammenau 1762-1814), que
rechazó de Kant la existencia del nóumeno y propuso que la realidad es producto del sujeto
pensante, es la consciencia la que crea los objetos. También se puede mencionar a Friedrich
Von Schelling (Leonberg 1775-1854), que enfatiza en la noción de lo absoluto, remplazando la
antigua noción de sustancia. Por absoluto se entiende lo que es por sí mismo y no depende de
nada, por lo que Schelling lo considerará como el fundamento de la existencia. También trabajó
en torno a la noción de libertad como la meta de la humanidad, en torno al concepto del yo y el
planteamiento de la filosofía de la naturaleza que pregona que existe una conciencia y un orden
en la naturaleza.
Como último de los grandes exponentes del idealismo alemán se puede mencionar
a Georg W. F. Hegel (Stuttgart 1770-1831), quien realizó el trabajo más ambicioso
del idealismo al intentar explicar la historia y la naturaleza desde el método de la
dialéctica. Hegel toma de Heráclito dos planteamientos, el devenir (todo fluye) y la
Imagen 1. G.W. lucha de contrarios. De acuerdo con esto Hegel propone que todo se mantiene
Hegel
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en permanente cambio y lo que genera el cambio es justamente la existencia de contrarios que
entran en choque, de manera que no puede considerarse como negativa a la guerra o a la
violencia, porque hacen parte de este movimiento dialéctico. Entonces, la dialéctica se puede
entender como un primer momento original que es lo absoluto (la tesis); un segundo momento
en que lo absoluto se encarna, se hace extraño a sí mismo, lo que se conoce como alienación
y se convierte en su contrario (la antítesis), y un tercer momento, que es el resultado del choque
entre tesis y antítesis, que genera el avance para llegar a una situación superior a las dos
anteriores (la síntesis). Con la lógica dialéctica se presenta una alternativa diferente a la lógica
formal de Aristóteles y además se propone como método para entender todos les fenómenos
tanto del mundo natural como de la sociedad. Hegel aplica el método de la lógica dialéctica para
comprender la historia de la humanidad, encontrando tres momentos. La época clásica, como
tesis, e la que la sociedad vivía adecuadamente en felicidad, que el autor considera como el
momento del espíritu verdadero. La época medieval hasta la revolución francesa, como
antítesis por ser un momento de dificultad para la humanidad, que para el autor es el momento
del espíritu extrañado de sí mismo y por último, la época de la revolución francesa y los
cambios posteriores, como síntesis, que supera las anteriores porque se llega a la conformación
de sociedades basadas en un Estado racional como forma de gobierno permitiendo alcanzar la
meta última del hombre que es la libertad. Por estas razones se le conoce a Hegel como padre
de la filosofía de la historia, por considerar que la historia tiene una finalidad y se mueve por sí
sola para alcanzarla, y ese fin es la libertad absoluta. Y como todo se puede entender dentro de
la lógica dialéctica se le clasifica como filósofo del panlogismo, y su afirmación “todo lo real es
racional” puede ser entendida como resumen de su teoría.
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De una parte, se puede mencionar el realismo como una forma de materialismo, que puede
presentarse como realismo ingenuo, que señala que lo más importante es el objeto de
conocimiento, pero se considera ingenuo porque desconoce las afirmaciones de Kant en cuanto
a que el sujeto también tiene un papel en el conocimiento. El realismo natural presente en
Aristóteles, que diferencia el objeto de la percepción que se tiene de él. El realismo crítico, que
reconoce las conclusiones de Kant en cuanto al conocimiento fenoménico, pero se inclina por
darle mayor importancia al objeto de conocimiento. Igualmente, el realismo volitivo(de la
voluntad), por el que se afirma que la realidad existe fuera de nosotros porque a pesar de que
yo no quiera encontrarme con los objetos me topo con ellos, por ejemplo salgo a la calle y no
me quiero mojar pero la lluvia me moja y eso demuestra que el mundo existe fuera de mi y yo
no tengo control de lo que sucede, la realidad reta a mi voluntad.
También se encuentra una fuerte crítica en el positivismo de autores como el francés Augusto
Comte (Montpellier 1798-1857) y el británico John Stuart Mill (Londres 1806-1873). El
positivismo en filosofía considera que la humanidad ha pasado por tres etapas. El estado
teológico, en donde el conocimiento dependía de la religión y no podía avanzar. El estado
metafísico, en donde el conocimiento gira en torno a ideas abstractas alejadas de la realidad
como las que proponía el idealismo alemán y finalmente, el estado positivo, por el que el ser
humano se libera de falsas ideas y avanza positivamente a conocer el mundo tal cual es,
estudiándolo directamente. El positivismo presenta un tipo de realismo y brindó un aporte en la
consolidación de la ciencia. Los positivistas afirman que el sujeto de conocimiento debe
mantenerse neutral al momento de explicar su fenómeno de estudio para garantizar una ciencia
coherente y rigurosa, también consideran que el lenguaje matemático es el lenguaje más
certero para presentar los enunciados científicos. Mill se reconoce como el defensor del método
inductivo para la ciencia y Comte como el padre de la sociología con la ambición de que se
convirtiera en una especie de física social, la ciencia del estudio de la sociedad.
De otra parte, se encuentra que el materialismo está relacionado con el ateísmo. Es el alemán
Ludwig Feuerbach (Landshut 1804-1872), discípulo de Hegel, quien va a ser la crítica más
directa a su maestro en el trabajo con los jóvenes hegelianos de izquierda. Feuerbach
considera que el ser humano es creador de ideas que con el tiempo se vuelven tan poderosas
que se separan del hombre y logran someterlo, esto es lo que define como enajenación. El
hombre se enajena, se hace ajeno, se vende, cuando cede sus capacidades frente a ideas
abstractas que no tienen ningún fundamento real, tales como las ideas que proponía Hegel y en
general el idealismo alemán. De manera similar, Feuerbach encuentra que el hombre toma sus
mejores atributos, como la bondad, la sabiduría, el amor, y los idealiza presentándolos
encarnados en la idea de Dios. El hombre necesita creer en ese ser para darle sentido a su
vida, pero resulta sucediendo que el hombre termina esclavizado de esa misma idea que creó.
De acuerdo con estos planteamientos concluye que no es Dios el que creó al hombre sino el
hombre el que creó a Dios. Para Feuerbach se hace necesario que el hombre rompa esa
enajenación para poderse revelar como un ser libre.
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con el argumento de que la recompensa a los pobres vendrá en el reino de Dios y que en esta
vida es necesario llevar la cruz de manera resignada. Marx encuentra que las ideas que se
emplean por parte de algunas personas como justificación a la dominación no son más el
fundamento de una falsa consciencia y las denomina como ideologías.
Marx está de acuerdo con Hegel en que la historia avanza hacia una finalidad pero no cree que
sea la libertad sino la igualdad. Es necesario tener en cuenta que Marx vivió en una época en
que ya se podían ver los resultados de la nueva sociedad capitalista que los idealistas creyeron
sería la mejor. Entre las consecuencias que observó estaba la miseria que producía una
sociedad con tal libertad que nadie se ocupaba de los menos favorecidos como si fuera una
jungla en la que solamente sobrevive el más fuerte, en este caso el más fuerte
económicamente, especialmente le preocupaba la situación de la nueva clase social
empobrecida por la revolución industrial que era la clase obrera, mientras que los más astutos
lograban enriquecerse a costa del trabajo de los obreros, estos eran los capitalistas o
burgueses.
Para Marx la historia avanza en la lucha dialéctica de los contrarios. En un estudio muy
completo de la historia de la humanidad encuentra que han existido cuatro tipos de organización
de la sociedad que denomina modos de producción, por estar basado en la realidad material
que es la economía, los procesos productivos. Marx encuentra que los procesos productivos
son la base material de la sociedad y por eso los denomina como la estructura del modo de
producción, a diferencia de las ideas e instituciones que son el reflejo de la base material, por lo
que las denomina como superestructura.
52
Imagen 7. Caricatura del
capitalismo, tomada de
www.cuantarazon.com.
Ricardo, de los que deduce que las mercancías por sí mismas no producen ganancia sino
únicamente porque existe el trabajo, que es el que transforma las materias primas en bienes,
que van a tener un valor mayor que no tenían los materiales iniciales, que se conoce como
plusvalía o valor adicionado. El análisis de la plusvalía le permite a Marx concluir que el
capitalismo somete de manera injusta al hombre, puesto que solamente se le reconoce el
trabajo a manera de salario, pero la plusvalía debería ser repartida a todos por igual y no como
sucede que solamente la disfruta el burgués argumentando tener el derecho por ser el
propietario de los medios de producción (máquinas y capital).
La tercera influencia de Marx y Engels, además de la dialéctica de Hegel y la teoría del valor de
los economistas ingleses, va a ser el socialismo utópico que algunos autores como Saint-Simon
(París 1770-1825) y Robert Owen (Gales 1771-1858) defendían, al argumentar que sería
posible construir un mundo más justo para solucionar los problemas que el capitalismo había
creado. Se le consideraba socialismo por su componente social y utópico porque según Engels,
no pasaba de ser un sueño, una utopía que de la manera como estos autores la planteaban era
irrealizable. Marx y Engels encuentran que el aporte de estos autores es interesante pero van a
intentar darle un fundamento más realista, de manera que si pueda ser alcanzado. De acuerdo
con esto y con las conclusiones del materialismo histórico, se puede concluir que el curso de la
historia llevará a la humanidad a un futuro modo de producción en el que se alcance la igualdad
que el capitalismo no trae. Este será el modo de producción comunista, como un modo en el
que desaparecerá la propiedad privada y por ende desaparecerán las clases sociales, llegando
al fin último de la humanidad en una sociedad orientada por la igualdad. Como los seres
humanos no estarían preparados para ese último movimiento dialéctico de la historia, sería
necesario que se estableciera un modo de producción transitorio, controlado por un Estado
basado en la dictadura del proletariado, que orientará el cambio aboliendo la propiedad privada,
volviéndola comunitaria e instruyendo a la sociedad para comprender el curso de la historia,
este era el modo de producción socialista.
Si así eran las cosas, no era necesario esperar a que la historia por sí misma realizara el
cambio, sino que era un deber de los filósofos y de los hombres de ciencia de avanzada,
despertar a la humanidad, en especial al proletariado para que fueran protagonistas de la
historia y adelantaran el cambio dialéctico con la lucha de clases a través de la revolución,
derrocando la dominación de la burguesía. Como dentro de la teoría de Hegel y de Heráclito no
existían situaciones negativas, porque lo que nos parece destructivo o negativo tiene un papel
en la historia como contrario de otra cosa, Marx y Engels aceptaban que la violencia y la guerra
eran parte necesaria del cambio dialéctico como manifestación de la lucha de contrarios.
A partir de allí y teniendo en cuenta que en esa época comenzaban a aparecer los sindicatos
como grupos que luchaban por los derechos de los trabajadores, Marx y Engels iniciaron su
fase política en la que sus ideas, pero también su presencia fue importante para formar partidos
comunistas y organizar un encuentro mundial de trabajadores conocido como la Primera
internacional. Marx y Engels consideraban que el cambio dialéctico hacia el comunismo debía
llevarse a cabo en todo el planeta, porque de no ser así podría fracasar la consolidación del
comunismo.
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izquierda conocida como socialismo del siglo XXI o nuevo socialismo, que le permitió llegar al
poder a varios presidentes actuales en Latinoamérica con esta tendencia, pero por medios
democráticos sin necesidad de derramamiento de sangre.
FILOSOFÍA CONTEMPORANEA
Una de los principales cambios de la filosofía del siglo XX, tiene que ver con que se acepta la
importancia del lenguaje como un aspecto de la humanidad que permite conocer, que permite
llegar a establecer lo que finalmente es determinante en la manera de vivir de los seres
humanos. Esto es lo que algunos han llamado el giro lingüístico, que define la mayor parte de
las tendencias filosóficas del siglo XX e incluso las del XXI.
En primer lugar, se puede mencionar al alemán Federico Nietzsche (Röcken 1844-1900) cuyas
ideas serán de gran importancia en la filosofía del siglo XXI. Nietzsche realiza una fuerte crítica
a la sociedad moderna, señalando que el ser humano termina siendo presa de las ideas que
construye. En especial, cuestiona cómo la mayoría de las creencias son un tipo de platonismo,
como las religiones que presentan una versión popular del platonismo, por las que el ser
humano no logra salir de esa única visión, pareciera que no hay más posibilidades filosóficas.
También encuentra que la sociedad occidental solamente ha tomado la tendencia apolínea (del
dios Apolo, del sol y las artes), buscando la perfección, la luz y la integridad, desechando la
tendencia opuesta que es la dionisiaca (del dios Dionisio, del vino y la naturaleza), lo que deja a
la humanidad con una visión incompleta que niega la propia naturaleza del hombre. Nietzsche
considera que el último cristiano fue Cristo y que lo que hacen las religiones cristianas es
malinterpretar las posibles enseñanzas al tomarlas para beneficio propio, siendo ellas mismas el
anticristo. Nietzsche observaba a su alrededor y encontraba que la situación de la sociedad
había llegado a un punto en el que no era posible continuar basándose en lo que antes se creyó
como verdades absolutas, por eso afirmaba “Dios ha muerto”, en varios sentidos, tanto en el
religioso y ético, pero también en cuanto a la decadencia de la civilización occidental, pues
encontraba que lo que se nos da como cierto no son sino mentiras.
Nietzsche proponía realizar un estudio para rastrear el origen del que provienen todas las cosas
que aceptamos como ciertas, puesto que consideraba que los conocimientos se producen sin
importar si son ciertos o verdaderos en favor de la supervivencia de la adaptación de los seres
humanos, por tanto no existe verdad, existen interpretaciones de cada cual, pero no importa la
verdad o falsedad sino que los conocimientos le han servido a la humanidad para mantenerse
como especie.
En cuanto a la ética, Nietzsche considera que no existe noción universal o absoluta del bien o
del mal, sino que estas nociones son construidas por los hombres. Lo que concluye es que se
han presentado dos tipos de moral. La moral de los señores, que son quienes definen
libremente su acción, basados en su individualidad y su propia voluntad, frente a la moral de los
esclavos o moral de ovejas, que es aquella por la que los débiles, los sometidos aceptan que no
podrán ser como los señores, y que por el contrario deben encontrar una explicación para esa
forma de vida que aceptan, por medio de la piedad, el temor y la promesa de un mundo mejor
después de esta vida.
Una conclusión importante de Nietzsche, tiene que ver con su noción del superhombre
(ultrahumanidad o humanidad superada), entendido como un momento de la humanidad en el
que se podría llegar a liberar de las ataduras que se han creado en torno a la civilización, la
religión, la ciencia, la razón y la moral, de manera que el hombre pueda estar por encima de
estas formalismo, siendo totalmente consciente del placer y del dolor, reconociendo su
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individualidad y su voluntad de poder, como fuerza más allá de la supervivencia hacia una
supravivencia.
Las ideas de Nietzsche han tenido muchas interpretaciones. Los nazis confundieron la
propuesta del superhombre y de la voluntad de poder, como si fuera una justificación para el
proyecto de persecución racial y de la supuesta superioridad aria, esto ha sido aclarado por
expertos en este filósofo quienes indican que Nietzsche nunca estuvo de acuerdo con esto y
que sus ideas no implican esas conclusiones, a pesar de que su hermana hizo parte del partido
nazi. Otros autores más recientes han tomado sus ideas como el ejemplo del autor más crítico
de toda la historia, puesto que se puede concluir que todo lo que sustentaba a la sociedad
moderna no son más que falsedades y se hace necesario rastrear el origen de lo que nos
transmite la cultura como cosas ciertas, para demostrar que no los son.
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medio de la lógica, de manera que se pueda llegar a expresar los enunciados filosóficos y
científicos con la seriedad de la lógica y ojalá de la matemática. Esto deja por fuera argumentos
sin sentido como “la nada nadea” o mucho menos hablar de cosas como el absoluto, la
sustancia y dios, nada de esto puede comprobarse ni expresarse en términos de la lógica o de
la matemática. Estos autores aportan a la filosofía uno de los estudios más rigurosos sobre
epistemología y en general, un trabajo completo sobre cómo definir la ciencia y los métodos que
pueden ser aceptados, para diferenciarla de la pseudociencia. Entre los autores más
destacados de esta corriente se encuentran GottlobFrege (Wismar 1848-1925), Bertrand
Russell (Trellech/Gales 1872-1970), Ludwig Witgenstein (Viena 1889-1951), Rudolf Carnap
(Ronsdorf/Alemania 1891-1970) y Karl Popper (Viena 1902-1994), entre otros.
De otro lado, como respuesta a la fuerte tendencia positivista y neopositivista que parece ser la
predominante en Estados Unidos y en muchos lugares de Europa, algunos autores como
Wilhelm Dilthey (Renania 1833-1911), Edmund Huserl (Moravia 1859-1938), Hans Georg
Gadamer (Marburgo 1900-2002), Thomas Kuhn (Cincinnati 1922-1996) e Imhre Lakatos
(Debrecen/Hungría 1922-1974), realizan una crítica al excesivo peso de la lógica y la
matemática en la filosofía y reclaman una manera de construir el conocimiento más coherente
con lo impredecible de los seres humanos, la importancia de la cultura y la historia en el
conocimiento. Algunos de estos autores, especialmente Dilthey y Gadamer, son considerados
como padres de la filosofía Hermenéutica, o también conocida como filosofía interpretativa,
puesto que concluyen que no es posible un conocimiento de lo humano como consideran los
neopositivistas, teniendo en cuenta que la ciencia, especialmente la ciencia social, no puede
definir todo desde la lógica, ni mucho menos establecer leyes que siempre se repitan pues el
ser humano y la historia nunca se comportan de la misma manera, esto hace que el mejor
método sea el que intenta comprender por qué los seres humanos actúan de una manera
determinada, es decir una ciencia que interprete los actos humanos, por ello no se podría hablar
de un único tipo de ciencia, o de una ciencia más dura y una más blanda, sino de diferentes
tipos de ciencias. Kuhn y Lakatos, por otro lado, le hacen la crítica al neopositivismo al señalar
que la ciencia es parte de la cultura, es también un producto de las necesidades y visiones que
se tienen en las diferentes épocas y por tanto no se puede afirmar que existe una única ciencia.
Finalmente, teniendo en cuenta que el ser humano ha producido tecnología para destruirse a sí
mismo y al planeta; que en muchas ocasiones la ciencia sirve más a intereses de grupos
económicos, para aumentar sus ganancias creando más necesidades y ha dejado su verdadera
misión que es la de ayudar al ser humano; que el exceso de confianza en la razón no demostró
ser suficiente, puesto que la civilización trajo muerte y violencia en el siglo XX; y que la filosofía
y la ciencia construidas en el mundo occidental (Europa y Estados Unidos especialmente) se
emplean para colonizar, dominar a los otras culturas y ubicarse como si fuera el único
conocimiento válido, al subvalorar los conocimientos ancestrales de las comunidades, como si
fueran superstición y charlatanería, hoy en día se ha producido una filosofía crítica que
cuestiona a la civilización occidental y su pensamiento, la modernidad, basado en el excesivo
peso de la razón.Por esto se conoce como filosofía posmoderna, pues se considera que llegó el
momento de superar a la modernidad, que se encuentra agotada y que no ha logrado producir
una sociedad mejor para la humanidad.
Entre algunas de las tendencias críticas de la modernidad, se puede mencionar la Escuela de
Frankfurt, también conocida como Teoría crítica, con autores como Max Horkheimer (Stuttgart
1895-1973), Herbert Marcuse (Berlín 1898-1979) y Theodor Adorno (Fráncfort 1903-1969),
entre otros, que se sienten pesimistas ante los excesos negativos de la civilización occidental.
Sobre todo encuentran que actualmente aparecen nuevas formas de dominación de las mentes
humanas a través del arte como industria, pero también se sienten desencantados por igual
tanto del capitalismo como del comunismo, que se había pensado que eran dos vías para llegar
al progreso pero sin embargo, han generado miseria y violencia.
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Otra tendencia posmoderna tiene que ver con autores que encuentran que el hombre no es
solamente razón, sino que también cuenta con dimensiones igual de importantes que realmente
definen su vida. Entre ellos se encuentran Sigmund Freud (Moravia 1856-1939), como padre del
psicoanálisis, que enfatiza en la importancia de la sexualidad, el inconsciente y los sueños.
Jaques Lacan (París 1901-1981), Gilles Deleuze (París 1925-1995) y Michael Foucault (Poitiers
1926-1984), conocidos como posestructuralistas, pues enfatizan en el lenguaje como una
construcción de discurso que está en todo y crea al mundo, la existencia de poderes no
institucionalizados que logran dominar al hombre, más allá de la economía y la política, entre
los que se critica especialmente a la educación, porque somete, vigila y castiga. Pero también
filósofos como Edgar Morin (París 1921-vivo aún), que llama la atención frente al error del
conocimiento occidental, que dividió en áreas para poder comprender pero que al dejar
separados los conocimientos no permite actualmente que se den respuestas a la complejidad
del mundo, por eso concluye que llegó la hora de unir el saber desde una mirada de la
complejidad porque el mundo es complejo, por eso no podría estudiarse de otra forma.
Y propiamente los que se han autodenominado como posmodernos, tales como Jean Francois
Lyotard (Versalles 1924-1998), Jean Baudrillard (Reims/Francia 1929-2007) y Gianni Vattimo
(Turín 1936-vivo aún), para los que nada tiene sentido en la civilización occidental, puesto que
todo es construcción de alguien y los demás aceptamos pasivamente sin cuestionar, nos
sometemos a las reglas sociales, que no son más que juegos de lenguaje inventados por
alguien que sancionó que así deberían serlas cosas. Igualmente, Paul Feyerabend (Viena 1924-
1994) critica fuertemente el papel de la ciencia porque nos ha llevado a la destrucción del
planeta, también considera que se ha endiosado como si fuera el único conocimiento aceptable
y esto no es cierto. En esa misma línea, algunos autores latinoamericanos, asiáticos y africanos
comienzan a hablar de filosofías fuera de la modernidad, que acepten las otras visiones no
occidentales del conocimiento.
ACTIVIDAD
Ética en la contemporaneidad
Durante el siglo XIX la Ética estará dominada por la corriente utilitarista, por desarrollos de la ética
kantiana, por la permanencia del aristotelismo y el tomismo, y por la irrupción del pensamiento
crítico marxista. Con el nuevo siglo entrarían en escena nuevos planteamientos. Las guerras
mundiales y sus efectos se reflejaron en la Ética.
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Desbrozar la rica proliferación de corrientes en nuestro siglo no es nada fácil. No obstante,
consideramos que pueden distinguirse dos grandes concepciones, con muchas diferenciaciones
internas. Por un lado, una ética localizada de forma preferente en el espacio geopolítico
anglosajón, de tendencia fuertemente analítica, enfrentada a todo naturalismo e intuicionismo; y
una Ética continental, con más fidelidad a las líneas tradicionales, con mayor densidad filosófica y
más sensible a los efectos de las guerras. En este apartado nos ocuparemos de la primera, con la
advertencia previa de que, por sus mismos principios metodológicos, lo importante en ella son los
"detalles", es decir, precisamente aquello que queda ausente en una sinopsis esquemática y en
una valoración tan general como la que ofrecemos.
La filosofía de la ciencia, especialmente la del Círculo de Viena, veía en Hume una de sus raíces.
Si la fundamentación de la ciencia encuentra en el escocés un referente obligado, lo mismo ocurre,
y tal vez de forma más acentuada, en la fundamentación de la Ética por lo que suele llamarse
"Ética analítica". Es cierto que ni Moore [13], ni Ross [14], hacen referencia directa al famoso
pasaje "es"/"debe" del Treatise de Hume [15] cuando hablan de la "falacia naturalista". Pero
Prichard [16] lo cita explícitamente. Y Ayer confiesa que su teoría ética se inspira en la lúcida
afirmación de Hume de que el "debe" no se sigue del "es". Por su parte, Hare declara
explícitamente a Hume como su predecesor y aliado [17]. Ha sido Hare quien ha llamado "Ley de
Hume" a esta imposibilidad lógica de derivar "debe" de "es"
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