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Historia Clinica Psiquiatrica
Historia Clinica Psiquiatrica
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c.- ¿ ESTABA USTED, COMPLETAMENTE BIEN, ANTES DE ESA
FECHA?
Es entonces cuando el enfermo recuerda que ya antes había
comenzado a sentir algo. Es el momento de preguntar:
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e.- ¿DÓNDE ESTABA USTED CUANDO LO SINTIO?
¿QUÉ ESTABA HACIENDO?
¿QUÉ HABIA HECHO ESE DIA, EL ANTERIOR?.
Estas preguntas llevan al enfermo a situarse en el momento del comienzo.
Generalmente nos dan datos precisos respecto a coincidencias cronológicas
(infecciones, intoxicaciones, traumatismos, factores psíquicos, emociones,
cambios de situación, etc.). En este momento provocamos una pequeña
conversación tratando de “ubicar” al hombre en la situación en la que la
enfermedad comenzó. Creemos que ello es realmente importante.
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g.- ¿CÓMO SIGUIÓ?
Debe tratar de obtener todos los datos posibles, con fechas
sobre tratamientos, mejorías, recaídas, tratando de precisar, en
el caso en el que caso de que éstas últimas hubieran ocurrido,
las condiciones en las que cada una se presentó. Ello permite
muchas veces establecer interesantes paralelismos entre
factores exteriores y enfermedad.
Una vez obtenida la historia de la enfermedad hasta el momento
actual, una última pregunta:
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Al terminar esta parte del interrogatorio
debemos tener una idea clara de:
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II.- HISTORIA FAMILIAR
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e.- ¿HA CONOCIDO A SUS ABUELOS?
Iguales averiguaciones.
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g.- ¿HA VIVIDO SIEMPRE CON SUS PADRES?
Es fácilmente comprensible que, si el paciente ha sido sacado
tempranamente del seno familiar, todas las condiciones
cambian. Si la respuesta es negativa:
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i.- ¿CÓMO HA SIDO USTED CRIADO? ¿ENGREÍDO O EDUCADO
SEVERAMENTE?
Es la mejor manera de averiguar las condiciones dela “constelación
familiar” y de la vida infantil del paciente. En este momento se fomenta una
conversación que permite comprender el ambiente como interrelación
dinámica, orientándola hacia la obtención de los siguientes datos: ¿Ha sido
castigado? ¿Mucho? ¿Por quién? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cómo reaccionaba a
los castigos?.
¿Quién lo engreía más? ¿A quién quería más el paciente: a su padre o a su
madre?. Generalmente la respuesta es aquí: “A ambos”. Debe insistirse con
una sonrisa “Si, claro, pero hay una pequeña diferencia”. Si la ha habido,
¿Por qué?.
¿A quién prefería su madre? ¿Su padre?. Generalmente la respuesta es como
la anterior, “ A nadie”. Una sonriente insistencia nos permitirá acceder al
dato.
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k.- ¿ESTABA USTED CONTENTO EN SU CASA?
Esto nos permite obtener una versión sintética de la situación y
sobre todo de la reacción del paciente ante esa situación.
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III.- NIÑEZ
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c.- DATOS DEL DESARROLLO PSICOSOMÁTICO.
¿A qué edad caminó? ¿A qué edad habló? ¿Enfermizo?
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IV.- EDUCACIÓN
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d.- ¿TERMINO LA INSTRUCCIÓN PRIMARIA?
¿A qué edad?. Si no lo hizo, ¿Por qué?. ¿Qué materia le gustaba
más?.
Sígase paso a paso la historia educacional, precisando fechas
(Secundaria, Universitaria).
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V.- TRABAJO
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VI.- CAMBIOS DE RESIDENCIA
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VII.- ACCIDENTES Y ENFERMEDADES
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VIII.- VIDA SEXUAL
Esta es la parte más difícil del interrogatorio. Y es difícil, más que por la
resistencia que el paciente pueda tener para hablar de ella, por la resistencia
consciente o inconsciente que el médico mismo presenta.
Si el médico tiene frente a los problemas del sexo una actitud sana y
comprensiva, el interrogatorio no es difícil.
En nuestra organización social el tabú del sexo impide que tanto hombres
como mujeres tengan oportunidad de hablar seriamente de este tema con
alguien. En la mayor parte de los casos sufren la angustia de la ignorancia y
desearían un consejo sano y autorizado.
Por otra parte, el solo hablar de sus problemas o sus preocupaciones brinda
tranquilidad y desahogo. Es corriente ver que pacientes de ambos sexos, una
vez roto el hielo, se explayen ampliamente y digan agradecidos al final
“nunca hablé de esas cosas con nadie y me ha hecho mucho bien el decírselas”.
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Naturalmente que ello no puede producirse si la actitud del médico, no solo
la que pretende sino la que auténticamente tiene, no es claramente la justa:
benevolente comprensión, naturalidad diana.
Para ello la experiencia nos ha enseñado una técnica que creemos eficaz.
Es, naturalmente, distinta frente a enfermos hombres o mujeres.
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HOMBRES
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c.- ¿A QUE EDAD COMENZO A MASTURBARSE?
Si ello no ha sido ya dicho espontáneamente durante la conversación anterior, la
pregunta debe plantearse de esa forma. Es ingenuo el interrogar: ¿Se ha masturbado
alguna vez? Ya que es casi una invitación a la negativa.
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d.- ¿SE MASTURBA TODAVÍA ALGUNAS VECES?
Lo que no solo nos dará la respuesta justa, sino que nos informará sobre
la actitud actual del paciente frente a esa práctica. En caso de una
respuesta afirmativa investiguemos detalles.
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g.- ¿CÓMO HA CONTINUADO SUS PRÁCTICAS SEXUALES?
Dese aquí oportunidad para una conversación en la que el
enfermo describa su historia sexual hasta la fecha. Anótese
características de ellas.
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j.- ¿HA SIDO USTED MUY ENAMORADOR?
Ello nos descubrirá las características de la personalidad en su relación
con el otro sexo: tímido, don juan, voluble, persistente, insatisfecho, etc.
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m.- MATRIMONIO.
En el curso del interrogatorio se llega, si el enfermo es casado, a tocar el
tema de su matrimonio. Es interesante averiguar en este caso los
detalles del proceso. ¿Cómo conoció a su esposa? ¿Por qué le gustó? ¿Por
qué la enamoró? Y una pregunta fundamental:
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MUJERES
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Preguntamos luego benévolamente:
d.- ¿HA TENIDO MUCHOS ENAMORADOS?
e.- ¿CUANDO TUVO EL PRIMERO?
Continúese el interrogatorio sobre la pauta ya trazada. En un gran
porcentaje de los casos, dadas las condicione ya establecidas, la enferma
habla más o menos francamente y confiesa su exploración en el campo
psicosexual. Si no lo hacen pueden usarse algunas preguntas que, hachas a
tiempo, nos brindarán información. Una de ellas es: ¿Es usted afectuosa o
fría?. Si hay resistencia manifiesta a responder, tomamos una actitud
considerada. “Perdóneme que insista en estas preguntas, pero son necesarias
para comprender perfectamente se caso. Usted sabe que muchas veces un
detalle basta para orientar un diagnóstico. Naturalmente que si usted
prefiere no hablar de ello...” Si la enferma “prefiere no hablar de ello”
podemos estar seguros de que “hay algo” de lo que no quiere hablar y lo
tendremos en cuenta.
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Si es casada se investiga, como en el caso de los hombres, las
características del proceso hasta el casamiento, repitiendo la
pregunta:
g.- ¿POR QUÉ SE CASO?
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Terminaremos con:
j.- ¿QUÉ PIENSA USTED DE LOS HOMBRES?
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IX.- HABITOS E INTERESES
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c.- ¿ BEBE USTED MUCHO?
No nos contentemos con respuestas como “regular” o “como todos”.
Precisemos ¿Aperitivos?, ¿Bebidas en la comida?, ¿En fiestas?, ¿A
menudo?, ¿le causa daño?.
e.-¿OTRAS DROGAS?
Café, té, drogas heroicas.
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X.- ACTITUD PARA CON LA FAMILIA
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c.- ¿DÓNDE VIVE USTED?
Sepamos las condiciones materiales de vida, lo que al mismo
tiempo nos informará indirectamente sobre la distribución
del dinero y nos permitirá apreciar la actitud del paciente
frente a sus deberes familiares.
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XI.- ACTITUD FRENTE A LA ENFERMEDAD
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c.- ¿QUÉ HARA USTED CUANDO SE CURE?
He aquí una pregunta sugerida por Alfred Adler, que
creemos interesante. Adler asegura que, considerada la
enfermedad como una huída frente a los problemas que la
realidad plantea, la respuesta nos indica, precisamente lo
que el enfermo no quiere hacer, de lo que está huyendo.
La experiencia nos ha confirmado ampliamente ese punto
de vista.
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XII.- SUEÑOS
Muy a menudo el relato de los sueños nos provee de una inapreciable
información sobre las preocupaciones, complejos, actitudes.
a.- ¿DUERME USTED BIEN?
Sino, ¿Por qué?.
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CON ESTO HEMOS TERMINADO EL
INTERROGATORIO, QUE, SI HA SIDO BIEN
CONDUCIDO, NOS DARÁ UNA IDEA CLARA
DE LA PERSONALIDAD EN SUS RELACIONES
CON EL AMBIENTE Y NOS PERMITIRÁ
ENCARAR CON LAS OTRAS PARTES DE LA
HISTORIA CLÍNICA, EL DIAGNÓSTICO, EL
PRONÓSTICO Y LA TERAPÉUTICA EN
FUNCIÓN DEL HOMBRE COMO TAL.
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GRACIAS
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