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4 Maneras para crear y mantener la paz

interior
 julio 13, 2016

Más que en el pasado, la gente está reconociendo el valor de alcanzar la paz interior.
Esto representa un cambio del anterior sistema de valores que ponía más énfasis en el
consumismo, el éxito profesional, la competencia y un sinfín de distracciones. Pero
desear la paz interior es sólo el primer paso.

La paz interior como una experiencia duradera requiere un viaje de introspección. Esto
se puede lograr siguiendo estas cuatro metas; son retos que no se pueden cumplir de
manera pasiva.

Localiza la paz dentro de ti

Por medio de la meditación, cualquiera puede alcanzar el primer punto: localizar la paz
dentro de uno mismo. Con el simple hecho de ver hacia nosotros mismos y trascender la
constante actividad de nuestra mente, uno experimenta una región más profunda de
consciencia, llamada ‘zona de la paz’. Aquí, el silencio y la quietud se convierten en
experiencias verdaderas. Lo más importante es que la paz comienza a tener más valor
que otras experiencias que en el pasado nos habían condicionado a valorar.

Regresar al lugar de paz cuando quieras

Regresar al lugar de paz cuando quieras quiere decir que de verdad deseas sentir paz
cuando la situación que vives está en un estado de intranquilidad, caracterizado por el
estrés, obstáculos, resistencia, impulsos del ego y emociones negativas.

En la tradición del Yoga, la cualidad de la no violencia total es Ahimsa, y, aunque la


palabra comenzó a identificarse con el pacifismo político de la época de Gandhi y
Martin Luther King, el significado completo implica un estado libre de enojo, ansiedad,
envidia y resentimiento. Estar en paz cuando lo necesites no es posible si estás luchando
con inseguridades y emociones negativas para llegar ahí; por eso es tan importante el
tercer reto: liberarse de todos los aspectos de la violencia.

Liberarse de todos los aspectos de la violencia

Liberarse de todos los aspectos de la violencia es esencial porque no puedes pelear


contra la intranquilidad para alcanzar la paz. El resultado de esta lucha sólo será que tu
adversario, digamos el enojo, el resentimiento o la envidia, se va a ocultar más
profundamente. La liberación llega cuando desplazas tu afiliación lejos del ego y su
inseguridad inherente y sus emociones negativas hacia el verdadero ser. Resulta que,
durante la meditación en momentos de paz, en realidad estamos encontrando a un ser
completamente nuevo que no necesita la intranquilidad. Su propia naturaleza es pacífica
y una vez que nos habituamos a ver este nuevo ser, comenzamos a asimilarlo hasta que,
con el tiempo, el verdadero ser se convierte simplemente en tu ser.
No hay una guerra con el ego para hacer que olvide todo. Al meditar, los valores del
Ego poco a poco se debilitan, se hacen menos seductores y terminan por irse. Muchas
personas, tanto de Oriente como Occidente, están intimidadas por el prospecto de
renunciar a las cosas, porque sin el ego y su atención en el “yo, yo, yo”, ¿qué tipo de ser
tendremos? No es una pregunta que pueda responderse de antemano. El verdadero ser,
también llamado el ser supremo, es alabado en las sabias tradiciones del mundo como la
fuente de la verdad, el amor, la belleza, la evolución, la creatividad y la paz. Pero, hasta
que empiezas a absorber estos valores de manera personal, ellos permanecen a la
distancia del ser de la vida cotidiana al que estás acostumbrado.

Aumenta todos los días la experiencia de paz

El cuarto reto, permitir que la paz aumente todos los días, es igual a decir que todos los
días tomas decisiones para seguir la voz silenciosa del verdadero ser y no las voces
fuertes que están a tu alrededor y en tu interior. El silencio puede coexistir con la mente
pensante. La paz no te hace pasivo ni aburrido. De hecho, se trata de lo contrario. Una
vez que dejas de desperdiciar cantidades excesivas de energía psicológica en el enojo, el
resentimiento, la inseguridad y los otros pesares del ego, hay más energía para el amor,
el crecimiento interior y la creatividad.

Con este breve resumen, ya puedes ver por qué alcanzar la paz interior se ha
considerado algo tan deseable a través de los siglos, a pesar de que por fuera pareciera
que a la humanidad le gusta la guerra, las rivalidad, el crimen y las hostilidades. La zona
de paz sí existe y, si quieres que te acobije, el camino siempre está abierto.

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