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Análisis, desde Neumann.

En el caso de Isidora, se tratará el concepto del paso del estadio matriarcal al estadio patriarcal, el
cual se define como el surgimiento del ego integral, donde existe una mayor autopercepción y se
hace presente el miedo a la disolución, constelando a la ¨Gran madre terrible¨, se presenta esta
ambivalencia del arquetipo, escindiendo los aspectos positivos y negativos del mismo. En el caso de
Isidora, este paso entre un estadio y otro presenta dificultades, ya que según lo manifestado por
Neumann después de este miedo a la madre terrible, se constela el arquetipo del padre en su
aspecto positivo que debiese ocurrir entre los 3 a 5 años y que en el caso de Isidora fue ¨ cuando
tiene cuatro años aproximadamente, el padre decide irse del hogar, y se ausenta por completo de
la vida familiar, dejando de mantener el contacto con sus hijas¨, esta falta del ¨padre real¨, como
de la función paterna en la madre (en cuanto a limitar esta simbiosis entre ella y su hija) prolonga en
el tiempo el estadio matriarcal, haciéndose presente el advenimiento de este tránsito entre un
estadio y otro, cuando Isidora está en enseñanza media, manifestando en la consulta “ Quiero
superar el miedo a conocer gente nueva”, es en este momento se da cuenta de su timidez y su
dificultad para hacer amigos, su autopercepción y el miedo se hacen presentes. Neumann postula
que en esta etapa existen cuatro procesos que fortalecen la conciencias según apuntes de clase,
siendo relevante el cuarto que es el aumento de la personalización secundaria, la proyección en
otros humanos, el rol de lo colectivo – la adaptación social. En el caso de Isidora, la proyección que
hace a través de su amiga, que es extrovertida y alegre, y que le facilita el conocer y hacer de nuevos
amigos, moviliza en su interior su necesidad de pertenecer al grupo, y se cuestiona; menciona que en
realidad su amiga ¨la opacaba y que no la veían a ella¨, que “no había formado identidad propia.
Se sintió atrapada y que si seguía detrás de la amiga no podría cambiar¨, surge en ella esta
necesidad de salir de este confinamiento, diferenciarse, ¨dice no tener problemas con nadie, pero
que se siente aburrida para los demás, “fome”. Quiere partir de cero en otro lugar, por lo que ha
decidido cambiarse de colegio, pero esto le daba mucho miedo e inseguridad. También dice tener
miedo a tener la misma incapacidad social que la mamá¨, según Neumann[...]El surgimiento de
miedo es necesario como síntoma de la centroversión [...] Debido a ello, el miedo infantil conduce, allí
donde aparece como miedo normal y evolutivamente indispensable, a un fortalecimiento progresivo
del ego. Las fases arquetípicas, consteladas de manera inconsciente, posibilitan, sí, fuerzan el
desarrollo de la consciencia porque, justamente a través de la amenaza del ego, el miedo a la
extinción del ego−vivo en cualquier miedo−, produce un fortalecimiento reactivo del ego. (Neumann
1963, pp. 184-186 en Sassenferd). Cada movimiento de la conciencia incorpora modificaciones a la
relación del yo-sí mismo, en este desarrollo del eje ego self.

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