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INSTITUTO SUPERIOR TECNOLÓGICO


“PAULO EMILIO MACÍAS”
CARRERA DE:
TECNOLOGIA SUPERIOR EN ELECTROMECÁNICA

CONSULTA DE INVESTIGACION

ASIGNATURA:
REALIDAD NACIONAL

CICLO:
PRIMERO EM - C

TEMAS:
Origen de los recursos naturales ecuatorianos introducidos en el Ecuador.

AUTOR:
Mendoza Zambrano Galo Xavier

DOCENTE:
Lcda. Liza María Cedeño Cedeño

PERIODO ACADEMICO:
Diciembre 2020 – marzo 2021

PORTOVIEJO – MANABÍ – ECUADOR


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Ecuador ha sido en varias etapas de su historia reciente el primer productor de banano en el

mundo. Por ello, muchos en Europa y Norteamérica identifican el nombre de nuestro país con el

banano. Pero el Ecuador no es, ciertamente, una “banana republic”, como con desprecio e

ignorancia ciertos políticos norteamericanos solían calificar a los países cuyo pequeño tamaño,

reducida población e inestable vida política les impulsaba a pensar que eran también simples o

primitivos.

Nuestro país es pequeño, sobre todo si lo comparamos en el ámbito de América del Sur, donde

hay repúblicas de grandes dimensiones, aún comparadas a escala mundial. Pero el Ecuador no es

simple, no es sencillo. Es una entidad social y política compleja. En muchos sentidos, lo es

mucho más que la mayoría de los países del mundo, algunos de ellos bastante más grandes y

poblados.

Ningún país es simple, pero el nuestro es aún más complicado de lo que nosotros mismos

estamos dispuestos a admitir. Por ello, al tratar de entender el Ecuador no podemos caer en la

tentación de repetir estereotipos o lugares comunes. No podemos, por ejemplo, sostener que

debemos pugnar por la unidad étnica, eliminar a los indios y negros; “mejorar la raza”, como se

dice vulgarmente, para unificar al país. Tampoco es aceptable pensar que como los indígenas son

descendientes de los pobladores originales de estas tierras, solo a ellos les pertenecen, y los

blancos o mestizos tenemos que emigrar o vivir aquí como extranjeros en nuestra propia tierra.

En otro orden de cosas, no parece correcto pensar que defender la unidad nacional y combatir al

regionalismo es suprimir la identidad y las demandas de los pueblos costeños, o de vuelta,

separar a la costa de la sierra en dos países distintos. Tampoco es justo pensar que nuestras

diferencias religiosas se superarían a fuerza de imponer de nuevo al catolicismo como religión


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única. Aunque nunca en el pasado nuestro país vivió aislado del resto del mundo, hasta hace no

mucho solíamos pensar que Ecuador era la última esquina de la tierra y que la realidad externa lo

influía poco o nada. Pero ahora no solo sentimos que somos parte de una realidad cada vez más

influida por un mundo globalizado en acelerado cambio, sino que el creciente número de

ecuatorianos y ecuatorianas que dejan el país nos vuelve cada vez más conscientes de que la

migración cambia al Ecuador, por dentro y por fuera, de muchas maneras, profundizando los

rasgos de su diversidad.

Para enfrentar nuestros problemas debemos aceptar nuestra diversidad como pueblo. Y esta no es

ciertamente una tarea fácil, sobre todo si tomamos en cuenta que la heterogeneidad y las

diversidades se dan en una realidad de subdesarrollo y de pobreza. La gran mayoría de los

ecuatorianos es pobre y casi la mitad vive en situación de pobreza extrema o miseria. Aunque se

han 8 erradicado varias enfermedades, hay todavía otras que matan a una escandalosa parte de

nuestra población, especialmente a los niños.

Y esto solo añade una dimensión conflictiva y dolorosa a nuestra realidad como pueblo. Si

queremos entender al Ecuador y mantener su unidad no nos queda otra alternativa que aceptar su

diversidad, entenderla como un hecho que es parte de nuestra manera más profunda de ser; como

una riqueza más que como un obstáculo; como un desafío para el futuro más que una carga

heredada del pasado.

Ecuador es un país con inmensos recursos renovables y no renovables. No es una exageración

decir que posee riquezas naturales como pocos en el mundo. Posee la mayor diversidad biológica

por unidad de área en América Latina. Y ese es uno de sus más importantes recursos. La

Cordillera de los Andes origina diversos pisos de altura cada uno con sus microclima y distinto
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tipo de suelo. De acuerdo a la clasificación Holdrige, aquí existen 25 de las 30 zonas de vida

establecidas en América Latina. La alta precipitación pluviométrica y la uniformidad de

temperatura son serias ventajas. El volcanismo favorece la generación de microambientes. La

Amazonía ecuatoriana encierra gran diversidad ecológica. La Costa tiene una gran variedad de

especies. La región insular de Galápagos es única en el mundo.

Ecuador, este país pequeño, tiene el doble de especies vegetales y animales que Canadá y

Estados Unidos juntos. Tiene 1.504 especies de aves, 345 de reptiles, ocupando el séptimo lugar

en el mundo y 358 especies de anfibios, con lo que se ubica en el tercer lugar del mundo. Solo en

orquídeas tiene 2.600 variedades, muchas más que sus vecinos, Colombia y Perú juntos. Ecuador

tiene grandes posibilidades de utilizar la energía eólica, la energía solar y la energía geotérmica.

Asimismo, tiene recursos hidráulicos que pueden ser utilizados para el regadío, la dotación de

agua potable y para la generación hidroeléctrica. Los saltos de agua de los ríos que nacen en la

sierra y corren hacia la costa y el oriente tienen un potencial energético enorme, a tal punto que

si es adecuadamente aprovechado no haría falta ni centrales movidas por petróleo ni energía

atómica. El país está muy bien posicionado para un futuro en que el agua será un recurso muy

disputado en el mundo.

Ecuador es un importante productor y exportador de petróleo en Sudamérica. Aunque la

explotación petrolera viene desde principios del siglo XX, en los años setenta se incrementó. El

“oro negro” ha sido desde entonces el eje de los ingresos públicos. Nuestro país, en fin, posee

gran potencialidad minera, aunque ésta no ha sido explotada sino en una proporción muy baja.

La agricultura tiene larga trayectoria y gran potencial en nuestro país.

La producción agrícola es enormemente diversa por la constitución del territorio. Aquí se puede

cultivar dentro de la misma provincia desde cebada a tres mil quinientos metros de altura, hasta
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piñas y papayas, típicas del trópico. Los productos agrícolas de exportación, como cacao,

banano, café, palma y los “no tradicionales”, han sido rubros básicos de la economía nacional.

La agricultura representa el 16.8% del producto interno bruto y el 33,8% del total de las

exportaciones. Nuestras costas, las del Continente, así como las de Galápagos, tienen grandes

recursos ictiológicos. No solo por su gran volumen, sino por su variedad.

El que frente a las costas corran y se encuentran la corriente fría de Humboldt y la cálida de El

Niño, permite que allí se dé una gran diversidad de peces y mariscos. Adicionalmente, el Litoral

ha demostrado ser también uno de los lugares más aptos del mundo para el cultivo del camarón

en cautiverio, aunque el hecho de que se hayan dedicado más de 100.000 hectáreas a ese efecto,

destruyendo en muchos casos los manglares naturales, ha afectado al medio ambiente natural y al

equilibrio ecológico.

La combinación de una geografía privilegiada y un gran acervo cultural, constituido por

monumentos arqueológicos e históricos, así como de lugares de gran atracción, hacen del

Ecuador un destino turístico sumamente importante en el ámbito mundial. Nuestro país puede

considerar al turismo uno de sus más importantes recursos. El Ecuador debe desarrollar sus

potencialidades. Por ello debe explotar sus recursos para satisfacer las necesidades de su

población, para impulsar el desarrollo armónico de la sociedad. Pero se debe explotar los

recursos en forma racional y proporcionada. Repetidamente se han depredado las riquezas

nacionales, se ha destruido irreversiblemente recursos no renovables en beneficio de un

crecimiento económico suicida. Esto no puede continuar si queremos sobrevivir. La paradoja es

que somos un país rico, muy rico en recursos, con un pueblo pobre, condenado crecientemente a

la miseria masiva.
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Bibliografía

República del Ecuador, Ministerio de Relaciones Exteriores, La gestión ambiental en el

Ecuador. Quito, 1993. p. 49.

Jorge Pareja Cucalón, Veinticinco años de petróleo en el Ecuador: autonomía técnica y

financiera para la empresa estatal. En Pasado y futuro del petróleo en el Ecuador. Quito,

Petroecuador, 1997. p. 41.

Fundación José Peralta, Ecuador, su realidad, Edición 2001-2002. Quito, Fundación José

Peralta, 2001. p. 138.

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