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AVANCE DE ANTECEDENTES

Con la finalidad de liquidar a la minería moderna, el radicalismo antiminero ha desarrollado una


narrativa llena de mitos y falsedades. Por ejemplo, se señala de forma reiterada que es imposible la
convivencia entre la minería moderna y la agricultura sostenible. Semejante afirmación del radicalismo
antiminero no solo es falsa, sino también atrevida. Existen datos y ejemplos que demuestran lo
contrario: la minería moderna y la agricultura pueden convivir en armonía. En Australia, Chile, Estados
Unidos o Canadá, la minería y la agricultura caminan de la mano.

En el Perú el caso más exitoso de convivencia entre agricultura y minería está en Cajamarca. Y el
proyecto Conga es uno de los más emblemáticos al respecto. A pesar de las intensas mentiras del
radicalismo antiminero, hoy se ha producido un “milagro del agua” en las comunidades campesinas
aledañas a este proyecto minero. Los reservorios Chailhuagón y San José —construidos por la compañía
Yanacocha, concesionaria de la señalada mina— hoy abastecen a numerosas familias que antes solo
tenían agua cuando llovía (de diciembre a marzo)

En el norte de Chile, la minería y la agricultura han logrado coexistir de forma sostenible. En el valle del
río Copiapó, en la III Región en Atacama, está la ciudad de mismo nombre, donde se cultivan más de
10,000 hectáreas para la agroexportación. La producción de olivo representa más de 3,000 hectáreas y
la de uvas alrededor de 1,500 hectáreas. No obstante, Copiapó es el centro de varios proyectos mineros
de oro y cobre. Pero la agricultura es la prioridad, ya que el 75% del agua que se extrae es utilizada para
dicho sector, en tanto que para la minería solo se utiliza el 13% y para el consumo humano el 2%.

Una de las experiencias más interesantes de convivencia de minería y agricultura ocurre en Australia.
Desde 1997 el proyecto cuprífero NorthParkes —cuya inversión representó 3,500 millones de dólares, y
que hoy está en manos de la compañía China Molybdenum Company y Sumitomo Group— decidió
invertir en proyectos de infraestructura para hacer a la agricultura local más productiva y competitiva. El
proyecto NorthParkes se ubica en el estado de Nueva Gales del Sur, una de las zonas agrícolas más ricas
de Australia. Hoy el proyecto NorthParkes ha hecho un alianza con los más de 3000 agricultores para
mejorar la producción de 20,000 hectáreas de soja, uvas y berries de exportación. En Australia además,
el sector minero solo utiliza alrededor del 3% del agua.

En Estados Unidos y Nueva Zelanda, también hay experiencias positivas entre agricultura y minería. En el
caso de Estados Unidos, el proyecto Stillwater —ubicado en el Estado de Montana, y cuya inversión
alcanza más de 5,000 millones de dólares— ha realizado convenios con las Naciones Originarias de
Estados Unidos y Canadá para construir represamientos de aguas para la agricultura. Con respecto a
Nueva Zelanda, el proyecto minero Martha es la mina de oro y cobre más grande del país. Ubicado en la
provincia de Waihi, el proyecto convive con los más de 5,000 hectáreas de pastos para el ganado; pero
además con el turismo, ya que se encuentra cerca de la playa Waihi Beach, uno de los centros turísticos
más importantes del país.

Todos los ejemplos anteriores nos indican que la minería y la agricultura pueden coexistir de manera
sostenida. Con respecto a que el sector minero utilice grandes extensiones de tierra, debemos señalar
que en Estado Unidos, el sector agrícola utiliza el 52% del territorio, en tanto que la minería entre el
0,02% y el 0,1%. En Canadá el sector minero utiliza el 0,01% mientras que la agricultura afecta al 7% del
territorio.

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