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ACTIVIDAD 08.

Informe:
Análisis de una problemática económica Colombiana

Presentado por:
Jeidy Anyeli Clavijo González
I.D. 000602497

CORPORACION UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS


VICERECTORIA REGIONAL BOGOTA SUR
FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES
PROGRAMA ADMINISTRACION FINANCIERA
BOGOTA, D.C.
Introducción

La economía colombiana ha registrado avances importantes en sus principales indicadores


durante los últimos años. Los buenos resultados en crecimiento económico tienen una
repercusión directa en el comportamiento del mercado laboral y en la sostenibilidad del
dinamismo. Cuando el crecimiento económico viene atado a un aumento de la capacidad
productiva y la competitividad, se crea empleo estable y de calidad. Mejores empleos se
traducen luego en mejores salarios y finalmente en un mayor consumo. Las metas del
dinamismo de una economía en desarrollo deben estar enfocadas en lograr mejores
condiciones de vida para los habitantes y en particular para la población más vulnerable. En
este contexto, las políticas públicas y la oferta de empleo por parte de las empresas se
constituyen en los canales más rápidos para la transmisión de la prosperidad económica a
toda la población.

Competitividad y productividad en Colombia

Competitividad

La competitividad es un concepto que va más allá de lo económico y constituye una


característica específica de los sistemas socioculturales. Por ello, no existe competitividad
en un ambiente que propicia condiciones no competitivas.

Esser, Hillebrand, Messner, & Meyer-Stamer (1996), señalan que la competitividad se


puede analizar a partir de la integración de los cuatro niveles de la competitividad
sistémica: el nivel ‘meta’, el nivel ‘macro’, el nivel ‘meso’ y el nivel ‘micro’. A
continuación, se presentan cada uno de los niveles:

En el nivel meta, estructuras básicas de organización jurídica, política y económica,


capacidad social de organización e integración, y capacidad de los actores para la
interacción estratégica.
El nivel macro exige mayor eficacia de las empresas. El nivel meso estructurado, el
Estado y los actores sociales desarrollan políticas de apoyo específico, fomentan la
formación de estructuras y articulan los procesos de aprendizaje a nivel de la
sociedad, y

En el nivel micro un gran número de empresas buscan simultáneamente la


eficiencia, calidad, flexibilidad y rapidez de reacción, estando muchas de ellas
articuladas en redes de colaboración recíproca. (1996, p.39-52).

Para Michael Porter en su obra Ser competitivo, manifiesta que la competitividad “es la
productividad en la que una nación, región o clúster usa sus recursos humanos y naturales”
para crear y mantener un buen nivel de vida para sus habitantes, recalcando que este
depende de la capacidad de ser productivos con el capital y el trabajo y no de la
competitividad, definiendo así a la productividad como “el valor del rendimiento de una
unidad de mano de obra o capital... … la productividad de los recursos humanos determina
salarios y la productividad del capital determina beneficios para los propietarios del
mismo”. (1990, págs.32-34-37)

Productividad

Desde la óptica neoclásica, académicos como Kendrick (1961. págs.59-77), Griliches y


Jorgenson (1967, págs.249-283) por medio de sus estudios explican la productividad como
medida de la eficiencia de los factores productivos.

El economista Santiago Levy (2004, p. 171) insiste que el conocimiento y sus diversas
expresiones son elementos indispensables para elevar los niveles de productividad y
competitividad y ampliar los sectores productivos de un país, de ahí la importancia de
realizar inversión en ciencia y tecnología.

El concepto general de productividad, establece que la productividad es un índice que


relaciona las salidas de un sistema (lo producido por el o producto) con una, varias, o todo
el conjunto de sus entradas (recursos o insumos). Existen diferentes formas de expresar la
productividad tanto a nivel macro como a nivel micro, en las organizaciones, en el plano
económico. (Prieto & Martínez, 2004)

La permanencia en los mercados de las organizaciones, dependerá en gran medida en la


forma como maneje la información basada en las innovaciones que conllevarán a
incrementos de la productividad, así se harán más competitivas y se prepararan para
enfrentar los retos del futuro. Frente a los desafíos de la apertura económica de los
mercados y la globalización, la innovación es la medida clave del éxito de las
organizaciones en términos de excelencia y productividad. (Prieto & Martínez, 2004).

Análisis e Interpretación.

Causas y variables que determinan la Competitividad y la Productividad en


Colombia.

Para analizar y hacer un balance de la productividad y competitividad en Colombia son


muy útiles los indicadores internacionales de competitividad que miden el desempeño
relativo del país. Es innegable que Colombia tuvo avances en algunos periodos,
particularmente en el ranking del Doing Business del Banco Mundial, en el que escaló del
puesto 76 en 2006 al 34 en 2015-1. Sin embargo, desde el año 2015, incluso dejando de
lado los cambios metodológicos que tuvieron las mediciones del WEF (The World
Economic Forum) y del Banco Mundial se observa un retroceso generalizado de los
indicadores de comparación. En el IGC (índice de competitividad global) del WEF,
Colombia pasó del puesto 61 entre 140 países en 2015 al puesto 66 entre 137 en 2017 y,
con el reciente cambio metodológico, del puesto 57 entre 135 al 60 entre 140. Así mismo,
en el Anuario de Competitividad Mundial del Institute for Management Development
(IMD) –que compara a Colombia con las 61 economías de mayor nivel de desarrollo–, el
país descendió del puesto 51 en 2015 al 58 en 2018. (Córdoba, 2018, p. 8).

Entre 2002 y 2014, Colombia atravesó un periodo de bonanza en el que el crecimiento


económico fue acelerado y se lograron avances significativos en materia social y
económica, como lo fueron el aumento de la clase media y la reducción significativa de la
pobreza, así como el incremento de la inversión nacional y extranjera. Así mismo, algunas
reformas estructurales, como la disminución de costos laborales no salariales de 2012,
implicaron una mejoría en variables como la informalidad laboral, en la que el país llevaba
décadas con retrasos notables frente a la región. (Torres, 2018).

A pesar de estos logros, Colombia aún enfrenta el reto de retomar el crecimiento


económico que se desaceleró desde 2014, de manera que se puedan consolidar los avances
sociales y la creación de empleo. Para esto, es fundamental que la agenda pública se
concentre en una estrategia de competitividad que se base en aprovechar las fortalezas y
resolver los rezagos más importantes para el desarrollo empresarial y el emprendimiento.

Otro factor determinante es el de la educación y habilidades el país. Más allá de


incrementar el presupuesto del sector y establecer planes, es necesario un mayor
compromiso con la ejecución de las acciones que la educación necesita para que Colombia
pueda ser efectivamente el país más educado a 2025. Si bien ha habido señales alentadoras
y mejoras incrementales en los últimos años, aún persisten retos que exigen una agenda
contundente para avanzar en materia de cobertura, calidad, permanencia y pertinencia en
todos los niveles.

Colombia tiene retrasos en la eficiencia de sus mercados, en particular en la eficiencia del


mercado de productos (bienes y servicios) y en la eficiencia del mercado laboral. Las
inflexibilidades del mercado laboral siguen siendo uno de los principales cuellos de botella
que impiden el aumento de la productividad, y la poca apertura al comercio internacional
hace ineficiente el mercado de bienes. (Córdoba, 2017).

Consecuencias e Impacto.

Una nación es más competitiva en la medida en que su economía crece, debido a que la
gente tiene empleo por la apuesta de los inversionistas que encuentran adecuadas
condiciones para crear empresa, hay más productividad, se puede innovar y exportar más, a
la rueda de la competitividad en el país le faltan varios giros.

Un país competitivo genera confianza en sus ciudadanos, promueve el empleo, atrae


inversión para el crecimiento de la economía. Pero para ello, necesita un esquema de
justicia que genere seguridad.
Otro renglón clave para una nación competitiva es el desarrollo de su comercio exterior,
algo que a Colombia le ha costado trabajo (con menos petróleo), porque la inserción en la
economía mundial sigue siendo baja.

La competitividad debe ser una apuesta nacional. Academia, empresas, gobierno y sociedad
civil deben articularse para hacer frente a los factores que limitan la capacidad de la
economía para ofrecer un mayor bienestar a toda la población. La falta de coordinación en
este sentido no solo puede generar un estancamiento, sino también un retroceso en algunos
de los logros sociales que se han alcanzado en lo corrido de este siglo.

Todo esto cobra mayor relevancia en el contexto actual, pues, ante el deterioro del ambiente
macroeconómico, el país debe fortalecer estructuralmente su economía y posibilitar que el
sector productivo sea el gran motor del desarrollo nacional. Esto permitirá crear
oportunidades de bienestar y prosperidad en todos los rincones del país.

Solo si se logra aumentar la productividad y la competitividad se puede superar la trampa


del ingreso medio, y con ello contribuir a reducir las marcadas desigualdades sociales y
geográficas, al generar más y mejores empleos y a fortalecer a las clases medias
emergentes, la trampa del ingreso medio, y con ello contribuir a reducir las marcadas
desigualdades sociales y geográficas, al generar más y mejores empleos y a fortalecer a las
clases medias emergentes.

Medidas y Políticas a implementar

El esfuerzo por crear una economía más competitiva debe ser el resultado de un trabajo
integrado de las empresas y el Estado, generando un espacio adecuado a la inversión,
promoviendo la competencia y desarrollando una adecuada infraestructura física y social, y
de igual manera, superando las fallas del mercado en aspectos como el desarrollo
tecnológico, medio ambiente y educación.

Y aunque no se pueden desconocer los avances en los aspectos mencionados, es claro que
por cada logro hay una tarea aplazada. Colombia debe acelerar el paso para lograr cambios
estructurales y, así, mayor competitividad. Hoy el reto es consolidar los pasos que se han
dado en la dirección correcta, y actuar con decisión para avanzar en los que están
pendientes.

Medidas como mejoras salariales, mayor capacitación y tecnificación del trabajo pueden
mejorar los índices de productividad que redundará en una mejor calidad de vida de los
colombianos. Mejorar desde adentro puede garantizar el éxito hacia afuera, es decir, con
escenarios propicios para la productividad, Colombia se convertirá en un país cada vez más
competitivo. Pero esto no se logrará si todos los procesos no están soportados y
fundamentados en unas políticas claras que propendan por fortalecer los campos ya
mencionados y sin los cuales no se puede aspirar a ser un país competitivo y sin duda
alguna, una de las bases para hacer de Colombia un país competitivo, es incrementar la
inversión en temas de educación, así como iniciar de manera definitiva y sin margen de
espera, una lucha frontal contra la corrupción. Con un trabajo más honesto, no cabe duda
que habrá inversión en vías, en educación, en tecnología, innovación y todos los factores
que constituyen un país realmente productivo y competitivo.

Conclusiones

Como ya se ha expresado, quizá el factor más relevante para que un país logre ser
productivo y competitivo es la educación. Una educación de calidad forma ciudadanos
productivos y competitivos, pero se requiere, además, nuevas iniciativas que respondan a
las necesidades reales del mercado laboral.

En un mundo en el cual la economía del conocimiento es cada vez más importante como
fuente de ventajas competitivas, la educación y la formación de capacidades laborales son
esenciales para un país exitoso.

Existe una relación directa entre mejoras en educación y mejoras en productividad, por lo
cual el mejoramiento del capital humano es fundamental para avanzar hacia la prosperidad
colectiva. Las experiencias exitosas de transformación productiva han logrado una
articulación entre sus esfuerzos de capacitación y acumulación de conocimiento específico,
y las potencialidades de los sectores productivos.
Una economía competitiva necesita la articulación entre la educación media y la superior,
que tiene un papel decisivo para el desarrollo de destrezas laborales y formación de recurso
humano calificado, y orientado a los sectores estratégicos para el desarrollo del país.

Los cambios sociales, económicos, culturales y tecnológicos plantean cada día nuevas
exigencias al mundo productivo y una demanda por trabajadores más capacitados y con
habilidades que les permitan desempeñarse exitosamente en el mercado laboral y generar
mejoras en productividad e innovación.

Referencias Bibliográficas

Esser, K., Hillebrand, W., Messner, D., & Meyer-Stamer, J. (Agosto de 1996).
Porter, & H. B. School (Ed.), Ser Competitivo (págs. 32-34,37). Barcelona, España:
Ediciones Deusto.
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Las razones de la baja productividad en Colombia y Latinoamérica. Retrieved 4 October


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