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Presentación

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Han pasado más de nueve años desde que a principios de 2010 la compañía tecnológica
Apple diera a conocer su primer modelo de iPad y las tabletas digitales comenzaran a
convertirse en uno de los dispositivos más buscados y utilizados para su empleo por las
personas con TEA. Ciertamente, la aparición de las tabletas digitales ha supuesto un
importante cambio tecnológico, pasándose del uso de la tecnología basada en el
ordenador personal a nuevas y muy diferentes formas de interacción con el dispositivo
de las disponibles hasta ese momento. 

Los dispositivos son táctiles, aportan grandes posibilidades de movilidad, conexión a


Internet desde cualquier lugar y nuevas formas de entender los programas e
interaccionar con ellos. Esta interacción no resulta compleja. Gracias a la rápida
adopción de los teléfonos inteligentes nos enfrentamos al resto de dispositivos de esta
naturaleza de una forma natural, sin apenas necesitar formación específica. Sin
embargo, en el caso de que el dispositivo adquirido se destine a una persona con TEA
(ya sea para ocio, como una herramienta de comunicación o para implementar alguna
terapia) sí resulta necesario un mayor conocimiento del dispositivo y la tecnología
asociada que ponemos a su disposición.

A lo largo de esta sección profundizaremos en los diferentes dispositivos y sistemas, en


la adecuada preparación del entorno de trabajo y descubriremos las posibilidades que de
esta forma se nos ofrecen.    

Palabras clave
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Configuración, ajustes, hardware, software, sistema operativo, accesibilidad, seguridad,
acceso guiado, fijar pantalla, movilidad, TEA y dispositivos móviles, iOS, Android.    

Motivación y objetivos
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El presente curso versa sobre el uso de diferentes aplicaciones, muchas de
ellas disponibles para Windows y plataformas web, en ese caso con las
características de uso ya conocidas. Sin embargo, cuando se trata de su
utilización en los sistemas operativos iOS o Android, su lógica de uso será
distinta. En todo caso, no hay que olvidar que cada plataforma tiene sus partes
positivas y sus partes negativas. 

Un dispositivo móvil puede ayudar a una persona con TEA en su


desarrollo o simplemente proporcionarle momentos de ocio. En ese
caso, quienes participan en el proceso (ya sea la propia familia, o los
terapeutas, el profesorado, amigos o allegados), necesitan conocer a
fondo el dispositivo.

Hay muchos aspectos que pueden propiciar o entorpecer el éxito de


su uso: notificaciones que saltan y desvían el foco de atención, la wifi
que no se sabe por qué no funciona, mala visibilidad de la pantalla,
acciones que surgen inesperadamente al tocar y nos hacen salir de la
aplicación, etcétera. Son múltiples situaciones que pueden causar
frustración a los usuarios con TEA, que pueden hacer
contraproducente lo que a priori se valoró como beneficioso.

A lo largo del curso se verá que se trata de tecnología. Concretamente de tecnología


aplicable siempre a personas con TEA. Pero esta tecnología no es en sí misma ni buena
ni mala, como no es en sí misma ni un remedio ni una terapia. La clave del éxito radica
en la forma cómo esta tecnología se utilice.    

Enfoque y alcance del curso


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El presente curso busca combinar un contenido teórico-académico con otro
práctico-pedagógico, más propio del día a día de la formación o el apoyo a las
personas con TEA. En lograr este equilibrio siempre difícil nos hemos
empeñado un grupo de 25 profesionales que, como se menciona en el
apartado Equipo Formador de esta misma Unidad, procede de diversos
ámbitos. Con este objetivo hemos tratado de aportar las preciadas evidencias
científicas (hasta donde ello es posible), siempre en contextos rigurosos y
avalados académicamente, con numerosas referencias bibliográficas. Y
paralelamente hemos querido explicar cómo se pueden utilizar las  apps o
aplicaciones concretas, presentando casos reales de uso y aportando
consideraciones y hasta los trucos habituales en el día a día.

Hemos querido abarcar todo el espectro del autismo, aportando en


todas las unidades del curso contenidos aplicables específicamente a
cada una de las partes que forman este amplio y variado colectivo.

Tampoco hemos querido descuidar a los jóvenes y adultos.


Demasiadas veces se habla de los TEA como si sólo se dieran en
niños y niñas, y aunque la cantidad de apps orientadas
específicamente a jóvenes y adultos es mucho menor, la cuestión es
que sí las hay. Además, es lógico pensar que el creciente interés en el
autismo en la edad adulta se traducirá necesariamente en los
próximos años en la aparición de muchas más. En todo caso cabe
recordar que muchas aplicaciones referenciadas en este
curso  pueden ser utilizadas por personas con TEA de diversa edad.
En cuanto a las tecnologías, este curso se centra básicamente en
apps para iOS y Android, tanto porque efectivamente hay cientos de
ellas como por lo que tienen de novedosas. También se contemplan
las aplicaciones disponibles –algunas ya veteranas– para otras
plataformas, como el ordenador personal (PC), las sedes webs o las
pizarras táctiles. Otro ámbito de interés del curso son las plataformas
incipientes que, como la robótica y los dispositivos wearables (o
vestibles), están llamadas a tener un importante papel en el futuro.
En la Unidad 1, dedicada a los dispositivos, se plantea el inevitable
debate sobre qué plataforma resulta  más conveniente, y se ofrecen
propuestas para poder elegirla con más garantías en función de cada
necesidad y situación.

En el caso concreto de los ordenadores personales (PC) el curso se


centra básicamente en Windows, aunque también se encuentra
software de esta categoría disponible para equipos Mac, sin olvidar
ciertas aplicaciones que surgieron originalmente en la plataforma
Linux, como GIMP. Con todo –insistimos– el curso pone el énfasis en
las apps, hasta el punto de que ciertas partes del mismo  se centran
exclusivamente en ellas y en los dispositivos que las soportan.

Limitaciones del curso


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Definir los límites del curso también ha exigido algunos compromisos, que es
necesario reseñar:

●      Duración: la propia duración del curso, de por sí bastante extensa, representa


una cierta limitación.

●      Evidencias: el campo de las apps es reciente y evoluciona a gran velocidad, de


modo que si bien se buscan encarecidamente evidencias y respaldo académicos
no siempre están disponibles. Estos estudios requieren mucho trabajo y una
cierta acumulación de casos –es decir, más tiempo– para publicarse.

●      Apps: existen muchas aplicaciones y aparecen continuamente otras. Unas se


pueden emplear para diferentes finalidades y otras son nuevas versiones que
mejoran y amplían su funcionalidad. Puede darse el caso de que el alumno
conozca otras apps que resulten igualmente aplicables, o que experimente con
ellas un uso diferente. En ese caso le animamos a compartir estas experiencias
en los foros del curso. Recordemos de nuevo  que este curso, si bien detalla las
características de muchas aplicaciones, se centra esencialmente en el modo de
aplicar la tecnología disponible con las personas con TEA. La finalidad de
encontrar las listas más completas de apps disponibles corresponde a las sedes
webs de acceso gratuito y libre que se mencionan en el presente curso.
●      Terapias: Los autores del curso han buscado deliberadamente no
vincularlo a terapias o modelos de intervención específicos,
priorizando la aportación de contenidos capaces de ser útiles
para el mayor número posible de profesionales. Del mismo
modo que este curso no detalla todas las apps disponibles,
tampoco explica el detalle exacto de cómo utilizar una app
concreta. De lo que se trata es de inspirar y guiar en el bien
entendido que el profesional que conozca bien una terapia, o un
modelo de intervención, será capaz de adaptar y aplicar los
contenidos del curso. Con todo, cabe reconocer que en algunos
casos resulta imposible (o carece de sentido) desvincularse por
completo de las terapias y modelos de intervención. Así, cuando
se habla de comunicadores es obligado referirse a PECS, lo que
no significa por ejemplo que la Unidad 5, dedicada a ellos, esté
“casada” con el sistema PECS.

Dispositivos móviles
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En los últimos años se ha producido una revolución tecnológica basada en los
dispositivos móviles. Según la Wikipedia, un dispositivo móvil es “un aparato de
pequeño tamaño, con algunas capacidades de procesamiento, con conexión
permanente o intermitente a una red, con memoria limitada, que ha sido
diseñado específicamente para una función, pero que puede llevar a cabo
otras funciones más generales”. 

Primero aparecieron teléfonos móviles, pensados para realizar llamadas telefónicas y


con ciertas funciones típicas hasta entonces de los ordenadores personales. Estos
teléfonos móviles fueron haciéndose más inteligentes y capaces, convirtiéndose más en
pequeños ordenadores que en teléfonos. Unos años después aparecieron las tabletas
digitales, de mayor tamaño que los teléfonos móviles inteligentes y que en muchos
casos sustituyen a los ordenadores de sobremesa de los hogares. Paralelamente entraron
en los salones domésticos las televisiones inteligentes, los mediacenter, las pulseras
inteligentes, los productos wearables (dispositivos vestibles), y otros.

Casi todos estos dispositivos son móviles y podrían ser objeto de estudio en este curso
por sus posibilidades de aplicación en el ámbito de trabajo con personas con TEA. En
este curso nos vamos a centrar en tres de ellos:

●      Teléfono inteligente: “El teléfono inteligente (smartphone, en inglés) es un tipo


de teléfono móvil construido sobre una plataforma informática móvil, con
mayor capacidad de almacenar datos y realizar actividades, semejante a la de
una minicomputadora, y con una gran conectividad”.
●      Tableta: “Una tableta, también denominada tablet (del inglés: tablet o tablet
computer), es una computadora portátil de mayor tamaño que un teléfono
inteligente Se integra en una pantalla táctil (sencilla o multitáctil) con la que se
interactúa primariamente con los dedos, sin necesidad de teclado físico ni
ratón.”

●      Phablet (del inglés: contracción de phone y tablet): denominación utilizada


para designar dispositivos electrónicos móviles o portátiles, con pantallas
táctiles entre cinco y siete pulgadas aproximadamente, y múltiples prestaciones
de hardware y software.”

Sistemas operativos
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Estos dispositivos móviles funcionan con un sistema operativo que hace que
las diferentes piezas físicas del aparato operen de una determinada manera.
Los principales sistemas operativos son Android, iOS y Windows
Phone/Windows 10.

Android, basado en el sistema operativo Linux, es el líder del mercado de sistemas


operativos móviles. Fue diseñado originalmente para cámaras fotográficas
profesionales, y al ser adquirido por Google fue modificado para su utilización por
dispositivos móviles, como los teléfonos inteligentes y en tabletas. Destaca
especialmente por su carácter de plataforma abierta.

iOS es el sistema operativo de Apple que da vida a dispositivos como el iPhone, el iPad,
el iPod touch o el Apple TV, productos de esta misma empresa tecnológica.

Windows Phone (antes Windows Mobile) es el sistema operativo de Microsoft. Se basa


en el núcleo del sistema operativo Windows CE. En el momento de escribir este trabajo
se encuentra en su versión 10 y su diseño gráfico es similar a las distintas versiones de
Windows para ordenadores de sobremesa. Cuenta con un conjunto de aplicaciones
básicas. Actualmente Microsoft no sigue con el desarrollo de su sistema operativo para
dispositivos móviles.

La cuota de mercado de sistemas operativos móviles a lo largo de los últimos años es la


siguiente:

Tabla 2.1: Mercado mundial de sistemas operativos móviles

Año Android iOS Windows Phone

2018 86,8% 13,1% --


2017 85,0% 14,7% 0,1%

2016 81,4% 18,2% 0,2%

2015 82,8% 13,9% 2,6%

2014 84,8% 11,6% 2,5%

2013 79,8% 12,9% 3,4%

2012 69,3% 16,6% 3,1%

Fuente: IDC, 2018

Como se muestra en la tabla Mercado mundial de sistemas operativos móviles, Android


es el sistema operativo más implantado y le sigue detrás, aunque a mucha distancia,
iOS. Y, ya con una cuota de mercado muy inferior, casi despreciable, les siguen el resto
de sistemas operativos. Pero la preeminencia en el mercado de los sistemas operativos
no es el único factor a tener en cuenta en lo que hace referencia a la atención y uso de
dispositivos con personas con autismo.

El carácter abierto de Android, el líder de los sistemas operativos, facilita que sea
adaptado en una gran variedad de dispositivos móviles (teléfonos, tabletas, televisores,
relojes y otros dispositivos inteligentes) de múltiples fabricantes de dispositivos. Pero
en el caso concreto de las tabletas digitales, el líder es Apple.

Tabla 2.2: Ventas totales de tablets

Compañía Cuota de mercado

Apple
24,6%

Samsung 16,5%

Huawei
7,4%

Amazón 6,0%
Lenovo
5,7%

Otros
39,8%

Fuente: IDC, 2017

Otro factor a considerar es que mientras los dispositivos Android presentan una
amplia gama de modelos de gama baja, media, y alta (y por consiguiente, una
gran variedad de precios) la mayoría de dispositivos fabricados por Apple se
ubican en las franjas media y alta.

Características de los dispositivos móviles

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Los dispositivos móviles se caracterizan precisamente por eso, por ser móviles.
Y esto equivale a su cualidad de ligeros, es decir, de propio peso, lo que facilita
su transporte. Para ello fue necesario ir reduciendo los sistemas típicos de
entrada de información (teclado y ratón) hacia nuevos recursos, como la
interacción a través de la pantalla. Una tecnología que se generalizó
precisamente por la imposibilidad de incluir los teclados físicos tradicionales sin
reducir espacio de pantalla.

Este cambio ha supuesto un cambio radical en la forma de interactuar con el


dispositivo móvil. Desde el punto de vista de atención a la diversidad funcional
se trata de un gran avance, ya que elimina un mediador, el ratón, cuyo uso en
este ámbito resultaba confuso a veces. En consecuencia la gran protagonista
de los dispositivos móviles es la pantalla táctil. En parte porque están pensados
para consumir contenidos multimedia y en parte a través de ella se interactúa
con el dispositivo. El tamaño de estas pantallas define los tres tipos de
dispositivos móviles sobre los que se centra la presente sección. El rango de
pantallas de 3,5 a 6 pulgadas suele corresponder a los dispositivos móviles del
tipo teléfono. Esto incluye el iPod touch, uno de los pocos dispositivo móviles
de este tamaño que carece de la funcionalidad de telefonía. El segundo rango,
el que va de 5,5 a 7,5 pulgadas, corresponde a los llamados phablet, híbridos
entre teléfono y tableta, que sí tienen capacidad de realizar y recibir llamadas
telefónicas. En tercer lugar figura el rango de las pantallas de 7 a 12 pulgadas,
las pantallas que utilizan las tabletas digitales. Quizás debamos incluir una
cuarta categoría, pues empiezan a aparecer pantallas táctiles de grandes
dimensiones equipadas con sistemas operativos, a modo de tabletas de gran
formato.

Otra característica esencial de los dispositivos móviles es la conectividad.


Disponen de conectividad wifi y Bluetooth y, sobre todo en el caso de los
teléfonos, también de conexiones directas a Internet, en su caso mediante
tarjetas de datos SIM 3G o 4G. Una cualidad ésta nada baladí, por cuanto
muchas aplicaciones están pensadas para ejecutarse en línea, esto es
conectadas, de modo que la información sincronice sus contenidos.

Elegir el dispositivo

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La elección del dispositivo y el sistema operativo dependerá mucho de las


necesidades y el uso al que se destinará. Si se necesita un dispositivo móvil
que haga las veces de comunicador (SAAC) puede resultar apropiado un
dispositivo de siete o menos pulgadas, ya que puede primar la movilidad física.
Si lo que se quiere es un dispositivo enfocado al desarrollo de determinados
aprendizajes quizás sea más apropiada una tableta de diez pulgadas,
especialmente si está destinada a uso compartido o grupal.

La elección del sistema operativo depende de consideraciones distintas a las


del tamaño de pantalla. En el caso de las aplicaciones de educación destinadas
a las personas con TEA, ni siquiera, como es éste el caso, acotando nuestra
elección a los dos principales sistema operativos móviles, la pregunta sobre si
es mejor elegir iOS o Android no tiene una fácil respuesta.

Un argumento que suele plantearse a la hora de elegir es la consideración de


Android como un sistema libre, mientras que iOS es un sistema propietario
desarrollado por Apple. Efectivamente, Android es un sistema abierto, si bien
esta afirmación se tiene que matizar. Un fabricante de dispositivos móviles
inteligentes puede utilizar a su propio modo ciertas partes de Android, pero no
todas. Así, no puede modificar partes licenciadas y protegidas del software,
como ocurre por ejemplo con los servicios de Google (Google Maps, cuentas
de Google, Google Play y otros). Así pues, según este criterio, se puede entrar
en el ecosistema de Apple (con sus propios beneficios y desventajas) o en el
universo de Android, que ofrece mayor libertad y una filosofía más abierta, lo
que también ofrece sus beneficios y sus inconvenientes.
Es posible que el lector haya oído hablar de otros aspectos a considerar. Por
ejemplo, que Android reproduce contenidos con formato Flash o que los
dispositivos de Apple no admiten memorias USB. Sobre el primer punto, hay
que decir que efectivamente en Android se pueden reproducir contenidos
hechos en Flash, un formato muy utilizado en el desarrollo de aplicaciones
educativas. Sin embargo, no es tan simple, ya que los navegadores recientes
ya no lo admiten, de modo que para reproducir este tipo de contenidos se ha
de recurrir al navegador genérico de Android o versiones específicas. Por otra
parte, iOS no admite de forma nativa contenidos flash, aunque sí dispone de
alternativas para reproducir contenidos Flash, ya que utilizando el navegador
PhotonEdu se pueden reproducir páginas web que usan ese formato.

Otro factor a considerar son las posibilidades de ampliación de capacidad o


acceso a memorias USB externas. Los dispositivos de Android ofrecen la
oportunidad de hacerlo, mientras que los dispositivos de Apple carecen de la
posibilidad de añadir tarjetas de memoria SD o memorias USB. Existen
soluciones para iOS, tales como iStick o sistemas de almacenamiento a través
de redes wifi, que permiten aumentar la capacidad de almacenamiento, si bien
están destinadas a archivos y no a aplicaciones. Pero no se trata de un
hándicap importante ya que si bien antes era la forma habitual de gestionar
nuestros archivos, en la actualidad, una multitud de servicios en la nube nos
facilitan esta tarea.

Más decisivo puede ser el aspecto económico. Aunque puede ser posible
encontrar canales de distribución con dispositivos más asequibles, las tabletas
de Apple se sitúan en una franja superior de precios, partiendo de los casi 300
euros del iPad mini, hasta los 1.300 euros que puede costar oficialmente el
iPad Pro.

En el entorno Android la gama de precios parte de niveles mucho más bajos.


Se pueden encontrar tabletas desde menos de 60 euros hasta los más de 700
euros de los modelos punteros. A la hora de establecer la importancia del factor
económico como criterio de elección hay que considerar de nuevo diversos
factores. El primero es que el presupuesto llega donde llega, así que tal vez no
resulten accesibles los modelos de gama alta. Ahora bien, no hay que olvidar
que lo barato sale caro, y tal vez esa ganga que hemos visto en una gran
superficie ofrezca una pantalla de baja calidad, o su procesador resulte
demasiado justo, de modo que las aplicaciones se atraganten y al final el uso
de este modelo resultante demasiado frustrante. Analizaremos estos factores
más adelante. Pero tengamos en cuenta también que puede ocurrir que la
persona con TEA que va utilizar el dispositivo se encuentre en situaciones de
gran excitabilidad, que pueden comportar la rotura del dispositivo. En esos
casos la utilización de un dispositivo económico está más justificada. Así que lo
más caro no es siempre lo mejor, y hay que buscar un equilibrio entre las
características técnicas, el precio y el uso previsto.

Otra variable a considerar es el número de usuarios previstos para cada


dispositivo: para un único usuario, por parte de una familia o por un grupo. El
sistema iOS no permite la configuración de varios usuarios en un mismo
dispositivo, de modo que la configuración del dispositivo y aplicaciones
instaladas es la misma para todos.

Android sí que permite crear diferentes perfiles en un mismo dispositivo


(cuando se trata de una tableta), ya que las versiones a partir de Android 5.0
incorporan una opción de perfiles restringidos que facilita las opciones de
configuración del control parental. A partir de Android 7.0 ha pasado a definirse
como Usuarios, pudiendo añadir usuarios con todos los permisos o usuario
restringido (con limitaciones de uso de la tableta)

La marca en sí misma es otro factor a considerar a la hora de adquirir un


dispositivo. Si pertenece a una que posea un buen marketing, o un alto nivel de
ventas, siempre será más fácil encontrar accesorios específicos, como fundas,
protectores de pantalla, bolsas de transporte y otros complementos. En el caso
de dispositivos de fabricantes poco conocidos tal vez haya que recurrir a
complementos universales, tal vez menos adaptados.

Aplicaciones disponibles

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Un aspecto muy importante a la hora de elegir plataforma es el número de


aplicaciones disponibles y sus características, ya que el dispositivo tiene
sentido en función de las aplicaciones (apps) que le vayamos a instalar y el uso
que le demos.

Si se trata de aplicaciones para Android, se pueden adquirir en Google Play o


Amazon Appstore, o en AppStore si se trata de sistema iOS. Google Play e iOS
App Store reúnen alrededor de más de dos millones de aplicaciones cada una,
así que debería ser fácil encontrar una aplicación que haga lo que estamos
buscando. Pero como es natural el número de aplicaciones específicas para
autismo es mucho más reducido.
En BridgingApps –un portal de referencia de aplicaciones para personas con
discapacidad– una búsqueda de estas aplicaciones para entorno Android arrojó
375 resultados disponibles, mientras que para iOS esta cifra fue de 2325. En
Appyautism, portal de referencia español de aplicaciones para personas con
TEA, el número de app para Android es de 120, y de 500 para plataformas iOS.
Como se puede ver la diferencia de aplicaciones disponibles de este tipo para
una y otra plataforma es considerable.

También es necesario considerar la política de precios. En el ecosistema de


iOS se observa una mayor predisposición a pagar por las aplicaciones, y de
hecho es más frecuente encontrar aplicaciones de pago, ya sea de forma
directa en su compra, o bien para aumentar su funcionalidad. En el de Android
suelen encontrarse más aplicaciones gratuitas, o que incluyen publicidad.

Tal vez por razones de estrategia económica o por su carácter de pionero de


las aplicaciones móviles, en el área de educación y sobre todo para niveles
iniciales (hasta los 12 años), la cantidad y calidad de aplicaciones para
entornos iOS es muy superior a las que reúne Android. Sin embargo cada vez
es más frecuente encontrar aplicaciones que funcionan en ambas plataformas,
como ocurre especialmente en el caso de las más exitosas.

Soporte y actualización

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En el mercado de las aplicaciones móviles los cambios son muy veloces. El


tiempo transcurrido entre la presentación de un equipo como novedad y su
reemplazo por otro modelo de características superiores es inferior a un año. Si
a esto se le suman las evoluciones y actualizaciones del sistema operativo
resulta que el período de plena vigencia de un modelo puede situarse en unos
cuatro años. Y ello no tanto por su configuración física como por la evolución
de software, tanto en el caso de las aplicaciones como del sistema operativo.
En concreto, los dispositivos de Apple están diseñados para poder ser
actualizados con plena funcionalidad en los próximos tres o cuatro años. De
este modo, la última actualización del sistema ofrece una funcionalidad plena
en los modelos lanzados a lo largo de los cuatro años anteriores. Un ejemplo: a
mediados de 2010 salió a la venta el primer iPad, con un sistema operativo que
se fue actualizando, hasta que en febrero de 2014, cuando se publicó el
sistema iOS 6, éste ya no soportaba los iPad de primera generación. La versión
de iOS 10 ya no dan soporte a los modelos de iPad 2, puestos a la venta en
marzo de 2011. iOS está actualmente en la versión iOS 12 de sus sistema,
publicada el 17 de septiembre. La tasa de adopción de iOS, es decir, el numero
de tabletas de apple que funcionaban con ese sistema es de 75% para iOS 12,
el 12% para iOS 11 y 6% de versiones anteriores de iOS

En el mundo de Android, este apartado resulta más complejo aún. Como se ha


comentado anteriormente, el sistema operativo Android se ofrece de forma
“libre” a los fabricantes, que aprovechan esta característica para optimizarlo
con sus propios productos mediante “capas de personalización” de este
software. Por ello, cuando Google libera una nueva versión de su sistema
operativo, el fabricante ha de adaptarla, personalizarla y distribuirla a los
propietarios de sus distintos modelos de dispositivos. Esta circunstancia hace
que en el mejor de los casos transcurran unos cuantos meses entre la
aparición de la nueva versión y su disponibilidad para el dispositivo. En el peor,
que es frecuente, el dispositivo no se actualizará nunca a las nuevas versiones.
Esto significa que si el dispositivo que hemos elegido no se basa en Android
“puro”, es decir, en la versión liberada por Google sin modificaciones, o no
cuenta con un volumen de ventas alto, tal vez no podamos actualizarlo. Android
está actualmente en la versión 9, Android Pie, lanzada el 6 de agosto de 2018,
pero su tasa de adopción es muy baja. Un 18% de las tabletas funcionan con
android 8, y destaca que 50% de la tabletas con sistema operativo Android
funcionan con las versiones Android 6.0 y 7.0

Los dispositivos móviles se caracterizan precisamente por eso, por ser móviles.
Y esto equivale a su cualidad de ligeros, es decir, de propio peso, lo que facilita
su transporte. Para ello fue necesario ir reduciendo los sistemas típicos de
entrada de información (teclado y ratón) hacia nuevos recursos, como la
interacción a través de la pantalla. Una tecnología que se generalizó
precisamente por la imposibilidad de incluir los teclados físicos tradicionales sin
reducir espacio de pantalla.

Este cambio ha supuesto un cambio radical en la forma de interactuar con el dispositivo


móvil. Desde el punto de vista de atención a la diversidad funcional se trata de un gran
avance, ya que elimina un mediador, el ratón, cuyo uso en este ámbito resultaba confuso
a veces. En consecuencia la gran protagonista de los dispositivos móviles es la pantalla
táctil. En parte porque están pensados para consumir contenidos multimedia y en parte a
través de ella se interactúa con el dispositivo. El tamaño de estas pantallas define los
tres tipos de dispositivos móviles sobre los que se centra la presente sección. El rango
de pantallas de 3,5 a 6 pulgadas suele corresponder a los dispositivos móviles del tipo
teléfono. Esto incluye el iPod touch, uno de los pocos dispositivo móviles de este
tamaño que carece de la funcionalidad de telefonía. El segundo rango, el que va de 5,5 a
7,5 pulgadas, corresponde a los llamados phablet, híbridos entre teléfono y tableta, que
sí tienen capacidad de realizar y recibir llamadas telefónicas. En tercer lugar figura el
rango de las pantallas de 7 a 12 pulgadas, las pantallas que utilizan las tabletas digitales.
Quizás debamos incluir una cuarta categoría, pues empiezan a aparecer pantallas táctiles
de grandes dimensiones equipadas con sistemas operativos, a modo de tabletas de gran
formato. 

Otra característica esencial de los dispositivos móviles es la conectividad. Disponen de


conectividad wifi y Bluetooth y, sobre todo en el caso de los teléfonos, también de
conexiones directas a Internet, en su caso mediante tarjetas de datos SIM 3G o 4G. Una
cualidad ésta nada baladí, por cuanto muchas aplicaciones están pensadas para
ejecutarse en línea, esto es conectadas, de modo que la información sincronice sus
contenidos.

nalizaremos aquí las principales características del sistema iOS, el sistema operativo de la
multinacional Apple, que hace funcionar dispositivos como el teléfono iPhone, el reproductor
musical iPod, las tabletas iPad, la Apple TV y el Apple Watch.

Los dispositivos móviles de Apple susceptibles de ser utilizados con personas con TEA son tres:
iPod touch, iPhone e iPad, que se diferencian principalmente en el tamaño de pantalla y
capacidades de conectividad. Como se ha visto con anterioridad, el tamaño puede ser un
factor determinante. Es posible que se necesite un sistema de comunicación que la persona
con TEA pueda llevar en el bolsillo, así que tal vez sea preferible decantarse por un iPod touch
o un iPhone. También es posible que se requiera un tamaño de pantalla más grande si se va a
utilizar para enseñanza y aprendizaje. Para satisfacer estas necesidades, Apple dispone de los
siguientes dispositivos y tamaños:

● Pod touch. Con pantalla de 4 pulgadas y conectividad wifi.

● Phone. Con pantalla de 4 a 6 pulgadas, conectividad 4G y wifi.

● iPad (e iPad Pro). Con pantalla de 7,9, 9,7, 10,5 y 12,9 pulgadas, conectividad wifi y
posibilidad de conexión 4G.

Pueden darse algunas diferencias entre las configuraciones de estos modelos, como tipo de la
pantalla, procesador, peso, capacidad de almacenamiento y otras características.

Utilización básica
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En la parte inferior de la pantalla se ubica el botón Inicio, uno de los más
importantes del dispositivo, ya que permite salir de las diferentes aplicaciones.
Tiene tres posibilidades de comportamiento, según el número de pulsaciones: 
●      Estando en cualquier aplicación, al pulsar el botón Inicio se saldrá de la misma
para ir a la pantalla de inicio. Si la pantalla del dispositivo está en reposo, al
pulsar el botón Inicio se activará. En iOS 12 podemos obtener el mismo efecto
deslizando el dedo rápidamente desde la parte inferior de la pantalla. Si lo
deslizamos suavemente nos aparecerá el Dock y si continuamos la multitarea.

●      Pulsándolo dos veces seguidas se accede a “multitarea” y se muestra una ficha


por cada una de las aplicaciones en ejecución.

●      Pulsándolo tres veces se accede a “acceso guiado”. (Más adelante


profundizaremos en esa característica).

El comportamiento del botón Inicio puede ser modificado para adquirir otros
comportamientos, relacionados con la accesibilidad.

Desde el menú Ajustes> General> Accesibilidad > Función


rápida se puede configurar el comportamiento de la pulsación triple en el botón de
Inicio. También se puede utilizar para activar o desactivar funciones de accesibilidad,
como Zoom, AssistiveTouch y otras.

En los modelos más recientes de Apple, el botón Inicio dispone de un


sensor de huella dactilar “touch Id”, que se puede utilizar como
identificador de usuario. Esta interesante opción permite el acceso
rápido al usuario con TEA, ya que no requiere introducir una
contraseña alfanumérica. Si se establece esta opción de desbloqueo
del dispositivo recordar no habilitar esta opción para la compra de
aplicaciones.
Botón de bloqueo. Este otro mecanismo (que en los últimos modelos de iPad ya no está
presente) puede desactivar el volumen del dispositivo, o impedir el que la pantalla gire
automáticamente en función de su orientación.

Lo más interesante es configurarlo como bloqueador de rotación para


impedir que la aplicación cambie de orientación. Para ello se accede al
menú General y se selecciona la opción Bloquear rotación.

Botón de encendido/apagado o reposo. El comportamiento de este otro botón depende


del tiempo de pulsación. Si se pulsa de forma prolongada, el dispositivo ofrece la opción
de apagado. Si se pulsa de forma normal la pantalla entra en reposo y se apaga.

Botones de subida y bajada de volumen de audio. Al pulsarlos


irá subiendo o bajando el sonido de forma escalonada. Una
característica es que si el botón de bajada de volumen se pulsa de
forma prolongada desactivará el volumen. Es posible bloquear en
Tiempos de uso, el cambio de volumen.
Si el dispositivo se bloquea es necesario forzar su apagado. Esto se
consigue pulsando de forma simultánea los botones de Apagado y
de Inicio durante unos 20 segundos. Si se hace durante solo una
pulsación harás una captura de pantalla.

La pantalla
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Una vez familiarizados con los aspectos físicos del dispositivo, observaremos lo más
importante: la pantalla. Hay más formas de interactuar con ella, pero la principal es
tocándola. En efecto, estos dispositivos móviles están diseñados para ser utilizados con
los dedos: tocando con un dedo, pellizcando con dos, deslizando un dedo por la pantalla
o incluso comportándose de manera diferente según se utilicen uno, dos, tres o cuatro
dedos. Desde la pantalla se tiene acceso a las diferentes posibilidades, como el acceso a
aplicaciones, a la barra de tareas, notificaciones, centro del control y otros. Veamos
ahora las diferentes zonas y posibilidades de estas pantallas.
Una vez desbloqueado el dispositivo, surge de forma predeterminada
la pantalla de inicio. En ella se irán colocando los distintos iconos
de las aplicaciones que se instalen en el dispositivo. En la parte
superior de esta pantalla se halla una barra fina llamada barra de
estado, que nos muestra diversas información, como la hora, el
estado de la batería, las conexiones y otras.

En la parte inferior de esta pantalla se encuentra el “dock”. Sobre


esta barra de acceso rápido se colocan las aplicaciones que se utilizan de forma asidua, o
que se quieran activar más rápidamente. Además de estas aplicaciones, en el dock se
pueden añadir carpetas, lo que permite disponer de un gran número de aplicaciones
directamente, ya que el dock está presente en todas las pantallas de Inicio.
Desplazando el dedo desde la parte inferior de la pantalla hacia
arriba, se accede al Centro de control. Esta interesante opción
permite acceder de forma rápida a los controles habituales del
dispositivo. Entre ellos los de desactivar la wifi, aumentar el volumen,
ajustar el brillo, o impedir la rotación de la pantalla, entre otras
opciones.

Se puede configurar el centro de control para que éste aparezca


únicamente en la pantalla Inicio. Para ello se va al menú Ajustes > Centro de
control > Acceso desde aplicaciones. 

Esta configuración del dispositivo es especialmente recomendable. Evita que al utilizar


una aplicación se desplieguen involuntariamente opciones susceptibles de desviar la
atención de los usuarios con TEA. 

Como se ve en las imágenes siguientes, desplazando el dedo desde la


parte superior de la pantalla (desde la barra de estado) hacia abajo,
aparece el centro de notificaciones del dispositivo. Es el lugar en el
que se recopilan todas las notificaciones de aplicaciones, alertas y
eventos programados. Muchas aplicaciones solicitan permiso para
mandar avisos, alertas, noticias y otras comunicaciones, que a veces
son demasiadas y en ocasiones (según la configuración), también
muy intrusivas.
 
Por ello es recomendable desactivar las notificaciones, o reducir al
máximo el número de aplicaciones que tienen permiso para hacerlas. Para hacerlo hay
que acceder al menú Ajustes > Notificaciones y desactivar la opción Permitir
notificaciones de las aplicaciones que no sean imprescindibles.

Es posible que al tratar de desplegar las notificaciones surja en pantalla otra cosa. Si en
vez de iniciar el deslizamiento desde la barra de estado se hace desde un poco más
abajo, aparecerá la barra de búsqueda SpotLight. Ésta muestra todos los resultados
coincidentes con la búsqueda introducida que encuentren dentro de las aplicaciones, el
correo electrónico, los contactos, etcétera. 
  

SpotLight puede ser una forma muy rápida de acceder a las


aplicaciones sin tener que buscarlas  en las diferentes pantallas de inicio. Es posible
configurar la búsqueda y omitir de los resultados alguna información. Por ejemplo,
podemos desactivar la opción de buscar entre los correos electrónicos o desactivar el
mostrar aplicaciones determinadas. En iOS 11 se encuentra
en ajustes>>general>>spotlight , en iOS 12 en ajustes >>Siri y Buscar
Formas de interacción
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Una vez conocidas las principales características del entorno del dispositivo,
repasaremos las formas básicas de interacción con el mismo, así como
algunas de sus posibilidades. 

iOS está basado en el concepto de manipulación directa. Es decir, el usuario


puede interactuar directamente con la pantalla del dispositivo por medio de
gestos multitáctiles, como toques, pellizcos y deslices. La pantalla está
diseñada para tocar sobre la misma y para detectar también la forma como se
toca: con un dedo, con dos o con más dedos; o si se desplaza el dedo sobre la
pantalla o realiza un gesto determinado. Los dispositivos recientes de Apple
incluso detectan el tipo de presión que se efectúa sobre el dispositivo. Según la
aplicación y el tipo de toque sobre la pantalla se logra un comportamiento u
otro.
El iPad permite activar gestos multitarea utilizando tres o más
dedos a la vez sobre la pantalla. De este modo se puede cambiar de aplicación
desplazando los dedos a izquierda o derecha de la pantalla o cerrar la aplicación
haciendo el gesto de arrugar la pantalla, entre otras posibilidades. Sin embargo en el
caso de uso de persona con TEA es preferible no activar esta opción, ya que puede
interferir en el uso de la aplicación y provocar cierres involuntarios de la misma.

El gesto básico consiste en pulsar la pantalla, lo que en el mundo de los ordenadores


personales se conoce como hacer clic.

Si se pulsa sobre el icono que representa a una aplicación ésta se abrirá. Algunas
aplicaciones permiten deslizar el dedo sobre algún elemento para obtener otras
posibilidades. Por ejemplo, si se desliza un dedo sobre un listado de correos electrónicos
surgen opciones como las de eliminar o archivar los correos.

En determinados casos se puede pulsar de forma prolongada para acceder a otras


posibilidades. Por ejemplo, al pulsar durante un cierto tiempo sobre el icono de una
aplicación se nos ofrece la posibilidad de reordenar nuestra pantalla de inicio, o bien de
desinstalar la aplicación. Pero si se hace esta misma acción sobre una foto de una página
web lo que se ofrece es la posibilidad de guardar esta imagen en el carrete. Otra fórmula
de interaccionar consiste en pulsar la pantalla con dos dedos, lo que se utiliza para hacer
zoom sobre el texto de una página web, por ejemplo, o para ampliar el tamaño de las
fotos.

Para salir de una determinada aplicación se debe pulsar el botón Inicio. En realidad, de
ese modo muchas aplicaciones no se cierran del todo: quedan en modo suspensión e
incluso siguen trabajando en segundo plano. Es lo que explica que reproduciendo un
vídeo de YouTube, por ejemplo, al pulsar el botón se siga oyendo el audio del vídeo: la
aplicación sigue ejecutándose en segundo plano.

Pulsando dos veces seguidas el botón Inicio aparecen todas las aplicaciones
que están abiertas en ese momento. Deslizando el dedo sobre las mismas de
izquierda a derecha, estas aplicaciones se irán desplazando en formato de
carrusel. Si se presiona sobre una de ellas vuelve a primer plano de pantalla,
mientras que si se desliza hacia arriba se cerrará definitivamente. 
Algunas aplicaciones recuerdan el estado en el que se hallaban en el
momento de pulsar el botón, una función que permite continuar trabajando en el punto
en el que se habían quedado. Pero las que no tienen esta capacidad obligan a comenzar
de nuevo.

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