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información, dialoga con otros, sale de viaje tal vez, corre riesgos medidos, se divierte, etcétera. Una
manera negativa de obtener esos estímulos es generando problemas en su medio ambiente, como chismes,
Sea cual sea tu ambiente social, tú puedes fijarte metas altas si tomas en cuenta a los grandes personajes
y te entusiasmas por lo que han hecho de sus vidas. A veces, la influencia del medio se traduce en
mensajes negativos explícitos que pueden afectar el nivel de tu ambición e incluso una ética sana. Son
mensajes que oyes por todas partes y que pueden acabar por influir en ti. Éstos pueden ser, por ejemplo:
Si todos ejercen actos de corrupción, ¿por qué uno no? La vida es de los “abusados”.
Tomar decisiones es una actividad muy compleja que implica muchos factores, principalmente:
a. Conocimientos
b. Sabiduría y prudencia.
c. Voluntad y tenacidad.
d. Valentía y valores.
Es importante que detectemos por qué a veces no nos atrevemos a tomar decisiones; qué nos impide esa
libertad de decidir nuestro propio rumbo de vida. El paso número uno para tomar decisiones es querer
tomarlas; sin embargo, como lo han destacado los filósofos y psicólogos, como Erich Fromm: decidir
Cuando elijo algo, renuncio a otra cosa; eso hace más evidente cuando una decisión es crucial:
la elección de una pareja, de una carrera, de una forma de vida, tener hijos, y otras.
Decidir implicar pensar y decidir entre varios bienes cuya adquisición tiene ventajas y
Por estos factores, mucha gente decide no decidir y engañarse a sí misma con el argumento de que no
es libre, de que su conducta se debe a eventos que no puede controlar o sobre los que no tenía opciones.
Fernando Savater, siguiendo a otros autores, señala existen malos criterios para actuar, o sea, como
1. Quien actúa por capricho, obra según sus sentimientos inmediatos y sus
2. Quienes actúan por obediencia irrestricta deciden según les dicten las autoridades
correspondientes: los padres, los maestros, los expertos, los jefes. Aunque obedecer es una
virtud que nos permite trabajar coordinadamente y con respecto, obedecer sin hacer juicios
sobre la conveniencia o no de los actos ordenados, puede llevar a una vida insípida o a cometer
3. Actuar únicamente porque todos los demás lo hacen tampoco resulta muy convincente: nos
ocultamos en lo social para no tomar decisiones; así, elegimos una carrera porque allí van los
amigos, porque es lo que recomienda el mercado; nos casamos y buscamos determinados bienes
porque todos lo hacen y todos buscan lo mismo. Quienes siguen ese camino no llegan a tener
identidad ni personalidad propia; es probable que se aparten de sus metas más preciadas por no
4. La imposición de roles. Los puestos que ejercemos crean estereotipos a veces muy malos que
luego nos cuesta trabajo romper: el estudiante informal e irresponsable, el maestro autoritario o
divertir, la esposa abnegada. Cumplir con roles a veces absorbe gran parte de nuestra existencia
5. Casarnos con una idea. Cuando una persona queda deslumbrada por una idea, frecuentemente
no quiere oír opiniones contrarias; sólo se atiende aquella información que refuerza sus
creencias e ideas. A este fenómeno se le conoce como atención selectiva: oír lo que queremos
oír.
6. Las fantasías optimistas. Si bien ser pesimista nos impide tomar buenas decisiones, ser
exageradamente optimista también conduce al mismo resultado. Por ejemplo, más del 60% de los
matrimonios en la actualidad acaban en divorcios, pero las personas se siguen casando imaginando
lo bien que les irá en su unión: cariño, compañía, sexo, diversión, etcétera. Lo que suele ser poco
común es que también piensen en los problemas que tendrán que sortear.
grandes decisiones. En la vida existen procesos que nos apartan de nuestras metas o de la ética
sana: algún tipo de trabajo, una actividad, una relación afectiva, en fin. Y así, sin darnos cuenta,
tangibles: el auto, la casa, el dinero. Sin embargo, existen bienes que no son tan concretos pero
que son muy importantes: el amor y el afecto, la armonía espiritual, la salud física y mental, la
9. No querer perder nunca. Una vez que le hemos invertido tiempo, recursos o dinero a algo ya no
queremos perderlo aunque haya que hacerlo. Algunas personas no se salen de su trabajo, aunque
sea malo, porque perderían su futura pensión y su antigüedad. En las relaciones humanas, algunas
personas llegan a casarse sólo porque ya le dedicaron mucho tiempo a una relación, o, a la inversa,
porque ya le hicieron a la pareja “perder el tiempo” haciéndola pensar que se iban a casar. Saber
perder bien para lograr mejores beneficios y a la vez a aprender de los fracasos son habilidades
Al leer lo anterior podemos pensar “yo no soy así”; sin embargo, la experiencia demuestra que con
o Puede ser que nuestras decisiones en algún ámbito se orienten por una de esas actitudes y otra
dimensión de nuestra vida por otra. Por ejemplo, alguien puede actuar por capricho en su vida
afectiva y por obediencia irrestricta en el trabajo; en lo demás podría actuar porque “todos lo
hacen”.
o También puede ser que nuestras decisiones estén contaminadas por esas actitudes, y que
Tomar una decisión puede ser un proceso difícil si no se tiene la costumbre de hacerlo. Una vez que se
empieza a seguir este proceso, que implica el involucrarse en lo que a uno le sucede, a tener control
sobre su vida y a sentir satisfacción por ello, se va haciendo más fácil el tomar decisiones. Todos tenemos
el derecho de tomar nuestras propias decisiones: aprendamos cómo hacerlo y hagamos uso de ese
derecho!
REFERENCIA BILIOGRAFÍCA