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Estamos ya revisando la época llamada “de oro” del cine, especialmente en Hollywood. Una vez
consolidados los complicados cambios tecnológicos y artísticos—que ocurren entre 1927 y los
primeros años de la década de los 30s—el cine sonoro despega de una manera muy fuerte: se
convierte en una de las pocas industrias muy exitosas en medio de la llamada Gran Depresión
económica mundial, y se solidifica el “sistema de estudios” de producción y control sobre todos
los aspectos del desarrollo, producción y distribución del cine, en todo el mundo.
Lo interesante es que dentro de este sistema de estudios, que funciona como una serie de
eficientes fábricas que producen cientos y cientos de películas, hay escritores y directores que
logran usar este sistema a su favor y producir obras maestras.
El nivel de la música que se produce en esta época es altísimo, y esto se explica por la gran
cantidad de artistas europeos quienes, huyendo del nazismo alemán, llegan a California y
encuentran un ambiente que puede acoger y fomentar su talento. Llegan compositores,
orquestadores, directores y músicos de orquesta formados dentro del exigente ambiente de la
alta música clásica europea, y con mucha influencia del romanticismo tardío y de la ópera.
Al inicio del 1er video, se describe cómo la tecnología, ahora ya estable y desarrollada, permite
al compositor tener mayor control sobre los lugares en dónde se ubica la música en las
películas, y cómo esta puede interactuar de manera más cercana con la imagen.
Steiner también fue el responsable de un invento que facilitó la vida a muchos compositores en
una época en la que no había manera de sincronizar un metrónomo con los rollos de cine,
haciendo muy difícil una composición que debía “subrayar” ciertos puntos visuales con
momentos musicales en absoluta sincronía. Hoy, esto es muy fácil gracias al poder de los
programas digitales pero en esa época se usaba metrónomo, reloj y había que tener mucha
suerte en las grabaciones.
Max Steiner se dio cuenta que si físicamente unía 24 cuadros de película para hacer un rollo, y
hacía un pequeño hueco en uno de los cuadros, el lector óptico emitía un sonido cada segundo,
es decir, creó un metrónomo de 60 bpm físicamente sincronizado con lo que había visualmente
en la película. Con esto, desarrolló luego una serie de instrucciones para elaborar estos ‘click
loops’ con diferentes cantidades de cuadros, y publicó un libro enorme—una 'biblia' de
conversiones que solucionaba cualquier necesidad de tempo y subdivisiones métricas. Igual,
seguía siendo un proceso tedioso, especialmente en estilos como la composición para los
dibujos animados de la época, con mucha música en subdivisiones complicadas y cambios de
métrica constantes.
Pero esto le ayudó en algo que se usaba mucho entonces, un alto grado de sincronización de la
música con la acción visual, y para lo cual Steiner era un maestro. Él muestra también un uso
muy pronunciado de leit-motivs para cada personaje. Eso representa una feliz encuentro de la
tradición operática europea del leit-motiv con el pensamiento comercial de Hollywood de la
época, que se alejaba de las sutilezas y trataba por todos los medios posibles que el público no
se pierda en la historia y siempre entienda todo.
Su producción fue monumental, e incluye los clásicos King Kong, Lo que el Viento se Llevó,
Casablanca y una película que se comenta en el 1er video: El Informante.
También había toda la tecnología necesaria para este complicado proceso, y los técnicos
especialistas. En el 1er video nos explican, por ejemplo, el puesto de Music Editor, una persona
crucial que actuaba como vínculo entre el compositor y el director de la película. Se ocupaba de
todos los miles de detalles prácticos y técnicos, las anotaciones y registros. Llevaba el control
sobre cada escena, cada versión y cada cambio. Era también quien físicamente preparaba los
rollos con las diferentes escenas para que los compositores escriban y para que los directores
vean mientras dirigían la grabación orquestal. Cuando se necesitaba, hacían unas señales físicas
sobre el rollo de la película, mostrando una raya que va de un extremo a otro de la pantalla y
luego un hueco, que produce un “flash” en la pantalla, señal que el director debe ver para
sincronizar con su conducción orquestal.
El 2do video nos ofrece un acercamiento a algunas escenas importantes de King Kong y al
trabajo de Max Steiner.