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Squella - Procesos Históricos de Derechos Humanos
Squella - Procesos Históricos de Derechos Humanos
que representa una reserva prohibida por el art. 120 de la Carta de Roma. clase de derechos, pero pennite argumentar en su favor desde una cierta
abundancia de pronombres posesivos en la redacción del artículo . realidad objetiva ~el propio derecho positivo- que rodas pueden reconocer
asimismo, el prurito de soberanía que dominó la discusión parlamentaria y y admirir. Dicha base, por último, tampoco disuelve la paradoja de que Jos
tropiezo del proyecto primitivo en el Tribunal Constitucional". derechos humanos hayan aparecido hisróricanlente como derechos namra-
les, pero, a la vez, resulta evidente que ella produce mejores resultados en
Los pmcesos de positivación, generalización, expdllsióll, iu.,,,,,,,·,;'u,,diu,,,i"',' cuanto a la eficacia de las reclamaciones en favor de la protección y garantía
y especificación de los derechos humanos. El desarrollo histórico tenido de los derechos.
los derechos humanos permite identificar distintos procesos por los que
derechos han pasado desde que fueron declarados e introducidos en lo" ot'd,,' "Recién con su 'positivinción' por la legislación o la Constitución los dere-
namientos jurídicos nacionales y en el derecho internacional. chos humanos se cOllvIerten en algo tangible -expresa Eugenio Bulygin-, en
una especie de realidad, aun cuando esa 'realidad' sea jurídica. Pero cuando
El primero de esos procesos, llamado de positivación, es aquel en virrud
un orden jurídico positivo, sea éste nacional o internacional, incotpora los
cual los derechos del hombre, al margen de la discusión filosófica acerca de
derechos humanos, cabe hablar de derechos humanos jurídicos y no ya me-
son derechos naturales, derechos morales, derechos históricos o derechos ramente 1l1Orales".
caráCter pragmático, se han ido de hecho incorporando progresivamente
derecho positivo interno de los Estados, en especial a través de las No es poco, en consecuencia, lo que los derechos humanos han ganado
dones de éstos. Este proceso, como es evidente, ha venido a suministrar a con su incorporación progresiva al derecho positivo, sin perjuicio de que se
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mantengan en pie muchas interrogantes acerca de tales derechos y que este únicamente en el patrimonio de las personas- radic6 s6lo en los primeros
proceso de positivación no puede ni pretende responder por sí solo. la titularidad de este derecho político fundamental. "hente a los privilegios
medievales, con destinatarios específicos, como los nobles, Jos miembros de
El mismo alltor antes citado, como parte de su crítica a la doctrina de
un gremio o corporación, o los vecinos de una ciudad ---escribe Peces-Barba-,
los detechos humanos como "derechos morales" v como expre,ión rambién
los derechos humanos en su modelo clásico aparecen como expresión de la
de la importancia que atribuye al proceso de p~;irivación de los derechos,
racionalidad, con desúnararios genéricos, los hombres y los cíudddil7lOS", lOdo
escribe lo siguiente: "Se me podría reprochar que esta concepción de los
lo cual es expresivo de una. deseada igualdad ame la le)'.
derechos humanos los priva de cimientos sólidos y los deja al C<lpricho del
legislador positivo. POt lo tanto, la concepción positivista de los d,,,··,di,,, La generalización de los derechos humanos ha sido posible gracias a la
humanos sería políticamente peligrosa. Sin embargo, no veo ventajas __ idea de que se trata de derechos universales, con lo cual queremos decir que
cerrar los ojos a la realidad y postular un terreno firme donde no lo hay. y ;~' la generación o extensión de esta clase de derechos se ha visto favorecida en
para defenderme del ataque, podría retrucar que es polÍticamente peligroso _;" los hechos porque tanto en el plano conceprual como en el deol1tológico,
crear la ilusión de seguridad cuando la realidad es muy otra. Si no esto es, ramo a la hora de ofrecer un concepto de derechos humanos como a
un derecho natural o una moral absoluta, enronces los derechos humanos la de señalar una dirección deseada para los mismos, se ha insistido siempre
son efectivamente muy frágiles, pero la actitud correcra no es crear ,""itu-., en la universalidad de los mismos. Por consiguieme, la universalidad de los
tos ficticios para tranquilidad de los débiles, sino afrontar la situación con derechos del hombre es antes "un postulado de la razón que un dato de ia
decisión y coraje: si se quiere que los derechos humanos H:ngan vigencia '. experiencia", como dice Benito de Castro Cid; "una nota de la definición de
efectiva, hay que lograr que el legislador positivo los asegure a través de las ;!' los d<:'rechos", ~lUnque no plenamente "una cuestión de hecho", como señala
disposiciones constítucionales correspondientes y que los hombres re~peten por su parte Javier de Lucas.
efectivamente la Constitución".
En cuanto al proceso de expansión, ha consistido en el gradllal y progresivo
Por generalización de los derechos humanos se entiende el proceso en virtud incremento del catálogo de los derechos humanos, lo cual ha ocurrido por
del cual estos derechos han llegado a pertenecer a todos los hombres, por el solo medio de la incorporación a <:'se catálogo de nuevos derechos, o de nuevas ge~
hecho de ser tales, esto es, sin distinción de raza, color, sexo, posición social o neraciones de derechos del hombre, que pasan a ser reconocidos y protegidos
económica, ideas políticas, filosóficas, religiosas o de cualquier Otro orden. en el carácter de tales.
Como dijimos en su momento, lo nuevo se teje en lo viejo y; en cierto modo Este proceso puede ser apreciado con toda nitidez si se examinan los dis-
t:lffibién, en contra de 10 viejo. Los derechos humanos son un producto de la'
tintos momentos por los que han ido pasando los derechos humanos en su
modernidad, aunque es posible hallar, antes de ese momento, antecedentes devenir histórico hasta nuestros días.
de importancia en t",'{tos y documentos como los que analizamos al presen-
tar la historia de los derechos del hombre, en especial textos}' documentos A~í, <:'n un primer momento, los derechos humanos aparecen como simples
medievales como los Decretos de la Curia de León}' la Cana .:viagna inglesa. limitaciones al poder de la autoridad pública, y se traducen, por lo mismo, en el
Pero esos textos y documentos tenían la característica de ser estamentales, compromiso de ésta en orden a no interferir en ciertos y determinados ámbitos
como lo era también la propia sociedad del momento, }~ en consecuencia, de la vida v actividad de cada individuo, o a hacerlo sólo bajo determinadas
reconocieron ciertos derechos r prerromnivas
o
sólo a determinados seO'menros
o condicion~s. Se trata de la primem genemción de derechos humanos, la de los
de la población, quedando al margen de dIos los restantet.. Ni ~iquiera la llamados derechas cilJiles, o derechos de autonomía, entre los que se cuentan,
Revolución Francesa)' la Declaración de Derechos del Hombre" del Ciu- por ejemplo, el de la inviolabilidad del domicilio, el d<:' no ser detenido y preso
dadano reconocieron a todos los hombres el derecho de sufragio·, sino que en forma arbitraria, el de no ser gravado con impuesros sólo por decisión dd
con su disrÍnción entre ciudadanos acti\'os y pasivos -una distinción basada monarca y sin la aprobación del parlamento, etc.
Si tuviera razón Bobbio cuando afirma que "toda la hiswria de la filosofía A los derechos económicos, sociales y culturales se les cOllsider,t a la vez
política es una larga, continua y atormentada reflexión acerca de la pregunta como prestaciones y créditfJS, según se les observe desde la perspectiva dd
¿cómo es posible limitar el poder?", se comprenderá emonces la i':l~:;::~~;~~
de esta prirnerageneración de derechos humanos, llamada también
.• Estado y otro ripo de organizaciones que deben procurar sati5facerlos o
desde la de 105 sujetos que pueden reclamarlos. Por lo mismo, como se ha
personales. en virtud de la cual, sin embargo, el Estado asume únicamente dicho muchas veces, son derechos que cuestan dinero, mucho dinero, y eso
obligaciones de carácter pasivo, esto es, de no imerferencia ileg(tima en la vida explica que algunas de sus debilidades consistan en la inevitable graduali-
y propiedad de las personas. dad de su realización yen su dependencia de los recursos de que disponga
efectivamente el Estado. El problema radica aquí, como se advierte, en que
En un segundo momento de su historia, la expansión acelerada que han tenido los derechos económicos, sociales r
figuran no ya como meros límites al poder, sino como panicipación de culturales, así como las demandas consiguientes que ellos plantean, no se
ciudadanos en el poder político, esto es, en la discusión y adopción de las corresponden con el volumen limitado de recursos destinados a satisfacerlos.
decisiones colcccivas o de gobierno. Como se ve, con esta segundag'."""óÓ,,·'
de derechos, la de los llamados derechos políticos, como derechos de lpa."¡,,ip'a-.• Para agudizar esa dificultad, los derechos económicos, sociales y culturales,
basados en el valor de la igualdad, tienen que bregar hoy con "el progresivo
ción, no se trata ya sólo de limitar el poder, sino de participllr en la gestación descenso del principio de igualdad en el nivel de aprecio de las sociedades,
y ejercicio del poder político dentro de la sociedad. Surgen así los ¿,,,,,he,, como apunta Benito de Castro, y la creciente tendencia a su sustitución
polüicos, en particular el de sufragio r el de elegir y ser elegido para ,",egu'"
por los principios y valores de la autonomía individual, la eficiencia econó-
de representación popular.
mica y la competitividad". POI." otra parte, semejante manera dominanre de
En un tercer momento del proceso de expansión de [os derechos hu- pensar, unida a la efectiva escasez de recursos para satisfacerlos, ha traído
manos surge luego Ulla nueva categoría o generación de derechos, la de consigo que los derechos económicos, sociales y culturales aparezcan en la
derechos econdmicos, sociales y cuftumles, o derechos de promoción, que son actualidad casi como "derechos contra la corriente" -por utilizar la expresión
unos derechos que no aspiran a limitar el poder ni a participar en éste, de Luis Prieto-, esto es, de derechos que no las tienen todas consigo y en
a demandar de quienes ejercen el poder un compromiso activo en [-avor cuyo nombre es preciso reivindicar a cada instante la punzante pregunta que
aceptables condiciones materiales de vida para todas las personas. En el Elías Díaz se hace sobre la materia: "¿podemos rener Estado de Derecho sin
de esta tercertl genertlción, se trata, por lo mismo, de derechos que se derechos económicos, sociales y culturales?". Este último autor va todavía
dan en el valor de la igualdad, y no en el de la libertad, como aconrece con más lejos: sostiene que si los derechos fundamentales constituyen la. razón
las dos primeras generaciones. En consecuencia, los derechos eoonónúcos., de ser del Estado de Derecho, entre tales derechos no pueden entrar única-
sociales r culturales no representan límites a la acción del Estado -como mente aquellos de la primera y segunda generación, basados en la libertad,
ocurre con los derechos de la primera generación-, ni encarnan tampoco la sino también los de tercera generación, basados por su parte en la igualdad,
aspiración a participar en el poder -como acontece con los de la segunda-, puesto que un Estado de Derecho que no integre todos esos derechos se
sino que representan la adopción de un05 fines orientadores de la acción parecería más a un "Estado de Derechas".
del Estado y suponen una cierta intervención de éste en la vida social
Por lo demás, habría que señalar que los derechos económicos, sociales
económica de la sociedad. El derecho a la salud, a la educación, al trabajo,
a una previsión oportuna y justa, constituyen ejemplos de derechos de esta y culturales no son los únicos que demandan recursos del Estado para su
tercera generación. satisfacción. Así, los derechos de primera generación demandan la existencia
y funcionamiento de tribunales y cortes independientes a los que se pueda
De esn~ modo, si el Estado de Derecho liberal se asentaba eulas dos primeras recurrír en caso de violación o amenaza de los mismos, mientras que los
generaciones de derechos, el Estado social de Derecho se funda además en la derechos políticos, o de segunda generación, exigen por su parte mantener
tercera generación que acabamos de ídemificar. un servicio público dd Esmdo que se encargue de la inscripción de los ciu-
nombre de que unos pocos comen rana mientras mllchos .~e quedan
dadanos en los reo-istros e1ect tal d . CMM"'" comer pan alguien llama a que nadie coma torta para que todos
periódicamente o o es y c las elecCIOJles en que éstos
comer pan, entonc~estarí:UTIOs ame una propnesta de iguaftlad de
todo. por la inycrsa, S'I ante una situaci6n semejame ~e llama a que
Es evidente que la incorporación 1 ' '~) puedan comer a lo menOS pan, sin perjuicio de que algunos, o muchos,
de los derechos econO"TI' '_1 a catálogo de Jos derechos :
. ' reos, SOClales y e 1 al b '.
zgaaldad, introduce una dert ., u tur es, asados en el - a su capacidad, esfuerzo o a su suene, puedan acceder también a las
a teflSlQll con los d h di'
. e~ec os e a pnmera "
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ClOll, basados en el valor de la l"b . d estaríamos ante una propuesta de igualdad de todos en algo.
di' 1 e/M, una tenSión .
e a que eXIste entre eso'., dos mismos . valo EH que no es SIllO
e Estado con un tipo ¿'"... ~o r.es. ~ o porque el Por lo demás, es preciso advenir no sólo la posibilidad de que libertad e
~ald.ad colisionen a partir de un cierta punto, sino también que se trata de
',o d , .
~ eluta mas ¡"ual t . d d
d 1
]as condiciones materiales d eH a e as¡)erso1 ana es e"del punto de -
¡d d i o
que se imbrican de algún modo, Tal como señalamos antes a este rrllS-
erechos económico . 1 nas, aSUffil o en
xl. 11 -
~menaza jndi"idu~~pue
d $, SOCia es y cultural
'"'0 ,es,,,cm, el goce y ejercicio de las libertades presupone que los titulares de
una para las jiberrades ea- egal: a --
la primera o-eneración P que oarannzan los ,-- en condiciones materiales mínimas que no rornen completamente
tacles,asu~ido no~n::eo~raIP'td[e,
en el coll1 promiso del Estado con -) (,[WiOÚ y vado ese goce y ejercicio de las libertades, lo cual quiere decir que
eos eree h os huma
pue e llegar a transfotm arse en una renu .
d'
1 nos". e pnmera -
. ."'Ia O
igu'¡dl,d básica en las condiciones materiales de vida es requisito para el
os derechos de la tercer~ gn
d ejerciciO real de las libertades, de donde se sigue que buscar esa igual-
., nCia a a rect.!lzaoón más ¿,,,tiv,
1 n ,...oeraclOO. básica no es ya una amenaza para la libertad, sino, todo lo comrario, un