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La convivencia en la escuela

La convivencia pasó de ser un tema disciplinario, a formar parte de la


agenda, cuando de hablar de “Calidad Educativa” se trata. No estaremos en
ese camino si allí existen problemas que impidan aprender a vivir con
otros, a la tolerancia, a la participación, pero ¿A qué llamamos
“Convivencia escolar”?

 Entendemos por “convivencia escolar” el conjunto de las interrelaciones que tienen lugar
en la escuela entre los diferentes actores vinculados con las tareas de la enseñanza y el
aprendizaje. Con este motivo, en la escuela se suscitan muchas y diversas situaciones.
Algunas están comprendidas dentro de lo prescrito y de lo esperable, y otras muchas
resultan del orden de lo imponderable; unas recogen la necesaria tensión entre lo
instituyente y lo instituido, otras la adecuación y el cambio; muchas entrecruzan los
intereses personales con situaciones que guardan intereses comunes. En todas ellas, la
escuela tiene una importante función tanto socializadora como individualizadora. Todas
ellas conllevan un aspecto de enseñanza y otro de aprendizaje. En todas ellas, se puede
encontrar o no la posibilidad de aprender a ser mejores personas interrelacionándonos con
los otros.

De las distintas maneras que resulten de tramitar lo que ocurre en la vida cotidiana
escolar, se irá conformando el proceso de la convivencia, es decir, la escuela irá creando el
dispositivo que se da para interactuar con otros, para regular los conflictos y para encarar
las situaciones que hacen a la enseñanza y al aprendizaje. La creación de este dispositivo,
que encauza la interacción y da marco al aprendizaje, es una competencia ineludible de la
escuela. Como tal no existe de una vez para siempre; por el contrario, resulta y se sustenta
de los intercambios cotidianos que lo alimentan y desarrollan. En palabras de Miquel
Martínez, es sobre la creación de este dispositivo, de este escenario, donde resulta posible
aprender a convivir y, por tanto, aprender a vivir mejor de cómo lo hacemos habitualmente.
El mismo autor agrega que es conviviendo como las personas aprendemos o no a ser
felices, a la vez que resulta difícil imaginar cómo aprender a ser personas sin aprender a ser
en la convivencia con los demás.

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