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Etica y Moral
Etica y Moral
LIDERAZGO
ALUMNO:
BRAULIO JIMENEZ
Ética y Moral
Es habitual también referirse a la ética sirviéndonos del término <<moral>>, derivado del latín,
mos, que significó de forma prevaleciente costumbre, aunque también, en menor medida,
carácter. Los latinos no encontraron dos términos para diferenciar éthos (carácter) y éthos
(costumbre); utilizaron solo el término <<mos>> lo que tuvo sus repercusiones al reducir la
ética a las costumbres y hábitos, como sugiere claramente el plural latino <<mores>>, que aún
persiste en el término francés <<moeurs>>, que viene a significar costumbres o hábitos
sociales.
Aunque este breve examen etimológico no nos puede proporcionar una definición estricta de
lo que es la ética, dadas las variaciones que ha ido sufriendo tal término griego a lo largo de la
historia, sí nos ofrece indicaciones útiles sobre uno de los objetivos principales de la ética
como disciplina filosófica: la contribución teórica a la creación personal de un éthos, de un
carácter, de un modo de ser adquirido como resultado de actos y hábitos.
Nos podemos percatar, por todo ello, de que una tarea principal de cualquier deontología
profesional –y en el caso que nos ocupa, de la profesión periodística—consiste en explicitar a
través de los códigos deontológicos un <<éthos profesional>>, una manera moral de ser
profesional, más que el inculcar deberes y normas que se han de cumplir por parte de los
profesionales conscientes de su responsabilidad social. Sin embargo, conviene señalar que si el
sentido etimológico de la ética nos remite a la búsqueda de un <<éthos profesional>>, ello no
es incompatible con la presencia de criterios morales y normas que exigen cumplimiento
incondicional; es más, se podría afirmar que las normas recogidas en los códigos deontológicos
(que serán analizados en la segunda parte del libro), se justifican en tanto en cuanto diseñan
una manera moral de realizar la profesión, unos <<deberes>> que dejarán de ser
estrictamente tales cuando hayan sido asumidos e integrados por cada profesional, hasta el
punto de que su cumplimiento no tendrá ya que venir exigido por el propio colectivo
profesional, sino que emanará de la propia conciencia moral, del propio éthos personal, que
puede –y debe– crecer armónicamente con la conciencia de responsabilidad que de sí posee
una determinada profesión.
Por otra parte, conviene aclarar desde el principio que ética y moral, aunque suelen ser
considerados comúnmente como sinónimos, son términos con tendencia a un uso
diferenciado y específico. La denominación de ética ha sido normalmente la preferida por los
filósofos, concibiéndola como teoría filosófica, como estudio que organiza un sistema de saber
en orden a la práctica, según la clásica definición (Concepción Esta subyacente a la primera
parte de este libro, con la que se pretende mostrar la fuerza práctica del saber ético, es decir,
la capacidad de orientar los conflictos morales de la profesión periodística desde la estricta
reflexión ética),cuando prevalece la consideración fáctica o empírica de los comportamientos,
tanto desde el punto de vista individual como social, en realidad nos encontramos con la
moral, de ahí que se denominen Psicología moral y Sociología moral a ciencias humanas que
describen empíricamente el fenómeno moral. La ética, pues, en sentido riguroso, remite
siempre a conceptualización, fundamentación, justificación racional, etc., de una determinada
moral vivida, de unos determinados valores imperantes o ideales; tareas intelectuales que nos
indican un cierto nivel de abstracción y generalización, una preocupación reflexiva propia de
las teorías filosóficas.