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Pérez Jiménez, Marcos

Michelena (Edo. Táchira) 25.4.1914


Militar y político, Presidente de la República (1952-1958). Fueron sus padres Juan Pérez
Bustamante y Adela Jiménez. Estudió primaria en su región natal y secundaria en la ciudad de
Cúcuta (Colombia), en el colegio Gremios Unidos. En 1931, ingresó a la Escuela Militar de
Venezuela, de donde egresó con el grado de subteniente en 1934. Fue ascendido a teniente en
1936. Posteriormente, realizó cursos de especialización en Perú: el de la Escuela de Aplicación de
Artillería, entre el 19 de marzo y el 31 de octubre de 1939 y el de Comando y Estado Mayor en la
Escuela Superior de Guerra de Chorrillos desde agosto de 1939, siendo ascendido al grado de
capitán en 1941, hasta diciembre de 1943. Por su preparación técnica, fue también profesor de
armas automáticas, de balística, de armamento de infantería y de empleo de la artillería, en la
Escuela Militar de Venezuela; asimismo, de servicio de campaña e informaciones en la Escuela de
Aplicación de Infantería de Caracas y de doctrina de guerra en diversos cursos para oficiales. Su
carrera militar se vincula al desempeño de cargos en la administración pública nacional, los que,
además de proporcionarle la experiencia para tratar asuntos del Estado, le facilitaron los contactos
necesarios con los diversos grupos militares y los sectores sociales representativos del poder
económico de la nación, que, en suma, influyeron sobre el inicio de su participación en la actividad
política. Jefe de la primera sección del Estado Mayor (20.1.1944), participa en la preparación del
golpe de Estado que derroca al gobierno del presidente Isaías Medina Angarita (18.10.1945).
Ascendido al grado de mayor, asume el importante cargo de jefe de Estado Mayor del Ejército, entre
octubre de 1945 y el 10 de julio de 1946. Jefe del Estado Mayor General, a partir de la última fecha
hasta el 30 de junio de 1948, es encargado del Ministerio de la Defensa, el 30 de junio y el 24 de
noviembre de 1948. Ascendido a teniente coronel, fue uno de los dirigentes del golpe de Estado que
derrocó al presidente Rómulo Gallegos, el 24 de noviembre de 1948. Miembro, desde ese día, de la
Junta Militar de Gobierno, sigue ocupando la Cartera de Defensa hasta el 2 de diciembre de 1952,
fecha en que asume la presidencia provisional de la República. El 19 de abril de 1953, tras su
elección por la Asamblea Nacional Constituyente, se juramentó a los 39 años como presidente para
el período constitucional 1953-1958, siendo para entonces, al parecer, el Jefe de Estado más joven
del mundo. Ascendido a general de brigada (1955) y a general de división (1957), a raíz del
plebiscito de diciembre de 1957 es proclamado presidente de la República para el período
constitucional 1958-1963. Sin embargo, derrocado por el movimiento cívico-militar del 23 de enero
de 1958, Marcos Pérez Jiménez, acompañado de su familia, sale del país y se refugia en Estados
Unidos, de donde el Gobierno venezolano logra su extradición en agosto de 1963. Trasladado a la
cárcel Modelo de Caracas, fue sometido a juicio, acusado de peculado y malversación de fondos del
Erario Nacional. Sentenciado el 1 de agosto de 1968, fue condenado a 4 años, un mes y 15 días de
prisión, pero fue liberado ese mismo día por haber cumplido ya el tiempo de condena estipulado y
resolvió abandonar el país residenciándose en España. Sin embargo, la figura de Pérez Jiménez se
encontraba vinculada a la fundación, en 1963, del partido Cruzada Cívica Nacionalista, el cual pronto
se convirtió en una notable fuerza política. En las elecciones generales de diciembre de 1968, fue
elegido senador en las listas de la Cruzada, hallándose ausente del país; pero la Corte Suprema de
Justicia invalidó su elección basándose en el tecnicismo de que ella era ilegal porque Pérez Jiménez
no se había inscrito como votante en el registro electoral. Valiéndose de los 400.000 votos obtenidos
en las elecciones de 1968, la Cruzada logró la postulación de Pérez Jiménez para la presidencia de
la República en los comicios de 1973. Ante la potencial amenaza de esta nueva fuerza electoral, los
partidos mayoritarios propusieron y aprobaron en el Congreso Nacional una enmienda constitucional
inhabilitando la elección para presidente, senador o diputado de quienes hubieran sido condenados
a una pena superior a 3 años por delitos cometidos en el desempeño de funciones públicas.
Inhabilitado como candidato, Pérez Jiménez resolvió retirarse de toda actividad política. En la
actualidad, reside en Madrid.
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Marcos Evangelista Pérez Jiménez
(Michelena, Táchira, Venezuela; 25 de abril de 1914-Alcobendas,
España; 20 de septiembre de 2001)
fue un político y militar venezolano. Alcanzó el grado de general de división del Ejército de
Venezuela; fue Presidente de Venezuela sustituyendo a Germán Suárez Flamerich en la «Junta de
Gobierno» desde el 2 de diciembre de 1952 hasta el 23 de enero de 1958, cuando es depuesto
mediante un golpe de Estado llevado a cabo por sectores descontentos de las Fuerzas Armadas de
Venezuela, a raíz de masivas manifestaciones contra las políticas represivas que habían durante su
mandato.1

Durante su gobierno, Venezuela alcanzó niveles altos de desarrollo económico,234 urbanístico,534


industrial4 y social,43 y el bolívar mantuvo la paridad más baja —pero no superior, como
erróneamente se cree— frente al dólar estadounidense en la historia del país.6 Venezuela durante
ese período además recibió el mayor número de inmigrantes europeos de la historia debido a las
facilidades y beneficios otorgados por el Estado venezolano.7 La represión, generalmente a partidos
políticos de izquierda como Acción Democrática o el Partido Comunista, y que eventualmente
terminó alcanzando a casi todos los sectores políticos del país, además a movimientos estudiantiles,
se acentuó a lo largo de su mandato.8910

Al dejar el poder, Pérez Jiménez se exilia en República Dominicana y luego Estados Unidos, en la
ciudad de Miami, desde donde es extraditado, acogiéndose a la protección del régimen de Francisco
Franco para establecerse su residencia en España. En el exilio consigue ser elegido
democráticamente como senador por Distrito Federal, en las elecciones de 1968.11 Tras ser
anulada su elección al Congreso por la Corte Suprema, busca la presidencia en 1972 para las
elecciones del año siguiente, candidatura legalmente rechazada por el poder electoral
venezolano.12

Retirado de la vida pública, a excepción de diversas entrevistas, fallece por causas naturales en su
residencia «La Moraleja», en Alcobendas, España, el 20 de septiembre de 2001.1314

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El Golpe de Estado del 23 de enero de 1958 fue un golpe de estado en Venezuela por medio del
cual se puso fin a la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez quien se vio forzado a abandonar
el país con rumbo a República Dominicana a bordo del avión presidencial «La Vaca Sagrada».

El primero de enero de 1958 se produjo el primer intento de rebelión militar contra Pérez Jiménez. El
movimiento encabezado por el coronel Hugo Trejo contó con la participación de un buen número de
oficiales de la guarnición de Caracas y de Maracay, principalmente de la Fuerza Aérea. Este
levantamiento militar fracasó y sus principales dirigentes fueron detenidos por el gobierno. Sin
embargo, a partir del primero de enero la crisis interna de la dictadura se hizo cada día más grave.
Se produjeron nuevos brotes insurreccionales en las fuerzas armadas y el movimiento popular se
manifestó con más vigor en la lucha contra el dictador. Se acentuó la represión; las cárceles se
llenaron de presos políticos; fueron cerrados los liceos y reprimido el movimiento estudiantil. Pero el
movimiento popular iba en ascenso; densos sectores sociales se incorporaban activamente a la
lucha: intelectuales, médicos, abogados, profesores, ingenieros, suscriben manifiestos de denuncia
contra el régimen. Esto significaba pérdida de prestigio en la institución armada que aparecía
comprometida de hecho con los desmanes del régimen. En las calles sucedían manifestaciones y
motines.

La Vaca Sagrada, el avión presidencial en el que Pérez Jiménez huyó a República Dominicana

A mediados de enero la Junta Patriótica llamó a la huelga general para el día 21. El 21 de enero
comienza la huelga de prensa y horas después de ésta, la huelga general convocada por la Junta
Patriótica. El paro se cumplió a cabalidad y en muchos sitios de Caracas se produjeron
enfrentamientos con las fuerzas del gobierno. El 22 se reúnen altos jefes militares en la Academia
Militar para considerar la situación. Sus deliberaciones concluyen formando una Junta Militar de
Gobierno que pide la renuncia a Pérez Jiménez. En la noche del día 22, la Marina de Guerra y la
Guarnición de Caracas se pronunciaron contra la dictadura; y Pérez Jiménez, privado de todo apoyo
en las Fuerzas Armadas, huyó en la madrugada del 23 de enero desde el Aeropuerto La Carlota,
rumbo a Santo Domingo.

En lugar de Pérez Jiménez tomaba el poder una Junta presidida por el contraalmirante Wolfgang
Larrazábal. Pérez Jiménez huyó hacia República Dominicana, para posteriormente trasladarse a
España junto a su familia, protegido por Francisco Franco.
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Golpe de Estado en Venezuela en 1958
Parte de Golpes de Estado en Venezuela
23 de Enero de 1958.png
Fecha 23 de enero de 1958
Lugar Bandera de Venezuela Venezuela
Resultado Golpe exitoso
Consecuencias
Marcos Pérez Jiménez escapa con su familia en el avión presidencial La Vaca Sagrada
Wolfgang Larrazábal conforma la Junta Provisional de Gobierno
Firma del Pacto de Puntofijo y convocatoria de las elecciones de 1958
Beligerantes
Gobierno venezolano Junta Patriótica
Acción Democrática
Copei
Partido Comunista de Venezuela
Unión Republicana Democrática
Comandantes
(1954–2006). Marcos Pérez Jiménez
(1954–2006). Pedro Estrada (1954–2006).png Wolfgang Larrazábal
(1954–2006). Silvestre Ortiz Bucarán
(1954–2006). Fabricio Ojeda
(1954–2006). Enrique Aristeguieta Gramcko
(1954–2006). Guillermo García Ponce
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El Douglas C-54 "Skymaster" levantó vuelo en torno a las 3 de la mañana del aeropuerto de la
Carlota, ubicado en el corazón de Caracas. A bordo viajaban el general Marcos Pérez Jiménez, su
familia y sus más cercanos colaboradores.

La aeronave tomó rumbo hacia República Dominicana. Pero este no era un viaje cualquiera. Era 23
de enero de 1958. Un día que quedaría registrado en la memoria de Venezuela.

Pérez Jiménez, quien había regido los destinos de Venezuela desde 1948, dejaba finalmente el
poder y con ello terminaba su gobierno militar y se abrían las puertas para la más larga etapa
democrática que ha tenido ese país.
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Marcos Pérez Jiménez


(Michelena, 1914 - Alcobendas, España, 2001) Militar y político venezolano que presidió la
República entre 1952 y 1958. En 1948 participó en el golpe militar que derrocó a Rómulo Gallegos, y
en 1952, a pesar de no tener mayoría de votos, el régimen lo impuso en la presidencia de la
República. Su dictadura se caracterizó por la represión policial, el auge del petróleo y la corrupción.
Fue destituido (1958), juzgado por desfalco (1963) y encarcelado (hasta 1968). En 1968 participó en
las elecciones presidenciales al frente del partido Cruzada Cívica Nacionalista, del que fue
expulsado en 1974. En 1994 volvió a ser condenado por corrupción. En 1999, coincidiendo con su
ingreso en un hospital a causa de una embolia cerebral, prescribieron los delitos de los que se le
acusaba.

Marcos Pérez Jiménez

El golpe de estado del 24 de noviembre de 1948 instauró en el poder a una Junta Militar presidida
por el teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, hasta entonces ministro de la Defensa; por el
oficial del mismo rango Marcos Pérez Jiménez, antiguo jefe de las Fuerzas Armadas, líder de la
conspiración contra Rómulo Gallegos y principal colaborador en el golpe de 1945; y por Luis Felipe
Llovera Páez, también con el rango de teniente coronel.

Los primeros actos de la Junta Militar estuvieron orientados a neutralizar a las grandes fuerzas
opositoras, sin darles tiempo a reaccionar; de hecho, esta estrategia se mantuvo durante los diez
años de dictadura que siguieron al golpe militar, convirtiéndose en la fórmula por excelencia para la
conservación del poder. Así, Acción Democrática y el Partido Comunista fueron ilegalizados en una
primera fase, y, luego, sus miembros fueron exiliados, perseguidos, apresados y torturados, con
miras a la desarticulación de estas organizaciones. La Unión Republicana Democrática y Copei
gozaron de legalidad durante este período y, de hecho, participaron en las elecciones que se
desarrollarían en 1952.

El régimen de la Junta Militar fue uno de los más antidemocráticos de la historia de Venezuela. Diez
años de suspensión de las libertades públicas, de corrupción y de fraude político es la frase que
sintetiza la historia venezolana durante el período de 1948 a 1958. La presidencia de Carlos Delgado
Chalbaud fue interrumpida abruptamente tras su cruento asesinato. Lo sucedió en el poder Germán
Suárez Flamerich, quien asumió la presidencia temporal de lo que entonces comenzó a llamarse
Junta de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela.

El 30 de noviembre de 1952 se convocó a elecciones para elegir los diputados a una Asamblea
Constituyente. Participaron en ella el FEI (partido apoyado por la Junta de Gobierno), Copei y URD
(apoyado por AD y por el Partido Comunista desde la clandestinidad). La negativa por parte del
Gobierno a publicar los resultados electorales evidenció el carácter fraudulento de las mismas y la
nula vocación democrática del régimen. El Gobierno dio como triunfador al FEI, y el 4 de diciembre
del mismo año Marcos Pérez Jiménez asumió la presidencia provisional del Gobierno. Ya en abril de
1953, la Asamblea Nacional Constituyente lo ratificó como presidente constitucional.

En materia económica, sin embargo, el Gobierno de Pérez Jiménez se vio favorecido por los
abundantes ingresos fiscales. La época de la posguerra se convertía en beneficiosa para Venezuela
por la venta de hidrocarburos. El régimen de las concesiones había sido adoptado nuevamente por
el Gobierno, que disfrutaba entonces del 50 por ciento de los beneficios de la explotación petrolera,
gracias a la exitosa gestión del presidente Rómulo Betancourt en su primer mandato (1945-48). La
modernización del país en materia industrial y de obras públicas fue uno de los logros
incuestionables de este período. El auge del comercio entre Venezuela y los países del Atlántico
Norte era seguido por edificaciones monumentales y construcciones de alta envergadura, sobre todo
en materia de vialidad. La autopista Caracas-La Guaira constituye uno de los elementos más
representativos de las obras adelantadas por Pérez Jiménez.

Desde el punto de vista político, la presidencia de Pérez Jiménez estuvo marcada, casi en su
totalidad, por la lucha en pro de la extinción de la oposición, en especial la de Acción Democrática,
partido que quedó casi desarticulado a finales de la dictadura. La policía política, la "Seguridad
Nacional", desempeñaba el rol de defensor del régimen. Su estrategia era la del espionaje, la
persecución y la tortura. Un régimen del terror, sin duda alguna, era lo que se había consolidado en
Venezuela ya para los años 1956 y 1957. Difícilmente un sistema económico con tanto auge podía ir
acompañado de un régimen político tan cerrado y autoritario. Ambos factores confluirían en la
concreción de un golpe de Estado de carácter popular (aunque con ayuda militar) el 23 de enero de
1958.

Los acontecimientos que precedieron a esa fecha, de muy diversa naturaleza, indicaban el grado de
descontento general hacia el régimen. La gota que colmó el vaso cayó el día 1 de noviembre de
1958, cuando Pérez Jiménez convocó a un plebiscito para decidir acerca de su reelección en la
presidencia para los cinco años siguientes. Los primeros en protestar fueron los estudiantes de la
UCV, quienes el 21 de ese mismo mes realizaron una manifestación masiva a las puertas de la
Universidad. Si bien aquel acto fue brutalmente reprimido, marcaría el inicio de una revuelta que no
cesaría hasta el final del régimen.

Paralelamente, el Partido Comunista convocó a una alianza con los distintos partidos de oposición.
Primero contactó con Unión Republicana Democrática y ambos partidos fundaron la llamada Junta
Patriótica; a ella fueron convocados, posteriormente, Copei y Acción Democrática, la cual se
reorganizó a partir de su militancia más joven. Cuadradas las fuerzas políticas, y contando con el
apoyo de los estudiantes, faltarían los actores decisivos, los militares y la ciudadanía. Hasta
diciembre de 1957 se pensaba que las Fuerzas Armadas se encontraban perfectamente unificadas;
sin embargo, para sorpresa de todos, el 1 de enero de 1958 se había producido un alzamiento militar
comandado por el coronel Hugo Trejo. Si bien fue debelado, este acontecimiento permitió detectar
un sector de oposición en el ejército. Los militares no tardaron en contactar con la Junta Patriótica a
través del brazo estudiantil.

Finalmente, el 21 de enero se convocó a una huelga general; los estudiantes se encargaron de


repartir la propaganda entre la ciudadanía y, ese día, verdaderas multitudes descendieron de los
cerros en protesta contra la dictadura. Pese a ser declarado el estado de sitio, el 21 y 22 de enero
fueron días de revuelta masiva, y en la madrugada del día 23, mientras los militares tomaban el
palacio de Gobierno y las emisoras de radio, el dictador Marcos Pérez Jiménez huía de la ciudad en
el avión presidencial, conocido popularmente como "la vaca sagrada".

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Marcos Evangelista Pérez Jiménez (Michelena, Venezuela, 25 de abril de 1914 – Alcobendas,
España, 20 de septiembre de 2001). Fue un militar con rango de General de División del Ejército de
Venezuela y político venezolano, designado Presidente de la República de Venezuela
provisionalmente por la Junta de Gobierno sustituyendo así a Germán Suárez Flamerich desde el 2
de diciembre de 1952 hasta el 19 de abril de 1953 cuando la Asamblea Nacional Constituyente lo
proclama Presidente Constitucional por el período 1953-1958, ejerciendo como 37º presidente de
Venezuela en dicho período.
Síntesis Biográfica
Infancia y Juventud
Nació el 25 de abril de 1914 en Michelena, Venezuela.Bautizado como Marcos Evangelista Pérez
Jiménez por sus padres, Juan Pérez Bustamante y Adela Jiménez. Estudió primaria en su región
natal y secundaria en la ciudad de Cúcuta (Colombia), en el "Colegio Gemíos Unidos".

Estudios realizados
Inició su carrera militar en 1931, al ingresar a la Escuela Militar de Venezuela, egresando como
Subteniente en 1933 con las más altas calificaciones. Es importante destacar que el promedio más
alto en la Academia Militar de Venezuela es el de Marcos Pérez Jiménez que no ha sido superado.
Luego en 1941 realiza cursos de especialización en la Escuela Militar de Chorrillos, en Lima, Perú,
junto al que fuera Ministro de Fomento y Obras Públicas el General de División José del Carmen
Cabrejo Mejía durante el gobierno militar del General Manuel A. Odria, siendo ascendido a Capitán a
su regreso.
Logros, contribuciones, aportes
Militar de carrera, Pérez Jiménez ingresa a la vida política, con su participación en el Golpe de
Estado de 1945 en Venezuela, contra el gobierno de Isaías Medina Angarita, como líder de UMT y
uno de los militares líderes del movimiento, siendo nombrado Jefe de Seccíón del Estado Mayor,
puesto desde el cual, impulsa en 1948, el golpe a la Junta Revolucionaria de Gobierno, presidida por
[[Rómulo Betancourt]], dando como resultado el fin del denominado Trienio Populista y la toma en
funciones de la Junta Militar de Gobierno, de la cual fue miembro y Ministro de Defensa, bajo la
presidencia de [[Carlos Delgado Chalbaud]], permaneciendo en funciones tras el asesinato del
mismo, que provocó la transformación de la Junta Militar en la nueva Junta de Gobierno, con el
ascenso de Germán Suárez Flamerich a la presidencia de la misma, sobre quien Pérez Jiménez
ejerció una inmensa influencia, siendo en la praxis, él quien realmente gobernaba.

Tras el Fraude Electoral de 1952, Pérez Jiménez asume como [[Presidente Provisional de la
República]] , nombrado por la Asamblea Nacional Constituyente a partir del 2 de diciembre de 1952
en sustitución de Germán Suárez Flamerich para posteriormente ser nombrado por la misma
asamblea como Presidente para el periodo 1953 – 1958, el cual inició el 19 de abril de 1953.

Su primera figuración pública ocurre con su participación en el derrocamiento del gobierno


democráticamente electo del General Isaías Medina Angarita el 18 de octubre de 1945. Tres años
más tarde, tras un período regido por una Junta Cívica Militar, es elegido Presidente el escritor
Rómulo Gallegos, posteriormente derrocado el 24 de noviembre de 1948 por un movimiento liderado
por Pérez Jiménez. Integró la Junta Militar de Gobierno, presidida por Carlos Delgado Chalbaud
junto a Luis Llovera Páez. Gallegos parte al exilio; la Junta Militar disolvió al partido Acción
Democrática y a la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV). El 13 de noviembre de
1950, Delgado Chalbaud es asesinado en Caracas y tomando así la presidencia Germán Suárez
Flamerich. Germán Suárez Flamerich salió al exilio cuando el Alto Mando Militar transfirió los
poderes de la Junta de Gobierno liderada por Marcos Pérez Jiménez, el 2 de diciembre de 1952.

Elecciones de 1952
El 30 de noviembre de 1952 la Junta llamó a elecciones para elegir una Asamblea Nacional
Constituyente que debía sancionar una nueva Constitución y dar fin al gobierno transitorio. Pero
cuando los primeros resultados mostraron que el partido URD (Unión Republicana Democrática)
dirigido por Jóvito Villalba y Mario Briceño Iragorry iba a ganar las elecciones, el partido oficialista
Frente Electoral Independiente (FEI) (de quien Pérez Jiménez era el candidato) desconoció el triunfo
y nombró a Pérez Jiménez como Presidente Provisional de Venezuela. Estas elecciones fueron
consideradas fraudulentas por la Oposición política a Pérez Jiménez y en ellas participaron tres
partidos: el oficialista Frente Electoral Independiente (FEI), COPEI y Unión Republicana Democrática
(URD).En las elecciones los partidos de oposición se unieron contra el FEI con la ayuda de los
partidos clandestinos (como Acción Democrática y el partido comunista), el 17 de abril de 1953 es
proclamado presidente constitucional para el período 1953-1958, denunciando al gobierno
provisional y sus atropellos contra los venezolanos y la constitución, amasando los votos de los
partidos prohibidos de competir en las elecciones. Para ese proceso la Junta había promulgado un
nuevo reglamento del Consejo Supremo Electoral en el que se establecía el voto obligatorio para los
ciudadanos mayores de 21 años, estrategia que eventualmente afecto al Gobierno con el triunfo del
URD. El mismo día de las elecciones el Consejo Supremo Electoral suspendió los escrutinios y el 2
de diciembre Marcos Pérez Jiménez proclamó su victoria electoral. Con URD y otros partidos
ilegalizados o en el exilio, y COPEI dividido entre nuevos PérezJimenistas u opositores, Pérez
Jiménez estuvo libre de gobernar al país en relativa calma por los siguientes seis años.

Presidencia
El Gobierno de Marcos Pérez Jiménez fue corto, si se lo compara con el Conservadurismo Paecista
que duró 18 años (1830-1848); el Liberalismo Guzmancista el mismo tiempo (1870 – 1888); y el
Gomecismo, 27 años (1908-1935); durante el mismo se implementaron importantes medidas
orientadas a transformar el medio físico venezolano.
El Presidente Marcos Pérez Jiménez siempre defendió que el poder en Venezuela debe responder a
la idea de gobernar con eficacia, en función del concepto de “servir y hacer servir” atribuye
responsabilidad al servidor del Estado, en razón directa de jerarquía; impone sentido de equipo a los
organismos institucionales y administrativos y determina la necesidad de una doctrina a la cual debe
ceñirse el Gobierno para realizar los fines del Estado.
Su gobierno fue una "dictadura" autoritaria y personalista que silenció a las fuerzas de la oposición,
prohibió algunos partidos políticos, como Acción Democrática, Partido Comunista de Venezuela y
limitó a Unión Republicana Democrática y COPEI, que a la postre también pasarían a la
clandestinidad, cerró medios impresos que le criticaron, e impuso la censura a la radio y la televisión.
Su tendencia fue conservadora. Pérez-Jiménez tenía intenciones en permanecer en el poder
mediante un plebiscito, lo que produjo un fraccionamiento en las Fuerzas Armadas que lo habían
apoyado hasta entonces y que concluyeron con su derrocamiento por un movimiento cívico militar.
Acontecimientos
El 2 de enero de 1954, el Gobierno ordena la libertad de más de 400 detenidos políticos e invita a
regresar a los exiliados. En febrero, circula un manifiesto clandestino del Partido Comunista sobre la
próxima reunión en Caracas de la Conferencia Interamericana, bajo el título: «Una reunión dirigida a
acentuar la dominación imperialista yanqui sobre los países latinoamericanos».
El 1 de marzo queda instalada la X Conferencia Interamericana y Pérez Jiménez, en su discurso de
inauguración, invoca la necesidad de la unidad continental basada en la comprensión, el sentido de
asistencia recíproca y el respeto mutuo de los pueblos americanos. Durante los días de la reunión,
se suceden actos de protesta en los barrios de Caracas.
El 26 de marzo, es clausurada la X Conferencia y como resultado de ella, Caracas fue escogida
como sede del Instituto Interamericano de Defensa Social.

El 25 de abril, el mandatario, en su Mensaje al Congreso, expone lo que denomina «...la estructura


técnica de las funciones estatales...», la cual no es otra que la clasificación de los más altos
organismos de la administración del Estado en 3 grupos: el de la alta política, formado por la
presidencia de la República y los ministerios de Relaciones Interiores, de Relaciones Exteriores, de
Defensa y de Hacienda que conciernen a las directivas y orientaciones generales; el grupo de la
producción, integrado por los ministerios de Fomento, de Agricultura y Cría, de Minas e
Hidrocarburos, de Obras Públicas y del Trabajo que encuadran en lo relativo a la transformación
racional del medio físico; y el de los servicios generales, constituido por los ministerios de
Educación, de Sanidad y Asistencia Social, de Justicia y de Comunicaciones, que corresponden al
mejoramiento moral, intelectual y material de los habitantes del país.
Su período al frente del país, se caracterizó por un marcado progreso, con el ascenso de los precios
del petróleo gracias a conflictos como la Guerra de Corea, su ambiciosa política de construcciones
se pudo ejecutar a la perfección. También se logró un inminente desarrollo de industrias tales como
la hidroeléctrica, la minería, la siderúrgica, el sector de bienes raíces y por supuesto la propia
construcción, todas estas, bases del alto nivel de prosperidad económica que se vivió en el país.

No pasan desapercibidos, sus avances en el ámbito militar, que incluyeron la definitiva


profesionalización de las Fuerzas Armadas, el aumento y sofisticación de los equipamientos, la
elevación del nivel de armamentos, y en general, la modernizados emprendida en el área, mientras
que en lo concerniente a política de interior, el país experimentó un estado de orden, de altos
estándares en seguridad, pero como aspecto negativo, destacó su carácter altamente represivo, con
la Seguridad Nacional, como punta de lanza, así como la concentración casi absoluta del poder en
sus manos, convirtiendo su presidencia en un claro régimen dictatorial.

Este período de supremacía terminó el 23 de enero de 1958, ocasión en la que es depuesto por un
golpe de estado, perpetrado por sectores descontentos dentro de las Fuerzas Armadas de
Venezuela, que trajo como resultado su salida del territorio nacional, rumbo a República Dominicana,
tras lo cual se asentó en España, bajo la protección del régimen franquista, significando su final, el
comienzo de la era democrática del país. Posteriormente con el partido de derecha Cruzada Cívica
Nacionalista fue electo Senador en 1968 cargo del cual fue inhabilitado a raíz de la primera
enmienda llevada a cabo a la constitución de 1961 por los partidos Acción Democrática y COPEI,
tras lo cual se retira definitivamente de la vida política nacional.
El período de Pérez Jiménez en el poder, es recordado históricamente, como un gobierno de arraigo
nacionalista, basado en un pragmatismo ideológico que identificaba la esencia de su gobierno,
además de enunciar la Doctrina del Bien Nacional, esto expresado en el "Nuevo Ideal Nacional" que
sería el faro filosófico para orientar las acciones de su gobierno. Promovió la inmigración de
capitales y personas extranjeras, principalmente comunidades europeas como la española, italiana y
portuguesa. También impulsó un vasto y ambicioso programa de infraestructura, basado en la
política del concreto armado, con la construcción de edificaciones, grandes y modernas carreteras
que unían y renovaban los lazos entre estados y ciudades del país, puentes y demás obras de gran
envergadura con las que modernizó al país, bajo una férrea dictadura militar.

Si bien el gobierno de Marcos Pérez Jiménez fue una dictadura, se visualizaba a la democracia
como el resultado tangible de la obra de un gobierno, las obras públicas, el progreso económico, el
mejoramiento en la calidad de vida y no a partir de la forma de acceso al poder, porque consideraba
que la democracia es, en última instancia, la realización del bien común, una forma de gobierno que
exige la existencia de una nación civilizada y productiva. Por ello, primero deben crearse las
condiciones materiales y espirituales que garantizarán que la democracia no degenerará en
anarquía. Con Pérez Jiménez, en 1953 el Congreso Nacional aprobó una nueva Constitución
Nacional en la cual se le cambió el nombre al país de Estados Unidos de Venezuela (nombre que
tenía desde 1864) a República de Venezuela. Como otras dictaduras latinoamericanas, Venezuela
fue apoyada por el gobierno de Estados Unidos, que veía en el mandatario no sólo una pieza
fundamental dentro del entramado mundial de la distribución petrolera, sino que también en la lucha
contra la expansión del Comunismo en Latinoamérica. Su tendencia fue derechista, conservadora y
militarista. El gobierno de Marcos Pérez Jiménez consagra como “Semana de la Patria” los días que
concluyen con el 5 de julio. Los destina a rendir homenaje a los héroes de la nacionalidad, en una
combinación de actos en los cuales se mezclan la exaltación de los libertadores y las realizaciones
del gobierno, como la reedición de nuevos tiempos dedicados a engrandecer la patria.

Empleados públicos de todos los niveles, estudiantes de primaria y secundaria y algunos grupos
artísticos subsidiados desfilan en todas las ciudades ante las autoridades locales, al compás de
bandas secas. En Caracas presiden las ceremonias el presidente de la República y los altos
dignatarios del Estado.
Cada 2 de diciembre, fecha aniversario de la ascensión de Pérez Jiménez al poder, se ratifican los
postulados del “Nuevo Ideal Nacional” y son inauguradas grandes obras públicas y es recibida en
Caracas la imagen de la Virgen de Coromoto, proclamada por el Gobierno como la patrona de
aquellas celebraciones. Se inicia la celebración de la Semana de la Patria y en aquella ocasión,
destaca la asistencia de delegaciones militares de varios países de América y Europa. Unido a estas
conmemoraciones patrióticas que buscaban afincar tradiciones que expresaran lo positivo del
espíritu venezolano se complementaba con la aportación de nuevas energías que ayudasen a
mejorar la calidad del venezolano para ello se promovía la inversión de capitales extranjeros y la
inmigración de europeos con el objetivo de mejorar el componente étnico de la nación venezolana,
visión está orientada a corregir vicios de la población, que los mantienen como pueblo atrasado,
mejorándolo y formándole un espíritu al trabajo que lo ayuden a comprender sus reales funciones
como ciudadano.
De la misma manera y en la búsqueda del “Nuevo Ideal Nacional”, con el mejoramiento integral de
los habitantes del país, se promovió la “extirpación” del rancherismo, como decía el propio Pérez
Jiménez, el cual consideraba uno de los males principales para el deterioro de la sociedad, para ello
se censó la cantidad de ranchos y se realizó un plan con las características propias de las obras de
Pérez Jiménez para residencias y súper bloques que ayudaran a cambiar el medio y la mentalidad
del habitante del rancho.

Según la constitución, se debía llamar a elecciones antes del 19 de abril de 1958 y fue convocado un
plebiscito para decidir si el dictador continuaba en el poder o no. El plebiscito fue ganado por Pérez
Jiménez por un ancho margen para ser presidente de Venezuela para el período 1958-1963, aunque
varias personas tacharon los resultados de fraude. En enero de 1958, un fallido golpe militar intentó
derrocarlo, pero no sería hasta el 23 de enero cuando finalmente sería sacado del poder por las
Fuerzas Armadas Nacionales. Aupados por los partidos de oposición, durante todo ese mes los
venezolanos se manifestaron continuamente en las calles y atendieron a un paro general de
actividades que hizo inevitable la caída del gobierno.

Fin de la presidencia
Presionado por un movimiento cívico militar, Pérez Jiménez decidió abandonar el poder en enero de
1958, para de esta manera, evitar derramamientos de sangre. Pérez Jiménez vivió hasta el fin de
sus días en Madrid, España.

Legado
Si la Caracas de Antonio Guzmán Blanco se caracteriza por su perfil parisino, la Caracas, y podría
decirse la Venezuela Perezjimenista, quedará signada por la euforia de construcciones civiles y la
devoción por el hormigón armado, las superautopistas y los atrevimientos técnicos de la arquitectura
local y la ingeniería constructiva norteamericana.
En muy poco tiempo la ciudad, que se había comenzado a transformar con las iniciativas
urbanizadoras de Medina Angarita, experimenta un acelerado cambio de rostro. Surgen súper
bloques creados con el propósito de acabar con las viviendas pobres; conjuntos académicos,
Militares, Comerciales, centros sociales para la oficialidad como el Círculo Militar; proezas
arquitectónicas como el Hotel Humboldt, construido en la cima del Ávila y unido, por un lado, a la
ciudad y, por el otro, a la costa marina a través de un teleférico de panorámica visión. A esto se unen
decenas de avenidas –Andrés Bello, Nueva Granada, Sucre, Victoria, prolongación de la avenida
Bolívar, San Martín, Urdaneta, Páez, Fuerzas Armadas, México, Paseo Los Ilustres.
Como parte de un proceso que comienza en la década de los cuarenta y que se desencadena con
furiosa intensidad en los cincuenta, Caracas se convierte en una suerte de destino deseado o en una
versión venezolana del sueño americano que atrae a emigrantes de diversas regiones del mundo,
especialmente de Europa Occidental, mención especial merece la inmigración proveniente de las
Islas Canarias, y el Medio Oriente, y años más tarde de Colombia y otras naciones vecinas, para
formar parte de una aventura alimentada por el embrujo de la renta petrolera.
El 17 de junio, le fue otorgado el Premio Panamericano de Carreteras por la Asociación de
Constructores al presidente de Venezuela, como consecuencia del impulso dado a los programas
viales y de la construcción en general.
Entre estas obras de infraestructura visionarias y punteras tecnológicamente se encuentra la
Autopista Caracas - La Guaira, la Autopista Caracas-Valencia (Autopista Regional del Centro), la
Autopista Francisco Fajardo, el Teleférico de Mérida, Teleférico de Caracas, el Centro Simón Bolívar
y las Torres del Silencio, el Círculo Militar en Caracas y otras ciudades, el Hotel Humboldt, la Ciudad
Universitaria de Caracas (iniciada antes de asumir la presidencia), la Ciudad Vacacional Los
Caracas, la urbanización Dos de Diciembre (hoy 23 de enero), el Paseo Los Próceres, la planta
siderúrgica del Orinoco, numerosos hospitales, Casa Sindical, Centro Administrativo de la Ciudad
Universitaria, hotel Tamanaco, cuartel de las Fuerzas Armadas de Cooperación, Instituto de
Nutrición, las denominadas urbanizaciones obreras (Unidad Residencial El Paraíso y Ciudad
Tablitas), Concha Acústica y escuela Agustín Aveledo, todas éstas anteriores en Caracas, hotel del
Lago en Maracaibo, hospital Médico Quirúrgico en Maiquetía, hospital y escuela de enfermeras en
Barquisimeto y la Escuela Interamericana de Agricultura en Rubio (Edo. Táchira). Estos programas
del régimen figuran entre los planes de mejoramiento social que, en combinación con la política de
estímulo a la inmigración. Entre otras obras. Impulsa una nueva constitución en la que destaca
principalmente el cambio del nombre oficial del país desde 1864, "Estados Unidos de Venezuela" por
"República de Venezuela”. El 2 de marzo de 1954, a propósito de la apertura de la X Conferencia
Interamericana, en la Ciudad Universitaria de Caracas serán inaugurados los espacios de la Plaza
Cubierta, el Aula Magna y la Biblioteca Central. Desde ese momento, en un acto de
deslumbramiento que no ha cesado hasta nuestros días, los ojos del mundo se posan sobre esta
obra que todavía hoy es considerada una de las grandes creaciones de la arquitectura mundial del
siglo XX. Este complejo, concebido como un conjunto único y excepcional. Con la dictadura militar
se aplica, en cambio, una política de “puertas abiertas”, que atrae significativo número de españoles,
italianos y portugueses, estos últimos con alto grado de concentración en la región capital. Los
inmigrantes traen voluntad de trabajo, desplazados como estaban en la Europa de posguerra. Se
dedican a la construcción, el comercio, especialmente panaderías, restaurantes, cafeterías, siembra
y obras públicas. Se promovió la inmigración de mano de obra especializada para sus proyectos de
infraestructuras desde Europa. Se impulsó un ambicioso programa de infraestructura y de concreto
armado, con la construcción de edificaciones, carreteras, puentes y obras de gran envergadura con
las que modernizó al país gracias en parte a las exportaciones de petróleo que generaban enormes
divisas. Durante su gobierno fue firmado el anteproyecto de la Siderúrgica nacional que le fue
encomendado a 7 grupos industriales de distintos países (Alemania, Bélgica, Estados Unidos,
Francia, Inglaterra, Italia y Noruega). En una alocución dirigida a los venezolanos expresa, tras la
inauguración de 2 importantes obras como son la autopista Caracas-La Guaira y el Círculo de las
Fuerzas Armadas, dando el primer paso hacia aquella forma de Estado. Además se fundamenta la
propuesta definitiva que incluye los planes extraordinarios sometidos al control del Gobierno, entre
ellos: la planta Siderúrgica del Orinoco, el sistema de electrificación del río Caroní, el plan nacional
de ferrocarriles, el Sistema de riego del Río Guárico, las zonas turísticas de los Estados Mérida y
Nueva Esparta. En infraestructura la Ciudad Universitaria de Caracas para su época, era la obra de
arquitectura más importante del planeta, obteniendo el Premio internacional de Museo al aire libre.
Los teleféricos del Ávila y Mérida se convirtieron en la envidia del mundo y un reto tecnológico, La
red de autopistas y carreteras. El viaducto de la Guaira fue un reto científico que motivó la
admiración del mundo de la ingeniería civil, como lo fue la faraónica obra del Helicoide, proyectada a
convertirse en un icono de América. En cada rincón del territorio nacional se ordenó construir una
Plaza en honor al Libertador. Se construyeron las primeras autopistas como las de Caracas con sus
novedosos e imponentes distribuidores, La Guaira, y la de Valencia - Tejerías. La carretera
Panamericana fue un logro sin precedente desde el Táchira hasta Caracas, con un trazado nuevo y
moderno que incorpora a la productividad nacional el sur del Lago de Maracaibo. La carretera
Barinas - San Cristóbal, y la Barinas - Apartaderos, dieron salida a los Andes. La Represa del río
Guárico en Calabozo, el dragado del Orinoco y la Barra de Maracaibo, permitieron el acceso a las
grandes fuentes de recursos naturales. La modernización del Puerto de La Guaira, el plan “salud”
con un hospital en cada Estado de la República, edificios para las Casas Sindicales de Caracas y
San Cristóbal, son sólo algunas de sus obras más importantes. En todas las ciudades del interior se
construyeron las vías centrales de orden circulatorio. Los inmensos conglomerados de los súper
bloques de viviendas. Los ranchos que habían proliferado en los cerros, fueron demolidos y en su
lugar se construyeron parques y viviendas dignas. El Seguro Social Obligatorio fue tan eficiente y
efectivo fue un ejemplo para las naciones del hemisferio. Venezuela adquirió el primer Reactor
Nuclear después de los Estados Unidos en el Hemisferio, y el IVIC en San Antonio de los Altos, se
convirtió en el instituto científico más importante de América Latina donde se inauguró la Primera
Biblioteca Científica Americana... Se inició la red ferroviaria y la construcción de la carretera de la
costa que uniría todos los puntos orientales y occidentales del país. Venezuela reafirmó su
soberanía en Los Monjes y se preparaba a recuperar la Guayana Esequiba. El mundo entero veía
con envidia y preocupación el desarrollo que había alcanzando Venezuela en menos de cinco años
todo esto en función al Nuevo Ideal Nacional.

El incremento de los ingresos fiscales fue considerable, como consecuencia una gran producción,
producto del otorgamiento de mayores concesiones y al hecho circunstancial del ‘problema’ Árabe
en 1956, que favoreció la mayor colocación del crudo venezolano en el mercado internacional. Con
Pérez Jiménez Venezuela alcanza el ápice del desarrollo económico americano y se inició un Plan
Nacional de obras civiles, que logró el pleno empleo nunca antes visto en Latinoamérica. Tal fue la
dinámica económica que se logró con esta política de la construcción impulsada por Pérez Jiménez,
que hubo necesidad de abrir las fronteras para que los extranjeros cubrieran las plazas vacantes, ya
que el país gozaba de "Pleno Empleo".

Inmigración
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Civil Española numerosos europeos se
vieron en la necesidad de abandonar sus hogares en busca de libertad. Unos querían hallar un
nuevo horizonte, otros evadir el hambre y muchos buscaban un lugar donde rehacer sus vidas. Y se
embarcaron en gran parte hacia Venezuela. Encontraron una Venezuela tranquila, donde se gestaba
un crecimiento planificado, sobre todo en la construcción de grandes infraestructuras, una expansión
del mercado interno y la modernización agrícola, lo que la convertía en suelo perfecto para olvidar la
guerra y echar raíces. Así fueron llegando Italianos, Portugueses, Españoles, Búlgaros, Alemanes,
Húngaros, Holandeses y Rusos, entre otras colonias de la Europa devastada por la hambruna y la
Guerra. Entre todos los grupos de colonias de Emigrantes las más numerosas fueron la de los
italianos, españoles, y portugueses. Las 3 compartían razones similares para abandonar sus
naciones: la huida de un régimen dictatorial, las atrocidades de la posguerra, el Hambre, el
desempleo y la búsqueda de la tan anhelada estabilidad económica. La mayoría llegó en barco al
puerto de La Guaira en el Caribe Venezolano. Según archivos de la Oficina Arquidiocesana de
Caracas, entre 1951 y 1958 llegaron al país 200.000 gallegos y canarios, quienes se insertaron en
oficios como agricultura, carpintería, albañilería y transporte público. Luego de la primera etapa de
adaptación, muchos se convirtieron en pequeños empresarios dedicados al comercio, las finanzas y
la industria, sobre todo en la metalúrgica y manufactura. Venezuela necesitaba agricultores. Existía
un déficit de producción de unas 55 mil toneladas anuales de azúcar y de 50 mil toneladas de arroz,
entre otros productos, y se requería cubrir la demanda con producción interna. Además, aumentaba
la explotación petrolera, por lo que muchos venezolanos abandonaron el campo para dedicarse a la
lucrativa actividad en las ciudades, y este vacío fue aprovechado por los inmigrantes. Lo mismo
ocurrió en la construcción, sector en el que también encontraron un nicho de mercado importante.
Cada colonia fue dedicándose a una "especialidad" relacionada con las actividades que se
desarrollaban en su país de origen. Fue así como los gallegos se dedicaron a producir hortalizas, los
canarios al comercio de plátanos y los Italianos a la venta de carne y otros alimentos, los
Holandeses y Alemanes a los embutidos y quesos, los Portugueses al pan y la leche. Después,
muchos de ellos se transformaron en comerciantes, Hoy se calcula que 72 por ciento de las
panaderías en Venezuela está en manos portuguesas. A finales de los 50 el Franquismo atravesaba
una de sus peores crisis económicas. La vida se volvió más difícil y se produjeron nuevas
estampidas. Cientos de españoles de edades que oscilaban entre los 16 y los 45 años llenaron las
bodegas de los barcos hacia América, y en especial hacia un destino más prometedor en La
Petrolera Venezuela. En todos los casos, gente trabajadora, jornaleros del campo y del sector de la
construcción. Era la mano de obra que precisaba el Gobierno del General Marcos Pérez-Jiménez
para la transformación del país que se acometió decididamente en aquellos años.

Plebiscito de 1957
El período constitucional de Marcos Pérez Jiménez finalizaba según la misma constitución elaborada
por su gobierno a finales de 1957. Pérez Jiménez opta por organizar rápidamente un órgano
electoral que convocaría un Referéndum o plebiscito El 15 de diciembre de 1957 para decidir sobre
si la población aprobaba o rechazaba la reelección del gobierno Perezjimenista para el período
1958-1963 de aprobarse no solo se ratificaría al presidente en su cargo sino a todos sus candidatos
al Congreso Nacional, Asambleas legislativas estadales y concejos municipales de manera
automática. Según los datos oficiales del Gobierno de Pérez Jiménez la población aprobó por
mayoría su continuidad en el gobierno. Ningún partido u organización opositora reconoció su victoria.

23 de enero de 1958
El primero de enero de 1958 se produjo el primer intento de rebelión militar contra Pérez Jiménez. El
movimiento encabezado por el Coronel Hugo Trejo contó con la participación de un buen número de
oficiales de la guarnición de Caracas y de Maracay, principalmente de la Fuerza Aérea. Este
levantamiento militar fracasó y sus principales dirigentes fueron detenidos por el gobierno. Sin
embargo, a partir del primero de enero la crisis interna de la dictadura se hizo cada día más grave.
Se produjeron nuevos brotes insurreccionales en las fuerzas armadas y el movimiento popular se
manifestó con más vigor en la lucha contra el dictador. Se acentuó la represión; las cárceles se
llenaron de presos políticos; fueron cerrados los liceos y reprimido el movimiento estudiantil. Pero el
movimiento popular iba en ascenso. Densos sectores sociales se incorporaban activamente a la
lucha: intelectuales, médicos, abogados, profesores, ingenieros, suscriben manifiestos de denuncia
contra el régimen. Esto significaba pérdida de prestigio en la institución armada que aparecía
comprometida de hecho con los desmanes del régimen. En las calles se suceden manifestaciones y
mítines. A mediados de enero la Junta Patriótica llamó a la huelga general para el día 21. El 21 de
enero comienza la huelga de prensa y horas después de ésta la huelga general con¬vocada por la
Junta Patriótica. El paro se cumplió a cabalidad y en muchos sitios de Caracas se produjeron
enfrentamientos con las fuerzas del gobierno. El 22 se reúnen altos jefes militares en la Academia
Mi¬litar para considerar la situación. Sus deliberaciones concluyen formando una Junta Militar de
Gobierno que pide la renuncia a Pérez Jiménez. En la noche del día 22, la Marina de Guerra y la
Guarnición de Caracas se pronunciaron contra la Dictadura; y Pérez Jiménez, privado de todo apoyo
en las Fuerzas Armadas, huyó en la madrugada del 23 de enero, rumbo a Santo Domingo Ese día,
turbas enardecidas salieron a las calles, en todo el país, a celebrar la caída del régimen y a tratar de
acabar con los funcionarios que se habían ensañado en la persecución política. Miembros de la
Seguridad Nacional fueron linchados; otros se escondieron por largo tiempo o escaparon al exterior.
Venezuela ya no tuvo que padecer el régimen autoritario de Pérez Jiménez que fue consagrado por
el texto de la Constitución del 15 de abril de 1953 y, amparado en la arbitrariedad, que se hizo
confirmar Presidente hasta 1963, pero su gesto exasperó los ánimos populares hasta la insurrección
del el 23 de enero de 1958. El dictador era depuesto, y en su lugar tomaba el poder una Junta
presidida por el Contraalmirante Wolfgang Larrazábal. El dictador huyó hacia República Dominicana
protegido por el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, para posteriormente trasladarse a los
Estados Unidos junto a su familia. Rómulo Betancourt, durante su Gobierno, logró la extradición del
dictador y aquí se le siguió un prolongado juicio, que terminó con la sentencia condenatoria por un
período menor que el que llevaba detenido, por lo que salió en libertad y voló a Madrid. En esta
capital aceptó la postulación como candidato a Senador por el Distrito Federal en las elecciones de
1968, resultando electo por un número considerable de votos. En 1969 la Corte Suprema de Justicia
anuló la elección de Pérez Jiménez para el Senado, esgrimiendo como principal argumento que
Pérez Jiménez no se había inscrito en el Registro Electoral ni había votado en las mismas
elecciones.

Consecuencias y acontecimientos posteriores


En medio de un clima tenso, los partidos se lanzan a sus campañas presidenciales. Se ensa¬yan y
se queman nombres de independientes y se busca el “candidato ideal”. Como no se en¬cuentra, se
concibe el Pacto de Punto Fijo que se suscribe el 31 de octubre de 1958 en la residencia de Rafael
Caldera que llevaba ese nombre, en Caracas. El pacto establece el compromiso de civi¬li¬zar las
relaciones partidistas, la defensa de la constitucionalidad y el derecho a gobernar de acuerdo con el
resultado electoral; gobierno de unidad nacional, no hegemonía partidista y presentación de un
programa mínimo común. Lo suscriben Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Gonzalo Barrios, de AD;
Jóvito Villalba, Ignacio Luis Arcaya y Manuel López Ri¬vas, de URD; y Rafael Caldera, Pedro del
Corral y Lorenzo Fernández, por COPEI. Se reco¬no¬cían así las amenazas aún latentes contra el
régimen democrático y se echaban las bases de gobiernos de unidad, sin precedentes en el país. El
16 de agosto de 1963, el gobierno venezolano presidido por Rómulo Betancourt en convenio con el
estadounidense obtiene la extradición de Pérez Jiménez, lo encarcela y sentencia a cuatro años de
prisión por peculado y malversación de fondos, siendo confinado en la Cárcel Modelo de Caracas.
Durante cinco años estuvo encarcelado, al final de los cuales fue liberado al dictársele sentencia por
un período menor al de su tiempo de reclusión. Luego se residenció en España aunque, al poco
tiempo, en las elecciones generales de 1968, fue postulado senador por la agrupación política de
derecha Cruzada Cívica Nacionalista (CCN) y fue elegido en ausencia; sin embargo, la Corte
Suprema de Justicia invalidó su elección.

En 1968 se presentó a elecciones en la plancha del CCN y logró la votación necesaria para el
senado; sin embargo la Corte Suprema de Justicia anuló esta elección. CCN logró postularlo para la
presidencia de la república en los comicios de 1973 conscientes de la popularidad de Pérez
Jiménez. Sin embargo, representantes de los partidos mayoritarios propusieron y aprobaron en el
Congreso Nacional, una enmienda constitucional destinada específicamente a inhabilitarlo
políticamente, mediante una aplicación retroactiva de la norma. Ante tales circunstancias, Pérez
Jiménez decidió retirarse de manera definitiva del escenario político venezolano, radicándose en La
Moraleja, residencia en una de las zonas más exclusivas de Madrid, donde vivió hasta su muerte El
General Marcos Pérez Jiménez, muere un sábado 20 de septiembre del 2001 a los 87 años en
Madrid, España de un ataque al corazón. Tuvo cuatro hijas con su esposa, una hija con la espía
norteamericana Marita Lorenz y un hijo no reconocido de nombre Marcos Carias, con su ex amante
Clarita Carias. La figura de Marcos Pérez Jiménez es muy recordada en la sociedad venezolana
actual, entre todos los personajes de la historia contemporánea, desde 1928 hasta el presente. Se
ha mencionado mucho en las clases populares, "en cinco años de dictadura, se ha hecho más por el
país, que en cuarenta años de democracia" e "hizo de Venezuela un gran país, ejemplo para la
América Latina de los años 1950". Mientras que para los dirigentes de los partidos políticos que
vivieron la represión del régimen, es más conocido y mencionado su autoritarismo, el
encarcelamiento, la creación de cuerpos represivos y la ausencia de libertad de expresión.

Fuentes
Venezuela tuya
Biografías y Vidas
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Características de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez
Hay diferentes puntos de vista.

1- falta de transparencia en los procesos de participación político electoral


2- la dependencia incondicional a los dictámenes del Pentágono y la Casa Blanca,
3-las detenciones, desapariciones, torturas y hasta la muerte a los opositores al gobierno y la
corrupción creciente en las élites gubernamentales.
4-el abuso de poder de los funcionarios que sostenían el régimen
5- las prácticas sistemáticas de infiltración policial en las organizaciones políticas.
6-En 1957, Pérez Jiménez se hizo reelegir como Presidente para el período 1958-1963, pero la
descomposición interna de su régimen y el trabajo laborioso y clandestino de los partidos políticos,
encabezados por el Partido Comunista de Venezuela, URD y Acción Democrática, hicieron que las
bases que lo sustentaban en el poder se fueran tambaleando.
Comenzó entonces la publicación de diversos manifiestos en contra del gobierno, así como también
pronunciamientos públicos de instituciones nacionales, periodistas, sectores empresariales, entre
otros.
Al mismo tiempo, los líderes y dirigentes medios de los partidos políticos se movilizaban a través de
la Junta Patriótica, organismo formado el año 56 con la misión de concertar acciones en favor de
incentivar la lucha popular y la agitación política en contra del gobierno.
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El Golpe de Estado del 24 de noviembre de 1948 fue una insurrección de militares y políticos en
contra del presidente venezolano democráticamente electo Rómulo Gallegos que fue derrocado y
obligado a exiliarse, en su lugar se instaló una junta militar presidida por Carlos Delgado Chalbaud.

Índice
1 Golpe de Estado de 1948
2 Junta militar de 1948
3 Junta de Gobierno de 1950
4 Véase también
5 Referencias
Golpe de Estado de 1948
Durante las primeras ocho semanas que duró el gobierno de Gallegos, desde febrero a marzo de
1948, crecieron las disputas entre los partidos de la oposición y el partido gobernante, Acción
Democrática; ocurrieron intentos de asesinato y hasta se produjo un distanciamiento parcial del
presidente con sectores de su propio partido, quien creía que podía contar con militares que él
consideró leales como Delgado Chalbaud.

También se produjo el descontento de otros sectores que habían participado en el Golpe de Estado
de 1945, y principalmente el malestar de las compañías petroleras extranjeras por el
comportamiento cada vez más proteccionista del presidente Gallegos.

Con la Reforma de la Ley de Impuesto sobre la Renta promulgada el 12 de julio de 1948, se


establece la imposición adicional de un 50% en el exceso de las ganancias que obtuvieran las
empresas por encima de los impuestos sobre la renta tributados a la nación.
El 24 de noviembre de 1948 Gallegos es apresado y el 5 de diciembre se le expulsa del país junto a
su familia.1

Junta militar de 1948


Tras ser derrocado Gallegos y forzado a exiliarse, se constituyó una junta formada exclusivamente
por sus antiguos aliados militares en el golpe de 1945, quienes asumieron el poder de forma
inmediata.

La integraron el exministro de defensa de Gallegos, coronel Carlos Delgado Chalbaud, y los


tenientes coroneles Marcos Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez. Al acceder al poder prometieron
elecciones, pero con la sistemática persecución de sus opositores eventuales y declarados, se inició
una dictadura. El 4 de diciembre de 1948 la junta disolvió el congreso, las asambleas legislativas de
los estados y los consejos municipales, y poco después inició la agresión en contra de los medios de
comunicación.

Junta de Gobierno de 1950


Tras el magnicidio de Delgado Chalbaud la Junta Militar, con la intención de sumar apoyo, decidió
designar a un civil como nuevo Presidente, siendo escogido Germán Suárez Flamerich, para
entonces embajador en el Perú, por lo que a partir del 27 de noviembre de 1950 comenzó a llamarse
simplemente como Junta de Gobierno.

Véase también
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24 de noviembre de 1948: Auge y caída de Rómulo Gallegos

Marcos Pérez Jiménez, Germán Suárez Flamerich


y Luis Felipe Lovera

El 24 de noviembre de 1948 se conoce en la historia contemporánea de Venezuela como la fecha


del golpe militar que las Fuerzas Armadas Nacionales perpetraron contra el gobierno constitucional
presidido por Rómulo Gallegos, quien el 15 de febrero de 1948 había asumido la presidencia de la
República, luego de triunfar en los comicios de diciembre de 1947 con un 74.4% de los votos
escrutados, siendo además la primera vez en el siglo XX que el pueblo elegía por vía universal,
directa y secreta a sus representantes. Múltiples fueron los factores que incidieron en la crisis
política e institucional que derivó en la caída de Gallegos. Por un lado, el partido de Gobierno (AD),
quien se estableció en el poder luego del derrocamiento de Isais Medina Angarita (18.10.1945) y en
el que se sustentaba Gallegos, comenzó a ser tildado de sectario al ocupar los principales cargos de
la administración pública con sus partidarios. En tal sentido, en poco tiempo AD creció rápidamente
como organización, creando un grupo monopolista del poder, denunciado por la oposición.
Asimismo, los niveles de intolerancia de la militancia llegaron a extremos tales de sabotear los
mítines de los partidos de la oposición-en especial de COPEI-y de asambleas sindicales, que en
muchos casos llegaron a las agresiones físicas.

Medina Angarita
Rómulo Gallegos
Marcos Pérez Jiménez
Por otra parte, la unión cívico-militar instalada el 18 de octubre de 1945 se empezó a debilitar, una
vez que los miembros de las Fuerzas Armadas comenzaron a verse como los socios minoritarios de
un proceso político que ellos mismos habían iniciado. Esta situación empeoró con las acusaciones
de los jefes militares de que AD estaba organizando milicias partidistas armadas e intentaba
conquistar adeptos en las filas del ejército, además de querer penetrarlas, al hacer que jóvenes de
su confianza se inscribieran en las academias militares. El descontento provocado por la penetración
de los adecos en la institución castrense, produjo por tanto diversos intentos localizados de
alzamientos cuartelarios, que los mandos militares debieron sofocar para mantener la unidad y la
disciplina de dicha institución; sin embargo, las presiones castrenses por el derrocamiento del
gobierno continuaron. Por tal motivo, los principales jefes militares (Carlos Delgado Chalbaud,
Marcos Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez) se erigieron en negociadores para tratar de aliviar las
tensiones. Con esta finalidad elaboraron tres puntos que propusieron al Gobierno de Gallegos:

Que Rómulo Betancourt - el gran estratega y organizador del partido AD, a quien se
responsabilizaba del estado al que había llegado - saliera del país por tiempo indefinido.

Que las milicias de AD fueran desarmadas.

Que se reorganizara el gabinete, sustituyendo a los ministros militantes de AD por personas sin
disciplina partidista.
Según testimonios de personas que participaron en las negociaciones, Betancourt se mostró
dispuesto a viajar al exterior e intervenir en lo que fuera necesario para llegar a un arreglo
conciliatorio; pero Gallegos se mantuvo en posiciones principistas, secundado por el CEN del
partido. Debido a la intransigencia de Gallegos, desde mediados de noviembre de 1948 corrían
rumores acerca de un golpe de Estado; motivo por el cual el 23 de ese mes, el Gabinete Ejecutivo
renunció en pleno para facilitarle a Gallegos las decisiones que debía tomar, pero éste lo ratificó
íntegramente, cerrando cualquier posibilidad de entendimiento con los militares, quienes en una
actitud conciliatoria, ya no exigían la sustitución de todos los ministros adecos, sino de una parte.
Finalmente, ante la presunción de que la dirigencia de AD y la CTV convocarían a una huelga
general para hacer una demostración de fuerza, los militares decidieron actuar y el 24 de noviembre
de 1948 derrocaron al gobierno, poniendo fin a la alianza concertada con AD para la obtención del
poder en octubre de 1945. Formando luego una Junta Militar de gobierno integrada por los Carlos
Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez.
Marcos Pérez Jiménez, Germán Suárez Flamerich y Luis Felipe Lovera

Medina Angarita

Rómulo Gallegos
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Recordando el golpe del 24 de noviembre de 1948
A 71 años del golpe de Estado en contra del Presidente Rómulo Gallegos todavía se tejen
discusiones no sobre la traición de Carlos Delgado Chalbaud, sino acerca de las motivaciones reales
que llevó a un grupo de jóvenes oficiales de la Fuerza Armada de Venezuela a interrumpir la breve
gestión de un gobierno que se había convertido en el primero electo por votación secreta, directa y
universal en la historia de Venezuela.

Vinicio Díaz Áñez


|

, 22/11/2019
En la víspera del inminente golpe de Estado que se fraguaba contra su gobierno, el aún presidente
Rómulo Gallegos Freire mantenía la certeza de que su Ministro de Defensa, y amigo personal, el
entonces coronel Carlos Delgado Chalbaud, no se prestaría a encabezar el movimiento de jóvenes
oficiales descontentos con su gobierno, el cual mantenía encendida la mecha de la sublevación en la
mayoría de los cuarteles en el país desde el mismo inicio de su mandato el 15 de febrero de 1948.

Mientras a Caracas la envolvía los rumores del golpe por todos lados, al presidente Gallegos le
costaba asimilar que aquel joven militar de 41 años, de gestos educados y amables obtenidos por
sus estudios en París, ahijado de Juan Vicente Gómez, conocedor de la literatura de su tiempo, y
con quien trabó una estrecha amistad en el otoño de 1932 al hospedarlo en su residencia de
Barcelona, en aquella España de la Segunda República, junto con su joven esposa rumana de ideas
comunistas, sería capaz de traicionarlo.

Y es que Carlos Delgado Chalbaud le había jurado lealtad incondicional no solamente horas antes
de que la alevosa conjura que estaba en desarrollo se consumara de manera definitiva, sino desde
el mismo momento en que lo juramentó junto con sus colaboradores civiles como Ministro de la
Defensa en el acto de su toma posesión presidencial, realizado nueve meses antes.

Estaba de por medio el agradecimiento de haberlo recibido en Barcelona donde los lazos de amistad
se trenzaron en las tertulias matinales degustando un frugal desayuno catalán, en los modestos
almuerzos con algunas recetas de la gastronomía venezolana, y en el recuerdo imborrable de las
tranquilas tardes en las que Teotiste de Gallegos, esposa del escritor, consentía a los ilustres
huéspedes con una merienda de galletas polvorosas salidas de sus frágiles y bondadosa manos, y
que solía acompañar con un oloroso café español.

Rómulo Gallegos: “El mal es temporal, la verdad y la justicia imperan siempre”

Esa “lealtad” la había confirmado Delgado Chalbaud dos días antes frente al propio Gallegos cuando
éste último lo invitó a que se presentara en su residencia familiar, lugar donde el presidente se
mantuvo aislado desde el 15 de noviembre por sugerencia de las fuerzas militares mientras se
desarrollaban las conversaciones que mantenían sus colaboradores de Acción Democrática con el
grupo de militares sedicioso para tratar de llegar a un acuerdo político, el cual Gallegos nunca
aceptó.
Alfredo Tarre Murzi (Sanín), relata en su libro sobre la vida de Rómulo Betancourt aspectos
interesantes de ese encuentro y asegura que estando de testigo el entonces secretario de Gobierno,
Gonzalo Barrios, Delgado Chalbaud en “medio de lágrimas juraba su lealtad al presidente, hasta el
punto de que amenazó con suicidarse si no le creían” (1). Agrega Alfredo Tarre Murzi en su libro,
que Gallegos ordenó a Gonzalo Barrios que le quitara el revólver a su Ministro de la Defensa “para
evitar una desgracia”. Este gesto dramático con visos histriónicos convenció al presidente.

Es muy posible que antes del mediodía de aquel 24 de noviembre de 1948, fecha cuando se
consumó el golpe incruento que lo defenestró de la presidencia, Rómulo Gallegos debió haber
recordado las frases lapidarias y contundentes que le expresara Gonzalo Barrios una vez que
Delgado Chalbaud se retirara de su residencia: “Qué se va a matar este tipo. Yo lo conozco como la
palma de mi mano. Yo le apuesto, Presidente, que Delgado nos está jugando sucio, y que no
persigue otra cosa que la presidencia de una nueva junta” (2).

La conjura de los necios


A 71 años del golpe de Estado en contra del Presidente Rómulo Gallegos todavía se tejen
discusiones no sobre la traición de Carlos Delgado Chalbaud, que es apenas un elemento en la
trama de esta conjura castrense, sino acerca de las motivaciones reales que llevó a un grupo de
jóvenes oficiales de la Fuerza Armada de Venezuela a interrumpir la breve gestión de un gobierno
que se había convertido en el primero electo por votación secreta, directa y universal en la historia
venezolana.

Para muchos analistas, lo ocurrido el 24 de noviembre de 1948 es una consecuencia directa del
golpe del 18 de octubre de 1945, fecha ésta cuando fue derrocado el entonces Presidente Isaías
Medina Angarita. Tal argumentación se sostiene porque casi los mismos personajes del ámbito
militar, de algunos partidos políticos y de varias élites empresariales que habían conspirado tres
años antes para provocar la salida de Medina Angarita. Se unieron nuevamente para quebrar los
intentos de un experimento democrático que no tuvo tiempo de demostrar sus buenas intenciones,
argumentando, con algunas variantes, casi las mismas razones que motivaron la asonada
precedente.

El mismo Rómulo Gallegos reconocería que el golpe del 18 de octubre de 1945 y el del 24 de
noviembre de 1948 eran eslabones de una misma cadena. “Es necesario reconocer que el proceso
que acaba de culminar comenzó la misma noche del 19 de octubre, cuando se organizó la Junta
Revolucionaria de Gobierno con mayoría de hombres de Acción Democrática”, expresó el escritor
años después a Rómulo Bethancourt durante su exilio en México (3).

Rómulo Gallegos: “La obra fundamental del Estado es la educación. Gobernar es educar”

La “gloriosa juventud militar”, como la calificó el propio Gallegos en un mitin celebrado en el Nuevo
Circo de Caracas a finales de noviembre de 1947 como parte de la campaña electoral que lo
encumbró en la presidencia, venía conspirando desde el primer momento en que el afamado autor
de “Doña Bárbara” se instaló en su despacho del Palacio de Miraflores. Un selecto grupo de oficiales
con excelente formación que había vivido la experiencia del derrocamiento de Isaías Medina
Angarita, se había dado a la tarea de influir con sus doctrinas y controlar a los principales mandos de
la Fuerza Armada, como un recurso para actuar en caso de los que líderes civiles desviaran el
rumbo de su particular visión de dirigir el desarrollo, el progreso y la paz en el país.

Entre esa gloriosa juventud militar destacaban un andino de 34 años, inteligente, de carácter férreo y
espíritu determinado llamado Marcos Pérez Jiménez; y un guayanés de 33 años, de trato afable y
taimado que estaba dotado de un fino sentido para el engaño, llamado Luis Felipe Llovera Páez.
Ambos ocupaban puestos clave de comando dentro del Ejército y habían cursado estudios de
especialización en la célebre Escuela Militar de Chorrillos, en Perú, donde recibieron la influencia de
una doctrina de contenido mesiánico que asignaba a los militares la tarea de servir como salvadores
de sus países.
En Chorrillos, tanto Pérez Jiménez como Llovera Páez fueron alumnos del general peruano Manuel
Odría, quien el primero de noviembre de 1948 derrocó al presidente José Luis Bustamante y Rivero,
es decir, 23 días antes del golpe contra Gallegos. ¿Coincidencias del destino?

Pérez Jiménez y Llovera Páez eran las cabezas visibles de esa gloriosa juventud militar, pero ésta
tenía amplia ramificación en otras fuerzas en las que igualmente figuran jóvenes oficiales opuestos a
los vicios del gomecismo, del lopecismo y del medinismo, que ocupan posiciones estratégicas en
puestos de mando como los tenientes coroneles Mario Vargas, que se desempeñaba como
Inspector general de las Fuerzas Armadas; José León Rangel, quien fungía como director general de
los Servicios; el capitán de fragata Wolfgang Larrazábal que era comandante de las Fuerza Naval; el
coronel Feliz Román Moreno, a la sazón comandante de las Fuerza Aérea; y el capitán Óscar
Tamayo Suárez que era comandante de las Fuerza Armada de Cooperación. Todos ellos
estamparían su firma en el Acta de Constitución de la Junta de Gobierno que se organizó una vez
que se derrocara el gobierno de Rómulo Gallegos.

Pérez Jiménez y Llovera Páez habían conformado un núcleo influyente de militares que mantenían
relación con empresarios nacionales y extranjeros enemigos de la sindicalización, los cuales estaban
opuestos a cualquier modernización tributaria y al control por parte del Estado de los recursos
naturales, entre ellos obviamente el petróleo.

Durante los 8 meses que duró su gobierno, Gallegos estuvo rodeado de disputas y conjuras por
parte del grupo dirigido por Pérez Jiménez y Llovera Paéz, pero también estuvo rodeado de las
rencillas entre los partidos de oposición y el partido gobernante, Acción Democrática. Se dieron
incluso intentos por derrocarlo antes de noviembre, y hasta se produjo un distanciamiento parcial del
Presidente con sectores de su propio partido, pues estaba convencido de que podía contar con
militares que él consideró leales, como era el caso de Delgado Chalbaud.

El descontento con el gobierno de Rómulo Gallegos no era solamente el de una parcela


relativamente mayoritaria de militares. Algunos sectores económicos nacionales, sobre todo los que
estuvieron afectos al régimen de Isaías Medina Angarita, así como representantes de algunos
intereses extranjeros, como el caso de las empresas petroleras, habían expresado su malestar por el
comportamiento cada vez más nacionalista del presidente Gallegos.

El mes de noviembre lo había iniciado el Gobierno anunciando la Reforma de la Ley de Impuesto


sobre la Renta, la cual quedó promulgada el día 12 de ese mismo mes. Tal legislación al parecer
abrió la espita para justificar aún más la presión de los sectores económicos con el apoyo militar
contra el gobierno de Gallegos, y significó el argumento de mayor peso que se le colocaba en las
manos a la “ilustre juventud militar” para levantarse en armas. La nueva ley establecía la imposición
adicional de un 50% en el exceso de las ganancias que obtuvieran las empresas por encima de los
impuestos pagados a la nación.

Cabe destacar que los militares rebeldes veían al Gobierno como un apéndice de Acción
Democrática y a Gallegos como un títere manejado por ese partido; por lo que sentían que sus
capacidades de toma de decisiones estaban restringidas y sometidas a los dictados del Gobierno y
por supuesto a los dictados que surgieran en el seno de Acción Democrática. Al contrario de lo que
muchos de los que apoyaban al Gobierno creían, los jóvenes oficiales que participaron en el golpe
del 24 de noviembre no estaban satisfechos con la representación militar original en el gabinete de
Gallegos. Ellos sabían que Acción Democrática con su vocación para el poder y su amplia base,
inevitablemente usurparía la autoridad de la Fuerza Armada y estaría en una posición más firme
para vencer cualquier resistencia militar que la que habían tenido los gobiernos anteriores.

(1) Sanín. Rómulo. Vadell Hermanos. 1984.


(2) Idem.
(3) Luis Cordero Velásquez. Rómulo Betancourt y la Conjura Militar de la 45.Pag. 190).
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El Caracazo: A 31 años de la insurgencia popular contra el neoliberalismo
Written by Enio Melean on 27/02/2020. Posted in Noticias

La primera rebelión popular contra el Fondo Monetario Internacional (FMI), nacía en Caracas el 27
de febrero de 1989; se llamó entonces “El Caracazo”. Era el grito que sacudía a la nación contra la
miseria, el hambre y la pobreza creada por la receta del neoliberalismo que implosionó con el
aumento de la gasolina.

Los protagonistas: un pueblo que encendía la chispa de su propia liberación, que fue respondida por
una ráfaga de balas ordenadas por el presidente de entonces, Carlos Andrés Pérez. Dos resultados;
el primero, una masacre sin precedentes en la historia de la República y el segundo, el cambio de
paradigmas que se impulsó desde la conciencia social para cambiar el sistema de la democracia
representativa.

Un paquete de medidas económicas impuestas con la receta del FMI, para terminar de saquear las
riquezas del país que venían siendo entregadas de manera generosa a las grandes corporaciones
internacionales por los gobiernos de turno, dieron paso a una agobiante crisis social que de manera
insostenible estalló en 1989 en las calles de Caracas, Guarenas y se extendió a Valencia y otras
ciudades del país. La persecución contra el soberano se extendió hasta el 8 de marzo. El pueblo
salió a las calles para tomar lo que era suyo y que se le había negado para satisfacer a la burguesía
parasitaria.

Para el momento se contaron oficialmente 276 muertos, y extraoficial se registraron más de 3.000
desaparecidos, esto tras la masacre protagonizada por la Policía Metropolitana y la Guardia
Nacional de ese año, mientras el pueblo bajó a llevarse la comida, vestimenta, calzado y artículos
que no podía comprar por los recortes económicos y las exigencias de mayores aportes fiscales que
se implementaban para poder responder al FMI.

Antecedentes:
Previamente se crearon las condiciones. Venezuela vivió en la década de los 80 del siglo pasado, un
boom petrolero que se llegó a denominar la Venezuela saudita y significaba una riqueza incontable
para la nación que se fue desvaneciendo por los recortes económicos, la devaluación del Bolívar, el
endeudamiento con el FMI, el aumento de la recaudación fiscal, los controles de cambio y la
corrupción administrativa. El guión fue aplicado por los gobierno de Copei y Acción Democrática con
los presidentes Luis Herrera Campíns y Jaime Lusinchi.

Con falsas promesas de salvar la economía y regresar a los tiempos de las vacas gordas del primer
mandato de Carlos Andrés Pérez, candidato de Acción Democrática, salta a la palestra y gana las
elecciones que lo llevan a la presidencia el 4 de diciembre de 1988.

La ascensión al poder de Carlos Andrés Pérez, se llamó entonces “la coronación”, y se realizó en el
Teatro Teresa Carreño, contando con el apoyo de presidentes de la región que representaban las
elites económicas para alinearse con el FMI.

Apenas en 15 días, se develó el guión nefasto de Pérez, quien había pactado con el FMI con el
llamado “paquetazo”, que consistía en estrangular al pueblo para satisfacer las arcas del organismo
multilateral. La receta contenía, no sólo el aumento de la gasolina que era bastante para arrodillar al
pueblo y su economía, sino que también contemplaba arrebatarle el poder adquisitivo al soberano y
negarle los derechos fundamentales a la vivienda, educación, alimentación, cultura y deporte de
forma gratuita. Desaparecía por completo toda posibilidad de seguridad social.

Las principales medidas


Un conjunto de medidas fueron puestas en marcha de inmediato, mientras el país se ahogaba en
deudas, entre ellas:
Someterse a un programa bajo supervisión del Fondo Monetario Internacional con el fin de obtener
aproximadamente 4.500 millones de dólares en los 3 años siguientes.
Liberación de las tasas de interés activas y pasivas en todo el sistema financiero hasta un tope
temporal fijado en alrededor del 30 %.
Unificación cambiaria con la eliminación de la tasa de cambio preferencial.
Determinación de la tasa de cambio en el mercado libre de divisas y realización de todas las
transacciones con el exterior a la nueva tasa flotante.
Liberación de los precios de todos los productos, a excepción de 18 renglones de la cesta básica.
Anuncio del incremento no inmediato, sino gradual, de las tarifas de servicios públicos como
teléfono, agua potable, electricidad y gas doméstico.
Aumento anual en el mercado nacional, durante 3 años, de los precios de productos derivados del
petróleo, con un primer aumento promedio del 100 % en el precio de la gasolina.
Aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30 %.
Aumento de sueldos en la administración pública central entre el 5 y el 30 % e incremento del salario
mínimo.
Eliminación progresiva de los aranceles a la importación.
Reducción del déficit fiscal a no más del 4 % del producto territorial bruto.
Congelación de salarios y cargos en la administración pública.
El estallido, el aumento de la gasolina y la mirada ciega del neoliberalismo

El 26 de febrero de 1989, el Ministerio de Energía y Minas anunciaba el alza en 30% de los precios
de la gasolina y el incremento de las tarifas del transporte público urbano e interurbano también en
un 30% a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses siguientes, después de los cuales podrían
aumentarse hasta el 100%.

Para entonces, el 62% de la población venezolana estaba sumergida en la pobreza. El aumento del
pasaje de transporte público fue la chispa que disparó la revuelta popular. Los transportistas
intentaban subir los precios un 50 %, pese a que sólo estaba permitido un incremento no mayor al
30%, lo que ya de por sí era un golpe fuerte para el bolsillo de la población, al igual que estaba
eliminado el beneficio del medio pasaje estudiantil.

Otro factor que desató la revuelta popular fue el acaparamiento y la especulación con los productos
de primera necesidad, lo que causó desabastecimiento e inflación. Por ello, luego de la reacción
inicial contra los transportistas, la acción se amplió hacia los supermercados y pequeños abastos, en
cuyos depósitos los venezolanos encontraron muchos de los productos que se encontraban en
escasez, como leche, azúcar, café, harina, aceite y sardinas, entre otros.

Desde entonces, la respuesta del Gobierno puntofijista hacia el pueblo venezolano fue totalmente
represiva, al punto de suspender las garantías y de dictar toque de queda. A pesar de sus
actuaciones violentas, las autoridades solamente reconocieron el fallecimiento de 200 personas.

“Entré a Fuerte Tiuna y me tocó verlo en guerra. Fui a buscar gasolina con un compadre que era
coronel. Me senté en su oficina y veo en el televisor aquel desastre. Salgo al patio, los soldados
corriendo y unos oficiales mandando formación y a buscar los fusiles. Y le digo: ‘Mi coronel, ¿qué
van a hacer ustedes?’. ‘¡Ay, Chávez!, yo no sé qué va a pasar aquí. Pero la orden que llegó es que
todas las tropas salgan a la calle a parar al pueblo’. ‘¿Pero cómo lo van a parar?’. ‘Con fusiles, con
balas’, incluso dijo: ‘Que Dios nos acompañe, pero es la orden’. Vi los soldados salir, los soldados
logísticos que no son soldados entrenados. Esos son los que hacen la comida, los que atienden los
vehículos. Hasta a los mecánicos los sacaron y les dieron un fusil, un casco y bastante munición. Lo
que venía era un desastre, como así fue”

Hugo Chávez

En la revuelta popular iniciada en horas de la mañana del 27 de febrero y hasta el 9 marzo de 1989,
el Ejército y la policía usaron unos 4 millones de balas para reprimir al pueblo, que empobrecido y
hambriento salió a las calles para reclamar sus derechos.
Desde esa noche empezaron los saqueos en todo tipo de comercios, como supermercados,
abastos, licorerías, carnicerías, líneas blancas, mueblerías, de computación, agencias bancarias,
entre otros.

La masacre
Las fuerzas militares y policiales ya estaban desplegadas en la capital, pero la represión no había
iniciado y se limitaban a acciones preventivas. Sin embargo, ese 27 de febrero se generó la primera
víctima. Se trató de Yulimar Reyes, estudiante de Letras de la Universidad Central de Venezuela
(UCV), quien fue asesinada en los pasillos de Parque Central (centro de Caracas), por un policía que
le disparó perdigones en la cara y el cuello.

El 28 de febrero, el Gobierno de Carlos Andrés Pérez, actuó ante los saqueos con el plan “Ávila”, el
cual ordenó a la Guardia Nacional y al Ejército acabar con la revuelta y permitiéndoles el uso de
armas de fuego, hecho que trajo grandes consecuencias emprendiendo una brutal represión contra
la población.

Al mismo tiempo, Pérez decretó el estado de emergencia, previsto en el artículo 240 de la


Constitución de 1961, con el que suspendió las garantías constitucionales. De esta manera, el
derecho a la libertad y seguridad personal, la inviolabilidad del hogar doméstico, el libre tránsito, la
libertad de expresión, las reuniones en público y el derecho a manifestar pacíficamente fueron
suspendidos durante 10 días. Esta medida incrementó la detención.

Pérez envió aproximadamente a más de cuatro mil soldados con tanquetas a las calles de Caracas
para “restablecer” el orden. De acuerdo a testigos, los primeros grupos de militares se ubicaron en
las faldas de los cerros para evitar que las personas continuaran bajando y se unieran a los
saqueos. Los primeros disparos fueron de advertencia, pero después empezaron a asesinar gente.

Aun así, cuando ya habían cesado los saqueos, los militares continuaron disparando
indiscriminadamente contra las casas y los habitantes de las zonas más populares de Caracas. Las
patrullas del Ejército comenzaron a allanar casas en los barrios, supuestamente en busca de la
mercadería, y a arrestar a los sospechosos.

Testigos relatan que durante esos fatídicos 27 y 28 de febrero, Caracas se llenó del eco de disparos
de rifles y ametralladoras y cuando finalmente cesó el tiroteo la morgue se llenó de cadáveres y los
hospitales eran insuficientes para atender a la cantidad de heridos.

El Caracazo marcó el antes y el después de la historia en Venezuela. El pueblo elevó su moral y sus
ideas, y con la esperanza de una Venezuela mejor, acompañó al Comandante Eterno Hugo Chávez
para construir el Socialismo del Siglo XXI, con la Revolución Bolivariana, con todas las garantías que
hoy han transformado nuestra realidad para poner en el centro al ser humano, vencer al hegemón
norteamericano y construir el mundo multicéntrico y pluripolar.
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Introducción
El "Caracazo", fue una revuelta popular tuvo lugar en el año 1.989. Las causas que lo determinaron
tenían que ver con la aplicación de una receta de tendencia neoliberal, cuya punta de lanza fue
precisamente el aumento de la gasolina. Se debe notar que "ni el gobierno, ni el parlamento, ni los
partidos políticos, tomaron en cuenta el fenómeno en sus verdaderas magnitudes". Hubo una
especie de modus operandi por parte del establecimiento que consistió en hacer todo lo necesario
por placar en el menor tiempo posible la revuelta popular.

En todo ello el Estado venezolano, a través del ejecutivo, tuvo un rol primordial, pues el entonces
presidente de turno Carlos Andrés Pérez desplegó un desproporcionado poder represivo – militar y
policial – que dejó miles de muertos. No cabe duda que, contrariamente a cuanto suele pensarse, la
fractura no se dio sólo a nivel del gobierno de la época, sino más bien y sobre todo en el Estado y la
percepción que los venezolanos tenían del mismo.

El Caracazo
Fue una serie de fuertes protestas y disturbios durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, que
comenzó el día 27 de febrero y terminó el día 28 de febrero de 1989 en la ciudad de Caracas, e
iniciados realmente en la ciudad de Guarenas, cerca de Caracas. El nombre proviene de Caracas, la
ciudad donde acontecieron parte de los hechos, recordando a otro

hecho violento ocurrido en Colombia el 9 de abril de 1948; el Bogotazo. La masacre ocurrió el día 28
de febrero cuando fuerzas de seguridad de la Policía Metropolitana (PM), Fuerzas Armadas del
Ejército y de la Guardia Nacional (GN) salieron a las calles a controlar la situación. Aunque las cifras
oficiales reportan 300 muertos y más de un millar de heridos, algunos reportes extraoficiales hablan
de 3500 personas fallecidas.

Antecedentes
La economía venezolana cayó a partir del endeudamiento que generó el país después del "boom"
petrolero en los 70. A partir de ese momento, comenzó una caída paulatina a medida que el Estado
venezolano aumentaba su recaudación y gastos. Esto causó una devaluación de la moneda en
1983. A partir de entonces las políticas económicas de los gobiernos de Luís Herrera Campíns y
Jaime Lusinchi no fueron capaces de frenar las espirales inflacionarias, generando desconfianza en
las inversiones y pérdida de credibilidad en la moneda nacional. Algunas de las políticas que
emplearon estos gobernantes fueron controles de cambio a través de RECADI (Luis Herrera
Campins) y un control de precios (Jaime Lusinchi), medidas que devinieron en corrupción
administrativa y mercados negros de divisas y bienes. Estas situaciones incrementaron la
desinversión privada, generando una escasez gradual.

En 1988 resulta electo Carlos Andrés Pérez en los comicios del 4 de diciembre con 3.879.024 votos
(52, 91% de los sufragantes), hasta esa fecha, el mayor número de votos en términos absolutos y
hasta la actualidad el mayor apoyo a un candidato presidencial respecto al total de votantes
inscritos.

Con este gran respaldo popular el gobierno de Pérez buscó dar un cambio al liberar la economía, a
través de un programa de ajustes macroeconómicos promovido por el Fondo Monetario Internacional
(FMI), al que se le llamó "Paquete Económico", concebido para generar cambios sustanciales en la
economía del país. Se anunciaron medidas de aplicación inmediata y otras de aplicación gradual en
plazos breves. El paquete comprendía decisiones sobre política cambiaria, deuda externa, comercio
exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos y política social. Sin embargo, la
liberación de precios y la eliminación del control de cambio generó un reajuste sumamente brusco
para las personas de menores ingresos.

Las Principales Medidas Anunciadas Fueron:

• Someterse a un programa bajo supervisión del Fondo Monetario Internacional con el fin de obtener
aproximadamente 4500 millones de dólares en los 3 años siguientes.

• Liberación de las tasas de interés activas y pasivas en todo el sistema financiero hasta un tope
temporal fijado en alrededor del 30%.

• Unificación cambiaria con la eliminación de la tasa de cambio preferencial.

• Determinación de la tasa de cambio en el mercado libre de divisas y realización de todas las


transacciones con el exterior a la nueva tasa flotante.

• Liberación de los precios de todos los productos a excepción de 18 renglones de la cesta básica.

• Anuncio del incremento no inmediato, sino gradual de las tarifas de servicios públicos como
teléfono, agua potable, electricidad y gas doméstico.

• Aumento anual en el mercado nacional durante 3 años de los precios de productos derivados del
petróleo, con un primer aumento promedio del 100% en el precio de la gasolina.

• Aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30%.

• Aumento de sueldos en la administración pública central entre el 5 y el 30% e incremento del


salario mínimo.

• Eliminación progresiva de los aranceles a la importación.

• Reducción del déficit fiscal a no más del 4% del producto territorial bruto.

• Congelación de cargos en la administración pública.

A solo pocas semanas de asumir el gobierno el entonces presidente Pérez, se decide poner en
práctica de manera inmediata el paquete de ajuste y de medidas económicas, financieras y fiscales.
El 26 de febrero el ministerio de Energía y Minas anuncia el alza en 30% de los precios de la
gasolina y el incremento de las tarifas del transporte público urbano e inter-urbano también en un
30% a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses siguientes, después de los cuales podrían
aumentarse hasta el 100%.
Las medidas económicas y sociales impuestas por el gobierno y la creciente tasa de pobreza,
originaron la masacre y la ola de violencia llamada como el "Caracazo".

Protestas y saqueos

Las protestas se iniciaron en Guarenas (ciudad ubicada a 15 km al este de Caracas), la mañana del
27 de febrero de 1989, también se desatan los saqueos y la violencia en Caracas, la gente de
escasos recursos de la capital, en zonas populares como Catia, El Valle, Coche y Antímano, toman
el control de las calles. Los canales de televisión transmitían en vivo los hechos, al principio en los
sectores populares había protestas pacíficas, pero ante el descontrol y la ineficacia de los cuerpos
de seguridad, se producen más enfrentamientos, motines y protestas, cada vez tornándose de forma
más violenta.

En horas de la tarde, había problemas en casi todos los barrios y urbanizaciones de Caracas, los
comercios habían cerrado y el transporte público no prestaba servicio.

En los días siguientes, los medios de comunicación mostraron imágenes que permitieron ver la
magnitud de los saqueos. Durante muchos meses se discutió cómo pudo acontecer algo tan violento
en Venezuela.

Protestas violentas también se originaron en otras ciudades como La Guaira, Maracay, Valencia,
Barquisimeto, Mérida y Ciudad Guayana.

Desbordado por los saqueos, el Gobierno declaró el toque de queda, militarizó las ciudades
principales y aplastó las protestas con violencia desmesurada. En la ciudad de Caracas se activó el
"Plan Ávila", el cual confería al Ejército la custodia de la ciudad, habilitándolos para el uso de armas
de guerra al momento de contener las manifestaciones. Algunos utilizaron armas de fuego para
defenderse o atacar a los militares, pero las muertes de policías y militares fueron incomparables
con las muertes de civiles.

Hay un número de muertos, calculado según las fuentes, entre 73 y 100 muertos, enormes pérdidas
materiales y miles de heridos. Fuentes extraoficiales señalaron que el número de muertos fueron de
400. La represión fue especialmente dura en los barrios pobres de la capital.

El poder ejecutivo suspendió las garantías constitucionales. Durante varios días la ciudad vivió
sumida en el caos, las restricciones, la escasez de alimentos, la militarización, los allanamientos, la
persecución política y el asesinato de personas inocentes.

Consecuencias
La consecuencia evidente del Caracazo fue la inestabilidad política. El programa de gobierno fue
modificado durante el mismo año tras los hechos. El 7 de marzo se decreta la liberación de precios.
Se acelera el proceso de descentralización con la primera elección directa de Gobernadores y
Alcaldes celebrada en diciembre de 1989. En 1992 se producen dos intentos de golpe de estado,
uno en febrero y otro en noviembre.

La creciente desaprobación de la gestión del Presidente Pérez, la ruptura con el partido Acción
Democrática, la falta de nuevos liderazgos, tuvo como consecuencia que el paquete de medidas
aplicado en forma atenuada fuera rechazado. En marzo de 1993 el Presidente Carlos Andrés Pérez
es acusado de corrupción y apartado del cargo, asumiendo la Presidencia por decisión del Congreso
Nacional (Actual Asamblea Nacional) Ramón J. Velásquez, quien es sucedido por Rafael Caldera
tras la convocatoria electoral de 1994. Hugo Chávez, uno de los organizadores de la primera
intentona golpista de 1992, es declarado culpable de dirigir la rebelión militar, siendo encarcelado y
luego Sobreseído por el Presidente Rafael Caldera, tras lo cual gana las elecciones presidenciales
celebradas en 1998.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó la actuación del gobierno. El Estado se
comprometió a indemnizar a las víctimas, hecho cumplido parcialmente en el año 2004 con aquellas
víctimas representadas por la organización de derechos humanos Cofavic.3 Sin embargo, a finales
de 2006 el gobierno del Presidente Hugo Chávez, a través del Ministerio del Interior y Justicia,
anunció mecanismos para indemnizar también a las víctimas que no tuvieron acceso a la Corte
Interamericana.4

En 2005 se estrenó en los cines venezolanos "El Caracazo", una película dirigida por Román
Chalbaud, cuyo argumento está basado en los sucesos del mismo.

Cifras
Muertes: Según la cifra oficial emanada por el gobierno de CAP, los sucesos de febrero y marzo de
1989 dejaron un saldo de 276 muertos, numerosos lesionados, varios desaparecidos y cuantiosas
pérdidas materiales. Sin embargo, estos números de víctimas quedaron desvirtuados por la posterior
aparición de fosas comunes como La Peste, en el Cementerio General del Sur, donde aparecieron
otros 68 cuerpos sin identificar, fuera de la lista oficial. "Nunca pudo conocerse la cifra exacta de
civiles muertos en estos sucesos", según se cita en el portal del Comité de Familiares de las
Víctimas (Cofavic), de los sucesos ocurridos entre el 27 de febrero y los primeros días de marzo de
1989.

En esta organización no gubernamental sólo se reunieron 42 familiares de fallecidos y


desaparecidos y otras tres víctimas que quedaron incapacitadas, no obstante, la cantidad de civiles
masacrados el 27 de febrero y los días posteriores es difícil de calcular. De hecho, se habla de entre
2.000 y 3.000 personas asesinadas, aunque el entonces ministro Ítalo del Valle Alliegro contaba
poco más de 300. En el libro Desaparición Forzada, sus autores, Yahvé Álvarez y Oscar Battaglini,
señalan que las acciones por parte del gobierno de CAP el 27 de febrero alcanzan proporciones que
las acercan al más brutal genocidio de la historia venezolana. Un fallo de la Corte Interamericana de
los Derechos Humanos, 10 años después de la masacre al pueblo venezolano, ordenó al Estado
venezolano indemnizar a los familiares de 45 personas asesinadas durante la revuelta social, todas
representadas por Cofavic.

Todavía no se conoce el número exacto de muertos, heridos y desaparecidos en esos día de febrero
y marzo de 1989. Aunque los hechos ocurrieron mucho antes de su mandato, el Gobierno del
presidente Hugo Chávez reconoció la responsabilidad del Estado venezolano y en el año 2006, a
través de su Ministerio de Interior y Justicia, anunció mecanismos para indemnizar también a las
víctimas que no tuvieron acceso a la Corte Interamericana.

Pérdidas Materiales: Negocios asegurados en Caracas: Bs. 3.073.862.416,03. Negocios no


asegurados en Caracas: Se estiman más de 3 mil millones de Bolívares.

Locales Saqueados en Caracas: 900 Bodegas, 131 Abastos, 95 Ferreterías, 62 Papelerías, 850
Negocios de Mercancía en General.

Incendios en Caracas: 154

Personajes
Carlos Andrés Pérez, Presidente de Venezuela por Acción Democrática (febrero de 1989 - mayo de
1993), Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, gobernante durante los hechos.

Gral. de División (Ej) Italo del Valle Alliegro, Ministro de la Defensa. Citado en calidad de Imputado
por el Ministerio público para el 22 de junio de 2009.

Gral. de División (Ej) José María Troconis Peraza Comandante del Ejército (junio de 1988 - junio de
1989)

Alejandro Izaguirre Angeli,, Ministro de Relaciones Interiores


Virgilio Ávila Vivas, Gobernador del Distrito Federal (2 de febrero de 1989 - enero de 1992)
designado por el presidente Pérez.

Gral. Manuel Antonio Gil, Comando Estratégico del Ejército

Gral. Manuel Heinz Azpúrua, para el momento de los hechos, era Jefe del Comando Estratégico del
Ejército, posteriormente fue Director de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención
(Disip). Imputado por el Ministerio Público el mes de junio de 2009.

Gral. (GN) Freddy Maya Cardona, Comandante del Regional 5 de la Guardia Nacional.

Reinaldo Figueredo Planchart, Ministro de la Secretaría de la Presidencia.

Gral. Oscar González Beltrán, jefe de la Casa Militar.

Miguel Rodríguez Fandeo, Ministro de Cordiplan (Oficina Central de Coordinación y Planificación de


la Presidencia), responsable de la planificación económica.

Conclusión
En cuanto al "Caracazo" fue producto del incumplimiento de las promesas electorales, la corrupción,
deterioro de condiciones de vida de los sectores populares al implantar una serie de medidas
económicas sin tomar en consideración la realidad de estos, sino simplemente realizar un gobierno
con prácticas neoliberales tales como en el segundo mandato de ese entonces el presidente Carlos
Andrés Pérez, esta práctica condujo a la frustración en varios sectores de la población.

Bibliografía
Www.Aporrea.Org

Www. Wikipedia.Com

Buenas Tareas.Com

Gumilla.Org/Caracazo

Elcaracazo27f.Blogspot.Com

Rensadigitalvenezolana.Wordpress.Com

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