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Pablo y la disolución del mundo antiguo..................................... 84


๚ Historia del cristianismo primitivo............................................... 93
๚ De Agustín a Joaquín................................................................... 107

Libro III: La escatología teológica europea........................................... 113

๚ La ley de la Modernidad............................................................... 115


๚ Profecía joaquina y filosofía hegeliana........................................ 121
๚ Los espirituales como sucesores de Joaquín................................ 131
๚ Thomas Münzer, teología de la Revolución................................. 140
๚ Derrumbe de la escatología cristiana........................................... 154

Libro IV: La escatología filosófica europea. .......................................... 161

๚ La estructura de la escatología filosófica..................................... 163


๚ Lessing......................................................................................... 170
๚ La filosofía de la religión de Kant................................................ 177
๚ La dialéctica de Hegel.................................................................. 191
๚ Marx y Kierkegaard..................................................................... 208
๚ Epílogo......................................................................................... 241

Bibliografía......................................................................................... 257
Introducción
Por Fabián Ludueña Romandini

El precio de la apocalíptica

“El sentido de la historia


fue una invención de los judíos”
Y. H. Yersushalmi, Zakhor

“Corren rumores de que Taubes busca obtener un puesto en [la Univer-


sidad de] Chicago. Me negaré a verlo cuando venga de visita el próximo
mes”. Con esta lapidaria sentencia, Leo Strauss –en una carta dirigida a
Gershom Scholem y fechada el 27 de octubre de 1955– le aseguraba a su
amigo y colega que trataría de esparcir en los Estados Unidos la hostili-
dad que el gran especialista en la Cábala judía había ya hecho pública en
la Universidad Hebrea de Jerusalén. La disputa con Scholem es sólo el
puntapié inicial de un largo periplo de impensadas enemistades y aparen-
temente inesperadas amistades (como la que sostuvo con el jurista Carl
Schmitt) que marcaron la vida académica y personal de Jacob Taubes.i
De todas las disputas que mantuvo Taubes, la mayor parte de los
comentaristas suelen detenerse –con justicia, por cierto– sobre la que
mantuvo con Scholem acerca del mesianismo y el papel del judaísmo en
el mundo contemporáneo. Sin embargo, esta importantísima confronta-
ción no debe hacernos perder de vista otra, acaso más subterránea, sutil y
llena de vericuetos aunque no por ello menos importante y directamente

i Sobre la vida de Taubes, sus diferentes compromisos ideológicos y la conflictiva relación con Scholem,
cf. STIMILLI, Elettra, Jacob Taubes, Brescia, Morcelliana, 2004. Cf. asimismo, la introducción teórica
de Aleida y Jan ASSMANN y Wolf Daniel HARTWICH a los escritos de Taubes recopilados por estos
estudiosos a mediados de los años noventa del siglo pasado cuando el interés por la obra de Taubes
comenzó a crecer considerablemente en los medios académicos: Vom Kultur zur Kultur. Bausteine zu
einer Kritik der historischen Vernunft, Munich, Paderborn, W.Fink Verlag, 1996 [trad. española: Del culto
a la cultura. Elementos para una crítica de la razón histórica, Madrid, Buenos Aires, 2007, pp. 7-42].

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ligada con la primera: la tormentosa relación teórica que existió entre
Jacob Taubes y Karl Löwith.
Se ha hablado con mucha frecuencia sobre la llamada “querella de
la secularización”, como uno de los grandes debates sobre la naturale-
za de la modernidad que sacudió al mundo filosófico de mediados del
siglo XX con la participación de filósofos como Hans Blumemberg,
Odo Marquard, el propio Löwith y juristas como Carl Schmitt.ii En este
sentido, la complejidad del debate encontraba su punto de condensación
alrededor de las formas –afirmadas o negadas según los casos– en que el
judeo-cristianismo habría sobrevivido, bajo formas transformadas, en la
morfología político-ideológica de los Tiempos Modernos. Sin embargo,
en este debate, todos los adversarios coinciden en considerar a la herencia
judeo-cristiana o bien como una carga de la cual la Modernidad ya se
deshizo, como gesto fundante, para constituirse legítimamente como tal,
o bien como un lastre que aún arrastra oscuramente, ilegítimamente, por
sus derroteros hipermodernos.
La posición de Taubes en esta controversia, así como también en otra
subespecie de la misma como fue la polémica respecto de la gnosis, el mito
y la Modernidad, es absolutamente inusual por razones que no siempre se
han explicitado del modo más adecuado. En efecto, podría decirse que,
una vez corrida la gran polvareda de los textos que este debate engendró,
el núcleo esotérico del mismo se hallaba, en verdad, figurado en la con-
frontación de dos libros que, tratando aparentemente del mismo tema,
fueron publicados con una escasa distancia de dos años, uno ampliamente
reconocido –Meaning in History (1949) de Karl Löwithiii– y otro casi
ignorado o sólo elípticamente citado: la Abendländische Eschatologie de
Jacob Taubes, cuya primera traducción en nuestra lengua presentamos hoy
a consideración de los lectores. Esta obra de Taubes es una reelaboración

ii Cf. MONOD, Jean-Claude, La querelle de la sécularisation. Théologie politique et philosophies de l’histoire


de Hegel à Blumenberg, París, Vrin, 2002 y CARCHIA, Gianni, “Nota alla controversia sulla secolarizza-
zione”, in aut aut, 222, (1987), pp. 67-70.
iii Löwith publicó en 1953 una traducción alemana revisada de dicha obra bajo el título de Weltgeschichte
und Heilgeschehen. Die theologischen Voraussetzungen der Geschichtsphilosophie [traducción española:
Historia del mundo y salvación. Los presupuestos teológicos de la filosofía de la historia, Buenos Aires,
Katz editores, 2006]. Sobre Löwith, cf. el magnífico libro de DONAGGIO, Enrico, Una sobria inquietudine.
Karl Löwith e la filosofia, Milán, G. Feltrinelli Editore, 2004.

12 Introducción. El precio de la apocalíptica


de su tesis doctoral defendida en 1947 en Zürich y rápidamente publicada
ese mismo año con grandes descuidos en la forma editorial.
Hans Jonas cuenta en sus Erinnerungen que, habiendo sido Karl
Löwith consultado sobre la obra de Taubes –a la que, por lo demás, sólo
cita una vez y en alusión a una problemática secundaria relativa a Agustín
de Hipona– éste respondió que el libro no estaba nada mal, sobretodo
considerando que una mitad del libro le pertenecía y la otra mitad era
genuinamente de Taubes.iv ¿Qué ha querido significar Löwith con esta
afirmación? En efecto, el texto de Taubes tiene innegables deudas con
una de las grandes obras maestras de Löwith: el Von Hegel bis Nietzsche
de 1941v, particularmente en la interpretación de Hegel y de los dualis-
mos antagonistas que se plasman, a partir de éste, en las obras de Marx
y Kierkegaard.vi
Sin embargo, a pesar de los empréstitos, Taubes invierte considerable-
mente el sentido de la exégesis de Löwith. Dicha divergencia se hace aún
más evidente en la consideración que ambos autores tienen de la historia
y la escatología centralizada bajo la forma de la apocalíptica.
En efecto, para Taubes, que otorga al judaísmo un peso del todo au-
sente de los planteos de Löwith (y que, probablemente, constituye una
de las debilidades del libro de este último), el problema del eschaton
encuentra su lugar más propio de desarrollo dentro de la apocalíptica
cuya historia y cuya secularización Taubes rastrea hasta el suelo mismo
de nuestro presente, mientras que, en Löwith, el acento es colocado en la
forma en que el cristianismo propone una filosofía de la historia centrada
sobre una concepción providencial del desarrollo histórico que transmite
al pensamiento Iluminista del siglo XVIII encontrando su pleno apogeo
teórico en la moderna noción de progreso.

iv Es necesario recordar que los trabajos de Taubes y de Löwith cuentan también con los precedentes de
BAUR, Ferdinand Christian, Die christliche Gnosis, oder die Religionsphilosphie in ihrer geschichtlichen
Entwicklung, Tubinga, C.F. Osiander, 1835. BALTHASAR, Hans Urs von, Apokalypse der deutschen Seele,
3 vols, 1937-1939 (3era edición, 1998: Johannes Verlag).
v Posteriormente, Löwith publicaría una edición revisada de esta obra en 1950 bajo el título de Von
Hegel zu Nietzsche. Der revolutionäre Bruch im Denken des 19. Jahrhunderts. Marx und Kierkegaard,
Zurich-Nueva York, Europa Verlag.
vi Cf. MEHRING, R., “Karl Löwith, Carl Schmitt, Jacob Taubes und das ‘Ende der Geschichte’”, in Zeitschrift
für Religions und Geistesgeschichte, 3, (1996), pp. 231-248.

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Ahora bien, nunca ha sido fácil para los historiadores entender de
qué trata exactamente el género de la apocalíptica. Sin embargo, ya para
Taubes y Löwith era claro que toda la escatología y, en consecuencia, la
apocalíptica eran, también, un fenómeno político que se expresaba bajo
la forma de una concepción sagrada de la historia.vii
Sin embargo, mientras que para Löwith el análisis de la escatología
tiene como fin último su neutralización, para Taubes la apocalíptica es
una forma existencial de temporalidad cuya reactivación constituiría la
única vía de salida auténtica para los tiempos modernos. De hecho, una
de las principales (aunque soterradas) referencias teóricas de Taubes está
constituida por el denso texto de Otto Weininger, Über di letzten Dinge,
publicado en 1904, bajo los cuidados de Moriz Rappaport, luego del
suicidio de su amigo pocos meses antes.
Según Weininger, la unidireccionalidad del tiempo está estrechamente
ligada a la irreversibilidad de la vida: no es posible desandar el camino
del nacimiento a la muerte (“Das Leben ist nicht umkehrbar; es gibt kei-
nen Rückweg vom Tode zur Geburt”) y, por lo tanto, tiempo y voluntad
coinciden plenamente en la cuestión del sentido de la vida. Ahora bien,
a esta perspectiva, Taubes agrega la necesidad de considerar, por consi-
guiente, a la historia que tiene lugar en el tiempo unidireccional. De allí
que, para Taubes, “solo puede alcanzarse un parámetro y un punto de
vista en la pregunta por la esencia de la historia si se interroga a partir del
éschaton”.viii Con todo, partiendo de una peculiar posición kantiana, Wei-
ninger buscaba probar que la forma trascendental del tiempo sobrevivía
a la muerte del individuo penetrando en la eternidad, liberándose así, de
toda concepción psicológica del tiempo. En cambio, para Taubes, si “el
tiempo final es el final del tiempo”, entonces, “la victoria de la eternidad
se consuma en el escenario de la historia”.ix
En ello radica, entonces, el abismo que separa a Löwith de Taubes y
que constituye el núcleo más auténtico de toda la, tal vez mal llamada,
“querella de la secularización”: mientras que Löwith construye una her-
vii Sobre las características de la apocalíptica como género, cf. KOCH, K. Ratlos vor der Apokalyptik, Güters-
loh, Gerd Mohn, 1970, pp. 23-33 y GLASSON, T.F., “What is Apocalyptic?”, New Testament Studies, 27
(1980-81), pp. 98-105.
viii TAUBES, Jacob, Escatología Occidental, infra, p. 21.
ix TAUBES, Jacob, Escatología Occidental, infra, p. 23.

14 Introducción. El precio de la apocalíptica

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