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Ahora yo les voy a hablar sobre la ontología medieval, la cual se caracterizó por el pensamiento

teocéntrico (en donde dice que Dios es el centro del universo y lo rige todo), mientras que la
metafísica intentaba dar respuestas al mundo de la realidad y al inteligible. Los filósofos más
destacados de la época fueron; Santo Tomas de Aquino, Boecio, San Agustin de Hipona y
San Anselmo de Canterbury.

Santo Tomas de Aquino: Los mecanismos utilizados por Santo tomas son una
demostración de la existencia de Dios, es a posteriori, esto quiere decir pretenden
demostrar que Dios existe buscando el resultado de acciones en la naturaleza y
retrocediendo hasta llegar a la acción divina que las produjo. En donde utiliza
cinco vías, iniciando con la observación en la naturaleza de algún fenómeno (el
movimiento de los cuerpos, la relación causa-efecto entre los acontecimientos, el
nacimiento y muerte de los seres vivos, Para Aquino Cada uno de éstos
fenómenos observados sólo puede explicarse por una causa anterior o superior
que los justifica (un motor que mueve), la perfección por la participación de un
ser que es más perfecto, y el orden por la finalidad que cada cosa tiene.
Claramente debe existir una causa primaria, que desencadene todos los
fenómenos que se encuentran en nuestro entorno Esta causa primera es Dios:
Primer motor, Causa 1ª, Ser necesario, Ser perfecto y Fin último.

Anicio Manlio Torcuato Severino: más conocido como Boecio, El cual plantea
una diferenciación entre el conocimiento de la razón y el tangible como el puro,
en donde el saber es entendido como amor a Dios, en la medida en que, por una
parte, todo ente busca el bien como finalidad ontológica, y, por otra, Boecio
identifica la unidad de Dios con la verdad y el bien trascendentales. El
conocimiento innato de Dios, , coincide en cierta medida con la tendencia natural
orientada al ser, en el cual es posible encontrar la felicidad y beatitud perfectas. 

San Agustin de Hipona: su apartado ontológico se basa en el “iluminismo”, el


cual dice que todos contamos con el conocimiento innato, pero que por sí solos
no somos capaces de recordarlo, por lo que Dios va ser esa luz que nos ilumine
para asi comprender nuestro ser. Finalmente destacan tres ideas importantes de
San Agustín, las cuales son; 1. Toda la realidad en la que estamos, no es más que
la inteligencia divina con la que fue creada. 2. Aunque el mundo sea una realidad
distinta de la divinidad, la esencia sigue siendo la misma

San Anselmo de Canterbury: 1. Si pensamos en la cosa más grandiosa y perfecta


que pudiera concebirse, lo primero que se viene a la cabeza es la idea de Dios, pues
parece más que evidente que Dios es lo máximo pensable, ya que todos los hombres
(incluso el ateo que afirma que Dios no existe) tienen una idea o noción preconcebida
de Dios, entendiendo por “Dios” un único ser perfectísimo, un ser tal que es imposible
pensar en otro ser mayor que él.
2. Ahora bien, si Dios existe en nuestra mente o entendimiento, ya que podemos
pensar en él, sería un contenido mental de nuestra inteligencia; pero si Dios existiese
además fuera de ese contenido mental, en la realidad sería aún más grandioso o
perfecto. Así, si tenemos dos objetos, uno que existe y otro que no, parece bastante
lógico afirmar que el que existe es más perfecto que el que no existe. Y la perfección
es la característica que resume los atributos esenciales de Dios (omnipotente,
omnisciente y omnipresente).

 
3. Finalmente, si Dios sólo existiera en nuestra mente, se podría pensar en otro ser
superior a él que existiera también en la realidad. Pero como Dios es lo máximamente
pensable (lo más perfecto que la mente humana puede concebir), ha de existir
también en la realidad, ya que en caso contrario se caería en una contradicción
patente y no sería lo máximamente pensable. Por ello, Dios necesariamente ha de
existir.

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