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m ente d esa p a rec id o — y que. este libro «una obra m aes d ir los d iv e rs o s s a b e re s d e las
hace falta alterarla. A nte su fectam ente e q u ip arab le a cu al ta d o en una teoría g eneral, c a
d i b l e . P o r lo d e m á s , l a s a l t e r a c o m o s e ñ a l a e n el p r ó l o g o el z a r u n a ilu m i n a d o r a síntesis d e
Manuel
García-Pelayo
Derechoconstitucional
I comparado
Alianza Universidad Textos
Manuel García-Pelayo
Derecho constitucional
comparado
Introducción
de Manuel Aragón
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Alianza Editorial
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Primera edición en «Alianza Universidad Textos»: 1984
Tercera reimpresión en «Alianza Universidad Textos»: 1993
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Una figura así, capaz de moverse con rigor y con soltura en los diver
sos saberes que integran las ciencias de la política y del Estado resultará
difícilmente repetible. Y más difícil aún si se repara en que García-Pelayo
no ha cultivado esos saberes de manera dispersa, o al menos yuxtapuesta,
sino perfectamente imbricada. Por debajo de la aparente variedad de sus
trabajos hay un hilo conductor que los unifica prestando coherencia inte
lectual a toda la obra. Hilo conductor que, a mi juicio, está formado por
las categorías, interrelacionadas, de sistema, orden y ordenámiento, que
subyacen, como base conceptual homogénea, a lo largo de, todos o casi
todos los estudios realizados por nuestro autor, desde los más específica
mente jurídicos a los más claramente politológicos e incluso sociológicos.
Aunque esta última distinción resultaría quizá incorrecta si se aplica ta
jantemente a los trabajos de García-Pelayo; no los hay puramente jurídicos
o estrictamente politológicos: en todos ellos Derecho y política, sin con
fundirse, se complementan.
Pero se trata de un complemento teóricamente bien trabado. Las con
diciones de jurista y politólogo no se presentan en el autor de manera
abiertamente separada. Tampoco estamos ante un politólogo con preocu
paciones jurídicas o un jurista con inclinaciones politológicas, especies
donde el rigor, cuando existe, se manifiesta, inevitablemente, empedrado
de ocurrencias. El hilo conductor que recorre su obra, y al que antes
me refería, le permite poseer una teoría general capaz de hacer encajar,
con limpieza, las diversas partes en un todo, los diversos saberes en un
solo y global conocimiento cuya denominación más exacta sería la de
Derecho político, nombre que, desde Rousseau, pocas veces se habrá
utilizado con mayor propiedad, pues se corresponde mejor con la obra de
García-Pelayo que con la peculiar asignatura académica que en España así
se llama.
Es probable que las nuevas generaciones no realicemos ese magno es
fuerzo de comprensión y hayamos de reducir nuestro conocimiento (las
circunstancias, además, así lo exigen) al cultivo de cualquiera de los sabe
res en los que él ha alcanzado el rango de maestro. Pero todos, sin ex
cepción, tanto los tradicionales profesores de Derecho político como los
ahora dedicados al Derecho constitucional o al Derecho público en gene
ral, a la Ciencia política, a la Historia o a la Sociología, le debemos una
parte sustancial de nuestra formación. Recibida no sólo a través de sus
escritos, sino en algunos casos también, y afortunadamente, a través de
su persona, y en otros más incluso de manera indirecta, por medio de su
discípulo Francisco Rubio Llórente. Y ello únicamente por lo que se re
fiere a España, pues tanto o mucho más podría decirse en lo que toca a
Hispanoamérica. Allí enseñó y escribió durante mucho tiempo, primero
en Argentina y Puerto Rico, después, y a lo largo de dos décadas, en
Introducción v
Manuel ARAGON
En recuerdo de mi padre.
T
s un lugar común hablar de la crisis del Derecho constitucional.
E Pero el hecho de su vulgaridad nc excluye el de su verdad,
pues es, en efecto, patente que su objeto ha perdido la unidad, la
firmeza y la delimitación que tenia hace unos años, y que, conse
cuentemente, métodos y esquemas que en otro tiempo se revelaron
eficaces para el conocimiento de la realidad constitucional, se mani
fiesten hoy como inoperantes. Está, pues, en crisis como realidad
jurídica y como disciplina.
Pero no hay que llevar esta idea de crisis demasiado lejos, con
siderándola con tal radicalidad que afecte a la existencia misma del
Derecho constitucional. Como podrá apreciar el lector que penetre
en las siguientes páginas, las normas jurídico-constitucionales fo r
man necesariamente parte integrante de todo orden jurídico y de
toda organización estatal; sus raíces como normas diferenciadas del
resto y con especial dignidad material o formal se extienden hasta
el régimen absolutista; y la circunstancia de que tal disciplina haya
cobrado existencia autónoma precisamente en el siglo X IX , es un
hecho que, por ser común a varias ramas jurídicas, no individualiza
ni autoriza a vincularlo indisolublemente con la organización políti
ca de dicho siglo, por más que en su nacimiento y despliegue haya
ido unido a la problemática del Estado democrático liberal. La apa
rición del Derecho constitucional en el pasado siglo no es más que
un caso particular de la dispersión del viejo Corpus Iuris Publicii
en varias ramas (Derecho constitucional. Derecho administrativo,
Derecho penal, Derecho procesal), dispersión debida a dos clases de
motivos: por un lado, al progreso en la racionalización de los órde
nes jurídicos y políticos, que da lugar a una serie de separaciones
9
10 Prólogo a la primera edición
E l A utor.
(1) Por otra parte, el lector puede encontrar información adecuada sobre
las nuevas constituciones en el libro de C. Ollero : El Derecho constitucional
de la postguerra. Barcelona, 1949.
a primera edición de este libro se ha agotado en un plazo mucho
L más breve que el esperado por el autor, gracias especialmente
a la buena acogida que tuvo por algunos profesores de España y de
Hispano-América, a los que doy desde aquí las más rendidas gracias.
En la nueva edición se ha procurado registrar las modificaciones
acaecidas en el Derecho positivo de algunos países, se ha introdu
cido un nuevo capítulo sobre las Uniones de Estados, y en particular
sobre el Estado Federal, y se han desarrollado algunos temas como
la conexión entre la estructura constitucional y la social, la repre
sentación, las situaciones excepcionales, e t c q u e el autor ha esti
mado dignos de mayor extensión.
Me interesa aclarar que no he tratado de aplicar ninguna teoría
venida de otro campo al conocimiento del Derecho constitucional, y
mucho menos he tenido la pretensión de “superar” ningún punto de
vista ajeno a la propia disciplina. Mi tarea ha sido sencillamente la
de enfrentarme con la realidad constitucional y utilizar en cada caso
los instrumentos y esquemas gnoseológicos adecuados para com
prenderla.
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(6) A. Posada: Tratado del Derecho político. Madrid, 1929 (4.a ed.),
t. II, pág. 143.
(7) Santi Romano : Principi di Diritto Constituzionale Generale. Mila
no, 1946 (2.a ed.), págs. 11 y 12.
22 Derecho constitucional comparado
(8) Jellinek : Teoría general del Estado, trad. esp. de F. de los Ríos.
Madrid, 1915, t. II, págs. 168-69. W. Siefried : Untersuchungen zur Staats-
1. Formación del Derecho constitucional 23
r· · ·
30 Derecho constitucional comparado
i )NCEPTOS DE CONSTITUCION
v
gués cuya expresión cínica serían los doctrinarios ál afirm ar una “so
beranía de la razón” y considerar a la burguesía como portadora de
tal razón. P o r lo demás, la eliminación de la arbitrariedad en la
vida política y jurídica (valga el contrasentidoJ, por debajo de su
valor u m ^ radicalmente vinculada a una situación
social y económica concreta, pues es esencial a la economía capifá-
lista^ rnconstítürr un sistema económico racionalizado basado en el
cálculo más preciso posible. A h ora bien : como expresa M ax W eber,
“para que la explotación económica capitalista proceda racionalmente
precisa confiar en queTa^üsficia y la administración seguirán deter
minadas pautas” (6) ; no es, por consiguiente, compatible con una
situación de inseguridad jurídica, va j m é sobre ella no puede" fun-
durSíT ningún jiálculo seguro, y , viceversa, tendrá tanta m ayor segu-
ridaST^uanto menos Trequísitos se abran a la excepción, cuanto menos
margen quede a la arbitrariedad, cuanto menor sea la imprecisión
del régimen jurídico en cuyas form as se albergue la vida económica.
Pero el supuesto fundam ental de esta seguridad ju rídica es la a fir
mación de la soberanía de l a constitución. E n consecuencia, el con
cepto Tacionaldé constó^ no es — como quiere m ostrar una fácil
crítica sociológica— algo sin conexión con la realidad social, sino
por el contrario, algo perfectam ente vinculado con una situación
social concreta, que adquiere sentido dentro de esa realidad y que,
por tanto, lo pierde cuando aquélla se transform a.
Todo esto demuestra ya el sentido político de tal concepto de
constitución y , por tanto, el error de considerarlo como una concep
ción “neutral” o “despolitizada” . Pero la politización del concepto
se^manifiesta no sólo desde el punto de vista form al, sino también
cpn referencia al contenido, pues no todo sistema norm ativo, no todo
código jurídico-político puede valer como constitución, sino que para
ello precisa también que su contenido coincida con el de la razón. “E l
bienestar de las sociedades y la seguridad de los individuos — dice
Constant (7)— reposan sobre ciertos principios. Estos principios son
verdaderos bajo todas las latitudes. No pueden va ria r jam ás, cuales
quiera que sean la extensión de un país, sus costumbres, sus creen
cias, sus usos. Es tan indiscutible en una aldea de ciento veinte cho
zas, como en una nación de treinta millones, que nadie debe ser a r
bitrariam ente castigado sin haber sido juzgado en virtu d de leyes
admitidas y según las fórm ulas prescritas ; impedido, en fin , de76
(!
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44 Derecho constitucional comparado
(17) Confr. Hans Fehr : Die Tragik im Recht. Zurich, 1945. Lo trágico
es para Fehr “el choque de necesidades que se contradicen entre sí” . Hay
tragedia en el Derecho en cuanto que el despliegue de éste se manifiesta
como una colisión de sistemas contradictorios y cada uno de ellos dotados
de su propia necesidad histórica y sustentado sobre un propio grupo huma
no. Esta lucha tiene una pluralidad de manifestaciones concretas ; p. ej. :
Derecho feudal contra Derecho municipal, Derecho tribal o de linaje contra
Derecho estatal, etc. ; pero, generalizando, se presenta como la colisión entre
el derecho divino de la Iglesia Católica, el derecho tribal de la familia, el
Derecho consuetudinario y natural del pueblo y el Derecho legal del Estado.
Lo trágico para el hombre radica en que siendo el sentido del Derecho ga
rantizar la paz humana, haya de proceder necesariamente contra su propia
esencia, e incluya al hombre en esta lucha, sea de modo inconsciente, sea en
colisiones conscientes, por sus propias convicciones jurídicas.
(18) De M aistre: Considérations sur la France (1796), cap. IV (pág. 84
de la ed. en la Collectioh Classique du Milieu du Monde, Ginebra, s. a.).
2. Tipología de los conceptos de constitución 45
(19) Cit. por Heller : Las ideas políticas contemporáneas, trad. de M. Pe-
droso. Barcelona, 1930, pág. 41.
(20) W. I. Jennings : The Law and the Constitution. Londres, 1945, pá
gina 64.
46 Derecho constitucional comparado
eión como “la suma de los factores reales de poder que rigen a un
país” (39). T ales factores eran, para la P rusia de su época, la mo
narquía, la aristocracia, la gran burguesía, los banqueros, la pequeña
burguesía y la clase obrera. A sí, pues, desaparece casi completamente
el lado norm ativo de la constitución en cuanto que no se establece
diferencia alguna entre la estructura del ser y la del deber ser. Sólo
es vigente aquel deber ser que, efectivamente, es; lo demás no es, no
tiene otra realidad que la de “una hoja de papel” . Pero todo esto no
quiere decir que sea preciso aceptar y someterse incondicionalmente
a una estructura dada de poder. E l hombre es capaz de transform ar
la in fraestructura sobre la que se superpone una constitución norma
tiva, hasta hacer que coincida con ésta : es un problema de destruc
ción y de reorganización. Según Lassalle, h ay dos especies de pode
res : a) el poder organizado, que se caracteriza por su m ayor efica
cia, en virtu d de su precisión, disciplina y posibilidad de aplicación
en el instante req u erid o; todo lo cual potencia la fuerza de que cuan
titativam ente se compone ; b) el poder no organizado, cuyo grado de
acometividad no es fácil de precisar, ni con el que se está seguro de
contar en un momento determ inado; es, por consiguiente, un poder
impreciso e inseguro, lo que le hace débil y poco eficaz desde el punto
de vista cualitativo, aunque sea cuantitativam ente extenso. Sujetos del
prim er orden son, ante todo, el E jército y la burocracia en manos
del monarca y de la nobleza ; sujetos del segundo, la nación o ciertos
grupos sociales. Sucede, no obstante, que en determinado momento
el poder desorganizado y cuantitativam ente extenso se impone al
poder organizado y cualitativam ente más fuerte. Pero, dada la im
precisión del poder no organizado, tal predominio sería solamente
pasajero, como lo sería la vigencia de la constitución que estableciese
en ese momento. Sin embargo, el poder triunfante puede estabili
zarse, y con él la constitución promulgada, si aprovecha el momento
de su preponderancia para destruir la organización de los otros pode
res en beneficio de las fuerzas sociales ahora imperantes y procede
a organizar a éstas o a insertarlas en la estructura de los antiguos
poderes. De este modo se crearía una realidad fáctica sobre la que
asegurar la vigencia norm ativa.
No parece necesario advertir que en el concepto de constitución
que estamos exponiendo no cabe hablar de la soberanía abstracta y
despersonalizada de la constitución, sino de poderes concretos. Cuan
do con arreglo a su esquema se establece una constitución positiva,
la motivación social le lleva al reconocimiento de los grupos 'sociales
ί
C a p ítu lo 3
el DERECHO c o n s t it u c io n a l
CLASICO Y S U C R I S I S
cipios tenidos por justos, sino que significa simplemente que nin
guna autoridad puede actuar al margen de las normas legales; igual
dad ante la ley no significa sino que ésta se ha de aplicar de una ma
nera objetiva, sin referencia a casos, situación o personas; se trataba,
por consiguiente, de una pura formalización, de un sistema de pro
cedimiento. L a constitución encierra, sin duda, una limitación del
poder del Estado; pero estos lím ites ya no están más allá del mismo
Estado, en unos valores políticos o en unos principios de justicia a
los que aquél debe plegarse y cuya justificación es precisamente rea
lizarlos, sino en algo que deriva del Estado mismo, en un proceso
de autolimitación, es decir, en algo que se basa en una razón pura
mente técnica : el Estado sólo es posible mediante el Derecho, y éste
sólo es eficaz cuando el mismo Estado sujeta a él su actividad. Ob
jeto de la constitución y del Derecho constitucional son los derechos
individuales ; pero ya no como derechos naturales y preestatales, in
natos a la personalidad humana, sino como meros derechos reflejos
(Reflexrechten ) del Estado y de su soberanía (Gerber) ; como sim
ples “limitaciones de las atribuciones de las autoridades” (Laband) ;
como “normas para la actividad de poder gubernamental, pero no
[como] derechos del ciudadano individual” (Seydel) ; “como simples
reservas de la le y ” (O. M ayer) (1). Todos estos autores les niegan in
cluso el carácter de derechos públicos subjetivos; pero cuando, como
en el caso de Jellinek, se afirma tal cualidad, lo es como resultado
de un proceso de autolimitación del Estado, no como un derecho an
terior y superior a éste, sino como un status más allá de la disposi
ción individual y consistente en un modo de relacionarse con el E s
tado; en resum en: se trata de una situación que comienza y term ina
con las normas jurídico-positivas y , por tanto, de una libertad fo r
m al, pues para el positivismo lo jurídico se identifica con lo le g a l;
nó existe más derecho que el expresado en la ley, a la que, por otra
parte, no se le exige que tenga un contenido determinado, sino que éste
puede ser de cualquier índole. E l liberalism o sustancial se había con
vertido en liberalism o fo r m a l; el Estado de Derecho, en Estado
legal (2).12
(10) Hasta la segunda mitad del siglo pasado, la técnica jurídica inglesa
y, muy frecuentemente, su teoría desconocían la distinción entre Derecho
Público y Privado, de manera que los problemas jurídico-públicos son trata
dos con categorías jurídico-privadas. La razón de ello hay que buscarla :
1) En la pervivencia de la constitución estamental, una de cuyas caracterís
ticas es la indiferenciación entre el Derecho Público y el Privado (confr. mi
trabajo La constitución estamental, en la Revista de Estudios Políticos, nú
mero 44, 1040). 2) En la inexistencia en Gran Bretaña del absolutismo mo
nárquico, pues el absolutismo es el motivo político originario de la distin
ción continental entre ambos Derechos y de la supremacía del público sobre
el; privado. 3) Consecuentemente, faltó en la literatura inglesa la conexión
continental entre Política y Jurisprudencia, motivo intelectual de la repe
tida distinción, pues así como en Inglaterra han sido contados los juristas
que se han ocupado de cuestiones políticas, en cambio, en los países con
tinentales, las especulaciones políticas han seguido reiteradamente las líneas
jurídicas y han buscado expresarse en conceptos igualmente jurídicos ; por
eso, las "Teorías del Estado” de los países continentales están transidas de
conceptos jurídicos, que, en cambio, están ^ausentes u ocupan un lugar muy
subordinado en los libros de Political Science, y, como contrapartida, hasta
época relativamente reciente, los tratados jurídicos británicos sobre su cons
titución están ausentes de la politización que, salvo la época de positivismo,
ha dominado al Derecho político continental. (Sobre el problema del Dere
cho público y privado en Gran Bretaña y en el continente, v. mi artículo
Derecho Público, en la Enciclopedia Jurídica Séix, especialmente págs. 980
y 994).
(11) Sobre convenciones constitucionales, v. infra, cap. VIII, P. S. I, 3, C.
(12) Dicey : Introduction to the Law of the Constitution. Londres, 1945,
página 7.
62 Derecho constitucional comparado
en el Archiv cit., t. X V I, págs. 321 y ss. Caboara: Sulla attuále crisi del
Diritto constituzionale, en la Riv. Internazionale de Fil. del Diritto, año X,
págs. 428 y ss.
64 Derecho constitucional comparado
IV . L a c r isis de la legalidad
1. El concepto de ley
do, incluso para los mismos que la crean ; por tanto, vincula sin ex
cepción y, por consiguiente, una vez creada está más allá de la vo
luntad del legislador. Se trata, por tanto, de un orden impersonal al
que se han de someter todos los órganos del Estado que precisamen
te tienen carácter de tales en cuanto son expresión de la ley. De este
modo la ley es neutral, pues vincula por igual, y lo es también en
cuanto expresión de una racionalidad objetiva y no de intereses in
dividualizados.
(20) Cfr. Hans Barth : Über die Auflösungs der Gesetzbegriffs, recogido
en la colección de ensayos del autor Fluten und Dämme. Zürich, 1943, algu
nas de cuyas sugerencias y opiniones recogemos aquí.
3. El Derecho constitucional clásico y su crisis 71
dan existir entre estos movimientos, todos ellos coinciden, sin em
bargo, en una serie de negaciones y en algunas afirmaciones que
quebrantan los supuestos sobre los que se elevaba la noción de ley.
A ello pertenece, en prim er lugar, la repulsa a las generalizacio
nes y , por consiguiente, la afirm ación de lo concreto histórico, so
ciológico o existencial. L a actitud general está resumida en esta fr a
se de D ilthey : “L a estructura racional del mundo muéstrase como
una ilusión en la naturaleza y en la h istoria.” A los conceptos ge
nerales suceden los “tipos”, es decir, formas o estructuras concretas
y , con m ayor o menor amplitud, individualizadas. En resumen :
que la vida no se deja subsum ir ni en unos conceptos ni en unas nor
mas de carácter general y de validez universal, y que no existe una
razón idéntica y valedera para todos los hombres. Todo está relati-
vizado al tiempo, a la estructura social o a la situación vital. No
hay, pues, un módulo común, y , con todo ello, desaparecen algunos
de los supuestos fundam entales para la construcción del concepto
de ley. Lo sustantivo son seres singulares (individuales o colecti
vos), y la razón, d iría Schopenhauer, “es mero accidente de nues
tro ser” .
Con esto es claro que, según las nuevas tendencias, no hay, pro
piamente hablando, una naturaleza humana, o, al menos, una natu
raleza humana como magnitud in variab le; no el hombre, sino el
hombre del barroco, del Renacimiento o el g ótico; el caballero, el
burgués o el p ro le ta rio ; el homo politicus o el homo oeconomicus,
etcétera. Por más que muchas de estas contraposiciones sean meras
formas instrum entales de conocimiento, o se conciban como diferen
cias dentro de una homogeneidad sustancial, lo cierto es que bajo
ellas alienta la tesis de que el hombre no tiene naturaleza, sino tiene
historicidad o socialificación ; su horizonte, sus reacciones ante el
mundo exterior, su facultad de comprensión y los valores a que
apunta, son diferentes según la época o la situación social y vital.
Y es claro que esta condicionalidad se m anifiesta no sólo en el aspec
to subjetivo, sino también en los productos de la vida humana obje
tivada : en el arte, en la cultura, en el Derecho, en el Estado...
Tales tendencias, que de un modo más o menos consciente y evi
dente latían en los métodos y resultados de las ciencias llamadas del
espíritu, han planteado la necesidad de acometer de nuevo el proble
ma del ser del hombre, de manera que se salve su unidad ; esto es lo
que ha hecho Ortega al decir que ser es v iv ir, y que la vida humana
no es “una entidad que cambie accidentalmente, sino, al revés, en
ella la sustancia es precisamente cambio” (21). Pero, en cualquier
(21) Ortega y G asset: Historia como sistema. Madrid, 1941, pág. 52.
3. El Derecho constitucional clásico y su crisis 73
Para term inar, hemos de decir unas palabras sobre en qué me
dida esta actitud en la esfera ideológica y de las creencias se corres
ponde con la realidad de la vida jurídica. Hemos de dar de lado a
una serie de fenómenos significativos de esta crisis de la ley, tales
como el hecho de que decisiones adm inistrativas vayan seccionando
o sustrayendo de tal manera el haz de derechos de una institución
establecida por la ley, que prácticamente la nulifiquen o la desustan-
cialicen ; tal ocurre, por ejemplo, con los derechos de propiedad y de
libertad económica, establecidos o garantizados (?), cuando no por
la constitución, sí, al menos, por los códigos civil o m e rc a n til; a que
la constante y extensa intervención del Estado en la vida económica,
al tener que decidir sobre cuestiones cuyos datos, en virtu d del di
namismo económico, cambian constantemente, dé lugar a una im
ponente masa de normas jurídicas particularizadas y permanente
mente cambiantes en función de la situación, etc., etc. Aunque todo
esto encierra considerable interés, hemos de lim itarnos aquí a la
pura esfera constitucional, aludiendo a ciertos fenómenos, algunos
de los cuales desarrollaremos más adelante.
En prim er lugar, la política de los años anteriores a la guerra
mostraba no en todos, pero sí en varios países, la crisis de la consti
tución como principio de legitimación de la acción política y e s ta ta l:
de ser el núcleo de legitimación racional (legalidad) que preside
al Estado liberal (27), se convierte en un instrumento al servicio de
I. C aracteres generales
acusados, que, según uno de sus críticos (1), son los siguientes :
a) a diferencia de la teoría general del Estado, no le interesa el E s
tado en general, sino el orden del Estado a través de su constitución ;
b) a diferencia del Derecho político (Staatsrecht), no le preocupa un
Estado determinado, sino el esclarecimiento de los supuestos del De
recho constitucional p o sitivo ; c) aunque se utilizan los ejemplos en
amplia medida, no se trata de un Derecho político o constitucional
comparado, pues tales ejemplos sólo tienen carácter de medios para
un fin , que es captar la esencia y los contenidos significativos del
Estado burgués de Derecho como tipo histórico genérico.
En el mismo Smend, más es su teoría del Estado función de su
concepto de constitución que viceversa (2). A sí, pues, cabe considerar
como prim er rasgo del nuevo desarrollo del concepto de constitución
una m ayor dignidad y significación de éste en el marco de la teoría
del Estado.
2. E l nuevo planteamiento del objeto del conocimiento constitu
cional conduce al intento de captar el concepto de constitución, no
mediante un7 análisis de sus partes integrantes, sino a través de una
intuición esencial que la revele como una totalidad en función de la
cual se expliquen luego las partes componentes.
3. Un tercer rasgo es la penetración del concepto sociológico de
constitución en las consideraciones jurídico-constitucionales, con un
menosprecio o relativización de su dimensión norm ativa, y cuyas ma
nifestaciones particulares iremos viendo en la siguiente exposición.
Mas, en todo caso, es claro que no se trata de una mera aplicación
del concepto sociológico descrito anteriormente (supra, cap. II), sino
que se reflejan en él las nuevas y diferentes concepciones sobre la
realidad social. Y , en fin , no falta el intento de lograr una totalidad
superadora del divorcio o de la antinomia entre lo fáctico y lo nor
mativo, que excluye la afirmación unilateral de uno de estos térm i
nos o el condicionamiento mecánico por parte de uno de ellos.
4. En unos casos de modo m uy patente, como en Smend o en
E. K aufm ann, y en algunos otros de modo implícito, se afirm a tam
bién algo que ya está contenido en la consideración sociológica de la
constitución, a saber : su carácter dinámico, con lo que entra en crisis
una de las características consideradas hasta ahora como esenciales 12
(4) Como es sabido, Smend concede una gran significación al papel inte-
grador del monarca, el cual reúne en sí diversos tipos de integración : “la
particularidad de la integración monárquica radica en que el monarca legítimo
simboliza, ante todo, la permanencia histórica de los valores políticos de la
4. Teorías modernas sobre la Constitución 83
cia, por tanto, está más allá de su carácter técnico jurídico. La esen
cia de la constitución sólo se logra con referencia a aquel proceso
mediante el cual es y vive el E stad o; es decir, con referencia a la
integración. L a constitución es, precisamente, el orden jurídico de
este p roceso: ."él sentido de este proceso — dice Smend— es la cons
tante renovación de la totalidad vital del Estado, y la constitución
del Estado es la normativización legal de algunos lados de este pro
ceso” (pág. 78). A sí, pues, la constitución es el orden jurídico del
E sta d o ; pero como el Estado sólo cobra existencia a través de la in
tegración, es claro que la constitución es el orden jurídico de tal in
tegración. E llo se verifica en cuanto que los órganos, las funciones
form ales y las misiones reales son partes esenciales de la constitución,
a través de las cuales, es decir, de su existencia y de su actividad,
se verifica el triple proceso de integración. Y en este sentido, o sea,
en cuanto que de por sí es una parte del proceso de integración, la
constitución no sólo es norma, sino también realidad integradora.
Pero la constitución no agota la vida del Estado, pues la plenitud
de ésta no puede ser abarcada exhaustivam ente por unos preceptos
constitucionales, sino que, por el contrario, para que la vida política
pueda renovarse — incluso en aquellas funciones reguladas por la cons
titución— tiene que contar con los impulsos de la propia vida y las
motivaciones sociales ; lo único que puede hacer la constitución es
estim ular estos impulsos y motivaciones, sugerir actividades de fu e r
za y de grupos espontáneos e incluso de las instituciones establecidas
por ella actuando en sentido diferente al proyectado. Que obtenga
éxito en su función depende no tanto de su contenido, siempre es
quemático y con influencia de varias manos, como de la actividad del
conjunto de las fuerzas políticas de un pueblo. Por consiguiente, y
puesto que la constitución no puede abarcar de modo exhaustivo la
vida del Estado, es claro que su intención no ha de dirigirse a re
gu lar las particularidades, sino la totalidad del Estado y de su pro
ceso de integración, y de aquí que la amplitud y elasticidad de la
interpretación no sólo sea permisible, sino incluso exigible e im pres
cindible a su esencia misma ; y , por ello, el sentido que tenga o que
pueda tener una constitución es algo que rebasa a la conciencia que
de ella tenga el legislador constituyente ; la constitución es, pues, un
territorio dotado de vida propia.
“Este sentido de la constitución significa la reivindicación para
ella de un territorio vital objetivo propio, como su contenido y mi
sión, del mismo modo que otros complejos de normas jurídicas tie
nen los suyos con relación a otros objetos vitales.” En consecuencia,
“como derecho positivo la constitución no es solamente norma, sino
4. Teorías modernas sobre Ja Constitución 85
terar aquella estructura política concreta sin que dicha unidad quede
lesionada, y mucho menos se extin ga.Y si la constitución no se di
suelve en un complejo desconexo de normas sin unidad ontológica,
es precisamente en virtu d de esas decisiones fundam entales.
A sí, pues, la constitución vale en virtu d de un acto del poder
constituyente que no contiene “unas normaciones cualesquiera, sino,
y precisamente, por un único momento de decisión, la totalidad de
la unidad política considerada en su particular form a de existencia”
(pág. 24). En cambio las leyes constitucionales valen en virtu d de
la constitución, y ello no solamente porque toda norm atividad su
pone, en últim o térm ino, una decisión, sino también porque sólo co
bran sentido en conexión con esas decisiones fundam etales. Como
ejemplos de tales decisiones, y con referencia a la Constitución alema
na de 1919, cita Schm itt las tomadas a favor de la democracia, del fe
deralismo y del liberalism o. Con arreglo a la tesis de Schm itt, los
preámbulos y las declaraciones de principios, tan menospreciadas
por el Derecho constitucional clásico, cobran una importancia de p ri
mer orden para la construcción científico-jurídica e incluso para la
aplicación de los preceptos, que sólo adquieren sentido en relación
con dichas decisiones.
L a distinción entre constitución y leyes constitucionales se m ani
fiesta prácticamente, entre otros ejemplos, en los siguientes : a) el
procedimiento de reform a es válido para las leyes constitucionales,
pero no para la constitución, pues una reform a de las decisones po
líticas fundamentales no supondría una enmienda, sino la anulación
d.£ la constitución ; b) las leyes constitucionales pueden suspenderse
(estado de guerra), pero no la constitución como totalidad, pues pre
cisamente la razón de tal suspensión es el mantenimiento de la cons
titución como totalidad ; c) un conflicto constitucional no afecta a
las particularidades, sino a las decisiones políticas fundam entales ;
d) el juram ento de lealtad a la constitución no vincula a ser leal a
todos los preceptos constitucionales, que pueden cambiar siguiendo
el método de reform a previsto —y un juram ento en blanco no tiene
sentido— , sino que a lo que vincula es a las repetidas decisiones po
líticas fundam entales.
4 . Teorías modernas sobre la Constitución 87
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I. C onsideraciones metódicas
(3) Confr. Santi Romano : Ob. c i t págs. 150 y ss., sobre la diferencia
entre órganos e instituciones.
(4) Burckbardt : Ob. y loe. citados y otros lugares, pues toda su teoría
de la constitución está construida sobre este supuesto.
110 Derecho constitucional comparado
(6) W . I. Jennings : The Law and the Constitution. Londres, 1945, pá
gina 126.
114 Derecho constitucional comparado
otras form as norm ativas ; sin duda también que el Derecho moderno
establecido bajo esquema racional y con una técnica construida fu n
damentalmente sobre el Derecho privado que recoge la herencia ro
mana, responde, en gran medida, a la nota coactiva estatal. Pero el
Derecho no es un compartimiento estanco, sino uno de los momentos
integrantes del mundo histórico y norm ativo en conexión necesaria
con los demás y , por consiguiente, junto a zonas completamente di
ferenciadas de las otras, en las que, en efecto, domina la nota de la
coacción hasta el punto de que, como con razón dice G urvitch (8),
el Derecho se caracteriza por la posibilidad, pero no por la necesi
dad de ser acompañado de la coacción externa y precisa ; junto a esas
zonas existen otras en la esfera lím ite entre la realidad jurídica, la
política y la social, las cuales no son menos jurídicas, pero tienen
unos supuestos de efectividad distintos de los de las expresiones de
puradas, precisas y altamente organizadas del Derecho.
Pues lo que es esencial en Derecho no es la coacción, es decir, la
posibilidad de obligar a su cumplimiento por el empleo de la violen
cia física, sino la garantía de su efectividad, o sea que la norma
lleve en sí misma la garantía de su cumplimiento regular, que éste no
dependa del arbitrio del destinatario de una presión impersonal ejer
cida sobre él de la que normalmente puede evadirse ; en una palabra,
lo que es esencial al Derecho es la seguridad jurídica. L a efectividad
del Derecho constitucional radica precisamente en la relación dialéc
tica entre norma y poder, en el hecho de que, si no h ay norma ju rí
dica sin poder, no es menos verdad que ningún poder, sobre todo un
poder colectivamente ejercido, puede desarrollarse y tener efectivi
dad al margen de las normas, de modo que sin una normativización
de los órganos e instituciones supremas del Estado carecería de es
tructura y se disolvería en el caos. “S i no se acepta la form a jurídica
— dice H. H eller— , no es posible que una situación transitoria de
dominación se convierta en una situación de dominación relativa
mente perm anente.” Y en esta proposición, que vale para el orden
jurídico como totalidad, radica también la razón de la efectividad
del Derecho constitucional, pues “la duración y acción del poder
pueden incrementarse considerablemente por medio de la organiza
ción ; es decir, por el hecho de que se haya instaurado consciente
mente una ordenación norm ativa, de acuerdo con la cual llevan a
cabo sus prestaciones para el poder tanto los súbditos como los órga- 8
(9) H. H eller: Teoría del Estado, trad. de L. Tobío. Méjico, 1942, pá
gina 127.
(10) Confr. Jellinek : Teoría, II, págs. 530 y ss.
5. La estructura constitucional 117
(20) Por ejemplo —entre muchos—, el pacto entre Uri, Schwytz y Unter-
wald (1921), cuyas consecuencias se manifiestan hasta el presente, puesto que
es germen de la Federación suiza, y cuyo texto puede verse en la colección de
D. Lasserre : Aliances Confédérales. 1291-1815. Zurich, 1941.
130 Derecho constitucional comparado
penetrará en la constitución tan sólo por los casos previstos por ella,
es decir, por un método especial de reform a. Se abandona la tesis de
la inm utabilidad del contenido para asegurar la de su permanencia
como form a (24).
E l contraste entre las nuevas constituciones que prevén un méto
do especial de reform a y las de otros países surgidas de modo orgáni
co e inmanente, sugirió a B ryce una distinción que pasó a form ar un
concepto fundam ental del Derecho constitucional : la distinción en
tre constituciones rígidas y flexibles (25). Según B ryce, h a y dos ti
pos de constitución : las que él llam a viejas, que han crecido asimé
tricam ente, tanto en su form a como en su contenido, y que se com
ponen de una variedad de leyes, convenios y costumbres, y las que
él llama nuevas, que son obras conscientes, sistemáticas y exhausti
vas. Mas esta distinción tiende a borrarse con el tiempo y es preciso
acudir a otra diferente, aunque en íntim a relación con ella. T al es
la de constituciones rígidas y flexibles : a) la constitución flexible
se caracteriza porque procede de la misma fuente que las leyes or
dinarias, y , por consiguiente, puede ser anulada o reform ada por
el mismo órgano y por el mismo método que dichas leyes ; b) la
constitución rígida deriva de una fuente diferente y de rango supe
rio r a la de las leyes ordinarias, y sólo es abrogable por dicha fuente ;
en resumen : constitución rígida es aquella que para su reform a exi
ge un órgano y unos métodos especiales, distintos de los que se
precisan para establecer y reform ar las leyes ordinarias. L a consti
tución ocupa así una situación privilegiada, posee formalmente una
m ayor garantía de permanencia, situación a la que los juristas fra n
ceses han designado como superlégalité constitutionnelle .
Pero la designación de rígidas y flexibles establecida por B ryce no
es en modo alguno una designación arb itraria ni motivada por carac
terísticas puramente form ales ; B ryce les da uno u otro nombre por
que las unas son elásticas, flúidas, dinámicas, movibles {moving),
capaces de constante modificación “m ientras mantengan sus rasgos
fundam entales” ; en cambio, las otras son “sólidas”, cristalizadas,
duras, fija s, estacionarias, sin posibilidad de alteración más que se
gún un método prefijado o por ruptura revolucionaria.
3. Por consiguiente, el problema de hasta qué punto la consti- 245
tución rep resen ta una ordenación fírm e o una e stru ctu ra de conte
nido variable a través del tiempo, es un problema que queda limitado
a las constituciones rígidas, puesto que la característica de las fle x i
bles es precisamente su carácter dinámico.
A hora bien, la mera contemplación dé\ aquellas constituciones
rígidas qué han tenido una larga duración, nos m uestra que en modo
alguno es el procedimiento previsto la única vía de su transform a
ción, sino que están sujetas a constantes mutaciones en su contenido,
por más que permanezca inalterable el texto legal. razón de ello
radica en dos características esenciales a la constitución, cualquiera
que sea la form a que tenga de expresarse :
A) E n prim er lugar, en el hecho de que la constitución no sea
una norm atividad abstracta, sino la estructura norm ativa concreta de
un Estado, es decir, de una individualidad histórica que existe en
cuanto que perpetuamente se renueva, estructura norm ativa que fo r
ma parte integrante de la existencia del Estado y que emerge de esta
existencia. Por consiguiente, la constitución ha de participar de ese
devenir, que es esencial a la vida del Estado.
B) En segundo lugar, en una circunstancia fuertem ente vincu
lada a este carácter individual de la constitución y que hemos desta
cado anteriorm ente, a saber : la relación condicionadora y condicio
nante de la constitución con las restantes estructuras del Estado y de
la sociedad. Mas si estas estructuras sociales, económicas, políti
cas, jurídicas, etc., están sujetas a movilidad, es claro que esta mo
vilidad ha de proyectarse también sobre la estructura constitucional.
Toda constitución, rígida o flexib le, supone un intento de solu
ción al aspecto jurídico-político de la existencia estatal, solución que
se toma de acuerdo con unos datos del problema (situación de pode
res sociales, estructura económica, estado cultural, etc) ; mas cuando
estos datos cambian, es claro que si la constitución quiere seguir re
solviendo el problema de la convivencia ha de cambiar, con reform a
o sin reform a form al, el sentido de sus preceptos ; pero, justam ente,
la esencia de una constitución no radica, sin más, en unas palabras,
sino en el significado atribuido a las palabras del texto con relación
a las situaciones concretas. Por eso, una constitución, escrita o no
escrita, no es nunca una obra totalm ente acabada, sino una apertura
de posibilidades para que los hombres realicen su convivencia. De aquí
que, sin v a ria r los textos, se h aya pasado de un constitucionalismo
monárquico a un régimen parlam entario ; de un predominio del legis
lativo al del ejecu tivo ; de un Estado más próximo a la Confedera
ción a un Estado más próxim o al unitario, y de aquí que, como pedía
B ryce, “el ju rista constitucional, si quiere comprender su m ateria y
5. La estructura constitucional 133
I. E l liberalismo
1. El individualismo
una ocasión Richelieu— están su jets á la loi comme les autres (3).
E sta destrucción del antiguo orden concreto es simultánea del na
cimiento de una nueva idea del Derecho, ya que en cuanto que el
nuevo Estado se plantee vastos fines no puede operar con un dere
cho de situación, sino con un derecho racionalmente calculado, con
una creación jurídica con arreglo a plan ; nada, pues, de derechos
heterogéneos, sino tendencia a un derecho de validez general y con
instrum ento de expresión general. Pero esta racionalización term ina
justam ente ante la voluntad del p rín c ip e ; derecho es lo que quiere
el príncipe en un instante dado, lo que su voluntad arb itraria ha de
cidido como tal. No h ay, pues, seguridad jurídica.
Todo esto tiene una consecuencia de prim er orden, a sab er: el
nacimiento de dos antinomias, que al tiempo que destruían el sis
tem a absolutista daban lugar al moderno Estado dem ocrático-liberal:
a) la escisión entre Estado y sociedad, con la consiguiente oposición
entre ellos ; b) la teoría iusnaturalista del Derecho, como reacción
del norm ativism o fren te al decisionismo absolutista.
a) La antinomia Estado-sociedad
Nos toca ver ahora la realización de esta idea en el campo del De
recho positivo. E l punto de transición entre el antiguo sistema de
derechos estamentales y los modernos derechos individuales tiene lu
g ar en las revoluciones inglesas del siglo x v ii . T anto la Petición
como el Bill de derechos son documentos formados bajo ideas y re-
presehtaciones estamentales, pero con un significado que los aproxi
ma a las declaraciones modernas en cuanto que no se dirigen a unos
estamentos privilegiados, sino a la generalidad del pueblo británico :
la estructura de la sociedad inglesa había sufrido cambios profun
dos y carecía de sujetos para un sistema de derechos estamentales.
Pero las prim eras tablas de derechos en el sentido moderno son
los bilis de las colonias americanas al separarse de la metrópoli. A u n
que evidentemente influidos por el sistema del Common Law b ritá
nico, y representando en muchos aspectos una decantación del m is
mo, las declaraciones americanas significan, con todo, algo nuevo en
la H istoria, pues no se apela al Derecho histórico ni a la tradición,
sino a los derechos de la naturaleza humana y de la razón ; no apa
recen como emanación de un orden concreto, sino como supuesto de
todo orden. Después de los estudios de Jellinek, es indudable la in
fluencia de estos bilis en la Declaración francesa de 1789 ; mas este
precedente no quita significado universal a dicha Declaración, porque
“lo que da a la Declaración francesa una importancia histórica de p ri
m er orden, todavía m ayor que la de los bilis of rights americanos, es
el haber ofrecido a todos los pueblos de E uropa... un modelo teórico
de libertad, en el cual se inspiraron, mejor que en ningún otro, para
sus reivindicaciones políticas, asociando, desde entonces en adelante,98
(10) Del Vecchio : Los Derechos del hombre, trad. de M. Castaño. Ma
drid, 1914, pág. 126.
6. La estructura constitucional del Estado democrático liberal 153
3. L a división de poderes
4. El Estado de Derecho
(25) Rousseau : Contrat, lib. VI, cap. VI, pág. 217 de la edición de Pa
rís, 1823, de Œuvres complètes.
6. La estructura constitucional del Estado democrático liberal 163
(34) Así, por ejemplo, la ley de Orden público española de 1870 dice en
su artículo 25 : “Las autoridades civiles continuarán funcionando en todos
los asuntos propios de sus atribuciones que no se refieran al orden público.”
168 Derecho constitucional comparado
(35) El artículo 35 de la citada ley de 1870 dice que las autoridades pu
blicarán cuantos bandos sean necesarios, pero “con sujeción estricta y bajo su
responsabilidad a las prescripciones constitucionales que no hayan sido sus
pendidas con arreglo al artículo 31 de la Constitución”.
(36) Loe. cit., págs. 138 y ss.
6. La estructura constitucional del Estado democrático liberal 169
II. L a democr a c i a
1. Supuestos y concepto
(37) H. Kelsen : Von Wesen und Wert der Democratic. Tubinga, 1929,
págs. 98 y ss. (hay trad. española).
170 Derecho constitucional comparado
2. El desarrollo de la democracia
(38) Locke: Ob. cit., cap. VIII (05-99).—W . K endall: John Locke and
the Doctrine of Majority-Rule. Urbana, Illinois, 1941, trad. esp. pags. 112
y ss.
172 Derecho constitucional comparado
(39) Rousseau : Contrat Social, ed. cit., cap. II, lib. IV, pág. 195.
6. La estructura constitucional del Estado democrático liberal 173
3. Democracia y representación
A. Concepto general
(40) Leibholz : Das Wesen der Repräsentation. Berlin und Leipzig, 1929,
págs. 26 y ss.—Confr. también H. J. W olff : Organschaft und Juristische
Person, t. II : Theorie der Vertretung. Berlin, 1934, págs. 16 y ss. Esta obra
es particularmente importante en lo que se refiere a la formulación de un
concepto amplio y sociológico de la representación.
174 Derecho constitucional comparado
(49) Hobbes : Leviatan, parte I, cap. XVI, pág. 135 de la trad. española
de Sánchez Sarto. Méjico, 1940.
(50) Confr. los textos en Redslob : Die Staatstheorien der französischen
Nationalversammlung von 1789, págs. 114-115.
178 Derecho constitucional comparado
gamos que los 40.000 sufragios emitidos han sido rep arti
dos del siguiente modo: lista A = 18.500; lista B = 11.200 ;
lista C = 10.300. S i dividimos estas cifras por el cociente
electoral, obtendríamos los siguientes resultados :
L ista A (18.500:4.000) = 4 puestos y sobran 2.500 sufragios
L ista B (11.200:4.000) = 2 ” ” 3.200
L ista C (10.300:4.000) = 2 ” ” 2.300
Por consiguiente, quedan dos puestos por cubrir y
8.000 sufragios sin representación. En este caso, la asig
nación de los restos y la cobertura del número de puestos
pueden tener lugar con arreglo a estos métodos :
_a” ) Método del m ayor resto, que consiste en a tri
buir los puestos sin cubrir a las listas que han obtenido
él número más próxim o al cociente, de modo que en
' nuestro ejemplo un puesto iría a la lista A (2.500) y
otro a la lista B (3.200), obteniéndose, por consi
guiente, el siguiente resultado : lista A = 5 ; lista
B = 3 ; lista C = 2.
b” ) Método de la media m ayor, consistente en
atrib u ir los puestos sin cubrir a la lista que, dividida
por el número total de puestos, arroje el resultado
más elevado. En el caso que estamos tratando irían a
la lista A los dos puestos sin cubrir, obteniéndose de
este modo el siguiente resu lta d o : lista A = 6 ; lista
B = 2 ; lista ; C = 2.
c” ) Método del cociente rectificado (sistema Ha-
genbach-Bischof), que consiste en rectificar el cociente
añadiendo una unidad al número de puestos, con lo
; que al aum entarlo se obtendrían cocientes más redu
cidos y que perm itirían la asignación de puestos de
una sola vez. S i en el ejemplo que estamos tratando
dividim os los 40.000 sufragios por 11, en lugar de por
10, obtendremos un cociente igual a 3.636, con lo que
llegaríam os a los siguientes resultados :
L ista A (18 .5 0 0 :3 .6 3 6 ) = 5 puestos y sobran
320 sufragios.
L ista B (1 1.2 0 0 :3 .6 3 6 ) = 3 puestos y sobran
292 sufragios.
L ista C (10 .3 0 0 :3 .6 3 6 ) = 2 puestos y sobran
3.028 sufragios.
— Sistema Hondt: E l número de votos obtenidos
188 Derecho constitucional comparado
1
6. La estructura constitucional del Estado democrático liberal 189
A) Concepto
(61) Una exposición de las teorías sobre los partidos puede verse en
Koellreuter : Die politischen Parteien im modernen Staate. Breslau, 1926.
6. La estructura constitucional del Estado democrático liberal 193
6. Grupos de presión
I. La antinomia democracia-liberalismo
(66) Entre la mucha literatura sobre el tema puede verse por la preci
sión de la exposición : Binder : Philosophie des Rechts, 1.925, págs. 298 y ss.
Radbruch : Filosofía del Derecho, trad. de Mediana Echevarría, Madrid, 1933,
págs. 86 y ss.—G. Ritter : Wesen und Wandlungen der Freiheitsidee im po
litischen Deuken der Neuzit, en la colección de ensayos del autor Das sittli
che Problem der Macht. Berna, 1948.
6. La estructura constitucional del Estado democrático liberal 199
dad ha hecho de Rousseau “el más terrible au xiliar de todos los gé
neros de despotismo” .
Por consiguiente, la doctrina de la soberanía popular h ay que
entenderla, según Constant, en los siguientes términos : “L a universa
lidad de los ciudadanos es soberana, en el sentido de que ningún
individuo, ninguna fracción, ninguna asociación parcial, /puede arro
garse la soberanía si no le ha sido delegada. Pero de ello no se si
gue que la universalidad de los ciudadanos, o aquellos que han sido
investidos por ella de soberanía, puedan disponer soberanamente de
la existencia de los individuos. H ay, por el contrario,/una parte de
la existencia humana que necesariamente permanece individual e in
dependiente, y que está fuera de toda competencia social” (67).
B) Nos queda por ver ahora cuál ha sido el desenvolvimiento
y desenlace de esta antinomia. Mas como quiera que se trata de prin
cipios en movimiento, es preciso que consideremos la cuestión desde
un punto dinámico, tratando el tema en conexión : a) con la diver
sa situación vital de los estratos políticamente activos a que da lu
gar el desarrollo so c ia l; b) con las distintas concepciones que de la
personalidad se form an dichos grupos ; c) con los poderes frente a
los que se ha de afirm ar la libertad.
Como ya hemos indicado anteriorm ente, el liberalism o surge como
una rebelión de la Sociedad contra el Estado absolutista, conducida
por dos grupos social y políticamente activos : la burguesía econó
mica y los intelectuales, ^ h o ra bien, estos dos grupos, dada la si
tuación histórica de entonces, tenían un concepto individualista de
la personalidad : perdida la ordenación corporativa de la economía
y de la especulación intelectual, los miembros de uno y otro adqui
rían personalidad en la competencia individual con los demás. Para
ambos, libertad y seguridad individuales aparecían como absoluta
mente vinculadas al despliegue de su personalidad. A hora bien, toda
demanda de libertad y seguridad se dirige contra un opresor con
creto : vencidas ya o batiéndose en franca derrota las entidades cor
porativas, es claro que no quedaba más que un obstáculo con quien
enfrentarse : el Estado, y, por consiguiente, se form uló un sistema
de libertades y de garantías de diversa índole frente al Estado. Lo
que obstaculizaba el despliegue vital de aquella form a de hombre
era el Estado, y , en consecuencia, el hombre, para ser libre, habría
de esforzarse por domeñar al Estado, y para ello sujetar su acción
a normas jurídicas, poner límites normativos y orgánicos a sus po
deres, y convertirlo, en fin, en una entidad neutral que deja la vida
I. U niones de E stados
1. L a U nión P erso n al
2. La Unión Real
(2) Jellinek : Teoría general del Estado, trad. esp. de F. de los Ríos, Ma
drid, 1915, t. II, pág. 485.
(3) M eyer-Ausehütz: Lehrbuch des deutschen Staatsrechtes. Leipzig,
1905, pág. 38.
208 Derecho constitucional comparado
3. L a Confederación
que destacan Laband, Jellinek, Rosin, etc. Según Laband (6), las
Uniones de Estados son : o sociedades, es decir, basadas en una re
lación contractual (tratado) y sometidas al Derecho internacional, o
corporaciones, basadas en un estatuto (constitución). L as prim eras
— como toda sociedad— dan origen a una m era relación jurídica ; las
segundas, a un sujeto de Derecho político. L a Confederación se basa
en un tratado y es una m era sociedad, es decir, una relación ju r í
dica ; no produce un nuevo sujeto de voluntad, sino una comunidad
de voluntad de los miembros. Y , en fin , “la diferencia fundam ental
característica entre la Confederación de Estados regulada por el De
recho internacionál y el Estado Federal corporativo constitucional
mente organizado, consiste en que, en la una, la soberanía radica en
el poder del Estado particular, y en la otra, en el poder central” ;
así, pues, como afirm a Jellinek, la Confederación no dism inuye ju
rídicamente la soberanía de los Estados ; lo único que sucede es que
éstos se comprometen a ejercer ciertas funciones en común a través
de unos órganos comunes, que en manera alguna están situados sobre
los Estados ya que sus decisiones necesitan para ser eficaces de un
acto de voluntad de éstos. F rente al miembro resistente, la Confede
ración sólo posee medios internacionales de sanción, pues la ejecu
ción federal es “la intervención arm ada de varios poderes para el
mantenimiento de las obligaciones internacionales por parte de un
tercero” . V erdross (7) entiende que la Confederación posee, junto
con los Estados miembros, subjetividad político-internacional, pues
los órganos confederales se ocupan de la política internacional común
dentro de la esfera establecida por el tratado. Pero se trata de una
comunidad jurídico-internacional, pues entre ellos rigen : a) en las
m aterias reguladas, las normas jurídico-internacionales de índole es
pacial establecidas por el tra ta d o ; b) en las no reguladas, las norm as
internacionales generales que rigen, en todo caso, con respecto a ter
cero.
Como tercera posición, puede citarse la de Rehn (8), quien en
tiende con razón que “sociedad” y “corporación” son más bien tipos
ideales que reales. Las dos doctrinas en presencia plantean así el pro
blema : “S i la Confederación es una sociedad, entonces la Federación
aparece como una pluralidad, como una suma, de socios ; si es una
corporación, entonces ha de expresarse en una unidad jurídicam ente
distinta de la pluralidad de los miembros. O, expresado de otra ma-
(9) Eber : Die Lehre von Staatenbunde. Breslau, 1910, págs. 268 y ss.
7. Uniones de Estados y Estado Federal 213
(12) Así, por ejemplo, “los Estados Unidos reunidos en Congreso serán
la última instancia de apelación en todas las disputas y diferencias ahora
existentes o que puedan surgir entre dos o más Estados, concernientes a
límites, jurisdicción o cualquiera otra causa” (Art. of. Confd., art. 62.—“Los
Estados confederados se obligan también a no declararse la guerra bajo nin
gún pretexto, y a no ventilar sus diferencias por medio de la fuerza de las
armas, sino, antes bien, a someterlas a la Dieta, que intentará la mediación
por medio de una comisión. Si ésta fracasase y fuese necesaria una sentencia
judicial, se recurrirá ante un tribunal, al que se someterán sin apelación las
partes contendientes” (art. 63 del Acta de Viena).
(13) Por ejemplo, el “Comité de Estados” de la Confederación norte
americana o el “Consejo Restringido” (Enge Rat) de la Confederación
Germánica.
(14) Así, por ejemplo, en la Confederación Germánica el derecho de in
tervención tenía lugar en los casos siguientes : resistencia de los súbditos
contra el Gobierno ; invitación abierta, existencia de movimientos peligrosos
en algunos Estados confederados.
7. Uniones de Estados y Estado Federal 215
E sta dirección fue iniciada por Ph. Zorn (28), quien parte de los
mismos supuestos de la teoría anterior, a saber : que la soberanía es
esencial al Estado y que soberanía significa poder supremo e ilim i
tado ; cierto que puede ser lim itada internacional o constitucional
mente en su ejerciciOj pero bien entendido que tales limitaciones no
pueden alterar la unidad de la soberanía. En la Federación, los
Estados han renunciado a su soberanía a favor del poder central,
pero de tal modo que reciben el ejercicio de algunos derechos sobe
ranos. De esta manera, el poder central lim ita el ejercicio legal de su
soberanía a favor de los Estados miembros, m ientras que en una
Confederación son éstos quienes la lim itan a favor del poder central.
A sí, pues, el Estado Federal, desde el punto de vista de la sobera
nía, no se distingue sustancialmente del Estado' U nitario, pero no es
un simple Estado U nitario, sino un Estado U nitario cualificado. E n 28
A esta tesis van unidos los nombres de Haenel (36), G ierke (37),
N aw iasky (38) y K elsen (39).
P arte Haenel de la consideración del Estado como una unidad
autárquica, plena, independiente y soberana de una nación, como
form a superior de la sociedad dotada de poder supremo. A hora bien,
ni en la Federación (como conjunto de Estados), ni en los Estados
miembros, n i tampoco en la dualidad de ambos considerados autó
nomamente, pueden encontrarse tales notas. E s, pues, preciso intro
ducir un tercer térm ino en el que se revelen los rasgos que caracte
rizan al Estado. De este modo, el Estado Federal consiste en la to
talidad, es decir, en la síntesis orgánica de la Federación y de los
miembros. M uy sim ilar en sus conclusiones es la doctrina de G ierke.
L a form ulación de la teoría de N aw iasky es algo más compleja
y exige una breve alusión a algunos de sus supuestos. E n prim er lu
gar, N aw iasky afirm a la primacía del Derecho estatal sobre el Dere
cho internacional, de modo que éste se form a por conjuntos parcia
les o recortes (Ausschnitt ) de todos los Estados participantes en la
comunidad in tern acio n al; N aw iasky concebirá al Estado Federal
como una relación jurídico-internacional, a la que aplicará, por con
siguiente, la supradicha concepción de tal orden jurídico. Por otra
parte, concibe la soberanía como nota esencial del Estado y declara
construir su teoría, no sobre los datos de la experiencia, sino como
deducción del concepto de Estado en general. En consecuencia, los
Estados miembros, en cuanto Estados, son soberanos, y de este modo
no h ay diferencia esencial entre la Confederación y el Estado F e
deral ; en la una y en el otro, las relaciones son de Derecho in ter
nacional, si bien con la diferencia de que en el Estado Federal h ay,
además de los miembros, un Estado central, de modo que aquél es
“una Confederación ampliada en torno a un Estado central” . Los
miembros lim itan sus competencias en el aspecto m aterial y dejan
un ámbito libre para el Estado central, ámbito que tiene un carácter
A) La constitución federal
(47) Como ejemplo de todas estas posibilidades pueden valer las regula
ciones de la Constitución (Grundgesetz) de la República Federal de Alema
nia Occidental :
“Art. 72. En la esfera de la legislación concurrente, los Lander son com
petentes para legislar mientras y en la medida que la Federación no haga
uso de su derecho legislativo.,,
“La Federación tiene derecho a legislar en esta esfera en la medida que
exista la necesidad de una regulación legal federal cuando :
1. Una materia no pueda ser regulada eficazmente por la legislación de
los Lander particulares, ó cuando
2. La regulación de una materia por la ley de un Land pueda lesionar
los intereses de otros Lander o de la totalidad, o cuando
3. Lo exija la garantía de la unidad jurídica y económica, en particular
la garantía de la homogeneidad de las condiciones de vida por encima de las
fronteras de un L a n d ”
“Art. 75. La Federación tiene el derecho... a dictar preceptos básicos
sobre:
1. El estatuto jurídico de las personas al servicio de la administración
pública de los Lander, municipios y otras corporaciones de Derecho Público.
2. El estatuto jurídico general de la prensa y del cine.
3. La caza, la protección de la naturaleza y el cuidado del paisaje.
4. La distribución de tierras, la ordenación espacial y el régimen de
aguas.
5. El servicio de registro y de identificación.
236 Derecho constitucional comparado
(48) Tal era el caso de algunos Estados miembros del II Reich, cuyos
“derechos reservados” se basaban en el tratado de 15 de noviembre de 1870
entre la Confederación Germánica del Norte, de un lado, y Badén y Hesse,
de o tro ; en el de 23 de noviembre de 1870 entre las tres antedichas y W ür-
tem berg; en el de 23 del mismo mes y año entre la Confederación Germánica
y Baviera, y en el de 8 de diciembre de 1870 entre la Confederación Germá
nica, Baviera, Würtemberg, Badén y Hesse.
7. Uniones de Estados y Estado Federal 237
cial a tal tipo de Estado, pues sólo mediante ella se puede lograr una
comunidad y homogeneidad de vida política que sirva de substratum
a la unidad del Estado Federal. Una excepción en este sentido fue
el II Reich alemán, cuyos Estados podían adoptar cualquier form a
de gobierno, y en el que durante cierto tiempo convivieron monar
quías absolutas y constitucionales y repúblicas (Bremen, Hamburgo,
Lübeck), lo que se explica porque la formación del Reich fue más
obra de un Estado (Prusia) que de un movimiento popular, y , so
bre todo, porque tal diversidad de formas sufrió un proceso de re-
lativización ante la extensión práctica de modos comunes de existen
cia política, o, dicho con palabras de Smend, porqué dicha consti
tución fue más expresión de una técnica que de un ethos político,
si bien sirvió como momento integrador para dicho ethos.
B. E l derecho federal tiene primacía sobre el de los miembros ;
es decir, que las normas jurídicas establecidas por los Estados p ier
den validez si están en contradicción con las normas jurídicas esta
blecidas por la Federación. E l Estado Federal se expresa, pues, en
un solo orden jurídico, cuya validez descansa en la constitución fe
deral. En verdad que puede establecerse que tal primacía lo es ú n i
camente cuando las normas federales estén de acuerdo con la esfera
de competencia de la Federación, y que en caso de pugna decide un
T ribunal. Pero, en prim er lugar, las garantías que puedan existir
para salvaguardar la esfera jurídica de los Estados miembros lo son
en virtu d de la constitución federal, cuyo mantenimiento depende
de la Federación, y en segundo lugar, tal T ribunal es un órgano fe
deral y no una especie de justicia arb itral entre la Federación y los
Estados.
C. Todos los Estados Federales tienen T ribunal Federal con
determinadas competencias, según materias y personas, pero al que,
en todo caso, le corresponde entender de las litis entre los Estados
miembros, entre éstos y la Federación y en los asuntos suscitados por
la aplicación del Derecho Federal. Bajo este tribunal supremo pueden
ex istir otros tribunales federales subordinados o de m aterias especia
les, como, por ejemplo, adm inistrativas. Y junto a él actúa en oca
siones un T ribunal Constitucional.
D. E xiste, además, la ejecución federal por la que se entiende
no las facultades ejecutivas que ordinariam ente corresponden ejer
cer a la Federación actuando inmediatamente sobre los ciudadanos,
sino la acción coactiva y , si es necesario, armada, de la Federación
sobre los Estados para obligarlos al cumplimiento de la constitución
y de las leyes federales. En cumplimiento de la constitución y de las
leyes, la Federación es competente para in tervenir a fin de reprim ir
P
5. Estados semifederales
lizadas, hay otras que, aun no poseyendo en su plenitud todas las no
tas del Estado Federal, reúnen, sin embargo, algunas de ellas. De
este modo se ha distinguido entre Estado Federal y Estado cuasi fe
deral o entre Estado Federal auténtico y Estado Federal falso.
L a prim era de las distinciones pertenece a C .K . W h eare (50), que
entiende por cuasi federales, o bien aquellos Estados cuya constitu
ción rio responde en todo al principio federal, o bien aquellos que,
aun teniendo una constitución plenamente federal, la desvirtúan en la
práctica. A sí, por ejemplo, la Unión Soviética es cuasi federal, puesto
que reuniendo una serie de notas características de tal tipo, le falta,
sin embargo, una fu n d am en tal: la participación de los Estados miem
bros en la reform a constitucional; tampoco son federales, sino cuasi
federales, algunos Estados hispanoamericanos, que, a pesar de tener
una constitución federal, se gobiernan prácticamente en régimen u n i
tario o con preponderancia del momento unitario, mediante él abuso
que de sus competencias hace el poder central.
K unz distingue entre Estado Federal auténtico (echte Bundesstat)
y Estado Federal falso (unechte Bundesstaat). E l auténtico Estado
Federal es aquel en el cual “los Estados miembros carecen plenamen
te de soberanía, aun cuando en virtu d de la constitución federal ten
gan ciertas competencias internacionales ; sólo la Federación es sobe
rana, ella posee ture gentium la libertad constitucional interna y , con
ella, la elección de la estructura federal, así como la de distribución
de competencias de asuntos exteriores entre la Federación y los miem
bros” (51). Por consiguiente, h ay auténtico Estado Federal, aunque
los Estados miembros tengan#competencias internacionales, con tal
que tales competencias deriven de la constitución federal, que puede
ser reform ada en cualquier momento por el método en ella previsto y
no deriven, por tanto, del Derecho internacional.
En cambio, el falso Estado Federal es aquel en el cual los Estados
miembros son parcialm ente soberanos, lo que tiene lu gar cuando, ha
biéndose formado la Federación por una unión de Estados preexis
tentes, éstos conservan ciertas competencias de índole internacional
que no se basan, por tanto, en la Constitución, sino en el tratado su
puesto de ella o en tratados anejos a ella, y que consecuentemente,
no pueden ser anulados por vía de reform a constitucional, y a que su
regulación no compete al Derecho interno, sino al Derecho interna
cional.
I
I
I
L
Capítulo 8
P A R T E H I S T Ó R I C A
I. INTRODUCCIÓN
Vamos ahora a tra ta r de resum ir las notas fundam entales que ca
racterizan a la historia constitucional de este país :
A) El triunfo del Parlamento .—Después de la época feudal, los
Estados europeos occidentales adquirieron una constitución estamen
ta l, caracterizada, entre otras notas, por la dualidad de R ex y Reg-
num (1). T al dualidad se hizo insostenible, por razones internas y
externas a tal estructura constitucional, de manera que el poder del
Estado pasó a concentrarse en uno de los dos términos de la relación.
Pero m ientras en la m ayoría de- los países continentales la con
centración tuvo lugar en manos del monarca, en Inglaterra se v e rifi
có en el Parlam ento. L a variación es primordialmente de titu lar, pero
no de calidad de poder : al igual que el monarca continental, el P ar
lamento se hizo supremo, no ligado al Derecho anterior, sino superior
a é l ; de la misma manera que en el continente se conservaron, a veces,
form alm ente las Cortes o los Estados Generales, pero quedando sub
ordinados al monarca, de la misma manera, pero al revés, en Ingla
terra el monarca quedó finalm ente subordinado al Parlam ento, hasta 1
1. La Edad Media
glish Constitutional History from the earliest times to Reign of Edward the
First. Oxford, 1921, pág. 493.—M aitland: Ob. cit., pkg. 96.
(5) De legibus et Consuetudinibus Angliae, I, 1 y 8 (recogido en Stubbs :
Select Charters, pág. 412).—Véase también Carlyle : A History of Medieval·
Political Theory in the West. Londres, 1938, t. V. pág. 51.
(6) Confr. Maitland, pág. 198.—W. Holdsworth : Some Makers of En
glish Law. Cambridge, 1928, págs. 16 y ss.—C arlyle: Ob. cit., t. VI, pági
nas 142 y 143.
8. El Derecho constitucional del Reino Unido 255
riqueza producida por los beneficios de guerra, hizo que los “pobres
y humildes comunes” , que al principio no eran más que un cuerpo
subordinado que hacía peticiones, adquiriesen cada vez más rele
vancia.
Veamos ahora cuáles eran las atribuciones del Parlam ento a lo
largo de este período : a) Como heredero de la curia regia, el P arla
mento toma a su cargo la concesión de tributos extraordinarios, y
desde 1340 queda establecido de modo firm e que no puede imponer
se tributación directa sin su consentim iento; además, tiene poder
para establecer tributos por sí mismo y para vig ilar y tom ar cuentas
del empleo dado a sus concesiones. Tan amplias facultades en m ateria
financiera son una poderosa arm a mediante la cual el Parlam ento
puede imponer su política. Como resultado de transform aciones eco
nómico-sociales acaecidas en Inglaterra y a las que antes hemos hecho
mención, los comunes, sobre quienes principalm ente gravitaba la car
ga im positiva, adquirieron a fines del siglo x iv la iniciativa en cues
tión de tributación, siendo éste el prim er paso hacia su situación pre
eminente en m ateria financiera con respecto a la Cámara de los lo
res ; b) en el aspecto legislativo se establece una distinción entre los
estatutos o normas generales, las cuales sólo podrán prom ulgarse con
el consejo, asentimiento y autoridad del Parlam ento, y las normas p ar
ticulares u ordenanzas, que podían ser promulgadas por la sola au
toridad del rey. A fines del siglo x iv y comienzos del x v se desvanece
la situación subordinada de los comunes, que van alcanzando pa
ridad con los lores, si bien no la consiguen plenamente hasta la época
denlos Tudors ; c) la Cámara de los Lores tiene también atribuciones
judiciales, y acusa y juzga a los funcionarios de la c o rte ; d) con todo
lo anterior, queda claro que el Parlam ento iba aumentando su poder
frente al r e y ; pero, además, durante esta época tienen lu gar dos de
posiciones de reyes (Eduardo II y Ricardo II) y la llamada al trono
de la casa de Y o rk , en las que el Parlam ento actúa como guardián
del derecho y del buen gobierno de Inglaterra y no fundándose en la
violación del pacto con el re y (10), lo que demuestra un progreso ha
cia el principio de objetividad y unidad del Estado, y a la conside
ración del Parlam ento como sujeto de esta unidad.
D) Junto al re y funcionaba una institución que más tarde alcan
zaría enorme relevancia : el Consejo, que a lo largo del siglo x iv se
separa y diferencia del Parlam ento, del que, como hemos visto, antes
era parte integrante ; compuesto de colaboradores inmediatos del re y
y libremente escogidos por éste, tenía funciones de índole guberna- 10
(14) Enrique VIII, en sus treinta y ocho años de reinado, convoca nue
ve Parlamentos ; Eduardo VI, que reina siete años, convoca dos ; María, en
sus cinco años, reúne cinco ; Isabel convoca diez durante cuarenta y cuatro
años, y Jacobo I convoca cuatro en sus veintidós años de reinado. Confr. Mait
land, págs. 248-51.
8. El Derecho constitucional del Reino Unido 261
whigs se basaban en la teoría del pacto social, mientras que los to-
ries m antenían un aminorado derecho divino de los reyes, con su
correspondiente doctrina de la no resistencia.
(v. infrdj cap. V III, P. S ., II, 1, B, e). Mas este carácter simbólico,
de encarnación del Estado, etc., si bien se ejerce fu era de las normas
jurídicas, no puede ejercerse con primado sobre las normas jurídicas :
el re y queda sometido no sólo al common law , sino al Derecho estatu
ta rio ; no tiene poder para suspender o dispensar el cumplimiento de
los estatutos ; a p artir de ahora, los jueces gozarán de inamovilidad ; el
re y no podrá sostener un ejército sin permiso del Parlamento, y se
v erá obligado a convocar a éste en plazo fijo (tres años, según la
Triermial A ct; mas necesidades prácticas comienzan a obligar a con
vocarlo anualmente). Pero más que las limitaciones derivadas de los
estatutos (bilí de Derechos, A cta de Establecimiento, la Mutiny Act
y la Triermial Act), que en realidad destruyen pocos de los poderes
anteriores, las limitaciones derivan, sobre todo, de convenciones cons
titucionales y de cierta institución que comienza a desenvolverse a
p a rtir de este período.
1 b) El Gabinete .—-Esta institución es concretamente el Gabinete.
A p a rtir de la reina A na (1702-1714) es costumbre tra ta r los asuntos
gubernamentales no en el pleno del Consejo privado, sino en una es
pecie de subcomité del mismo, compuesto por los consejeros que des
empeñan los principales cargos. De este modo, el subcomité (Gabine
te) se convierte en un sujeto real de las actividades gubernamentales
en el aspecto de deliberación y decisión, m ientras que al Consejo no
le queda más que la sanción form al. Formado este nuevo cuerpo, van
surgiendo también las notas que habían de caracterizar al sistema de
<€gobierno de Gabinete”, a saber : a) la deliberación sin la presencia
del rey, que es esencial al sistema británico de Gabinete, y que en
el caso de In glaterra constituye un ejemplo patente del poder norm a
tiv o de lo fáctico : G uillerm o y A na estaban presentes habitualm en
te en las reuniones del Gabinete, pero Jorge I deja de asisir, pues
no domina los asuntos ingleses ; Jorge II no habla inglés y está más
interesado por los asuntos de Hannover que por los de Inglaterra, y ,
en fin , hacia la mitad del siglo es normal la ausencia del re y , salvo
que se trate de la preparación del discurso del tro n o ; b) la homoge
neidad política del Gabinete tarda algo más en m anifestarse, y su na
cimiento es más p rem ioso: los miembros del Gabinete se considera
ban al principio más como servidores del re y — lo que form alm ente
son hoy todavía— que como colegas de un m inisterio ; además, el mo
narca no tenía lím ite en cuanto al número de miembros a nombrar,
con lo que podía d estruir la cohesión del Gabinete ; pero después de
forcejeos, hacia mediados de siglo, el Gabinete acaba haciendo valer
su propia personalidad frente a la del re y (1782), pudiendo conside
270 Derecho constitucional comparado
sólo lo son de los ingleses (38) ; para afirm arlos y protegerlos hay
otros auxiliares y subordinados, que son : 1) la constitución, poderes
y privilegios del P arlam en to ; 2) la limitación de la prerrogativa re
gia ; 3) la petición de justicia ante los tribunales ; 4) la petición al
re y o las Cámaras por agravios, y 5) el derecho de llevar armas para
la defensa propia.
Pues bien, como resume E . B arker, "son estos derechos au xilia
res, subordinados, los que esencialmente form an [para Blackstone]
la constitución inglesa, y es describiéndolos en detalle como B lack
stone describe la constitución. L a constitución es para él un cuerpo
de derechos pertenecientes al súbdito e investidos en el súbdito... No
es el Estado, o la soberanía del Estado, o los derechos y deberes del
Estado, los que hacen la constitución, form an sus artículos o deter
minan su espíritu. Es el súbdito y sus libertades” (39). Consecuen
temente,^ Blackstone expone la organización y funcionamiento del
Parlam ento, del rey, del Consejo, etc., bajo la rúbrica general de los
derechos de las personas y en función de las libertades.
c) E l siglo xviii está dominado por la idea de equilibrio (equi
librio internacional, equilibrio económico, etc.) y en la constitución
británica se veía el modelo de equilibrio político, fu era entre fuerzas,
fuera entre principios, fu era entre form as. De Lolm e pone su libro
bajo el motto: Ponderibus librata suis , y piensa en la constitución in
glesa cuando dice que "un gobierno puede ser considerado como un
gran ballet o danza en el que como en los demás ballets, todo depende
de la disposición de las fig u ras” (40). L a interpretación de la cons
titución inglesa como m ixta — que en modo alguno era nueva— es
mantenida por V o ltaire y Montesquieu, y desarrollada jurídicam ente
por Blackstone : la constitución es una ponderación de elementos mo
nárquicos, aristocráticos y democráticos, los cuales componen el P ar
lamento británico, en quien reside la soberanía.
PARTE SISTEMÁTICA
I. C onsideraciones generales
1. L a constitución flexible
A) El liberalismo
j
278 Derecho constitucional comparado
(53) Lord Hewart: The New Despotism. London, 1929, pág. 37 (hay edi
ción posterior).
(54) Sobre la distinción entre tribunales y cuasi-tribunales, confr. Com
mittee on Minister's powers Report, presented by the Lord High Chancellor
to Parliament by command of H. Majesty Cmd. 4060. Londres, 1932, III, 2
(pág. 249 de la edio. esp. México, 1947).
(55) Pueden verse en cualquier manual, por ejemplo, el citado de Wade
y Phillips, págs. 52 y ss., o A. B. Keith : Constitutional Law. Londres, 1946,
págs. 33 y ss. (Aunque esta obra se publica como edición revisada del ma
nual de Ridges, ha sido totalmente reelaborada por Keith).
282 Derecho constitucional comparado
B) La democracia
3. Fuentes
sideren vinculadas norm ativam ente; c) que haya una razón suficiente
para la existencia de la norma (70). L as convenciones son, pues, obli
gatorias; pero ¿con qué clase de obligatoriedad? L a teoría tradicional
inglesa las diferenciaba del Derecho estricto diciendo que, m ientras
que éste és puesto en vigor (enforced) por los tribunales, aquéllas
no lo son, recibiendo su sanción de modo indirecto en cuanto que en
últim o térm ino están vinculadas al Derecho estricto, aunque en sí
no son derecho: por ejemplo, es una convención que el Parlam ento
deba reunirse anualm ente: si el Gobierno violara esta' norma, se en
contraría inerme para actuar, ya que, dado que las leyes que estable
cen el ejército y los presupuestos se aprueban de año en año, el Go
bierno no podría desarrollar su función, o sus actos serían ilegales. T al
tesis de Dicey, impregnada de coactivismo, form alism o y positivismo,
es actualmente rechazada. E n prim er lugar, no a todas las convencio
nes constitucionales se les puede encontrar sanción indirecta; además
el orden jurídico británico ofrece una serie de normas jurídicas que no
son sancionadas ni puestas en vigor por los tribunales, sino por las
autoridades adm inistrativas y , en fin, como dice Jennings, los trib u
nales no ponen en vigor la ley {enforced), lo único que hacen es de
clarar que puede ser ejecutada contra infractores individuales, pero
"no contra el Gobierno, y la m ayoría del Derecho constitucional, lo
mismo que la m ayoría de las convenciones se refieren al Gobierno” ;
y añ ad e: “la cuestión real que se plantea al Gobierno no es la de
si una norma es derecho o convención, sino qué pensaría sobre, ello
la Cámara de los Comunes si le fuera propuesta una determinada
acción” (71). Por lo demás, h ay algunas convenciones que han nuli
ficado totalm ente normas de Derecho estricto.
A sí, pues, podemos concluir que no h ay diferencia sustancial entre
las normas constitucionales de Derecho estricto y las de las conven
ciones ; se trata en este últim o caso de un ejemplo de creación social
del Derecho, del poder norm ativo de lo fáctico; son normas jurídicas,
no porque sean coactivas, nota que, como hemos visto, no es esencial
al Derecho, y particularm ente al Derecho constitucional (supra, pá
ginas 112 y ss.), sino porque a) son esenciales a la estructura consti
tucional inglesa, de manera que su ruptura sería un acto tan revolu
cionario como la de una norma de Derecho estricto y en ocasiones
quizá más ; b) porque su cumplimiento puede ser exigido y hecho
4. Influjo
II. L a C orona1
23
1. Significación general
A) Concepto
(81) Jennings : The Law and the Constitution. Londres, 1945, páginas
197-98.
296 Derecho constitucional comparado
B) Irresponsabilidad
III. E l G abinete
A) El Ministerio
(92) Confr. Triepel : Die Hegemonie. Stuttgart und Berlín, 1943, pági
na 34.—C. Schmitt : Teoría de la constitución. Madrid, 1934, págs. 86 y 87.
(93) H. Finer : The Theory and Practice of Modern Government. Lon-
don, 1946, t. II, pág. 953.
302 Derecho constitucional comparado
B) Composición
C) El “P rivy Council”
D) Función
F) La responsabilidad
IV . E l primer ministro
nal a la cabeza del Gobierno. Es claro que a este poder superior, con
respecto a sus colegas, es correlativa, una responsabilidad especial, en
prim er lugar, ante el cuerpo electoral, dado que el triu n fo de un p ar
tido en las elecciones está influido por la calidad del Premier , y si,
como hemos visto, debe su designación al cuerpo electoral, la lógica
misma de esta relación hace que sea responsable ante él. En segun
do lugar, y a hemos aludido a su responsabilidad ante el Parlam ento
por la política general y por las cuestiones que, aun siendo particu
lares, se consideran im portantes en un momento dado.
V . E l P arlam en to
A) Composición
b) L a legislación delegada
Pero, aun dando por buena la soberanía form al del Parlam ento,
es dado preguntarse en qué voluntad concreta encarna esa soberanía.
Y h a y motivos para responder que tal voluntad se ha desplazado a
los partidos y de éstos al Gabinete. Y a hemos hablado de la situación
dominante que éste ejerce en el seno del P arlam en to ; pero tal situa
ción está incrementada por el hecho de que Inglaterra desconoce el
sistema de comisiones al estilo continental — principalm ente fra n
cés— , destinadas a competir constantemente con el Gobierno en cada
uno de los asuntos departamentales, sino que dicho sistema está
jsustituido por el de una oposición parlam entaría única y general.
Además, el hecho de que el Gobierno tenga en su mano la disolu
ción del Parlam ento, le proporciona una m ayor seguridad en su polí
tica y firm eza en su posición que la que tendría si el Parlam ento
poseyera un plazo inmutable de vida o su disolución fuera dificul
tosa. A sí, pues, dado que la vida de un Parlam ento concreto depende
del Gabinete, dado que éste tiene prácticamente el casi monopolio de
la iniciativa parlam entaria y que dispone del orden del día, es claro
que se convierte en director y conductor del Parlamento dentro de
los lím ites marcados por la existencia de la oposición.
(108) II, 9.
314 Derecho constitucional comparado
a) Composición
L a Cámara de los Lores está form ada por cerca de 800 pares
(109), con la siguiente distribución :
a) Pares espirituales : dos arzobispos y veinticuatro obispos de
la Iglesia anglicana. E ntre los obispos, los de tres diócesis (Londres,
Durham y W inchester) lo son permanentemente ; el resto, según un
orden de antigüedad y con arreglo a las vacantes que se produzcan.
β) Pares temporales, que se dividen en :
I) Pares hereditarios del Reino Unido, es decir, títulos de no
bleza hereditaria inglesa (duques, marqueses, condes, vizcondes y
barones). L a Corona tiene facultad para crear esta clase de pairías,
lo que constituyó en otro tiempo un arm a política para en caso nece-
(109) La más numerosa Asamblea legislativa del mundo después del So
viet Supremo.
8. El Derecho constitucional del Reino Unido 315
sario crearse una m ayoría en los Lores (v. supraJ pág. 298). Es claro
que estos pares no tienen número fijo.
II) Dieciséis representantes de los pares de Escocia, elegidos por
éstos para cada Parlam ento. E n tre los pares — es decir, entre la no
bleza de Escocia — h ay algunos que son a su vez pares del Reino U n i
do, y como tales tienen asiento entre los pares hereditarios ; pero
h ay otros que no lo son, para los cuales el Acta de Unión de 1707
reservó 16 puestos en el Parlam ento.
III) Representantes vitalicios de los pares de Irlanda, en núme
r o de 28, según el Acta de Unión de 1800 ; pero desde la creación
del Estado L ibre de Irlanda no se han celebrado nuevas elecciones,
p or haber sido suprim ido el principal órgano para ellas (el Lord Can
ciller de Irlanda) ; por consiguiente, es un grupo a extinguir, lo que,
según Jennings, tendrá lugar hacia 1980 (110).
IV) Siete lores jueces o lores de apelación (Lords of Appeal in
Ordínary), cuya misión es cum plir las funciones judiciales de la Cá
m ara. S u m agistratura es vitalicia y son designados por la Corona
en tre aquellos que hayan ejercido durante dos años un alto cargo ju
dicial o hayan practicado la abogacía durante quince.
T odavía es frecuente decir que esta Cámara representa el ele
mento “aristocrático” en la constitución inglesa. Pero si con ello se
quiere indicar que está integrada primordialmente por nobleza tra
dicional, por “títulos” que desde muchas generaciones se sientan en
los Lores, ello sólo es verdad en una pequeña parte. De los 681 pares
hereditarios existentes en 1936, sólo 47 lo eran en virtu d de ennoble
cimientos anteriores a 1689, y de éstos, sólo 16, a 1485. Además,
bastantes pairías se extinguen por carencia de herederos que reúnan
condiciones para sentarse en la Cámara. De este modo, desde 1830
han sido creadas más de 700 pairías, y de éstas, 265 (111) desde
1906. En resumen : que incluyendo a los eclesiásticos, resulta que
'“la mitad de los miembros de la Cámara de los Lores han sido tan
recientemente ennoblecidos, que difícilm ente se la puede calificar de
aristocrática por larga tradición” (112). Además, muchos de los lores
hereditarios no asisten a las sesiones, llevando, en general, el peso de
las mismas los pares de prim era generación. Lo que en todo caso pue
de afirm arse es que la Cámara de los Lores representa más bien la
parte rica de la población que la pobre ; más la riqueza territorial que
la industrial y bancaria y , desde luego, al partido conservador. Estas
(110) Jennings : Parliament. Londres, 1,939, págs. 371. En 1944 eran once.
(111) Hoy lo son en número superior, pues los datos del texto pertene
cen, como se indica, a 1936.
(112) Jennings : Parliament, pág. 369.
316 Derecho constitucional comparado
b) Función y atribuciones
(113) “Un bilí privado es un bilí que modifica el derecho relativo a algu
na localidad particular o confiere derechos o releva de responsabilidad a al
gunas personas particulares o corporaciones” (Wade and Phillips, ob. cit.,
página 106).— “Leyes concernientes a personas privadas en relación con
materias tales como esponsales, matrimonios, propiedad, nombres, naciona
lidad o divorcio, o leyes locales relacionadas con materias tales como ferro
carriles, canales, desagües o similares aprobadas para compañías de interés
público o entidades municipales” (Keith : Ob. cit., pág. 107). La aproba
ción de estos bilis sigue en ambas Cámaras un procedimiento semijudicial.
31° Derecho constitucional comparado
a) Composición
c) Funciones y atribuciones
V I. L o s DERECHOS INDIVIDUALES
A) Derechos garantizados
(116) Por la Ministers of the Crown Act 1937, que le asigna 2.000 libras
de sueldo.
8. El Derecho constitucional del Reino Unido 321
B) El derecho de necesidad
P ARTE H I S T Ó R I C A
el Estado de Nueva York, que el caso tuvo lugar en 1905 y que se encuentra
en el volumen 198 y página 45 de los United States Supreme Court Reports.
Si se trata, por ejemplo, de Danforth v. Groton Water Co. 1901. 178
Mass. 472, se entiende que ha sido fallado por el Tribunal Supremo de Massa-
ehusetts, y que se encuentra en el volumen 178, página 472, de sus Reports.
Pero como tales Reports o Recopilaciones oficiales no existieron en los
primeros tiempos, a veces se encuentran referencias como, por ejemplo, Mar-
bury v. Madison, 1, Cranch, 137, 1803, con lo que se indica que dicho caso
se encuentra en el volumép I, pág. 137, de la Recopilación de Cranch; en
otras ocasiones, el nombre de Cranch es sustituido por el de otros recopila
dores, como, por ejemplo, W all. (Wallace), Dalí. (Dallas), Wheat. (Whea-
ton), etc.
Claro está que en la práctica no se trata más que de un modo de identi
ficación preciso del caso, sin que en manera alguna sea necesario acudir a los
voluminosos Reports donde se recoge el conjunto de las sentencias de los
Tribunales, pues, como es sabido, se forman colecciones de casos que afec
tan a una rama o materia jurídica, a las que normalmente se les van aña
diendo suplementos. Entre las dedicadas al Derecho constitucional pueden
citarse las siguientes :
D. O. McGovney : Cases of Constitutional Law. Indianápolis, 1,935.
W . F. Dodd : Cases and Materials of Constitutional Law. St. Paul, 1941.
H. C. Black y H. Rottschaefer: Illustrative Cases on Constitutional Law.
St. Paul, 1939.
2. En las citas literales de artículos de la Constitución hemos seguido la
excelente versión de los señores Pérez Serrano y González Posada (Consti
tuciones de Europa y América. Madrid, 1927), salvo en lo que se refiere a la
enmienda X IV , donde traducimos due process of law por “debido procedi
miento legal” y no por "debida formación de causa”, pues si bien esta últi
ma traducción es más correcta y precisa, la primera hace más comprensible
para el lector español la significación dada por la Judicatura americana a
dicho texto.
9. El Derecho constitucional de los Estados Unidos 327
(4) Resolutions of the Stamp Act Congress. October, 19, 1765, inserta en
muchas colecciones ; por ejemplo, en Great Political Documents of the Uni
ted States of America, Leipzig, 1921.
Derecho constitucional comparado
(5) Declaration and Resolves of the First Continental Congress, col. ci
tada ; los textos citados corresponden a los artículos 5, 10 y preámbulo, res
pectivamente.
(6) H. G. H ockett: Oh. cit., pág. 99, n. 37.
(7) , Confr. mi libro El Imperio Británico, Madrid, Rev. de Occidente,
1945, págs. 64-65.
/
con ellos, suspensión total del tráfico con la colonia que no lleve a
cabo el boycot, a la que se declarará enemiga “de los hombres libres
y de las libertades de nuestro país” . Pero con todo, la Association
creada en 20 de octubre de 1774 tenía objetivos limitados (el boy
cot) y temporales (hasta que fueran anuladas ciertas leyes del P a r
lamento británico). Por lo demás, el documento no contiene ruptura
con Inglaterra, y el pensamiento de la completa independencia era
extrañ o a la m ayoría.
2. La Independencia
A) L a declaración de Independencia
3. La Confederación
4. La constitución de 1787
(21) Webster : The Nature of Union, pub. en la colee, de textos The De-
mocratic Tradition in American, selec. y public. del Coronel C. E. Wheat.
Boston, 1943, págs. 117 y ss.
(22) Confr. R. Pinto : Etats Unís. La réorganisation de VExécutif, en la
Revue du Droit Public, t. LXVI, n.° 3 (1950), págs. 636-37.
9. El Derecho constitucional de los Estados Unidos 341
PARTE SISTEMÁTI CA
I. C aracterísticas generales
1. El Estado Federal
i·' ' #
este capítulo, de manera que aquí nos limitaremos a señalar las líneas
generales.
Como motivos fundam entales de tal expansión, pueden señalarse
los siguientes :
a) E l aumento general de las funciones estatales. C ierto que mu
chas de ellas podrían ser cumplidas por los Estados miembros, y de
hecho ha aumentado, como en todas partes, su esfera de actividad.
Pero no todos los miembros de la Unión han sabido colocarse a la al
tu ra de las necesidades, y m ientras que unos han acogido las deman
das del tiempo en lo que se refiere, por ejemplo, a sanidad, política
social o explotación racional y moderna de las fuentes de riqueza, otros
han quedado, en cambio, m uy rezagados. De este modo, la Federación
se ha visto obligada a asum ir funciones que, en puridad, pertenecían
a los Estados. Y m uy frecuentemente ha sido conducida a ello por
im portantes movimientos de opinión que requerían la intervención
federal ante la injusticia de que los ciudadanos de un Estado estuvie
ran en peores condiciones en cuanto a instrucción, sanidad, seguridad
económica, etc., que el resto de los ciudadanos americanos. Im por
tante factor ha sido también el uso abusivo que algunos Estados han
hecho de sus poderes de policía y de su propiedad sobre las fuentes
de riqueza, obstaculizando la emigración y el comercio interestatal
mediante regulaciones sanitarias, licencias de transporte, etc., a des
pecho de la prohibición de trato discrim inatorio a los ciudadanos de
otros Estados establecida por la constitución (v. infraJ pág. 359).
b) L a regulación de ciertas cuestipn^s^sobre todo de índole eco-
nómica y laboral, sólo puede ser eficaz cuando se realiza en un ámbito
nacional/ AsL__p,Qr.-ejemplot las mismas medidas en ja v o r de los tra
bajadores, en cuanto que normalmente representan un aumento de
costos que coloca al Estado que las adopta en situación de in feriori
dad en el mercado^ sólo pueden tener garantías de seguridad y per
manencia si se establecen para todo el territorio fe d e ra l; una protec
ción a los precios agrícolas llevada a cabo mediante una disminución
en la producción, sólo es posible igualmente en un área n acio n al; lo
mismo sucede con la protección del público contra la especulación bu r
sátil, con la garantía de la libertad económica o con la protección de
la pequeña empresa, etc. Más acentuada aparece la necesidad de
una conexión total cuando se trata de superar una crisis económica
de tanta envergadura como la que se inició en 1929, o de m ovilizar
las fuerzas económicas para una competencia mundial o para una
guerra total de ámbito universal. E l hecho es que la tendencia a favor
de la Federación y en perjuicio de los Estados, que se comienza a
:niciar a principios del siglo x ix y a cuyo favor se decide la guerra de
344 Derecho constitucional comparado
2. h a democracia
3. Liberalismo
B) Estado de Derecho
C) La división de poderes
4. Fuentes
6. Distribución de competencias
| (47) Confr. R. C. Carr: The Supreme Court and Judicial Review. Nue-
York, 1942, pág. 84.
9. El Derecho constitucional de los Estados Unidos 367
III. E l P residente
1. Características generales
elegido candidato se precisaba obtener dos tercios de los votos, hubo una oca
sión (1924) en que fue preciso repetir la votación 103 veces, durante nueve-
días.
(52) Hasta tal punto sienten los compromisarios la imperatividad de su
mandato, que en 1872 se dio el caso de que algunos votasen al candidato
H. Greely, que había fallecido entretanto. Sin embargo, parece ser que en
1948 se rompió la regla por uno de los compromisarios de Tennessee, que no
dio su voto a Truman, a pesar de comprometerse a ello.
9. El Derecho constitucional de los Estados Unidos 371
i
372 Derecho constitucional comparado
¡/ ■' '
A) Los poderes ejecutivos
a) Consideraciones generales
d) Dirección de la Administración
e) Poderes militares
i
f) La política exterior
recu rrirá a la vía del convenio. Veamos ahora cuál es la función del
Presidente en cada uno de estos dos tipos de instrumentos interna
cionales :
1) Tratados .— Según la constitución, el Presidente podrá, con
anuencia y consentimiento del Senado, celebrar tratados, siempre que
los aprueben las dos terceras partes de los senadores (2, II, 2).
Con arreglo a este texto, parece claro que se precisa la interven
ción del Senado en todo el proceso de elaboración del tratado, es de
cir, en su iniciación, negociación y ratificación, y tal era, desde lue
go, el pensamiento de los autores de la constitución. Sin embargo,
desde los primeros tiempos se inició la práctica — por lo demás, ne
cesaria, dado el aumento de miembros del Senado— de que éste sólo
intervenga en la últim a etapa del proceso. Es frecuente, no obstante,
que el Presidente, a fin de asegurar la ratificación del tratado, entre
enjcontacto con el Senado durante la fase de negociaciones; pero en
tal caso lo hace normalmente con la Comisión de Asuntos E xteriores
o con algunos senadores influyentes, pero no con la totalidad de la
Cám ara. A sí, pues, el Presidente inicia, negocia y ratifica los tra ta
dos, si bien este últim o acto exige la autorización del Senado. (So
bre el ejercicio del veto senatorial, v. infra, pág. 405).
2) Convenios ejecutivos.— Como y a hemos indicado, son aque
llos acuerdos internacionales realizados por el Presidente y que no
precisan para su ratificación el asentimiento del Senado. Tales con
venios pueden ser llevados a cabo : a) recabando la previa autoriza
ción del Congreso, sobre todo cuando se trata de materias que entran
en la competencia de éste, como, por ejemplo, postales o tarifas adua
neras; b) negociando el asentimiento del Congreso mediante contacto
con senadores y representantes influyentes, método que se sigue en
aquellos casos en que la ejecución del convenio no es posible sin u l
terior legislación por parte de las Cám aras; c) finalmente, por la sola
iniciativa e intervención del Presidente en virtu d de los poderes de
rivados a que antes se ha hecho mención.
Dado que los acuerdos internacionales de los Estados Unidos to
man, en número cada vez más creciente, la form a de convenios (59),
1789-1839 ............................................................... 60 ” 27
1839-1889 .............................................................. 215 238
1889-1939 .............................................................. 524 914
1939-1946 ............................................................... 34 336
g) Derecho de gracia
i
B) Los poderes legislativos
a) Consideraciones generales
para inform ar, sino también para iniciar la legislación, ju stificar la in
terposición del veto e incluso d irigirse a la opinión pública o a las
potencias extranjeras cuando por cualquier razón no se quieran em
plear los trám ites ordinarios (por ejemplo, doctrina de Monroe, 14
puntos de W ilson , declaraciones de T rum an sobre política interna
cional, etc.). Es costumbre enviar un amplio mensaje a la sesión inau
gu ral del Congreso, en el que se da cuenta del· estado general de los
asuntos políticos y se esboza la política a seguir, así como las medi
das necesarias para darle efectividad.
m) Iniciativa .— Como se desprende del texto constitucional tran s
crito, el Presidente posee iniciativa legislativa, y , en efecto, muchas
leyes decisivas para los Estados Unidos han tenido su origen en la in i
ciativa presidencial. E n una evaluación realizada por L . H. Chamber-
lain para el período de 1880-1940, es decir, abarcando muchos años
anteriores, al prim er Roosevelt, se establece la siguiente tabla esta
dística con referencia al sujeto real de la iniciativa de las leyes : 20
por ciento, el Presidente ; 40 por ciento, el Congreso ; 30 por ciento, el
Presidente y Congreso conjuntam ente; 10 por 100, los grupos de
presión (63). Particularm ente im portante es la situación del Presiden
te en lo que se refiere al presupuesto, para el que tiene la iniciativa
exclusiva, que ejerce a través del Burean of the Budget.
iv) Sanción .— Corresponde al Presidente la sanción de las leyes
(1, V II, 2), pudiendo tom ar una de estas decisiones: a) sancionar
dentro del térm ino de diez días ; b) no sancionar ni interponer su
veto, en cuyo caso, pasados diez días y siempre que no estén suspen
didas las sesiones de las Cámaras, el proyecto se convierte en l e y ;
es el método seguido para m ostrar su desagrado ante un proyecto de
le y sin llegar a la interposición del v e t o ; c) interponer el veto,
j v) El veto ,— Junto al método de veto expresamente establecido
en la constitución, la práctica ha dado lugar a otro que se encontraba
im plícitam ente en ella. H ay, pues, que distinguir dos tipos :
El veto ordinario, que debe ir acompañado de una explicación de
las razones que mueven a rechazar el proyecto de ley. Devuelto el
proyecto al Congreso, se convierte en ley, si es aprobado en cada una
de las dos Cámaras por dos tercios del quorum; la votación ha de
efectuarse nominalmente, y los nombres de los votantes han de cons
ta r en el diario de sesiones. L a necesidad de los dos tercios hace que
sólo en contadas ocasiones el Congreso haya allanado el veto presi
dencial.
E l veto de bolsillo (pocket veto ).— L a regla de que pasados diez
(63) Confr. L. H. Chamberlain : The President, Congress and Legisla-
tion, en Political Science Quarterly, vol. LXI, n.° 1, marzo, 1946.
390 Derecho constitucional comparado
c) La legislación delegada
C) El caudillaje democrático
(68) Las palabras son de Teodoro Roosevelt, cits, por Corwin, pági
nas 321-322.
(69) Autobiography, cit. por F in er: Ob. cit., II, pág. 1.040.
9. El Derecho constitucional de los Estados Unidos 395
IV . EL VICEPRESIDENTE
V . E l G a b in e t e
V I. E l C o n g re so
1. Definición general
\^ 2. Composición
A) L a Cámara de Representantes
B) El Senado
conocidas por el nombre del senador que las inició, defendió o pre
sidió la comisión.
b) Que el país permanezca hasta cierto punto indiferente ante
la Cámara de Representantes y m uestre, en cambio, un constante
interés por las sesiones del Senado.
c) Que a pesar de que, como hemos visto, el Presidente tiene
posibilidades de eludir la acción del Senado en lo que se refiere a
las relaciones internacionales (tratados, nombramientos de agentes
diplomáticos), con todo, puesto que el ejercicio de ta l competencia
exige el asentimiento del Senado, éste puede llam ar constantemente
la atención sobre tales m aterias y obstaculizar la acción presidencial.
Sus comisiones de investigación son, por otra parte, un medio de
criticar la acción del ejecutivo. E n resum en, que, como dice L ask i,
el Senado es la única posibilidad constitucional de proporcionar in
formación al público americano para juzgar la política del Presiden
te, y es, además, el fren o más vital contra la posible tendencia al
despotismo presidencial (73).
d) S in embargo, debemos aclarar que, dado el desarrollo de los
convenios a costa de tratados (v. supra , pág. 385), y dado que el
único lím ite efectivo a aquéllos es la negativa de créditos, la cual
compete al Congreso en su totalidad, la acción de la Cám ara de R e
presentantes, como con razón observa Corwin, ha ganado en poder
efectivo en m ateria de política exterior (74).
4. Organización
(78) Confr. Pinto : Revue de Droit Public, LXVT, n.° 2 (1950), pág, 353.
(79) El record fue batido por el senador La Follette, que habló durante
dieciocho horas y veintitrés minutos contra un b ill ; se clasificó como segundo
el senador Huey Long, con quince horas y treinta y cinco minutos. (Confr. E.
V. M itchell: An Encyclopedia of American Politics. Nueva York, 1946,
ark.“ Filibuster”) . No es necesario que se hable concretamente del tema: el se
nador Tilman recitó durante varias horas el Childe Harold, continuando
después con otras composiciones de Byron, como el Don Juan ; pero mucho
más grave fue el caso del senador Heflin, que obsequió al Senado con sus
propios poemas which were not masterpieces. (Confr. Munro : The Govern
ment of the United States. Nueva York, 1947, pág. 281.)
404 Derecho constitucional comparado
5. Reunión y disolución
6. Poderes
A) Poderes no legislativos
(81) De 969 tratados sometidos al Senado entre 1789 y 1935, 682 fueron
aprobados, 173 sufrieron enmiendas y 15 fueron rechazados. De las enmien
das, sólo un 18 por 100 fueron im portantes, refiriéndose el resto a cuestiones
de detalle. (Confr. L aski : El sistema presidencial, pág. 140.) E l Hoover Re~
port recomienda la sustitución de la proporción de dos tercios por la m ayo
ría simple.
(82) En cambio, la guerra civil se consideró term inada en la fecha en
que así lo declararon las proclamas del Presidente. Confr. Ch. G. Post : The
Supreme Court and Political Questions. Baltimore, 1936, págs. 45 y ss.
406 ^ Derecho constitucional comparado
B) Poderes legislativos
i) Poderes fiscales
y
1) L a constitución autoriza al Congreso para imponer y percibir
diversas contribuciones con el fin de pagar las deudas y proveer a la
defensa común y bienestar general de los Estados Unidos (Const., 1,
V III). E sta facultad, como la m ayoría de ellas, está sujeta a ciertas
limitaciones, de las que podemos prescindir aquí. Pero hemos de in
s is tir en cómo esta facultad de orden tributario ha servido de in stru
mento para la regulación de materias que no tienen nada que ver
con ella y que caen, además, fuera de los poderes originarios del
Congreso. E llo ha sido posible, fundamentalmente, mediante la in
terconexión del proceso económico, y de modo principal por el au
mento de costos, que supone un m ayor gravam en tributario, lo que
coloca a ciertos productos en situación desventajosa en el mercado.
De este modo, por selección de objeto, cuantía y uso discrim inatorio
del gravam en, se ha podido proteger a los productores de manteca
(83) Más de un décimo de los bilis son aprobados por este procedimiento.
9. El Derecho constitucional de los Estados Unidos 407
(84) Así, por ejemplo, entre los diversos y reiterados intentos de proteger
el trabajo infantil —hay una enmienda en curso de ratificación—, la Reve-
nue Act de 1918 establecía un impuesto sobre el 10 por 100 de los beneficios
de aquellos patronos de determinadas industrias que utilizasen trabajo infan
til : el Tribunal Supremo declaró nulo el precepto, basándose en que el
gravamen impuesto a los patronos tenía carácter de sanción, careciendo, por
consiguiente, de finalidad fiscal (Bailey v. Drexel Furniture Co., 1922, 259,
l}. S., 20). En 1933, el Congreso, bajo la apremiante petición del Presidente,
aprueba la primera Agricultural Adjustment Act, que teniendo como fin pri
mordial elevar el poder adquisitivo de los agricultores, disminuido por la
depreciación de sus productos, trata de disminuir su oferta ofreciendo una
prima a los granjeros que limitasen su i producción, y a fin de.i asegurarla
crea unos impuestos sobre el consumo industrial de productos agrícolas. La
A. A. A. se fundaba, pues, en la doble facultad de imponer tributos y de
efectuar gastos, si bien la tributación aparecía aquí, no como un fin, sino
como un mero instrumento. La ley fue declarada nula por el Tribunal Su
premo, fundándose en que : a) su finalidad principal era coaccionar a los
agricultores a fin de regular la producción agrícola, regulación que caía
dentro de la competencia de los Estados, y b) se trataba de exacciones a unos
grupos de población en beneficio de otros. (United States v. Butler, 1936,
299, U. S., 1).
408 Derecho constitucional comparado
(85) Sobre esta base fue creada la famosa Tennessee Valley Authority
9. El Derecho constitucional de los Estados Unidos 411
v) Poder postal
\
E l Congreso está autorizado para “establecer Adm inistraciones de
correos y vías postales” (1, V III), precepto que, en relación con el de
comercio, ha dado lugar a la creación y disposición sobre el sistema
de comunicaciones federales. Pero, además, la judicatura le ha dado
una interpretación amplia, considerándolo como una especie de p ri
vilegio en manos de la Federación, de modo que “el Congreso puede
designar qué ha de ser llevado en el correo y qué ha de ser excluido” .
Con arreglo a ello, la cláusula postal, al igual que la fiscal y la del
comercio, ha servido para intervenir en una serie de m aterias en p rin
cipio ajenas a los poderes congresionales. A sí, se ha negado el uso
del correo a publicaciones o estampas pornográficas, a los billetes de
lotería o a publicaciones de contenido fraudulento o sedicioso. Según
el T ribunal Supremo, no se viola con ello la libertad de prensa u otros
derechos individuales, pues no se impide que circulen por otro con
ducto, y lo único que el Gobierno hace es “negarse a convertirse a
sí mismo en agente de circulación de m ateria im presa que considera
dañosa para el pueblo” (In rep . Napier, 1892, U. S ., 110).
9. El Derecho constitucional de los Estados Unidos 413
x) Poder suplementario
1. Organización y competencias
2. La revisión judicial
Pero todo esto sólo tiene para nosotros una relativa importancia.
L o que encierra verdadero interés no son estas facultades comunes
a cualquier organización judicial federal, sino la llamada “revisión
judicial” . T al revisión judicial suele, en general, ser equiparada a la
facultad de los tribunales para considerar una le y como contraria a la
constitución y negarle consecuentemente su aplicación. H ay, sin em
bargo, otra facultad no menos importante de la Judicatura americana,
a saber : la de interpretar la constitución y las leyes en unos térm i
nos tales, que prácticamente la convierte en un órgano colegislador,
pues, como veremos más adelante, la ley no es sólo lo que quiso el
Congreso, sino también lo que resultó de ella después de pasar por la
interpretación ju d ic ia l; la doctrina de los poderes implícitos, la in
terpretación, de la enmienlda X IV , {infra, pág. 447), etc., son pruebas
de ello entre las que el lector habrá encontrado a lo largo de este ca
pítulo. En general, se conoce con el nombre de “revisión judicial”
solamente a la prim era de estas facultades ; pero en ocasiones se ope-
(94) Confr. R. K . Carr : The Supreme Court and Judicial Review. Nue
va York, 1942, págs. 21 y ss., en conformidad con C. G. Heines : The Amen·
can Doctrine of Judicial Supremacy. California, 1932, pág. 26.
9. El Derecho constitucional de los Estados Unidos 421
(95) Confr., entre otros, Carr : Ob. cit., págs. 37 y ss.—A. C. McLaugh
lin : A Constitutional History of the United States. Nueva York-London,
1935, págs. 310 y ss.
(96) La Judiciary Act de 1789 contenía términos que parecían dar fun
damento a la facultad revisora de la Judicatura, "... un juicio fallado en el
Tribunal Supremo de un Estado... en el que se ponga en cuestión la validez
de un tratado o de una ley de los Estados Unidos y la decisión sea contraria
a esta validez..., puede ser revisado y anulado o afirmado en el Tribunal
Supremo de los Estados Unidos mediante un writ of error” . Además, en cier
tas decisiones judiciales anteriores a 1800 (referencias en McLaughlin, ob. y
loe. cits.) pueden encontrarse también alusiones a la facultad de los tribuna-
422 Derecho constitucional comparado
5. La esfera de la revisión
y
6. Procedimiento
los de los Estados, sobre las leyes del Estado en colisión con la cons
titución estatal o federal, y sobre las leyes federales en colisión con
la constitución federal. Pero dado que las decisiones de los tribunales
americanos vinculan para casos análogos a los tribunales in feriores,
es claro que una decisión del T ribunal Suprem o cierra la aplicación a
la le y en todo el territorio de los Estados Unidos.
Los tribunales han creado por sí mismos unas reglas de carácter
consuetudinario sobre el procedimiento del ejercicio de la revisión
ju d ic ia l; muchas de ellas no están exentas de excepciones, v nada
extraño a la Judicatura impide una m ayor o menor flexibilidad en
su aplicación. L as principales son las siguientes :
2. E l caso planteado ha de encerrar la lesión por una le y de un
interés constitucionalmente protegido, interés que puede basarse en
un precepto específico o derivarse indirectam ente de preceptos que
en prim er térm ino se dirigen a proteger otros intereses ; pero, en todo
caso, ha de tratarse de un interés personal y preciso, y de una lesión
realizada o inm inente; por lo tanto, están excluidas las demandas fu n
dadas en intereses Igenerales o de terceros, y con m ayor razón las co-
lusivas o las destinadas a obtener un puro testimonio, pues en estos
casos el T ribunal entiende de que no h ay litis y niega su decisión. En
resumen : ha de tratarse “de una controversia real, seria y vital en tre
individuos” (111).
3. E l T ribunal sólo decide la inconstitucionalidad a instancia
de parte y únicamente en cuanto tal decisión sea necesaria para fa
lla r el caso p lan tead o; es decir, cuando carezca de otro fundam ento
legal, pero no cuando exista éste o cuando la decisión de anticonsti-
tucionalidad no encierre consecuencias jurídicas prácticas para las.
partes, y a que entonces la aplicación de la le y no envuelve daño para
laj parte en cuestión (112).
4. Cuando la le y es susceptible de dos interpretaciones, siguien
do una de las cuales se declararía su invalidez, y siguiendo otra su
validez, el T ribunal se decide por la segunda.
5. Todas estas reglas son generales, pero no absolutas ; mucho
menos absoluta es todavía la llamada “regla de duda” (doubt rulé),
a saber : que la declaración de inconstitucionalidad “no debe ser he
cha jam ás, excepto en un caso claro. Toda posible presunción está
en fav o r de la validez de una le y y ésta continúa hasta que lo con-
(111) Chicago and Grand Trunk Ry Co. v. Wellman, 1892, 143, U. S.,.
339.
(112) Por ejemplo, un contribuyente cuya contribución anual conjunta,
federal y estatal, sería la misma aunque fuera declarada inválida una ley es
tatal o federal, no puede cuestionar la validez de dicha ley.
432 Derecho constitucional comparado
8. La interpretación judicial
sido interpretada por los tribunales ; de manera que son éstos los
que tienen la llave de lo que constituye el basamento del orden ju rí
dico, situación que les da una enorme libertad en la tarea de la in ter
pretación, que utilizan para d ar interpretación estricta a las leyes que
consideran en oposición al common law: “es regla general de la in ter
pretación de las leyes que no deben ser interpretadas como cambian
do el common law más allá de lo que declaren expresamente por sus
térm inos” (118), sino como una excepción a la norma tradicional.
E sta flexibilidad en la interpretación se encuentra aminorada en
Inglaterra, donde si bien los tribunales, al interpretar el derecho es
tatutario, tratan de adaptarlo al common law dándole un cierto signi
ficado, sin embargo predomina la le y del Parlam ento sobre cualquier
otro derecho, y en caso de interpretaciones demasiado torcidas, el
mismo Parlam ento puede dirigirles mandato inequívoco de actuar en
determinado sentido, que los tribunales están obligados a obedecer.
En consecuencia, si bien los tribunales ingleses — como todos los tr i
bunales— han de interp retar la constitución, y además, frecuente
mente, a la luz del common law, sin embargo no pueden oponer su
propia interpretación a la que haya hecho el Parlam ento, pues, por
definición, toda le y aprobada por el Parlam ento británico es sin
disputa constitucional y de igual validez que el bilí de derechos o el
principio “el re y no hace el m al” .
Mas en los Estados Unidos no existen tales limitaciones para la
interpretación : cuando el Congreso aprueba una ley, tal acto lleva
siempre im plícita una interpretación de la constitución, pues se parte
de la base que está acorde con la constitución ; pero sobre esta in ter
pretación está la realizada por los tribunales, sin que haya poder en
los Estados Unidos capaz de imponerles su punto de vista, puesto
que cualquier intento en este sentido podría ser declarado anticons
titucional. Por consiguiente, la esfera de su libertad en este aspecto
se mueve en un círculo mucho más amplio, y sin proceder a una de
claración de inconstitucionalidad pueden interpretar la le y del modo
que les parezca más adecuado a la constitución y a los principios del
common law, aunque la ley se manifieste en disidencia con los prin
cipios tradicionales de éste. L a situación que de este modo se pro
duce se expresa en estas palabras de R . Pound : “Lo que al fin se
convierte en le y no es lo que la legislatura desea, sino lo que los tr i
bunales consideran como jurídicam ente perm itido... Los jueces y ju
ristas no dudan en afirm ar que h ay límites extraconstitucionales al
1. Consideraciones generales
A) Derechos sustantivos
b) Derechos democráticos
B) Derechos procesales
Y en este sentido hay que hacer notar que, si bien “el intento de
persuadir al T ribunal Supremo de am pliar el significado de la palabra
‘libertad’ se ha desenvuelto mucho más lentamente que el intento
sim ilar de obtener protección para la propiedad y los negdcios contra
la regulación gubernamental” (135), sin embargo, a p artir de 1920
se reconoce que “la libertad de palabra y de prensa... sé cuentan en
tre los derechos personales y libertades protegidas por la cláusula del
debido procedimiento” (136). Se trata de una declaración de princi
pios, pues el T ribunal concluye que la ley en cuestión ho era un ejer
cicio irrazonable y arbitrario del poder de policía, y , p or tanto, sos
tiene su constitucionalidad. Pero en 1931 invalida una ley por restrin
g ir la libertad de palabra y de prensa, fundándose para ello en el due
process (137), a lo que siguen otros casos sobre la libertad religiosa
y de reunión.
Y , en fin, a p artir aproximadamente de 1937, la Judicatura ha
dado una nueva interpretación a la cláusula en cuestión, que R . J. Ha-
rris (139) resume en los siguientes puntos: 1) No utilizarla como li
mitación de la legislación social, de las facultades tributarias y , en
general, de la acción legislativa; 2) am pliarla a los casos que se refie
ran a la libertad de expresión, reunión y religión; 3) reducir su apli
cación frente a la acción adm inistrativa, excepto en casos referentes
a la deportación de extranjeros; 4) u tilizarla en el sentido de m ayor
protección a las personas sometidas a proceso penal. De este modo ha
considerado ilegales procesos con confesiones obtenidas mediante
tormento (tercer grado), sin defensa adecuada, con coacción de testi
gos, etc. En resumen, que cabe hablar de una “decadencia” de la
siiátantivización del debido procedimiento legal (139) para volver a su
genuino sentido de garantía procesal.
3. El derecho de necesidad
(140) Munro : The Government of the United States. New York, 1947,
página 498.
(141) Ex parte Milligan, 4, W all, 2, 18 (1886).
(142) Cuya ley orgánica, de 1900, extendía la constitución americana a
450 Derecho constitucional comparado
(145) Sobre este tema, Milton R. Konvitz : The Constitution and Civil
Rigths, New York, 1947.
452 Derecho constitucional comparado
146) Se han introducido bilis en este sentido, en 1893, 1899 y, desde 1900,
casi todos los años hasta 1940. Según datos recogidos por Konvitz (ob. cit.,
página 82) la mayoría de ellos provinentes de las investigaciones del Senado,
en el período de 1889 a 1930 fueron linchadas 3.714 personas, de ellas 66 acu
sadas simplemente de haber insultado a una mujer blanca. Entre 1930 y 1935
fueron linchadas 84 ; en 1943 hubo, al menos, tres casos. Sólo el 0,8 por 100
de estos crímenes ha tenido consecuencias judiciales. Según la tesis de los
adversarios de las leyes federales contra los linchamientos, la constitución fe
deral da derecho a los Estados para permanecer inactivos en lo que concierne
al lynch.
(147) El texto del mensaje puede verse en The Truman Program. Adres-
ses and Messages by President H. S. Truman. Introduct by Senator F. I.
Myers. Washington, 1948-49.
9. El Derecho constitucional de los Estados Unidos 453
P arte h i s t ó r i c a
1. Interpretación cíclica
3. Interpretación dialéctica
5. Conclusión
B) La constitución de 1793
por tercios todos los años. No h ay jefe del Estado, pues el poder eje
cutivo está confiado a un D irectorio de cinco miembros elegidos por los
Consejos. L a separación entre ambos poderes es absoluta : no h ay por
parte del ejecutivo ni proposición, ni iniciativa, ni, en realidad, veto,
ni derecho de disolución ; a su vez, el legislativo no tenía posibilidad
de in flu ir sobre el ejecutivo. De este modo, en caso de conflicto entre
ambos poderes no se ofrecía constitucionalmente medio alguno para
salir de la crisis. A sí, cuando se produjeron estos conflictos, una y
otra parte tuvo necesidad de recu rrir a los golpes de Estado, uno
de los cuales, el de 18 de brum ario, dado por Bonaparte, term inó con
el Directorio y dio paso al Consulado.
Bajo todo este sistema no había más que una realidad política :
el poder omnipotente de Napoleón ; cuando le falta alguna compe
tencia, la toma, y de este modo decide frecuentemente por simple
decreto lo que no podía ser establecido sino mediante una ley. Todo
lo demás : Senado, Cuerpo legislativo, T ribunado (desde el Consu
lado vitalicio) e incluso dinastía, carecía de existencia política real.
E l mismo Emperador se dio cuenta de ello cuando, corrido el ru
mor de su muerte en R usia, un general republicano, M alet, pudo
apoderarse de París durante un día, ante la obediencia pasiva de las
tropas y la indiferencia de los poderes constituidos, lo que hizo ex
clam ar al Em perador : “Un homme est-il done tout ici? Les institu -
tionSj les serments, ríen?”
lítico ; tiene una cierta nostalgia de las antiguas form as, pero no pre
tende seriam ente la restauración in toto del antiguo régimen, sino
que, por él contrario, se hace cargo de la situación y usa para operar
ante ella las técnicas jurídico-políticas del tiempo y lugar. Fue una
constitución de aristócratas y de gran burguesía, y de aquí su libera
lismo y su repulsa a la democracia, contraposición que ¿xplicó amo
de los grandes teóricos de este período : B. Constant. Con Carlos X
h a y un intento de restau rar de verdad el antiguo régimen, de anular
políticamente a la burguesía y de destruir el lib eralisn p . L a conse
cuencia fue la Revolución de 1830.
B) La constitución de 1830
siderado como alta traición. Tanto el Jefe del Estado como los dipu
tados gozan de iniciativa legislativa. E l prim ero carece de veto, aun
que puede solicitar una nueva deliberación. Los actos del Presidente
necesitan ser refrendados por ministros que no son responsables ante
la Asamblea, sino escogidos y destituidos por el Presidente. Sin em
bargo cabía una especie de responsabilidad indirecta, eri cuanto que
el Consejo de Estado ejercía, “con respecto a las administraciones
públicas, todos los poderes de fiscalización y de vigilancia que le fu e
ran deferidos por la le y ” (art. 6 5 ) ; ahora bien, los/miembros del
Consejo eran nombrados para seis años por la Asam blea, quien, a
propuesta del Presidente de la República, podía también destituirlos.
De acuerdo con todo esto, el aspecto orgánico de la constitución
de 1848 puede resum irse del modo siguiente: 1) no es tanto una sín
tesis como una yuxtaposición de principios constitucionales anteriores :
del principio revolucionario del 93 (sufragio universal y Asamblea
única), del principio democrático cesarista (Jefe de Estado elegido
por sufragió universal) y , en parte, del principio parlam entario (re
frendo de los actos del Jefe del Estado por m inistros indirectamente
responsables ante la Asamblea); 2) imposibilita zanjar jurídicam ente
las diferencias entre el Jefe del Estado y la Asamblea, pues ni aquél
puede disolver a ésta, ni ésta destituir a a q u é l; al mismo tiempo,
tampoco concede al Jefe del Estado los poderes necesarios, ante todo
el veto, para gobernar fren te a una Asamblea hostil.
En efecto, elegido Presidente de la República L uis Napoleón, y
encontrándose en desacuerdo con la Asamblea, la cuestión hubo de
decidirse mediante el golpe de Estado de 2 de diciembre de 1851, que
virtualm ente restablece el sistema bonapartista (II Imperio).
(23) Las bases eran las siguientes : "1.a Un jefe responsable nombrado
por diez años. 2.a Ministros sólo dependientes del poder ejecutivo. 3.a Un
Consejo de Estado, formado por los hombres más distinguidos, que prepare
las leyes y sostenga la discusión ante el Cuerpo legislativo. 4.a Un Cuerpo
10. El Derecho constitucional de la República francesa 483
una reedición de la del año V III, aunque con tres diferencias esen
ciales: a) un Presidente en lu g ar de tres cónsules; b) un legislativo
más sim plificado; c) sufragio universal y directo, incluso para el
Presidente de la República.
No contiene declaración de derechos, pero “reconoce, confirma
y garantiza los grandes principios proclamados en 1789, y que son
la base del derecho público de los franceses” (art. l.°), “pero, en rea
lidad, las libertades admitidas son las de la vida privada y no las de
la vida pública” (24). Establece un sistema de cesaTismo democrático
en cuanto que un Presidente elegido directamente por el pueblo está
dotado de fortísim os poderes, y en cuanto que el pueblo participa
junto con el Presidente y el Senado en el poder constituyente. E l Jefe
del Estado es elegido para un plazo de diez años, “es responsable ante
el pueblo francés, al cual tiene siempre el derecho de apelar” (ar
tículo 5.°) ; tiene facultad para recomendar su sucesor, monopoliza
la iniciativa legislativa, proclama el estado de sitio y los ministros
sólo son responsables ante él. E l poder legislativo está compuesto por
el Consejo legislativo, por el Senado y , en cierta medida, por el
Consejo de Estado. E l prim ero es elegido por sufragio universal para
un plazo de seis años; convocado, prorrogado y disuelto por el P resi
dente, tiene como misión la discusión y votación de los proyectos de
ley. A l Consejo de Estado — órgano esencial del régimen— , cuyos
miembros son nombrados y revocados por el Presidente, le compete
la redacción de los proyectos de ley y su defensa ante el Cuerpo le
gislativo y el Senado. Este últim o se compone de cardenales, m aris
cales y alm irantes y dé miembros vitalicios nombrados por el P resi
dente ; participa ineludiblemente en la elaboración legislativa, y so
bre todo tiene im portantes funciones como defensor e intérprete de
la constitución, en cuanto que : a) se opondrá a la promulgación de
las leyes contrarias a la constitución, a la religión, a la moral, a la
libertad de cultos y a la libertad individual ; b) anulará todos los ac
tos anticonstitucionales ; c) interpretará el sentido de los artículos
dudosos. Además, tiene facultad para regular por Senado-consulto,
sometido a la sanción del Presidente, todo lo que, no estando previsto
en la constitución, sea necesario para su curso, y , en fin, tiene com
petencia no sólo para la propuesta de grandes leyes de interés na
cional, sino también de reform as constitucionales.42
legislativo que discuta y que vote las leyes, nombrado por sufragio univer
sal... 5.a Una segunda Asamblea, nombrada por todas las ilustraciones del
país, poder ponderador, guardián del pacto fundamental y de las libertades
públicas.”
(24) P rélo t: Ob. c i t pág. 189.
484 Derecho constitucional comparado
6. La constitución de 1875
(31) Confr. Carl Schmitt: Vergleichender Überblick über die neueste Ent
wicklung des Problems der gesetzberischen Ermächtigungen; “Legislative
Delegationen”, en Positioner und Begriffe, Hamburg, 1940, pägs. 214 y ss.
490 Derecho constitucional comparado
B) L a soberanía nacional
(37) Ob. cit., pág. 58. Sin embargo, el autor se decide más bien por el
principio democrático, y considera la doctrina de la soberanía nacional como
un dogma inútil e insostenible.
(38) Esmein, t. I, pág. 320.
(39) Carré de Malberg : Ob. cit., págs. 887 y ss. Durante las discusio
nes de las Constituyentes de 1946 se opusieron también los términos “ sobe
ranía nacional” y “soberanía popular” (confr. Prélot, págs. 261 y ss.).
(40) Hauriou : Ob. cit., págs. 219 y ss.
(41) Duguit : Souveranité et Liberté. París, 1922, y en general sus prin
cipales obras.
(42) Bonnard : Précis de Droit Public. Paris, 1937, pág. 27.
494 Derecho constitucional comparado
C) El Estado de Derecho
PARTE SI STEMATI CA
I. C onsideraciones generales *
1. Fuentes
2. Nacimiento de la constitución
3. Rasgos fundamentales
A) Tradición y novedad
C) La Unión Francesa
II. D erechos in d iv id u a l e s y c o r p o r a t iv o s
III. E l P arlamento
1. Características generales
2. Composición
3. Funcionamiento
4. Competencia
A) La Asamblea Nacional
I) Legislativas
n) Fiscalización gubernamental
m) Ejecutivas y judiciales
v) Electorales
B) Consejo de la República
IV . E l P residente de la R epública
/
L a constitución consagra en este punto la práctica constitucional
de la T ercera República y consecuentemente pone a la cabeza del E s
tado una m agistratura débil cuya función capital es la representativa.
1. Elección y responsabilidad
2. Sistema de competencias
■ /
V. E l Gobierno
3. Los ministros \
V I. Organos consultivos
1. El Consejo Económico
D E S A R R O L L O H I S T Ó R I C O ( 1)
I. L a C onfederación antigua
1. La República Helvética
2. El Acta de Mediación
Vorort que se turna anualmente entre los seis cantones más im por
tantes. P or lo demás, Suiza quedaba bajo la hegemonía francesa en
virtu d de la “alianza defensiva” y de la “capitulación m ilitar” , que
fijaba un contingente de tropas suizas al servicio de F rancia.
IV . E l E stado F ederal
I. L a constitución de 1848
y
A) Proceso de nacimiento
B) Significado de la constitución
2. L a constitución de 1874
PARTE S I STEMÁTI CA
I. C onsideraciones generales
1. Rasgos fundamentales
A) Estado federal
B) Estado plurinacional
C) Liberalismo y democracia
(7) Así, por ejemplo, el texto alemán del artículo 89 dice, entre otras
cosas, allgemeine verbindliche Bundesbeschlüsse; el francés, arrites fédéraux
qui sont dJune portée générale; el italiano, risoluzione fédérait di caractère
obligatori generale. El texto alemán del artículo 34, 3 emplea la palabra
Gewerbe, mientras que el francés dice arts et métiers, lo cual es un con
cepto de alcance más restringido.
(8) Confr. Fleiner : Beamtenstaat und Volkstaat, en 0 6 . cit., págs. 138
y ss., donde contrapone dos tipos de organización administrativa : a) el
Beamstenstaat (estado burocrático), cuya administración la monopolizan fun
cionarios profesionales permanentes, que forman un estrato social particu
larizado ; y b) el Volkstaat (estado popular, representativo), en el que las
magistraturas públicas se invisten en ciudadanos particulares que, terminado
su mandato, vuelven a la vida privada. La administración federal suiza re
presenta una transición entre los dos tipos, pues “no hay funcionarios profe
sionales—-(salvo en cargos de preparación técnica¿—, pero sí una clase de
personas que se mueven en la tradición y atmósfera de la gran administración
pública. No hay cargos vitalicios, sino de determinado número de años, pero
11. El Derecho constitucional de la Confederación suiza 537
3. Influjos
4. Distribución de competencias
B) Competencias exclusivas
C) Competencias concurrentes
1. Consideraciones generales
za, pues, como dice F leiner, “la igualdad ante la ley existe en S u i
za no sólo en el papel, sino que se ha transform ado en carne y san
gre de los suizos. Es el principio de todo, y no meramente como un
mandato que ha sido concebido por el legislador de la Federación y
de los cantones, sino como el supremo derecho constitucional de los
ciudadanos” (17).
b) E l derecho de sufragio, que adquiere en Suiza importancia
singular, en cuanto que — aparte de que los principales órganos y
m agistraturas son elegidos democráticamente, es decir, mediante el
sufragio— el referéndum y la iniciativa tienen una amplia aplicación
en la vida política suiza. L a constitución federal establece la edad de
veinte años para tom ar parte en las elecciones para miembros del
Consejo nacional. En lo restante, la regulación del derecho de su fra
gio pertenece a los cantones, que, salvo algunos tímidos ensayos de
sufragio femenino, se lim ita a los varones.
c) “É l derecho de petición está garantizado” (art. 57, C. F .) ;
este derecho significa que tanto los individuos como los grupos tie
nen acceso a las autoridades competentes, y que éstas están obliga
das a recibirles y a escuchar sus demandas.
por las leyes federales y cantonales ; pero estas últim as han de ser
sometidas a la aprobación del Consejo Federal (art. 55).
/) L a seguridad jurídica encuentra su garantía en el precepto
que establece que nadie podrá ser juzgado más que por el juez ordi
nario, y que, por consiguiente, no pueden instituirse tribunales ex
cepcionales o extraordinarios. L a jurisprudencia suiza ha distingui
do, como, por otra parte, es norm al, entre estos últim os tribunales y
los tribunales especiales (adm inistrativos, comerciales, m ilitares, et
cétera) (20).
g) L a libertad religiosa y de conciencia, que, dados los antece
dentes históricos de Suiza, y m uy concretamente el proceso de naci
miento de la constitución de 1848, el texto constitucional no se lim ita
a enunciar, sino que entra en detalles de su regulación. E l Estado se
declara neutral en m ateria religiosa en cuanto que el ejercicio de los
derechos civiles y políticos no puede ser restringido por causas re
ligiosas (art. 49).
h) Se garantiza el libre ejercicio de cultos "en los lím ites com
patibles con el orden público y las buenas costumbres” . L a regulación
de la m ateria es de competencia concurrente entre la Federación y
los cantones (art. 50) (21).
H ay, además, varios preceptos destinados a asegurar la libertad
religiosa y la independencia del Estado y de la vida social de los po
deres eclesiásticos ; tales son : la prohibición de crear nuevos obispa
dos sin la aprobación de la Federación (art. 50) ; la prohibición de
los jesuítas y de sus filiales (JJordre des Jésuites et les sociétés qui
lui sont affiliées), así como la intervención de sus miembros en la
Iglesia y en la enseñanza; prohibición que por vía de decreto puede
extenderse a otras Ordenes (art. 51) ; la fundación de nuevos con
ventos u Ordenes religiosas (art. 52), etc.
i) En relación con esta tendencia está también la libertad de
matrimonio y el reconocimiento del civil como el único jurídicamente
válido (art.. 54).201
IV . L a democracia directa
1. El referéndum
terias se suelen celebrar dos referéndums generales por año (así, por
ejemplo, A rgovia y Berna).
B) E l referéndum facultativo está establecido tanto en la F e
deración como en los cantones. Objeto de tal referéndum son, en la
Federación, las; leyes, los tratados federales de duración indefinida o
superior a quince años y los decretos de alcancé general que no tengan
carácter urgente (art. 89). L a decisión sobre si un decreto tiene ca
rácter urgente corresponde a la Asam blea federal, por decisión to
mada por m ayoría de todos los miembros de cada qna de las dos
Cámaras. A hora bien, como quiera que no h ay una délimitación pre
cisa entre la le y y tales decretos de alcance general, ha sido posible
sustraer ciertas materias al referéndum , dándoles form a de decreto
y aplicándoles la cláusula de urgencia, si bien posteriormente han
sido generalmente transform ados en la ley. Por eso, la reform a de
1939, además de exigir m ayoría absoluta, establece que tales decretos
tendrán duración temporal lim itada (art. 89, C. F .).
L a sumisión al referéndum ha de ser solicitada al Consejo Fede
ra l por 30.000 electores u ocho cantones (en este caso, el órgano
competente es la legislatura cantonal), y dentro de un plazo de noven
ta días, pasados los cuales la le y entra en vigor (art. 87, C. F . ; a r
tículos l.° y 4.° al 7.° de la L . F . sobre referéndum). Obtenidas las
firm as o la petición de los ocho cantones, el Consejo Federal organiza
el referéndum , decidiendo la m ayoría simple. En los cantones se si
gue un método sim ilar.
2. La iniciativa
3. La Landgemeinde
(27) Fleiner ; Tradition, dogma, Entwicklung als auf bauende Kräfte der
Schweizerischen Démocratie. En Col. cit., pag. 290.
(28) Hiss : Geschichte des neuern Schweizerischen Staatsrecht. Basilea,
1938, t.
III, pag. 317.
(29)Laehenal (F.) : Le Parti Politique. Sa fonction de Droit public.
Basilea,
1944, päg. 156.
(30)La misma tesis es mantenida por Eickenberger : Die oberste Gewalt
im Bunde. Zurich, 1949.
11. El Derecho constitucional de la Confederación suiza 559
2. L a Asamblea Federal
A) Composición
/
L a Asam blea Federal se compone de dos “Secciones” : el Consejo
Nacional, que representa al pueblo suizo como totalidad, y el Con
sejo de Estados, que representa a todos y a cada uno de los cantones.
Por tanto, su composición reproduce el esquema clásico del Estado
federal.
a) E l Consejo Nacional está integrado por diputados elegidos
para un período de cuatro años por el pueblo suizo y a través de su
frag io universal, directo y proporcional; corresponde un diputado a
cada 22.000 habitantes o fracción superior a 11.000 y , en todo caso,
cualquier cantón ha de tener, por lo menos, un diputado (arts. 72-77).
b) E l Consejo de Estado está compuesto por 44 diputados, a
razón de dos por cada cantón o uno por cada medio cantón (art. 80).
E s, pues, el órgano a través del cual se verifica la participación de
los Estados miembros en la formación y actualización de la voluntad
política de la Federación. A diferencia de la otra Cámara, la elección
de sus miembros no está regulada por el Derecho federal, sino por el
ca n to n al; en la m ayoría de los cantones son directamente elegidos
por el cuerpo electoral, salvo en algunos (por ejemplo, Berna, S t. G all,
F rib u rg o...), donde lo son por los Parlamentos. Como consecuencia
de la diversidad del derecho electoral cantonal, el Consejo de Estados
carece de período electoral fijo, de manera que la duración del man
dato de cada uno de sus miembros varía de cantón a cantón (de uno
a cuatro años ; en general, tres).
B) Competencias precisas
C) Funcionamiento
3. El Consejo Federal
A) El Gobierno colegiado
(33) El artículo 103 estaba redactado así : “Los asuntos del Consejo
Federal están repartidos por departamentos entre sus miembros. Pero esta
división tiene como único objeto promover el examen y la tramitación,>
(Besorgung, Vexpédition des affaires).
564 Derecho constitucional comparado
B) Composición
4. El Tribunal Federal
A) Composición y organización
B) Competencias jurídico-constitucionales
que su duración sea lim itada ; pero, a pesar de que en los proyectos
de reform a se quiso fija r un plazo preciso, nada dice la constitución
sobre el tiempo concreto de tal duración, que queda así al arbitrio
de la Asam blea.
Pero, además de ello, “el Gobierno puede excepcionalmente, sin
delegación especial, crear derecho cuando ante una situación urgente
de la Federación o de un cantón h aya de actuarse de modo inmedia
to y el Parlam ento no esté reunido” (43), bien entendido que sus
decisiones serán sometidas a la aprobación de la Asamblea.
3. L a repetición reiterada de tales actos de urgencia, y el hecho
de que no exista en Suiza la revisión judicial de las leyes y decre-
tos federales, ha abierto la vía a la formación de un derecho consti
tucional consuetudinario en la esfera que estamos tratando. Pero si
la existencia de tal norma es reconocida de modo general, en cam
bio es discutido y discutible si tal “derecho de necesidad” puede apo
y a rs e en determinados preceptos del texto constitucional. Los artícu
los más reiteradam ente invocados han sido el 2.°, que establece los
fin es generales de la Federación, relacionándolo, generalmente, con
ciertos párrafos de los 85 y 102, que atribuyen a la Asam blea y al
Consejo Federales las medidas a tom ar para la seguridad exterior e
interior, el mantenimiento de la independencia y de la neutralidad,
y la garantía de la tranquilidad y del orden. T al tesis ha sido soste
nida por B urckhardt y de manera más extrem ista por W ald k irch (44),
que parte de la base de una jerarquía entre las normas constitucio
nales, según la cual las disposiciones más generales tienen primacía
sobre las particulares, y m uy especialmente cuando tales normas fijan
los fines del Estado. Con arreglo a ello, es claro que los precep
tos subordinados no pueden obstaculizar a los principales, y , en con
secuencia, si los fines del Estado sólo pueden cumplirse mediante un
•derecho de necesidad, es patente que tal derecho es inherente a la
constitución, aunque esté en contradicción con ciertos preceptos p ar
ticulares. E n otros casos, la afirm ación de la constitucionalidad ha
tenido lu gar en virtu d de los métodos que hemos mencionado ante
riorm ente (supra, págs. 543 y s.), y de la necesidad de llenar las
lagunas de la constitución.
PARTE HISTÓRICA
(5) Confr. Andrei Y. Vyshinsky : The Law of the Soviet State, trad. in
glesa. Nueva York, 1949, págs. 142 y ss.
12. El Derecho constitucional de la Unión Soviética 577
(6) Engels: Herr Eugen Dilhring, cit. por Kelsen: The Political Theory
of Bolshevism. A critical Analysis. Berkeley and Los Angeles, 1928, pag. 12.
12. El Derecho constitucional de la Unión Soviética 579
(7) Lenin: Las misiones inmediatas del poder soviético, cit. por Kelsen:
Sozialismus und die Staat. Eine Untersuchung der politischen Theorie des
Marxismus. Leipzig, 1923, pág. 174.
(8) Cit. por Mark Vishniak : Lenin3s Democracy and Stalin3s, en Fo-
reing Affairs, julio 1946, pág. 614.
(9) Stalin : Rapporto sulla questione nazionale alia VII Conferenza pan-
rusa del Partito Operario Social-Democratico russo, del 29 aprile (12 maggio)
1917, recogido en la colección de escritos de Stalin : II marxismo e la ques
tione nazionale e coloniale, S. I., Einaudi, 1948, pág. 135. Sobre este tema,
v. Cobban : Selfdetermination. Oxford, 1945 (cap. XI, National selfdeter-
mination in the Theory and Practice of the Soviet Uniori), y R. Schlesinger:
Pederalism in Central and Eastern Europa. London, 1945 (parte IV, Federa-
lism in the Soviet Union).
580 Derecho constitucional comparado
3. El sistema constitucional
A) La formación de la U. R. S. S.
Y a hemos indicado que todo este período form a una unidad cons
titucional en cuanto a sus motivaciones políticas fundam entales, pu-
diendo considerarse como a tales a las siguientes : /
a) El “pathos” revolucionario y el carácter programático.— Las
constituciones son la expresión jurídico-política de unos grupos vic
toriosos, los cuales no pretenden una reorganización de la estructu
ra anterior, sino la creación de un orden totalm ente nuevo y en opo
sición no sólo al antiguo de la misma R usia, sino al existente en el
resto del mundo. Se propone "suprim ir toda explotación del hom
bre por el hombre, abolir definitivam ente la división de la sociedad
en clases, aplastar sin piedad a todos los explotadores y hacer triu n
fa r el socialismo en todos los países” (Declaración de derechos, 3.°) ;
parten de su escisión frente al mundo, que queda dividido en "el
campo del capitalismo y el campo del socialismo” (constitución de
1924, declaración), y están dominadas por el espíritu combatido y
programático. Como es general en las constituciones surgidas de un
movimiento revolucionario, tienen en sí mismas el carácter de un
panfleto de propaganda.
b) E l internacionalismo.— E l pathos combativo se m anifiesta ante
todo en su oposición al capitalismo extranjero, oposición que era con
secuencia del carácter de clase de la revolución ru sa y de la considera
ción de aquélla como la vinculación fundam ental entre los hombres ;
por otra parte, la teoría revolucionaria entendía que sólo era posible
la construcción del socialismo cuando la clase obrera hubiera triu n fa
do en varios países, y , en todo caso, sobre la base de una estrecha
ayuda y colaboración del proletariado extranjero. Con arreglo a estas
premisas se consideraba al Estado soviético más como organización
política de la clase obrera mundial que como la de un pueblo o de
unos pueblos concretos : en la lucha universal de clases, las masas
trabajadoras, conducidas por el proletariado, habían vencido en un
punto, en el territorio del antiguo Imperio zarista, y el Estado bol
chevique elevado sobre este territorio estaba, así, indisolublemente
unido al proletariado universal.
Con arreglo a estos supuestos, la constitución tiene una proyec
ción internacional. L a misma denominación de Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas, sin referencia geográfica alguna, no es casual,
12. El Derecho constitucional de la Unión Soviética 583
PARTE S I S TEMÁTI CA
(15) Vishniak : Ob. cit., págs. 616-617. Florinsky : Ob. cit., pág. 840.
12. El Derecho constitucional de la Unión Soviética 585
2. E l socialismo
3. La democracia y la dictadura
4. Estado federal
(22) Sin embargo, esta hegemonía decrece no sólo por haberle sido
segregados territorios a la R. S. F. S. R. para formar, juntos con los adqui
ridos a Finlandia, la República carelo-filandesa, sino también por la ex
pansión creciente de la industrialización en otras partes de la U. R. S. S.,
que amplía la participación de otras regiones en los cuadros comunistas.
(23) Por K . C. Wheare ; Federal Government. Oxford, 1946, pág. 26.
12. El Derecho constitucional de la Unión Soviética 591
5. Partido único
Otros motivos por los que se la niega carácter federal pueden verse en Schle-
singer : Federalism, págs. 402 y ss.
(24) Stalin : Problemas de leninismo, texto recogido por N. L. Hill y
H. W . Stoke : The Background of European Governments, Readings and
592 Derecho constitucional comparado
IV . L a estructura federal
A) Derechos
B) Deberes
2. Distribución de competencias
(29) Florinsky : Oh. cit., págs. 856 y ss. Kelsen : The Political Theory
of Bolchevism, pág. 56.
(30) K. Braunias : Die Grund- und Freitheitrechte nach der neuen Soviet
Verfassung (en Zeits. für Oeffentliches Recht, t. XVIII, 1939, pág. 349).
598 Derecho constitucional comparado
1. El Soviet Supremo de la U. R. S. S.
A) Composición
B) Atribuciones
C) Funcionamiento
T anto para las sesiones ordinarias (dos por año) como para las ex
traordinarias, es convocado por el Presidium (arts. 46 y 55).
Las reuniones de ambas Cámaras comienzan y se clausuran si
multáneamente (art. 41). Sus poderes son exactamente iguales (ar
tículo 37), y , en caso de desacuerdo, se sigue el siguiente procedi
miento: a) se nombra una Comisión m ixta, y , si ésta no llegara a un
acuerdo, b) se somete la cuestión a un segundo examen de las Cá
m aras ; pero si su resultado continúa siendo negativo, entonces, c) el
Presidium disuelve las Cámaras y convoca nuevas elecciones en un
plazo de dos meses (arts. 47 y 54). Este es el único caso en que se
admite la disolución extraordinaria. Este plazo de dos meses rige
asimismo para el caso de disolución por exp irar el tiempo del man
dato.
600 Derecho constitucional comparado
A) Composición ¡
B) Atribuciones
“Puesto que las funciones del Presidium son continuas y las del
Soviet Suprem o son periódicas, el prim ero es considerado como el
más poderoso elemento de la Unión Soviética... L a influencia del
Presidium se ha convertido en tan dominante, que el Soviet Suprem a
ha quedado reducido a reunirse a invitación de este cuerpo y a ra ti
ficar sus decretos. E l Soviet Suprem o no ha disentido de ninguna
medida que le haya sido sometida por el Presidium ” (32).
3. E l Consejo de ministros
A) Composición
B) Funciones y atribuciones
C) Responsabilidad
D) Los ministros
F) El Gosplan
V II. E l partido
I. I ntroducción
que dism inuyen los poderes del órgano elegido de modo inmediato
p o r el pueblo, es decir, de la Asam blea Nacional, para aum entar los
poderes del Presidente de la República, elegido ciertamente por el
pueblo pero de modo mediato a través de un colegio de electores. L a
constitución significa también una rectificación del clásico parla
m entarism o francés, que queda aminorado en el doble sentido de ha
cer más difícil la exigencia de la responsabilidad m inisterial y en
el de lim itar la capacidad legislativa del Parlam ento para aumentar
la del Gobierno.
III. E l P r e sid e n t e de la R e p ú b l ic a
1. Significación
2. Elección
3. Atribuciones
A) La defensa de la Constitución
B) Ejecutivas
los preceptos constitucionales que fijan los casos de dimisión del Go
bierno. .
b) , A través del P rim er M inistro, recibe la renuncia del Go
bierno.
c) Preside el Consejo de M inistros (art. 9), función en la que
a título excepcional, por mandato especial y con determinado orden
del día, puede hacerse reem plazar por el P rim er M inistro (art. 21).
F irm a las disposiciones y decretos adoptados por el Consejo de M i
nistros (art. 13). ¡
d) Es Jefe de los Ejércitos y preside los consejos y comisiones
superiores de defensa nacional (art. 15).
e) Negocia y ratifica los tratados y está informado de las nego
ciaciones tendentes a lograr acuerdos que no precisen ratificación.
Ciertos tratados, sin embargo, no pueden ser ratificados más que
por ley, es decir, previa decisión del Parlam ento (arts. 52 y 53).
f) Acredita y son acreditados ante él los embajadores enviados
extraordinarios (art. 14).
g) Nombra los empleos civiles y m ilitares del Estado, algunos
de los cuales, sin embargo, se reservan al Consejo de M inistros (ar
tículo 13).
C) Legislativas
IV . E l G o b ie r n o
1. Composición y nombramiento
2. Funciones
3. Responsabilidad
V. E l P arlam en to
1. Composición
2. Sesiones
3. Atribuciones
A) Legislativus
B) Otras atribuciones
4. Funcionamiento
Ü
Apéndice. La Constitución francesa de 1958 619
V I. C o n s e jo C o n st it u c io n a l
(A rts. 56-63)
1. Composición
2. Funciones
Los fallos del Consejo son inapelables, de modo q^e sus decisio
nes vinculan los poderes gubernamentales, adm inistrativos y ju d i
ciales. L a disposición legal declarada anticonstitucional no puede en
tra r en vigor. E n el caso de los tratados, la declaración de inconsti-
tucionalidad obliga a dejar en suspenso la autorización o ratificación
del tratado hasta después de una reform a de la constitución que lo
haga compatible con ella (art. 54).
V II. C o n s e jo S u p e r io r de la M a g ist r a t u r a
(A rts. 64-65)
V III. C o n s e jo E c o n ó m ic o y S o c ia l
(A rts. 69-71)
IX . R e v is ió n de la c o n s t it u c ió n
X. L a “C o m u n id a d ”
DEDICATORIA .......................................................................................................... 7
P rólogo a la pr im e r a edición ......................................... ................................................ 9
P rólogo a la segunda edición ........................................................................................... 13
P A R T E P R I M E R A
C a p ít u l o p r im e r o : F u n c ió n , c l a sif ic a c io n e s, o r ig e n y f o r m a c ió n del
Págs.
1. Las tesis positivistas ........................................ ............. ........ 58
2. Su aplicación al Derecho político .................................... ... 59
3. Crítica del positivismo ....................................................... ...... 62
III. Las razones históricas del positivismo ... \....................... ........ 64
IV. La crisis de la legalidad ................................ ................. . ....... 67
1. E l c o n c e p to d e l e y .................................... .................... ............. 68
2. L o s s u p u e s to s d e l c o n c e p to d e le y y s u c r is is ... ................ 69
3. L a c r is is e n e l D e re c h o p o s i t iv o ......................................... 76
C a p ít u l o V : L a e s t r u c t u r a c o n s t it u c io n a l ............................................................... 99
I. C o n s id e r a c io n e s m e tó d ic a s ............................................................................ 99
1. L a c o n s titu c ió n c o m o p a r t e in t e g r a n t e d e l o r d e n ju r íd ic o . 1U0
2. C o m o p a r t e in t e g r a n t e d e l o r d e n e s t a t a l ... ..................................... 10 1
_ ^ -3 . C o m o p a r t e in t e g r a n t e d e l a e s t r u c t u r a p o lít ic a ...................... 101
IV . L a c o n s t it u c ió n y lo s d e m á s c o m p o n e n te s d e la e s t r u c t u r a d e l
E s ta d o y d e la S o c i e d a d ......................................................................................... 12 0
V. E s t á t ic a y d in á m ic a c o n s titu c io n a le s ........................................................... 12 8
Págs.
Págs.
A) La teoría de la doble soberanía (o cosoberanía) ....... 22¡0
B) Teoría que niega la realidad jurídica del Estado Federal.
(Asimilación a Confederación) ...-.............................. ...... 222
C) Teoría que afirma como único Estado al Estado Federal.
(Asimilación a Estado Unitario) ... \ ......... ......... Á ....... 223
D) Teoría que afirma que la Federación es el único Justado
soberano, pero que no niega a los miembros el cárácter
de Estado ................. :...................., ................. ... ............ 225
E) La teoría de las tres entidades estatales (o del tercer
término) ......... ........................................................ ; ... ....... 227
F) Teoría que concibe al Estado Federal como forma avan
zada de descentralización............................. ............... 229
3. Esquema de una teoría del Estado Federal ....... ................. 231
A) La constitución federal ............ ...................... .......... 231
B) Las relaciones jurídicas del Estado Federal ... ............ 233
a) Las relaciones de coordinación......... ................ ....... 234
b) Relaciones de supra y subordinación......................... 237
c) Las relaciones de inordinación ... .......................... ... 239
C) El Estado Federal, la Confederación y el Estado des
centralizado ...................................................................... ... 240
a) El Estado Federal y la Confederación ...................... 241
b) El Estado Federal y el Estado descentralizado ....... 242
4. La tendencia al aumento de competencias federales ............ 244
5. Estados semifederales .................................................................. 245
PARTE SEGUUNDA
Págs.
C) Concepciones teóricas del reino .................... .............. 260
3. La caída del gobierno conciliar (guerra y revolución) ... 261
A) El planteamiento del problema constitucional ............ 261
B) Su expresión doctrinal ......................................................... 262
C) Acontecimientos e instituciones de este período ......... 264
4. Pe la Glorious Revolution a la reforma de 1832 ............... 268
A) La nueva dinastía ............................. ................. ........ 268
B) El significado de la revolución ................................... 268
C) Las instituciones y el desarrollo de la constitución ... 268
D) Las teorías de la época sobre la constitución .............. 271
5. La evolución constitucional desde 1832 ................................ 274
A) Las reformas electorales ... ......................................... 274
B) El Gabinete, la Corona y el Parlamento ....................... 275
C) Supremacía de los Comunes ................................................ 276
P arte sist e m á t ic a :
Págs.
Págs.
D) La guerra civil y la homogeneización nacional ... ... ... 340
E) El paso a potencia hegemónica mundial y sus repercu
siones constitucionales ................................................. ....... 340
P arte s ist e m á t ic a :
Págs.
2. El sistema de derechos y su garantía .............................. 443
A) Derechos sustantivos ........................... ............................... 443
a) Derechos de libertad personal .................................. 443
b) Derechos democráticos ................................. ........ 445
B) Derechos procesales ........................................................... 446
C) El debido procedimiento legal ... .................... ... 447
3 . El derecho de necesidad ......................................................... 448
4. ¡La nacionalización de los derechos individuales ........ 450
IX. La reforma formal de la constitución ..................................... 453
632 Indice
Págs.
B) La soberanía nacional ............................ . . . ....... 492
C) El Estado de Derecho ....... ... ... ........... ...........,·. ... 494
P arte sis t e m á t ic a :
Págs.
C a p ít u l o XI: E l D erecho c o n st it u c io n a l de la C o n f e d e r a c ió n su iz a . 521
D e sar r o llo h ist ó r ic o :.
Págs.
Págs.
2. D istribución de com petencias .......................................................... 594
3. Las Repúblicas autónom as y otras entidades ............................. 595
V. El sistem a de derechos y deberes de los ciudadanos .............. 595
1. Los derechos individuales .................. ·............................................ 596
2. D erechos políticos dem ocráticos ... ........ ................................... 590
3. Derecho a prestaciones del Estado ............. ... .................. ........ 597
4. Las g aran tías de estos derechos ...................................................... 597
5. D eberes de los c iu d a d a n o s....................................... ............... ........ 598
VI. Organos fundam entales de la F e d e ra c ió n ...... .................................. 598
1. El S oviet Suprem o de la U. R. S. S ................................................ 598
A) C o m p o sición .............................................. 598
B) A tribuciones .................................................................................... 599
C) F u n c io n a m ie n to ....................... ... ........ ...................................... 599
2. El P residium del S o vie t Suprem o ........ ........................................ 600 .
A) Composición ... ................................................................................. 600
B) A tribuciones ............................ 600
3. E l Consejo de m inistros ........................................................... ........ 601
A) C o m p o sición ............................................ 601
B) Funciones y a trib u c io n e s ........................................................... 601
C) R esp o n sa b ilid a d .......... ................. ....... ...................................... 601
D) Los m inistros ................. '.......................................,....................... 602
E) G abinete o Consejo r e s trin g id o ................................................ 602
F) E l G o s p la n .......................................................... 602
VII. E l P artido ..................... ................................................. ................................. 603
VIII. La reform a de la constitución ................................................................ 605
Págs.
3. A tribuciones .................................................. .................. ... ... ... 6Í5*
A) L egislativas .................. ........................................................ ........ 615
B) Otras atribuciones ............................................ . ............ . ........ 616
4. F u n c io n a m ie n to ........................................... .\...........................¿........... 617
VI. Consejo C onstitucional ....................... ... ... ... .................. :............ 619*
1. C o m p o sic ió n ........................ ............................. .................. ............. 619*
2. Funciones ....................................... .................................. ............ 619'
A) E le c to ra le s ........................................................................ ............ 619
B) Fiscalización de la constitucionalidad ................. L ............. 619
3. Efectos de la declaración de inconstitucionalidad .................... 620»
VII. Consejo su p erior de la m a g istra tu ra .... ..................... ... ........... 6 20
VIII. Consejo económ ico y social ...................................................................... 620
IX. R evisión de la c o n s titu c ió n ................................. ................................. 621
X. La tCom unidad» ... ................ ........................................... ... ....... 621
ALIANZA UNIVERSIDAD. TEXTOS
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