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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÒNOMA DE

MÈXICO

FACULTAD DE FILOSOFÌA Y LETRAS

La participación de las filosofìas en la


formación de ciudadanía

INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÌA II
SISTEMA DE UNIVERSIDAD ABIERTA

RAÙL VILLASEÑOR HERNÀNDEZ

1
La participación de las filosofìas en la formación de ciudadanía

Hace algún tiempo en una capacitación sobre “Educaciòn para la paz y los derecho
humanos” nos contaron el cuento de “la niña pequeña”. Comienza con el primer dìa
de clases y la maestra les pide que hagan una flor, la niña toma colores violetas,
naranjas y rojos. Dibuja el tallo naranja, las hojas rojas y las flores violetas. La niña
veìa hermosa su dibujo y la maestra la felicitó por su dibujo tan bonito y creativo.

Su familia se tiene que cambiar de casa y la cambian de escuela, en su nuevo salòn


le enseñan como es una flor, y les piden que la dibujen, ella toma colores distintos al
de la imagen que le habían enseñado y cuando la nueva profesora le revisa su dibujo
la regaña por no obedecer sus òrdenes y le indica que todas las flores son con tallo
verde, hojas verdes y pétalos solo de algunos colores permitidos.

Posteriormente, se vuelve a cambiar de escuela y le solicitan que haga el dibujo de


una flor, esta vez la niña pequeña hizo una flor con tallo verde, hojas verdes y
pétalos sólo de los colores permitidos.

Moraleja, la domesticación, la represión, el control, el autoritarismo, la educación sin


respeto a la libertad solo produce personas limitadas en su creatividad y en la
capacidad de autarquía y autonomía.

Aquí cabe señalar lo que Nussbaum menciona: “Una vez màs, se está defendiendo
una educación que promueve la asimilación cultural de las venerables tradiciones de
la “Civilización Occidental”, en contra de una educación màs socrática que insiste en
enseñar a los estudiantes a que piensen por sì mismos”.1

Necesariamente una persona con mentalidad socrática cuestiona, discute, reflexiona


y toma por sì mismo alguna idea y la enmarca dentro del total de argumentos e ideas
anteriores que tiene asimiladas para con ello “buscar” tener una concepción
coherente de sí mismo y de su mundo.

Nussbaum narra un ejemplo en el funcionamiento operativo de las instituciones


educativas: “Te hacen tomar Filosofìa y hacer preguntas, y luego te piden que
obedezcas a la autoridad y no hagas preguntas”. 2 Lo cual demuestra la contradicción
inherente entre autoridad y conocimiento, las instituciones no acaban de tomar la
decisión coherente con la lógica democrática, respetar lo máximo la libertad con el
mínimo de reglas, por lo cual el lìmite entre la autoridad y el estudiante no puede
encontrarse al nivel de hacer preguntas.

Este problema es viejo, desde mi punto de vista existe desde que el hombre es grupo
social, pero dejando de lado tal problema (del origen de esta contradicción en el

1
Martha C. Nussbaum. El cultivo de la humanidad. Editorial. Andrès Bello. 2001. Pp. 38.
2
Idem. Pp. 38.

2
marco de la libertad), Kant aborda la condición a finales del siglo XVIII que no sólo es
un problema del saber, sino de poder el cual el no menciona pero que como veremos
con Foucault se resalta màs claramente, por ahora atendamos al primero: “La
ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad
significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta
incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de
decisión y valor para servirse por sì mismo de ella sin tutela”. 3

Con esta idea de Kant podría decirse alguna definición como el período histórico en
que se busca el conocimiento como elemento primordial para ejercer la autonomía y
la autarquía, pero hay una pregunta a resolver ¿esto llevaría al individualismo, y
pondría en jaque a los núcleos sociales primordiales? O por contrario, ¿el
individualismo favorecería una humanidad más integrada pero a la vez respetuosa de
la diversidad de opciones en un marco de libertad?.

Precisamente las instituciones y la autoridad se encargan por diversos medios de


hacer ver en el estudiante y el ciudadano, lo que dice Kant: “Los tutores que tan
bondadosamente se han arrogado este oficio, cuidan muy bien que la gran mayoría
de los hombres (y no digamos que todo el sexo bello) considere el paso de la
emancipación, además de muy difícil, en extremo peligroso”. 4 Lo cual demuestra
evidentemente la ganancia que tienen en tener adeptos para su propia institución
que representan.

Kant es un tanto soñador, cuando dice: “Para esta ilustración no se requiere más que
una cosa, libertad; y la más inocente entre todas las que llevan ese nombre, a saber:
libertad de hacer uso público de su razón íntegramente”. 5 No creo que en su época
no existiera censura y represión directa para quien ejerciera el uso público de la
razón.

Aunque no por ello, sus conceptos no son importantes, al contrario son elementos
vitales para utilizarse en la actualidad: “Entiendo por uso público aquel que, en
calidad de maestro, se puede hacer de la propia razón ante el gran público del
mundo de lectores. Por uso privado entiendo el que ese mismo personaje puede
hacer en su calidad de funcionario” 6.

Visto desde este modo, Kant aporta el argumento para la libertad de cátedra, ya que
esa sería la forma en la que los profesores pueden traer las ideas públicas al ámbito
privado de la universidad y con ello apoyar uno de los argumentos kantianos: “Una
generación no puede obligarse y juramentarse a colocar a la siguiente en una
situación tal que le sea imposible ampliar sus conocimientos (presuntamente
circunstanciales), depurarlos del error y, en general, avanzar en el estado de su
3
Emmanuel Kant. Filosofìa de la historia. ¿Qué es la Ilustraciòn?. Editorial Fondo de Cultura Econòmica. Pp. 25.
4
Idem. Pp. 26.
5
Idem. Pp. 28.
6
Idem. Pp. 28.

3
ilustración”.7 De este modo, libertad y saber van de la mano, restringir la primera
implica retrasar la ilustración para todos.

Por ello, es de actualidad esta cita de Kant: “Si ahora nos preguntamos: ¿es que
vivimos en una época ilustrada? La respuesta será: no, pero sí en una época de
ilustración”.8 Es decir, no estamos ilustrados pero es necesario promover la ilustración
como vía de desarrollo de todas las capacidades del individuo, las cuales terminan en
el pleno ejercicio de la ciudadanía.

Este tema está lleno de complejidades y ángulos, es abordado también desde el


conflicto de las facultades en que señala: “Pero el pueblo no coloca su felicidad ante
todo en la libertad, sino en sus fines naturales, es decir, en estos tres puntos: en la
bienaventuranza después de la muerte; en la convivencia con los hombres, los bienes
garantizados por leyes civiles: finalmente, en el goce físico de la vida en sí misma (es
decir, la salud y la longevidad)”. 9 O sea en la religión, en el derecho y la medicina con
sus implicaciones que ya abordaremos al incorporar a Michel Foucault.

Ya en Kant se empieza a entrever esta relación entre el gobierno hecho instituciones


y el pueblo carente del pleno ejercicio de la ciudadanía: “El pueblo quiere ser guiado,
esto es, (en el lenguaje de los demagogos), ser engañado. Pero no quiere ser guiado
por los sabios de las Facultades (pues juzga su sabiduría demasiado elevada), sino
por sus agentes que conocen su oficio (sabor faire), por los eclesiásticos,
jurisconsultos, médicos, que como profesionales se atribuyen las mejores
presunciones, y por eso el gobierno, que no puede obrar sobre el pueblo sin ellos, se
ve inducido a imponer a las Facultades una teoría, que no proviene de la sabiduría
pura de sus labios, sino establecida en función de la influencia que sus agentes
pueden ejercer sobre el pueblo; pues este se atiene naturalmente sobre todo a lo que
menos molestia le exige, a lo que le permite no hacer uso de su propia razón y a lo
que, a la ve, mejor permite conciliar los deberes con las inclinaciones; por ejemplo,
en materia de teología, a esto: que es saludable en sí “creer” a la letra, sin examinar
(hasta sin comprender bien) lo que debe creerse, o que, cumpliendo ciertas
formalidades prescriptas, los crímenes pueden ser borrados inmediatamente; o en
materia jurídica, que observar la ley según la letra dispensa de examinar la intención
del legislador”.10 Se puede decir que en distintos ámbitos se crean relaciones
invisibilizadas de dominación por parte de la autoridad y sumisión en el pueblo que
según Kant si se ilustrara dejaría de colocarse en la tutela y ejercería libremente el
uso público de la razón.

Ahora, mejor aún, Foucault intenta investigar el origen de cierta actitud crítica que el
reconoce como una pràctica de occidente y por ello comenta: “La pastoral cristiana, o
la iglesia cristiana en cuanto ella desplegaba una actividad precisamente y
7
Idem. Pp. 32.
8
Idem. Pp. 34.
9
Emmanuel Kant. El conflicto de las facultades. Editorial Losada. 2004. Pp. 38.
10
Idem. Pp. 40-41.

4
específicamente pastoral, desarrollò la siguiente idea, por lo demás, singular y
completamente extraña a la cultura antigua. Cada individuo, cualquiera fuese su
edad, su status, y a lo largo de su vida y en el detalle de sus acciones, debía ser
gobernado y debía dejarse gobernar. Es decir, ser dirigido hacia su salvación (salut)
por alguien a quien estuviese unido mediante una relación global, pero al mismo
tiempo meticulosa, detallada y obediente. Esta operación de dirección hacia la
salvación bajo una relación de obediencia, debe ocurrir en una triple relación con la
verdad: verdad entendida como dogma; verdad en la medida en que esta dirección
implica un cierto modo de conocimiento particular e individualizante de los individuos;
y finalmente, en la medida en que esta dirección se despliega como una técnica
reflexionada que implica reglas generales, conocimientos particulares, preceptos,
métodos de examen, confesiones, entrevistas, etc”.11

Lo anterior necesariamente desemboca en reglamentarizar todos los ámbitos de la


existencia, pero también, en que el pueblo compararía lo que se le exige que cumpla
y el desempeño de las autoridades, y por ello, la consecuencia inevitable señalada
por él: “Pero creo que, a partir del siglo XV y antes de la Reforma, se puede decir que
ha habido una verdadera explosión del arte de gobernar los hombres; explosión que
puede entenderse en dos sentidos. Primero, como un alejamiento de original núcleo
religioso; digamos, como laicización, expansión hacia la sociedad civil de este tema
del arte de gobernar los hombres y de los métodos para hacerlo. Segundo, como una
diseminación de este arte de gobernar en dominios variados tales como gobernar los
niños, los pobres, y los mendigos, una familia, una casa, los ejércitos, las ciudades,
los Estados, su propio cuerpo, su propio espíritu”. 12

Es por ello que: necesariamente de manera aparejada se deriva la pregunta ¿còmo


no ser gobernado?, y de ahì se deriva la primera definición preliminar de crìtica: “el
arte de no ser gobernado de una cierta manera”. 13 De la anterior definición Foucault
encuentra 3 puntos de anclaje históricos que coinciden tremendamente con las tres
temáticas de la Facultades superiores de Kant:

1) "No querer ser gobernado, era una cierta manera de rechazar, recusar o
limitar (dígase como se quiera) el magisterio eclesiástico; era el retorno a la
Escritura, de lo que había sido efectivamente escrito en la Escritura; era la
pregunta por la especie de verdad de la Escritura en la Escritura a pesar, tal
vez, de lo escrito, y hasta llegar incluso, finalmente, a la pregunta muy simple:
¿es verdadera la Escritura?...Digamos que históricamente, la crítica es bíblica?

2) No querer ser gobernado, no querer ser gobernado de un cierto modo, es


también no querer aceptar esas leyes invocadas porque ellas son injustas….La
crìtica es, por tanto, desde este punto de vista, frente al gobierno y a la
obediencia que exige, la oposición de los derechos universales e
11
Michel Foucault. ¿Qué es la crítica?. Revista de Filosofìa-ULA, 8, 1995. Pp. 2.
12
Idem. Pp. 3.
13
Idem. Pp. 4.

5
imprescriptibles a los que todo gobierno, cualquiera que sea –monarca,
magistrado, educador, padre de familia- deberá someterse. En resumen, si se
quiere, encontramos aquí el problema del derecho natural.

3) Finalmente, no querer ser gobernado es, por supuesto, no aceptar como


verdad lo que una autoridad dice que es la verdad; o, al menos, es no
aceptarlo por el simple hecho de que una autoridad diga que sea verdad; es
no aceptarlo a menos que uno mismo considere como buenas las razones
esgrimidas para aceptarlo. En este caso la crìtica coloca su punto de anclaje en
el problema de la certidumbre frente a la autoridad”.14

En el conflicto de las facultades Kant señala la Teología, el Derecho y la Medicina,


seguramente Foucault lo aprovecha y comenta: “Tenemos asì una triple
correspondencia. La Biblia, el derecho, la ciencia; la escritura, la naturaleza, la
relación consigo mismo; el magisterio, la ley, la autoridad del dogmatismo”. 15

Dentro de esta triple correspondencia se encuentra interacciones entre el saber y el


poder cuyas definiciones de Foucault son: “Con la palabra saber me refiero a todos
los procedimientos y todos los efectos de conocimiento que son aceptables en un
momento dado y en un dominio definido. Por su parte, el tèrmino poder no hace otra
cosa que recubrir toda una serie de mecanismos particulares, definibles y definidos,
que parecen susceptibles de inducir comportamientos y discursos”. 16

En este punto es de recordar como en un libro que se llama “médicos, fabricantes de


angustia”, relata como los médicos son herederos del poder sobre el cuerpo que
anteriormente poseían los sacerdotes y que a su vez se adueñan del cuerpo del
paciente, asumiéndose con la autoridad de decidir y anulando la libertad del enfermo
controlando toda posibilidad de probar otras soluciones sin que ellos tampoco puedan
garantizar la efectividad plena de su tratamiento.

De esta manera, sacerdotes, abogados, y médicos controlan y establecen relaciones


con sus clientes, pacientes o feligreses interacciones de dominación y sumisión en las
cuales se entreven la estructura sistémica de saber y poder descrita por Foucault.

Por último, todos los elementos aportados en este trabajo son resultado del quehacer
filosófico, por ello, creo indispensable que el saber filosófico se siga generando y
transmitiéndo para provocar hacer un mejor uso público de la razón que proponga y
promueva la transformación política y social de todos los ámbitos a que el pleno
ejercicio de la ciudadanía puede llegar.

14
Michel Foucault. ¿Qué es la crítica?. Revista de Filosofìa-ULA, 8, 1995. Pp. 4.
15
Idem. Pp. 4.
16
Idem. Pp. 13.

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