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PSICOLOGIA ANORMAL

Anormal es un adjetivo que se utiliza para nombrar a aquello que se encuentra fuera de su
estado natural o de las condiciones que le son inherentes.

Para comprender el concepto de anormal, primero debemos saber qué es lo normal. La


normalidad está vinculada a algo que está en su estado natural o que sirve de regla o
norma. Es posible asociar lo normal a lo común o a lo habitual. Lo anormal, por lo tanto, es
justo lo contrario: lo infrecuente, lo que escapa de lo común o de la lógica. Es importante
tener en cuenta, de todas maneras, que la noción de anormal suele tener una
connotación negativa o discriminatoria. La normalidad, después de todo, puede resultar
subjetiva o, como en el ejemplo anterior, ser una simple consecuencia de la estadística.
Eso no quiere decir que lo anormal sea malo o condenable, simplemente es diferente o
poco habitual.

¿HASTA QUE PUNTO ES CORRIENTE LA ANORMALIDAD?

El tipo de conducta del que hablamos, por desgracia, es muy común. Según una
estimación en 1978 de la President’s Commission of Mental Health, uno de cada cuatro
americanos, más de 55 millones de personas, sufren algún tipo de trastorno psicológico.
Unos 7 millones de individuos al año reciben tratamiento por problemas de salud mental,
y se cree que unos 34 millones lo necesitan.

La investigación ha descubierto que son varios los factores sociales que contribuyen en la
aparición de un trastorno, entre otros la pobreza, la discriminación social y sexual y el
estrés. Por ejemplo, un estudio realizado en Chicago por Ilfeld en 1978 descubrió que las
mujeres con ocupaciones de status de clase alta o media-alta son las únicas cuyos
problemas psicológicos no son mayores que los de los varones en situaciones
comparables. En otro estudio, elaborado en Florida, Schwab y sus colaboradores en 1979
descubrieron que los factores sociales (altas tasas de movilidad y migración) y las
influencias biológicas (historias familiares de enfermedad mental y enfermedades físicas
persistentes) parecían contribuir más en los trastornos mentales de los individuos de raza
negra que, por ejemplo, una infancia feliz o enfermiza; llegando a la conclusión de que
esto “señala la importancia de los factores socioeconómicos en las enfermedades
mentales de los negros”.

MEDIDA DE LA ANORMALIDAD

En los estudios a los que nos acabamos de referir, los investigadores utilizaron diversas
medidas para determinar la normalidad. Constituían una fuente de información
importante las entrevistas. En ellas, observadores preparados sacaban conclusiones
basadas en la conducta, y se preguntaba a los individuos acerca de los diversos síntomas
que generalmente se consideran indicativos de dificultades psicológicas (depresión,
ciertos dolores físicos que se han relacionado con estados mentales, como ulceras
gástricas y migrañas, y los hábitos de comida, bebida y sueño). Algunas veces durante el
curso de la entrevista y otras al suministrar cuestionarios, los investigadores formulaban
preguntas diseñadas para provocar ciertas actitudes. Posteriormente, los investigadores
desarrollaron índices de salud mental basándose en las respuestas de los sujetos en las
diversas categorías, y en sus propias observaciones.

DSM III

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical


Manual of Mental Disorders) contiene una clasificación de los trastornos mentales y
proporciona descripciones claras de las categorías diagnósticas, con el fin de que los
clínicos y los investigadores de las ciencias de la salud puedan diagnosticar, estudiar e
intercambiar información y tratar los distintos trastornos mentales.

Es importante aclarar que siempre debe ser utilizado por personas con experiencia clínica,
ya que se usa como una guía que debe ser acompañada de juicio clínico, además de los
conocimientos profesionales y criterios éticos necesarios.

En 1980, la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) publicó en Washington la tercera


edición de la DSM, que contenía 256 categorías diagnósticas, donde muchos de los
conceptos de diagnostico se contradecían con las primeras ediciones. El DSM-III alentó
prontamente un interés notable en el diagnóstico psiquiátrico, no sólo en su país de
origen sino, también, en varias otras partes del mundo. La versión oficial en español
apareció en 1983. Sus características principales incluyeron:

1) Uso de criterios explícitos y específicos para la definición de trastornos mentales


2) Reordenamiento de la lista de trastornos mentales, en base mayormente a
patrones fenomenológicos o descriptivos
3) Empleo de un esquema multiaxial para la formulación diagnóstica.

En 1987, la APA publicó una revisión moderada, el DSM-III-R, manteniendo los principios
básicos ya mencionados. La mayor parte de las modificaciones estuvieron dirigidas al
refinamiento de criterios diagnósticos para un buen número de categorías de trastorno
mental.
DIAGNOSTICO DE LOS TRASTORNOS PSICOLOGICOS UTILIZANDO LOS ESQUEMAS DE
EVALUACION DSM III

El manual estructura la información según cinco ejes diferentes, o categorías organizativas


principales, tres bloques resumen las maneras de diagnosticar un trastorno específico y
los otros dos proporcionan información adicional a la que recurrir para planificar el
tratamiento y predecir el resultado final de un paciente en concreto. Los ejes están
estructurados de la manera siguiente:

 EJE I: Síndromes clínicos (como trastornos mentales orgánicos, trastornos


afectivos, trastornos esquizofrénicos, etc.). Condiciones que constituyen un foco
de atención o tratamiento pero que no son atribuibles a un trastorno mental (tales
como bajo rendimiento escolar, actos antisociales aislados e inseguridad en la
elección de una profesión).
 EJE II: Trastornos de personalidad, en los que rasgos de personalidad específicos
interfieren en el funcionamiento social u ocupacional o causan ansiedad (tales
como los pendientes, paranoicos, esquizotípicos, etc.).
 EJE II: Trastornos específicos del desarrollo (tales como un retraso de lenguaje o en
las habilidades aritméticas). Estados y trastornos somáticos.
 EJE IV: Intensidad del estrés psicosocial (que oscila desde intensidad leve, como un
cambio de horario laboral, a extrema, como muerte en la familia).
 EJE V: Máximo nivel de adaptación en el transcurso del último año (relaciones
sociales, laborales y empleo del tiempo libre)

DIFERENTES MANERAS DE CONSIDERAR EL COMPORTAMIENTO ANORMAL

1. MODELO MORAL: En la Edad Media era común pensar que los trastornos
psicológicos se derivaban de un rechazo pecaminoso de la sabiduría divina. La
anormalidad la veían como pecado y de posesión demoniaca donde la solución era
quemar a las personas que se les creía brujas así como maltratar a incontables
personas perturbadas en nombre de un orden moral más elevado.
2. MODELO MÉDICO: Cuando el individuo absorbe la culpa por estar enfermo, se
abre el campo de tratamiento médico de los enfermos mentales. Los orígenes
médicos de algunas conductas anormales se observan en los casos donde una
enfermedad física o un accidente afecta la personalidad y el juicio de la persona.
Así como sucede con el funcionamiento físico consecuencia de la drogadicción o la
demencia senil que es un deterioro orgánico del cerebro. Este modelo médico
también aplica para enfermedades como la esquizofrenia o depresión que traen
consigo niveles inusuales de determinadas sustancias químicas en el flujo
sanguíneo.
Este modelo médico libera al individuo de la responsabilidad de su propia conducta así
como de las fuerzas sociales que pueden estar constituyendo a los problemas del
individuo.

3. MODELO PSICOANALITICO: Los comportamientos anormales son tratados como


histerias, que es una neurosis por la cual se transforma la energía psíquica en
síntomas físicos como resultado de la represión de alguna idea o sentimiento.
4. MODELO COMPORTAMENTAL: Se piensa que los modelos anormales de pensar y
actuar se aprenden, en gran medida a través de mecanismos de condicionamiento
y modelados. Por ejemplo, una niña puede haber aprendido a protegerse a sí
misma de un padre que quería abusar de ella, pero cuando en la edad adulta
rechace a todos los hombres o solo busque a aquellos que pretenden abusar de
ella, su conducta será no positiva, sino adaptativa. Para corregir tal disfunción se
diseña un tratamiento que implica la enseñanza de formas de conductas nuevas y
adaptativas.
5. MODELO DE CONSECUENCIA SOCIAL: Se considera a los trastornos como
problemas inherentes a la propia vida que surgen de las dificultades de la relación
social. Entre estas dificultades se encuentra las necesidades personales, opiniones,
aspiraciones sociales y valores que entran en conflicto con las necesidades de otros
individuos y de la sociedad. La enfermedad mental no tiene origen médico sino
que surge de conflictos éticos, definiciones legales y modelos culturales.
6. MODELO FAMILIAR O DE SISTEMAS: Considera que las dificultades psicológicas
surgen del entorno familiar en su conjunto más que de un individuo. La conducta
anormal que puede presentar un solo miembro de la familia no está restringida a
esa persona sola, sino que es un síntoma psicopatológico en el seno de la familia.
La terapia familiar contempla a la familia como un sistema con sus propias pautas
de conducta.
7. MODELO SOCIOCULTURAL: Hace hincapié en el papel de la sociedad en la génesis
de la conducta perturbada. Presiones menos duras también puede causar víctimas:
discriminación contra mujeres, negros, viejos, homosexuales, la pobreza y sus
continuas tensiones, el estrés al vivir en un ambiente urbano superpoblado y
sometido a fuertes presiones. Todo esto se señala como causas de conducta
perturbada y desorganizada.
8. MODELO HUMANISTA: La conducta anormal resulta del fracaso para conseguir la
auto-actualización. Es el estado de un fallo en el propio desarrollo, del temor a
cambiar, la culminación de las elecciones hechas de forma precaria a la vida.
Prestan poca atención a lo que puede haber causado la anormalidad centrándose
en lo que puede hacerse ahora. Esto resulta optimista puesto que asume que las
propias decisiones del individuo han tenido mucho que ver en la producción de sus
problemas y que ahora puede tomar decisiones nuevas que cambiarán su vida y
solucionará sus problemas psicológicos.

TRASTORNOS NEURÓTICOS

Son los trastornos mentales o psicológicos constituidos por un grupo de síntomas que
enajenan la propia personalidad. En este tipo de trastorno mental o psicológico, no existe
una pérdida marcada de contacto por la realidad, la conducta no tiende a ir contra las
normas sociales, aunque pueden ser muy incapacitante. No obstante, el paciente (cuyo
trastorno le causa desconsuelo) logra pensar de forma racional, así como logra su
desempeño social. Aún así, este trastorno es considerado como conducta anormal. La
alteración en este tipo de trastorno es duradera y recurrente; no es una simple reacción
leve y transitoria frente al estrés y no tiene tratamiento.

1. TRASTORNO POR ANSIEDAD

La ansiedad es una emoción humana fundamental que fue reconocida desde hace unos
500 años. Todos la han experimentado y seguiremos experimentándola a lo largo de
nuestras vidas. Muchos observadores consideran a esto una condición básica de la
existencia moderna. Algo andaría mal si un individuo no sintiera ansiedad al enfrentar
eventos estresantes cotidianos pero cuando los enfrentan es probable que los individuos
sin un trastorno manejen la situación enfrentándola. Un diagnostico de trastorno por
ansiedad ocurre solo cuando una ansiedad abrumadora altere el funcionamiento social u
ocupacional o produce una angustia significativa.

La característica predominante tanto del trastorno de pánico como por ansiedad


generalizada es una ansiedad no enfocada o flotante. Es decir, el individuo afectado esta
temeroso y aprensivo, pero a menudo no sabe con exactitud a qué es lo que teme.

La ansiedad se manifiesta de 3 maneras:

 COGNITIVAMENTE (en los pensamientos de 1 persona y pueden ir desde una


preocupación leve hasta el pánico.)
 CONDUCTUALMENTE (en sus acciones e implican levitación de situaciones
provocadoras de la misma)
 SOMÁTICAMENTE (al igual que los cambios somáticos se ven en la regresiones
fisiológicas o biológicas, incluyen la respiración entrecortada, resequedad de la
boca, manos y pies fríos, diarrea, mareos, palpitaciones cardiacas, elevación de la
presión sanguínea, indigestiones, etc.).
Los trastornos por ansiedad no implican una pérdida de contacto con la realidad. Las
personas que los sufren por lo general pueden continuar con la mayor parte de los
asuntos cotidianos de la vida.

La clasificación de los trastornos de la ansiedad es continua y ocurren cambios en cada


nueva edición del DSM. Aun así los trastornos de ansiedad se han dividido en categorías
de diagnostico mas especificas que son:

a) TRASTORNO DE PÁNICO: Se caracteriza por episodios grandes y atemorizantes de


aprensión y sentimientos de destino inminente. Estos ataques a menudo son
descritos como horribles y pueden durar de unos cuantos minutos a varias horas,
estos parecen ser bastantes comunes. Las mujeres tienen una probabilidad de ser
diagnosticada con este trastorno que 2 hombres. La tasa de prevalencia de por
vida para el trastorno de pánico es de alrededor de 3.8%.
b) TRASTORNO POR ANSIEDAD GENERALIZADA: Se caracteriza por niveles altos
persistente de ansiedad y preocupación excesivas por muchas circunstancias de la
vida. En oposición al trastorno de pánico, los individuos con TAG tienen
probabilidad de preocuparse por acontecimientos menores del mismo modo que
lo hacen por los eventos importantes. Sus reacciones fisiológicas también son
menos que la de las personas con trastorno de pánico pero tienden a ser más
persistentes. La prevalencia de por vida estimada del trastorno, en los Estados
Unidos, es del 8.4%; es el segundo trastorno de ansiedad más frecuente después
de las fobias.
c) FOBIAS (AGORAFOBIAS, FOBIAS SOCIALES, FOBIAS SIMPLES): El termino fobia
viene de la palabra griega que significa "Temor". Una fobia es un temor intenso,
persistente e injustificable de algún objeto o situación específica. Las fobias es el
trastorno mental más común en Los Estados Unidos. La tasa de prevalencia de por
vida estimada es de 12.53% con más de 15 millones de individuos afectados en
cualquier momento dado. El DSM incluye 3 categorías de fobias:

 AGORAFOBIAS: la cual es un temor irracional único de quedar atrapado o


desamparado.
 FOBIA SOCIAL: la cual, por lo general, implica situaciones sociales.
 FOBIA SIMPLE O ESPECÍFICA: las incluye la mayor parte de los temores.

d) TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (OBSESIONES Y COMPULSIONES): Se


caracteriza por obsesiones o compulsiones las cuales pueden ocurrir juntas. El
trastorno es muy angustiante debido a que implica una carencia del control
voluntario sobre los pensamientos y acciones propios. En un estudio
epidemiológico del trastorno obsesivo-compulsivo, Karna y sus colegas reportaron
que la tasa de prevalencia de por vida para el trastorno está entre el 2 y el 3%. De
aquellos que cumplen con los criterios para el trastorno, el 55% reporto
obsesiones, el 53.4% reportó compulsiones y solo el 8.6% en los ambos.
e) TRASTORNO POR ESTRÉS POST-TRAUMÁTICO: Es un trastorno por ansiedad que
se desarrolla en respuesta a un trauma psicológico o físico extremo. Los síntomas
del TEP parecen ser específicos de la situación traumática y no simple excitación
aumentada. Breslau y asociados estudiaron el TEP en una muestra aleatoria de
1,007 adultos jóvenes que vivían en Detroit, Michigan, mostrando una tasa de
prevalencia del 9.2% para el trastorno.

2. TRASTORNOS SOMATOFORMES

Conjunto de enfermedades caracterizadas por la presencia de síntomas físicos que


sugieren una enfermedad médica y que no pueden explicarse totalmente por la presencia
de una enfermedad, por los efectos directos de una sustancia o por otro trastorno mental.
Los síntomas no son intencionados y provocan malestar clínicamente significativo o
deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Se diferencian de los factores psicológicos que afectan el estado físico (estrés) y debe
excluirse una enfermedad médica que explique los síntomas somáticos. Se clasifican en:

a) TRASTORNO POR SOMATIZACIÓN: Conocido también como síndrome de Briquet y


es una de las formas de histeria más conocidas.
b) TRASTORNO POR DOLOR: Es similar al anterior pero su queja procede únicamente
del dolor.
c) TRASTORNO HIPOCONDRÍACO: Es el miedo a padecer una enfermedad grave.
d) TRASTORNO DISMÓRFICO: Parecido a la hipocondría pero su máximo
preocupación es una característica o defecto físico prácticamente inexistente (mal
olor corporal, por ejemplo).
e) TRASTORNO CONVERSIVO: Se caracteriza por tener presencia de signos que
afectan a funciones motoras y sensoriales.
3. TRASTORNOS DISOCIATIVOS

Grupo de enfermedades que se caracterizan por una alteración de las funciones


integradoras de la conciencia, la identidad, la memoria y la percepción del entorno. Esta
alteración puede ser repentina o gradual, transitoria o crónica. En su evaluación debe
tenerse en cuenta la perspectiva intercultural, ya que estos trastornos son una expresión
frecuente y aceptada de las actividades culturales y de las costumbres religiosas de
muchas sociedades. Incluye:

a) LA AMNESIA DISOCIATIVA: caracterizada por la incapacidad para recordar


información personal importante, generalmente de naturaleza traumática o
estresante, que no puede achacarse al olvido ordinario. Suele aparecer tras haber
sufrido acontecimientos traumáticos o situaciones muy estresantes
(automutilación, intentos autolíticos, explosión de violencia, acontecimientos
bélicos, catástrofes naturales, etc.). La duración de los episodios de amnesia puede
comprender desde minutos hasta años.
b) LA FUGA DISOCIATIVA: que se identifica por la desaparición del sujeto de su
domicilio o trabajo durante horas o días, a continuación de la cual se produce una
amnesia masiva del período de fuga. La mayoría de las veces existen factores
estresantes psicosociales, temporalmente relacionados con la conducta de fuga.
En la fuga disociativa se incluyen algunos síndromes definidos culturalmente como
"síndromes de huida", por ejemplo, algunas formas de amok (tipo de psicosis
cultural).
c) EL TRASTORNO DE IDENTIDAD DISOCIATIVO (O PERSONALIDAD MÚLTIPLE):
caracterizado porque el sujeto habla o se comporta como si tuviera dos o más
personalidades, hasta el punto de que alguna de ellas, en algún momento, dirige
su conducta. Cada personalidad se vive como una historia personal con una
imagen, una identidad e incluso un nombre distintos. Generalmente hay una
identidad primaria que responde al nombre del individuo y se manifiesta pasiva,
dependiente, culpable y depresiva. Las identidades alternantes poseen
habitualmente diferentes nombres y rasgos que contrastan con la identidad
primaria (por ejemplo, son hostiles, dominantes y autodestructivas). El tiempo que
se requiere para pasar de una identidad a otra es normalmente de unos segundos,
pero a veces esta transición se realiza gradualmente. El número de identidades
que se han podido registrar oscila entre dos y más de cien. A menudo, el estrés
psicosocial produce la transición de una identidad a otra. Los individuos con este
trastorno presentan frecuentemente lapsus de memoria que afectan a su historia
personal. No resulta fácil descartar un poderoso factor de simulación o de
dramatización en estos sujetos.
d) EL TRASTORNO DE DESPERSONALIZACIÓN: que se manifiesta por la presencia de
episodios persistentes o recurrentes de despersonalización, caracterizados por la
sensación de extrañeza o distanciamiento de uno mismo. El individuo se siente
como si fuera un autómata o estuviera viviendo en un sueño o en una película. Se
mantiene intacto el sentido de la realidad. Esta sintomatología provoca malestar y
deterioro de la actividad normal de la persona.

CAUSAS DE LOS TRASTORNOS NEURÓTICOS

Las causas para desarrollar este trastorno pueden ser de diferente naturaleza.
Destacamos los siguientes factores:

a) FACTORES GENÉTICOS: Algunas personas poseen una predisposición genética. No


obstante, esto no significa que tengan que desarrollar este trastorno, para ello es
preciso que haya un factor desencadenante junto con un ambiente social que lo
favorezca, como puede ser un divorcio, una experiencia traumática, un fracaso, la
frustración al no lograr un determinado objetivo, etc.
b) FACTORES PSICOLÓGICOS: Según la personalidad de cada individuo existe una
mayor o menor posibilidad de sufrir este trastorno.
c) FACTORES SOCIALES: El ambiente social, las circunstancias y el entorno que
rodean a la persona también pueden influir.
d) FACTORES DESENCADENANTES: Cualquier experiencia o circunstancia difícil de
aceptar o asumir puede favorecer su aparición.

TRASTORNOS AFECTIVOS

Son perturbaciones de las emociones que causan malestar subjetivo, entorpecen la


capacidad de una persona para funcionar, o ambos. Los trastornos afectivos se
caracterizan por alteraciones en el humor o estado emocional prolongado, a veces
referido como afectos.

Muchas personas poseen una amplia gama emocional, esto es, son capaces de estar
felices o tristes, animadas o silenciosas, alegres o desanimadas, llenas de alegría o
desdichadas, dependiendo de las circunstancias. En algunas personas con este trastorno,
esta gama está muy restringida. Parecen estar fijadas en uno u otro extremo de espectro
emocional, cualesquiera que sean las circunstancias de su vida. Otras personas alternan
entre los extremos de la euforia y la tristeza.

La depresión y la manía son centrales en estos trastornos.

1. DEPRESIÓN: trastorno del humor caracterizado por una alteración significativa del
estado de ánimo, primordialmente compuesta de tristeza y ansiedad, que suele
asociarse a síntomas físicos (cansancio, pérdida del apetito, insomnio, disminución
del deseo sexual) y a una reducción de la actividad social. Constituye, junto con los
trastornos de angustia, la disfunción mental más frecuente en la población
general.
La depresión es una de las condiciones diagnosticada de forma más común entre los
pacientes hospitalizados por trastornos mentales y también es bastante frecuente en la
población general.

Los trastornos depresivos incluyen:

a) TRASTORNOS DEPRESIVOS MAYORES: Los síntomas deben estar presentes por lo


menos dos semanas y representar un cambio del funcionamiento previo del individuo.
b) DISTIMIA: Estado de ánimo deprimido que es crónico y de la naturaleza relativamente
continua. Aquí los síntomas depresivos están presentes la mayor parte del tiempo y
duran la mayor parte del día a lo largo de dos años como mínimo. Un estudio encontró
que la frecuencia de la distimia era mayor entre las mujeres que entre los hombres.
2. MANÍA: episodio usualmente característico del trastorno bipolar, aunque no se da
necesariamente, que alterna con fases depresivas. Se caracteriza por la exaltación
del estado de ánimo, expansividad o irritabilidad, a menudo dando por resultado
de hiperactividad. Puede expresarse como euforia, aunque en otros muchos casos
predomina la iracundia, e incluso la agresividad, sobre la alegría festiva. Otros
síntomas nucleares son la exaltación psicomotriz, la extrema prodigalidad (el
sujeto afectado puede implicarse en gastos excesivos o mostrarse excesivamente
generoso), el curso del pensamiento extraordinariamente acelerado (verborrea,
fuga de ideas), la atención muy dispersa, así como una serie de síntomas físicos,
como la disminución de la necesidad de dormir y el aumento del impulso sexual.

TRASTORNOS BIPOLARES

Se usa el término “bipolar” porque los trastornos por lo general son acompañados por
uno o más episodios depresivos. Las personas en quienes han ocurridos episodios
maníacos pero no depresivos son raras en extremo; en tales casos se presume que
aparecerá un episodio depresivo en algún momento.

Este trastorno se subdivide en:

a) TRASTORNOS BIPOLARES I

 EPISODIO MANÍACO ÚNICO: Presencia de un solo episodio maníaco y sin episodios


depresivos mayores pasados.
 EPISODIO RECIENTE HIPOMANIACO: En la actualidad es un episodio hipomaniaco,
con al menos un episodio hipomaniaco previo.
 EPISODIO RECIENTE MANÍACO: En la actualidad es un episodio maníaco, con al
menos un episodio maníaco previo.
 EPISODIO RECIENTE MIXTO: En la actualidad es un episodio mixto (por ejemplo,
todos los días, durante un periodo de al menos 1 semana, los criterios para un
episodio depresivo mayor-excepto por la duración- y uno maníaco han sido
cumplidos ambos).
 EPISODIO RECIENTE DEPRIMIDO: En la actualidad es un episodio depresivo mayor,
con al menos un episodio maníaco previo.
 EPISODIO RECIENTE INESPECÍFICO: En la actualidad cumple los criterios para un
episodio maníaco, hipomaniaco o depresivo mayor, excepto por la duración (por
ejemplo, el episodio no dura lo suficiente para cumplir los criterios para cada uno);
al menos un episodio maníaco previo.

b) CLOTIMIA: Estados de ánimos maníacos y deprimidos que son crónicos y de


naturaleza relativamente continua.

c) TRASTORNO BIPOLAR II: Episodios depresivos mayores recurrentes con


hipomanía: uno o más episodios depresivos mayores y presencia de al menos uno
hipomaniaco; nunca ha habido un episodio maníaco.

TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

Conjunto de trastornos caracterizados por un patrón de conducta generalizado e inflexible


que no permite una correcta adaptación del sujeto a las demandas ambientales,
provocando malestar en la persona o en su entorno. Están presentes en un 14% de la
población general, incrementándose hasta en un 38% en el caso de consultas
psiquiátricas. Si se asocian a enfermedades mentales, dificultan en gran medida el
tratamiento e incrementan la posibilidad de recaída.

Genéricamente se agrupan en tres categorías: los extraños (paranoide, esquizotípico y


esquizoide), los dramáticos e impulsivos (antisocial, histriónico, límite y narcisista) y los
ansiosos (evitación, dependencia u obsesivo- compulsivo).

1. TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD: el que se caracteriza


esencialmente por una actitud permanente de suspicacia y desconfianza hacia el
prójimo.

El sujeto cuestiona constantemente los motivos y la lealtad de los amigos, compañeros e


incluso de su familia; cree ser explotado, manipulado o engañado por los demás.
Frecuentemente sufre de celos patológicos, que le hacen ser un individuo aislado y
solitario. Las personas con esta patología rara vez buscan tratamiento. Se estima que se da
en el 0,5-2,5 por ciento de la población general, siendo algo más frecuente en el sexo
masculino.

2. TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD: el que se distingue por un patrón


general de conducta de desprecio y violación de los derechos de los demás, con
fracaso para adaptarse a las normas sociales, lo cual puede provocar el
infringimiento de la legalidad. Es la personalidad más habitual en el mundo de la
delincuencia.

Las personas con este trastorno engañan y manipulan con tal de obtener un provecho o
placer personal. Son incapaces de planificar el futuro, probablemente por su gran
impulsividad, y por su búsqueda constante de nuevas sensaciones. Se irritan con facilidad
y pueden llegar a la agresión, despreocupándose imprudentemente por su seguridad y la
de los demás.

En general, son irresponsables tanto en el trabajo como respecto a sus responsabilidades


económicas y, en casos extremos, no acostumbran a mostrar remordimientos sino, por el
contrario, indiferencia o justificaciones inadecuadas.

Existen gradaciones dentro de este trastorno, que oscilan entre los que presentan sólo
dificultades interpersonales o laborales, hasta los que caen en la delincuencia. La
prevalencia es del tres por ciento en los hombres y del uno por ciento en las mujeres. Se
denomina también personalidad psicopática o psicópata.

3. TRASTORNO PASIVO-AGRESIVO DE LA PERSONALIDAD: Trastorno de personalidad


pasiva agresiva es una condición crónica en la cual la persona parece ser
condescendiente con los deseos y necesidades de los demás, pero en realidad se
resiste pasivamente a ellos y está cada vez más hostil y enojado.

Las personas que padecen este trastorno hacen un arte de la oposición. Se quejan,
contrarían, postergan, se “olvidan”, desprecian a los que tratan de ayudar y después se
sienten defraudados porque la vida no les ofrece algo mejor. Interior y exteriormente
sienten la vida como algo tenebroso y desagradable, pero no se dan cuenta de que son
ellos los que ponen obstáculos a todo lo que pueda resultar gratificante.

El DSM describe el trastorno pasivo-agresivo de la personalidad como un patrón general


de resistencia pasiva a las demandas de rendimiento adecuado tanto en lo social como en
lo laboral, que comienza a manifestarse a principios de la edad adulta y se presenta en
una variedad de contextos, tal como lo indicaría la presencia de por lo menos cinco de los
síntomas siguientes:

 Dilata las cosas que debe hacer, de modo que no cumple con los plazos.
 Se vuelve hosco, tozudo o porfiador cuando se le pide que haga algo que no le
agrada.
 Cuando se le encarga algo que no quiere hacer, da la impresión de que trabaja con
desgana o lo hace mal.
 Protesta, sin motivo, aduciendo que los demás le plantean exigencias irrazonables.
 Elude cumplir con sus obligaciones aduciendo que 'se olvida'.
 Cree que está haciendo las cosas mucho mejor de lo que los demás piensan.
 Se ofende cuando los demás le aportan sugerencias útiles para ser más productivo.
 Pone obstáculos a la labor de los demás, para lo cual deja de hacer la parte que le
corresponde en algo.
 Critica o desprecia sin motivo a las figuras de autoridad.

El pasivo-agresivo nunca reconoce que tiene la culpa de que las cosas le salgan mal ni de
que hace algo para que usted se enoje, si algo no sale como debe, es culpa de usted.
Jamás se muestra desafiante; su manera de actuar es tan pasiva, tan indirecta, que así
elude la responsabilidad.

Para estas personas, acceder a los deseos de otro equivale a someterse. Y la sumisión,
para su identidad tierna y frágil, es sinónimo de humillación. Se trata de personas que
llevan dentro un profundo enojo, y al mismo tiempo se sienten muy desprotegidas. El
enojo se debe a ofensas que en la infancia les hicieron sus padres, de quienes no debían
recibir todo el amor y la protección.

Ya de adultos, siguen siendo dependientes de las personas importantes de su vida,


incluidas entre ellas sus padres, cónyuges o jefes. Pero también les asusta sentirse débiles
y les hace revivir viejas heridas. No son capaces de entablar una relación íntima sin
sentirse enojados y resentidos, pero tampoco pueden vivir sin esas otras personas.

¿Qué hacen con toda esa hostilidad interior? Tienen miedo de ser agresivos para con los
otros, de quienes tanto dependen. Entonces recurren a una conducta de oposición, que
expresa sus sentimientos agresivos de una manera disimulada, pasiva. De ahí el nombre
de pasivo-agresivo que se le ha dado al trastorno.

4. TRASTORNOS ESQUIZOFRÉNICOS: La esquizofrenia es una enfermedad o grupo de


enfermedades que se caracteriza por la aparición brusca o, en ocasiones, insidiosa,
de una alteración predominante del pensamiento, el lenguaje, el afecto, la
sensopercepción y las habilidades sociales, y que se expresa conformando el
síndrome psicótico. Este síndrome se identifica por la presencia de síntomas
positivos: delirios, alucinaciones, comportamiento extravagante e insomnio, y de
síntomas negativos: afectividad inapropiada (aplanamiento afectivo, anhedonia,
etc.), retraimiento social y deterioro de las actividades habituales del individuo.

La conciencia y las capacidades intelectuales generalmente se hallan preservadas al


comienzo de la enfermedad. Suele iniciarse en la adolescencia o en la juventud, y curso
con brotes o recaídas, que dejan como secuela un deterioro cognitivo, afectivo y social.

CURSO DE LA ENFERMEDAD: Cuando los síntomas de una esquizofrenia se presentan por


primera vez en la vida de una persona y desaparecen por completo después de poco
tiempo, se habla de un episodio esquizofrénico o psicótico, en general después de estos
episodios no quedan síntomas negativos.

Se puede hablar de una esquizofrenia cuando ya en la primera ocasión que se presenta las
manifestaciones de la enfermedad se mantienen durante un tiempo más o menos largo,
cuando los síntomas vuelven a aparecer al cabo de algún tiempo y cuando la enfermedad
desemboca en sintomatología negativa. Se pueden distinguir tres fases:

a) FASE PRODRÓMICA: es la fase en la vida de la persona que se produce antes del


desencadenamiento de la enfermedad.
b) FASE ACTIVA: es la fase donde se desencadena la enfermedad, son los llamados
brotes o crisis, los síntomas que se producen son los positivos, alucinaciones,
delirios, trastornos del pensamiento... es en la fase en la cual la familia se alarma y
suele pedir ayuda médica.
c) FASE RESIDUAL: no la sufren todos los enfermos, en esta fase los síntomas
negativos llegan a su culmen y el deterioro personal, social y laboral es grave.

La esquizofrenia es el resultado de un conjunto de factores que predisponen en mayor o


menor medida al paciente al desarrollo de la enfermedad, aunque las causas por las que la
enfermedad se presenta o, por el contrario, no se manifiesta en determinados pacientes
es todavía un misterio.

Los principales factores implicados en la aparición y desarrollo de esta enfermedad son:

a) PREDISPOSICIÓN GENÉTICA: la presencia de la enfermedad en los padres o


familiares cercanos (tíos, primos, abuelos, etcétera) es un factor que incrementa la
posibilidad de aparición en los hijos.
b) ALTERACIONES DURANTE EL EMBARAZO O NACIMIENTO: anoxia (falta de oxígeno
en el feto durante el embarazo o el parto), infecciones víricas, traumatismos,
etcétera.
c) ALTERACIONES MORFOLÓGICAS, FUNCIONALES O BIOQUÍMICAS EN EL CEREBRO:
en este apartado juega un papel fundamental el consumo habitual de sustancias
tóxicas y la exposición a determinados tóxicos y estresantes ambientales. Están
especialmente involucradas dos sustancias implicadas en la comunicación entre
neuronas a nivel del cerebro. Se trata de la dopamina y la serotonina.
d) INCUMPLIMIENTO DEL TRATAMIENTO UNA VEZ DIAGNOSTICADA LA
ENFERMEDAD: supone un alto riesgo de aparición de recaídas.

La esquizofrenia no está relacionada con situaciones de baja escolarización o traumas


infantiles, y desde luego no existen culpables de su aparición.

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