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tipo de piel?
¡Descubre qué ingredientes se adaptan mejor a tu epidermis y obtén los mejores
resultados!
La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y, como tal, necesita de
unos cuidados adecuados a su naturaleza y recomendados por
especialistas. Inmaculada Canterla, directora de Cosmeceutical Center, nos
desvela qué principios activos se adecuan mejor a nuestras necesidades,
según nuestro tipo de piel.
¿Cómo sabemos si el tratamiento que usamos es 100% ideal para nuestra piel?
Según Inmaculada Canterla, más allá de la clasificación piel grasa, seca y mixta,
existen varios subtipos que debemos tener en cuenta (sin olvidarnos de la acción
de los factores externos, como el clima, el estrés, la edad, el sol el alcohol, la
alimentación y el tabaco, que también variarán la calidad de la piel a lo largo de la
vida) a la hora de elegir los activos de uno u otro producto, ya que el éxito de un
tratamiento está en la composición del producto.
Así pues, valorando con Inmaculada Canterla todos los aspectos de cada piel,
descúbramos qué principios activos se adecuan mejor a cada tipo de piel, según
sus carencias y necesidades:
Piel Seca
Piel Sensible
Se caracteriza por presentar una condición de hiperreactividad, que variará según el caso y
los factores. Como su umbral de tolerancia es inferior al de una piel normal, reacciona
frente a los estímulso sufriendo sensaciones de incomodidad (calor, tirantez, enrojecimiento
o prurito). Es frágil y suele ser clara, además de presentar una alta tendencia a desarrollar
la rosácea, una inflamación crónica que obstruye los poro y dilata los capilares,
provocando enrojecimiento y erupción. Este tipo de piel debe evitar los astringentes, el
mentol y el alcanfor y, por el contrario, decantarse por los siguientes activos:
Piel Grasa
Este tipo de piel presenta una mayor actividad de las células sebáceas, así pues, según el
grado de secreción existen diferentes tipos de piel grasa: piel grasa seborreica (que
presentan principalmente los individuos de raza latina), piel grasa deshidratada (la
secreción sebácea modifica su composicón cualitativa y se evapora el agua retenida), piel
grasa asfíctica (por la utilización errónea de productos cosméticos se pueden generar
quistes sebáceos). Los activos ideales para la piel grasa, según Inmaculada Canterla, son los
siguientes:
Piel Mixta
Estas pieles tienen una situación intermedia que alterna las características de la piel seca y
la grasa, dependiendo en cada caso concreto de la distribución de las glándulas sebáceas y
sudoríparas. "Hay que ser muy precisos con los activos y las dosis que aplicamos en cada
caso, ya que podemos presentar zonas de piel más seca, tirante y poros cerrados, como las
mejillas, y zonas de piel más grasas, como la zona T", explica Canterla. Para este tipo de
pieles, la experta recomienda:
Ácido salicílico: ideal para las pieles que presentan poros dilatados en la zona T, ya
que ayuda a eliminar las células muertas y estimula el recambio celular, así como la
formación de colágeno. Se refinan los poros, no se obstruyen ni se dilatan.
Vitamina B5: En las zonas de piel seca, este activo aumenta la síntesis de lípidos
cutáneos, con lo que mejor la barrera de protección cutánea.
Piel eudérmica
Vitamina A y Vitamina C: las funciones de la vitamina C son ideales para todo tipo de
pieles, ya que tiene un gran poder antioxidante, inhibe la melanina, inactiva la
tirosinasa, es antiinflamatoria, estimula la producción de colágeno e inhibe las
metaproteinasas de matriz, que degradan el colágeno, la elastina y el ácido
hialurónico. En sinergia con la Vitamina A actúan como antiqueratinizantes, inhiben la
producción de sebo, aumentan la estimulación de colágeno, disminuyen la elastina
normal, aumentan las fibras de anclaje y la vascularización dérmica.
Factor de Crecimiento (EGF): se trata de un péptido compuesto por 53 aminoácidos
que promueve el cremcimiento, la proliferación, la diferenciación y la supervivencia
celulares. Los agentes estimulantes del EFG sobre los fibroblastos conducen a una
mayor producción de colágeno, aumentando el grosor de la piel.