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MASISEA
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Ese fue el primer desplazamiento de una columna del clan Quispe Palomino post
denuncia del proceso de expansión y asentamiento de esta organización en Masisea,
que arrancó en diciembre del 2013 con la llegada de una columna de 12 hombres y
“José”. Fue un desplazamiento sin incursionar en ninguna comunidad. Lo hicieron,
como se dice en el argot popular, sin hacer “mucha luz”. Todavía preferían el
“ocultamiento” o pasar como pobladores migrantes.
Así fue. Diez días después, el domingo 11, una columna armada incursionó una
comunidad del distrito de Iparia, Coronel Portillo, Ucayali. Una nota publicada por
el diario Ahora-Ucayali, el martes 13, basándose en una entrevista a un líder indígena
de esa zona, señala: “la noche del domingo, llegó (una columna armada) a la
comunidad de Caco, donde pretendieron dinamitar la torre de telefonía, pero los líderes
de esta comunidad, impidieron que derriben la torre llegando a un dialogo con los
cabecillas uniformados y armados”.
Esta fue la primera incursión de una columna armada del clan Quispe Palomino
en el distrito de Iparia. Pero, ahí no quedo todo. El líder indígena, cuyas -según el
diario Ahora- iniciales es GRB, señaló lo siguiente: “…hasta ayer (el lunes 12) han
visitado a las comunidades nativas Caco Macaya, Colonia del Caco, Amaquiría, Nuevo
Nazaret, Belén, entre otras, donde vienen realizando asambleas públicas a fin de pedir
a las autoridades y padres de familia que permitan a sus hijos unirse a sus grupos,
ofreciéndoles buen sueldo”.
En las comunidades aludidas de Iparia, el testimonio reveló una práctica de esta narco-
organización que proviene del VRAEM pero que el discurso del “terrorismo” o
“narcoterrorismo” no tomó en cuenta: no solo se reunieron pacíficamente con la
población de las comunidades en las que ingresaron, sino que -como señaló el líder
indígena- pidieron a los padres y autoridades que “sus hijos”, o sea, los jóvenes,
trabajen para ellos para -según la nota del diario Ahora- “erradicar la pobreza”. En otras
palabras, les ofrecieron trabajo.
¿Qué tipo de trabajo le ofrecieron -siguiendo lo señalado por la nota del diario
Ahora- a los hijos de los pobladores de las comunidades de Iparia donde las
columnas armadas del clan Quispe Palomino ingreso? La repuesta la da el líder
entrevistado anónimamente: “…los jóvenes vienen siendo captados para el transporte
de droga…atraídas (sic) por el pago de montos de dinero”. El testimonio es claro: les
ofrecen trabajo a los jóvenes en el transportar o tráfico ilícito de drogas.
Las incursiones o “visita” de las columnas armadas del clan Quispe Palomino no cesó.
Al día siguiente, el martes 13, una columna armada, compuesta por un número similar
de hombres, atravesó cerca de varias comunidades e incursionó -según nativos
shipibos– en dos comunidades cercanas al lago Imiria, en el distrito de Masisea, una de
las zonas de mayor producción de coca y drogas de este distrito: la comunidad de
Junín Pablo y Santa Isabel de Bahuanisho. Y pasaron, otra fuente de la zona, cerca
por la comunidad de Caimito.
Junín Pablo fue la primera comunidad donde ingresaron -según un líder shipibo que
tuvo contacto con sus paisanos- “25 hombres bien armados”. Allí, al igual que en las
comunidades de Iparia, se reunieron con la población e intentaron destruir la antena de
telefonía de Claro y Movistar. La población, al igual que en la comunidad de Caco,
rechazo ese propósito de los hombres del clan de la droga de “José”. La columna
armada accedió a la petición de la población: no destruyeron la antena.
Las evidencias empíricas lo confirman. Por otro lado, ahora -por la información abierta
y de campo- sabemos que, si bien están asentados en dos zonas de Masisea, sin
embargo, su área de influencia operativa involucra a comunidades del distrito de Iparia,
otro distrito de la provincia de Coronel Portillo, Ucayali, con zonas de crecimiento de los
cultivos de coca para la elaboración de la cocaína. Parte del distrito de Tahuania,
provincia de Atalaya, también es usado por esta organización: el rio Caco habría sido
una de las rutas de ingreso a Masisea.
Otro aspecto que las evidencias confirman, aunque haya quienes vean a “subversivos”
o “terroristas o “senderistas”, es que la organización armada de los hermanos Quispe
Palomino es un clan de la droga o una firma armada del narcotráfico. Un dato concreto
y corroborrable es que esta organización se ha -aparte de establecerse en las zonas
más inhóspitas e inaccesibles- dedicado a los sembríos de coca y el procesamiento de
PBC y refinamiento de cocaína en las zonas de Sanuya y Butsaya.
Eso explica porque en las incursiones en las comunidades de Iparia y Masisea, entre el
domingo 11 hasta el martes 13 de este mes en curso, en las reuniones con los
pobladores miembros de la columna armada hayan pedido a los padres de familia que
sus hijos trabajen, obviamente en la coca y la droga, para ellos mediado por un buen
pago o remuneración. La autoridad de una de las comunidades de Masisea describe
claramente para que busca el clan Quispe Palomino:
“Su meta es tener mano de obra para los siembra y cosecha de la coca. Quieren captar
a los jóvenes y adolescentes para los sembríos de coca y el tráfico de drogas. Por eso,
piden permiso a sus padres. Algo similar dijo el nativo de la comunidad del Caco que
fue entrevistado anónimamente por el diario Ahora: “…pidió a los padres de familia y a
los jóvenes evitar caer en los tentáculos del narcotráfico”.
La organización armada del clan Quispe Palomino opera como cualquier firma que
necesita personal para su negocio. Además, en el caso de Masisea e Iparia, no hay
ningún ápice de discurso “político” e “ideológico”. Su accionar es básicamente
económico. Entonces, ¿por qué quisieron destruir las antenas de telefonía? Porque
son la única firma armada que las FFAA, con una estrategia equivocada, busca (sin
conseguirlo) desarticular desde marzo del 2008. Creían que cortando la comunicación
telefónica -como lo hicieron post caída de Alipio y Gabriel en el VRAEM- impedirían que
los ubiquen. Eso ya no funciona.
RUTAS DE LA DROGA
— ¿Por dónde sacan la droga?
—Pueden salir por ejemplo por la provincia de Pampas, pero hay otras salidas por el
río Urubamba hacia Ucayali, que es la llegada hacia el bajo Urubamba y que visto
desde Pucallpa, de Masisea, se llama la cabecera del Urubamba. Esa ruta ellos la
controlan desde el 2008 pero sobre todo desde el 2012, en que, pasando por Masisea
llegaron hasta Contamaná, que es la capital de la provincia de Ucayali y que pertenece
a Loreto. Justo en esa zona es que llega el golpe a Alipio en agosto del 2013, donde
Alipio y Gabriel fueron abatidos, lo que fue el golpe más fuerte que esta organización
recibió después de la caída de William en el 2012.
EL NUEVO VRAEM
— ¿Toda esa zona es selva virgen?
—La mayor parte del territorio de Masisea es selva virgen, aunque la capital ha sido en
los años 80 centro de operaciones de Cachique Rivera (otro narco). También ha sido
zona donde incursionó Sendero Luminoso, por eso en el año 84 destruyen la
Municipalidad de Masisea.
Entonces los antecedentes del narcotráfico y de Sendero Luminoso son parte de la
historia en ese lugar, pero ahora son los hermanos Quispe Palomino los que se
expanden en esta zona como una firma del narcotráfico. La última vez se les vio en
San Jorge. Fue el 20 o 21de julio de este año y se movieron de 50 a 60 hombres. En
este contingente iban niños y mujeres.
— ¿Sus hijos?
—Claro, son los mal llamados pioneritos, lo cual indicaría que ellos han considerado
que esta zona es una zona de asentamiento, no es una zona de tránsito, como lo son
las “zonas donde mueven droga”.
LA COCA CRECE
— ¿Es una zona aislada?
—Lo que me dicen mis informantes que han llegado hasta el pueblo de Putayaes, es
que si llegas por aire demoras 30 minutos y si vas por río y llegas en siete días.
Entonces los Quispe Palomino encuentran un lugar favorable donde la coca se dispara
porque está en vertiginoso crecimiento y no hay presencia del Estado. No está la
Marina, no hay bases militares y la única comisaría que existe solo tiene capacidad
para atender asuntos domésticos de la comunidad.
ADEMÁS
Jaime Antezana dijo que el Estado tiene que golpear el dinero, controlar los insumos
químicos, erradicar, colocar programas de desarrollo económico social y obviamente
intervenir en el área. “Se tiene que hacer esas cinco cosas o esto se va a desbocar
porque está creciendo, esto no es un asunto que se reduce solo a Masisea. En Ucayali
y Loreto la coca también está creciendo, aseguró.