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ntroducción

Los suelos del Trópico de Cochabamba, como la mayoría de los suelos tropicales, tienen 50% de materia
mineral, 35% de aire, 10% de agua y 5% de materia orgánica, que son los elementos que les dan vida y
fertilidad.

La materia mineral constituye la masa principal de los sólidos del suelo. Está compuesta por casi todos
los elementos químicos que existen en la naturaleza y estos elementos son los llamados nutrientes del
suelo. Hay los macro nutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio), disponibles en cantidad
y que alimentan las plantas; y hay los micro nutrientes (zinc, boro, molibdeno, manganeso, cloro y
cobre) en menor cantidad pero también indispensables para las plantas.

La materia orgánica está compuesta por material orgánico vivo o muerto; la parte viva son las raíces de
las plantas, bacterias, lombrices de tierra, algas, hongos, etc. En el suelo se multiplican miles de formas
de vida, la mayoría invisible para nuestros ojos. La parte muerta son los restos muertos o en
descomposición como ser hojarascas, madera, estiércol.

Existen dos factores físicos importantes: el agua y el aire.

• El agua es esencial para la vida del suelo; el suelo encuentra agua directamente con la lluvia o a
través de las plantas, que también ayudan a mantener la humedad del suelo gracias a la
cobertura de sus hojas. Los organismos del suelo y las plantas necesitan agua para vivir. La
disolución de minerales y materia orgánica en el agua facilita que sean captados por las plantas.
Cuando el agua del suelo escasea, se detiene el crecimiento de las plantas, que llegan a
marchitarse y morir. Un exceso de agua desplaza el aire del suelo y lo vuelve barro donde las
plantas no crecen bien.

• El aire también está presente en el suelo, pues es necesario para las raíces de las plantas y
árboles Los hongos, bacterias, lombrices necesitan del aire para descomponer la materia
orgánica muerta e incorporarla al suelo para la nutrición de las plantas.

Un suelo es fértil cuando tiene los nutrientes necesarios, es decir, las sustancias indispensables para que
las plantas se desarrollen bien.

ACTIVIDADES

1. Organizados como curso y divididos en grupos, visitaremos algún chaco cercano a la escuela.

2. Cuando lleguemos allá, realizaremos todas las tareas que se hacen diariamente en una
propiedad agrícola.

3. Mientras trabajamos, habremos de investigar: ¿por qué se utilizan abonos?, ¿qué tipos de
abono utilizan?, ¿qué son los nutrientes y para qué se los usa?, ¿cada cuánto riegan el chaco?,
¿cuánta agua necesitan las plantas?, ¿se hace o no rotación de cultivos?, ¿cuánto producen?

4. Puedes preparar también otro tipo de preguntas acerca de lo que te gustaría investigar sobre el
chaco y sus suelos.
5. En todo el trabajo que realicemos, pondremos mayor atención al suelo y sus componentes.
Seguro que habremos de encontrar algunos detalles que no tuvimos en cuenta en la anterior
ocasión. Esas tus observaciones puedes anotarlas en tu cuaderno.

6. Cuando hayamos vuelto a la escuela y a nuestra clase pondremos en común aquello que
hayamos investigado y averiguado sobre los suelos: cómo es que estos están compuestos y
cómo se alimentan y alimentan a todo su alrededor. Puedes ir anotando todo aquello que te
parece importante de la exposición de tus compañeros y aquello que no lograste averiguar.

7. Luego de la exposición del profesor(a) sobre este tema, realiza un resumen de lo más
importante y significativo para ti.

8. Finalmente, anota las nuevas palabras que hayas aprendido y el significado de las mismas.

Actividades Complementarías

Construcción de aboneras: La abonera es la forma mediante la cual podemos hacer alimento para las
plantas. Para construirla nos vamos al huerto o chaco de la escuela y hay que seguir los siguientes
pasos:

1. Escoger un terreno (1,5 x 2 metros), de preferencia debe ser seco pero cercano a una fuente de
agua.

2. Limpiar y nivelar el terreno.

3. Cavar una profundidad de acuerdo a la cantidad de material que se disponga. Puede hacerse
también a nivel del suelo.

4. Echar una primera capa de vegetales que estén picados, luego una capa más delgada de
excrementos de animales y basura de cocina, posteriormente una capa más delgada de cal
mezclada con tierra.

5. Dependiendo de la cantidad de material que dispongamos, se podrán colocar capas similares


por encima de las ya indicadas.

6. Finalmente, se colocará una capa de tierra (aproximadamente 10 cm) y se tapará con algún
material plástico.

7. Cada tres o cinco días, introduciendo un cuchillo en el material, se deberá verificar la humedad
y el calor. Si está demasiado caliente se debe echar agua. Si no calienta es porque el proceso
está mal encaminado.

8. Al culminar el mes debe darse vuelta a todo el material para acelerar la descomposición. En dos
meses tendremos abono orgánico listo para ser usado en la huerta.

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