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118 RENE DESCARTES


ené Descartes vivió a princi­ a conocer su obra, era el deseo de li­
EN CONTEXTO pios del siglo XVII, durante el brar a la ciencia de la carga del escep­
período que en ocasiones se ticismo de una vez y para siempre.
RAMA
denomina revolución científica por En sus Meditaciones metafísicas,
Epistemología
la rapidez con que avanzó la ciencia su trabajo más completo y riguroso
durante el mismo. El científico y fi­ sobre metafísica (el estudio del ser y
lósofo británico Francis Bacon había de la realidad) y epistemología (el es­
logrado establecer un nuevo méto­ tudio de la naturaleza y de los límites
�NTES do para llevar a cabo experimentos del conocimiento), Descartes inten­
Siglo IV A.C. Para 1\ristóteles, científicos, que se basaba en la ob­ ta demostrar que el conocimiento es
cuando realizamos cualquier servación minuciosa y en el razona­ posible, incluso desde la más escép-
acción, incluso la de pensar, miento deductivo, y su metodología
somos conscientes de ella, y, había proporcionado un nuevo mar­
así, somos conscientes de co desde el que investigar el mundo.
nuestra existencia. Descartes compartía su entusiasmo • •

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y optimismo, aunque por diferentes





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motivos. Bacon consideraba que las


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aplicaciones prácticas de los descu­ ,·


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brimientos científicos eran su justifi­




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cación y su fin único, pero Descartes . �
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sentía fascinación por el proyecto de


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poder incrementar el conocimiento -\"


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y la comprensión del mundo. ,

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Durante el Renacimiento, la épo­
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DESPUES






ca histórica precedente, se produjo



1781 En su obra Critica de la


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un aumento considerable del escep­



ticismo sobre la ciencia y la posibili­ •.





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dad de adquirir conocimiento en ge­


neral. En tiempos de Descartes esta
El libro de Descartes De Homine
postura seguía siendo influyente, por
Figuris explica las causas biológicas
lo que una de las mayores motivacio­ del conocimiento. En él sugiere que la
nes en su <<proyecto de la investiga­ glándula pineal es el nexo entre la visión
ción pura>>, tal y como se ha llegado y la acción consciente.

Pero, cuando
Puede que un demonio
No hay nada de lo que digo «soy; existo)), no
maligno me haga creer
pueda estar seguro. puedo equivocarme
cosas que son falsas.
respecto a ello .

. .....

Un demonio maligno
Pienso,
sólo podría hacérmelo creer
luego existo. si realmente existo.
EL RENACIMIE. TO Y LA EDAD DE LA RAZÓN 119
Véase también: A ristóteles 56-63 � San Agus·tín de Hipona 72-73 -� Thomas Hobbes 112-115 � Blaise Pascal 124-125 m

Benedictus de Spinoza 126-129 e John Locke 130-133 • Gottfried Leibniz 134-137 m Immanuel Kant 164-171

tica de las posturas; a partir de ahí, to no es posible fiarnos de ellos. Oui­


trata de sentar unos cimientos sóli­ zás1 enuncia1 soñamos y lo que nos
dos para las ciencias. Las Meditacio­ parece el mundo real no es más que
nes están escritas en primera perso­ un sueño. Esto1 afirma, sería factible
na (((pienso>>) porque no se presentan ya que no hay señales inequívocas
argumentos para demostrar o refu­ que nos digan si estamos despiertos
Es necesario dudar
tar afirmaciones, sino que lo que se o dormidos; pero aun así, dicha si­
de todo y tanto como
desea es guiar al lector por el cami­ tuación dejaría abierta la posibilidad
sea posible al menos
no que el propio autor ha emprendi­ de conocer algunas verdades1 como
una vez en la vida.
do. De ese modo1 el lector se ve obli­ los axiomas matemáticos, aunque no
gado a adoptar la postura de quien
René Descartes
mediante nuestros sentidos. Sin em­
medita y a reflexionar y descubrir la bargo, incluso esas <<verdades>> po­
verdad1 igual que había hecho Des­ drían ser falsas1 ya que Dios1 que es
cartes. Esta técnica recuerda al mé­ omnipotente, estaría en capacidad de
todo socrático en que, poco a poco, confundirnos hasta ese punto. Aun­
el filósofo va guiando la comprensión que pensemos que Dios es bueno1 >>

de la persona1 en lugar de presentar


un conocimiento ya prefabricado.
Una ilusión óptica de líneas paralelas que
parecen doblarse puede engañar a nuestros
El mundo de las ilusiones sentidos. Descartes cree que no debemos aceptar
Para defender que sus creencias te­ nada como cierto y sí eliminar todos los prejuicios
nían estabilidad y consistencia, dos antes de poder alcanzar el conocimiento.
cara cterísticas del conocimiento que
considera fundamentales1 Descartes
utiliza la <<duda metódica», en que la
persona deja a un lado toda creencia
de cuya verdad se pueda dudar1 ya
sea parcial o completamente. El ob­
jetivo de Descartes es demostrar que
podemos llegar al conocimiento in­
cluso si partimos de la postura más
escéptica posible y dudamos de todo.
La duda es hiperbólica (exagerada) y
solamente se utiliza como herramien­
ta filosófica. Tal y como él mismo se­
ñala: «Nadie en su sano juicio ha du­
dado nunca de estas cosas».
René Descartes comienza por so­
meter sus creencias a una serie de ar­
gumentos escépticos cada vez más
rigurosos para plantearse cómo po­
demos estar seguros de la existencia
de nada en absoluto. ¿Es posible que
el mundo g:ue conocemos no sea más
que una ilusión? No podemos confiar
en nuestros sentidos porque a todos
nos han <<engañado>> alguna vez, por
i·o que para alcanzar el conocimien-
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120 REt�E DESCARTES

Imaginaré que
un demonio maligno,
poderoso y astuto ha
empleado toda su energía
en enganarme.
-

René Descartes

demos pensar o decir «soy, existo}} y


mientras lo pensamos o lo decimos)
no podemos equivocarnos al respec­
to. Cuando Descartes intenta aplicar
la prueba del demonio a esta creen­
cia, se da cuenta de que sólo podría
hacerle creer que existe si, efectiva­
mente, existe: ¿cómo podría dudar
de su existencia a no ser que exista
para poder dudar?
Este axioma, «soy, existo» , es la
Un demonio maligno, capaz de do pondera una creencia, se pregun­ primera certeza cartesiana. Si bien
engañar a la humanidad sobre todo, ta: «¿Es posible que el demonio me en su obra anterior, el Discurso del
no conseguiría hacerme dudar de mi haga creer esto aunque sea falso?>>. método) lo había presentado como
existencia; si lo intentara y me obligara
Si la respuesta es que sí, rechaza la <<pienso, luego existo>>) decidió aban­
a cuestionarla, en realidad no haría más
creencia como abierta a la duda. donar dicha formulación cuando es­
que confirmarla.
En este punto, parece que Des­ cribió las Meditaciones, puesto que
cartes se ha colocado en una posi­ la inclusión de <<luego>> hace que la
podría habernos creado de tal modo ción imposible: aparentemente nada frase se asemeje a una premisa y a
que tengamos una tendencia a equi­ está más allá de toda duda, por lo una conclusión. Descartes pretende
vocarnos al razonar. O, quizás, Dios que carece de un argumento sólido que el lector, el «yo>> que reflexiona,
no existe, lo que aumentaría las pro­ al que aferrarse. Se describe sintién­ se percate de que, en el mismo mo­
babilidades de que fuéramos seres dose indefenso y sumido en un tor­ mento en que piensa sobre su exis­
"' imperfectos (en tanto que fruto de la bellino de duda universal, incapaz tencia, sabe que es verdad. Es una

casualidad) y susceptibles de estar de encontrar asidero. Parece que el verdad instantánea; no se trata de la
equivocados continuamente. escepticismo no le ha permitido em­ conclusión de un argumento sino de
Una vez llegado a un estado en prender siquiera el camino hacia el una intuición directa:
el que se diría que no hay nada de lo conocimiento y la verdad. A pesar de que Descartes modi­
que pueda estar seguro, Descartes ficó la expresión a fin de esclarecerla,
idea una herramienta ingeniosa que La primera certeza la formulación anterior era tan pega­
le permite evitar recaer en una opi­ Es en ese momento cuando Descar­ diza que permaneció en la memoria
nión preconcebida: imagina que hay tes se da cuenta de que existe algo de las personas y, aún ahora, la pri­
un potente demonio maligno capaz de lo que no puede dudar en abso­ mera certeza se suele conocer como
de engañarle acerca de todo. Cuan- luto: su propia existencia. Todos po- <<el cogito>>, del latín cogito ergo sumJ
Pero, ¿de qué sirve una única cer­ un punto de apoyo al conocimiento,
teza? El argumento lógico más senci­ Descartes se da cuenta de que tam­
llo es el silogismo, en el que partiendo bién podemos adquirir conocimiento
de dos premisas se llega a una con­ a partir de ella. Esto es así porque el
clusión, por ejemplo: todos los pájaros conocimiento que estoy pensando se
La proposición tienen alas; el petirrojo es un pájaro; encuentra ligado al conocimiento de
<<pienso, existo>> es por tanto, todos los petirrojos tienen mi propia existencia. Por consiguien­
necesariamente cierta alas. Ciertamente, no podemos llegar te, ((pensar}} es algo de lo que no pue­
cuando la formulo yo o a ningún sitio partiendo tan solo de do dudar racionalmente, puesto que
la concibe mi mente. una certidumbre. Sin embargo, Des­ la duda es un tipo de pensamiento: ..
René Descartes cartes no pretendía llegar a este tipo dudar que pienso ya es pensar en sí
de conclusiones partiendo de la pri­ mismo. René Descartes sabe ahora
mera certeza. Tal y como explicó: (<Ar­ que existe y que piensa, por lo que él,
químedes solía exigir un único pun­ y cualquier otro que piense, también
to de apoyo sólido e inamovible para sabe que es un ser pensante.
poder mover la Tierra}}. Para Descar­ Sin embargo, Descartes deja muy
tes, la certeza de su propia existen­ claro que esto es lo más que puede
que quiere decir «pienso, luego exis­ cia es lo mismo: le salva del torbelli­ razonar a partir de la primera certeza.
to}}. San Agustín de Hipona ya había no de dudas, le da un punto de apoyo Está convencido de que no puede de­
empleado un argumento muy pare­ sólido, lo que le permite iniciar el ca­ cir que tan sólo es un ser pensante
cido en La ciudad de Dios al afirmar: mino desde el escepticismo hacia el (una mente), ya que no tiene manera
((porque si yerro, existo}>, con lo que conocimiento. Esta idea es crucial en de saber qué más puede ser. Puede
quería decir que si no existiera, no su proyecto de investigación, pero no ser algo físico que posee la capaci­
se podría equivocar. Sin embargo, es la base de su epistemología. dad de pensar, o puede ser algo dis­
san Agustín no usó demasiado este tinto, algo que aún no ha concebido
argumento en su obra y, ciertamen­ ¿Qué es este <<YO>>? siquiera. La cuestión es que, en esta
te, no lo desarrolló del modo en que A pesar de que la función principal fase de sus meditaciones, sólo sabe
lo hizo Descartes. de la primera certeza es la de ofrecer que es un ser pensante; tal y como >>

La única pregunta a la que Descartes puede


responder definitivamente mediante la duda
metódica es si piensa o no. No puede demostrar
la existencia del cuerpo o del mundo exterior.

EX 'TE o�7.
R°í:
¿HAY UN MUNDO


cepticismo es errónea ya desde un ejemplo, Pablo tiene el pensamiento


comienzo. Uno de los principales ar­ <<todos los hombres son mortales» y
gumentos en contra parte de la uti­ Patricia piensa que «Sócrates es un

lización de la primera persona en el hombre>>, ninguno de ellos puede lle­


axioma <<pienso, existo». A pesar de gar a una conclusión. Sin embargo1
Cuando alguien que Descartes no puede equivocarse si Paula tiene ambos pensamientos1
dice <<pienso, luego al decir que el pensamiento ocurre, podrá concluir que <<Sócrates es mor­
existo)), reconoce que ¿cómo sabe que hay un «pensador», tal». Que los pensamientos <<todos los
. . . . .
es algo autoevidente una un1ca conc1enc1a un1tar1a que hombres son mortales>> y <<Sócrates
,

mediante la simple piensa? ¿Qué le da derecho a afirmar es un hombre» sean flotantes, equi­
intuición mental. la existencia de nada más allá de los vale a que los pensaran dos perso­
René Descartes propios pensamientos? Por otro lado, nas distintas; para que la razón sea
¿tiene sentido la idea de pensamien­ posible, los pensamientos deben re­
tos flotantes sin pensador alguno? lacionarse entre ellos y de la mane­
No resulta fácil imaginar pensa­ ra apropiada. Que los pensamientos
mientos coherentes y sin pensador, se relacionen con cualquier otra cosa
y Descartes defiende la imposibili­ que no sea un pensador (por ejemplo,
dad de concebir tal estado de cosas. un lugar o un tiempo) no es suficien­
lo argumenta, sólo sabe que es un Sin embargo, si pretendiéramos es­ te. Y como el razonamiento sí es po ­
ser pensante <<únicamente en el sen­ tar en desacuerdo y creer en la posi­ sible, Descartes puede concluir que
tido estricto>>. Posteriormente, en el bilidad de un mundo lleno de pensa­ es un pensador.
sexto libro de las Meditaciones, pre­ mientos sin pensadores, Descartes Algunos filósofos modernos han
senta el argumento de que la mente no podría afirmar creer en su propia negado que la certeza de Descartes
y el cuerpo son dos cosas distintas existencia, por lo que nunca podría acerca de su propia existencia tenga
(sustancias diferentes), pero en este llegar a la primera certeza. La exis­ la utilidad que él le otorga. Afirman
punto todavía no está en posición de tencia de pensamientos no le daría que «existo>> carece de todo conteni­
afirmarlo. el punto de apoyo que necesitaba. do y que, sencillamente, alude a un
El dilema con el concepto de los sujeto, pero no aporta nada significa­
Descartes y la duda pensamientos flotantes y sin pensa­ tivo ni importante al respecto, sim­
La primera certeza ha sido objeto de dor es que de ser a�í el razonamiento plemente, lo señala. Así pues, nada
críticas por parte de un gran núme­ sería imposible. Para poder razonar, puede deducirse de ello y el proyecto
ro de pensadores que sostienen que es preciso poder relacionar las ideas de Descartes falla ya desde un prin­
la aproximación de Descartes al es- de una determinada manera. Si, por cipio. Sin embargo, esta crítica pare-

René Descartes René Descartes nació cerca de donde pasó casi toda su vida. En
Tours (Francia), y se educó en el 1649, la reina Cristina le invitó a
centro jesuita College Royal de Suecia para hablar de filosofía; se
La Fleche. Debido a su mala salud, esperaba que madrugara mucho,
se le permitía permanecer en cama a lo que no estaba acostumbrado
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hasta tartle por la mañana, y así en absoluto. Descartes creyó que
adquirió la costumbre de meditar. este nuevo régimen, además del
A partir de los dieciséis años, SE? duro clima sueco, le hizo contraer
concentró en el estudio de las neumonía, de la que falleció sólo
. .
matemat1cas, pero interrump10 un año después.
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su formación durante cuatro años


para presentarse como voluntario Obras principales
en la guerra de los Treinta Años.
En este período, sintió la llamada 1637 Discurso del método.
de la filosofía y, tras abandonar 1641 Meditaciones metafísicas.

el ejército, se instaló primero en 1644 Principios de fi.losofía.


París y luego en los Países Bajos, 1662 De Homine Figuris.
,

EL RENACIMIENTO Y LA EDAD DE LA RAz·· N 123


ce omitir el razonamiento de Descar­ de William Shakespeare, piensa mu­ recurrir a ningún dogma o autoridad
tes, pues, tal y como ya hemos visto, chísimo, aunque es evidente que no y establecer una base firme y racio­
este no hace uso de la primera cer­ existió; por lo tanto, no es cierto que nal para alcanzar el conocimiento.
teza como una premisa a partir de la todo lo que piensa, existe. También se le conoce por haber pro­
cual derivar más conocimiento; úni­ Podríamos considerar que, como puesto que la mente y el cuerpo son
camente necesita que haya un yo al Hamlet pensaba en el mundo ficti­ dos sustancias diferentes (una ma­
que señalar. Por lo tanto, que <<existo>> cio de una obra de teatro, existía en terial, el cuerpo, y otra inmaterial, la
apunte a quien medita es todo lo que ese mundo de ficción; si no existía, mente) que interactúan. Su conocida
requiere para poder escapar del tor­ no existía en el mundo real. Su <<rea­ distinción, tratada en la Sexta medi­
bellino de dudas. lidad>> y su pensamiento tienen que tación, ha pasado a conocerse como
ver con el mismo mundo de ficción. dualismo cartesiano.
Un pensador irreal Los críticos a la máxima de Descar­ Sin embargo, es probable que el
Para quienes han malinterpretado a tes podrían responder que esa es pre­ legado más importante de Descartes
Descartes, creyendo que este inten­ cisamente la cuestión: saber que al­ sea el rigor de su pensamiento y su
ta hacer de su pensamiento un argu­ guien llamado Hamlet pensaba (sin negativa a depender de la autoridad.
mento que demuestre su existencia, saber nada más) no es una garantía Los siglos que siguieron a su muer­
señalaremos que la primera certeza de que ese alguien exista en el mun­ te estuvieron dominados por filósofos
es una intuición directa, no un argu­ do real; para ello, tendríamos que sa­ que, o bien consagraron su trabajo a
mento lógico. Sin embargo, ¿por qué ber si piensa en el mundo real. Saber desarrollar las ideas de Descartes, o
sería un problema que Descartes lo que algo o alguien, como Descartes, bien se dedicaron a refutarlas, como
utilizara como argumento? piensa, no es suficiente para demos­ Thomas Hobbes, Benedictus de Spi­
Lo que sucede es que a la aparen­ trar su realidad en este mundo. noza o Gottfried Leibniz. 11

te inferencia «pienso, luego existo>>, La respuesta a este problema se


le falta una premisa muy importan­ halla en el estilo en primera persona
te, como <<algo que piensa, existe>>, de las Meditaciones, y es aquí donde
para poder funcionar. Hay ocasiones queda claro el motivo que empuja a
en que, si una premisa resulta obvia, René Descartes a utilizar el <<yo>>. Por
no se explicita en el argumento y, en­ mucho que nunca consiga tener la
tonces, recibe el nombre de premisa certeza de si Hamlet pensaba o no, ASIMO

suprimida. Sin embargo, algunos de y por lo tanto de si existía o no, en


los críticos de Descartes se quejan un mundo de ficción o en el real, no
de que esta premisa suprimida no es puedo dudar de mí mismo. .HONDA

obvia en absoluto. Hamlet, en la obra


Filosofía moderna
En el <<Prefacio al lector>> de las Me­
ditaciones, Descartes predice muy
certeramente que muchos lectores
abordarían su tratado de tal forma
Debemos i nvestigar que <<no se molestarán en entender

qué tipo de conocimiento el orden correcto de mis argumen­

puede alcanzar la mente tos ni la relación entre ellos, sino que


se limitarán a criticar frases sueltas,
humana antes de intentar
como suele hacerse>>. Por otro lado,
adquirir conocimiento
también escribió que <<no espero la
de las cosas en
aprobación popular, ni tampoco un
particular.
público amplio>>, pero en este punto
René Descartes .
s1 que se equivoco, pues es comun
, , ,

La separación de mente y cuerpo que


que se le defina como el padre de la
plantea Descartes deja abierta una duda:
filosofía moderna. Con su obra, Des­ si todo lo que podemos ver de nosotros
cartes quiso otorgar a la filosofía la mismos es el cuerpo, ¿cómo demostramos
certidumbre de las matemáticas sin que un robot no tiene conciencia?

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