Seminario Mayor de San José

John Jairo Bobadilla Bermeo

Síntesis filosófica
P. César Baracaldo

EL HOMBRE COMO APERTURA REFERENCIAL A DIOS

1. EL HOMBRE QUE SE PREGUNTA POR EL FUNDAMENTO DE SU FE:

Dios que se revela al hombre por medio de su hijo Jesús, la palabra encarnada, para dar a conocer al padre
y para que conociéndolo el hombre se salve.
El fundamento de la fe cristiana consiste en que Dios ha hablado al hombre por medio de Jesucristo,
quien es único mediador y plenitud de toda revelación.
 Surge entonces la pregunta antropológica: posibilidad de apertura del hombre a Dios, ¿Qué es el
hombre?.
 Se presenta la necesidad de fundar la propia fe, justificar la fe, encontrar razones por las cuales creer
es decir de manera sensata.
 La teología tiene que recurrir a la antropología filosófica, para ayudar a dar respuesta.
 La teología presenta dos principios fundamentales: a) el principio arquitectónico; b) el principio
hermenéutico.
 A partir de la apertura a Dios surge una pregunta de tipo antropológico.
 ¿Cuál es el sentido de su existencia humana? ¿Quién soy yo?
 El hombre es visto como un ser problemático.
 El hombre como sentido del mundo presenta en la historia un giro antropológico: Del cosmos a
Dios. 2. De Dios al hombre.
 Proceso del conocimiento: conociendo el hombre se conoce a sí mismo porque es ontológicamente
apertura al ser.
 El sentido de la vida evidenciado en las situaciones limites: la muerte como fracaso o aniquilación de
los proyectos vitales del hombre.

2. LA EXPERIENCIA HUMANA.

Personalidad: ser sí mismo

 El hombre vive como persona y como sujeto, como unidad totalizante. Vive como “ser puesto delante
de sí mismo”.
 Ser persona es sinónimo de autoposesión de parte de un sujeto en una relación cognitiva y libre hacía
la totalidad de la realidad.
 La persona supera la definición de Boecio “substancia individual de naturaleza racional” la anterior
definición lleva a un reduccionismo, pues esta niega las otras dimensiones del hombre.
 Algunas de las características que no se tienen en cuenta con la definición de Boecio son: la unidad de
la persona, su interioridad y su carácter auto trascendental.

Mundaneidad: ser en el mundo

 El hombre realiza su existencia en el mundo, es un ser en el mundo.
 El mundo es presentado como museo que recoge los objetos situados en espacio y tiempo, con una
unidad muy intrínseca entre ellos. En este mundo el hombre es protagonista.
 En la relación hombre  mudo, el hombre vive la experiencia de su total dependencia del mundo.
 El hombre se descubre como sujeto en el mudo. Conoce su propia realidad y la del mundo.
 El hombre debe transformar la naturaleza para hacerla más humana, mediante el trabajo.
 El hombre se descubre como: aquel que resume y asume el mundo, aquel que lo humaniza, como
aquel que lo autotrasciende.
 Comunitariedad: ser con los otros.
 El hombre vive originalmente como ser con los demás. El hombre se descubre referido a los demás,
los cuales están dotados de su misma estructura.
 Es imposible pensar al hombre desvinculado de los otros.
 Heidegger  mit-da-sein ser con o existir con...
 El otro se revela como otro y se manifiesta como exigencia de reconocimiento y de promoción;
comunicación interpersonal; apertura al tu y al Tu, en la cual hay encuentro, reconocimiento,
comunión y promoción.
 El hombre trasciende en relación con el otro, trasciende en comunidad.

Temporalidad: ser para la muerte.

 La temporalidad aparece como realidad constitutiva de la existencia humana.
 El tiempo solo tiene sentido en cuanto vivido por el hombre y el hombre tiene sentido en cuanto vive
en el tiempo.
 El hombre vive como pasado presente y futuro, estas vivencias están unidas entre sí por un proceso de
continuidad en la vivencia de yo que unificándolas revela en sí mismo su temporalidad originaria.
 La temporalidad hace descubrir al hombre la presencia de la muerte como supresión total y definitiva.
de su proyectarse en el mundo. La muerte como amenaza de la existencia del hombre.
 La muerte para comprender la vida: conciencia y libertad caracterizada por la responsabilidad
sostenida por la esperanza – esperante.

Historicidad: ser en esperanza esperante.

 El hombre es un ser histórico, esto significa que realiza su vida en la historia de la humanidad.
 La historicidad característica especifica del hombre.
 La historia no es solo movimiento, sucesión cronológica de hechos y momentos en el tiempo objetivo
y natural. Es proceso porque procede de un pasado y procede a un porvenir.
 Solo hay historia por que hay una libertad humana en grado de crear algo nuevo.
 La historia caracteriza al hombre como un ser en devenir.
 El hombre tiene la capacidad de trascender el devenir cósmico y convertirlo en devenir histórico.

Simbolizatividad: ser de la palabra

 El hombre se presenta como ser que habla, ser de la palabra, el lenguaje es pues constitutivo del ser
hombre. La palabra es una forma plena de comunicación humana.
 El pensamiento humano se realiza siempre como pensamiento discursivo y dialogal.
 El lenguaje presupone tres nociones fundamentales: sujeto que habla, el objeto del cual se habla y el
interlocutor al cual se habla y se pretende dar una comunicación.
 Triple función del lenguaje hoy: como símbolo, síntoma y señal.

El hombre ser de la trascendencia, apertura referencial a Dios.

 El hombre es el ser de la trascendencia, en cuanto supera los animales y todos los seres del mundo en
la autoconciencia, en la libertad, en la autoposesión, el la intersubjetividad, en el lenguaje, en la
técnica, en la historicidad. Pero además se supera a sí mismo.
 La trascendencia indica ir más allá de..., por medio de ésta el hombre supera los límites del espacio,
del tiempo de la materia, de la naturaleza, de la historia hacia el horizonte de la eternidad, del espíritu,
del infinito absoluto.
 La afirmación del hombre como ser trascendente significa su pura apertura al misterio infinito del ser,
esto es a Dios. El hombre aparece entonces como el ser ya desde siempre orientado a Dios.