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El Propósito de Este Artículo Es Discutir El Estado Contemporáneo de La Sociología de La Literatura Como Una Relación Entre La Literatura y El Conocimiento Sociológico
El Propósito de Este Artículo Es Discutir El Estado Contemporáneo de La Sociología de La Literatura Como Una Relación Entre La Literatura y El Conocimiento Sociológico
El objeto y el método
Esta renuncia metodológica probablemente se deba al hecho de que, en
relación con los objetos simbólicos, la sociología está, para muchos
sociólogos, bajo la influencia de la forma en que Durkheim trató la
cuestión de lo sagrado. Para este último, lo sagrado se elabora y objetiva
en el ritual y se deriva de él. El encuentro de los creyentes y los actos
que producen cuando se juntan - fervor, amor, fe - construyen la
sociedad y la refuerzan, al tiempo que construyen el objeto de fe: la
religión. Sin el ritual, la religión simplemente no existiría. Aplicado al
dominio de la literatura, este enfoque sobreestima la creencia en el valor
de la obra de arte, que se manifiesta en los rituales sociales que
acompañan a la práctica del arte o la literatura. Ahora, enfatizando
esencialmente, si no exclusivamente, los aspectos del ritual social que
rodean la asistencia al arte, a veces descrito como "amor al arte" o "amor
a la literatura", este enfoque teórico tiende a reducir la práctica social de
la literatura a la expresión de una competencia entre capitales
simbólicos, que hace dominantes, como demostró enfáticamente Pierre
Bourdieu, comportamientos de distinción social.
Además, la teoría de la distinción de Bourdieu va acompañada de una
teoría del uso "literario" del lenguaje, tal como lo practicarían los
escritores. Estos harían un uso estético del lenguaje, dirigiéndose a sus
lectores bajo la modalidad de la sensibilidad. Al privilegiar la sensibilidad,
el escritor permitiría al lector no ver la verdad de lo real, ceguera que
formaría parte del placer literario. Bourdieu explica: “La formalización que
él [el escritor] opera funciona como un eufemismo generalizado y la
realidad literariamente irrealizada y neutralizada que propone le permite
satisfacer [en su lector] un deseo de conocimiento capaz de contentarse
con la sublimación que él ofrece a través de la alquimia literaria
”(Bourdieu, 1992, p. 48). Bourdieu opone el rigor sociológico como un
ascetismo, un rechazo de las fascinantes bellezas del arte, a este
universo literario, pensado como un juego de lenguaje que actúa sobre la
sensibilidad y que desviaría el deseo de conocer su objeto. “La lectura
sociológica rompe el hechizo. Poniendo en suspenso la complicidad que
une al autor y al lector en la misma relación de negación de la realidad
expresada por el texto, revela la verdad que el texto enuncia, pero de tal
manera que no la dice” (Bourdieu, 1992, p. 48) . Por tanto, toda la
literatura carece de valor cognitivo. A partir de entonces, el sociólogo
dejaría de interesarse por la obra literaria, tanto por razones
metodológicas como para preservar la eficacia de la investigación
sociológica. Cualesquiera que sean los acuerdos y desacuerdos que
puedan haber con las tesis de Bourdieu, la cuestión fundamental es que
esta concepción platónica de la literatura como un error no puede
aceptarse. La literatura no se sitúa en el nivel de enunciación de la
verdad de lo real. No compite, en este nivel, con la sociología, porque la
sociología no puede pretender explicar mejor esta verdad de lo real, ya
que no es ni el objetivo ni la pretensión de la literatura.
Circunstancias intelectuales