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Historia III

Alumno: Mielniczuk Pablo


Clase 4:

- Elegir una de las piezas del repertorio (Rhapsody in Blue, de Gershwin, el


Ragtime o el Tango, de Stravinsky, La Creation du Monde de Milhaud o La Revue
de Cuisine de Martinu) y comentar como es la relación o el tratamiento de las
músicas populares (el jazz, el tango, o ambas, según el caso) con las cuales esa
pieza dialoga.

Rhapsody in Blue
Para comprender mejor la relación o el dialogo entre la música academica y la
música popular que se da en la obra de Gershwin es importante conocer el
contexto en el que fue creada.
Gershwin no tuvo una formación académica convencional a pesar de esto
descubrió el mundo sonoro de compositores como Franz Liszt, Frédéric
Chopin o Claude Debussy. Era un músico curioso que le gustaba explorar y
mantenerse informado sobre lo que estaban haciendo los modernos europeos y
los ultramodernos de Manhattan, a la par que experimentaba con opulentas líneas
vocales en una vena operística, lo hacía con líneas melódicas rítmicamente
maleables que imitaban el estilo pianístico stride y el blues.
Bajo este contexto se concibe “Rhapsody in Blue” compuesta en 1924 y estrenada
en el Aeolian Hall de Nueva York, en un concierto titulado "Un experimento en
música moderna" encargada por Whiteman, el cual se impuso la misión de dar al
jazz una respetabilidad cuasiclásica. Y así se encontraba Rhapsody in blue
plantada en el medio, con un pie en la cocina y el otro en el salón, y esa convive
desde el nombre, “Rhapsody”: forma proveniente de la música culta, y "blue"
refiriéndose tanto al estilo musical blues, como al estado de ánimo blue, que
significa "triste, melancólico" hasta la obra completa, donde alterna entre virtuosas
melodías de las arias jazzísticas interpretadas por la orquesta y ajetreadas
secciones de transición del piano que remonta a las obras de sus influencias más
tempranas.
La partitura comienza con un lánguido trino en el clarinete, lo que da paso a una
escala ascendente igualmente lánguida, que a continuación se convierte en un
glissando superelegante y en absoluto estentóreo.
Tras haber llegado al Si bemol más agudo, el clarinete entona luego
despreocupadamente una melodía ligeramente sincopada, apoyándose de modo
perceptible en el séptimo grado descendido de la escala. La melodía baja bailando
por la misma escalera por la que había subido contorneándose la escala inicial,
acabando en el Fa con que comenzó la obra: una típica simetría
gershwiniana. Esa séptima descendida se oye como una nota alterada,
característica del blues y el jazz, mientras que también se puede interpretar como
parte de un puritano acorde de séptima de dominante, lo que tiene el efecto de
lanzar la armonía a una tonalidad cercana, lo cual pone en manifiesto una clara
ambigüedad y esa convivencia entre los dos mundos (Popular y académico, o
Informal y refinado).
Otro reflejo de esto se puede observar en el tema de amor rachmaninoviano que a
través de una vertiginosa secuencia de modulaciones en el centro de la obra
acaba estando en la tonalidad de Mi, a una distancia de tritono de la tónica Si
bemol. En él hay desparramadas notas extrañas alteradas descendentemente
(desde los tiempos de «Swanee» y Blue Monday Blues, Gershwin había estado
navegando entre escalas diatónicas, de blues, klezmer, de tonos enteros y
cromáticas), lo que proporciona a Rachmaninov una cierta informalidad,
chasquidos de dedos incluidos, al tiempo que impulsa la armonía a través de una
segunda serie de modulaciones hasta regresar al punto de partida.
Sin embargo, la superficie musical, mantiene una claridad resplandeciente, de
modo que el oyente puede seguir cada una de las arias jazzísticas según van
incorporándose al tumulto.
Las melodías de gran dulzura y sonoridad jazzísticas, el trombón y trompeta con
sordina, el clarinete con glissandos muy expresivos son elementos que denotan
esa dualidad y convivencia entre los dos lenguajes, así, Gershwin combinar la
tradición popular pianística, su tratamiento armónico y toda la atmósfera del blues
afroamericano.

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