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Año nuevo… Oportunidades nuevas

Introducción

Sería fácil empezar una reflexión de inicio de año diciendo frases tales como: «este será el año de la
restitución.» «Este será el año en que Dios entregará al enemigo en nuestras manos.» Este será el año de la
cosecha abundante y el año donde las ventanas de los cielos serán abiertas para su pueblo», y seguramente yo
podría tocar la parte emocional de algunos de ustedes y quizás hasta podría lograr que algunos se pusieran de
pie aún allá en sus casas y dijeran un fuerte Amen.

Podría hacer declaratorias tras declaratorias y provocar que usted en este día terminara este tiempo
tremendamente motivado o motivada, pero sería solamente eso, emoción, emoción que se la llevara en algún
momento el tiempo y las circunstancias y en ustedes no quedaría nada de valor para recordar en su diario
trajinar.

Muchas personas cuando termina un año se sientan alrededor de una mesa o una parrilla e imaginan que el
cambio de año les traerá cosas mejores de las que tuvieron el año que se termina, e inclusive declaramos que
vamos a hacer un sin fin de cosas para Dios, de las cuales probablemente no cumplamos ni siquiera la décima
parte.

Noticia: nuestras vidas no van a cambiar mucho solamente porque arranquemos una hoja del calendario o
porque este cambie de 2020 a 2021. Solo para recordar, quiero que tengamos en cuenta que este calendario
que nos rige ni siquiera corresponde a un conteo exacto de los años conforme a los tiempos que marcó nuestro
Señor Jesucristo, ya que se especula que podríamos estar aproximadamente en el año 2025 y no en el 2021, y
por otra parte ni siquiera el año judío tal como se estableció arranca en este mes. Nada excepcional entonces
podemos atribuirle a este inicio de año excepto que las cuentas arrancan en cero para algunas cosas como el
aumento del salario mínimo, las alzas de los arriendos y otros bienes y servicios, etc.

Es necesario reaccionar y accionar.

Tu vida y la mía cambiaran significativamente con base en las decisiones que tomemos en nuestra relación
con Dios y Su Palabra, es decir que tomemos la posición que nos corresponde como personas lavadas con la
preciosísima sangre del cordero, y permitamos que Dios realmente moldee nuestras vidas. Recordemos que
son nuestras siembras de hoy las que determinan los frutos que cosechemos mañana. Es una ley inexorable
que está expresada por toda la Palabra de Dios. Veamos:

Génesis 1:11-12

“Y dijo Dios: ‘Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semilla, y árboles frutales
que den fruto sobre la tierra según su género, con su semilla en él’. Y fue así. Y
produjo la tierra vegetación: hierbas que dan semilla según su género, y árboles que
dan fruto con su semilla en él, según su género. Y vio Dios que era bueno” (Génesis
1:11-12).

Oseas 8:7

Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrán mies, ni su espiga


“7 

hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán.”


Gálatas 6:7-9:

“7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre
sembrare, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su carne, de la sangre
segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida
eterna. 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si
no desmayamos.”

Santiago 3:18:

“18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.”

Cerremos este pequeño paréntesis y volvamos al tema del año nuevo:

¿Qué significa un nuevo año?

Todos en esta vida necesitamos alguna vez la oportunidad para comenzar de nuevo, tal vez porque
sencillamente todo lo que hicimos tiempo atrás estaba mal. Un año nuevo significa una nueva oportunidad
para empezar a tomar decisiones correctas.

Ejemplo mío: yo tuve la bendición de la oportunidad de comenzar de nuevo (y debo decir que
varias veces), y escribir una nueva historia en mi vida porque hoy podría haber sido solamente un
alcohólico o en el mejor de los casos un impío más sin familia y posiblemente lleno de problemas
de toda índole. Al igual que todos ustedes, yo tuve una oportunidad y la tomé, pero tuve que
decidirme a cambiar porque nuestra vida se rige por decisiones.

Una decisión mal tomada establece cómo será tu estilo de vida e inclusive afectará a los que te rodean.

Ejemplo de Josué.

Josué junto con Caleb fueron los únicos espías que decidieron
creerle a Dios y vieron frente a la misma tierra que visitaron junto
con los demás espías, todo lo bueno que Dios prometió, no las
circunstancias adversas. LE CREYERON A LA PALABRA DE DIOS
ANTES QUE A LAS CIRCUNSTANCIAS! Números 13:25-30

Vamos al capítulo 1 de Josué, versículos 1-3:

“1  Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló


a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo:

Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo

este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.


Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta

de vuestro pie.”

Después de que el pueblo de Israel pasa todos los eventos que conocemos de su éxodo, atraviesa el
desierto junto a Moisés, llega un momento en que este muere y entonces Dios le da órdenes a su nuevo
siervo para dar continuidad al plan de la tierra prometida para su pueblo, ya que Dios siempre termina
lo que empieza, y desde ese momento inicia para Josué un camino guiado y sustentado principalmente
por esta palabra que Dios le da.

Sigamos en los versículos 6, 7 y 9:

Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra


“6 

de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.

Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la


ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra,


para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes,


porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. ”

Vemos acá cómo Dios le insiste en varias ocasiones a Josué que se esfuerce y que sea valiente. (¿Había sido
valiente hasta ese momento?) Muchas veces creemos que hemos sido valientes y que nos hemos esforzado lo
suficiente, pero Dios te insiste: esfuérzate y se valiente aún más. Siempre falta más, siempre falta más. Las
circunstancias adversas siempre estarán allí y solo con fe y decisión saldremos adelante. Pero reitero que tal
como Josué, nosotros contamos con la promesa inquebrantable de Dios “… No
temas ni desmayes,
porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas…”

Ya en el capítulo 2, Josué empieza a creerle a Dios e incluso empieza a planear su estrategia y manda espías a
Jericó. (Josué había creído y estaba tomando la palabra de Dios para él. Como decimos aquí, estaba cogiendo
el toro por los cachos. Su intención era inspeccionar la ciudad y buscar la manera de entrar aunque sabía que
Dios le iba a dar la forma de hacerlo. Sabe una cosa? Dios no necesita tanto sus buenas ideas como su
disposición a escuchar la voz de su Espíritu Santo y su obediencia a Su Palabra. El siempre tiene el mejor
plan, la mejor idea para sacar una victoria de la peor de las circunstancias.

Jericó tenía murallas de 8 metros de altura y 6 o 7 metros de ancho y sobre las cuales se dice que podían
transitar perfectamente dos carruajes juntos. Era en términos humanos una fortaleza inexpugnable.

Luego la toma de Jericó comienza y Josué recibe las instrucciones, (rara estrategia que de seguro en algunos
causó hasta vergüenza e inclusive Josué seguramente se asombró bastante. Todos conocemos la historia, los
muros de Jericó cayeron y lo hicieron para darle a Israel una victoria contundente e incuestionable, donde
nada podía atribuirse a la capacidad militar del pueblo.

Todo era victoria y celebración después de la toma de Jericó, al igual que en nuestra vida diaria a veces
creemos que todo está para celebrar y de pronto se nos viene encima una situación adversa y es cuando
debemos mostrar nuestro esfuerzo, valentía e integridad.
Entonces, tal como lo acabo de decir, para Israel todo era victoria hasta que alguien tuvo una de esas grandes
ideas que a veces se nos ocurren, y lo llevó a tomar una pésima decisión. Cap 7: 1, 5,

7  Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema;


porque Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó
del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.

Después Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que estaba junto a Bet-avén

hacia el oriente de Bet-el; y les habló diciendo: Subid y reconoced la tierra. Y ellos
subieron y reconocieron a Hai.

Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil

o tres mil hombres, y tomarán a Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí,
porque son pocos.

Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron delante de

los de Hai.

Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde

la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del
pueblo desfalleció y vino a ser como agua.

Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante

del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo
sobre sus cabezas.

Y Josué dijo: !!Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán,

para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? !!Ojalá
nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán!

!!Ay, Señor! ¿qué diré, ya que Israel ha vuelto la espalda delante de sus enemigos?

Porque los cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos rodearán, y

borrarán nuestro nombre de sobre la tierra; y entonces, ¿qué harás tú a tu grande


nombre?

10 
Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro?

Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también
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han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han
guardado entre sus enseres.
Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que
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delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema;
ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.

Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana; porque Jehová el


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Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a
tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros.

Os acercaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que Jehová tomare, se
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acercará por sus familias; y la familia que Jehová tomare, se acercará por sus casas;
y la casa que Jehová tomare, se acercará por los varones;

y el que fuere sorprendido en el anatema, será quemado, él y todo lo que tiene,


15 

por cuanto ha quebrantado el pacto de Jehová, y ha cometido maldad en Israel.

Josué, pues, levantándose de mañana, hizo acercar a Israel por sus tribus; y fue
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tomada la tribu de Judá.

Y haciendo acercar a la tribu de Judá, fue tomada la familia de los de Zera; y


17 

haciendo luego acercar a la familia de los de Zera por los varones, fue tomado
Zabdi.

Hizo acercar su casa por los varones, y fue tomado Acán hijo de Carmi, hijo de
18 

Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá.

Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale
19 

alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras.

Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová


20 

el Dios de Israel, y así y así he hecho.

Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos
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de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y


he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo
de ello.

Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda; y he


22 

aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello.

Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de


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Israel, y lo pusieron delante de Jehová.


Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el
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manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su
tienda y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor.

Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los
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israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos.

Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy. Y


26 

Jehová se volvió del ardor de su ira. Y por esto aquel lugar se llama el Valle de
Acor,  hasta hoy.
[a]

SIEMBRAS EQUIVOCADAS, COSECHAS INDESEADAS…

¿Cuántos Frutos indeseados estamos recogiendo de siembras que


no hemos corregido?

¿Cuántos lingotes de oro y mantos babilónicos tenemos en nuestras casas y estamos


causando que la gloria de Dios no se manifieste en nuestras vidas?

Tal vez no hayamos ido a la guerra y no nos hemos traído literalmente estas cosas de algún
reino enemigo, pero tenemos nuestros propios apegos a cosas que no honran a Dios y los
venimos cargando desde hace algún tiempo, traídas directamente del mismo reino de las
tinieblas. (El reino de las tinieblas no queda por allá en el inframundo, ni tiene que ver solo
con cosas esotéricas. Está mas cerca de lo que creemos, es simplemente el mundo que nos
rodea, el sistema económico, social y cultural con el que nos topamos a diario)

Veamos lo que dice la Palabra en Santiago 4:4-8 y 10.

“4  4 !!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad
contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye
enemigo de Dios.

¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en


nosotros nos anhela celosamente?

Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a

los humildes.

Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.



Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y

vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.

10 
Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.”

En muchas ocasiones creemos que Dios nos llamó y nos debe aceptar con el carácter que
traíamos del mundo antes de conocerle, y hasta creemos ser siervos y así nos
autodenominamos, pero mientras nadie se meta con nosotros. (Un predicador contaba que
su mama decía ser sierva siempre y cuando no le tocaran a sus hijos).

Palabras deshonestas, vocabulario malediciente: No podemos utilizar palabras que no


honren a Dios y a nuestros hermanos, pues estas no solo dan mal testimonio de nosotros
como embajadores de Cristo, sino que traen contaminación a nuestra vida espiritual y la de
nuestra propia familia. Marcos 7:15 (“15 Nada hay fuera del hombre que entre en él,
que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al
hombre.)

Aún esto aplica para las palabras sobre nuestra vida que no honran a Dios y a su Palabra:
declaraciones de derrota, pobreza, enfermedad, desgracia. Nosotros sabemos que en
muchas ocasiones tenemos que pasar por circunstancias difíciles no solo en nuestra
economía sino también en nuestra salud, en nuestras relaciones familiares pero lo que
estamos llamados a anunciar con nuestra boca es la palabra de Dios. El verdadero sacrificio
que Dios pide de nosotros, tal como lo declara en su Palabra es sacrificio de alabanza, fruto
de labios que confiesan su nombre… Eso es lo que dice la Palabra de _Dios en Hebreos
13:15 (“15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de
alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.”)

Mi religiosidad: cuando creemos que nos hemos convertido a Jesucristo pero lo único que
hacemos es venir al culto cada semana y los demás días continuamos con nuestra vida
normal como si a Dios no lo conociéramos. No se ora, no se toma tiempo para leer,
meditar, memorizar su Palabra, ni para predicarla a otros. Peligro; anatema llamado religión
no cristianismo, apariencia de piedad y no conversión.

Mi falta de amor por los demás: cuánto nos falta para ejercitar y poner en acción el amor a
los demás igual como Jesús nos amó a nosotros que dio hasta la última gota de sangre por
nuestra salvación eterna. ¿Qué darías tu por mi o por el hermano que esta a tu lado?

Conclusión
Nada sucederá en este nuevo año a menos que tomemos decisiones de calidad en relación
con nuestras siembras diarias. Es tiempo de cambio, tiempo de transformación para ver
frutos abundantes en nuestra vida en este 2021.

Despojémonos de nuestros anatemas, anatemotas y anatemitas y permitamos que Dios


forme el carácter de Cristo en nosotros mediante su Palabra.

Dejémonos moldear por sus manos hasta que muramos completamente en el fuego de su
amor y Él, al igual que el alfarero hará una vasija aun mejor que la primera.

Finalizo con el pasaje de Josué 24:15

Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a
15 

quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los
dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a
Jehová.

QUIEN DIJO MIEDO!

La siguiente frase sería el equivalente a “!no temas!”. Es como decir “no tengo ningún miedo”,
aplicable, por ejemplo, al enfrentar un gran desafío. “Frase con la que alguien se infunde a sí
mismo ánimo para afrontar una acción arriesgada”. Si tuviéramos que ponerle un nombre al año
2020 sería “el año del terror”.

El Covid 19 apareció y se encargó de quitarle al año, que se avizoraba como el mejor de la época, todos los
cálculos de ganancias, progreso y abundancia con el que se presagiaba que este sería un año sin precedente en
la historia. Pero la verdad fue otra.

Las economías de los países se derrumbaron y siguen cayendo porque los rebrotes de este virus, y ahora con
mayor probabilidad de contagios, hacen que los países ya afectados sigan tomando muy severas medidas para
enfrentar esta crisis.

Y si bien es cierto que ya las vacunas están haciendo su trabajo, el surgimiento de las llamadas nuevas
“cepas” del virus ya existente, disparan las alarmas de temor y la angustia sigue gobernando. Así, pues, el
miedo y ansiedad fueron los huéspedes de muchos hogares en el 2020, y al parecer como ese “residente”
encontró muchos hogares donde habitar, quiere seguir viviendo en ellos. Y es aquí donde necesitamos detener
otro virus, compañero inseparable del Covid 19, llamado miedo.

Sí, necesitamos vacunarnos contra él para sacarlo de nuestras vidas. Necesitamos tomar la palabra que nos
presenta su aniquilación. Es una palabra para los que vivieron hace más de 2000 años bajo reales temores y lo
es para nosotros cuando hoy somos presa otra vez de ellos.
Necesitamos terminar este año dando gracias al Señor porque él nos ayudó a vencer , pero de igual
manera, necesitamos esta palabra para comenzar bien el año que nacerá pronto. Una palabra de confianza.
¿Sabias que el mandamiento “no temas” aparece por los menos unos 366 días? Es como si este mandamiento
se nos diera para cada día. Mis amados, todos necesitamos la paz de Dios en medio de las tensiones de nuestra
vida diaria. El diablo tiene la misión de robarnos la paz, pero el llamado personal es: “No temeré lo que me
pueda hacer el hombre”. Qué significa esta promesa.

I. CONFIANZA EN LA PROVISIÓN DEL


DÍA
1. Costumbres sin avaricia (vers. 5ª)

El autor de esta carta ha tratado en este capítulo los deberes cristianos con un gran énfasis en el amor
compartido con los más desamparados. Se exhorta a amar al prójimo, entre los que se mencionan a los presos,
darle hospitalidad a los viajeros, a un gran amor a Dios y en la misma exhortación se les pide que tengan
cuidado de no amar al dinero. No por el dinero en sí, sino el amor por él lo que hace mal. De allí que el texto
comienza diciéndonos que nuestras costumbres sean “sin avaricia”.

Si alguien sabe que hay cosas que valen más que el dinero es un hijo de Dios. No fue raro que el mismo
Cristo nos recomendara que hagamos tesoros en el cielo donde las polillas no corrompen y donde los ladrones
no entran y roban. Vivir sin avaricia es doblegar al egoísmo y no dejar que las cosas materiales ocupen
siempre el centro de nuestras vidas.

Al finalizar este año estamos comprobando que si bien es cierto que este virus hizo estragos en la economía,
aquí estamos terminándolo felices, porque aunque no tenemos las cosas que otros tienen y que por su avaricia
comprometieron hasta su salud, tenemos lo que más vale, eso es una conciencia tranquila, una paz en el
corazón y una confianza en su provisión.

2. Contentos con lo que tenemos (vers. 5b)


¿Qué es lo opuesto a la avaricia? De acuerdo con este texto es el contentamiento. El pastor Adrián Rogers ha
dicho que “el contentamiento no es obtener lo que quieres, sino querer lo que ya tienes”.

¿Ama usted las cosas que ya tiene? Por supuesto que al tratar este tema no estamos dando culto a la pobreza,
ni pensar que ser pobre con todas las limitaciones del caso es el mejor estado para una persona, no eso no es la
idea del contentamiento. Una cosa es la avaricia, pero otra muy distinta es la aspiración.

La búsqueda del “sueño americano” aparta a algunos de la virtud del contentamiento. Y en este
sentido, el consejo que Pablo le dio a su discípulo Timoteo es el más importante en el tema del
contentamiento y la confianza de la provisión según 1 Timoteo 6:6-8.

Por esta manera de pensar fue que Pablo también dijo que él había aprendido a vivir cualquiera fuera su
situación. Que en todo estaba preparado, fuera en la abundancia o en la escasez. ¿Sabes por qué tenemos
miedo? Porque pensamos que nuestras necesidades o las de alguien a quien amamos no se van a satisfacer.
Pero hasta ahora hemos visto la provisión segura de Dios.
II. CONFIANZA EN SU SEGURA
COMPAÑÍA
1. “Ni te dejaré”
Lo fue ayer. La historia de la compañía de Dios para con sus hijos es simplemente notoria en toda la Biblia. Si
bien es cierto que Adán se alejó de su comunión por su pecado, el hecho de cubrirlo y no matarlo por su
desobediencia significó que no lo dejaría. Cuando Dios le dijo a Noé que construyera un arca para que se
salvara él con su familia, significó que Dios no lo dejaría que pereciera.

Cuando Abraham salió de Ur de los caldeos para ir a la tierra que después sería la prometida, Dios le dijo que
no lo dejaría. Cuando Moisés iba a reanudar su viaje y Dios le dijo que él no los acompañaba, Moisés le dijo:
“Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de este lugar” (Éxodo 33:15), al final Dios tuvo que
decir: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso”.
Y cuando Josué iba a introducir a Israel a la tierra prometida, Dios se aseguró en decirle que así como había
estado con Moisés, lo estaría también con él. Con esta compañía divina cómo no enfrentar lo que está
adelante. Con esta certeza que el Señor tampoco nos dejará, a qué le podemos temer en el futuro. Que venga
el nuevo año que no nos encontrará solos. ¡Quién dijo miedo!

2. “Ni te dejaré”
Lo es para los de hoy. La verdad es que no sabemos con qué cosas nos enfrentaremos este año que comenzará
pronto. Pero hay una que cosa sí sabemos: Él nunca nos dejará. Si usted es un hijo de Dios debe tener la
seguridad que él tampoco le dejará. ¿No es esto maravilloso? ¿Cuál será otra razón por la que podemos temer
en el próximo año?

Bueno, bien pudiéramos tener miedo de enfrentar algo que no entendemos y a lo mejor lo vamos a tener que
enfrentar solos. Pero quién podrá temer al mañana si contamos con la compañía del creador del universo. Así
que cuando la palabra nos asegura que Dios nunca te dejará, significa literalmente que nunca te dejará. Él no
se rendirá contigo.

Necesitamos practicar la presencia del Señor este año que viene. Cuando el diablo venga y llame a la puerta
de tu corazón, simplemente puedes decir: «Jesús, por favor ve a abrir la puerta». Con esta compañía no hay
metas que no podamos lograr, sueños que no podamos realizar y proyectos que no podamos concluir. Y tan
cierta es esta promesa que para los que vamos hacia el fiel cumplimiento de la Gran Comisión, Jesús nos ha
dicho que estaría con nosotros hasta el fin del mundo. Entonces, ¡quién dijo miedo!

III. CONFIANZA EN SU PROMESA


1. La confianza en quien lo dijo (vers. 5 c)
“Porque él dijo” es la frase distintiva del texto antes de lo que nos asegura. Observe que no lo está diciendo el
pastor de la iglesia o el nuevo presidente del país. Si fuera el pastor, todo le faltará, pero si “Jehová es mi
pastor”, entonces y solo entonces “nada me faltará”. Esta declaración fue dicha por Dios unas 33 veces en el
Antiguo Testamento. Antes que se las dijera a Josué (Josué 1:5), ya se las había dicho a Moisés
(Deuteronomio 31:6, 8).
La compañía de un esposo es importante para la esposa y los hijos, pero no será la misma que la compañía del
Señor. La compañía de la esposa y los hijos es maravillosa, pero no será lo mismo que la compañía del Señor.
La compañía del pastor es reconfortante frente alguna prueba o alguna crisis, pero jamás podrá sustituir la
presencia del Señor. Al principio “él dijo” e hizo todo lo que vemos.

Al principio “él dijo” y se formó al hombre. Desde entonces, lo que él ha dicho es lo más seguro que tenemos.
No es lo mismo la palabra del hombre. Cuántas veces el hombre dice, pero no siempre sus palabras son
verdad. Pero lo que el Señor ha dicho siempre será verdad. La palabra del Señor es nuestra más grande fuente
de confianza. Entonces no hay por qué temer a lo que viene después.

2. La confianza en lo que dijo (vers. 5c)


¿Y qué fue lo que dijo? Pues que “nunca te desampararé ni te dejaré”. ¿Le desamparó el Señor este año que
está terminando? ¿Lo desamparará el nuevo que va a comenzar? Observe detenidamente esta promesa.
Primero la palabra “nunca” es un adverbio de negación.

Eso simplemente significa que jamás va a ocurrir. Desconfíe usted del hombre o la mujer que dice “nunca”
porque alguna vez hará lo contrario. Pero no dude absolutamente en confiar del que nos ha dicho nunca te
desampararé y ha agregado “ni te dejaré”.

¿Puedo tener temor con una promesa de este tipo cuando estamos por comenzar un nuevo año?
Véala bajo los tres “omni” de Dios. El año que viene, cuando diga: «Dios, simplemente no tengo
fuerzas». El Dios omnipotente responderá: «Nunca te dejaré ni te desampararé». Cuando veas el
futuro y digas: «Dios, tengo miedo de lo que va a pasar».

El Dios omnipresente dice: «Nunca te dejaré ni te desampararé». Y cuando dices: «Dios, no sé qué hacer». El
Dios omnisciente responderá: «Nunca te dejaré ni te desampararé». Cuando el temor se active otra vez por el
rebrote de este virus, por la falta de un empleo o porque la salud sigue minando tu vida, el Señor nunca te
dejará.

IV. CONFIANZA EN SU PROTECCIÓN


1. Descansando en la confianza (vers. 6)
La desconfianza no es una buena señal de que algo o alguien puede ser bueno. Por supuesto que hay personas
más desconfiadas que otras. ¿Tiene un creyente que ser desconfiado? Bueno, el asunto es que todos nos
hemos enfrentado a una situación donde tenemos que decir: “Esto no me da confianza”. Bien lo ha podido
decir para referirse a una persona, sobre todo si esa persona no es transparente, leal o fiel.

Pero también acerca de alguna decisión que ha tenido que tomar, donde de igual manera usted no tiene la
confianza que eso que está por decidir no le da paz que sería una señal de confianza. La desconfianza pudiera
ser la necesidad de tener malicia frente a algo que no se ve bien. Quizás uno de los dones espirituales que más
necesitamos es el de discernimiento, sobre todo en aquellos casos donde hay que tomar decisiones o debemos
dar un consejo.
Pero cuando se trata de Dios, su palabra, sus promesas, sus cuidados, entonces sí “podemos decir
confiadamente”. Esto hay que desarrollarlo. Me temo que nuestra vida cristiana no ha sido bien desarrollada
para confiar en las promesas de Dios que nos ha dejado su palabra. Frente a los temores que nos invaden,
confiemos en esta promesa. ¿Cuál promesa?

2. El Señor es mi ayudador (vers. 6)


Como dije antes, no sé por lo que pasará el próximo año. Pero sé que puedes decir con valentía: «El Señor es
mi ayudador, así que no temeré lo que me pueda hacer el hombre». Cuando sienta que mis fuerzas flaquean y
caigo, el Señor es mi ayudador. Cuando vea que soy atacado por el presente virus, el Señor es mi ayudador.
Cuando vea que mis finanzas languidecen y me sienta desesperado para pagar mis deudas, el Señor es mi
ayudador.

Cuando sienta que el desánimo se apodere de mi, producto de mi ansiedad y preocupación, el Señor es mi
ayudador. Y cuando en este nuevo año que está a punto de comenzar siguen llegando malas noticias, muchas
de ellas por las muertes que seguirá dejando esta pandemia, “podemos decir confiadamente: El Señor es mi
ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre”.

El Salmo 34 fue escrito por un hombre sometido a muchos temores. Él llegó a decir que muchas son las
aflicciones del justo, pero que de todas ellas le librará el Señor. Y cuando se sintió abrumado por tantas
cargas, oró a su Dios ayudador, diciendo: “Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores”
(vers. 4).

CONCLUSIÓN:
Mis hermanos, Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de amor, de poder y de dominio propio para
enfrentar el miedo. Por lo tanto, frente aquello que nos puede llenar de temor, y sobre todo cuando no
sabemos nada del futuro, nos aferramos a la promesa que nos dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de
mi justicia» (Isaías 41:10).

Si tienes dudas y temor frente alguna respuesta divina, escucha lo que te dijo el sabio: “Mas el que me oyere,
habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal”(Proverbios 1:23). Si piensas que la tarea que
tienes por delante es muy grande, escucha esta palabra de aliento: “Mira que te mando que te esfuerces y seas
valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”(Josué 1:9).
Si temes por cualquier cosa debes recordar que: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa
fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el
amor” (1 Juan 4:18).

Y si ves que muchos son los enemigos que se levantan contra ti, entonces aprópiate de las palabras de Moisés:
“Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo;
no te dejará, ni te desamparará”(Deuteronomio 31:6). ¡Quién dijo miedo! Entremos y conquistemos el 2021.

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