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¿CÒMO SERAN LAS GUERRAS EN EL FUTURO?

ASÌ ESTÀN CAMBIANDO


EL CAMPO DE BATALLA CON LA TECNOLOGÌA

Las guerras siempre han estado influenciadas por el desarrollo tecnológico del
momento. Ahora que la innovación tecnològica ha invadido casi cualquier aspecto
de nuestras vidas, ¿còmo afectarà a los conflictos presentes y futuros que se
produzca entre países?
La guerra no ha sido siempre como la conocemos hoy en dìa. Los seres humanos
no luchamos los unos contra los otros de la misma manera que lo hacían nuestros
antepasados. Los habitantes de los países implicados en la Primera Guerra
Mundial no sufrieron igual que aquellos que vivieron la Segunda Guerra Mundial,
por ejemplo.
Todas las guerras cuentan con aspectos en común: el horror, la muerte, el hambre
o el empobrecimiento de muchos frente al enriquecimiento de unos pocos. Sin
embargo, hay otros aspectos que sì han ido cambiando con el paso del tiempo y
que han llevado las consecuencias de una guerra a un nivel mucho màs
devastador. Parte de esa evolución ha sido gracias a –o por culpa de, mejor dicho-
la tecnología.
El desarrollo e invención de nuevas armas es uno de los objetivos que màs
financiación ha conseguido siempre, transformando la forma de luchar de las
personas. De tanques pasamos a aviones, después a la atómica y, ahora, a los
drones teledirigidos.
En los últimos dos siglos hemos visto còmo las guerras comenzaban a librarse a
distancia y se atacaba a las ciudades y pueblos desde el aire. Una imagen de
horro que quedó plasmada en la obra de Picasso, El Guernica, pero que, a pesar
del mensaje tan desgarrador que nos dejó el pintor para la historia y todos los
recuerdos de la Segunda Guerra Mundial, no ha impedido que siga los
enfrentamientos.
En una sociedad tan moderna como la nuestra, donde el avance científico y
tecnológico ha cambiado tantos aspectos de nuestra vida, toca pararse a pensar
còmo afectarà este panorama cercano a la ciencia ficción que estamos viviendo
en las guerras venideras.
¿Què tecnologías usaremos para defendernos a atacar al enemigo? ¿Què
repercusiones tendrá estos cambios en las poblaciones? Internet, el espacio y la
inteligencia artificial parecen ser los protagonistas màs fuertes de ese fututo bélico.
 Los drones, los nuevos soldados del siglo XXI
Por el momento, los países siguen nutriendo sus ejércitos con
armamento cada vez màs sofisticados y no renuncian al uso de
soldados de carne y hueso. Para proteger a estos soldados y
mantenerlos lo màs lejos posible de los puntos màs peligrosos,
hay unas màquinas de pequeño tamaño que ya forman parte de
los conflictos armados.
Son drones y los rovers, dispositivos del tamaño justo para
transportarlos y capaces de teledirigir a distancia para ser los ojos
de los soldados mantenièndose a una distancia prudente y màs
segura de las bombas y los disparos.
Si podemos usar estas màquinas y sus cámaras para sobrevolar
una zona devastada por un terremoto en busca de personas o
entrar en el perímetro de mayor radiaciòn de una central nuclear
para analizar los daños, como en Fukushima, tambièn sirve para
explorar zonas en guerras y repletas de minas.
 Drones
Este recurso, por muy futurista que parezca, se puede
considerar ya parte del presente. Al fin y al cabo, uno de los
hijos de Osama Bin Laden murió escribiendo una carta cuando
un dron indetectable al radar RQ-170, conocido entre los
soldados de EEUU como la “La Bestia de Kandahar”, le
disparò en 2009. Su padre, líder de Al Qaeda y consciente de
esta nueva arma, ya escribìa a sus soldados que no salieran a
la calle salvo en días soleados.
No sòlo en el campo de batalla son ùtiles para desestabilizar
al enemigo, estos pequeños dispositivos podrían hacer mucho
daño ante una gran multitud, o sembrar el pánico en una calle
llena de personas.
Hace poco fuimos testigos de còmo era necesario cerrar uno
de los aeropuertos màs grandes de Reino Unido (Gadwick)
Por la presencia de dos drones. No se trata de una
exageración, por muy grandes que sean los aviones y a su
lado los drones parezcan simples pájaro, este video
demuestra el peligro que entraña que estas dos màquinas se
encuentren en el aire.
En esa ocasión fue un simple error y no hubo ningún
problema, pero y ¿si se usara como ataque a varios
aeropuertos de un país? Èsta parece ser la dinámica que
están cogiendo los nuevos conflictos, utilizar la tecnología
para sembrar el terror de una población.
Hablando de sembrar el pánico, podríamos hacer una
pequeña mención a la táctica de los grupos islámicos para
captar soldados por todo el mundo a travès de las redes
sociales. Gracias a estas plataformas les instruyen y
aleccionan para atacar a las poblaciones de esos países con
armas, simples furgonetas e, incluso, sustancias químicas, la
conocida como guerra bacteriològia, otra táctica que
seguiremos viendo en el futuro.
 La ciberguerra
Y de unos virus pasamos a otros. Aunque los países sigan
invirtiendo grandes cantidades del presupuesto nacional en
desarrollo de armas y mejoras de las equipaciòn de los
soldados, también se están preparando para las
repercusiones que pueden llegar a tener un ataque
cibernético.
Ataque hacker hackeo
Sì hay unas nueva tecnología que se postula como nuevo
campo de batalla de las próximas guerras es la gran red de
redes. Es curiosos que internet sugiera como un proyecto
militar resultante de la Guerras Frìa y que años después ese
invento, que nos ha cambiado la vida, llegue a ser algún dìa el
medio por que el que se libre una nueva guerra, si es que no
se està librando ya.
En 2014 el FBI acusò a Corea del Norte como el responsable
de un ataque cibernético a la empresa Sony Pictures
Entertainment. El por entonces presidente de los Estados
unidos, Barack Obama, aseguró que se trataba de un acto
terrorista y que su país responderìa.
Segùn apuntaban los medios internacionales de aquel
momento Corea del Norte habrìa atacado a la empresa Sony
por comedia The Interview, que muestra un intento de
asesinato, respaldado por la CIA, del líder norcoreano King
Jong-un.
El caso es que, después del anuncio de Obama. Las
conexiones de internet de Corea del norte se vieron
interrumpidas de manera intermitente durante varios días.
No obstante, no se llegó a confirmar que este suceso fuera la
respuesta del país americano contra esos ataques.
A pesar de las afirmaciones del FBI, el ataque cibernético
contra Sony no parece que estuviera directamente relacionado
con corea del Norte, aun asì, es un buen ejemplo de còmo los
países han empezado a luchas entre ellos, dejando a los
soldados y las bombas de lado.
Sin embargo, por mucho que la batallas en tierra o aire
cesaràn, en esta nueva guerra informatìca las repercusiones
seguirán afectando a los ciudadanos de esos países e,
incluso, a los de otras muchas nacionalidades.
La revista Foreign Policy apunta en 2013 que hundir la red de
internet de Corea del norte afectarìa a unos mil habitantes
como mucho debido a la poca extendida que està la
tecnología y las comunicaciones en este régimen. ¿Pero y si
el ataque lo sufriera Estados Unidos?
El portal de estadísticas Statistas calcula que en EEUU hay
màs de 290 millones de usuarios de internet, siendo el tercer
país del mundo con màs internautas, despùes de china e
India. Y aùn asì, la fuerza de los americanos no reside sòlo en
el número de ciudadanos que utilizan la red, sino que las
principales compañías tecnològicas que sustentan la World
Wide Web están allì: Google, Facebook, y las CDNs como
Cloudflare, por ejemplo.
Los ataques pueden ir dirigidos tanto agentes
gubernamentales, como a cualquier otro tipo de objetivo,
desde las redes elèctronicas para dejar sin energía a gran
parte del país, una planta de energìa nuclear o empresas de
gran relevancia para las comunicaciones.
El Pentàgono califica la ciberguerra como la lucha que
involucra a actores gubernamentales u organizaciones
financieras por los gobiernos, dejando al margen del
terrorismos y activismo de grupos como Anonymous. El
problema es la dificultad de demostrar la procedencia de los
ataques, los cuales muchos quedan ocultos por los servicios
de defensa y asì surgen las acusaciones entre unos países y
otros.
Este mismo años, el Pentàgono ha solicitado 12 millones de
dólares para reforzar las instalaciones contra la ciberguerra
que tiene en Marulan despuès de que en 2018 sufrieran el
peor ataque de su historia y del que culpan a China. Este
ataque, los hackers robaron 21,5 millones de números de la
seguridad social estadounidense, datos en los que también se
incluìan huellas dactilares de los ciudadanos.
Una guerra en terreno “real”, es decir, como las de antes,
requeriría de una declaración oficial y los medios de
comunicación se pondrían hacer eco de ella con imágenes
como las que protagonizaron las noticas durante la guerra de
Vietnam, además del alto coste que supone poner en acción
un ejército, mientras que la ciberguerra puede ser màs
discreta, hasta cierto punto. Un ataque a Corea del Norte
podría despertar a China, hasta ahora su gran aliado, y
obligas a Estados Unidos a pedir ayuda a sus aliados en la
OTAN la que involucrarìa, en un abrir y cerrar de ojos, a gran
parte de la potencias internacionales y supondría el pistoletazo
de salida para la Tercera Guerra Mundial.
Los gobiernos lo saben y por eso se preocupan para cualquier
tipo de ataque, Rusia probaba este año su fuerza para
desconectarse del resto del internet y poder mantener su red
nacional sin la conexión ni soporte de otros países por si en
algún momento sienten la amenaza exterior.
 Siguiente destino, el espacio
Las comunicaciones son unos de los puntos clave a destruir
para bloquear y aislar al enemigo en estas guerras futuristas.
Era algo que ya se usaba en la Segunda Guerra Mundial
cuando las antenas de radio eran uno de los objetivos a abatir.
Sin embargo, a partir de ahora habrá que mirar mucho màs
arriba, hasta el cielo desde donde nos observan los satélites
de comunicación.

Es el siguiente paso, si de los bombardeos desde el aire,


hemos pasado a una guerra virtual, lo siguiente es una guerra
espacial. La tierra se nos queda pequeña hasta para matarnos
los unos contra los otros.
Project Kuiper
Y esto no es una hipótesis que haya surgido de las novelas de
ciencia ficción, a las que por otro lado no hay que
menospreciar, pues su número de aciertos sobre el fututo es
escalofriante. No, està ideas es tan real que hasta la ONU
està intentando prevenir su puesta en marcha.
En 1967, Estados Unidos, Reino unido y la Uniòn Soviètica
firmaron un tratado sobre el espacio ultraterrestre o exterior al
que despùes se sumarìan hasta 103 paìses en 2015. También
conocido como PAROS. En èl se detallan puntos de toda
índole sobre el derecho internacional de los países en el
espacio exterior y entre esos puntos, algunos están dedicados
a la prohibición de colocar armas nucleares, o de destrucción
masiva en òrbita de la Tierra, la Luna o cualquier otro cuerpo
celeste del espacio.
Sin embargo, como ya era de esperar, los países no se han
creìdo mucho este acuerdo y cada uno planea su propia
defensa estelar. Donald Trump, como no podía ser de otra
manera, ha sido el menos discreto de todo anunciando la
creación de la que será la sexta rama militar del pentágono, la
Fuerza Espacial de estado Unidos.
“No es suficiente que tengamos presencia estadounidense en
el espacio”, dijo Trump durante el anuncio. “debemos tener el
dominio estadounidense en el espacio”.
Aunque explicado por el actual inquilino de la Casa Blanca
pueda parecer que van a construír una estrella de la muerte,
en realidad, esta nueva sección del ejército se encargarà de
proteger los satélites y vehículos destinados a las
comunicaciones y observaciones del espacio, es decir
satélites, cohetes y telescopios, frente a un posible ataque
ruso, chino o norcoreano que son rivales que el gigante de
Amèrica tiene actualmente entre ceja y ceja.
China ya ha demostrado en anteriores ocasiones que es
capaz de aniquilar en mil pedazos un satélite a 800 kilòmetros
de distancia, en este caso era uno de sus satélites
metereològicos difuntos, pero cualquier dìa podía ser uno en
uso de otro país.
Francia también trabaja en soluciones para proteger sus
satélites, cubriéndolos con armas defensivas y pequeños
dispositivos de vigilancia. Pero nuestro país vecino va mucho
màs allà, el gobierno francés ha contratado a un grupo de
escritores de ciencia ficción para coger ideas de cuàles serán
las amenazas del futuro.
Si autores como Asimov nos presentaron un mundo de
inteligencia artificial que poco a poco se va dibujando en la
realidad de nuestro presente, ¿por què no podrían los autores
actuales definir con bastante acierto el modelo de ataque y
arma que haría ganar a Francia en una hipotéticas guerra
futurista? Habrà que esperar para saber cuàles son sus
predicciones, aunque ojalà nunca tengamos la oportunidad de
ver si acertaron o no.

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