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NACIONAL DE JAÉN
ESCUELA DE INGENIERÍA DE
INDUSTRIAS ALIMENTARIAS
CURSO:
TEMA:
DOCENTE:
CICLO:
UNIDAD:
INTEGRANTES:
Indice
I. Introducción
Las Industrias Alimentarias deben cumplir una serie de requisitos microbiológicos, físicos
y químicos en los alimentos que comercializan. Estos requisitos son exigidos por leyes o por
reglamentos. El análisis y control de calidad viene hacer como la comprobación de que el
producto final cumple estas normas, propiedades y características de éste que le confieren su
aptitud para satisfacer unas necesidades, implícitas o expresadas por el consumidor.
Se debe pensar en la calidad como algo global, que empieza y termina en los estudios de
mercado y en el diseño o rediseño del producto. En estas etapas se determina y define las
necesidades del cliente, y por lo tanto los requisitos del producto. Esto nos permite por un
lado elaborar los productos que el mercado demanda con las especificaciones requeridas por la
legislación y por el propio consumidor, y por otro hacer esto optimizando los costes con lo que
se consigue incrementar el beneficio para la empresa, sin salirse de las especificaciones
definidas de calidad. El control de la calidad puede influir en las pérdidas o beneficios de la
empresa de forma importante, sobre todo a largo plazo.
I. OBJETIVO
Aunque el análisis y control de calidad tal vez nos hagan pensar en procedimientos modernos,
su origen se remonta a hace miles de años.
También en las culturas china, griega y romana existen escritos que mencionan pesos y medidas
reglamentados de los alimentos y otros productos básicos. Por ejemplo, los autores de la Grecia
clásica se refirieron al control de la cerveza y la inspección de vinos en la ciudad de Atenas para
asegurar, decían, su “pureza” y su “solvencia”. Por otro lado, el escritor y político romano Catón
el Viejo propuso un método para determinar si se estaba comprando vino aguado.
En la Edad Media, con la formación de los gremios comerciales, que tenían una poderosa
influencia en el comercio en Europa, se evolucionó en el control de calidad de los alimentos. Los
gremios establecían unas pautas de calidad de los productos para asegurar la honestidad e
integridad de sus miembros y por lo tanto poder ejercer presión ante el intrusismo. Por ejemplo,
en 1419, se publicó una proclama prohibiendo la adulteración o mezcla de vino de diferentes
áreas geográficas, y en 1649 se promulgó un estatuto de la Commonwealth para regular la
calidad de la mantequilla.[ CITATION VAS09 \l 10250 ]
Más tarde, en el siglo XVII y XVIII, la química se empezó a usar como una herramienta de
análisis para controlar la adulteración de la comida. Los fundamentos científicos establecidos
entonces han perdurado hasta hoy, ya que la adulteración no ha variado mucho desde entonces,
sólo ha cambiado el grado y el nivel de sofisticación del fraude y las técnicas analíticas concretas
para detectarlo. El control de calidad en los alimentos siempre ha tenido sus momentos más
oscuros en periodos de escasez, en los que la elevada demanda permitía a los comerciantes
ofrecer productos de menor calidad a precios desorbitados.
Los alimentos procesados son aquellos que han sufrido algún tipo de variación antes de que
podamos consumirlos. Suelen contener cantidades elevadas de grasa, azúcares y sodio, por lo
que conviene reducir su consumo y dar prioridad a los alimentos en su estado natural
Los denominados alimentos procesados están en las estanterías y neveras de cualquier
supermercado y en las cocinas de nuestros hogares. Han llegado para quedarse definitivamente y
formar parte de la vida cotidiana en una época en la que cada vez hay menos tiempo para cocinar
y se recurre a las comidas preparadas o rápidas con mayor frecuencia.[ CITATION VAS09 \l 10250 ]
Suelen incorporar una gran cantidad de ingredientes artificiales, químicos y aditivos alimentarios
que no necesariamente van de la mano con el cuidado de la salud. También tienen un sabor que
resulta muy atractivo para los consumidores, hasta el punto de resultar adictivos.
Se entiende por producto (alimentos) procesada cualquier alimento que sufra cambios o pase por
algún grado de procesamiento industrial antes de llegar a nuestra mesa para que lo podamos
consumir. La industria alimentaria marca las pautas de nuestra alimentación e influye tanto en
nuestras decisiones de compra que, hoy por hoy, anteponemos las latas, los congelados y los
alimentos listos para comer a la fruta y a la verdura fresca y de temporada. [ CITATION JBE07 \l
10250 ]
Aunque nadie dude de que comer sano es sinónimo de escoger alimentos naturales, la comida
procesada tiene una notable presencia en nuestra dieta. Aportan diversidad y placer, pero, en
términos generales, resultan menos nutritivos que los alimentos frescos.
Las pérdidas que puede causar hoy en día a una empresa un producto rechazado o retirado del
mercado hacen que el control de calidad sea indispensable. El factor de calidad más importante
de los alimentos procesados es la seguridad y la confiabilidad, seguido de la apetitosidad y el
precio apropiado.
1. Riesgos físicos:
Por otro lado, la adulteración de la materia prima también puede referirse a la mezcla de material
de calidad con otro de menor calidad en el producto, alterando así las propiedades sensoriales y
cuantitativas enumeradas al principio de este post, pudiendo hasta llegar a perjudicar la salud del
consumidor.
La motivación que puede haber tras prácticas de riesgo suele ser el aventajar a la competencia y
lograr mayores beneficios con la producción, procesado, empaquetado, transporte, etc. más
baratos (a costa muchas veces de garantías de calidad), y con menos sistemas de autocontrol
(como el APPCC).[ CITATION SAI12 \l 10250 ]
2. Riesgos químicos:
Sin embargo, algunos riesgos químicos están presentes en los alimentos de forma natural,
derivados del metabolismo animal o vegetal (sustancias tóxicas en setas, en algunos frutos secos,
en moluscos, en algunas hortalizas sin cocinar, etc.), o accidental (herbicidas, pesticidas, metales
pesados como el mercurio, restos de productos de limpieza, etc.) y, como en el caso de los
riesgos físicos, es necesario implementar un sistema de autocontrol de peligros.
3. Riesgos microbiológicos:
La toxinfección alimentaria causada por este tipo de elementos supone el problema de salud más
prevalente en el mundo contemporáneo. Ya solo la bacteria Salmonella es una de las cuatro
principales causas de las enfermedades diarreicas en todo el mundo, según la Organización
Mundial de la Salud (aquí se puede encontrar nuestro post sobre cómo evitar esta bacteria en
restaurantes). La implementación de sistemas de autocontrol basados en los principios APPCC
puede minimizar estos riesgos, así como llevar a cabo exhaustivos controles de calidad en los
alimentos y en los procesos por los que pasa hasta llegar al consumidor, a los que nos referimos a
continuación.[ CITATION SAI12 \l 10250 ]
El control de calidad en los alimentos está enfocado a asegurar la calidad del producto antes de
que esté terminado, de forma que sea seguro para el consumo.
Existen controles de calidad muy diversos, en múltiples etapas del proceso de producción, así
como en productos terminados antes de su distribución, y de distintos tipos, como los sistemas de
muestreo para determinar ausencia o presencia de elementos, para enumerar estos elementos, etc.
Los más habituales son los test microbiológicos para detectar patógenos como Listeria,
Salmonella, Shigella, Legionella, Vibrio, Staphyloccus, E. coli, etc.; los test químicos para
identificar contaminantes y residuos como pesticidas, herbicidas, insecticidas, antibióticos,
reguladores del crecimiento, metales pesados, etc.
En la prevención de riesgos que afectan a la calidad de alimentos también está el velar por una
correcta manipulación de alimentos. Como hemos visto en este post, es una de las principales
causas de los riesgos físicos en los alimentos, aunque también puede causar riesgos
microbiológicos por contaminación cruzada. En este sentido, aplicar un sistema de autocontrol
basado en los principios APPCC es indispensable.
Entre los factores que pueden afectar la duración de la vida útil de un alimento se encuentran el
tipo de materia prima, la formulación del producto, el proceso aplicado, las condiciones
sanitarias del proceso, envasado, almacenamiento y distribución y las prácticas de los
consumidores.
Por ejemplo, si las materias primas son ricas en proteínas, muy probablemente podrán
desarrollarse bacterias; si tienen un alto contenido de grasas, en el producto final, posiblemente
correrá el riesgo de enranciarse, o bien si contiene carbohidratos, el alimento elaborado será
susceptible al deterioro por hongos y levaduras. Asimismo, la combinación de los nutrientes en
la materia prima dirigirá el tipo de reacciones que predominará en el producto terminado.
Un producto envasado asépticamente, tendrá una vida útil mayor que aquel que se envasó y
luego se sometió a un tratamiento térmico. Así, los alimentos enlatados tendrán una mayor vida
útil que los envasados en recipientes de plástico. El envasado puede favorecer condiciones de
anaerobiosis o modificar la atmósfera entre el alimento y el material de empaque, de tal manera
que en tales condiciones se pueda prolongar la vida útil del alimento.
El lugar donde se almacenen los productos terminados, así como el tiempo en que estos se
distribuyan puede acortar la vida útil de un alimento, si esto no se realiza en condiciones
apropiadas. Debe cuidarse que el transporte de los productos se haga en unidades de transporte
con enfriamiento, si el transporte así lo requiere.
3.7.1. Bacterias
Son células procarióticas, poseen paredes celulares con peptidoglicano. Una clasificación general
de este tipo de microorganismos es como bacterias Gram negativas que incluye a las bacterias no
fermentadoras oxidasa positivas, fermentadoras oxidasa positivas, fermentadoras oxidasa
negativas, y como bacterias Gram positivas, que incluye a los bacilos esporulados, bacilos no
esporulados y cocos.
Los efectos negativos que pueden ocurrir a los alimentos pueden ser: pérdida de vitaminas,
insolubilidad de materiales en polvo, modificación de las proteínas, grasas y carbohidratos,
crecimiento microbiano y producción de toxinas. La modificación en alguno de estos efectos se
considera el fin de la vida útil de un alimento.
Se recomienda tener cuidado al seleccionar las pruebas a realizar, cuidando que sean
representativas de lo que se desea medir. Asimismo, es indispensable tener conocimiento de cada
parámetro químico que se puede evaluar y cuya medición servirá para establecer la vida útil del
alimento.
3.8.1. Humedad
3.8.2. Grasas
Las grasas presentes en los alimentos pueden ser saturadas, constituidas por ácidos grasos sin
doble ligadura o insaturadas, que tienen ácidos grasos con dobles ligaduras. El grado de
saturación de las grasas influye en la estabilidad oxidativa del producto. A mayor grado de
insaturación de la grasa o aceite presente en un alimento, mayor riesgo de enranciamiento.
3.8.3. Carbohidratos
Los carbohidratos presentes en un alimento pueden ser atacados por la flora del alimento y
transformarse en metabolitos como los alcoholes y ácidos. Los carbohidratos pueden
cuantificarse en los alimentos mediante cromatografía de gases, cromatografía de líquidos,
Eynon y Lane, Nelson, kits enzimáticos y por electroforesis capilar.
La evaluación sensorial comprende un grupo de técnicas que mide las respuestas de humanos a
los alimentos y minimiza potencialmente los efectos de sesgo de identidad y otra información
que influencia la percepción del consumidor.
Los sentidos humanos han sido usados por siglos para evaluar la calidad de los alimentos. Todos
tenemos juicios acerca de los alimentos dondequiera que comemos o bebemos. Esto no significa
que todos los juicios sean útiles o que cualquiera está calificado para participar en una prueba de
evaluación sensorial.
Las pruebas sensoriales más simples intentan responder si hay diferencia entre dos tipos de
productos. Estas son las pruebas de discriminación: prueba de triángulo, prueba dúo-trío y
comparación pareada. El análisis está basado en la estadística de frecuencias y proporciones
(contando respuestas correctas y erróneas). De los resultados de la prueba, se infieren las
diferencias basadas en las proporciones de personas que fueron capaces de seleccionar
correctamente el producto de prueba, de entre un grupo de productos similares o control.
Típicamente una prueba de discriminación puede llevarse a cabo con 25 a 40 participantes que
estén familiarizados con el método de prueba. Las pruebas de diferencia son las más usadas en la
actualidad. En parte, la popularidad de estas pruebas se debe a la simplicidad del análisis de los
datos.
3.9.2. Prueba de triángulo
Un ejemplo clásico de esta prueba de triángulo se usó en Carlsberg breweries y en las destilerías
Seagrams en 1940. En esta prueba, dos productos eran de un mismo lote, mientras que un tercer
producto era de un lote diferente. Los jueces deberían contestar cuál de las tres muestras era
diferente.
Una de las muestras de prueba está relacionada con la referencia, mientras que la otra
corresponde a un producto, lote o proceso diferente.
Comparación pareada
Es una prueba de diferencia muy popular, en la cual los participantes podrán elegir cuál de los
dos productos tuvo un atributo dado más fuerte o más intenso. Debido a que la atención de los
panelistas está dirigida hacia un atributo específico, esta clase de prueba es muy sensible para
diferencias.
III. DISCUSIONES
IV. CONCLUSIONES
Tanto los riesgos físicos, químicos y microbiológicos son perjudiciales para la salud del
consumidor y esto se debe a que en el procesamiento del producto no se a cumplido con
los requisitos adecuados para su elaboración.
El análisis y control se calidad se realiza para saber el estado óptimo de los productos, tal
alimento debe de cumplir las características físico-químicas y organolépticas , para que
este producto sea adquirido por los consumidores tienen que cumplir ciertas normas de
los alimentos .
Para que un alimento sea procesado se debe de adquirir materia prima saludable y en las
mejores condiciones, por tal motivo es importante conocer los factores que pueden dañar
al producto.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
VII. ANEXOS