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COMITÉ DE SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO, Y PLANES COVID-19

El 11 de marzo del 2020 se declaró la Emergencia Sanitaria a nivel nacional como


consecuencia de la pandemia por el COVID-19.

Ello conllevó a que el Gobierno adopte diversas medidas de prevención para evitar
el contagio y la propagación de la enfermedad en diversos ámbitos, entre ellos, en
los centros de trabajo. Así, se dispuso la paralización parcial de actividades
económicas no esenciales; se prohibió la concentración masiva de personas en
espacios públicos y privados; se redujo al mínimo el flujo de viajantes en puertos
y aeropuertos, entre otras medidas.

Sin embargo, luego de casi tres meses de paralización y estando a la imperiosa


necesidad de reiniciar la actividad empresarial, el 3 de mayo del 2020 se publicó
el Decreto Supremo N° 080-2020-PCM que aprobó la reanudación de actividades
económicas en forma gradual y progresiva. Esta norma determinó la reactivación en
cuatro (4) fases que se irían implementando en función a las recomendaciones
efectuadas por el Ministerio de Salud.

Según el artículo 3, la reactivación debiera efectuarse conforme a los


“Lineamientos para la vigilancia de la salud de los trabajadores con riesgo de
exposición a COVID-19” (aprobados por la Resolución Ministerial N° 239-2020-MINSA y
publicados el 29 de abril del 2020), y el protocolo sanitario de cada sector. En
esa línea, todas las empresas –previo al inicio de sus actividades– deben
implementar un Plan COVID-19, pero también deben hacerlo aquellas que continuaron
sus actividades por ser actividades esenciales.

El Plan, según la Resolución Ministerial N° 239-2020-MINSA (la “RM 239”), cuenta


con una estructura predeterminada recogida en su anexo 4, la cual exige, entre
otras cuestiones, adjuntar el documento de aprobación del Comité de Seguridad y
Salud en el Trabajo.

Pero, ¿cómo se realiza dicha aprobación? La norma no lo precisa, únicamente señala


(en el punto 7.1.2) que en todo centro laboral se elabora un Plan COVID-19 que será
remitido al CSST o el Supervisor, según corresponda, para su aprobación en un plazo
máximo de 48 horas. Frente a este vacío, no nos queda más que recurrir a las normas
generales de seguridad y salud ocupacional respecto de los acuerdos del CSST.

Conforme al Reglamento, el CSST se reúne: i) de forma ordinaria, una vez al mes en


día previamente fijado; o, ii) de forma extraordinaria, a convocatoria de su
Presidente; por la solicitud de al menos dos de sus miembros; o, al ocurrir un
accidente mortal. Dicha reunión, sea cual fuera su origen, conlleva a la adopción
de acuerdos que debieran realizarse por consenso y no por el sistema de votación,
siendo que en caso de empate, el Presidente tiene el voto dirimente.

El Decreto Supremo N° 005-2012-TR establece también otros requisitos para las


reuniones del CSST que son los siguientes:

(i) Que las reuniones se realicen dentro de la jornada de trabajo.

(ii) Que el lugar de reuniones sea proporcionado por el empleador.

(iii) Que se cumpla con el quorum mínimo para sesionar, es decir, la mitad más uno
de sus integrantes. En caso contrario, el Presidente del Comité citará a una nueva
reunión dentro de los ocho días subsiguientes, la cual se llevará a cabo con el
número de asistentes que hubiere.

(iv) Que al término de cada sesión se levante un acta que será entregada a cada uno
de los miembros e incorporada al Libro de Actas del CSST.

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