Está en la página 1de 13

No es preciso entender plenamente

a Dios para conocer Su amor y


salvación. Basta con aceptar que
Jesús, Su Hijo, es nuestro Salvador y
pedirle que entre en nuestro
corazón.

Si declaras abiertamente que Jesús es


el Señor y crees en tu corazón que
Dios lo levantó de los muertos, serás
salvo. (Romanos 10:9, NTV)
La salvación no es un premio,
no es una recompensa por
algo bueno que hayas hecho
o por algo malo que te hayas
esforzado por no hacer; es un
regalo al que no te haces
acreedor ni puedes llegar a
hacerte acreedor por medio
de ninguna obra de carácter
personal.

Dios los salvó por su gracia


cuando creyeron. Ustedes no
tienen ningún mérito en eso;
es un regalo de Dios. La
salvación no es un premio por
las cosas buenas que
hayamos hecho, así que
ninguno de nosotros puede
jactarse de ser salvo. (Efesios
2:8,9, NTV).
Cuando te enfrentes
a un obstáculo o a
malas noticias, pídele
a Dios una solución e
imagínate todo el
bien que Él puede
hacer que surja hasta
de una situación
complicada.

Sabemos que Dios


dispone todas las
cosas para el bien de
quienes lo aman.
(Romanos 8:28, NVI)
Así como mi cuerpo no puede
sobrevivir con un régimen de
comida chatarra o con apenas
una que otra comida sana, mi fe
no va a sobrevivir, y menos
prosperar, si no consumo
regularmente buenos alimentos
espirituales.

La fe es por el oir...la palabra de


Dios. (Romanos 10:17, RVA)
Cada palabra o acción que arrojamos
regresa un día a su lugar de origen.

Cada uno cosecha lo que siembra.


(Gálatas 6:7, NVI)
Dios espera que, cuando nos relacionamos con
personas, las tratemos con el respeto que
merecen como seres humanos y criaturas
Suyas a quienes Él ama.

Hagan todo con amor. (1 Corintios 16:14, NVI)


Somos débiles, tenemos nuestras faltas, pero
nuestro Dios es invencible. Aunque seamos
vasijas de barro, cuando le entregamos a Él
nuestra vida y nuestro corazón, Él se funde con
nosotros y puede obrar a través de nosotros.

Tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón,


pero nosotros mismos somos como frágiles
vasijas de barro que contienen este gran
tesoro. Esto deja bien claro que nuestro gran
poder proviene de Dios, no de nosotros
mismos. (2 Corintios 4:7, NTV)
Dios quiere que seamos humildes
y dependamos de Él. También
quiere que tengamos confianza
en Su poder y en Su habilidad de
valerse de nosotros para Su
gloria, aun cuando nos
consideremos incapaces.

Todo lo puedo en Cristo que me


fortalece. (Filipenses 4:13, RVA)
Confía en Dios. El desea
proporcionarnos todo lo que
necesitamos.

Dios suplirá todo lo que os falta.


(Filipenses 4:19, RVA)
La satisfacción viene
cuando aprendemos a
darle gracias a Dios
tanto por lo que
tenemos como por lo
que no tenemos. He ahí
el secreto del
contentamiento.

He aprendido a estar
contento con lo que
tengo. (Filipenses 4:11,
NTV)
A menudo hay que
empezar haciendo el
esfuerzo de perdonar a
alguien, aunque te
parezca que esa
persona debería pedirte
perdón a ti. ¿Alguien
dijo o hizo algo que te
hirió? Perdona.

Sean amables unos con


otros, sean de buen
corazón, y perdónense
unos a otros, tal como
Dios los ha perdonado a
ustedes por medio de
Cristo. (Efesios 4:32,
NTV)
Image credits:

Page 1 – Pressfoto/Freepik
Page 5 – ShawnaMac via Deviantart; used under
Creative Commons License.
page 8 – Delayed Gratification via Flickr; used under
Creative Commons License.
Page 9 – Asierromero/Freepik
Page 10 – Carl Lockey via Flickr; used under Creative
Commons License.
Page 11 – Niranjan Ramesh via Flickr; used under
Creative Commons License.
Page 12 – Donnie Ray Jones via Flickr; used under
Creative Commons License.

All other images in public domain. Quotations courtesy


of Activated! magazine; used by permission.

www.freekidstories.org

También podría gustarte