“Intercambios conversacionales” de Duranti ¿Qué puede aportar el análisis de la
conversación a la antropología lingüística?
Analistas de la conversación y antropólogos rechazaban el estudio de la
conversación durante algún tiempo. Esto se debe a que para ciertos lingüistas la conversación era caótica y no se podían conseguir datos coherentes. A pesar de esto, a principios de los años setenta del siglo XX la conversación fue objeto de estudio para muchos especialistas anteriormente mencionados. En la actualidad los sociólogos de las corrientes presentes encuentran en sus trabajos ciertas dudas, principalmente a aquellos que creen que la interacción verbal cotidiana está condicionada por contextos y fuerzas, las cuales poseen una gran magnitud. Sin embargo, es importante señalar el impacto que ha tenido el análisis de la conversación entre los que se interesaban por el modo de uso del lenguaje, entre ellos se encuentran los antropólogos lingüísticos. De esta manera, términos como alternancia de turnos, tomar la palabra, pares adyacentes, reparación o preferencia se convierten en parte del estudio del análisis de la conversación. Asimismo, los analistas de la conversación introdujeron ciertas innovaciones, la primera de ellas fue usar como objeto de estudio grabaciones de conversaciones espontáneas; en segundo lugar, los enunciados empiezan a tratarse como objeto social, esto es, las personas organizan su interacción. Además, la comunicación se organiza secuencialmente, pero también se incluye otro aspecto de la secuencialidad: la sucesión de los hablantes, una sucesión ordenada y sistemática en los intercambios conversacionales. También se le designa a este tipo de organización como sistema de alternancia de turnos, de esta forma, los participantes intercambian de manera ordenada su habla con el propósito de evitar solapamientos y vacíos. . Con el fin de evitar esto, los participantes se conceden un orden independiente de turnos para hablar, al igual que por categorías personales como la edad o el sexo, es decir, los hablantes se preasignan un orden y una extensión comunicativa de su intervención, la cual se negocia durante la interacción. Aunque se observa la fluidez de estos intercambios conversacionales también se encuentran similitudes y diferencias de otros sistemas de intercambio oral. En cambio en algunos eventos que denominamos “formales” el orden de los hablantes ya está predeterminado o casi predeterminado. De esta manera se evitan largos silencios y, por el contrario, solapamientos. Aparte de esto, un par adyacente muestra un marco para interpretación, esto es, ver qué hacen los actores sociales (los hablantes), qué métodos usan para solucionar los problemas prácticos cotidianos De igual modo, los pares adyacentes son mecanismos para asentar la intersubjetividad, ya que se establece una compresión recíproca y el acuerdo de una actividad en común. En cuanto a las secuencia de doble turno encontramos los pares adyacentes y la noción de preferencia. Los primeros son secuencias de dos enunciados, aunque no en todas las sociedades los saludos ni pares adyacentes se elaboran con la repetición de las dos mismas palabras o tipo de enunciados. Con respecto a la noción de preferencia, los analistas de la conversación identificaron los atenuadores de la cortesía para ver qué hacen los hablantes ante situaciones que crean conflicto en la conversación, como por ejemplo, evitar el autoelogio, pero no rechazar un halago. De igual modo, dentro de esta noción, los analistas hablan de reparaciones y correcciones que tienen lugar en los participantes del intercambio comunicativo. Sin embargo, una de las características del análisis de la conversación es que estudia fenómenos como las reparaciones, pero sin acceder en el tema de las motivaciones individuales para estas conductas. No obstante, existen diversas teorías sobre la visión de la lengua como un fenómeno público y la necesidad de entender los movimientos individuales como parte de instituciones sociales más extensas. Además, diversas disciplinas cuestionan la dependencia o no del contexto. A todo esto, los analistas de la conversación descubrieron que es posible comparar una enorme cantidad de conductas sociales con la de otras culturas. Asimismo, se ha comprobado que las conversaciones son logros de cooperación. Con todo esto, los sociolingüistas, analistas del discurso y pragmáticos han cogido con frecuencia la terminología del análisis conversacional. No obstante, no han mostrado interés en lo métodos etnográficos. En cambio, los antropólogos lingüísticos han denegado, con ciertas excepciones, acoger los descubrimientos o hallazgos que ha ofrecido el análisis de la conversación, incluso han realizado diversas críticas a esta disciplina. Así, gracias a las críticas recibidas se han clarificado los métodos y objetivos de la antropología lingüística, ya que la gran parte de desacuerdos entre diversos estudiosos viene por la cuestión del método. Se tacha a los analistas de la conversación de desconocer el contexto cultural e histórico donde tienen lugar las interacciones. De esta forma los antropólogos lingüísticos y etnógrafos observaron ciertos fundamentos que no incluía el análisis de la conversación, como por ejemplo: el desinterés por el contexto amplio (el dónde y el cuándo tuvieron lugar los intercambios que se estudian), al igual que la despreocupación por aspectos no verbales de la comunicación dentro de las interacciones cara a cara, la noción elemental de lo que constituye el habla (como demuestra un sistema de transcripción que no toma en consideración todos los rasgos prosódicos del lenguaje hablado) y el desinterés que los `propios participantes podrían tener de su propia conducta. Los antropólogos defienden claramente incluir el contexto en cualquier unidad o par adyacente en el que ocurren. No obstante, no podemos decir a simple vista que aspectos del contexto son relevantes o no. Algunos analistas de la conversación apuntaban que la única manera empíricamente apropiada de evocar un contexto es analizar el habla u otras conductas de los propios participantes Sin embargo, existen ciertos factores que convierten la utilización de los hallazgos y métodos analíticos conversacionales en una cuestión problemática para algunos antropólogos lingüísticos y culturales, ya que los analistas de la conversación consideran esta como una serie de estructuras donde se producen modelos recurrentes de ciertos tipos de actos o movimientos. Lo que mueve a la mayoría de ellos es un interés por la lógica o sintaxis de dichos movimientos y en la medida en que se muestran preferencias u orientaciones sistemáticas. Por otra parte, muchos antropólogos muestran interés en las conversaciones como un modo de entender otros tipos de estructuras. Se interesan en la interacción de los participantes en diversos escenarios. Asimismo, se interesan por sus movimientos, actividades, encuentros, rituales, elecciones de vida, etc., mientras que los analistas de la conversación se centran más en los métodos lingüísticos, los antropólogos van más allá. Con respecto a las preguntas que los antropólogos lingüistas y los analistas de la conversación plantean hay diferencias, puesto que en antropología se considera que los significados no solo están puestos en el lenguaje, también en los valores sociales, las relaciones, creencias, etc., y sistemas más amplios de intercambio y apoyo, incluyendo la familia y la organización social de la comunidad. Evidentemente, los etnógrafos hacen uso del lenguaje para recrearse, negociarse, articularse, pero no residen solo en él. En suma, se ha podido ver cómo el análisis de la conversación proporciona medios útiles de análisis y conceptos que convierten los intercambios conversacionales en un microcosmos del orden social e iluminan la cultura que hace de dicho orden algo significativo. Es aquí donde uno decidirá si quedarse en los límites aportados por el análisis de la conversación a la hora de estudiar el ingenio de la práctica conversacional, o por el contrario, adentrarse en el análisis cultural, en el cual hay que olvidarse de los formalismos para captar la experiencia humana.