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158 El teísmo oriental hacia Las Bela y el Makrán, que desarrolló un nuevo tipo de
civilización, con rasgos indios bien definidos, en esta zona del
presenta rasgos distintivos propios, está claramente basada en valle del Indo. En esta cultura buscaremos las fases más anti -
las mismas ideas fundamentales, en los mismos inventos y des- guas de algunos elementos fundamentales del hinduismo, como
cubrimientos que se desarrollaron en los demás centros, como se el culto de Shiva, el falicismo y la veneración de animales y
ve, por ejemplo, en los sellos y sus representaciones, o en las árboles.
cuentas de formas poco usuales, objetos que se relacionan con Sobre este substrato no ario se asentó la civilización indo -
otros similares de Egipto, Sumer, Creta y Grecia 4. Es posible europea hacia 2000 a. C., y durante tres mil años fue la influen-
que el centro común de esta difusión cultural haya de situarse en cia predominante hasta que la invasión musulmana vino a in -
la región de las mesetas al este del golfo Pérsico, donde quizá se troducir nuevas modificaciones. Pero en este continente aislado,
combinara con la población autóctona una rama mongólica, pero las ideas religiosas y las costumbres de los primitivos habitantes
lo probable es que los fundadores de Mohenjo-daro y otros permanecieron sin ser apenas tocadas por la teología de los
asentamientos cercanos fuesen gentes predominantemente del himnos védicos y los Brahmanas, los Upaníshades y el Vedanta.
tipo mediterráneo modificado por fusión con una variedad más Más aún: volvieron a resurgir en el período posvédico (ca. siglo
primitiva de humanidad protoaustraloide. Los cráneos dolicoce - v a. C.), modificando profundamente el sistema ario. Así, dos
fálicos coinciden con los hallados en Al Obeid y Kish; la cerá- tradiciones religiosas de honda raigambre se mantuvieron codo
mica, las cuentas y otros enseres sugieren, como ya hemos seña - con codo y siguieron su desarrollo independiente como respuesta
lado, que representan un elemento intrusivo de ascendencia a las especiales necesidades y condiciones de su entorno, una de
común con los sumerios. En una palabra: los datos conocidos ellas (desde la época del Rig-Veda) avanzando cada vez más
apuntan a una migración cultural a través del paso de Mula decididamente desde el teísmo en la dirección de una mística
panteísta, desviándose la otra hacia el reconocimien-
El politeísmo védico 159
Cf. Mackay, op. cit., 191ss; G. Childe, The Most Ancient East (Lon- to de lo divino como un Creador y Sustentador personal del mundo,
dres 1934) 204ss.
más que un Absoluto filosófico abstracto.
Si el irresistible y todopoderoso clima tropical de la India
fomentaba la búsqueda de una liberación de la lucha cosmoló-
gica en la consecución de una paz imperturbable, la tendencia a
divinizar los procesos de la naturaleza y a buscar la unión con la
divinidad a través de la devoción nunca estuvieron ausentes,
aunque fuesen poco estimadas en la literatura upanishádica y a
pesar de que los fundadores del budismo y del jainismo las ne -
gasen. En realidad, sin embargo, el politeísmo está tan arraigado
como el panteísmo filosófico desde los tiempos de los himnos
indoeuropeos de los Vedas hasta el de los grandes poemas; el
hinduismo posterior representa una combinación de estos dos
grandes movimientos.
EL P OLI TE ISM O V ED IC O
EL TAOISMO
29 SBE XXXIX, 1, 1, 2, 4.
30
Es decir, «retorno a lo que era al principio».
168 El teísmo oriental la tiene y el cielo también la tiene, asimismo la puede tener el
que gobierna. Por tanto, <dentro de este dominio hay cuatro
«Lo mismo que Tao tiene 'esta grandeza' y la tierra también porciones de grandeza', y una de ellas pertenece al rey. Los
caminos de los hombres están condicionados por los de la tierra. El confucianismo 169
Los caminos de la tierra por los del cielo. Los caminos del cielo
por los de Tao, y los caminos de Tao por lo incondicionado» ". (busca) de día en día disminuir (su acción). Lo disminuye y lo
El Tao, por consiguiente, no es un ser trascendente, sino vuelve a disminuir, hasta que consigue no hacer nada. Habiendo
una realidad panteística inmanente en los fenómenos sensibles, llegado a esta etapa de no actuar, nada hay que no haga» 34 .
no dominado por ninguna otra ley superior a sí mismo, como
principio monístico espontáneo anterior al antepasado supremo
(Ti). Entre el gobernante y el Tao se da una conexión, macro- EL CONFUC IAN IS M O
cósmicamente en la línea gobernante, tierra, cielos, y microcós -
micamente, de manera que pasando por sucesivos estados de En agudo contraste con este ideal ético que exalta la in -
conciencia hasta remontarse a la Unidad Ultima es posible al - acción, la indeterminación, la humildad y la mansedumbre como
canzar el Camino (Tao) que domina el multiforme universo de Camino del Cielo, está el cultivo de la propia personalidad pro -
las apariencias ". Esto se logra, sin embargo, en esta vida, no pugnado por Confucio (557-478 a. C.), que trató de instaurar una
mediante un proceso de reencarnación y transmigración. El ideal filosofía práctica para responder a las necesidades de una ge -
ético del taoísmo es la unión mística con la fuente quietística de neración olvidada de sus deberes para con el Estado e incapaz de
toda vida, y a diferencia del confucianismo, urge el desenten - comprender el significado metafísico de las doctrinas enseñadas
dimiento de los negocios humanos, «la acción sin actuar», en por su predecesor Lao-tze, al que se afirma, con razón o sin ella,
soledad y humildad de espíritu. Puesto que sólo el Tao es real, que en alguna ocasión despreció como un soñador capaz de in -
el mundo fenoménico y todos sus caminos y obras tienen única - ducir a error. Sin aspirar a ser tenido por pensador original, se
mente un significado relativo. «Toda existencia en el universo contentó con volver a la forma tradicional de vida de sus ante -
brota del Ser (Tao como principio activo); el mismo Ser brota pasados nacionales y, partiendo de la sabiduría acumulada en los
del No Ser (Tao como absoluto)». En definitiva, todas las cosas antiguos relatos, ofrecer una nueva inspiración para vivir
retornan a su fuente de origen, y mientras siguen su curso sólo rectamente en el presente y en el futuro. El teísmo en sí no le
pueden actuar correctamente mediante el Tao, en que el cono- interesaba, y contentándose con inculcar la adhesión a los ritos
cimiento subjetivo y el mundo objetivo se armonizan. En con - tradicionales en cuanto que servían para conferir estabilidad a la
secuencia, la más alta virtud consiste en vivir de acuerdo con el vida moral y al orden establecido, censuraba la especulación
Tao, y puesto que el Tao lo realiza todo por la pasividad, la vida acerca de dioses y espíritus. Para Confucio, la idea básica en que
virtuosa consiste en la quietud mística. En consecuencia, «la se fundaban los fenómenos naturales y el destino humano era el
más alta bondad es como el agua. El agua es buena porque T'ien (Cielo) impersonal, como principio cósmico panteístico, no
aventaja a todas las cosas y no se esfuerza. Toma el lugar que el Shang-Ti (Gobernante Supremo) o los Shen (espíri tus). «El
todos los hombres desprecian. Esto es lo que hace al agua tan que ofende al Cielo, no tiene a quién rogar», y como para él la
próxima al Tao»". «El que se dedica a aprender (busca) de día divinidad era esencialmente el orden moral invariable, esta
en día aumentar (su conocimiento); el que se dedica al Tao concepción impersonal no era susceptible de ser inducida al bien
o al mal por las súplicas o por la coerción. Como el curso de los
acontecimientos ya está fijado, es inútil quejarse al Cielo; todos
" Es decir, lo que es tal en sí mismo. Tao-te-Ching XXV, traducción los deberes del hombre (es decir, el /i), según la ética de
inglesa de A. Waley, The Way and its Power (Londres 1934) 74; cf. SBE
XXXIX, 1, 1, 2, 4. Confucio, se resumen en la palabra «reciprocidad»: «lo que no
32 Waley, op. cit., 175. quieras que te hagan a ti, no lo hagas a los demás». Este princi -
" Tao-te-Ching, cap. VIII. pio del comportamiento recíproco ha de aplicarse especialmente
en las «cinco relaciones» de la familia y del Estado (relaciones
del gobernante con el súbdito, del padre con el hijo, del esposo
con la esposa, del hermano mayor con el pequeño, del amigo con
el amigo). Por consiguiente, la piedad filial y el amor fra.