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Ciempiés

Al verlo, es posible que muchos entren en pánico. Se trata de un animal extraño, con un cuerpo
alargado y un montón de patas, a las que le debe su nombre: Ciempiés.

En general, el ciempiés posee entre 15 y 170 pares de patas, las cuales tienen espinas y uñas. Es parte
de la familia de los artrópodos, específicamente de la clase de los miriápodos.
Existen variedad de especies, unas más peligrosas que otras, pero tienen en común su forma estrecha y
su gran cantidad de extremidades, desplegadas en segmentos.
Gracias a sus anillos, que son articulados, pueden moverse y retorcerse. En dos de sus patas tienen
unas glándulas que son sumamente venenosas.

características del ciempiés


Las dos patas del segmento terminal no son usadas para caminar, sino para defenderse y atraer al sexo
opuesto. Allí mismo están los órganos sexuales. Algunos ciempiés los tienen expuestos, por lo que es
fácil diferenciar el macho de la hembra. Solo los Scolopendromorpha se distinguen por su tamaño. La
hembra es más larga y ancha que el macho.
La mayoría de los ciempiés son de color marrón opaco. En la cabeza tienen dos mandíbulas y dos
largas antenas que le guían por el espacio, pues sus ojos le brindan poca visión de su entorno. Algunos
son ciegos, según el hábitat en el que se desarrollen.
A los ciempiés más grandes y venenosos se les llama escolopendras. El de mayores dimensiones
encontrado hasta ahora se halló en Colombia. Mide 24 centímetros y tiene un colmillo venenoso detrás
de la cabeza.
El más poderoso de sus venenos contiene acetilcolina, histamina y serotonina. En ciertas especies
también están presentes sustancias como 5-hidroxitriptamina, fosfolipasa hemolítica y cardiotóxica,
que pueden ser peligrosas.

alimentación del CIEmPIÉS
Estos animales son unos potentes predadores, pues se alimentan de todo insecto que se arrastre por el
suelo, incluyendo lombrices y moluscos. Devoran todo, incluso los huevos de sus crías, y por eso las
hembras protegen a sus hijos llevándolos a un escondite.
A la hora de comer son muy agresivos y luchan sin descanso por su presa. Para atacarlas hacen uso de
su veneno, el cual paraliza a su víctima. Cuando el ciempiés es atacado no es fácil atraparlo, pues es
rápido, esquivo y suele enterrarse en el suelo, logrando escabullirse entre la arena o las ramas.
Son terrestres, pero les gustan las zonas húmedas y la oscuridad. En las épocas de sequía pasan casi
todo el tiempo bajo tierra. Es posible hallar un ciempiés en casi todo el mundo, pues se adaptan con
facilidad a cualquier clima, principalmente a las zonas templadas y tropicales.
Como algunas especies del reino animal, entre las capacidades de los ciempiés se encuentra la de poder
regenerarse. Cuando se ven en la necesidad de perder algunas de sus extremidades para salvar su vida,
estas vuelven a crecer pasado algún tiempo.

Reproducción, comportamiento y hábitat


Desiertos, selvas, montañas, bosques, sabanas… Casi cualquier sitio es idóneo para el
desenvolvimiento de un ciempiés. Los arboles, las cortezas, los jardines y las plantas también son áreas
de hábitat común para estas especies que entran a las casas, convirtiéndose en un problema para sus
habitantes.
Se reproducen de forma indirecta. A través de los espermatoforos, los espermatozoides pasan del
macho a la hembra. La hembra suele poner los huevos en la arena y luego rodearlo para resguardarlos
de los depredadores.

Los ciempiés son milenarios


Muchos desconocen que los ciempiés se encuentran entre los animales más antiguos del mundo. 
Especialistas  han encontrado fósiles que datan de hace unos 400 millones de años. El Arthropleura
era idéntico a la criatura que hoy conocemos, pero medía 2 metros de largo. Todo indica que estos
bichos siguieron evolucionando a través del tiempo, pues se estima que actualmente existan unas 8000
especies en el planeta, aunque solo se han podido estudiar unas 3000.

Huésped indeseado
El llamado ciempiés doméstico (Scutigera coleoptrata) es originario de México, pero se encuentra en
toda América.
Estos miden entre una y dos pulgadas de largo y  tienen 15 pares de patas, que son más largas que los
de la mayoría, y se diferencian por sus bandas blancas. El color de su cuerpo puede ser grisáceo,
amarillo o marrón. Posee tres rayas longitudinales en el dorso.
Estas criaturas suelen encubrirse en los gabinetes de la cocina, baños, sótanos, garajes, ranuras del piso
y construcciones de madera. Las pilas de leña son también un escondite predilecto para ellas.
Si hay demasiados ciempiés en casa, podría tratarse de una infestación y se deberá tomar medidas para
eliminarlos. Lo primero será reducir la humedad y sellar las rutas de entrada.
Las hojas, maderas, abonos y otros materiales orgánicos deben mantenerse lejos del hogar, ya
que también son criaderos de ciempiés.
Si a pesar de tomar acciones la situación persiste, será conveniente contratar a un exterminador de
plagas profesional.

¿Es peligrosa la picadura?


Las personas que laboran en jardinería son las más propensas a ser picados por un ciempiés.
Generalmente, sobre todo si se trata del ciempiés doméstico, la picadura es inofensiva. Sin embargo,
resulta muy dolorosa.
Los síntomas más severos incluyen migraña, palpitaciones, náuseas, vómitos, ansiedad, linfangitis e
inflamación de los ganglios linfáticos.

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