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—A huevo

—Y no gracias a usted pinche vieja ridícula. No esté chingando la madre ya eh.

—Ya cállate

—Pinche vieja vulgar cabrona.

—…

—¿No le enseñaron a respetar a la mujer?

—Otra vez, pues usted está chingue y chingue hombre. ¿Quién chingados le hace algo? Ni la pelo
chinga.

—Eso dice. Desde que me subí está chingando.

—¡Jacabrón! Yo ni siquiera me muevo pin…

—Su culo está chiquito.

—¡A huevo, mi pinche culo está chiquito, y si quiero ir cómodo pago toda la pinche camioneta!

—Pues no paga nada: por eso viene aquí.

—A huevo

—No paga.

—¡Ya! No esté chingando la madre. Qué onda que ya mero se sube con la señora.

—Ya cállate pendejo.

—¡Oh! No le quiero faltar más al respeto señora.

—¿Más?

—Ya cállese el pinche hocico parece verdulera chinga.

—¿Y usted qué parece?

—Ah jija de su puta madre. Que bien chinga la madre.

—Por eso está diabético.

—¿Diabética pendeja pues que cree estoy lonjudo como usted o qué?

—Mmmm. Por eso se puso así.

—Pendeja, porque yo hago ejercicio. No estoy pinche comiendo papitas

—Por eso le dio la diabetis y por eso esta madreado.

—Diabetis, pinche vieja habladora, ja. Ahora ya sabe hasta mi vida la pendeja esta. Orale diabética
tiene usted las nalgas cabron que.

—Sí, aja.
—Todas pinches aguadas ahí.

—Sí, sí señor.

—Pues entonces ya no esté chingando la madre.

—Ya cállate.

—Pinche vieja ridícula, cabron.

—Seguramente naciste de un hombre, pendejo.

—Ahuevo.

—Sí, has de ser maricón, puto.

—Sí ahuevo, nadamás que no se lo enseño por respeto cabrona.

—Jajaja, pinches miserias has de tener pendejo.

—Pero…

—Mmm…

—Ay señorita, páguele por favor. Qué bueno que ya llegué de esta pinche lacra.

—Se cobra uno por favor.

—Vete a la Polanco.

—Polanco, mcht pinche vieja.

—No esté chingado su madre ya...

—Ya no esté chingado su madre

—Vives en la pobreza.

—Pendeja.

—Vives en un público.

—Públi.. pues uste… que tal si...

—Yo vengo de vi-si-ta aquí a Neza, pero tú vives aquí pendejo.

—Ja. Pero a toda madre mí casa pendeja: no alquilo.

—Sí ajá. Pero en Nezahualcóyotl

—Además, ni necesidad tengo de trabajar pendeja. Porque ya trabajé.

—Pues yo tampoco trabajo pendejo.

—Usted la hace de putona.

—Yo vengo de visita.


—¿En dónde baja?

—En la pre... en la que sigue.

—…

—…

—Pinche vieja ricachona ¿entonces pa' qué chingados se sube aquí?

—Para para que veas. Me doy mis gustitos.

—…

—De ver gente como tú.

—Jija de toda su puta madre, ja. No le pongo un pinche madrazo porque es usted vieja.

—Pónmelo pendejo, ándale.

—¡No se lo pongo porque es vieja!

—Háblale a tu chingada madre que.

—Háblale a tu chingada madre cabrón.

—Ahorita le hablo.

—¡Háblale a tu chingada madre! Y bájate aquí conmigo y bájate órale wuey.

—¡Ay muy machito!

—Pinche vieja ridícula.

—Que te ensillen cabrón.

—Hija de tu pinche madre.

—¡Oigan, háblenle a un policía por favor, para que se lleven a este señor!

—Chinga tu madre tú y el policía.

—Pendejo, cállate.

—¡MANDA A CHINGAR A SU MADRE A ESA PINCHE VIEJA LOCA!

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