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LA INVERSION EXTRANJERA Y EL APRA

Por: Nelson Vásquez Juárez *

El tema de la inversión extranjera fue tratado por Víctor Raúl Haya de la Torre desde
los albores del aprismo. Así, el fundador del Partido Aprista Peruano dejó bien
establecida la posición de la doctrina aprista frente al capital extranjero. La derecha
siempre trato de presentar al APRA como un movimiento que rechazaba la inversión
extranjera y la izquierda no aprista criticaba al Partido Aprista de ser un movimiento
entreguista al capital extranjero. Ambos no lograron comprender la posición doctrinaria
REALISTA del Aprismo frente a la inversión extranjera.
La posición aprista sobre esta materia, sostenida por Haya de la Torre, siempre fue la
misma desde el “Antimperialismo y el APRA”, continuando con el famoso discurso-
programa del 23 de agosto de 1931 hasta su Nota Prologal a sus Obras Completas
publicadas en 1977.
Así, en el libro fundacional “El Antimperialismo y el APRA”, Haya de la Torre aseveró
que el Estado Antimperialista contrataría con el imperialismo. (1) Hay que precisar
que Víctor Raúl entiende que “el imperialismo es un concepto económico”(2).
Haya analiza y señala que “los defensores del imperialismo se parapetan en un
razonamiento elemental que no debemos pasar por alto: ‘Nuestros países necesitan
capitales -dicen,- y hay que dar entrada a éstos, vengan de donde vengan y vengan
como vengan’”(3). Víctor Raúl agrega que “la afirmación es aparentemente
inobjetable. Los países indoamericanos ofrecen ancho campo para la explotación de la
riqueza, y todo lo que en ellos realmente representa progreso, técnica, industrialismo,
forma superada de trabajo, se debe a los capitales extranjeros. Nadie puede entonces
-así razonan sin citar a Perogrullo-, que la inmigración de capitales nos sea
absolutamente indispensable y que, si eso es el imperialismo, no debamos sentirnos
felices con él”(4).
Víctor Raúl continuando con su análisis se pregunta:
“¿Nuestros países necesitan de capitales? La respuesta es afirmativa: Sí.

Si los necesitan, ¿hay que darles entrada vengan de donde vengan y vengan como
vengan? La respuesta es negativa: No.”(5) Y explica su posición, precisando que “en
tanto que el sistema capitalista impere en el mundo, los pueblos de Indoamérica, como
todos los económicamente retrasados, TIENEN QUE RECIBIR CAPITALES DEL
EXTRANJERO Y TRATAR CON ELLOS. Ya queda bien aclarado en estas páginas que
el Apra se sitúa en el plano realista de nuestra época y de nuestra ubicación -en la

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geografía y en la historia económica de la humanidad. Nuestro tiempo y nuestro
espacio económicos nos señalan una posición y un camino: mientras el capitalismo
subsista como sistema dominante en los países más avanzados, tendremos que tratar
con el capitalismo. ¿Cómo tratar? He ahí la gran cuestión”(6) (El subrayado es
nuestro)
Es decir, desde el “Antimperialismo y el APRA”, libro escrito en 1928, el APRA
reconoció en forma realista la necesidad de nuestros países de recibir la inversión
extranjera, pero que había que tratar con el en forma adecuada.
Haya en su famoso Discurso-Programa del 23 de agosto de 1931, continúa con esta
línea de pensamiento. Hay que tener en consideración que en los años 20 y 30,
tiempos de gran influencia marxista, el hecho que un partido de izquierda sustentará
estas tesis era una herejía. Sin embargo, Haya fue un político con una gran
profundidad en su análisis y realista también.
En su Discurso-Programa, Haya dijo que “en el imperialismo es fundamental la
exportación de capitales, la expansión económica, nosotros tenemos que tomarlo en
cuenta dentro de una observación de la economía del país. PORQUE NO ES QUE
SEAMOS ENEMIGOS DEL CAPITAL EXTRANJERO; es que consideramos absolutamente
necesario que el Estado controle el capital extranjero a fin de que su concurso dentro
de la economía nacional sea de cooperación y no de absorción.”(7). (Subrayado
nuestro) La doctrina aprista considera que hay que recibir la inversión extranjera
como un factor de cooperación, es decir, de apoyo al desarrollo nacional.

Agrega Haya de la Torre que “el capital extranjero representa en nuestro país
técnica, porque el capital extranjero es el que trae máquina. Nosotros no somos pueblo
industrial porque no hemos creado la máquina; solamente manejamos la máquina que
nos viene de afuera. Pues bien, el capitalismo extranjero que es inevitable en países
como el nuestro, cumple su etapa; lo importante es que la cumpla bajo el control de
un Estado que represente verdaderamente a la mayoría de la nación que está
interesada en no ser absorbida.” (8)
Víctor Raúl, en su Discurso-Programa ahonda en el tema y detalla la posición aprista.
Así, asevera que “...nosotros consideramos que el capital extranjero es necesario en
países de elemental desarrollo económico como el nuestro. Pero, también es preciso
recordar que la falta de conocimientos científicos económicos en el país, ha permitido
que se establezca aquí como apotegma que necesitamos aceptarlos vengan de donde

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vengan y vengan como vengan. El error está en la segunda parte. Porque los que
argumentan que el controlar el capital extranjero es ahuyentarlo, ignoran una ley
económica, la ley económica de la expansión del capital que lo empuja a veces con
tanta fuerza como a nosotros nos lleva a recibirlo. Si descubrimos la posibilidad de
equilibrar estas dos fuerzas, estas dos leyes, entonces nosotros podremos vivir en
buena relación con el capital extranjero, sin caer en dependencia de él, defendiendo el
equilibrio de nuestra propia economía y haciendo del capital extranjero un cooperante
en el desarrollo económico nacional.”(9)
El planteamiento del Aprismo es claro: es necesaria la inversión extranjera orientada
hacia el desarrollo del país. Esta posición la mantuvo Víctor Raúl a lo largo de su vida y
en su Nota Prologal de sus Obras Completas publicadas en 1977, lo dijo en los
siguientes términos: “queda para nuestros pueblos en desarrollo el apotegma-guión de
su común destino: ‘Ningún país subdesarrollado podrá salir de su retraso sin la ayuda
económica y tecnológica de los países desarrollados.’”(10)

Y la realidad le ha dado la razón. El mejor ejemplo de la vigencia de las tesis apristas


sobre la inversión extranjera es la actual China comunista, la cual bajo la conducción
de Deng Xiao Ping negoció la llegada del gran capital extranjero a China. Actualmente
las grandes empresas transnacionales tienen presencia en China y han ayudado
notablemente a la modernización tecnológica y desarrollo de la China Comunista.

• Integrante del Taller de Estudios Sociales, Económicos y Políticos “Antenor Orrego”.


• Asociado del Instituto “Desarrollo y Democracia”.
NOTAS
(1) Haya de la Torre, Víctor Raúl: “El Antimperialismo y el Apra”, Edición facsimilar de
la segunda edición, 1988, p. 154.
(2) Haya de la Torre, Víctor Raúl: “Obras Completas” T-5, Editorial Juan Mejía Baca,
Lima, 1977, p. 60
(3) Haya de la Torre, V.R.: “El Antimperialismo y el Apra”, idem. p. 155
(4) Haya de la Torre, V.R.: Idem. p. 155
(5) Haya de la Torre, V.R.: Idem. pp. 155-156
(6) Haya de la Torre, V.R.: Idem. p. 156
(7) Haya de la Torre, V.R.: “Obras Completas”, T-5, Idem. p. 60

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(8) Haya de la Torre, V.R.: Idem. 61
(9) Haya de la Torre, V.R.: Idem. p. 73-74.
(10) Haya de la Torre. V.R.: “Obras Completas”, T-1, Idem. p. XLII.

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