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Expediente 491-2019

Esp. Legal Dr. Roalcaba Tabara


Cuaderno Principal
Sumilla Lo que se indica

AL TRIGÉSIMO SEGUNDO JUZGADO CIVIL DE LA CORTE


SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA:

SCOTIABANK PERÚ S.A.A, (en adelante, “Scotiabank” o “El Banco”), con


Registro Único de Contribuyente N° 2010043140 [ver Anexo 1-A], debidamente
representada por José Luis Venegas Alfaro, con DNI N° 09941957 [ver Anexo 1-
B], según poderes que adjuntamos [ver Anexo 1-C], con domicilio real en
Dionisio Derteano N° 102, distrito de San Isidro, provincia y departamento de
Lima; y señalando como nuestro domicilio procesal la Casilla N° 9631 del
Colegio de Abogados de Lima – Sede Miraflores, así como la Casilla
Electrónica N° 92549; en los seguidos por Mariella Irma Destéfano Arnao (en
adelante, “demandante” o “señora Destéfano”), sobre pretendida indemnización
por daños y perjuicios; a Usted atentamente decimos:

El 12 de agosto de 2019 hemos sido notificados con la Resolución N° 4 del 23 de


julio de 2019 (en adelante, “Resolución Impugnada”), mediante la cual vuestro
Despacho resolvió declarar la rebeldía de Scotiabank por supuestamente no haber
cumplido con contestar la demanda en el plazo de ley. Del mismo modo, declaró
el saneamiento del proceso y la existencia de una relación jurídica procesal
válida.

Sin embargo, no encontrando conforme a derecho la mencionada Resolución en


su totalidad, dentro del plazo de ley y de conformidad con los artículos 171 y

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siguientes del Código Procesal Civil, formulamos NULIDAD TOTAL contra la
Resolución N° 4.

En ese sentido, procedemos a sustentar y explicar los fundamentos de nuestro


pedido.

I. PETITORIO:

I.1. Pretensión Principal: Que, al amparo del artículo 171, 174 y demás
pertinentes del Código Procesal Civil, solicitamos a vuestro Juzgado se
sirva declarar la NULIDAD TOTAL de la Resolución N° 4 del 23 de
julio de 2019 y de todo lo actuado hasta el acto de notificación del Auto
Admisorio. A través de la referida Resolución, se ha incurrido en una
evidente vulneración a nuestro derecho constitucional al debido proceso, a
nuestro derecho de defensa, a la debida motivación de las resoluciones
judiciales e interdicción a la arbitrariedad, y a la seguridad jurídica, ya que
se nos ha declarado en rebeldía sin ni siquiera habernos notificado
adecuadamente con la demanda, convalidando así, un evidente acto de
mala fe por parte de la demandante.

II. FUNDAMENTOS DE HECHO

II.1. Antes de detallar los hechos que dieron lugar al presente escrito, resulta
necesario dejar constancia que en el presente caso se vienen vulnerando
nuestros más elementales derechos constitucionales, ya que
increíblemente se viene convalidando un evidente actuar temerario y de

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mala fe por parte de la demandante, tal y como pasaremos a explicar a
continuación.

II.2. El 12 de agosto de 2019, hemos sido notificados con la Resolución N° 4


del 23 de julio de 2019, mediante la cual vuestro Despacho resolvió
declarar la rebeldía de Scotiabank, así como también el saneamiento del
proceso. En efecto, la notificación nos causó especial asombro ya que
nuestro Banco no tenía conocimiento de su existencia.

II.3. Según se puede advertir en la referida Resolución, nuestro Banco habría


sido notificado con la Resolución N° 2 del 4 de abril de 2019 (Auto
Admisorio) y la demanda, el 17 de abril de 2019. Asimismo, se advierte
que la notificación se habría efectuado “bajo puerta en segunda visita” en
la dirección brindada por la demandante en su escrito de demanda, esto es,
en Av. Juan de Arona N° 809, en el distrito de San Isidro.

En consecuencia, habiendo transcurrido el plazo otorgado por el Juzgado


para contestar la demandan sin haberlo hecho, se habría configurado
nuestra rebeldía en el proceso.

II.4. Sin embargo, señor Juez, contrariamente a lo señalado en la Resolución


Impugnada, Scotiabank NO ha sido notificado con la demanda de autos.
En efecto, la demandante ha consignado de manera maliciosa un domicilio
de Scotiabank que no corresponde a nuestro domicilio principal, y que a la
fecha ya no pertenece a nuestro Banco. Veamos:

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 El domicilio consignado no corresponde a la oficina principal de
Scotiabank

II.5. De acuerdo a lo señalado en la Resolución Impugnada, nuestro Banco


habría sido notificado bajo puerta en segunda visita en la Av. Juan de
Arona 809, San isidro. Sin embargo, como es públicamente conocido, el
domicilio real de Scotiabank se sitúa en la Av. Dionisio Derteano N°
102, San Isidro.

II.6. Lo señalado en el párrafo precedente se puede corroborar fácilmente a


través de nuestra página web1, mediante la cual, en el supuesto de
desconocimiento por parte de los clientes y terceras personas, brinda de
manera veraz nuestra información de contacto.

II.7. Como se puede claramente advertir, la demandante tenía la plena


posibilidad de conocer y de consignar adecuadamente nuestro domicilio
real. En todo caso, y en el supuesto negado de la existencia de alguna duda
sobre nuestro domicilio, la demandante por diligencia debida debió
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https://www.scotiabank.com.pe/Acerca-de/Scotiabank-Peru/Scotiabank-en-Peru/informacion-del-
banco

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brindar por lo menos dos domicilios. Sin embargo, omitió hacerlo y
consignó un domicilio que ha sido desocupado por el Banco hace más de
un año.

Además de ello, señor Juez, el ser una entidad bancaria con presencia a
nivel nacional e internacional, es de público conocimiento que nuestra
oficina principal se sitúa en la Torre Scotiabank, situada, precisamente, en
la Av. Dionisio Derteano N° 102, San Isidro.

II.8. Por otro lado, es necesario advertir también que, si bien en su momento la
dirección consignada por la demandante era el domicilio fiscal del Banco,
a la fecha de notificación de la demanda, ello ya se había modificado. De
acuerdo con el sistema de SUNAT, el cambio de nuestro domicilio fiscal
operó desde el 26 de febrero del presente año (ver Anexo 1-D). En
consecuencia, al momento de la notificación de la demanda en la referida
dirección, únicamente funcionaba un cajero automático, mas no una
oficina u agencia del Banco, tal y como explicaremos en el siguiente
subacápite.

II.9. En consecuencia, en este punto no cabe duda de que la demandante pudo y


tuvo la oportunidad de consignar adecuadamente nuestro domicilio
principal; sin embargo, no lo hizo.

 El domicilio consignado no corresponde a una agencia u oficina de


Scotiabank

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II.10. Sin perjuicio de lo anterior, otro hecho que el Juzgado debe tomar en
consideración es que la dirección consignada en la demanda, a la fecha,
NO corresponde a ninguna agencia u oficina de Scotiabank. En efecto,
señor Juez, si bien es cierto la dirección consignada fue en su momento
una de las oficinas de nuestro Banco, ésta ha sido desocupada en su
totalidad por el personal y mobiliario de Scotiabank desde el 22 de
febrero del 2018.

El motivo de mudanza de nuestras oficinas se dio en virtud de las


tratativas y negociaciones que nuestro Banco venía realizando para la
futura venta del edificio situado en la Av. Juan de Arona N° 801-805-809.
En efecto, las referidas negociaciones se materializaron a través de la
celebración de la Minuta de Compraventa del 30 de abril de 2019 (ver
Anexo 1-E). Como se señala en el referido documento, para la fecha de
celebración del Contrato, el Inmueble ya debía encontrarse completamente
desocupado, tal y como efectivamente sucedió.

II.11. Asimismo, dado que el edificio en su momento perteneció a Scotiabank, el


rótulo de nuestro logo sigue instalado en el frontis del Inmueble. Sin
embargo, en dicho inmueble únicamente funciona uno de nuestros cajeros
automáticos. En efecto, de acuerdo con nuestro registro público de cajeros
automáticos en Lima, este se encuentra ubicado en la Av. Juan de Arona
N° 805, tal y como se puede verificar de nuestra misma página web:

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II.12. Como podrá advertir el Juzgado, la dirección consignada por la
demandante, en primer lugar, no corresponde a nuestra oficina principal
en la cual debimos ser notificados. En segundo lugar, el inmueble ha
dejado de pertenecer al Banco en virtud del citado contrato de
compraventa, y por lo tanto a la fecha de notificación este se encontraba
completamente desocupado. En tercer lugar, a la fecha de notificación, ya
había operado el cambio de domicilio fiscal ante SUNAT.

Incluso, señor Juez, para efectos de que vuestro Despacho posea mayores
elementos de juicio al momento de resolver la presente nulidad, es
necesario verificar la fachada de la dirección brindada por la demandante.
Esto se puede corroborar fácilmente a través de una simple búsqueda en
internet. Veamos.

Imagen 1: Fachada del cajero automático sito en Av. Juan de Arona N°


805:

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De la imagen adjunta se puede advertir claramente que, en el edificio
únicamente funciona el cajero automático, mas no alguna agencia u
oficina administrativa de nuestro Banco.

Imagen 2: Fachada de la dirección consignada por la demandante:

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II.13. De las imágenes adjuntas previamente, se puede corroborar fácilmente que
la dirección consignada por la demandante corresponde únicamente a un
cajero automático del Banco con el rótulo de nuestro logo en el frontis del
Inmueble. Sin embargo, como ya hemos explicado previamente, en dicho
lugar ya no funciona ninguna agencia u oficina de Scotiabank.

Ello, señor Juez, explica el motivo por el cual en el inmueble no se


encontraba nadie al momento de realizar la diligencia de la notificación
bajo puerta. Como señalamos previamente, dichas oficinas se encontraban
desocupadas en su totalidad desde el 22 de febrero de 2018.

II.14. En consecuencia, en este punto salta la siguiente interrogante ¿de qué


manera se configura un emplazamiento válido de la demanda en la
presente controversia, si ya hemos acreditado que, en lugar a la fecha

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de notificación no funcionaba ninguna oficina de Scotiabank? La
respuesta cae por su propio peso, señor Juez. En el presente caso no ha
existido una debida notificación de la demanda; en consecuencia, al
haberse declarado nuestra rebeldía en el proceso por tal motivo, se nos ha
dejado en absoluta indefensión frente a la demandante.

 El Juzgado ha convalidado el actuar malicioso de la demandante

II.15. Como tercer punto, y lo que nos llama aún más la atención, es que tanto la
demandante, así como el Juzgado tenían pleno conocimiento de que el
domicilio real de Scotiabank es distinto al consignado en la demanda. Sin
embargo, el Juzgado convalidó el “error” cometido, y en un acto
evidentemente arbitrario se declaró la rebeldía de nuestro Banco en el
proceso.

II.16. En el Cuarto considerando de la resolución Impugnada, el Juzgado hace


referencia a una carta enviada por Scotiabank a la demandante el 24 de
octubre de 2017. Según señala el propio Juzgado, en dicha carta se señala
expresamente que la dirección del Banco se sitúa en Av. Dionisio
Derteano N° 102, San Isidro, Lima, y no en la dirección consignada por la
señora Destéfano en su demanda.

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II.17. Con la referida carta notarial, la cual entendemos fue presentada en la
propia demanda, no cabe la menor duda de que la demandante sí conocía
el domicilio real y la oficina principal de Scotiabank. Del mismo modo, y
lo que resulta aún más grave, es que el mismo Juzgado conocía que
nuestro domicilio era distinto al señalado en la demanda.

II.18. Incluso, en la misma Resolución, el Juzgado señala que para efectos de


evitar futuras nulidades, ordena que el auto que declara nuestra rebeldía,
sea notificado adicionalmente en nuestro domicilio real. Este hecho nos
llama poderosamente la atención, ya que el Juzgado parece haber estado
consciente de la existencia de un posible vicio de notificación. Sin
embargo, decidió convalidad la inválida notificación efectuada en una
dirección que no corresponde a nuestro Banco.

II.19. Es necesario resaltar que, a la fecha de presentación del presente escrito,


nuestro Banco desconoce el motivo por el cual viene siendo demandado.
En efecto, el único documento con el que contamos es con la Resolución
Impugnada y el escrito que contiene, ya que nunca tuvimos conocimiento
de la demanda supuestamente notificada.

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II.20. En virtud de los argumentos expuestos, resulta evidente que se nos ha
colocado en una situación de absoluta indefensión frente a la
demandante. En efecto, se ha vulnerado nuestro derecho al debdo proceso,
a la defensa, a la motivación congruente y a la interdicción a la
arbitrariedad. Por lo tanto, solicitamos al Juzgado declarar la nulidad de la
Resolución Impugnada, y retomando las cosas al estado anterior a la
afectación, solicitamos también que se nos notifique con la demanda y
poder hacer uso de nuestro derecho de defensa.

III. FUNDAMENTOS DE DERECHO DE NUESTRA NULIDAD

III.1. En primer lugar, debemos tener en consideración lo dispuesto en el


artículo 171 del Código Procesal Civil, que señala expresamente lo
siguiente:

“Artículo 171.- La nulidad se sanciona solo por causa establecida en


la ley. Sin embargo, puede declararse cuando el acto procesal
careciera de los requisitos indispensables para la obtención de su
finalidad. (…)”

III.2. Es indiscutible que en el caso que nos ocupa, la Resolución N° 4 del 23 de


julio de 2019 carece por completo de los requisitos indispensables para la
obtención de su finalidad. En primer lugar, porque se declara la rebeldía
de nuestro Banco sin haber tenido la oportunidad para hacer uso de
nuestro derecho a contradecir los argumentos de la demandante. En
segundo lugar, porque ha sido emitida en abierta contravención a nuestros
más elementales derechos constitucionales al debido proceso y a nuestro
derecho de defensa. Veamos

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 Vulneración a nuestro derecho al debido proceso

III.3. Con respecto al derecho al debido proceso, el Tribunal Constitucional se


ha manifestado al respecto en reiterada jurisprudencia de la siguiente
manera:

12. “Como ha tenido oportunidad de establecer este Tribunal en más


de una oportunidad, el derecho al debido proceso previsto por el
artículo 139.3º de la Constitución Política del Perú, aplicable no sólo
a nivel judicial sino también en sede administrativa e incluso entre
particulares, supone  el  cumplimiento de  todas  las garantías,
requisitos y normas de orden público que deben observarse en las
instancias procesales de todos los procedimientos, incluidos los
administrativos y conflictos entre privados, a fin de que las personas
estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante
cualquier acto que pueda afectarlos.”2

III.4. En efecto, el debido proceso, tal y como establece el Tribunal


Constitucional, supone el cumplimiento de todas las garantías, requisitos y
normas en el marco, ya sea en el caso de un proceso judicial o un
procedimiento administrativo. Resulta evidente que en el presente caso el
Juzgado no ha cumplido con todas las garantías y/o requisitos para la
emisión del auto de saneamiento del proceso y declarar la rebeldía de
nuestro Banco.

III.5. Como ya fue acreditado en nuestros fundamentos de hecho, tanto la


demandante, así como el propio el Juzgado tenían pleno conocimiento que

2
EXP. N.° 04944-2011-PA/TC, fundamento 12

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la dirección consignada en la demanda no correspondía a la oficina
principal de Scotiabank.

Sin embargo, el Juzgado a través de la Resolución Impugnada decidió


convalidar el “error” y la falta de diligencia de la demandante, y declarar
nuestra rebeldía en el proceso, aunque no hayamos sido debidamente
notificados.

 Vulneración a nuestro derecho de defensa

III.6. Como señalamos anteriormente, como consecuencia del temerario actuar


de la demandante, y la indebida declaración de rebeldía de nuestro Banco
sin antes haber sido válidamente emplazados con la demanda, se nos ha
dejado en un estado de absoluta indefensión en el proceso. En efecto, al no
haber contestado la demanda – la cual no nos ha sido notificada – no
hemos podido hacer uso de nuestro derecho de defensa.

III.7. El derecho a la defensa se encuentra expresamente regulado en el inciso


14 del artículo 139 de la Constitución Política del Perú, y señala que
“nadie puede ser privado de su derecho a la defensa en ningún estado del
proceso”. En relación al derecho de defensa, el Tribunal Constitucional ha
señalado que se garantiza a los justiciables que puedan exponer su
posición y defenderla antes que se emita un pronunciamiento de fondo,
respectando todas las garantías al debido proceso. Así, menciona que:

“La Constitución reconoce el derecho de defensa en el inciso 14)


artículo 139°, en virtud del cual se garantiza que los justiciables, en la
protección de sus derechos y obligaciones, cualquiera que sea su

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naturaleza (civil, mercantil, penal, laboral, etc.) no queden en estado
de indefensión. Así, el contenido del derecho de defensa queda afectado
cuando, en el seno de un proceso judicial, cualquiera de las partes
resulta impedida, por concretos actos de los órganos judiciales, de
ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces para defender sus
derechos e intereses legítimos.”3

En ese sentido, es evidente que la garantía constitucional del derecho de


defensa también forma parte integrante del derecho a la Tutela Procesal
Efectiva y al Debido Proceso.

III.8. Del mismo modo, el Tribunal Constitucional haciendo referencia al


derecho de defensa, en la sentencia recaída en el Expediente N° 6648-
2006-PHC/TC precisa:

“(…) en virtud de dicho derecho se garantiza a los justiciables, en la


protección de sus derechos y obligaciones, cualquier sea su
naturaleza (…), no queden en estado de indefensión. El contenido
esencial del derecho de defensa queda afectado cuando, en el seno de
un proceso judicial, cualquier de la partes resulta impedida, por
actos concretos de los órgano judiciales, de ejercer los medios
necesarios, suficientes y eficaces para defender sus derechos e
intereses legítimos.” [Énfasis y Subrayado agregado]

Entonces, como se puede apreciar el Tribunal Constitucional considera


que forma parte del contenido esencial del derecho de defensa, la
posibilidad que tienen las partes de ejercer los medios necesarios,
suficientes y eficaces para salvaguardar sus derechos e intereses legítimos
en el marco de un proceso judicial.

3
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el expediente STC N° 1231-2002 HC

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III.9. Ahora bien, en el presente caso, nuestro Banco se ha visto impedido de
ejercer su derecho a la defensa, ya que no ha tenido oportunidad de
contestar la demanda interpuesta por la señora Destéfano. Asimismo, la
vulneración a nuestro derecho de defensa se ve materializada con la
declaración de nuestra rebeldía por parte del Juzgado a través de la
Resolución Impugnada. En una decisión a nuestro a todas luces arbitraria,
el Juzgado decide convalidar la falta de diligencia de la demandante y su
manifiesto acto de mala fe, al declarar la rebeldía de nuestro Banco, pese a
estar consciente que nuestro domicilio principal es otro.

III.10. Del mismo modo, otro hecho que acredita la evidente vulneración a
nuestro derecho de defensa es que el Juzgado se encontraba consciente
que, al no haber sido notificados en nuestro domicilio real, podría acarrear
futuras nulidades. Por tal razón en la misma Resolución, en su
considerando Cuarto, el Juzgado ordena que el Auto Saneamiento también
sea notificado en nuestro domicilio real.

III.11. En consecuencia, nos preguntamos, ¿por qué si el juzgado si quería evitar


futuras nulidades, no notificó a nuestro domicilio real desde la emisión del
Auto Admisorio? ¿Por qué se esperó hasta la declaración de rebeldía de
nuestro Banco recién para realizar la notificación adicional? No lo
sabemos. Sin embargo, lo que sí es un hecho es que se ha vulnerado de
manera manifiesta nuestro derecho de defensa e igualdad de armas
procesales.

III.12. Finalmente, es necesario traer a colación nuevamente que ha quedado


demostrado en nuestros fundamentos de hecho que el domicilio

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consignado por la demandante ha dejado de pertenecer a Scotiabank en
virtud del contrato de compraventa celebrado con su nuevo propietario.
Incluso, señor Juez, como señalamos anteriormente, en dicho inmueble
únicamente funciona un cajero automático, y sobre el cual es necesario
formularnos la siguiente interrogante ¿resulta válido acaso, notificar con
una demanda en un cajero automático en el cual ingresan cientos de
personas al día? De ninguna manera.

Ello también constituye un hecho que debió ser advertido por el


notificador en la primera visita al inmueble. Sin embargo, ello tampoco
ocurrió y se notificó la demanda en un inmueble deshabitado y que ya no
nos pertenece.

III.13. Por ello, señor Juez, solicitamos a través del presente escrito, el cese de la
vulneración a nuestro derecho constitucional a la defensa e igualdad de
armas procesales, y se declare la nulidad total de la Resolución impugnada
y de todo lo actuado hasta el momento de la notificación de la demanda a
Scotiabank.

 Vulneración a nuestro derecho a una debida motivación de las


resoluciones judiciales

III.14. Señor Juez, sin perjuicio de las infracciones al debido proceso ya


denunciadas, resulta necesario hacer hincapié en que la Resolución
Impugnada contiene serios vicios de motivación que afectan, aún más,
nuestro derecho a un proceso justo.

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Así, vuestro Juzgado ha emitido una fundamentación abiertamente
contradictoria, ya que por un lado señala que se debe notificar con el Auto
de Saneamiento de nuestro domicilio real. Sin embargo, no lo hace lo
propio con el Auto Admisorio, omisión que genera la inevitable e
insubsanable nulidad de la Resolución N° 4 del 23 de julio de 2019. Nos
explicamos.

III.15. Vuestro Despacho deberá advertir que la Resolución Impugnada es


manifiestamente nula por haber sido emitida en abierta contravención a mi
derecho a una adecuada motivación de las resoluciones, debidamente
consagrado en el inciso 5 del artículo 139 de la Constitución Política.
Veamos.

La Constitución Política señala en su artículo 139:

“Artículo 139.- Son principios y derechos de la función


jurisdiccional:
(…)
5. La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las
instancias, excepto los decretos de mero trámite, con mención expresa
de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se sustentan.
(…)”.

Al respecto, como se sabe, la motivación de las resoluciones tiene por


función específica convencer y persuadir a las partes de la razonabilidad
de los argumentos y la justicia de la decisión adoptada tratando de
eliminar la sensación que pudieran tener las partes sobre la presunta
arbitrariedad o ir razonabilidad de la decisión judicial.4

4
Casación No. 1208-04 LIMA (El Peruano, 28.02.2006)

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Esta función jurisdiccional, es recogida a nivel legal en el artículo 50 del
Código Procesal Civil, que establece lo siguiente:

“Artículo 50.- Son deberes de los Jueces en el proceso:


6. Fundamentar los autos y las sentencias, bajo sanción de nulidad,
respetando los principios de jerarquía de las normas y el de
congruencia (…)”. [Énfasis y subrayado agregado]

Como es evidente, la motivación de las resoluciones judiciales guarda una


estrecha relación con el principio de interdicción de la arbitrariedad, pues
tal como lo señala el propio Tribunal Constitucional “la motivación de las
resoluciones judiciales constituye una garantía que asegura que quien
adopta la decisión no lo hace por capricho, con apoyo insuficiente en un
Estado de Derecho, sino que tiene datos objetivos para respaldarla. Ese
‘dato objetivo’ tradicionalmente se ha entendido como referido a las
normas jurídicas”5.

En ese sentido, el deber de motivación de las resoluciones judiciales


está ligado al principio de interdicción de la arbitrariedad, al punto
que la infracción al deber de motivación se convierte, a la vez, en causa y
evidencia de la arbitrariedad con la que actúa un determinado órgano
jurisdiccional.

III.16. En el presente caso, nos encontramos ante un evidente caso de falta de


motivación externa en el razonamiento. Sobre el particular, el Tribunal

5
Ver: Sentencia del Tribunal Constitucional del 17 de septiembre de 2008, recaída en el expediente n. o
03151-2006-AA.

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Constitucional a través sentencia recaída en el expediente N° 3943-2006-
PA/TC6, señala los siguiente:

a) Deficiencias en la motivación externa; justificación de las


premisas, que se presenta cuando de las premisas que parte el Juez
no han sido confrontadas o analizadas respecto de su validez fáctica
o jurídica.

III.17. En efecto, el Juzgado señala en la Resolución materia de nulidad que, con


la finalidad de evitar futuras nulidades, es necesario que dicha resolución
también sea notificada en nuestro domicilio real. Asimismo, el Juzgado
señala que nuestro domicilio real se encontraba dentro de una carta
enviada por nosotros a la demandante el 24 de octubre de 2017.

III.18. De lo anterior salta inevitablemente la siguiente interrogante. ¿por qué si


el Juzgado estaba consciente de una posible nulidad por indebida
notificación, y pudiendo conocer nuestro domicilio real, no se nos notificó
desde el principio en dicha dirección? Pues ello guarda una abierta
contradicción entre lo dicho y hecho por el Juzgado. Es decir, la premisa
carece de validez fáctica para ser para sustentar adecuadamente la

6
Ver texto completo en: http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2008/04295-2007-HC.pdf

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Resolución Impugnada y sobre todo, para sustentar nuestra declaración de
rebeldía en el presente caso.

III.19. En consecuencia, señor Juez, habiendo quedado plenamente acreditado


que la Resolución Impugnada incurre en graves e insubsanables vicios
procesales y constitucionales, solicitamos que se sirva a declarar su
NULIDAD TOTAL, y ordene la notificación de la demanda a nuestro
domicilio real para poder hacer uso de nuestro derecho de defensa.

 El Auto de Saneamiento vulnera el principio de seguridad jurídica y


predictibilidad de las resoluciones judiciales

III.20. El derecho a la garantía constitucional de la seguridad jurídica y la


predictibilidad de las resoluciones judiciales ha sido reconocido en varias
oportunidades por el Tribunal Constitucional, al sostener lo siguiente:

“El principio de la seguridad jurídica forma parte consubstancial del


Estado Constitucional de Derecho. La predictibilidad de las
conductas (en especial, las de los poderes públicos) frente a los
supuestos previamente determinados por el Derecho, es la garantía
que informa a todo el ordenamiento jurídico y que consolida la
interdicción de la arbitrariedad. Tal como estableciera el Tribunal
Constitucional español, la seguridad jurídica supone "la expectativa
razonablemente fundada del ciudadano en cuál ha de ser la actuación
del poder en aplicación del Derecho"7 [Énfasis y subrayado
agregado].

III.21. Ahora bien, en el presente caso, también resulta manifiesta la vulneración


a nuestro a derecho a la seguridad jurídica y a la predictibilidad de las

7
EXP. N.º 0016-2002-AI/TC

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resoluciones judiciales. Como bien señala el Tribunal Constitucional, la
seguridad jurídica supone una expectativa razonable de la actuación
judiciales.

III.22. De acuerdo con lo expuesto previamente, pudimos constatar que el


Juzgado tenía la posibilidad de conocer y de evitar que nuestro Banco sea
inducido a una situación de indefensión. Clara prueba de ello, es que es el
mismo Juzgado quien ordena que se nos notifique con el Auto de
Saneamiento en nuestro domicilio real.

Ello, nos lleva a inferir que la actuación más predictible y razonable en el


presente caso, era que el Juez ordene la notificación del Banco en nuestro
domicilio real desde la emisión del Auto Admisorio, y no esperar hasta la
declaratoria de rebeldía para efectuar la notificación, cuando ya se ha
producido la vulneración de nuestros derechos fundamentales. Como
señalamos previamente, el cambio de nuestro domicilio fiscal operó desde
el 26 de febrero de 2019, en consecuencia, era de público conocimiento
que la dirección consignada por la demandante ya no era la correcta.

III.23. Otro hecho grave de vulneración al derecho a la seguridad jurídica es el


hecho de convalidar un evidente acto de mala fe por parte de la
demandante. Como ya fue advertido, es un hecho público que la oficina
principal de nuestro Banco se encuentra situada en Av. Dionisio Derteano
N° 102, San Isidro. Sin embargo, el Juzgado, sin realizar el más mínimo
análisis de veracidad, señala en el considerando Cuarto que “no es menos
cierto que se enciente como domicilio válido de la emplazada para el acto
de notificación de la demanda el proporcionado por la demandante”.

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Sobre este punto es necesario preguntarnos ¿tiene sentido, acaso, que
siendo una de las entidades financieras más grandes del país, no hayamos
contestado la demanda, o lo que es peor, no contemos con un personal a
cargo de la recepción de las notificaciones? Definitivamente la respuesta
es no, señor Juez.

Tal acto, de ninguna manera puede ser amparado, ni mucho menos


convalidado por el Juzgado. En el presente caso, resultaba evidente que el
domicilio consignado en la demanda ya no era de dominio de
Scotiabank, hecho que como pudimos advertir, se podía constatar
fácilmente de los mismos medios probatorios presentados por la
demandante.

III.24. Sin embargo, en el presente caso ha sucedido todo lo contrario, y se ha


convalidado un evidente acto de mala fe por parte de la demandante,
vulnerando así, no solo nuestro derecho a la defensa y al debido proceso,
sino al principio constitucionalmente protegido de la seguridad jurídica.

Por tal razón, señor Juez, ha quedado plenamente acreditado que en el


presente caso se han vulnerado derechos constitucionales básicos, tales
como el derecho al debido proceso, a la defensa y a la debida motivación
de las resoluciones judiciales.

 La demandante ha actuado de manera temeraria y de mala fe

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III.25. Finalmente, señor Juez, un hecho adicional y no menos importante, es el
evidente actuar temerario y de mala fe de la demandante. Así, como es de
vuestro conocimiento, el artículo 109 del Código Procesal Civil establece
los deberes que las partes, abogados y apoderados deben cumplir en el
proceso. Los incisos 1 y 2 del referido artículo señalan lo siguiente:

“Deberes de las partes, Abogados y apoderados.-


Artículo  109.- Son deberes de las partes, Abogados y apoderados:
1. Proceder con veracidad, probidad, lealtad y buena fe en todos sus
actos e intervenciones en el proceso;
2. No actuar temerariamente en el ejercicio de sus derechos
procesales;
(…)”

III.26. Como se puede advertir de los incisos citados, las partes deben proceder
con veracidad, buena fe y no actuar de manera temeraria en el ejercicio de
sus derechos. En el presente caso, ha quedado plenamente acreditado que
la parte demandante no ha cumplido con los referidos preceptos legales.
Pues, como señalamos en nuestros fundamentos de hecho, existen una
serie de elementos sustanciales que acreditan el actuar temerario y de mala
fe de la demandante. Veamos:

(i) La dirección consignada por la demandante había dejado de ser una


oficina de Scotiabank desde febrero del 2018. En efecto, en dicho
inmueble únicamente se encuentra en funcionamiento un cajero
automático, hecho que puede y pudo haber sido ser fácilmente
corroborable a través de nuestra página web, o en todo caso una
revisión presencial del inmueble.

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(ii) La demandante tenía pleno conocimiento que nuestra oficina
principal se sitúa en la Av. Dionisio Derteano N° 102, San Isidro.
Este hecho se puede corroborar de manera fehaciente con la propia
Carta del 24 de octubre de 2017, adjunta como medio probatorio a
la demanda por la señora Destéfano.

III.27. Como podrá advertir vuestro Despacho, el actuar temerario y de mala fe


por parte de la demandante ha ocasionado que nuestro derecho al debido
proceso y a la defensa se vean seriamente vulnerado. Resulta evidente que
al haber sido “notificados” con la demanda en un domicilio que ya no
pertenece al nuestro, no teníamos cómo conocer del inicio del proceso.

III.28. Asimismo, además de la vulneración a nuestros derechos fundamentales,


el actuar de nuestra contraparte nos causa un serio perjuicio, ya que por el
actuar de la demandante y la decisión adoptada por el Juzgado, se nos
obliga a continuar en un proceso sobre no tuvimos oportunidad de
defendernos y del cual no tenemos conocimiento ni siquiera del monto
demandado. Sobre los daños que causa el actuar temerario de las partes, el
artículo 110 del Código Procesal Civil establece expresamente lo
siguiente:

“Responsabilidad patrimonial de las partes, sus Abogados, sus


apoderados y los terceros legitimados.-

Artículo  110.- Las partes, sus Abogados, sus apoderados y los


terceros legitimados responden por los perjuicios que causen con
sus actuaciones procesales temerarias o de mala fe. Cuando en el
proceso aparezca la prueba de tal conducta, el Juez,
independientemente de las costas que correspondan, impondrá una

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multa no menor de cinco ni mayor de veinte Unidades de Referencia
Procesal.

(…)” Énfasis y subrayado agregado

III.29. Como ya ha quedado acreditado de los hechos expuesto en la presente


nulidad, no cabe la menor duda que la demandante ha actuado de manera
temeraria y de mala fe. Por lo tanto, solicitamos que vuestro Despacho
tome las acciones correspondientes para efectos de evitar este tipo de
conductas a futuro.

III.30. Finalmente, señor Juez, además de los hechos acreditados previamente,


también hemos podido corroborar que el Abogado que suscribe el escrito
del 9 de julio de 2019, el dr. Jorge Pitta Calderón, a la fecha se encuentra
en calidad de Inactivo en el Colegio de Abogados de Lima, tal y como se
puede advertir en la propia página web de la institución:

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III.31. Sobre el particular, de conformidad con lo dispuesto en la Resolución
Administrativa N° 299-2009-CE-PJ, el abogado debe encontrarse hábil y
activo en el Colegio de Abogados al cual pertenece. Sin embargo, en el
presente caso, como se puede apreciar, el abogado que suscribió último
escrito presentado por la demandante se cuenta inactivo en el Colegio de
Abogados de Lima.

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Lo anterior, señor Juez, se suma al actuar de mala fe y al abuso de derecho
con el cual viene actuando la demandante en el presente caso. Motivo por
el cual, solicitamos nuevamente que la Resolución Impugnada sea
declarada nula en su totalidad.

III.32. Por lo tanto, en virtud de los argumentos expuestos, solicitamos que se


declare la NULIDAD TOTAL de la Resolución N° 4 del 23 de julio de
2019 y de todo lo actuado hasta la emisión del Auto Admisorio, ya que
nos coloca como demandados en una situación de absoluta indefensión
frente a la demandante, un hecho que vuestro Despacho no puede seguir
amparando.

IV. INTERÉS PROPIO Y OPORTUNIDAD PARA LA SOLICITUD DE


NULIDAD

IV.1. En cuanto a la nulidad deducida, cumplimos con señalar que tenemos


interés propio y específico ya que se ha vulnerado nuestro derecho
constitucional al debido proceso, al haberse emitido la Resolución
Impugnada y declarado la rebeldía de Scotiabank y el saneamiento
procesal, sin previamente habernos notificado correctamente con la
demanda, convalidando así un evidente acto de mala fe por parte de la
demandante.

IV.2. Finalmente, dejamos expresa constancia que esta es la primera


oportunidad que tenemos para deducir la presente nulidad, ya que,
reiteramos, hemos sido notificados con la Resolución N° 4 el 12 de agosto

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de 2019. En consecuencia, cumplimos con el requisito de primera
oportunidad que establece el artículo 176° del Código Procesal Civil.

POR TANTO:
Solicitamos a vuestro Despacho tener presente lo expuesto y proveer conforme a
Ley.

PRIMER OTROSÍ DECIMOS: Que, adjuntamos en calidad de anexos los


siguientes documentos:

ANEXO 1-A: Copia de nuestra Ficha RUC.

ANEXO 1-B: Copia del Documento Nacional de Identidad de nuestro


representante.

ANEXO 1-C: Vigencia de Poder de nuestro representante.

ANEXO 1-D: Ficha RUC que acredita que el cambio de domicilio fiscal
operó desde el 26 de febrero de 2019.

ANEXO 1-E: Minuta de Compraventa celebrada en virtud del Inmueble


ubicado en Av. Juan de Arona N° 801-805-809, San isidro

SEGUNDO OTROSÍ DECIMOS: Que, designamos a los doctores José


Guillermo Aguado López con CAL N°44495 y Milo Ignacio Ruiz González con
CAL N° 63875 como nuestros abogados patrocinantes en el presente caso;
otorgándoles las facultades de representación procesal a que se refiere el artículo

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74 del Código Procesal Civil. Para estos efectos declaramos estar debidamente
instruidos de las facultades que conferimos y señalamos como domicilio el
indicado en el presente escrito.

TERCER OTROSÍ DECIMOS: Que, autorizamos a los señores Rolando del


Águila Ramírez, con DNI N° 72044260; Nicole López Noriega, con DNI N°
70346692; Yenni Chavarría Castillo, con DNI N° 48400914; Javier Villamarín
Arguedas, con DNI N° 10125875; y Marcelo Garaycochea Bueno, con DNI N°
72013932; para que cualquiera de ellos, indistintamente, pueda revisar el
expediente, tramitar exhortos y oficios, solicitar y obtener copias del expediente.

CUARTO OTROSÍ DECIMOS: Que, cumplimos con adjuntar las cédulas de


notificación correspondiente, así como copias del presente escrito en número
suficiente.

Lima, 15 de agosto de 2019

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