La concepcién materialista de la historia
Mis estudios me Ilevaron a Ja conclusién de que ni las
Pelaciones jurfdicas ni las formas de Estado pueden com-
pprenderse por sf mismas ni por la llamada evolucidn ge-
feral del espiritu humano, sino que estan enraizadas en
faquellas condiciones materiales de vida que Heg
iguiendo el precedente de los autores ingleses y franceses
dal siglo xv1t1, engloba bajo el nombre de «sociedad civil»,
¥ que a anatomia de la sociedad civil debe buscarse en
Ta economia politica. En Bruselas, donde tuve que tras-
Jadarme por Ja orden de destierro dictada
Giizot, continué los estudios de
dos en Paris. El resultado fmal a que
Wez aleanzado, sirvid de hilo conductor a mis és
puede resumir asi: en la produccién social de su vida, los
Hombres entran en determinadas relacic
ifidependientes de su yoluntad, relaciones de produccion
Bee etesbonden. una. determinada fase de desarrollo
de Sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de
jones de produccién forma la estruct
ide Ia sociedad, la base real sobre Ja cual se Tevan-
estructura juridica y politica y a la que
iden determinadas formas de conciencia
Ede a Produccion de la vida material deter
que
ulna’ st ser, Sino al_contrario, su ser social lo que de
Memming su conciencia, Al Wegar a una fase determinada
Io, Tas fuerzas productivas materiales de
@ciedad chocan con |
Hi€S 6, Io. que no es mas que su expresidn
Télaciones de propiedad en que se habian desarrollado
n
@thasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerz:
‘productivas, estas relaciones se convierten en tr:
Yas, Se abre entonces un perfodo de revolucién so
Al cambiar la base econémica, se transforma mas o me
hnos rpidamente toda la inmensa superestructura erigida
sobre ella. Al estudiar estas rev
ir siempre entre Jos cambi
Ins condiciones econdmicas de la produ
hombres toman conciencia de este conflicto y luchan por
resolverlo, ¥ asi como no podemos juzgar a un in
por Io que él piensa de si mismo, tampoco pod
‘gar estas épocas de revolucién por su conci
ee 4 :
a
‘ben en su seno, y nunca aparecen nuevas y mis elevadas
relaciones de produccién antes de que hayan madurado
“en el seno de Ia sociedad antigua las condiciones materia-
su existencia, Por esto la humanidad se propone
‘siempre tinicamente los objetivos que puede alcanzar,
"plies, bien miradas las cosas, estos objetivos sélo apare-
‘een cuando ya existen o, por lo menos, se estan gestando
Jas condiciones materiales de su realizacion, En lineas ge-
nerales, se pueden designar como otras tantas épocas de
Progreso en la formacién econémica de la sociedad el
modo de produccién asiatico, el antiguo, el feudal y el bur-
‘if i woduccién
fuuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la
sociedad burguesa crean las condiciones materiales para
2
jerra, por cons i
d Giciana. [Prefacio (1859)]
dogmas, sino pre!
af jén, Son Io:
de toda la histor
de individuos humanos. viv:
‘a establecer es, pues, la constitucién fi:
cas, hidrograficas, clim: La historiogra-
the partir de estas bases naturales y de su modi
‘por la accién de los hombres en el curso de la hi
diferenciar a los hombres de los ani
mb
sma en que los hombres producen sus medios de
ncia depende, en primer lugar, del caracter de los
de subsistencia de que ya disponen y que deben
=, Este modo de produccién no debe verse anica-
como la reproduccién de la existencia fisica de los
Es ya un modo determinado de la actividad
s individuos, una manera determinada de expresar
un modo de vida definido. La manera en que los
Bindividuos expresan su vida refleja exactamente lo que
son. Lo que son coincide, pues, con su produ
concepcién de la historia se bi
mn del proceso
jal de la vida y de la compren
formas de relacién cor
idad (y, por tanto, exponer
los diferentes aspectos). Al revés de la concey
lista de fa historia, no debe buscar una catego:
perfodo sit i
ién de las ideas por Ie pr
{llega a la conclusién de que todas las formas y todos los
productos de la conciencia pueden ser destruidos no por
Ta erltica intelectual, no por la reduccién la «autocon-
lencia» 0 por la transformacién en «apariciones», «espec-
tros», «fantasias», etc., sino unicamente por el derroca-
miento practico de las relaciones sociales concretas que
motriz de la historia, de la religion, de la
los demds tipos de teorfa no es la critica
cién, Muestra que la historia no acaba resolviéndose en la
sautoconciencia> como «espiritu del espfritu», sino que
en cada estadio hay un resultado material, una suma de
fuereas productivas, una relacién con Ja naturaleza y en-
-”
fa suma de fuerzas product
Jos filésofos se rebelan cont
ente creada y transmitida a
pepor Ja que le precede, una masa de fuer-
wceidn, de capitales
do, un cardcter es-
_ pues, stancias hacen tan-t {
sunstancias, >
‘el hombre hace las circ
ivas, de capital
fn social que cada individuo
fe existentes es la ba
mo datos
os ta ymo la «sustanc
filéso! concebido coi
1 del Pare y ban divinizado o atacado. Los
a influencia de esta base concreta sobre el de
ven afectados por el hecho
fiers revels ella en nombre de
jencia» y del «th
también, las que determinan
aria, periédicamente reproducida en |
ar las bases
fies particulares de la sociedad pasada, sino <
én de la vida» anterior, contra el «con:
idad» que co1
iclones no existen, venti
practico que la idea de esta revolucién
da cien veces, como To demuestra 1a
lel comunismo,. ay
iS Concepciones anteriores de la historia han
completamente de lado esta base real de la histo-
Than considerado como algo accesorio, sin relacién
Ja marcha de la historia. En consecuencia, la
debe escribir siempre de acuerdo con una nor-
al margen de ella, La produccién real de lavida resulta ahistérica y todo lo que es propiamente hist6-
rico aparece separado de la vida ordinaria, es suprate-
ios hombres y la naturaleza
y toda clase de luchas te6ricas y se hi
sobre todo, a compartir para cada época
de esta época. Por ejemplo, si una época se cree
«politicos» o «reli-
igién» no sean mas
que las formas de sus motivos reales, el historiador acep-
sconcepto» que aquellos hom-
r real se transforma en Ia.
'y determinante que controla y determina
. Si la forma rudimentaria
del trabajo entre los indios
105 pueblos el régimen de cas-
determinada por moti
fa practica de dichos homb:
€n que se presenta la
y los egipcios suscit:
tas en su Estado y su religién, el historiador cree que el
régimen de castas es la fuerza que ha engendrado esta
forma social rudimentaria, Mientras los franceses y los
ingleses se aferran, por lo menos, a la ilusién politi
‘més proxima a la realidad, los alemanes se mueven en el
Ambito del