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DERECHOS PARA

TODOS Y TODAS
Escuela de Formación para la Organización Comunitaria

Esta iniciativa es del Ministerio del Poder Popular para


Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias encabezado
por el Ministro Jesse Chacón

Equipo de Coordinación
Cooperativa Educativa “Educación para la Transformación”:
Soraya El Achkar
Glenis Rodríguez
Mariana Paz
Esther Rojas

Colaborador en la redacción de este folleto


Pablo Fernández

Editor
Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología
e Industias Intermedias

Responsable de la coordinación y edición de textos


Jesús Machado

Corrección
Antonia Cipollone

Validación
Este material fue validado por personas del consejo
comunal La Capilla, en la Comunidad José Félix Ribas, La
Capilla, de la parroquia Petare, municipio Sucre, con el pro-
pósito de reconstruir los contenidos, adecuarlos a las prácticas
concretas de organización comunitaria y sistematizar un discurso
colectivo y compartido

Diseño Gráfico
Coordinación, diseño y diagramación
Tibisay Rojas
Diagramación
Beatriz Serra
Portadas
Ramón Blanco

Número de ejemplares: 1500


Caracas, 2009
Índice
Prólogo 5
Presentación 9

HACIA UN CONCEPTO DE DERECHOS HUMANOS 11

LOS DERECHOS HUMANOS Y LAS VISIONES


IDEOLÓGICAS QUE LOS HAN FUNDAMENTADO 23

LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS DERECHOS HUMANOS 28

LA INTEGRALIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS 36

LA DEFENSA DE LOS DERECHOS: LA DENUNCIA Y EL


USO ALTERNATIVO DEL DERECHO 39

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 


Prólogo

La formación para la organización comunitaria dentro del proceso


revolucionario es ineludible si queremos alcanzar mayor desarrollo, porque
sólo la comunidad organizada podrá dirigir, orientar e incidir en el diseño
de las políticas públicas de modo que éstas respondan a las necesidades más
sentidas de la gente. Es la formación sistemática y crítica la que permitirá
que las comunidades más vulneradas generen un cuerpo de demandas y asu-
man una actitud ética, de corresponsabilidad frente a los graves problemas
que hay que enfrentar.

Creemos que todos somos inconclusos y por ello tenemos capaci-


dad para el aprendizaje. Creemos que nos hacemos en la práctica y en conse-
cuencia no hay teoría sin práctica ni práctica que no nos lleve a la reflexión.
Creemos en la capacidad creadora de nuestro pueblo donde el diálogo se
convierta en un eje transversal que nos permita fundar nuevas realidades
más acordes con la construcción colectiva de los discursos y cotidianidades.
Creemos que la educación puede ser liberadora y generadora de situaciones
de dignificación, por tanto hemos apostado por una escuela de formación
para la organización comunitaria.

Esta escuela hace la diferencia porque va de la práctica a la re-


flexión y vuelve a la práctica para mejorarla desde un ejercicio de reflexión
permanente. Es una escuela cuyo propósito no es saber sino saber para
transformar el orden injusto y desordenado de las cosas. Es una escuela que
pone su máxima atención en los sujetos históricos y políticos para vigorizar
la voz de quienes han estado silenciados y potenciar su acción transforma-

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dora. Es una escuela que tiene una opción: los más pobres, los excluidos,
los que nunca tuvieron escuela y les fue negada la posibilidad de articularse,
decidir sobre el interés público, diseñar las políticas y mucho menos manejar
los recursos del Estado.

Esta escuela que estamos impulsando para la organización de nues-


tro pueblo ensaya promover un esquema de valores socialistas porque parte
de la premisa que no habrá socialismo sin socialistas, y para que haya socia-
listas es necesario un espacio para reconvertir los valores que el capitalismo
fue instalando entre nosotros y ahora nos parecen normales como lo son
el individualismo, la competencia, la corrupción, la viveza, las relaciones de
dominación, el autoritarismo, la violencia. Los valores socialistas que que-
remos que sean un eje transversal en la escuela son aquellos vinculados con
la justicia, la dignidad, la probidad, la solidaridad, las relaciones de equidad,
la ternura, el voluntariado. Estamos convencidos de que el socialismo es la
única vía de supervivencia de la raza humana y por eso estamos empeñados
en que se concrete en nuestro territorio.

Una Escuela que sirva para reconocernos como Pueblo, potenciar


las capacidades de organización, articular los esfuerzos locales y globales,
problematizar la vida cotidiana, desnaturalizar lo que parece normal, recrear
las iniciativas colectivas, impulsar los cambios necesarios y utilizar la tecno-
logía como medio para desarrollar una cultura de lo comunitario desde la
producción del conocimiento que promueva la liberación de los pueblos y la
articulación de redes sociales que fortalezcan el poder popular e impulsen la
transformación del modelo socio-productivo.

Página  derechos para todos y todas


La Escuela ha sido y seguirá siendo una hechura colectiva y es-
tamos muy agradecidos por el esfuerzo de tanta gente que hizo posible la
publicación de estos materiales educativos que, pretendemos, sean el inicio
de una larga trayectoria que nos coloque en el camino hacia la suprema
felicidad social.

Muy respetuosamente;
Jesse Chacón Escamillo
Ministro del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias
Intermedias.

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Presentación

El anhelo de una vida digna ha sido el motor que generación tras


generación ha movido a millones de personas a comprometerse en todo el
mundo con la defensa y promoción de los derechos humanos. Ese compromi-
so no se limita al de quienes han formalizado su participación desde espacios
académicos, institucionales o formales, sino que abarca fundamentalmente a
quienes desde las luchas de las bases sociales han apostado a ese cambio, mu-
chas veces incluso dando la vida en el intento.

La creación de un mundo más humano donde el respeto a la dignidad


de la persona y su desarrollo integral sean la prioridad absoluta ha motivado
a que muchas personas se organicen en su entorno más cercano, sumándose
a vecinos, familiares, comités, organizaciones vecinales o, más recientemente,
integrándose en los consejos comunales, para desde allí aportar su granito de
arena a la mejora de su comunidad y a la reivindicación de los derechos de su
sector.

En los tiempos difíciles que vivimos a escala planetaria, el desafío de


la educación y promoción en derechos humanos se convierte en mandato éti-
co apremiante y nos exige nuestros mayores y mejores esfuerzos para cimentar
una cultura de paz y respeto a los derechos humanos, que permita vislumbrar
desde otra óptica el futuro de las generaciones que nos seguirán.

Por tanto, es una urgencia y una convicción la necesidad de preparar


a las comunidades vulnerables con el propósito de generar espacios organiza-
tivos autónomos, capaces de defender y promover los derechos humanos en
su entorno inmediato, con proyección solidaria hacia otras comunidades. El

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desafío es convertir los espacios de violencia y muerte en lugares de conviven-
cia y vida; trascender los enfoques asistencialistas para llegar a la construcción
de sujetos de derechos que accionan políticamente en la sociedad, en búsqueda
de satisfacer sus legítimas necesidades. Aspiramos que en cada comunidad ur-
bana o rural de nuestro país, las personas se sientan no sólo empoderadas sino
capacitadas para ejercer, exigir, denunciar, promover y defender sus derechos
humanos y los del colectivo, haciendo realidad lo que tan magistralmente ha
expresado nuestra Constitución Nacional: el ejercicio pleno de la participación
protagónica del pueblo en todo aquello que le atañe y que contribuya a cua-
lificar el sistema democrático que tenemos, en un Estado de derecho y
de justicia.

En ese sentido deseamos que los aportes


aquí presentados sean de utilidad para todos y todas
y les motiven a sumarse en este reto de hacer reali-
dad la justicia y la paz que nos merecemos.

Esperamos que este material les sea


de gran beneficio para que juntos y juntas po-
damos hacer realidad el sueño de la Venezuela
que merecemos: una Venezuela con comuni-
dades organizadas y empoderadas, en el mar-
co de un Estado respetuoso de los derechos
humanos.

Página 10 derechos para todos y todas


Hacia un concepto de derechos humanos

ACTIVIDAD Nº 1

Individualmente o en grupo con tus compañeros y compañeras de


comunidad, trataremos de vincular todos los aportes que les permitan aproxi-
marse a un concepto de derechos humanos a partir de analizar y vincular las
palabras que aparecen a continuación. Registren en papelógrafos los aportes
o conclusiones de cada persona o grupo.

DIGNIDAD
VIDA
NECESIDADES
VALORES
LEYES
PRINCIPIOS
ESTADO
JUSTICIA
PAZ
HISTORIA
COMPROMISO

En plenaria se discuten los aportes recibidos. Se intentará llegar a


un concepto de derechos humanos que recoja los consensos, integrando las
palabras que hemos analizado. Luego se puede distribuir a los mismos grupos
la siguiente lectura de apoyo, de modo que se puedan compartir las opiniones
de la lectura.

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Hacia un concepto de derechos humanos

Seguramente el ejercicio anterior te haya hecho reflexionar sobre lo


importante que es que toda persona tenga condiciones dignas para desarrollar
su vida; una vida vivida adecuadamente y no sólo “sobrevivida”; una vida donde
no le falte nada de lo necesario tanto en el plano material como en el espiritual.
Tal vez, los derechos humanos como concepto no representen nada nuevo para
ti, pero ¿qué tan claro tienes su significado? De la respuesta a esa pregunta de-
penderá en gran medida cómo lograrás incorporar adecuadamente este tema en
tu trabajo comunitario.

Comencemos por analizar este enunciado: “Toda persona tiene dere-


chos que corresponden a su propia condición humana”.

Este principio, aunque parece simple, engloba grandes dificultades.


Para lograr que todos los seres humanos (o la inmensa mayoría de ellos) lo asu-
man y compartan, ha sido necesario que transcurra un extenso período histórico
de la humanidad. Para llegar a la concepción de los derechos humanos como un
conjunto de necesidades humanas, de valores, principios y normas que deben
respetar las sociedades, ha tenido que transcurrir un proceso de varios siglos.
Algunos filósofos y pensadores de la antigüedad, por ejemplo, los seguidores de
la doctrina cristiana, formularon varios principios que postulaban la necesidad
de respetar al ser humano en cuanto ser libre, racional y social, cuyo fin último
era alcanzar la divinidad, de la cual se había distanciado por el “pecado original”.
Aunque no todos, muchos otros pensadores, anteriores al cristianismo, consi-
deraban que los seres humanos no eran iguales. Ellos pensaban que había seres
humanos que nacían para mandar a los demás y otros para obedecerles. También
aceptaban que algunos seres humanos podían ser esclavizados, utilizando su

Página 12 derechos para todos y todas


Hacia un concepto de derechos humanos

fuerza de trabajo, sin reconocerles la misma condición humana que la de sus


esclavizadores. Asumían que quienes gobernaban habían recibido tal condi-
ción de las deidades a las cuales adoraban, de tal modo que a los ciudadanos
y ciudadanas comunes y corrientes no les quedaba otra opción sino someter-
se al yugo de origen divino de reyes o emperadores. Los pensadores griegos
fueron los primeros que reconocieron que el ser humano es una criatura
particular que se diferencia del resto de los seres vivientes, pues comparte
las características de los animales pero tiene un elemento que lo diferencia
de ellos y lo coloca por encima en la línea evolutiva.

Ese otro componente propio de la persona (que algunos llamaron


alma, inteligencia o razón) se estableció como base para que filósofos como
los estoicos afirmaran que los seres humanos eran iguales en tanto compar-
tían ese elemento común. Los pensadores antiguos incorporaron en ese aná-
lisis de la condición el hecho de que se trata de un ser esencialmente social.
Aunque algunas personas pueden aislarse de otras, la mayoría de nosotros y
nosotras crecemos en sociedad.

Otro aspecto importante del ser humano es que, como todo ser
vivo, tiene un proceso vital: es concebido, nace, tiene un proceso de creci-
miento, se reproduce y finalmente muere. La persona se construye progre-
sivamente en un ciclo de vida que además de cumplir con las grandes fases
similares para los seres vivientes, va configurando en cada caso a un ser
único y no repetible. A diferencia de los otros seres vivientes, el ser humano
tiene una identidad que se construye como producto de su historia personal,

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Hacia un concepto de derechos humanos

sus propias experiencias, sus creencias, sus sentimientos y emociones, sus


reflexiones, su capacidad creadora y las relaciones con otras personas.

Ahora bien, nos planteamos otro interrogante: ¿cómo entender la


igualdad —que implica que todas las personas son iguales sin que impor-
ten las diferencias políticas, económicas, sociales o de cualquier otra índole
— con esta característica que señalamos de la individualidad de cada quien?
Podemos afirmar que la igualdad se entiende como una condición dada en
relación con la ley que rige la convivencia de los diversos grupos humanos
que conforman un colectivo llamado nación o un Estado.

La igualdad no supone uniformidad, homogeneización. Por el


contrario, el ideal de una sociedad democrática es que en ella todos
y cada uno de los seres humanos que la conforman reali-
cen plenamente su condición de seres libres, dignos,
racionales.

Los seres humanos por tanto están per-


filados por un conjunto de condiciones que le
resultan inherentes de cara a su pleno desarrollo
individual, pero que a la vez les exigen cumplir
con ciertas obligaciones y respetar determina-
dos límites, ante las demás personas con quie-
nes le toca vivir.

Dicho de otra forma, soy libre y puedo


ejercer esa libertad, pero mi libertad no puede

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Hacia un concepto de derechos humanos

asentarse en dañar o limitar la libertad de otras personas. El respeto a la


libertad mutua entre seres humanos es condición fundamental de convi-
vencia. Yendo más allá podemos afirmar que cuando se cometen actos que
afectan la libertad de las personas, de manera directa o no, todos los demás
somos afectados o afectadas en nuestra condición humana y podemos sufrir
riesgos parecidos.

La violencia entre seres humanos (en todas sus formas conocidas)


representa la imposibilidad de tener una vida digna que todos y todas aspi-
ramos. La violencia constituye una forma de rechazo al conjunto de valores
más importantes, como lo son la paz, la solidaridad, la justicia, el bien co-
mún, la libertad; todos ellos valores que contribuyen al desarrollo pleno de
la dignidad humana.

Como ya dijimos, la conceptualización de los derechos humanos ha


sido producto de un proceso histórico muy amplio y complejo. Sin embargo,
en la raíz de la idea de los derechos humanos está otra idea: la de dignidad
humana. La palabra dignidad significa: “lo merecido; que merece algo”. De
modo que por dignidad humana entendemos todo aquello que merecen los
seres humanos por el simple hecho de serlos, siempre apegados a lo que se
considera justo, noble y recto.

Sin embargo, a través del tiempo la interpretación de esa idea de


“lo merecido” ha variado, marcada por posiciones ideológicas, filosóficas y
religiosas. Compartimos contigo algunas definiciones de derechos Humanos,
compiladas de diversos autores y espacios, que pueden ser de utilidad:

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Hacia un concepto de derechos humanos

■ Los Derechos Humanos (abreviado como DD.HH.) son, de acuerdo con diversas
filosofías jurídicas, aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a
bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición
humana, para la garantía de una vida digna. Son independientes de factores particulares como
el estatus, sexo, etnia o nacionalidad; y son independientes o no dependen exclusivamente del
ordenamiento jurídico vigente. Desde un punto de vista más relacional, los derechos humanos se
han definido como las condiciones que permiten crear una relación integrada entre la persona y
la sociedad, que permita a los individuos ser personas, identificándose consigo mismos y con los
otros”. (Papacchini, Ángelo. Filosofía y derechos humanos, pág. 44; de forma similar, Nino,
Carlos S. Ética y derechos humanos, pág. 40. El concepto “bienes primarios” procede de John
Rawls).

■ “Los derechos humanos son exigencias básicas del ser humano, en todos los tiempos,
lugares y culturas que se van concretando en el curso histórico en derechos públicos subjetivos
tanto individuales como sociales, que también tienen un punto común al que todos se refieren,
que es la necesidad de respetar la dignidad de la persona y de todos los valores que fluyen de
esa dignidad que son básicamente, la libertad, la igualdad y la solidaridad”. (Joaquín Ruiz
Jiménez, citado en “Aproximación epistemológica a los derechos humanos”, Buenos Aires,
1984, Pág. 7).

■ “Los derechos humanos son valores, que son bienes muy valiosos que posee la perso-
nas por su naturaleza humana y que ha poseído siempre, pero que necesitan ser incorporados
en las leyes de los países para que gocen de una efectiva protección frente al Estado y frente al
abuso de particulares y grupos sociales”. (Florentín Meléndez y Margaret Popkin, Manual de
Educación Popular, San Salvador, 1989).

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Hacia un concepto de derechos humanos

■ “Toda persona posee unos derechos morales por el hecho de serlo y éstos deben ser
reconocidos y garantizados por la sociedad, el derecho y el poder político, sin ningún tipo de
discriminación social, jurídica, política, ideológica. Estos derechos son fundamentales, es decir,
se hayan estrechamente conectados con la idea de dignidad humana y son al mismo tiempo las
condiciones de desarrollo de esa idea de dignidad.” (Eusebio Fernández, Guatemala, 1987).

■ “Conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histórico, concretan las


exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humanas, las cuales deben ser reconocidas
positivamente por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional.” (Pérez Luño,
Antonio en “Los Derechos Fundamentales” Ed. Tecnos, Madrid, 1995).

En síntesis, tratando de recoger elementos importantes de todas las


definiciones podemos decir que los Derechos Humanos son el conjunto de
características, atributos o facultades que corresponden a todos los seres hu-
manos como consecuencia de su dignidad; por tanto, no pueden ser afectados
o vulnerados, como su vida, su integridad física y psíquica, su libertad personal,
su libertad de conciencia, entre otros. Sin estos atributos los seres humanos no
pueden existir o llevar una vida propiamente humana, por ello son derechos que
no pueden ser violados y resulta tremendamente importante que los Estados y
sus leyes los reconozcan, los difundan, protejan y garanticen.

Ahora bien, definir los derechos humanos no ha sido tarea fácil. Tal
como lo afirma Pablo L. Manili, en su artículo La difícil tarea de elaborar un concepto
de los derechos humanos, resalta que: “…una definición de qué son los derechos humanos,
jamás puede ser exhaustiva en el sentido geográfico (es decir, para cualquier lugar del mundo),
ni en el sentido histórico (es decir, para toda época), ni en el filosófico y ni siquiera en el jurídico,

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Hacia un concepto de derechos humanos

ya que –sin desconocer el principio de universalidad - la elaboración del concepto en sí siempre


va a estar influida por el entorno en que se desempeña el autor de la definición. Es por ello que
a lo largo del tiempo se han sucedido diversas definiciones o esbozos del concepto de los derechos
humanos, dependiendo del entorno político, económico, social, histórico (etc.) del autor”. Sobre
ese aspecto hablaremos a continuación.

Actividad N° 2

Para culminar este apartado te invitamos a leer y compartir con tu


equipo o tu comunidad este texto del escritor uruguayo Eduardo Galeano,
que nos invita a leer en perspectiva crítica los desafíos que hoy se presentan
para los derechos humanos en el mundo.

¿Qué derechos nuevos reivindica Galeano?

¿Cuáles son los riesgos que él identifica para la vigencia de los


derechos humanos en nuestro planeta?

¿A qué nos invita este texto de Galeano? ¿Qué podemos hacer


nosotros y nosotras desde nuestra comunidad para que esos derechos que
tanto nos costó conquistar efectivamente no se pierdan?

Página 18 derechos para todos y todas


Hacia un concepto de derechos humanos

Ni derechos ni humanos

Eduardo Galeano

Si la maquinaria militar no mata, se oxida. El presidente del planeta anda


paseando el dedo por los mapas, a ver sobre qué país caerán las próximas bombas. Ha
sido un éxito la guerra de Afganistán, que castigó a los castigados y mató a los muertos;
y ya se necesitan enemigos nuevos.

Pero nada tienen de nuevo las banderas: la voluntad de Dios, la amenaza


terrorista y los derechos humanos. Tengo la impresión de que George W Bush no es
exactamente el tipo de traductor que Dios elegiría, si tuviera algo que decirnos; y el peligro
terrorista resulta cada vez menos convincente como coartada del terrorismo militar. ¿Y los
derechos humanos? ¿Seguirán siendo pretextos útiles para quienes los hacen puré?

Hace más de medio siglo que las Naciones Unidas aprobaron la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, y no hay documento internacional más citado y
elogiado.

No es por criticar, pero a esta altura me parece evidente que a la declaración


le falta mucho más que lo que tiene. Por ejemplo, allí no figura el más elemental de los
derechos, el derecho a respirar, que se ha hecho impracticable en este mundo donde los
pájaros tosen. Ni figura el derecho a caminar, que ya ha pasado a la categoría de hazaña
ahora que sólo quedan dos clases de peatones, los rápidos y los muertos. Y tampoco figura
el derecho a la indignación, que es lo menos que la dignidad humana puede exigir cuando
se la condena a ser indigna, ni el derecho a luchar por otro mundo posible cuando se ha
hecho imposible el mundo tal cual es.

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Hacia un concepto de derechos humanos

En los 30 artículos de la declaración, la palabra libertad es la que más se


repite. La libertad de trabajar, ganar un salario justo y fundar sindicatos, pongamos por
caso, está garantizada en el artículo 23. Pero son cada vez más los trabajadores que no
tienen, hoy por hoy, ni siquiera la libertad de elegir la salsa con la que serán comidos.
Los empleos duran menos que un suspiro, y el miedo obliga a callar y obedecer: salarios
más bajos, horarios más largos, y a olvidarse de las vacaciones pagas, la jubilación y la
asistencia social y demás derechos que todos tenemos, según aseguran los artículos 22, 24
y 25. Las instituciones financieras internacionales, las Chicas Superpoderosas del mundo
contemporáneo, imponen la “flexibilidad laboral”, eufemismo que designa el entierro de
dos siglos de conquistas obreras. Y las grandes empresas multinacionales exigen acuerdos
“union free”, libres de sindicatos, en los países que entre sí compiten ofreciendo mano
de obra más sumisa y barata. “Nadie será sometido a esclavitud ni a servidumbre en
cualquier forma”, advierte el artículo 4. Menos mal.

No figura en la lista el derecho humano a disfrutar de los bienes naturales,


tierra, agua, aire, y a defenderlos ante cualquier amenaza. Tampoco figura el suicida de-
recho al exterminio de la naturaleza, que por cierto ejercitan, y con entusiasmo, los países
que se han comprado el planeta y lo están devorando. Los demás países pagan la cuenta.
Los años noventa fueron bautizados por las Naciones Unidas con un nombre dictado
por el humor negro: Década Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales.
Nunca el mundo ha sufrido tantas calamidades, inundaciones, sequías, huracanes, clima
enloquecido, en tan poco tiempo. ¿Desastres “naturales”? En un mundo que tiene la
costumbre de condenar a las víctimas, la naturaleza tiene la culpa de los crímenes que
contra ella se cometen.

Página 20 derechos para todos y todas


Hacia un concepto de derechos humanos

“Todos tenemos derecho a transitar libremente”, afirma el artículo 13. Entrar,


es otra cosa. Las puertas de los países ricos se cierran en las narices de los millones de
fugitivos que peregrinan del sur al norte, y del este al oeste, huyendo de los cultivos ani-
quilados, los ríos envenenados, los bosques arrasados, los precios arruinados, los salarios
enanizados. Unos cuantos mueren en el intento, pero otros consiguen colarse por debajo
de la puerta. Una vez adentro, en el paraíso prometido, ellos son los menos libres y los
menos iguales.

“Todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, dice el ar-
tículo 1. Que nacen, puede ser; pero a los pocos minutos se hace el aparte. El artículo 28
establece que “todos tenemos derecho a un justo orden social e internacional”. Las mismas
Naciones Unidas nos informan, en sus estadísticas, que cuanto más progresa el progreso,
menos justo resulta. El reparto de los panes y los peces es mucho más injusto en Estados
Unidos o en Gran Bretaña que en Bangladesh o Rwanda. Y en el orden internacional,
también los numeritos de las Naciones Unidas revelan que diez personas poseen más
riqueza que toda la riqueza que producen 54 países sumados. Las dos terceras partes
de la humanidad sobreviven con menos de dos dólares diarios, y la brecha entre los que
tienen y los que necesitan se ha triplicado desde que se firmó la Declaración Universal de
los Derechos Humanos.

Crece la desigualdad, y para salvaguardarla crecen los gastos militares.


Obscenas fortunas alimentan la fiebre guerrera y promueven la invención de demonios
destinados a justificarla. El artículo 11 nos cuenta que “toda persona es inocente mientras
no se pruebe lo contrario”. Tal como marchan las cosas, de aquí a poco será culpable de
terrorismo toda persona que no camine de rodillas, aunque se pruebe lo contrario.

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Hacia un concepto de derechos humanos

La economía de guerra multiplica la prosperidad de los prósperos y cumple


funciones de intimidación y castigo. Y a la vez irradia sobre el mundo una cultura militar
que sacraliza la violencia ejercida contra la gente “diferente”, que el racismo reduce a
la categoría de subgente. “Nadie podrá ser discriminado por su sexo, raza, religión o
cualquier otra condición”, advierte el artículo 2, pero las nuevas superproducciones de
Hollywood, dictadas por el Pentágono para glorificar las aventuras imperiales, predican
un racismo clamoroso que hereda las peores tradiciones del cine. Y no sólo del cine. En
estos días, por pura casualidad, cayó en mis manos una revista de las Naciones Unidas
de noviembre del 86, edición en inglés del Correo de la Unesco. Allí me enteré de que un
antiguo cosmógrafo había escrito que los indígenas de las Américas tenían la piel azul y
la cabeza cuadrada. Se llamaba, créase o no, John of Hollywood.

■ La declaración proclama, la realidad traiciona. “Nadie podrá suprimir ninguno


de estos derechos”, asegura el artículo 30, pero hay alguien que bien podría comentar:
“¿No ve que puedo?”. Alguien, o sea: el sistema universal de poder, siempre acompañado
por el miedo que difunde y la resignación que impone.

Según el presidente Bush, los enemigos de la humanidad son Irak, Irán y


Corea del Norte, principales candidatos para sus próximos ejercicios de tiro al blanco.
Supongo que él ha llegado a esa conclusión al cabo de profundas meditaciones, pero su
certeza absoluta me parece, por lo menos, digna de duda. Y el derecho a la duda es
también un derecho humano, al fin y al cabo, aunque no lo mencione la declaración de las
Naciones Unidas”.

Página 22 derechos para todos y todas


Los derechos humanos y las visiones
ideológicas que los han fundamentado

Desde el punto de vista político e ideológico se ha intentado tam-


bién definir los derechos humanos. Para el liberalismo – capitalista, los derechos
humanos están ligados directamente a la vigencia de las libertades individuales.
El capitalismo nació como un sistema económico y político en el cual lo más
importante es defender al individuo y sus propiedades privadas contra las insti-
tuciones y el Estado. Esta visión es la que ha predominado en América Latina
y buena parte del mundo. Sus valores máximos son la libertad y la democracia
representativa.

Sin embargo, esa visión ha sido criticada por restrictiva. En palabras


de Luis María Olaso, al hombre y la mujer “… le corresponden por naturaleza una serie
de derechos. Tales derechos se reconocen a través de una ley que garantiza el bien común; lo que
lleva a una concepción del Estado como garante del bien común, (…) sin embargo tras esa pro-
clamación legal, la cultura occidental está organizada económicamente según la ideología liberal
capitalista: lucro, competencia, propiedad privada. De ahí resulta, inevitablemente el abuso de
los fuertes sobre los débiles (…) Mientras esta explotación permanezca, los derechos humanos
de millones de pobres en nuestro continente no podrán encontrar vigencia real”. (Olaso, Luis
María, Derechos Humanos, Pensamiento Comunitario y otros temas).

Por su parte, el marxismo asumió una perspectiva crítica con el con-


cepto liberal de los derechos humanos y asocia más bien el concepto de dere-
chos humanos con la concreción de los derechos sociales. Para el marxismo
(corriente filosófica fundada por Carlos Marx) la clase trabajadora es explotada
por el sistema capitalista, que le niega todos sus derechos. La raíz de esto está en
la propiedad privada de los medios de producción. La forma de lograr el acceso

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Los derechos humanos y las visiones
ideológicas que los han fundamentado

de todos y todas a los derechos que les son propios es a través de una profunda
revolución social que elimine la propiedad privada de los medios de producción
y oriente el proceso hacia una sociedad sin clases. Desde esta concepción históri-
ca se reivindicaron por primera vez los derechos a la salud, la educación y el tra-
bajo, y se impulsaron las luchas por los restantes derechos económicos, sociales
y culturales, no sólo en el mundo occidental, sino también en otras regiones del
planeta, logrando incluso el reconocimiento formal de estos derechos en instru-
mentos jurídicos tales como la Constitución Mexicana (1917) y la Declaración
de los Derechos del Pueblo Trabajador Explotado (U.R.S.S. 1918). Hoy en día
esos derechos son reconocidos ampliamente en tratados internacionales y en las
constituciones de los países, entre ellos nuestra Carta Magna de 1999.

La debilidad más importante en la aplicación de la concepción mar-


xista, en su vertiente estalinista, estuvo en su negación de unos derechos (las li-
bertades individuales) como pretexto para alcanzar otros (los derechos sociales).
Así, los países del bloque socialista soviético vieron restringidos esos derechos
civiles y políticos (libertad de pensamiento, de asociación política, de expresión,
de manifestación) partiendo del criterio que no podía haber divergencias entre
los ciudadanos y ciudadanas, siendo el Estado el garante y representante absolu-
to de todos los intereses colectivos e individuales.

En definitiva, capitalismo salvaje y estalinismo no han conducido a la


vigencia plena de los derechos humanos ni representado una alternativa viable
para los pueblos de nuestra América. Por eso, el desafío es entender los dere-
chos humanos desde una concepción que no fragmenta derechos sino que los
interpreta de manera interdependiente e INTEGRAL, tal como lo estableció la

Página 24 derechos para todos y todas


Los derechos humanos y las visiones
ideológicas que los han fundamentado

Conferencia de Viena en 1993. Ese enfoque es una posibilidad a construir en el


socialismo del Siglo XXI, del cual hablaremos en el capítulo 5.

Actividad N° 3

Te proponemos escuchar esta canción del cantautor catalán Joan


Manuel Serrat.

¿Cuál es el mensaje que nos quiere dar Serrat con esta canción?

¿Quiénes representan hoy al “señor” de la canción?

¿Cuáles han sido las respuestas que han dado históricamente los
“señores” del poder político, militar, económico y mediático a nuestros
pueblos?

¿Cómo puede el pueblo hoy vencer la inequidad que le impide dis-


frutar sus derechos humanos?

Disculpe el señor
Si le interrumpo, pero en el recibidor
Hay un par de pobres que preguntan insistentemente por usted.
No piden limosna, no...
Ni venden alfombras de lana
Tampoco elefantes de ébano
Son pobres que no tienen nada de nada

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Los derechos humanos y las visiones
ideológicas que los han fundamentado

No entendí muy bien


Si nada que vender o nada que perder,
Pero por lo que parece
Tiene usted alguna cosa que les pertenece.
¿Quiere que les diga que el señor salió...?
¿Que vuelvan mañana en horas de visita...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
“Santa Rita, Rita Rita
Lo que se da no se quita”?
Disculpe el señor,
Se nos lleno de pobres el recibidor
Y no paran de llegar
Desde la retaguardia, por tierra y por mar
Y como el señor dice que salió
Y tratándose de una urgencia
Me han pedido que les indique yo
Por donde se va a la despensa.
Y que Dios se lo pagará
¿Me da las llaves o los echo? Usted verá
que mientras estamos hablando
 llegan más y más pobres y siguen llegando.
¿Quiere usted que llame a un guardia y que revisa
si tienen en regla sus papeles de pobre...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
“Bien me quieres, bien te quiero,

Página 26 derechos para todos y todas


Los derechos humanos y las visiones
ideológicas que los han fundamentado

no me toques el dinero?
Disculpe el señor
Pero este asunto va de mal en peor
Vienen a millones y curiosamente, vienen todos hacia aquí.
Trate de contenerles pero ya ve,
Han dado con su paradero
Estos son los pobres de los que le hable...
Le dejo con los caballeros
Y entiéndase usted...
Si no manda otra cosa, me retiraré
Si me necesita, llame...
Que Dios le inspire o que Dios le ampare,
Que esos no se han enterado
Que Carlos Marx está muerto y enterrado.

Autor: Juan Manuel Serrat


Tema: Disculpe usted señor
LP/CD: Utopía

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 27


Las características de los derechos humanos

ACTIVIDAD Nº 4

Indaga sobre el significado de las palabras que aparecen en la lista


inferior, que hacen referencia a una serie de características que poseen los de-
rechos humanos. Escribe las definiciones que hayas encontrado o elaborado
por tu cuenta. Si te es posible, comparte este ejercicio con otras personas e
intercambien sus definiciones.

Los derechos humanos son:


1. Inherentes
2. Inviolables
3. Obligatorios
4. Imprescriptibles
5. Acumulativos
6. Universales
7. Irreversibles
8. Intransferibles
9. No jerarquizables
10. Trascienden las fronteras

Intentaremos ahora analizar cada una de estas características que nos


permiten ampliar la comprensión conceptual sobre el qué son los derechos
humanos.

Página 28 derechos para todos y todas


Las características de los derechos humanos

Son inherentes

Se trata de derechos conferidos a cada persona humana por el simple he-


cho de ser persona. Por eso afirmamos que pertenecen al área del llamado “derecho
natural”. En términos más coloquiales podemos decir que “nacemos con esos dere-
chos”, no nos son entregados por nadie. Es decir, los entendemos como anteriores y
por encima del derecho positivo. Ahora bien, esta concepción no niega que para que
esos derechos puedan exigirse jurídicamente –y no de una forma meramente moral,
como simples valores– con carácter vinculante para los demás y con las consiguien-
tes exigencias jurídicas, deben ser explicitados y garantizados por leyes positivas.

Son inviolables

El Estado se constituye en el garante de los derechos de toda la socie-


dad. Su deber es generar las condiciones efectivas de cumplimiento de los mismos,
lo cual en términos jurídicos llamamos las “garantías” de los derechos. Cuando el
Estado, por acción directa, por omisión a sus obligaciones o a través de la acción
de particulares con su aprobación, permite que se vulneren derechos humanos de
individuos o colectivos se convierte en un VIOLADOR de los mismos y, por ende,
incumple con el mandato que la Constitución y las leyes nacionales e internacionales
le han establecido. Entendemos por Estado, en el sentido restringido del término, al
conjunto de instituciones públicas que conforman los llamados Poderes Públicos y
a todas las personas que desde esas instituciones ejercen la “función pública”. Son
funcionarios o funcionarias del Estado, por ejemplo, las y los diputados, el presidente
o presidenta de la República, el personal militar, las y los policías, el personal de
ministerios, gobernaciones y alcaldías, las y los integrantes de los órganos del Poder

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 29


Las características de los derechos humanos

Ciudadano (Defensoría del Pueblo, Fiscalía General de la República, Contralorías),


los jueces y juezas, médicos de hospitales, docentes en las escuelas, empleados de los
órganos del Poder Electoral, etc.

Una diferenciación importante tiene que ver con los alcances de la defini-
ción de VIOLACIÓN DE DERECHOS HUMANOS. A veces tendemos a creer
que cualquier acción contra otra persona es una violación de derechos, más allá de
quién sea el responsable o las circunstancias en que ocurra. Por ello es importante
conocer las siguientes diferencias entre lo que es propiamente una violación de dere-
chos humanos y lo que denominamos un DELITO.

Violación de derechos humanos Delitos


Acciones cometidas por cualquier individuo
Acciones u omisiones cometidas por funcionarios o funcionarias del
de modo particular, a título personal, con las
Estado en el cumplimiento de sus funciones como garantes de los
cuales incumple normas establecidas en el
derechos humanos de las personas.
ordenamiento legal penal.
Generan responsabilidad. Significa que el funcionario o funcionaria
que la comete debe asumir las consecuencias y sanciones de manera Genera culpabilidad, la cual es de carácter
personal, pero el Estado también debe responder a las víctimas a estrictamente individual.
nivel institucional.
Dependiendo del ordenamiento jurídico de
No prescriben en el tiempo. cada país, determinados delitos pueden
prescribir.
Son procesadas en el sistema de administración de justicia de cada
país. Si éste no da respuesta efectiva, se puede recurrir a instancias Son procesados únicamente en el sistema
internacionales de justicia (Ej.: Comisión Interamericana de Derechos de administración de justicia de cada país.
Humanos, Corte Penal Internacional).

Están contenidos en el derecho interno de


Están contenidas en el derecho internacional de los derechos huma-
cada país, el cual varía de un Estado a otro
nos y, por tanto, son de carácter universal.
y, por tanto, no son de carácter universal.

Página 30 derechos para todos y todas


Las características de los derechos humanos

Destruir o lesionar los derechos humanos constituye un atentado gra-


ve contra la persona en un intolerable abuso de poder. Sin embargo, conviene
recordar que el ejercicio de los derechos de uno encuentra sus propios límites
donde comienza el derecho objetivo de los demás, donde lo reclaman las normas
de la convivencia justa y pacífica de las demás personas, o lo exige la moralidad
pública o el bien común. Así podemos entender que en un buen ordenamiento
no puede haber derecho contra derecho. Los postulados del bien común no
deben suponer jamás abuso de poder, sino que deben estar siempre al servicio
de la libertad y justamente garantizar su ejercicio. La paz social ha de ser siempre
el fruto de la justicia establecida.

Son obligatorios

Es decir, deben ser cumplidos. Si bien se sobreentiende que los di-


versos aparatos jurídicos del poder (constituyente, legislativo, judicial, electoral,
ciudadano y ejecutivo) no crean estos derechos, porque ellos les son dados pre-
viamente, sí deben poder sancionarlos, protegerlos y hacerlos cumplir. Todo
derecho supone, para ser eficaz, la fuerza suficiente en las autoridades y la exis-
tencia de tribunales que dispongan de los medios, la libertad y la capacidad de
coacción necesaria para poner en vigencia esos derechos. En realidad no haría
falta que existiese una ley positiva para hacerlos respetar. Todos los seres huma-
nos están obligados, en conciencia, a respetarlos. Pero, es necesario que en todo
ordenamiento jurídico existan aquellas leyes que los salvaguarden y protejan para
que de ese modo pasen del plano axiológico o de los valores, al plano jurídico y
del derecho.

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 31


Las características de los derechos humanos

Son imprescriptibles

Una vez reconocidos formalmente, los derechos humanos no cadu-


can, es decir, no tienen vencimiento. Este criterio es muy importante, ya que
si los derechos no prescriben, las violaciones a los mismos tampoco. Ejemplos
emblemáticos de la aplicación de este criterio jurídico encontramos en casos
como el del General Pinochet en Chile, los dictadores argentinos de los años 70
y 80 o los crímenes cometidos por los cuerpos de seguridad del Estado contra el
pueblo venezolano en los años de la llamada Democracia Puntofijista (Masacres
de Yumare, Cantaura, el Caracazo, etc.). En todos esos casos, a pesar de los años
transcurridos desde que se cometieran esas aberraciones contra la dignidad hu-
mana de miles de ciudadanos y ciudadanas, éstas siguen vigentes para los efectos
de la búsqueda de justicia tanto en el sistema nacional como internacional.

Son acumulativos

Las necesidades humanas, que están en la raíz de los derechos huma-


nos, son cambiantes; por ello, a través del tiempo los seres humanos han ido
conquistando nuevos derechos que responden a nuevas necesidades y que se
han incorporado al patrimonio de la dignidad humana. La historia humana es
en definitiva la historia de la conquista de los derechos y la lucha por hacerlos
posibles y efectivos.

Son universales

Deben poderse aplicar por igual a todos los seres humanos, sin
excepción alguna. Todos tienen la misma dignidad humana. La comunión

Página 32 derechos para todos y todas


Las características de los derechos humanos

universal de derechos es un principio básico y su vigencia debe ser exigida.


Pero subsiste hasta hoy una dificultad grave. Si entendemos que son univer-
sales y naturales, el problema está en que generalmente estos derechos son
sentidos y entendidos de diferente forma por los Estados. Además, en lo que
se refiere a los derechos más fundamentales, los referidos a la vida y la su-
pervivencia, faltan en casi todos los países del mundo. Y lo que es más grave,
en el ámbito internacional faltan los tribunales indispensables con capacidad
para asegurar la vigencia de tales derechos. Si las dos terceras partes de la
humanidad sufren hambre, eso nos indica, obviamente, una grave falta en el
reconocimiento eficaz de los derechos fundamentales del hombre y la mujer.
Y, no obstante, a excepción de algunos pocos países, el hambre no puede
presentar queja delante de ningún tribunal, ni nacional ni internacional.

Son irreversibles

Otra característica importante es que los derechos no pueden re-


vertirse, vale decir, no tienen “marcha atrás”. Por ejemplo, Venezuela abolió
la pena de muerte en 1863 y ha garantizado en su constitución el derecho a
la vida. Por ello, bajo ninguna circunstancia puede permitirse que la pena de
muerte sea restablecida. Sin embargo, existen riesgos latentes de reversibi-
lidad cuando las políticas de determinados gobiernos en el mundo intentan
reducir o limitar el reconocimiento de determinados derechos por razones
políticas o económicas. Tal ha sido el caso en muchos países con las leyes
de flexibilización laboral que dan al traste con derechos humanos laborales
reconocidos.

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 33


Las características de los derechos humanos

Son intransferibles

Las personas no podemos, sin afectar nuestra dignidad, renunciar a


los derechos que tenemos o negociarlos. Tampoco el Estado puede disponer
de los derechos que tenemos los ciudadanos y ciudadanas. Se entiende que
en situaciones muy particulares, llamadas estados de excepción, el Estado
puede restringir el ejercicio de algunos derechos muy específicos o suspender
determinadas garantías, pero nunca alienarlos (extinguirlos, eliminarlos).

Son no jerarquizables

Como se explicó anteriormente al hablar de la integralidad de los


derechos, los mismos no se pueden jerarquizar. Esto significa que todos los
derechos son igualmente importantes para garantizar una vida digna a las per-
sonas. La negación de un derecho pone en riesgo el conjunto de la dignidad
de la persona.

Trascienden las fronteras

Esta última característica hace referencia a que la comu-


nidad internacional puede y debe intervenir cuando conside-
re que un Estado está violando derechos humanos de su
población. En ese sentido ningún Estado puede argu-
mentar violación de su soberanía cuando se trata de
exigirle respeto y garantía a los derechos humanos
de su pueblo. Ejemplo de esto es cuando ante la
denegación de justicia en un Estado las víctimas

Página 34 derechos para todos y todas


Las características de los derechos humanos

recurren a instancias internacionales, las cuales pueden emitir sentencias en


contra del Estado denunciado. Recordemos en Venezuela casos emblemáticos
como la “masacre de El Amparo” o el “caracazo”, en los cuáles se debió
recurrir a instancias internacionales para lograr justicia.

ACTIVIDAD Nº 5

Vamos a pensar en colectivo ejemplos concretos o situaciones de


la vida real que ocurren en nuestro barrio, nuestra escuela, nuestra comuni-
dad, en los cuales aplican estas características que hemos aprendido sobre los
derechos humanos.

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 35


La integralidad de los derechos humanos

Para comprender la integralidad de los derechos vale reflexionar so-


bre las siguientes interrogantes:

■ ¿Puede una persona tener salud si no cuenta con agua potable, libre de contamina-
ción, o si no tiene un servicio diario y eficiente de recolección de la basura? ¿Puede esa persona
crecer sana sin una dieta balanceada y completa o sin hospitales donde recibir la atención
adecuada?

■ ¿Podemos vivir dignamente si los salarios no son justos, no hay seguridad social y las
condiciones laborales no dejan tiempo para el desarrollo personal, la recreación o el estudio?

■ ¿Podemos esperar que nuestros hijos e hijas, nuestras hermanas o hermanos apren-
dan en la escuela si no están bien alimentados o si no tienen un espacio cómodo, higiénico en
su casa para estudiar?

■ ¿Podemos ejercer el derecho a participar en los destinos del país y de nuestras comu-
nidades si nos reprimen o limitan innecesariamente cuando manifestamos exigiendo nuestros
derechos?

La búsqueda de respuesta a estas y otras interrogantes similares ha


sido un trabajo desde hace mucho tiempo para quienes defienden y promueven
los derechos humanos. No ha sido fácil lograr acuerdos, y esto ha derivado en
posiciones que no siempre favorecen a los mismos en su concepción integral.

Un ejemplo de lo anterior ha sido la muy utilizada clasificación histó-


rica de los derechos humanos en tres generaciones, a saber:

Página 36 derechos para todos y todas


La integralidad de los derechos humanos

■ Derechos de 1ª generación: también llamados derechos civiles y políticos. Surgen a


partir de la Carta Magna de Inglaterra en 1215, la cual establecía el habeas corpus (meca-
nismo aplicable cuando alguien es detenido arbitrariamente) y su reconocimiento formal en la
“Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”, dada en la Francia revolucio-
naria de 1789.

■ Derechos de 2ª generación: o derechos económicos, sociales y culturales. Se originaron


en las luchas sociales de fines del siglo XIX y reconocidos formalmente en constituciones como
la mexicana (1917). Se les llama de segunda generación porque su reconocimiento formal es
posterior a los anteriores.

■ Derechos de 3ª generación o derechos de los pueblos: se vinculan a las luchas popula-


res contra el colonialismo, por la plena independencia e igualdad entre las naciones. Incluye el
derecho a la autodeterminación de los pueblos, el desarrollo, la paz, la protección del ambiente,
entre otros.

Esta clasificación, si bien puede tener alguna utilidad académica o de


estudio, es inexacta y ha sido criticada por atentar contra la visión de integralidad.
Además, los primeros derechos que fueron efectivamente reconocidos a nivel
internacional fueron los contemplados en la Constitución de la Organización
Internacional de Trabajadores (OIT) en 1919, y no fue sino hasta 1948 que se
aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En conclusión, es
erróneo afirmar que derechos como el trabajo, la salud o la educación – recono-
cidos por la OIT- sean derechos de segunda generación.

Por otra parte, esta teoría de las tres generaciones, además de atentar
contra la integralidad, sirvió en nuestro continente para que se impusiera el mo-

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 37


La integralidad de los derechos humanos

delo capitalista y justificar la marginalización por muchas décadas los derechos


económicos, sociales y culturales, como si se trataran de derechos menos impor-
tantes o relevantes para la vida de nuestros pueblos.

Para contrarrestar ese enfoque debemos partir de la idea que todos los
derechos son fundamentales, no jerarquizables entre ellos e interdependientes.
Sin el disfrute de todos los derechos es difícil concebir una vida digna para
nadie. Integralidad significa que las partes son integrantes de un todo. Queda
claro pues que los derechos humanos son entonces indivisibles. Así lo ratifi-
có el Relator Especial de Naciones Unidas en su informe sobre los derechos
económicos, sociales y culturales de 1992, al decir: “Todos los derechos humanos y
las libertades fundamentales son indivisibles e interdependientes; debe darse igual atención y
urgente consideración a la aplicación, promoción y protección de los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales”.

Sin embargo, sólo lograremos que la integralidad


sea efectiva cuando tengamos el conocimiento de todos los
derechos, luchemos igualmente por todos ellos y exijamos
al Estado la garantía plena de todos y cada uno de los
derechos humanos. Eso es lo que se pretende lo-
grar desde la nueva visión del SOCIALISMO,
un socialismo democrático y humanista que no
repita los errores del viejo y obsoleto socialismo
estalinista, y que diversos autores han dado en
llamar “socialismo del Siglo XXI”.

Página 38 derechos para todos y todas


La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

Hemos visto hasta ahora qué son los derechos humanos, cuáles son
sus fundamentos ideológicos y la importancia de asumirlos desde lo que hemos
llamado la condición de INTEGRALIDAD. En este último apartado recono-
ceremos algunos elementos importantes que debemos manejar desde nuestras
prácticas comunitarias para defender nuestros derechos humanos. Me refiero
a la práctica de la DENUNCIA y el USO ALTERNATIVO DEL DERECHO.

La denuncia podemos definirla como el ejercicio de legítima defensa


que realizamos cuando, por acción u omisión, el Estado incumple con sus fun-
ciones directas de garante de los derechos humanos o permite que particulares
actúen igualmente vulnerándolos. Es el acto público de declararnos en protesta
contra el abuso cometido y la oportunidad de participar en una estrategia de
reivindicación de un derecho o conjunto de derechos, solidarizándonos con las
víctimas. La denuncia nos permite enfrentar la impunidad y tratar de lograr que
las cosas mejoren.

Al denunciar asumimos una responsabilidad con el cuidado de los de-


rechos de todas las personas; damos testimonio de las agresiones y presionamos
a quienes son responsables de esos actos. La lucha por la defensa de los derechos
humanos implica entre otras cosas desarrollar una serie de habilidades que nos
permitan enfrentar las violaciones de nuestros derechos y lograr que se imponga
la justicia y el respeto a nuestra dignidad como seres humanos. Una de esas
habilidades que debemos potenciar en nuestras comunidades es la que se refiere
a la práctica efectiva de la denuncia. Ante aquellos hechos que vulneran nuestra
legítima condición de sujetos de derechos podemos utilizar mecanismos legales,

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 39


La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

accionando en el sistema de administración de justicia, o también utilizar meca-


nismos extra legales que constituyen lo que llamamos formas de uso alternativo
del derecho. Sobre ambas formas compartiremos ideas en este folleto.

La denuncia constituye una forma de defensa de nuestros derechos


vulnerados, pero también un mecanismo preventivo. Toda vez que denunciamos
estamos generando un alerta en relación con algo que no está funcionando ade-
cuadamente en nuestro sistema democrático y, por tanto, el denunciar es en defi-
nitiva una forma de hacer más fuerte y sólida nuestra democracia. No obstante,
durante mucho tiempo se ha ido generando en nuestra sociedad la idea que la
denuncia es algo “estéril”, que quita tiempo y generalmente termina en nada.
Esa visión es la que debemos contrarrestar, aprendiendo las formas adecuadas
que permitan hacer de la denuncia un paso bien dado en la construcción de las
condiciones de vida digna que merecemos.

En síntesis, la denuncia es un paso importante en todo proceso de


defensa de derechos por varias razones:

■ Nos permite enfrentar las diversas formas de violaciones a nuestros


derechos humanos, tanto individuales como colectivos. También la denuncia
es un mecanismo que abarca integralmente los derechos humanos. Es decir,
podemos denunciar vulneraciones a nuestros derechos civiles (tales como el de-
recho a la integridad física, a la seguridad personal, a la inviolabilidad del hogar,
a la información, entre otros), políticos (tales como la participación, el voto,
la asociación política, etc.), así como derechos económicos, sociales, culturales,
ambientales (como por ejemplo el derecho a la educación, salud, salario justo,

Página 40 derechos para todos y todas


La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

seguridad social, ambiente sano, servicios públicos de calidad, entre muchos


otros derechos).

■ Denunciar es una forma de enfrentar la impunidad, ese gran mal que


atenta contra todo sistema social democrático, en el que se pretende garantizar
derechos humanos con justicia y equidad pero hay fuerzas que luchan en contra
de ese objetivo.

■ La denuncia es un acto educativo. A través de ella aprendemos a ejercer


nuestros derechos y a defenderlos; intercambiamos saberes y experiencias con
otras personas que han sufrido situaciones similares; aprendemos a conocer y
analizar nuestra realidad para intentar transformarla en beneficio del colectivo.

■ Es una manera de hacer prevención: con la denuncia llamamos la aten-


ción sobre hechos que están ocurriendo y que alteran la sana convivencia social,
dando testimonio de las agresiones que hemos sufrido y presionando a las insti-
tuciones y personas responsables para que esos hechos no vuelvan a ocurrir.

■ Nos permite actuar en defensa de nuestros derechos activando los


mecanismos, instancias y organismos que existen en el Estado para ello y que
muchas veces no utilizamos o incluso desconocemos. La denuncia es la mejor
manera de contrarrestar la cultura del silencio y de la complicidad.

■ La denuncia es una manera de fortalecer la organización comunitaria. A


través de ella se generan lazos y acciones que nos acercan y nos permiten des-
cubrir el valor del trabajo solidario en las dificultades, la importancia de sumar

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 41


La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

voluntades y la posibilidad de salir adelante si juntamos esfuerzos y creatividad


entre todos y todas.

■ La denuncia es en definitiva una forma de ejercer una ética de la res-


ponsabilidad compartida en la búsqueda del bien común. Aprender a asumir
activamente nuestro accionar social sin esperar a que otras personas sean las que
resuelvan todo.

Tipos de denuncia

Existen básicamente dos formas o tipos de denuncias: la legal y la


extra jurídica. Ambas se relacionan y complementan de cara a la defensa inte-
gral y efectiva de nuestros derechos.

La denuncia legal es aquella que se realiza ante los organismos que


conforman el sistema de administración de justicia, entre ellos: la Fiscalía
General de la República, los tribunales, los cuerpos policiales, etc. Al denun-
ciar ante esos organismos estamos pidiendo que se investigue una acción que
consideramos violatoria de nuestros derechos, para identificar y sancionar a
los responsables.

Esta forma de denuncia incluye también las gestiones y trámites que


realizamos ante otros organismos del Estado que pueden tener relación con la
situación que nos afecta. Por ejemplo, las tramitaciones que hacemos ante una
gobernación, alcaldía, consejo legislativo, la Asamblea Nacional, etc. Según sea
la naturaleza y características de los derechos violados será también el proceso
a seguir y las instancias a tocar.

Página 42 derechos para todos y todas


La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

La denuncia extra jurídica por su parte es aquella que va más allá de las
actuaciones o procedimientos legales y que se relaciona con lo que se denomina
el uso alternativo del derecho. Si bien reconocemos las normas y los procedi-
mientos, sabemos también que necesitamos transitar muchas otras vías que van
más allá de lo legal, para que la justicia se haga presente: hacemos uso alternativo
del derecho para que las necesidades e intereses de nuestras comunidades y gru-
pos sean reconocidos por las autoridades.

Características que debe tener toda denuncia

Para que la denuncia sea efectiva y cumpla su cometido debemos cui-


dar que la misma recoja las siguientes características:

1. Veracidad: la denuncia debe plasmar hechos descritos con


fidelidad al cómo sucedieron. La información debe ser verdadera y no estar
manipulada. Hay que evitar toda exageración o modificación intencionada de
los hechos que se relatan. Esto es muy importante para que la denuncia sea
justamente considerada.

2. Convicción: la denuncia debe ser sólida en términos de con-


vencer a quienes la reciben y deben procesar. Generalmente ante una denuncia
comunitaria o personal aparece una “versión oficial” que intenta contrarrestar
nuestra visión de los hechos. Por ello, la consistencia de lo que planteamos y la
solidez de la información que aportamos es muy importante.

3. Fundamentación: una manera de fortalecer nuestra denuncia es


dándole un respaldo legal, citando la legislación que se relaciona con los hechos

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 43


La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

que denunciamos o reclamamos. Por eso es importante que conozcamos


las leyes. Recuerda que las leyes no son materia exclusiva de abogados y
abogadas como muchas veces nos han hecho pensar. Todos y todas debemos
conocer de leyes para así poder enfrentar mejor la violación de las mismas en
contra de nuestros derechos.

4. Precisión: hay que hacer el esfuerzo de brindar la informa-


ción bien detallada de modo que quien deba procesar la denuncia pueda
orientar adecuadamente su investigación para dar la respuesta debida a nues-
tra solicitud.

5. Orden: la información que se recoge en la denuncia debe


estar organizada y ordenada de modo que se facilite su comprensión y sobre
todo el seguimiento posterior de la denuncia.

¿Quién puede denunciar y de qué manera?

La denuncia puede ser formulada en la mayoría de los casos por


cualquier persona, víctima o no, que tenga conocimiento de la comisión de
un hecho punible. La denuncia se puede presentar ante diversos organis-
mos, dependiendo del caso que se trate. No obstante, el órgano por exce-
lencia que debe recibir y procesar denuncias por violaciones de derechos
humanos es el Ministerio Público y la denuncia se debe presentar ante un
fiscal de dicho Ministerio Público o un órgano de policía de investigaciones
penales.(Artículo 285 del Código Orgánico Procesal Penal).

Página 44 derechos para todos y todas


La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

La denuncia puede presentarse de dos maneras:

1.- De forma VERBAL: en el caso de una persona quiera realizar una


denuncia verbal debe dirigirse al Ministerio Público ó a un órgano de policía de
investigaciones penales en donde se le tomará entrevista y se levantará un acta
en presencia del denunciante quien la firmará junto con el funcionario que la
reciba.

2. De forma ESCRITA: debe ser consignada en un documento fir-


mado por el denunciante o por un apoderado con facultades para hacerlo. Si el
denunciante no puede firmar, estampará sus huellas dactilares. (Artículo 286 del
Código Orgánico Procesal Penal).

Primer paso: recopilar la información

A la hora de elaborar una denuncia debemos investigar muy bien pri-


mero. Eso nos permitirá presentar la información de manera clara, detallada y
precisa, para que la misma sea convincente y cumpla con la finalidad que tiene.

Por ello, es importante conocer cuáles fueron los derechos violados


y listarlos, para poder preparar las estrategias adecuadas de denuncia.

Luego debemos tener claridad sobre cuáles fueron los organismos


responsables. Eso implica identificar si se trata de funcionarios o funcionarias
de algún organismo público y cuál es ese organismo (si son policías, empleados
de un ministerio, gobernación o alcaldía; si trabajan en un organismo legislativo,
etc.). En todo caso, es importante intentar identificar si esas personas actuaron

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 45


La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

uniformadas o no, en qué vehículos se transportaban, cuáles son sus nombres y


apellidos, si se identificaron o no lo hicieron, qué cargo o jerarquía detentan.

Generalmente en los casos de violaciones de derechos humanos eco-


nómicos, sociales y culturales suelen actuar en conjunto más de un involucrado.
Por ejemplo, un grupo de vecinos que son reprimidos por protestar exigiendo
agua potable en la escuela son víctimas de la intervención de la policía, el mi-
nisterio de educación, la compañía de agua, etc. En esos casos es importante no
sólo reconocer quienes son sino los niveles de responsabilidad que puede tener
cada organismo en la violación de derechos que estamos denunciando.

Igualmente relevante es recoger información suficiente sobre la


víctima o víctimas de los hechos denunciados (sus nombres y apellidos,
números de cédula de identidad, edad, sexo, ocupación y cualquier otro dato
particularmente importante sobre cada una de
las personas afectadas). Si los afectados son
un grupo y no es posible detallar los datos
de cada quien, es importante que al menos
se tengan los datos particulares de algunos
de ellos o ellas. Cuando se trata de grupos
grandes afectados por una violación de
derechos y en la cual no es posible iden-
tificarlos a todos y todas de manera indi-
vidual hablamos de “intereses difusos”. Por
ejemplo, si en un barrio hay un problema de
recolección de basura que está generando

Página 46 derechos para todos y todas


La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

contaminación ambiental y daños masivos a la salud, las afectadas son todas


las personas de esa comunidad. En ese caso se pueden aportar datos generales
de las víctimas (número de adultos y de menores de edad; número general de
hombres y mujeres, etc.).

El lugar y fecha en que ocurrieron los hechos es otro dato impor-


tantísimo que puede marcar el buen o mal rumbo de la denuncia. Hay que tratar
de ser lo más preciso posible, e incluso cuando se cuente con el dato, dar la hora
y horas en que ocurrieron los hechos (por ejemplo, si se denuncia una detención
arbitraria).

En la denuncia debemos incorporar un relato de hechos, que no


es más que la descripción de los hechos denunciados tal y como sabemos que
sucedieron. También en esta parte debemos aclarar si el caso que estamos de-
nunciando ya ha sido presentado en otras instancias y cuál ha sido la respuesta
obtenida en caso que la haya habido.

Aportar las supuestas razones que esgrimieron los autores o au-


toras de los hechos denunciados es otra acción importante dentro de la de-
nuncia. Por ejemplo, si se trata de un desalojo violento y los ejecutores llegan
argumentando razones de seguridad o que están invadiendo propiedad privada.

Para lograr todo esto es importante recabar testimonios de los tes-


tigos de los hechos, obtener fotografías que evidencien la situación denunciada
o amplíen la comprensión de la misma; así mismo, conviene sustentar nuestra
denuncia con copias de documentos oficiales que fundamenten nuestra soli-

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 47


La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

citud (decretos, resoluciones, sentencias, etc.), así como recortes de prensa que
reseñen la situación denunciada.

¿Qué debe contener el escrito de denuncia?

     La denuncia deberá contener nombres y apellidos completos del


denunciante (que puede o no ser el mismo afectado o afectada por los hechos
que se denuncian), cédula de identidad, domicilio o residencia, profesión, datos
de ubicación (teléfono, fax, correo electrónico); además, de una narración cir-
cunstanciada del hecho o hechos que se denuncian, el señalamiento de quienes
lo han cometido y de las personas que lo hayan presenciado o que tengan noticia
de él. (En los casos penales esto está estipulado así en el Artículo 286 del Código
Orgánico Procesal Penal). Finalmente debe estar claro el petitorio, es decir, lo
que se solicita en concreto al organismo ante el cual estamos denunciando.

Se pueden colocar todos los anexos que se consideren necesarios, con


su respectivo índice de los mismos en el orden que se entregan.

Una vez que hayas realizado tu denuncia escrita puedes llevarla a los
siguientes sitios, de acuerdo a quien vaya dirigida la misma.

Si la denuncia va dirigida al:

Fiscal General de la República, la denuncia se presenta ante la


Oficina de Registro de Presentación de Documentos ubicada en la Sede del
Ministerio Público.

Página 48 derechos para todos y todas


La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

Fiscal Superior, la denuncia se presenta ante el Fiscal Superior del


estado en donde se cometió el hecho punible. (En internet se puede encontrar
las direcciones y teléfonos de las fiscalías superiores de los estados)

A un Fiscal de Guardia en Sede, debes dirigirte a una Sede del


Ministerio Público o a la Fiscalía Superior (En internet se puede acceder a
todas las direcciones y teléfonos de las fiscalías de los estados) del estado que
corresponda.

A la Defensora o Defensor del Pueblo, la denuncia se presenta ante


la sede de este organismo en la capital de la República.

Defensor o Defensora Delegada en los estados, la denuncia se


presenta ante el Defensor o Defensora Delegada del estado en donde se come-
tió el hecho denunciado.

A un Defensor o Defensora de guardia en Sede, debes dirigirte a


la Sede de la Defensoría del Pueblo correspondiente a tu entidad federal (En
internet se puede acceder a todas las direcciones y teléfonos de las sedes de la
Defensoría del Pueblo).

Seguimiento de la denuncia

La denuncia es más que un papel. El proceso no culmina con el escri-


to que se presenta ante las autoridades. Si bien con ese paso se da inicio formal
a la denuncia, es fundamental el seguimiento que luego se dé al mismo. Para
ello es preciso: mantener un plan de visitas a la fiscalía, defensoría, tribunales
o instancia en la cual se haya presentado la denuncia; abrir un archivo con toda

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La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

la información: registro de todas las acciones realizadas, respuestas obtenidas,


contactos, documentos, correspondencia.

Paralelamente a la denuncia formal utilizar otras estrategias como la


difusión de la denuncia ante los medios de comunicación social; mantener infor-
mada a la comunidad mediante carteleras, reuniones, volantes; realizar manifes-
taciones pacíficas de presión (volanteadas, plantones).

A la hora de denunciar debemos recordar que, por mandato constitu-


cional, hay instancias del Estado que tienen el deber de recibir nuestras denun-
cias. Ellas son:

■ Fiscalía General de la República

■ Defensoría del Pueblo

También, dependiendo la instancia responsable del hecho que preten-


demos denunciar, podemos acudir a:

■ Ministerios

■ Cuerpos de policía

■ Gobernaciones

■ Alcaldías

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La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

Además existen organizaciones sociales que promueven y defienden


los derechos humanos, las cuales pueden prestarte su colaboración, asesoría y
atención.

En el proceso de seguimiento juega un papel clave la sistematización


de la información, y para ello es importante tomar en cuenta algunos elementos
tales como:

■ Tener fichas de identificación de las víctimas, denunciantes y organis-


mos involucrados.

■ Llevar un registro de las visitas hechas a los organismos en los cuales


se formuló la denuncia y las respuestas recibidas así como de parte de quién se
recibieron.

■ Un registro similar de las visitas a la prensa y los recortes que hayan


aparecido sobre el tema o las apariciones en televisión y radio.

■ Copia de todos los testimonios recogidos (de las víctimas y testigos).

■ Correspondencia enviada y recibida.

■ Cada semana escribir lo que se ha avanzado en el caso o si por el con-


trario no ha pasado nada.

■ En todos los casos tener los datos de las personas que nos aportan
información formal o informalmente.

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denuncia y el uso alternativo del derecho

El uso alternativo del derecho

A la hora de poner en marcha estrategias de acción para la reivindica-


ción de nuestros derechos es necesario cuidar la coherencia entre el mensaje que
queremos decir y la forma en que lo comunicamos. En este sentido, los métodos
de acción no violenta pueden sernos de gran ayuda en la búsqueda de una vida
digna para nuestras comunidades y a la hora de denunciar todos aquellos hechos
que vulneran esa condición.

Al mismo tiempo, es importante buscar modos creativos para expresar


las denuncias y propuestas. Todo ello incide en el logro de nuestros objetivos.

Algunas estrategias para el uso alternativo del derecho de las que po-
demos hacer uso son las siguientes:

Declaraciones formales: discursos públicos, cartas de rechazo o


apoyo, declaraciones, etc.

Estrategias de comunicación: lemas, consignas, caricaturas, símbo-


los, pancartas, folletos, volantes, pinta de murales, canciones, periódicos, revistas,
vídeos, programas de radio y televisión, etc.

Acciones simbólicas: actos religiosos, plantones, exposiciones, uso


de símbolos en la ropa, vigilias, marchas, procesiones, acciones en silencio, en-
trega de premios, etc.

Eventos artísticos y culturales: representaciones teatrales y musica-


les, toma de espacios para la discusión colectiva de temas, etc.

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denuncia y el uso alternativo del derecho

La experiencia ha demostrado que el Uso Alternativo del Derecho:

■ Afirma la dignidad humana contribuyendo al logro de la justicia y cohe-


sionando a la comunidad.

■ Contribuye a que las políticas asumidas beneficien a la mayoría de las


personas afectadas, ejerciendo presión para lograr cautivar la atención sobre una
problemática o vicios en el sistema, y agilizar así los procedimientos requeridos
para atender a sus demandas.

Uso tradicional vs. Uso alternativo del derecho

En la concepción tradicional el uso del derecho se ha mantenido como


un espacio exclusivo para ser ejercido por especialistas, estando centrado en los
textos legales, y condicionado por un costo económico que puede llegar a ser
bastante alto, bajo la lógica de la prestación de “asistencia jurídica”. El derecho
tradicional pone el énfasis en la búsqueda individual de justicia.

Por su parte, el uso alternativo del derecho se centra en la experiencia,


necesidades e intereses de las personas y las comunidades, desarrollándose en
un ejercicio colectivo que busca la autonomía de dichas personas y grupos en
la reivindicación de sus derechos. Se trata de un uso del derecho en manos del
pueblo y al servicio de éste.

El objetivo último es lograr justicia y para ello, en el uso alternativo del


derecho:

■ Ten objetivos claros y compartidos de mediano y largo plazo.

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■ Formula metas viables.

■ Apuesta por un enfoque amplio y novedoso que supere los procedimien-


tos habituales.

■ Logra un discurso que convoque y comprometa.

■ Anima a la participación colectiva.

■ Atiende permanentemente a la formación de quienes participan.

■ Incorpora lo artístico-cultural.

■ Mantén la atención en la difusión de la propuesta.

■ Sistematiza el desarrollo de la estrategia.

A la hora de desarrollar estrategias de uso alternativo del derecho para


influir en las decisiones de los distintos poderes públicos:

■ Haz un análisis de la realidad y del contexto político y jurídico.

■ Evalúa el nivel de aceptación social de tu propuesta.

■ Construye un mensaje breve, claro y persuasivo.

■ Mantén la discreción. No despliegues todas tus cartas al mismo tiempo.

■ Cultiva una relación interpersonal y mantén una red informal con los
distintos actores implicados.

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La defensa de los derechos humanos: la
denuncia y el uso alternativo del derecho

■ Conoce qué es lo que realmente está pasando dentro del ámbito


burocrático.

■ Identifica personas o grupos con intereses similares y establece alianzas.

■ Dale seguimiento a cualquier trámite que se realice.

■ Visita o establece contactos personales; siempre son más efectivos que las
comunicaciones escritas.

En relación con los medios de comunicación social:

■ Tenga claridad del mensaje que desea transmitir a la población.

■ Elabore un perfil claro de la audiencia a la que se dirige la propuesta.

■ Asista a las entrevistas en compañía de dos o tres personas para buscar


un posible consenso.

■ Envíe artículos, notas de prensa o declaraciones a los medios para evitar


que su mensaje sea deformado.

■ Invite a la prensa (radio, impresos, TV) a las actividades que realice.

■ Mantenga un listado actualizado de contactos de los medios de comuni-


cación social.

■ Diga siempre la verdad.

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denuncia y el uso alternativo del derecho

Ejercicio final

Identifica qué vulneraciones de derechos humanos están afectando


actualmente a tu comunidad. Siguiendo la guía que te hemos aportado, for-
mula una denuncia para presentar a las autoridades con competencia en la
materia que quieres denunciar (Fiscalía, Alcaldía, ministerio, etc.).

En colectivo piensa con tu equipo acciones alternativas que pueden


desarrollar para llamar la atención de la comunidad y de las autoridades sobre
la violación de derechos que les está afectando.

Luego comenten y sistematicen los aprendizajes que les ha dejado


el hacer la denuncia colectiva.

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