Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Un estándar puede definir, por ejemplo, el tipo de conector a emplear, las tensiones e
intensidades empleadas, el formato de los datos a enviar, etc. En resumen, un estándar es un
conjunto de normas, acuerdos y recomendaciones técnicas que regulan la transmisión de los
sistemas de comunicación. El empleo de estos estándares presenta las siguientes ventajas:
Los productos de diferentes fabricantes que cumplen los estándares son totalmente
compatibles y, por tanto, pueden comunicarse entre ellos sin necesidad de utilizar
adaptadores.
El mercado se amplía, ya que, al existir compatibilidad entre los productos de diferentes
fabricantes, la oferta de productos será mayor, pudiendo derivar en precios más
competitivos. Esto se traduce en una mayor flexibilidad a la hora de elegir y utilizar
dispositivos.
Se asegura la compatibilidad con productos futuros empleando la misma tecnología.
Se reducen los costes de los productos.
De esta forma, la estandarización evita que las empresas posean arquitecturas cerradas
que derivan en monopolios, favoreciendo la interoperabilidad entre dispositivos de varios
fabricantes y la flexibilidad del mercado.
Existen dos tipos de estándares:
De facto: son estándares con gran aceptación en el mercado, establecidos normalmente
por grupos de empresas y organizaciones, pero que aún no son oficiales.
De iure: son estándares definidos por organizaciones o grupos oficiales.
Puede ocurrir que una empresa o corporación posea una normativa establecida para el desarrollo
de sus productos y servicios, siendo ésta propiedad absoluta de la empresa o corporación. Esta
manera de actuar es seguida por muchas empresas con la intención de atar a los clientes a sus
productos. A esta normativa con frecuencia se le denomina «estándar propietario», y si alcanza
una penetración en el mercado considerable, puede llegar a convertirse en estándar de facto e
incluso de iure.
Centrándonos en los estándares abiertos, existen dos tipos de organizaciones que pueden
definirlos, los consorcios de fabricantes y los organismos oficiales.
Los consorcios de fabricantes están formados por grupos de empresas que cooperan para
establecer acuerdos y reglas que permitan obtener la interoperabilidad de sus productos
empleando una tecnología determinada. Como ya se mencionó anteriormente, asegurando dicha
interoperabilidad, se consigue un aumento del mercado que se traduce en un mayor número de
clientes potenciales para sus productos. En este caso, las empresas o personas interesadas
pueden unirse al consorcio y participar en los grupos de trabajo que definen los documentos
técnicos de la norma. ADSL Forum, ATM Fórum, Zigbee Alliance, y PLC fórum son ejemplos de
consorcios de este tipo.
Por otra parte, los organismos oficiales están formados por consultores independientes,
miembros de los departamentos o secretarías de estado de diferentes países y otros miembros.
ISO, IEEE, y ANSI son ejemplos de organismos oficiales. A continuación, describiremos algunos de
ellos.
Fue a principios de la década de los 80 cuando se comenzó a hablar de este término, y dentro de
este contexto de necesidad apareció la primera versión que albergaba 31 libros y estaba muy
enfocada a la tecnología en general. Posteriormente, en la época de los 90, esta versión se
actualizó reduciendo el número de libros a 7 y centrándose principalmente en 10 procesos.
Con el avance de la era digital surgió una tercera versión en el año 2007, que se basaba en 5 libros
y aumentó el número de procesos a 22. Finalmente se ha seguido desarrollando esta metodología
para que en 2011 tuviésemos la cuarta versión mucho más mejorada, también con cinco libros,
pero con 25 procesos en total.
Todos los que estén interesados en adquirir conocimientos sobre ITIL deben saber que para ser
unos auténticos expertos hay que ir consiguiendo una serie de certificaciones. Es decir, pasar por
varias fases hasta alcanzar el nivel máximo.
1. En este sentido la primera certificación que debemos superar es ITIL Fundamentos. Se
trata de la más básica, pero también es obligatoria si queremos seguir avanzando en las
certificaciones. Aquí vamos a adquirir los conocimientos necesarios para saber cuáles son
los términos y conceptos más básicos de ITIL, además de aprender cómo es la estructura
en general.
2. La segunda certificación que podemos conseguir es ITIL Practitioner, donde daremos un
paso más y subiremos de nivel gracias a las capacidades que desarrollaremos para llevar
a cabo la aplicación de todos los conceptos que hemos adquirido en la fase anterior. ITIL
Expert es un nivel superior, donde vamos a aprender otros muchos más conceptos, más
elaborados y profesionales.
3. Finalmente, ITIL Máster es el cuarto y último nivel. Aquí habremos llegado al máximo y
nos habremos convertido en unos expertos en la materia. Se trata de la fase más alta en
relación a la gestión de servicios de ITIL, pero no se obtiene en base al estudio, sino a la
experiencia que hemos ido adquiriendo dentro de este ámbito profesional y los méritos
que hayamos acumulad
SCRUM