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En defensa de la intolerancia

José Sánchez Fabián*

En defensa de la intolerancia
Slavoj Zizek
Madrid, Sequitur, 2008, 123 pp.

Un libro complejo, de difícil diges- Muy distante de los argumentos (ju-


tión, sólido, actual y sobre todo rídicos, lingüísticos o políticos) ex-
contundente y preciso, donde se puestos por Vázquez (véase 2005),
trata sobre las inconsistencias del Zizek profundiza en una argumenta-
liberalismo moderno, sus falacias y ción filosófica y sociológica donde el
falsas promesas. posicionamiento de sujeto (véanse
Laclau y Mouffe, 1987) es el princi-
Dividido en 14 apartados, Slavoj pal detonante con respecto al lugar
Zizek fija su postura consecuente y que ocupan los ciudadanos dentro
duradera: el capitalismo mundial, de la esfera social, bajo condiciones
después de la caída del muro de del discurso social del fin de la his-
Berlín, ha fortalecido sus tentáculos, toria (véase Fukuyama, 1995) y la
trastoca todo en el ámbito social, sociedad al borde de un orden des-
invade la vida privada, penetra en centrado (véase Luhman, 1981).
nuestros sueños.
Inicialmente el autor se cuestiona
Polémico y provocativo, como lo ha sobre la difusión masiva de los fun-
sido en la decena de obras traduci- damentalismos y sus peligros, ante
das al español durante los últimos lo cual se plantea como alternativa
15 años, en esta obra diserta sobre asumir una posición multicultural.
los falsos dilemas de la tolerancia y Cuestionándose sobre la autentici-
el multiculturalismo. dad de este posicionamiento políti-

*
Maestro en Sociología Política por el Instituto de Investigaciones Sociales Dr. José María Luis Mora. Actualmente, jefe del Departa-
mento de Formación e Investigación adscrito al Centro de Formación y Documentación Electoral del IEEM.

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co de sujeto interroga, e inmediata- e involucrado en actividades de su
mente argumenta con lo que será su entorno y que además trasciende
idea principal: en la conformación de grupos iden-
titarios, por ejemplo, una mexicana
¿Y si la forma habitual en que se ma- inmigrante y residente en alguna
nifiesta la tolerancia multicultural ciudad de los Estados Unidos, que
no fuese… tan inocente como se nos además enfrenta problemas de des-
quiere hacer creer, por cuanto, táci- empleo y lucha por tener acceso a
tamente, acepta la despolitización la seguridad social o por educación
de la economía? para sus hijos, que acude a misa a
orar por los suyos y que, además,
Esta forma hegemónica del multicul- participa en actividades de orden po-
turalismo se basa en la tesis de que lítico; esta mujer es un actor social
vivimos en un universo post-ideoló- y político que encuentra sustento en
gico, en el que habríamos superado sus distintos posicionamientos. Al
esos viejos conflictos entre izquier- respecto, el autor señala:
da y derecha, que tantos proble-
mas causaron, y en el que las bata- Resulta evidente la diferencia entre
llas más importantes serían aquéllas esta subjetivación y el actual prolife-
que se libran por conseguir el reco- rar de “políticas identitarias” postmo-
nocimiento de los diversos estilos de dernas que pretenden exactamente lo
vida. Pero, ¿y si este multiculturalis- contrario, es decir, afirmar la identi-
mo despolitizado fuese precisamen- dad particular, el sitio de cada cual en
te, la ideología del actual capitalismo la estructura social. La política iden-
global? (Zizek, 2008, p. 11) titaria postmoderna de los estilos
de vida particulares (étnicos, sexua-
La prosa de Zizek versa en torno a la les, etc.) se adapta perfectamente a
idea de posicionamiento del sujeto, la idea de la sociedad despolitizada,
entendido muy lejanamente como de esa sociedad que “tiene en cuen-
aquél que se encuentra condiciona- ta” a cada grupo y le confiere su pro-
do por su pertenencia a una clase pio status (de víctima) en virtud de las
social (Marx, 1848), aquí argumenta discriminaciones positivas y de otras
que la condición que ocupa cada medidas ad hoc que habrían de ga-
sujeto es con base en su pertenencia rantizar la justicia social. Resulta muy
a distintos grupos sociales y la con- significativo que esta justicia ofreci-
secuente participación política y ubi- da a las minorías convertidas en víc-
cación como ciudadano, consciente timas precise de un complejo apara-

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to policial (que sirve para identificar a toma conciencia de las propias “raí-
los grupos en cuestión, perseguir judi- ces”, de la “verdadera pertenencia”,
cialmente al que viola las normas que ese momento en el que la distancia
les protegen —¿cómo definir jurídica- propia de la reflexión liberal resul-
mente el acoso sexual o el insulto ra- ta totalmente inoperante, de repen-
cista? etc.—, proveer el trato preferen- te, vagando por el mundo, nos en-
cial que compense la injusticia sufri- contramos presos del deseo absolu-
da por esos grupos): lo que se celebra to del “hogar” y todo lo demás, todas
como “política postmoderna” (tratar nuestras pequeñas preocupaciones
reivindicaciones específicas resolvién- cotidianas, deja de importar… estos
dolas negociadamente en el contexto “retornos a la sustancia” demuestran
“racional” del orden global que asig- ser impotentes ante el avance global
na a cada parte el lugar que le corres- del Capital: son, de hecho, sus in-
ponde), no es, en definitiva, sino la trínsecos soportes, el límite/condi-
muerte de la verdadera política. (Zi- ción de su funcionamiento, porque,
zek, 2008, pp. 46-47) como hace años señaló Deleuze,
la “desterritorialización” capitalis-
Asimismo, menciona que ta va siempre acompañada del re-
surgir de las “reterritorializaciones”.
mientras parece que todos estamos Para decirlo con mayor precisión, la
de acuerdo en que el régimen capita- ofensiva de la globalización capita-
lista global, post-político, liberal-de- lista provoca ineludiblemente una
mocrático, es el régimen del No-acon- escisión en el ámbito de las identi-
tecimiento (del último hombre, en tér- dades específicas.
minos nietzscheanos), queda por sa-
ber dónde buscar el Acontecimiento. Por un lado, está el llamado “fun-
La respuesta es evidente: mientras ex- damentalismo”, cuya fórmula ele-
perimentemos nuestra posmoderna mental es la Identidad del propio
vida social como una vida “no-sus- grupo, que implica la exclusión del
tancial”, el acontecimiento está en Otro amenazante: Francia para los
los múltiples retornos, apasionados franceses (frente a los inmigrantes
y a menudo violentos, a las “raíces”, argelinos), Estados Unidos para los
a las distintas formas de la “sustan- estadounidenses (frente a la inva-
cia” étnica o religiosa. Y ¿qué es la sión hispana)…
sustancia en la experiencia social? Es
ese instante, emocionalmente violen- Por otro lado, está la multicultural y
to, del “reconocimiento”, cuando se postmoderna “política identitaria”,

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que pretende la co-existencia en to- tud no consigue entender la especí-
lerancia de grupos con estilos de vi- fica jouissance [sic] cultural que in-
da “híbridos” y en continua trans- cluso una “víctima” puede encontrar
formación, grupos divididos en in- en una práctica propia de su cultu-
finitos subgrupos (mujeres hispa- ra que a nosotros nos resulta cruel y
nas, homosexuales negros, varones bárbara (las víctimas de ablación a
blancos enfermos de SIDA, madres menudo la consideran una manera
lesbianas…). Este continuo florecer de recuperar su dignidad como mu-
de grupos y subgrupos con sus iden- jeres), la segunda, no consigue en-
tidades híbridas, fluidas, mutables, tender que el otro puede estar ínti-
reivindicando cada uno su estilo de mamente dividido, es decir, que le-
vida, su propia cultura, esta incesan- jos de identificarse llanamente con
te diversificación, sólo es posible y sus costumbres, puede querer ale-
pensable en el marco de la globaliza- jarse de ellas y rebelarse: enton-
ción capitalista y es precisamente así ces la idea “occidental” de los dere-
como la globalización capitalista inci- chos humanos universales bien po-
de sobre nuestro sentimiento de per- dría ayudar a catalizar una auténtica
tenencia étnica o comunitaria: el úni- protesta contra las imposiciones de
co vínculo que une a todos esos gru- su cultura. No existe, en otras pala-
pos es el vínculo del capital, siempre bras, una justa medida entre el “de-
dispuesto a satisfacer las demandas masiado” y el “demasiado poco”.
específicas de cada grupo o subgru- Cuando el multiculturalista respon-
po (turismo gay, música hispana…). de a nuestras críticas con desespe-
(Zizek, 2008, pp. 47-48) ración “Cualquier cosa que haga es
equivocada: o soy demasiado tole-
Para Zizek (2008), “el multicultura- rante con las injusticias que pade-
lista liberal puede llegar a tolerar las ce el Otro, o le impongo mis valo-
más brutales violaciones de los de- res. Entonces, ¿qué quieres que ha-
rechos humanos o, cuando menos, ga?”, debemos responderle: “¡Nada!
no acabar de condenarlas por temor Mientras sigas aferrado a tus falsos
a imponer así sus propios valores al presupuestos, no puedes efectiva-
Otro” (p. 60). mente hacer nada”. El multicultura-
lista liberal no consigue comprender
La cuestión fundamental es enten- que cada una de las dos culturas ac-
der cómo se complementan estos tivas en esta “comunicación” es pri-
dos excesos, el DEMASIADO y el DE- sionera de un antagonismo íntimo
MASIADO POCO. Si la primera acti- que le impide llegar a ser plenamen-

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te “sí misma” —que la única comu- ciales, actores políticos y ciudadanos,
nicación auténtica es la de la “soli- compartan el valor simbólico de la
daridad en la lucha común”, cuando participación política como premisa
descubro que el atolladero en el que de la democracia, de las batallas a
estoy es también el atolladero en el favor de la igualdad social y, más aún,
que está el Otro. ¿Significa esto que la preservación de la fe y confianza
la solución está en admitir el carác- mutua como valores del ser humano.
ter “híbrido” de toda identidad?

Resulta fácil alabar la naturaleza hí- Fuentes consultadas


brida del sujeto migrante postmo-
derno, sin raíces étnicas y fluctuan- Fukuyama, Francis (1995). El fin de la
do libremente por distintos ámbitos historia y el último hombre. Barcelona:
culturales. Por desgracia, se con- Planeta.
funden aquí dos planos político-so-
ciales totalmente distintos. (Zizek, Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal
2008, pp. 61-62) (1987). Hegemonía y estrategia socia-
lista. Buenos Aires: Fondo de Cultura
Por el planteamiento, resulta suma- Económica.
mente seductora la posibilidad de
acudir a estas provocaciones, particu- Luhman, Niklas (1995). Poder. Bar-
larmente en nuestro contexto, donde celona: Anthropos/Universidad Ibe-
históricamente vivimos un periodo roamericana.
donde nuestro modelo social ha su-
frido un dislocamiento y el reacomo- Marx, Karl y Engels, Federico (1848).
do de sus piezas parece una tarea Manifiesto del Partido Comunista [Ver-
inacabable; una etapa en nuestra sión electrónica]. Recuperado el 24
vida colectiva pareciera que encon- de enero de 2011, de http://www.
trará próximamente un orden donde scribd.com/doc/103864/Manifiesto-
la incertidumbre sea la antesala de la del-Partido-Comunista
estabilidad, de la convivencia política
civilizada y, sobre todo, un gran espa- Vázquez, Rodolfo (Comp.) (2005). Tole-
cio en el que los distintos grupos so- rancia y pluralismo. México: Coyoacán.

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