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Con La Lanza y Con La Pluma 1 PDF
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La escritura de
Pedro Sarmiento de Gamboa
ISBN Nº 950-554-403-0
Impreso en Argentina
Indice
ABREVITURAS UTILIZADAS .................................................................................. 9
PRÓLOGO ................................................................................ 11
“UN LÍO QUE TIENE ADENTRO MUCHOS PAPELES Y ALGUNOS LIBROS” ....................................... 1 7
Abreviaturas utilizadas
Citado de los manuscritos
A.G.I. Archivo General de Indias
P. Patronato
N° Número
R. Rama
S. Serie
f. Folio
fs. Folios
r° Recto
v° Verso
10 MARÍA JESÚS BENITES
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 11
Prólogo
La descolonización de la cultura latinoamericana incluye la revisión de los
relatos sobre la identidad del continente. Desde antes de la Conquista, La Letra
proyectó una imagen virtual del Nuevo Mundo. Las representaciones estuvieron
signadas por la diferencia que transformaba a América en el Otro desconocido con
relación al conocimiento europeo del mundo.
lla en la que los hechos se inscriben no sólo en el texto sino en el cuerpo, una
escritura “de bulto”, la de este personaje cuyos escritos adquieren espesor casi
literario. Fascinado por el referente, Sarmiento de Gamboa está hechizado por su
propia pluma.
La escritura de María Jesús no sólo revisó los pasos del navegante, recorrien-
do lugares y estableciendo misteriosas relaciones sino que, siguiendo la huella de la
rasgadura del papel infringida por su pluma, reconstruyó los borrones y borradores
que dan cuentan de los movimientos de la mano. Su trabajo sobre las relaciones
merece una mención aparte y constituye un avance en cuanto a la tipología de los
discursos coloniales. El mérito se hace aún mayor cuando se piensa que la tarea se
realizó desde un lugar tan alejado de las grandes bibliotecas como aquél que “des-
cubrió” Sarmiento de Gamboa.
El análisis del corpus supuso una toma de postura dentro de los estudios
coloniales. La descolonización de la crítica colonial es un proceso constatable en el
salto producido en las lecturas de los fines del siglo XX. ”El poder para narrar, o para
impedir que otros relatos se formen y emerjan en su lugar, es muy importante para
la cultura y para el imperialismo, y constituye uno de los principales vínculos entre
ambos.” (Said: 1993,13). Rebelarse contra lecturas colonizadoras supone transitar
y rescatar la colonia como red discursiva, como totalidad, no ceder su interpreta-
ción a mediadores privilegiados, disputar el poder de interpretación de nuestros
discursos desde América Latina, apropiarnos de la agenda crítica, sin dejar de tener
en cuenta las interacciones con el centro imperial, oponer una narración crítica de
resistencia. Escribe el narrador mexicano Carlos Fuentes: “Entre nosotros, en cam-
bio, no hay un solo tiempo: todos los tiempos están vivos, todos los pasados son
presentes. Nuestro tiempo se nos presenta impuro, cargado de agonías resistentes.
La batalla es doble. Luchamos contra un tiempo que, también, se divierte con noso-
tros, se revierte contra nosotros, se invierte en nosotros, se subvierte desde noso-
tros, se convierte en nombre nuestro”.
Carmen Perilli
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 13
Nota Preliminar
A fines de 1997 emprendí la lectura de los escritos de Pedro Sarmiento de
Gamboa, cronista y viajero español del siglo XVI. Desde ese momento recibí de
ma-nera generosa el apoyo intelectual y afectivo de mi directora y maestra, Dra.
Carmen Perilli. Es para ella mi mayor gratitud y reconocimiento.
En 1999 se conformó la Comisión de Supervisión de la Tesis de Doctorado
Estructurado en Letras "La escritura en el Nuevo Mundo: Pedro Sarmiento de
Gamboa", integrada por la Dra. Elena M. Rojas Mayer y el Dr. Eduardo Rosenzvaig,
quienes acompañaron con sus conocimientos y estímulos este proceso. El trabajo,
defendido en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT en noviembre de 2003,
obtuvo la máxima calificación del jurado* y fue recomendado para su publicación.
Durante cuatro años, desde octubre de 1997 hasta noviembre de 2001, fui
becaria de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Tucumán,
primero con una Beca de Iniciación en la Investigación y luego de Perfeccionamien-
to. El último tramo lo realicé con el apoyo de una Beca de la Fundación Antorchas
bajo la Dirección de la Dra. Carmen Perilli. En todos los casos desarrollé mis tareas
de investigación en el Instituto Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos (IIELA)
de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán.
En el itinerario de esta tesis de doctorado he recorrido, en ocasiones física y
otras imaginariamente, con distintos objetivos y anhelos, las mismas geografías
que Sarmiento. En 1999 busqué material documental en el centro “Bartolomé de las
Casas” de Cusco, Perú. En esa ciudad imperial traté de encontrar, inútilmente, algún
rastro (ya sea un manuscrito o una inscripción en alguna propiedad) que manifesta-
ra su prolongada estadía allí.
* El jurado estuvo integrado por las Doctoras Elena M. Rojas Mayer, Silvia Tieffemberg, Victoria
Cohen Imach y por los Doctores Eduardo Rosenzvaig y Raúl F. Nader.
14 MARÍA JESÚS BENITES
1
Este documento fue también editado por el historiador peruano Carlos A. Mackehenie bajo el
título de “Secuestro de los bienes del capitán Pedro Sarmiento de Gamboa, hecho por la
Inquisición de Los Reyes (Año de 1575)”. En Cuadernos de Estudio, Tomo I, N° 3, Instituto de
Investigaciones Históricas de la Universidad Católica del Perú (1941, 216-225).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 19
poder en España. Por otro, investigando diversas ciencias y artes como la astrono-
mía, la historia, la navegación, y también otras, esotéricas, como la quiromancia y
la invención de tintas hechiceras, que lo enfrentan con los temibles tribunales inqui-
sitoriales.
Ese resquicio, detalle imperturbable a través de los siglos, deja expuesto, de
manera metafórica las certezas, quiebres y reclamos de una voz. El inventario que
detalla un patrimonio integrado de restos, de objetos gastados, revela sus tonos.
2
En el siglo XVII sus viajes al Estrecho de Magallanes mencionados en la obra Argentina
y conquista del Río de la Plata de Martín del Barco Centenera (1602).
3
El volumen se tituló Viaje al Estrecho de Magallanes por el capitán Sarmiento de Gamboa en
los años de 1579 a 1580 y noticia de la expedición que después hizo para poblarlo.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 21
4
Colección Muñoz, Tomos X, XXXVII, XXVI. Colección Fernández de Navarrete, Tomos XX,
XXII, XXVI, XXVIII.
5
El texto es reeditado en 1943 y 1947. En esta última edición Rosenblat amplió su estudio
introductorio.
22 MARÍA JESÚS BENITES
6
La edición posee además un estudio preliminar a cargo de Armando Braun Menéndez quien se
detiene en los inauditos avatares que recorren la vida del navegante. Braun Menéndez se ha
dedicado a la figura y viajes de Sarmiento de Gamboa en su obra Pequeña Historia Magallánica
(1937).
7
En su edición de los viajes Rosenblat adjuntó un inestimable “Glosario de voces marítimas y
antiguas” donde reúne todos los términos marítimos que emplea Sarmiento de Gamboa y que
pueden ofrecer dificultades al lector. (Tomo II, 391–468).
8
Me refiero a obras como Historia de la Literatura Hispanoamericana de Enrique Anderson
Imbert (1954); La literatura peruana (1950) e Historia comparada de las literaturas america-
nas (1973) ambas de Luis Alberto Sánchez, entre otras.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 23
9
Tanto Mignolo como Adorno señalan que retoman el concepto de discurso colonial propuesto
por Peter Hulme en Colonial Encounters (1986).
10
La expresión pertenece al Inca Garcilaso de la Vega. Comentarios Reales. Libro I, Capítu-
lo XV.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 25
blece en quien los recorre están precedidas por el concepto de “geografía imagina-
ria” de Edward Said (1990).
Este libro sobre la escritura de Sarniento de Gamboa está estructurado en
tres partes tituladas: “Historia Índica: la escritura de la dominación”, “Las relaciones
de los viajes al Estrecho de Magallanes: la escritura de la exploración” y “Las car-
tas: la escritura de la súplica”. Para la determinación de cada una de ellas se han
considerado distintos criterios.
El primero es cronológico y por eso lo inaugura Historia Índica finalizada en el
año 1572.11 Le siguen los textos de las sucesivas expediciones al Estrecho de
Magallanes escritos entre los años 1580 y 1590. El orden en que analizo cada una de
las relaciones responde internamente a una disposición temporal: Relación del pri-
mer viaje al Estrecho de Magallanes (1580), Relación de lo sucedido a la Armada
Real (1583), Relación sobre lo sucedido en el Estrecho (1584), Sumaria Relación
(1590). El conjunto de cartas conforma la tercera parte, ya que al estar escrito
entre los años 1572 y 1592 permite volver a recorrer y concluir el itinerario.
El segundo criterio es el tipológico. En la base del abordaje se encuentra la
problemática de los tipos textuales ya que cada uno de ellos plantea una revisión de
esas categorías. La escritura sobre los incas permite revisar los conceptos de cróni-
ca e historia; en el análisis de las relaciones establezco diferencias entre las Rela-
ciones Geográficas de Indias, diseñadas a partir de la “Instrucción y Memoria” o
Cuestionario y las escritas por Sarmiento. El trabajo con las cartas conlleva asimis-
mo una distinción que parte de la intencionalidad misma del texto.
El tercer criterio atiende a los cambios de posición del sujeto que escribe. Los
tonos que recorren el corpus se modifican y quiebran en el ejercicio compulsivo que
es para Sarmiento escribir. Esa voz que guía la pluma está marcada por los quie-
bres. Es ese desplazamiento del triunfo al fracaso, de la euforia al descontento, del
deslumbramiento a la decepción el que traza este recorrido y que es acompañado,
de acuerdo a las circunstancias enunciativas, por distintos tipos textuales.
Historia Índica respalda, de modo incuestionable, el modelo imperial de do-
minio en los Andes. Su elaboración se encuentra supeditada a las presiones políticas
11
En 1568 Sarmiento escribió una relación breve e inconclusa sobre su viaje a las Islas Salomón.
En el capítulo “Yo declaro de mí ser más malo que los malos”, me detengo en este tex-
to.
26 MARÍA JESÚS BENITES
dominantes, a las que respalda de manera incuestionable. Para afianzar sus argu-
mentaciones el historiador funda su escritura en textos anteriores, como en Relectio
de Indis de Francisco de Vitoria (1539).
Analizo esta obra porque Sarmiento explicita no sólo su admiración por el
pensamiento escolástico de Vitoria, sino también porque recurre a los argumentos
vitorianos que, fundados en la noción aristotélica de la esclavitud natural, permitie-
ron propugnar un conjunto de reglas para controlar jurídica y teológicamente el
proceso de conquista y colonización del Nuevo Mundo. El soporte teórico para desa-
rrollar este aspecto se funda en los estudios de Anthony Pagden (1988, 1997) y
Francisco Castilla Urbano (1992).
Al analizar Historia Índica advertí la necesidad de contraponer su discurso a
uno surgido desde la resistencia indígena al poder colonial en el Perú, me refiero a
la Instrucción de Titu Cusi Yupanqui (1570), primera voz indígena que propone una
praxis en la que se advierte el “traumatismo de la conquista” que postula Nathan
Wachtell. (1971). Titu Cusi cuestiona los mecanismos de apropiación territorial im-
pulsados por los españoles y reclama, postulando su legitimidad como sucesor de
los incas del Cusco, la devolución de las tierras.
Asimismo, me detengo en el abordaje teórico sobre los modelos historiográficos
en el período colonial para distinguir crónica e historia (Mignolo: 1981, 1982, 1992,
1995). En la determinación de los procedimientos del discurso histórico acudo a tra-
bajos cuyas concepciones no responden, de manera específica, a la etapa colonial
en Hispanoamérica pero que sí brindan instrumentos para analizarlo (Hayden White:
1992, 1998). Los capítulos sobre Historia Índica comprenden la ubicación de la obra
en el conjunto de escritos sobre los incas que se producen en Perú durante el siglo
XVI (Luis Alberto Sánchez: 1950; Raúl Porras Barrenechea: 1986; Nicole Girón de
Villaseñor: 1975; Raquel Chang-Rodríguez: 1991) y se completan con material es-
pecífico, como los estudios de Richard Pietschmann (1906), Hans Steffan (1912) y
José Miguel Barros Franco (1983).
La segunda parte está dedicada al análisis de las relaciones de los viajes al
Estrecho de Magallanes. En un principio trabajé con la edición preparada por Án-
gel Rosenblat. La lectura de estos escritos permitió advertir la necesidad de estable-
cer diferencias dentro de las formaciones discursivas que se denominan “relacio-
nes”.
Walter Mignolo (1982) distingue rasgos organizativos y pragmáticos y deter-
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 27
12
Derrotero del Camino y navegación que hizo la armada del mando del general Diego Flores
Valdés, que salió de Sanlúcar el 9 de diciembre de 1581 para el Estrecho de Magallanes y
Relación de los capitanes y naos, maestres y pilotos que Su Majestad proveyó para la armada
que invió en la jornada del Strecho de la Madre de Dios, antes llamado de Fernando de
Magallanes, y lista de los pobladores del Estrecho.
30 MARÍA JESÚS BENITES
tiante de auxilio para los pobladores del Estrecho. Esta etapa corresponde a las
cartas redactadas entre los años 1582 a 1585. En las misivas que escribe en 1589 el
pedido de socorro es para él mismo, preso en el Castillo Infernal. El sujeto que re-
clama lo hace desde el lugar del agraviado, de aquel cuya honra y fama se han visto
tan ultrajadas que lo único que puede ofrecer son sus pesares.
He recurrido, fundamentalmente, a las distinciones que realiza María Antonia
Heredia Herrera (1972; 1974; 1977). Además relaciono el abordaje de las epístolas
con las partes de la dispositio retórica ya que Sarmiento apela a sus conocimientos
de oratoria y las estructura de acuerdo a un objetivo propio sin condicionamientos.
Las citas utilizadas en el trabajo han sido extraídas de las ediciones de Ángel
Rosenblat de la Historia Indica y de los Viajes al Estrecho de Magallanes. De todas
maneras, cuando es relevante, señalo las diferencias con las demás ediciones con-
sultadas, fundamentalmente con la de Pablo Pastells. En todos los casos realizo, en
nota al pie, una descripción del manuscrito.
Versos de la Odisea13 inauguran cada uno de los capítulos de la tesis. Ya la
escritora peruana Rosa Arciniega (1956) vincula a Sarmiento con Ulises. Sus via-
jes, marcados por el infortunio, hacen inevitable esta comparación. Ambos parten a
lugares remotos acompañados por quienes morirán en el trayecto, en recorridos de
muerte, hambre y olvido. Ulises navega durante veinte años desde Troya hasta
Itaca. Sarmiento de Gamboa, dedica los últimos diez años de su vida a colonizar
una tierra desolada sin metales ni aromática especiería para guardar en torres de
oro.
Homero canta el destino épico de Ulises; Sarmiento escribe impulsado por la
necesidad de referir desgarradores acontecimientos que componen una intermina-
ble odisea: la de su propia existencia.
13
Buenos Aires: Planeta (1999). Todas las citas corresponden a esta edición.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 31
Odisea, Canto I
Fragmento de un poema
de Pedro Sarmiento, 1590.
32 MARÍA JESÚS BENITES
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 33
La mañana del 6 de enero de 1587 una flota inglesa comandado por Thomas
Cavendish atraviesa el Estrecho de Magallanes. Francis Pretty maestre de la empre-
sa, refiere uno de los acontecimientos impensados que les deparó esa incursión.2
Los españoles que estaban allí habían venido a fortificar los Estre-
chos, con el fin de que ninguna nación tuviera paso por ellos al Mar del
Sur, salvo ellos, pero, según parece, ésa no fue la voluntad de Dios.
Porque durante el tiempo que estuvieron allí, que fueron por lo menos
dos años, jamás pudieron tener cosa que creciera o que de cierto
modo prosperara. Y, por otra parte, los indios caían a menudo sobre
ellos, hasta que sus bastimentos se volvieron tan escasos (las provisio-
nes que habían traído de España estaban consumidas, y no tenían me-
dio de renovarlas) que murieron como perros en sus casas, y vestidos,
y así los encontramos a nuestra llegada.3
1
Frase extraída de la Sumaria Relación de 1590.
2
El título completo del texto es “El admirable y próspero viaje del venerable maestre Thomas
Candish, de Trinley, condado de Suffolk al Mar del Sur, y desde allí alrededor del mundo,
comenzando en el año 1586 de Nuestro Señor, y terminado en 1588. Escrito por el maestre
Francis Pretty, últimamente en Ey, Suffolk, un gentilhombre que participó en el viaje” y fue
publicado en los Hakluyt’s Voyages. Londres (1927: Tomo VIII, 206-255).
3
Tomo esta cita de la edición de Rosenblat quien tradujo fragmentos del texto en el “Epílogo” a
Viajes al Estrecho (Tomo II, 367-372).
34 MARÍA JESÚS BENITES
A pesar de esta afirmación, hecha por el propio acusado, los biógrafos (como
Amancio Landín Carrasco o Ernesto Morales, entre otros) sostienen que los datos
sobre el origen de Sarmiento de Gamboa no son precisos. Su probable nacimiento
en Alcalá de Henares es aproximadamente entre los años 1532 y 1539. Sin embar-
go, sus contemporáneos se refieren a él como el "Caballero de Galicia" ya que está
comprobado que vivió su infancia en Pontevedra.5
Sus conocimientos matemáticos, cosmográficos y el dominio de las lenguas
clásicas hacen suponer a sus biógrafos que estudió en la Universidad de Alcalá o en
la de Sevilla.
Alrededor de 1555 se embarcó con destino al Nuevo Mundo donde “vino a
buscar cómo ser aprovechado” (T. II, 262), y arribó a la ciudad de Puebla de los Án-
geles en el Virreinato de Nueva España. En 1557, fue azotado públicamente por or-
den de la Inquisición.
4
Ángel Rosenblat (Tomo II, 262) copió este documento de Historia del Tribual del Santo
Oficio de la Inquisición en Chile de José Toribio Medina (1890: Tomo I, 309 – 338). Todas
las citas de la entrevista durante el juicio pertenecen a la edición de Rosenblat que se en-
cuentra en el “Epílogo”.
5
Bartolomé Leonardo de Argensola en su Historia de las Molucas (1609). Fernández de
Navarrete (1848) también ha sostenido la idea de que Sarmiento era gallego. Rosenblat señala
en reiteradas oportunidades cómo algunos modismos propios del habla gallega se filtran en la
escritura de Sarmiento.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 35
Este episodio lo obligó a dejar Nueva España y huir hacia el Perú donde don
Andrés Hurtado de Mendoza, segundo marqués de Cañete ocupaba el cargo de Vi-
rrey. Durante un período de, aproximadamente, cuatro años se supone que enseñó
gramática latina en algún colegio dominico o en la Universidad de Lima ya que su
nombre, cargo y sueldo figuran en las libranzas y provisiones realizadas durante
ese período.
Cuando en 1561, don Diego López de Zúñiga y Velasco, conde de Nieva, asu-
mió como Virrey del Perú, Sarmiento de Gamboa, trabó con él una estrecha amis-
tad ya que la nueva autoridad -además de su afición a las aventuras galantes-
estaba, en la misma medida que Sarmiento, profundamente interesada en temas
astrológicos. Richard Pietschmann (1906) apunta una extraña anécdota.
6
En Ángel Rosenblat (1947). Nota preliminar a Historia de los Incas (16).
7
Cito de la edición traducida por la Universidad de San Marcos, 1964. Ernesto Morales (1932) se
pregunta “Este astrólogo ¿no sería Pedro Sarmiento de Gamboa? (42).
8
“La opinión general es que el Virrey por instigación de un marido celoso, fue asaltado en
unpaso nocturno por las calles de la ciudad, y matado a golpes, mediante largas mangueras de
arenas”. Nota al pie de Pietschmann (36).
9
En una cédula firmada el 25 de enero de 1569, Felipe II instituyó el Tribunal del Santo Ofi-
36 MARÍA JESÚS BENITES
Las acusaciones sobre las que tiene que responder en el juicio son dos. La
primera, y menos importante, se centró en los dichos de una criada del Conde de Nieva
llamada Paiba quien le acusaba de haberle ofrecido una tinta con cualidades amorosas.
ce que los dichos anillos son lo que ese confesante mandó hacer al
maestro Duarte, e que por ellos los tiene, porque cotejados con los
que están figurados en el libro tienen las mismas letras y caracteres y
fábrica. (…). El dicho Pedro Sarmiento exhibió ante Su Señoría dos
cuadernillos escritos en pergamino, de marca menor. (…). Y asimismo
exhibió en un papelillo una figura de otro anillo, que tiene escrito enci-
ma “tercero”; y exhibió un anillo de plata con ciertas letras y caracte-
res, que dijo ser el planeta Marte, el cual anillo y cuadernillos el dicho
Pedro Sarmiento dio espontáneamente. (…). Fuele preguntado si al
tiempo que el dicho platero hizo los dichos anillos, este confesante
hacía algunos movimientos con los ojos o con las manos o otra parte
de su cuerpo y decía algunas palabras y que palabras eran. Dijo que
no hacía movimiento ninguno aplicado ni enderezado a la obra de los
anillos, ni decía palabras para el dicho efecto más de dar prisa para
que se acabasen presto (263).
Los testigos son Francisco de Lima, secretario del Conde de Nieva, don Juan
de Velasco, hijo del Conde y Gaspar Losada, amigo del acusado, a quien Sarmiento
había ofrecido los anillos y los papeles e indicado que se dirigiese a las afueras del
pueblo para hacer un cerco dejándole una puerta orientada hacia donde sale el sol.
Luego, que tuviese en una mano el anillo y en otra los papeles mientras leía en voz
alta los textos de los cuadernillos. Finalmente, debía enterrar un espejo y después de
ciertos días sacarlo ya que en él podría leer cuanto necesitara saber sobre el futuro.
a este testigo: “Pues haré todo lo que vos quisieres y haré juramento”.
E así ambos a dos juntos se vivieron a esta iglesia del Hospital de
Santa Ana, y se fueron a un altar, y el dicho Pedro Sarmiento puso la
mano encima de una ara que en el dicho altar estaba y juró a Dios y a
aquella ara consagrada de no usar siempre jamás de los anillos ni de
los dichos papeles, y quemar todos los dichos papeles (267 - 268).
11
Teodoro Hampe Martínez (1998) señala que durante la existencia del Santo Oficio de Li-
ma fueron procesadas doscientas nueve personas por el delito de hechicería, de las cua-
les tres cuartas partes eran mujeres. El delito de hechicería comprendía según el au-
tor, las siguientes prácticas: la nigromancia, la quiromancia, la astrología, los sortilegios (16 - 17).
12
José Toribio Medina (1956) señala que se abjuraba de levi cuando el procesado parecía
levemente sospechoso en la fe, cuando la sospecha era grave, debía abjurar de vehementi.
Para el primer caso existía una fórmula preestablecida que el acusado debía recitar en la capilla
del Tribunal delante de numerosas personas, leyéndose previamente en voz alta el Credo y
otros artículos de fe. El autor señala que los indicios de sospechas de fe lo constituían,
tratándose del judaísmo, ponerse camisa o ropa limpia en sábado, quitar la gordura a la carne
que se había de comer, rezar los salmos sin Gloria Patri, etc.; del mahometismo, levantarse a
comer antes del amanecer, lavarse la boca y tornarse a la cama, lavarse los brazos hasta los
codos, no comer tocino, ni beber vino; de otras herejías, ser brujo o hechicero, decir la
buenaventura por las rayas de las manos, etc. (119 - 120).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 39
Desde su primer viaje Cristóbal Colón asocia las míticas islas con las tierras
a las que arriba. El Almirante identifica a La Española con Ofir y Tarsis en las cuales
el Rey Salomón, según refiere el Antiguo Testamento, había encontrado el oro, las
piedras preciosas y la madera de sándalo con la que se construyó y decoró el
templo de Jerusalén.13
Con la expectativa de encontrar estos fabulosos territorios, Lope García de
Castro, quien ocupaba el cargo del fallecido Conde de Nieva, organiza una flota
compuesta por dos navíos que zarpa el miércoles 19 de noviembre de 1567. Como
13
En relación con este mito de Ofir y Tarsis hay quienes afirmaban que los incas del Perú
descendían de una de las tribus de Israel ya que era probable que las barcas salomóni-
cas hubiesen llegado a las costas peruanas por el Océano Pacífico y allí encontrado los te-
soros del Imperio Incaico. El padre José de Acosta en su Historia natural y moral de las In-
dias (1590) se opone por parecerle absurda esa posibilidad. De todos modos hasta fines
del siglo XVII se siguieron preparando empresas en su búsqueda. En Juan Gil (Tomo II,
1989).
40 MARÍA JESÚS BENITES
14
Relación de Sarmiento de cuando fue con Álvaro de Mendaña por el Mar del Sur. El ma-
nuscrito se encuentra en el Archivo General de Indias, Patronato 18, N° 10, R. 8. Sigo la trans-
cripción que Amancio Landín Carrasco incluye en el Apéndice Documental a su Vida y viajes
de Pedro Sarmiento de Gamboa (1945: 215- 233). A esta edición corresponden todas las citas.
Existe otra edición del texto en la Colección de Documentos Inéditos del Archivo General
de Indias (1875). Hay otra versión incompleta de este texto en Páginas del descubrimiento de
las Islas Salomón (1568) según las relaciones del pontevedrés Sarmiento de Gamboa y
Alvaro de Mendaña, en la cual -como su título lo indica- se incluyen fragmentos de las relacio-
nes de los dos navegantes.
Mendaña escribió dos versiones de su viaje a las Islas Salomón. Dos de ellas, seguramente de
1569, se encuentran en la Colección de Documentos Inéditos del Archivo General de Indias
(1875) copiadas de la Colección Muñoz. La primera se titula Esta es una breve relación que
se ha recogido de los papeles que se hallaron en esta ciudad de La Plata, acerca del viaje y
descubrimiento de las islas del Poniente de la mar del sur, que comúnmente llaman de
Salomón. (210 – 221). La segunda relación, más extensa, fue ingresada como Esta es la
relación y suceso de las cosas que han sucedido y pasado en el descubrimiento de las islas
que el ilustre Sr. Alvaro Davendaña fue a descubrir el año 1567 hasta 1568, por mandado del
muy ilustre Señor Licenciado Castro, su tío, gobernador y presidente de los reinos del Perú.
Va sacada de verbo ad verbum de la que al señor a Felipe II y escrita desde Lima el 11 de
septiembre de 1569. Apa rece en la Colección Velázquez, Tomo XXXVI y en la Historia del
descubrimiento de las regiones australes Tomo II de Justo Zaragoza, Madrid, 1880. La docu-
mentación sobre el viaje de Mendaña es registrada además en The discovery of the Solomon
Islands by Alvaro de Mendaña in 1568 de Lord Amherst of Hackney y Basil Thomson. Hakluyt
Society, Londres: 1901.
Otra relación que refiere estos acontecimientos es la del piloto Hernando Gallego, cuyo manus-
crito se conserva en el A.G.I. P. 18, N° 10, R. 4. Existe además un texto escrito por el Escribano
Mayor de la Armada que acompañaba a Mendaña, Gómez Hernández Catoira que ha sido
publicado en Australia Africana Vol. II de Celsus Kelly. Madrid: 1965 –1969.
Finalmente, se conserva un manuscrito anónimo sobre este viaje, encontrado en Bibliote-
ca Nacional de París y publicado por Fernández Duro en el Boletín de la Sociedad Geográfica
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 41
daña. En el escrito señala que por propia voluntad cedió el cargo de “General desta
jornada á Aluaro/ De Mendoça15 sobrino del Gouernador reseruando en su el cargo
de Todo el trauajo de juntar la gente y pertrechos y el Viage y descubrimiento”
(216).
El texto refiere en orden temporal los avatares de la expedición acentuando
la incapacidad del General para comandar la empresa.16 El narrador apunta cada
día el modo en que Álvaro de Mendaña lo desplaza en la toma de decisiones y la
progresiva desautorización a la que se ven sometidos sus consejos.
de Madrid en 1895.
15
Confusión por Mendaña.
16
Es interesante comentar que, en sus relaciones, Mendaña menciona de manera ocasional a
Sarmiento de Gamboa, éste es una figura casi ausente que ha sido prácticamente borrada de
los acontecimientos. Sólo en algunos tramos aparece su nombre para identificar un accionar
irrelevante. Además, cada intervención de Sarmiento en el texto es cumpliendo un mandato de
Mendaña: “y mandé al capitán Pedro Sarmiento que el lunes, que se contaron 16 del dicho mes
de hebrero, se partiese con diez y seis soldados (...)” (246).
Esta marca textual hace que el autor, que a diferencia de la escritura sarmientina no es la de un
sujeto textual diferido, sino en una contundente primera persona (“yo dije”, “yo acordé”, entre
muchos ejemplos), se construya como quien toma las decisiones dentro de la Armada. En
contraposición, el accionar de Hernado Gallego, el piloto mayor, está siempre referido. Eviden-
temente, esta escritura, cuya fecha exacta de producción se desconoce, tiene la función de
autojustificar su accionar frente a posibles críticas y cuestionamientos por el rotundo fracaso
colonizador de la expedición.
42 MARÍA JESÚS BENITES
tivas relaciones personales y asimétricas con los demás miembros de las empre-
sas, será una constante en los escritos de viajes de Sarmiento. El narrador se
presenta en permanente choque con Mendaña, quien de manera sistemática des-
atiende sus “consejos” y prevenciones. Escribir es el medio que autoriza su posición
de piloto y cosmógrafo.
Por que la tierra nos quedaua a mano izquierda la buelta del sur y
del Susudeste y que ya que no lo quisiese creer a el [a Sarmiento]
diese algun credito a tantas pajarerias y rrabiocardos piqueros y
Gabiotas que Venian de hazia el Sur y sudueste por la mañana y a la
tarde tornauan a donde por la mañana auian Venido y lo que hera mas
cierta señal truenos y Relámpagos del Sur y sudueste por que segun
Regla Natural La gruesa Materia que causa semejantes efectos natu-
rales es causa de los pesados bapores de la Terra y no de las leues
excilaciones de la Mar y asi es prouadisssima experiencia que quando
Vamos de alto golpho y oymos truenos y Relampagos damos luego en
tierra breuemente asi a la parte que se oyen porque Las tales nubes y
meteuros Rompen sobre la propia tierra – con estas y otras muchas
persuasiones Le dezia mandazse guiar la derrota La buelta de donde
las señales parecian y que si no saliese cierto que le echasen a la Mar
como a hombre que auia engañado a su Rey y Señor (218).
17
Rosa Arciniega (1952) refiere que existieron dos razones para bautizar la isla con ese nombre:
“Santa Isabel, porque el día que salieron del Perú correspondía a esa santa y de la Estrella,
porque cuando entraban con las naves al puerto de Samba, con todo y ser la hora exacta del
más claro mediodía ‘vieron en el cielo una estrella refulgente’ que parecía guiarlos hacia un
fondeadero resguardado” (57).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 43
18
En este punto, las opiniones difieren. Ernesto Morales (1931), en tono elocuente afirma “Él
[Sarmiento] buscaba algo más lejano e incierto, no es imposible de que fuera Australia”. p.86.
Otros estudiosos, como Pietschmann, Landín Carrasco o Rosenblat, se centran en los impedi-
mentos de los cuales fue objeto Sarmiento ya que no le permitieron trazar los rumbos adecua-
dos para engrandecer, aún más, los dominios imperiales. “Sarmiento debió de barruntar la
existencia de tierras desconocidas en aquellas latitudes, y por eso trató de extenderse en los
reconocimientos marítimos; pero tropezó para ello con la poca diligencia del general y sus
acompañantes. Nadie, sino Dios, puede adivinar lo que habría ocurrido si Sarmiento de Gamboa
hubiese logrado ensanchar el área de aquella exploración”. En Landín Carrasco: 1945, 58.
19
Por lo que se deduce de la relación de Sarmiento, había muchos marinos interesados en
continuar el derrotero en busca de aquellas tierras desconocidas.
20
En Rosenblat. Tomo II.
44 MARÍA JESÚS BENITES
rompió”21 (174).
El arribo final al puerto del Callao se produce el 11 de septiembre, veintidós
meses después de la partida. El panorama político de Lima era distinto ya que Felipe
II había nombrado a Francisco de Toledo como nuevo Virrey.22 Ante él y la Real
Audiencia de Lima, se realiza un careo entre el subalterno obstinado y Mendaña.23
Toledo, encuentra razonables los argumentos y conducta de Sarmiento y decide
nombrar al viajero “Cosmógrafo General de los Reinos del Perú”.
21
Catoira refiere en su texto una versión diferente ya que señala que Mendaña trató de apresar
a Sarmiento quien huyó junto con un esclavo.
22
Toledo provenía de una familia de la realeza y había servido a Carlos V, desde los quince años,
en Flandes, Francia y Alemania. Durante el reinado de Felipe II ocupó el cargo de Mayordomo
Real hasta que se decidió nombrarlo, con cincuenta y cuatro años, Virrey del Perú.
23
Toledo justificó en cierta medida al Capitán aludiendo que el fracaso de la empresa se debía a
que era demasiado joven e inexperto para haberla comandado. La obsesión de Mendaña por
explotar las tierras de Ofir se asemeja, sólo en este aspecto, a la Sarmiento de Gamboa por
colonizar el Estrecho de Magallanes. Luego del careo entre ambos volvió a España, donde
consiguió que el rey firmara, el 27 de abril de 1574, la anhelada capitulación para volver a las
islas. Las críticas e impedimentos hicieron que no pudiera regresar al Perú sino hasta 1576,
pregonando que realizaría la expedición. Nuevamente se vio enfrentado a Sarmiento ya que,
luego de largos preparativos la incursión del pirata Francis Drake de 1579 en las costas del
Pacífico ocupó a los hombres que había conseguido para el viaje. El 17 de junio de 1595, casi
veinticinco años después del primer viaje, Mendaña partió finalmente con rumbo a las Islas
Salomón.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 45
Primera Parte
HISTORIA ÍNDICA
LA ESCRITURA DE LA DOMINACIÓN:
46 MARÍA JESÚS BENITES
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 47
Capítulo I
La escritura imperial de la
historia sobre los incas
48 MARÍA JESÚS BENITES
I- Noticias
Historia Índica
Pasaron más de trescientos años para que la “verdad” de esa historia “an-
duviese impresa”. Los avatares que sufre la edición de Historia Índica se asemejan
a la azarosa vida de su autor. Es probable que el manuscrito al arribar a España
haya sido enviado a Holanda para una impresión que nunca se concretó.
Marcos Jiménez de la Espada en Tres relaciones de antigüedades peruanas
(1879) esgrime, después de infructuosas búsquedas, la posibilidad de que el libro se
1
Párrafo extraído del estudio preliminar a La Historia Índica de Richard Pietchsmann. 1964,
57 - 58.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 49
haya perdido para siempre. Se desconocía que desde 1772 el documento se encon-
traba en posesión de Abraham Grenovius, bibliotecario de Leiden. A fines del siglo
XIX, el Gobierno de Prusia encarga la catalogación de los manuscritos de la Biblio-
teca de la Universidad de Gotinga. Esta tarea es confiada a Wilhelm Meyer, quien
encuentra el manuscrito y difunde su hallazgo en un Catálogo de la Real Sociedad
de Ciencias de esa universidad en 1893.
El estudioso Richard Pietschmann2 tiene a su cargo la primera edición del
texto, publicada en Berlín en 1906 con el título Geschichte des Inkareiches con no-
tas y un importante estudio preliminar. En él Pietschmann describe su “primer en-
cuentro” con el manuscrito: “utilizó el encuadernador antiguas coberturas de libros
de adecuado tamaño y de cuero de chancho, de un color verde, el cual, sin embar-
go, fue recubierto con una fina seda de vivo color rojo. Cuando, en 1889, vi por
primera vez el libro, el forro estaba ya deshecho, y a causa de las averías exteriores,
el manuscrito hubo de ser nuevamente encuadernado en marroquín”3 (1964, 14).
En 1942, 1943 y 1947 Ángel Rosenblat, partiendo de Pietschmann lo del ma-
nuscrito, edita la obra bajo el título de Historia de los Incas.4 Rosenblat acompaña
la publicación con un estudio preliminar de carácter biográfico y realiza una enco-
miable labor filológica que sistematiza la ortografía y puntuación y, en algunos ca-
sos, enmienda las notas históricas y lingüísticas de la edición alemana y en otros,
incorpora, al pie, nuevos comentarios acerca del texto. Sobre esta edición se basa la
2
Es importante destacar que Pietschmann es quien descubrió, en un anaquel de la Biblioteca
Real de Copenhague, el manuscrito de Nueva Coronica y Buen Gobierno de Guamán Poma de
Ayala.
3
El manuscrito lleva la indicación de Cod. Ms. Hist. 809 y las medidas del papel son 29.1/2:20 cm.
Para la dedicatoria al rey se utilizaron diez hojas blancas, de buena calidad. El texto de la
historia está escrito en un papel menos consistente y tiene ciento treinta y un folios numerados
y un apéndice de cinco folios, sin numerar. En esas diez primeras hojas se encuentran distintos
ornamentos. Entre los que menciona Pietschmann aparecen el escudo de Castilla y León
flanqueado por dos columnas coronadas, envueltas en cintas donde se lee, a la izquierda
“Plus” y a la derecha “Ultra”. La letra del manuscrito no es la de Sarmiento de Gamboa, quien dio
a copiar el texto y firmó, como se acostumbraba, bajo la dedicatoria al Rey. Según Pietschmann
la letra del original es cuidada y se advierte el esmero del copista ya que dejó espacios en
blanco para aquellas palabras que no pudo leer correctamente y que luego fueron agregadas
de puño y letra por Sarmiento de Gamboa.
4
Todas las citas corresponden a la edición de 1947. Buenos Aires: Emecé.
50 MARÍA JESÚS BENITES
más reciente Historia de los Incas (1988) publicada por la editorial Miraguano.5
Historia Índica comprende la segunda parte de un proyecto mayor titulado
Historia general llamada Índica que Sarmiento de Gamboa nunca llega a desarro-
llar.6 Él mismo refiere que:
Si bien el proyecto consta de tres partes, son claros los móviles que hacen
que el historiador se vea obligado a escribir la segunda parte y que, con el transcu-
rrir del tiempo, haya quedado desdibujada y quizás hasta olvidada la intención de
referir los sucesos que promete. La escritura responde a un mandato del virrey
Toledo, señalado reiteradamente por su autor en distintos pasajes de la obra, quien
le designa Alférez General e Historiador de la comitiva que lo acompañará, por casi
cinco años, en su conocida Visita General por el reino del Perú.
Estudiosos de la literatura peruana como José de la Riva-Agüero, Luis Alberto
Sánchez, Raúl Porras Barrenechea, de la historia del imperio incaico como Louis
Baudin entre otros, han determinado, a partir de distintos criterios, una clasificación
de las crónicas y de los cronistas que refieren los sucesos de la conquista y coloni-
zación del Perú, desde la llegada de Francisco Pizarro en 1532.
Riva Agüero, en La historia en el Perú (1910), adopta una clasificación de
acuerdo al origen de los autores: españoles, indios y mestizos. Sánchez (1929)
distingue entre los “escritores que observan y estudian, sobre todo, el terreno mis-
5
En el Tomo III de su obra Don Francisco de Toledo. Supremo organizador del Perú, Roberto
Levillier incluye Historia Índica de Sarmiento de Gamboa. 1942, 3 - 154.
6
Es probable que la idea de escribir una Historia General partiera de obras que tenían gran
circulación en ese momento como Historia General y Natural de la Indias de Gonzalo Fernández
de Oviedo -publicada en Sevilla en 1535 y la polémica Historia General de la Indias y la
conquista de México de Francisco López de Gómara, editada en Zaragoza en 1552, por citar
algunas de las más difundidas.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 51
7
Cito de la edición de 1950.
8
Sánchez ubica la obra de Sarmiento en este grupo.
9
Trabajo con la edición de 1986.
10
Refieren los acontecimientos de los viajes y exploraciones geográficas que se realizan entre
1524 a 1532. Los escritores son funcionarios o soldados, veedores o secretarios, maestres o
pilotos. Los únicos relatos directos que se conservan son la relación Sámano – Xerez de 1528
(el manuscrito, de tan sólo cinco páginas, se encuentra en la Biblioteca Imperial de Viena en el
Códice Cortesiano), los trabajos cartográficos de Oviedo, la crónica rimada de Diego de Silva
y Guzmán de 1538 y una crónica tardía de Pascual de Andagoya titulada Relación de los
sucesos de Pedrarias Dávila en las provincias de Tierra Firme o Castilla del Oro y de lo
ocurrido en el descubrimiento de la Mar del Sur y Costas del Perú Nicaragua de 1541.
11
Relatan los sucesos relacionados con la ocupación del territorio en el período 1532 -1537. Esta
crónica es fundamentalmente soldadesca. Se encuentran agrupadas la carta de Hernando
Pizarro de 1533, Verdadera Relación de la conquista del Perú y provincia del Cuzco llamada
la Nueva Castilla de Franciso de Xerez (1534), Noticia del Perú de Miguel de Estete (1534),
Descubrimiento del Río Amazonas de Fray Gaspar de Carvajal (1547), Relación del descu-
brimiento y conquista del Perú de Pedro Pizarro (1571), Diego de Trujillo Relación del descu-
brimiento del reyno del Perú (1571), entre los más importantes.
52 MARÍA JESÚS BENITES
12
Los cronistas de las guerras civiles son funcionarios, mercaderes, vecinos. En este período
se escriben las crónicas Primera parte de la Historia Natural y General de las Indias, yslas
y tierra firme del mar océano de Gonzalo Fernández de Oviedo (1535), Francisco López
de Gómara Historia general de las Indias (1552), Crónica del Perú de Pedro Cieza de León
(1553).
13
Es la etapa de los investigadores de las instituciones y costumbres del pueblo inca entre 1550
a 1569. Suma y narración de los Incas de Pedro de Betanzos (1551), fundamentalmente.
14
El título completo es Historia Natural y Moral de las Indias, en que se tratan las cosas notables
del cielo, y elementos, metales, plantas y animales dellas y los ritos, y ceremonias, leyes, y
gobierno y guerras de los indios.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 53
tas previos o contemporáneos -editados o manuscritos- que cada uno pudo consul-
tar” (1988, 122).15
Ernesto Morales (1932) señala que Toledo recibió, al embarcarse a América,
instrucciones secretas del Rey entre las que se le encomendaba, ratificado por el Pa-
pa, la realización de esta empresa.16 El objetivo de la Visita es marcadamente impe-
rialista ya que con ella se propone reorganizar la vida de los indígenas sometiéndola
al sistema colonial y sofocar, con los medios que sean necesarios, el reducto rebelde
15
La obra de Sarmiento de Gamboa, junto a la de Cieza de León, Betanzos y Molina, integra,
según Pease (1988), la versión cuzqueña de la historia de los incas, donde los personajes in-
caicos y los Andes dominan el interés de los escritores. El estudioso reconoce en la Historia
Indica, en la misma medida que Porras, por ejemplo, la justificación al derecho hispánico de
conquista afianzado durante el gobierno de Toledo.
16
Morales destaca que el propósito de Toledo se cumplió sólo a medias ya que tenía una noción
demasiado cruel de la justicia. Además, luego de casi doce años de permanecer en el cargo de
Virrey volvió a España extraordinariamente rico.
Según Garcilaso de la Vega el rey no lo recibió como hubiera esperado ya que: “La Católica
Majestad, que tenía larga y general relación y noticia de todo lo sucedido en aquel Imperio, y en
particular de la muerte que dieron al príncipe Túpac Amaru, y del destierro en que condenaron
a sus parientes más cercanos, donde perecieron todos, recibió al Visorrey, no con el aplauso
que él esperava, sino muy en contra. Y en breves palabras le dixo que se fuesse a su casa,
que Su Majestad no le havía embiado al Perú para que matasse reyes, sino para que sirviesse
a Reyes. (...) Don Francisco de Toledo, viendo el segundo disfavor que igualava con el primero,
cayó en tanta tristeza y melancolía que murió en pocos días” (1944: Vol. III, 252).
En una misma orientación Guamán Poma de Ayala (1980 – [¿1615?]) refiere: “Don Francisco de
Toledo, visorrey habiendo acabado todas sus diligencias lo de este reino de las Indias se fue
a Castilla, y queriendo entrar a besar las manos de Su Majestad al señor y rey Don Felipe se-
gundo de este nombre el montero de cámara no le dio lugar ni le dejó entrar, ni se le dio licencia
para ello, con esta pesadumbre se fue a su casa y no comió y se asentó en una silla, asentado
se murió uentestates [sic: intestado], y despidió de esta vida y acabó su vida sintiéndose del do-
lor de no ver la cara de su rey y señor de los males que había hecho en este reino, así al Inga co-
mo a los principales indios y a los conquistadores de este reino, veis aquí caballeros la sober-
bia que tiene un mandado pobre, se quiso alzarse como se alzó y mató a un Rey y Señor, de este
reino no pudiendo conocer la causa sin el mismo Rey y Señor, han de sentenciar y firmar para la
sentencia y muerte de otro señor y rey; y así la soberbia le mató a Don Francisco de Toledo”.
(1980, 340 y 344).
Roberto Levillier (1935: Libro VIII) desmerece, desde una visión laudataria de la figura de
Toledo, tanto la anécdota de Garcilaso de la Vega como la de Guamán Poma de Ayala.
54 MARÍA JESÚS BENITES
de Vilcabamba.17
Para organizar la empresa se nombraron, entre visitadores, oidores, ecle-
siásticos, unas sesenta personas que tenían la tarea de “visitar” a los indios de las
comarcas que les fueran asignadas y realizar una suerte de encuesta en la que se
consignaran los siguientes datos: población, edades, recursos económicos, tributos
que pagaban en la época de los incas; el modo de sucesión de los cacicazgos y
quienes los poseían y desde cuando; la existencia de mitas, yanaconas y esclavos.
Los visitadores debían indagar acerca de la producción de coca, los tipos de árboles
y montes, acequias, ganado, armas, minas de oro y plata; tenían que brindar datos
vinculados con la doctrina y conversión de los indios y sobre la conducta de los
religiosos. Debían además referir qué iglesias y monasterios existían en cada pro-
vincia y el número y condición de los indios que trabajaban en el servicio de cada
una de ellos. Todos estos testimonios, constituyen las Informaciones18 de Toledo
que son enviadas a Felipe II junto con la Historia de Sarmiento.
Existe también otro aspecto que los visitadores estaban obligados a cumplir
con el objetivo de agilizar el pago de los tributos y la evangelización y que consistía
en el reagrupamiento de los pueblos en aldeas al estilo español, situadas en zonas
de mediana altitud y con accesos a las vías de comunicación. Estos drásticos cam-
bios en el modo de vida permitirían la implantación de un “buen gobierno” para con-
trolar con mayor rapidez los territorios poblados. Como señalan críticamente Serge
Gruzinski y Carmen Bernand (1999) esta actitud provocó un descontento mayor ya
que “Toledo pasó por alto las tradiciones indígenas de concepción del espacio o de
explotación colectiva; no tomó en cuenta una costumbre de la sierra peruana que re-
partía el territorio en distintas zonas ecológicas. Tampoco se preocupó por las perte-
17
La idea de realizar una Visita por el territorio de Perú estuvo presente también durante el
gobierno del Virrey Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, quien recorrió, no tan amplia-
mente como Toledo, el territorio con el fin de indagar las costumbres y organización social,
económica y religiosa de los indígenas.
18
Las Informaciones fueron publicadas en el siglo XIX de manera parcial por Jiménez de la
Espada. Roberto Levillier las editó integralmente en su obra Don Francisco de Toledo supremo
organizador del Perú (1935: Tomo II). Es importante señalar que el cúmulo de noticias recopi-
ladas por Toledo y sus ayudantes durante la Visita General constituye un importante material
histórico – documental, ya que da cuenta de diversos aspectos de la vida cotidiana de los
incas.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 55
nencias étnicas y los lazos que unían a los indios con el medio natural” (73).19
Las Informaciones20 encierran una gran riqueza documental y un inaprecia-
ble valor para el estudio de las genealogías incaicas y la vida cotidiana de los indí-
genas pero no se puede desconocer que existió un manejo tendencioso21 de las
respuestas que justificaron el restablecimiento del tributo que se pagaba al Inca y
ayudaron a demostrar el poderío reciente del incario impuesto de manera violenta.
Sarmiento de Gamboa, en calidad de colaborador directo de Toledo, empren-
de la redacción de una historia sobre el incario que apoye explícitamente el proyec-
to político del Virrey y demuestre con argumentos válidos la ilegitimidad de los incas
como soberanos y dueños de la tierra. En la región de Cusco esta necesidad se po-
tencia aún más por la persistente actitud de resistencia al poder colonial que encabe-
za, en la zona de los Andes de Vilcabamba, Titu Cusi Yupanqui, descendiente de
Manco Inca.
La zona de Vilcabamba o Vitcos se instituye, desde la sublevación de Manco
Inca, en el refugio de la cultura incaica ya que las campañas de pacificación e in-
corporación de sus habitantes a las instituciones coloniales resultan infructuosas.
Esta resistencia se inicia con Manco, quien huye en 1534 de la ciudad imperial para
refugiarse en esta zona casi inaccesible en el Valle del Urubamba donde trata de re-
construir la vida del Cusco. La comunidad que se traslada a Vilcabamba establece
un vínculo de pertenencia con el nuevo territorio, no sólo como una realidad geográfi-
ca sino también histórica y simbólica, un espacio organizado según la memoria
construida por sus moradores y delimitado por los símbolos que la comunidad hace
corresponder con ese espacio.22
19
Guaman Poma de Ayala (1980 [¿1615?]) manifiesta su descontento con respecto a estas or-
denanzas de Toledo “(...) reducir y poblar a los indios, algunos en buena parte, algunos en ma-
la parte, como la suerte cayó; y por ello se desbarataron los indios de su querencia, por tener
las sementeras muy lejos (...) (447).
20
Porras Barrenechea (1986), por ejemplo, encuentra en las Informaciones el gran mérito de
haber tomado como base la tradición imperial de los quipucamayos del Cusco e impulsado la
investigación y documentación histórica del Incanato.
21
Guamán Poma de Ayala denuncia que el intérprete Gonzalo Gómez Jiménez, aparentemente
por orden superior, distorsionó las respuestas de los indígenas.
22
Tengamos en cuenta que la elección de la zona de Vilcabamba o Vitcos tenía motivaciones
religiosas ya que esa región fue una de las más sagradas del Imperio cercana a la magnífica
56 MARÍA JESÚS BENITES
26
La reputación de Titu Cusi era tan aterradora que fue difícil encontrar, según refieren Gruzinski
y Bernard (1999), un mensajero dispuesto a emprender el viaje a Vilcabamba. El que aceptó
fue Diego Rodríguez, quien antes de partir, redactó su testamento. Uno de los españoles que
lo acompañaba describió así la apariencia física de Cusi: “Será hombre como de cuarenta
años, de mediana estatura, moderno [sic] y con unas pecas de viruela en la cara, el gesto algo
severo y robusto”, en Raúl Porras Barrenechea (1986, 549).
27
Para algunos historiadores Cusi pudo haber muerto envenenado. Para otros es probable que
padeciera de pleuresía. De todas maneras, los cercanos a Titu Cusi solicitaron a Diego de Ortiz,
que lo resucitara, viendo la impotencia del cura agustino, los familiares de Cusi lo ataron a una
cruz y lo azotaron. Luego de tres días de sufrimientos, Túpac Amaru, entronizado como nuevo
soberano, ordenó que lo mataran.
58 MARÍA JESÚS BENITES
28
Mignolo ha desarrollado y redefinido este concepto en distintos artículos (1992, 1996) y en su
libro The darker side of the Renaissance (1995).
29
El planteo central del texto expuesto en el título El contenido de la forma proviene, como White
señala, de G. Hegel (Lecciones sobre filosofía de la historia universal): “Hegel tenía razón
cuando afirmó que un relato verdaderamente histórico tenía que exhibir no sólo una cierta
forma, a saber, la narrativa, sino también un cierto contenido, a saber, un orden político - social”
(27).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 59
30
“Las insignias de los bárbaros hicieron temblar las glorias de Felipe, cuyas antípodas son el
Tajo y el Ganges”.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 61
gañar a todos los del mundo que piensan questos dichos ingas fueron reyes legíti-
mos y los curacas señores naturales desta tierra” (77) se sostienen en los funda-
mentos de la teoría de Francisco de Vitoria.
El tono encomiástico del prólogo continúa en la referencia de los actos de
gobierno de Toledo, entre los que destaca la Visita General y algunos cambios en el
orden social y fundamentalmente religioso: “ha remediado muchas y muy grandes
faltas y abusos que había en el enseñamiento y ministerio de la doctrina cristiana”
(75). El mérito más destacado es la defensa que el Virrey ha sostenido sobre los
derechos de posesión de la Corona en Perú, desde toda vez que la tradición histó-
rica referida por los propios indígenas, y es éste uno de los argumentos centrales
del texto, demuestra que los incas no son originarios de esos territorios y menos
aún del Cusco, sino invasores.
El último accionar de Toledo destacado por el autor es precisamente la escri-
tura de su obra: “me fue mandado por el virrey Don Francisco de Toledo, a quien yo
sigo y sirvo en esta visita general, que tomase a mi cargo este negocio"31 (77). Este
mandato es el que autoriza y legitima, desde el espacio de poder del que emana, a
quien ejerce el acto de escribir. Sarmiento se inscribe en el prólogo no sólo para
destacar los méritos de su tarea, sino también para informar a Felipe II que, en ese
afán expansivo, tiene derecho a reclamar como propiedad de la Corona las islas del
archipiélago Nombre de Jesús “vulgarmente llamadas de Salomón, aunque no lo
son de que yo di noticia y por mi persona las descubrí” (79). De manera lateral se
ofrece para nuevas empresas marítimas y arremete, una vez más, contra Álvaro de
Mendaña.
En el historiador se evidencia un afán por el saber, reflejado en su conoci-
miento de textos de autores clásicos y en el uso de una disciplina como el ars
dicendi. No obstante, la escritura está condicionada por su claro compromiso con la
realidad ideológica y política del Imperio. Es esa necesidad de responder a los intere-
ses del poder la que determina que respete con rigor procedimientos que acerquen
su obra a los modelos de la historiografía tradicional. Esta condición se impone como
una necesidad inexcusable para trascender a la letra impresa, al libro (recor-
31
El sentido del término “negocio” varía con respecto al actual. En su Tesoro de la lengua cas-
tellana Covarrubias remite su uso a “ocupación de cosa particular que obliga al hombre a poner
en ella alguna solicitud”. La palabra “solicitud” funciona en la definición como sinónimo de
cuidado.
62 MARÍA JESÚS BENITES
Y para que Vuestra Majestad fuese con poco cansancio y con mu-
cho gusto informado, y los demás que son de contrario parecer desen-
gañados, me fue mandando por el Virrey Don Francisco de Toledo, a
quien yo sigo y sirvo en esta visita general, que tomase a mi cargo
este negocio y hiciese la historia de los hechos de los doce ingas desta
tierra y del origen de los naturales della hasta su fin, la cual yo hice, y
es ésta (77).
32
Mignolo (1982) analiza los fines y los propósitos en el prólogo a la Historia de los Indias de
Bartolomé de las Casas. Los fines son definidos, por un lado, en un nivel filosófico y por el otro,
público. El primero está basado en la distinción de Aristóteles acerca de que la historia se
diferencia de la poesía por ocuparse de verdades particulares no de generalidades verosímiles.
Lo público tiene que ver con la utilidad comunitaria que signifique referir esa verdad particular.
33
Bartolomé de Las Casas, en el prólogo a su Historia de las Indias (1552) que sirve de
sustento para las distinciones de Mignolo (1982), se basa en las cuatro causas aristotélicas:
material, formal, eficiente y final.
34
En los casos en que la escritura sea tomada por un no letrado (el caso paradigmático de Bernal
Díaz), el que escribe pide disculpas, recurriendo al tópico de la falsa modestia, ya que se
introducen en una práctica que tiene preceptos sólidamente instituidos.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 63
35
Autor de una crónica universal titulada Pantheon que abarca desde la creación hasta 1186.
Nota de Rosenblat (93).
36
Humanista italiano de nombre Raphael Maffei, autor de una enciclopedia Commentariotrum
rerum urbanorum libri de 1506.
37
La Historia Natural parte de Plinio y la Moral de Cicerón, quien concibe a la Historia Moral como
memoria de los hechos notables del pasado y el de la historiografía como el discurso capaz de
cumplir con esa tarea. En el modelo de Cicerón, la historia no sólo se reduce a la memoria del
pasado sino que también se concibe como narración (relato).
64 MARÍA JESÚS BENITES
38
La cursiva es mía.
39
Si bien El tesoro de la lengua castellana no define la palabra tiranía, señala el uso del término
tirano para dar cuenta de quien “al que por fuerça o maña, sin razón y sin derecho, se
apoderasse del dominio e imperio de los reynos y repúblicas; y de aquí llamamos tirano
comúnmente a qualquiera que con violencia, sin razón ni justicia, se sale con hazer su volun-
tad”. Llama la atención que en el Diccionario de Autoridades no se encuentren registrados los
vocablos tiranía ni tirano.
40
Todas las citas usadas en este párrafo son de la página 83.
41
Historia tiene su origen en el término griego Isorein que remite a la acción ver. “El vocablo
istoreo derivado de isorein, significa al menos dos cosas: 1) ver o recibir información de
testigos oculares y 2) el informe verbal correspondiente a la información recibida”. Mignolo:
1981, p. 366. Sobre la etimología del término historia véase también Jorge Lozano, El discurso
histórico (1987, 15 - 18).
42
Hayden White (1992) señala que los anales carecen de narratividad, es una lista de aconteci-
mientos ordenados cronológicamente que representa la realidad histórica como si los aconte-
cimientos reales no mostrasen la forma de relato. La categoría de lo temporal es lo que otorga
coherencia (21).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 65
val era una lista organizada sobre las fechas de los acontecimientos que se desea-
ban conservar en la memoria. La crónica, a diferencia de los anales, aspira a la na-
rratividad y constituye una forma “superior” de conceptualización histórica en la
que, si bien persiste la cronología como principio organizador del discurso, la orga-
nización del material presenta una mayor coherencia narrativa (White: 1992).
El descubrimiento del Nuevo Mundo supuso la búsqueda de mecanismos que
permitieran transmitir en la escritura del novedoso referente dando cuenta de sus
habitantes, culturas, paisajes. Esta necesidad expresiva determina cambios en las
normas que regían los modelos historiográficos.
Mignolo señala que en determinado momento ambas actividades y vocablos
coexisten, y entonces es posible encontrar crónicas que se asemejan a las historias
ya que no se sujetan al mero informe temporal mostrando “más apego a un discur-
so bien escrito, en el cual las exigencias de la retórica interfieren con el asiento
temporal de los acontecimientos. Las dos actividades que designan ambos vocablos
tienden, con el correr de los tiempos, a resumirse en la historia, la cual, por un lado
incorpora el elemento temporal, y por el otro, desplaza a la crónica como actividad
verbal” (1982, 76).
Raúl Porras Barrenechea ha trabajado las producciones escritas en y sobre
el Perú entre los años 1528 a 1650 y afirma que la crónica implica una cercanía en
el lugar y en el tiempo. Los cronistas viven los acontecimientos que describen y
pertenecen a él. El historiador, en cambio, vive fuera de ese ámbito inmediato y
trata de penetrar en él o de reconstruirlo, pero con un espíritu distinto de los hechos
que narra. El mayor mérito de un historiador es el que el lector lo considere un testigo
de la época. En tanto que el “don del cronista es el de presencialidad” (1986, 11).43
En 1611 Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la Lengua Castellana, ba-
sándose en el criterio de autoridades (Colón, Cortés, Mártir de Anglería y otros),
definía la historia como “una narración y exposición de acontecimientos pasados, y
en rigor es de aquellas cosas que el autor de la historia vió por sus propios ojos y
43
Porras amplía líricamente los alcances del término crónica y el de cronista cuando sostiene que
el cronista debe ser deliberadamente parcial, ha de escribir por un interés candente a favor o
en contra de algo. El héroe de la crónica será para él, sin matices ni eservas, el tirano o el buen
capitán. Es también característica de la crónica el ser narración clara y simple, objetiva, ajena
a toda opinión o juicio reflexivo. Las crónicas son una sucesión de hechos y batallas que se
repiten invariablemente hasta con las mismas palabras (12 - 13).
66 MARÍA JESÚS BENITES
da fee dellas, como testigo de vista, según la fuerça del vocablo. Pero basta que el
historiador tenga buenos originales y autores fidedignos de aquello que narra y es-
crive, y que de industria no mienta o sea floxo en averiguar la verdad antes que la
asegure como tal”.
Crónica (corónica) en tanto, es la “historia que trata de la vida de algún rey
o vidas de reyes dispuesta por sus años, y discurso de tiempo. Los reyes y príncipes
deven leer o escuchar las conocidas donde están las hazañas de sus passados, y lo
que deven imitar y huir (...)”.
En el Diccionario de Autoridades de 1726, Crónica es definida como “Historia
o anales en que se trata de la vida de los Reyes u de otras personas heroicas en
virtud, armas, o letras. Historia aparece como “relación hecha con arte, descripción
de las cosas como ellas fueron por una narración continuada y verdadera de los
sucessos más memorables y las acciones más célebres”.
Estas definiciones encierran los dos principios generales sobre los que se
apoya la formación discursiva historiográfica en el siglo XVI: el criterio de verdad
de los acontecimientos y el de la forma narrativa. La verdad es un principio
organizativo tanto de la crónica como de la historia.44 Ese valor de verdad puede
atribuirse a la proposición (verdad de dicto) como al objeto persona o acción a la
cual la proposición remite (verdad de re).
Entre el segundo y el quinto capítulo45 Sarmiento se centra en las partes del
mundo deteniéndose en la descripción de la antigua Atlántida de Platón para de-
mostrar que la misma formaba parte de Cádiz. En estos primeros tramos emerge la
conciencia del hacer historiográfico y el modelo sobre el que se erige el texto.
44
Los criterios de verdad, apunta Mignolo en la tradición lógico – filosófica, están relacionados
con el estudio del lenguaje (verbos, sustantivos y proposiciones) y a sus relaciones con la
experiencia mental o con el pensamiento. La propuesta de verdadero o falso se atribuye al
pensamiento que se representa en la proposición y no a un verbo o sustantivo asilados y
agrega que “los valores de lo verdadero / falso, se contemplan también en la teoría de las
modalidades y se aplican y analizan tanto en el silogismo como en la proposición" (1981, 368).
45
En el original los capítulos no llevan números. Pietschmann los ha numerado para su edición y
Rosenblat hizo lo propio en la suya.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 67
des, de suerte que no quede algo en duda de lo que pasó; y así que-
riendo yo escreber verdad, cuanto a mi diligencia fuere concedido, de
cosa tan vieja como es la población primera destas nuevas tierras,
quise, para más lustre de la presente historia, que precedan funda-
mentos que no se puedan negar contado los tiempos conforme a los
hebreos en los tiempos antes de Nuestro Salvador Jesucristo (90).46
Y esto afirmo yo por dos cosas: la una por autoridad y la otra por
conjetura de demostración. La autoridad es que dice Platón en el diá-
logo Cricias, hablando de cómo Neptuno distribuyo el señor desta isla
a sus diez hijos, que al segundo hijo llamó Gadirum, éste dio las extre-
mas partes de la isla junto a las colunas de Hércules, y de su nombre
llamó al lugar Gadiricum, que es Cáliz. Por demostración vemos, e yo
he visto con mis ojos,47 más de una legua en la mar, a la redonda de la
isla de Cáliz, de bajamar, en aguas vivas, reliquias de edificios muy
grandes y claramente formados de una argamasa cuasi perpetua, que
es indicio evidentísimo de haber sido muy mayor aquella isla (87).
46
Las cursivas son mías.
47
Las cursivas son mías.
48
Walter Ong (1987) señala que: “La impresión tipográfica alfabética, en la cual la letra era
vaciada de un pedazo separado de metal o tipo, constituyó un adelanto psicológico de la mayor
importancia, marcó profundamente la palabra misma en el proceso de manufactura y la convir-
tió en una espacie de mercancía” (118).
Antonio Maravall (1975) rastrea esta disputa en la tragedia de Edipo, donde Tiresias, como
poseedor del saber es ciego. Platón llama a los sabios los amigos de mirar. Cicerón, en tanto,
sostenía que el sabio era aquel cuyo pensamiento no se sujetaba al testimonio de los ojos. En
la Edad Media algunos están de parte del superior valor de la vista. La disputa entre el ver y el
oír parte de la que se establece entre el “ver” y el “leer” desde toda vez que en la Edad Media
leer es una operación auditiva que consiste en escuchar la lectura y el comentario de un libro.
68 MARÍA JESÚS BENITES
Lucien Febvre (1959) señala que en los escritores del siglo XVI el sentido de la vista es
relegado en las imágenes frente al sentido del oído y el olfato. El autor destaca como una
excepción las descripciones que realiza Rabelais en sus textos. Véase también Jorge Lozano
(1987).
49
Francisco López de Gómara en su Historia General de las Indias y conquista de México
(1552) también vinculó la isla platónica al continente americano. Entre las pruebas que señala
el cronista está el vocablo náhuatl Atl que significa agua. Agustín de Zárate en su Historia del
descubrimiento y conquista del Perú (1555) también afirma que América forma parte de la
legendaria Atlántida.
50
Irving Leonard en Los libros del conquistador esquematiza el número de textos literarios
impresos durante el siglo XVI por el editor Jacobo Cromberger. La mayor cantidad de ejempla-
res corresponde a Espejo de caballerías, Doncella Teodor, Celestina, Crónicas troyanas y el
clásico Amadís de Gaula (1995, 94).
51
En una carta, Sarmiento utiliza para su descripción un personaje de las ficciones caballerescas.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 69
52
En este párrafo se adelanta el planteo que en sus Comentarios Reales el Inca Garcilaso de la
Vega (1609) realiza a su tío para que le explique el modo en que los incas conservan sus
hechos pasados: “Inca tío, pues no hay escritura entre vosotros, que es lo que guarda la
memoria de las cosas pasadas, ¿qué noticias tenéis del origen y principio de nuestros Reyes”.
Libro I, Cap. XV.
70 MARÍA JESÚS BENITES
te. De todas maneras, el hecho de suplir “la falta de letras” con los quipus no impli-
ca, para el autor, que los incas posean una conciencia histórica. Es Sarmiento quien
ejerce la práctica historiográfica a partir de la recuperación de los relatos orales.
El discurso impone procedimientos de inclusión y exclusión, estos últimos
involucran las categorías de lo verdadero y lo falso. En la escritura de Sarmiento
hay una marcada voluntad de saber que impone a sus conocimientos la necesidad
de ser útiles y verificables. Esta voluntad está presente en los fines y propósitos que
guían el texto. La voluntad de verdad se apoya en lo institucional para presionar
sobre otros discursos y ejercer un poder de coacción (Michel Foucault: 1992).
La probanza que acompaña Historia Índica es un claro ejemplo del modo en
que esa voluntad de saber es controlada por sus condiciones de producción ya que
el ejercicio de escritura debe imponer una verdad no sólo verificable, sino irrefuta-
ble. Richard Pietchsmann (1964) refiere que el virrey Toledo convocó a los repre-
sentantes de los doce ayllus. Un intérprete tradujo a los más de cuarenta y dos
indios el contenido de los sesenta y un capítulos de la obra, de modo que los indíge-
nas des-pués de la lectura de cada uno de ellos pudiesen rectificar o ratificar lo
escuchado. Según consta en la fe de probanza, los testigos declararon por unanimi-
dad que la historia era correcta ya que no advirtieron errores excepto los nombres
53
de algunos lugares y personas.
53
Finalizado el acto de verificación, Toledo ordenó al Escribano Real, Alvaro Ruiz de Navamuel,
que ratificase el contenido de la historia. Asimismo ordenó que se sentara un protocolo de todo
lo actuado para agregarlo a la obra, y que lo firmasen el Dr. Gabriel Loarte, alcalde de corte, y
el Escribano; este último debió poner su signo de autenticación en el borde de cada una de las
hojas.
54
El énfasis es mío.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 71
Benedetto Croce afirmaba que no existe historia sin narración (1893). En los
diccionarios se define el término historia como narración y exposición de aconteci-
mientos pasados (Covarrubias) o “narración continuada y verdadera de los sucessos
más memorables” (Autoridades).
La forma del discurso, la narrativa, introduce el abordaje en un segundo
momento que parte de considerar a la obra histórica como una “estructura verbal
en forma de discurso de prosa narrativa que dice ser un modelo o imagen, de
estructuras y procesos pasados con el fin de explicar lo que fueron representándo-
los” (White: 1992, 14).56
Existe una categoría central en la constitución narrativa del discurso: el tiem-
po. En la crónica el ordenamiento temporal de los acontecimientos es un elemento
determinante de su forma, en la historia es constitutivo.
55
Richard Pietschmann (1964) señala que en el manuscrito se reproducen los términos quechuas
de la manera en que los pronunciaban los españoles aunque Sarmiento, afirma el estudioso,
“evitó las peores desfiguraciones, acercándose en muchas particularidades a la ortografía
relativamente correcta” (109).
56
En la base de la representación del discurso histórico es posible, según White, reconocer una
forma específica de tramar el relato que puede provenir de la épica, el romance, la tragedia, la
comedia o la farsa. El estudioso desarrolla esta distinción en Metahistoria (1998), donde
aborda obras del siglo XIX. El estudio de White, al trabajar la imaginación histórica en el siglo
XIX, considera un análisis en otros dos modos complementarios al de tramar: el de la argumen-
tación y el de la implicación ideológica.
72 MARÍA JESÚS BENITES
ando del mundo o de alguna parte dél quieren los historiadores ordena-
damente tratar, por la mayor parte describen el sitio de lo que contiene,
que es la tierra, primero que hablen de lo contenido, que son los pobla-
dores della, por excusarlo en el discurso de la historia. Y si esto en las
cosas antiguas y de tantos declaradas aún agora se hace, más razón es
que en la plática de tierras nuevas, tan grandes y extrañas como éstas,
de que yo he propuesto informar, se guarde tal orden, mayormente
que no sólo servirá de curiosidad, mas también, lo que es más de de-
sear, aprovechará para navegaciones y descubrimientos nuevos (84).57
57
Las cursivas son mías.
58
Danto (1992) en Historia y narración denomina “oraciones narrativas” a los enunciados
típicos en los escritos históricos, aunque aparecen en narraciones de todas clases. La carac-
terística general de estas oraciones es que “se refieren a dos acontecimientos, al menos,
separados temporalmente, aunque sólo describen (versan sobre) el primer acontecimiento al
que se refieren” (99). El pasado es el tiempo que predomina en ellas.
59
Antonio Maravall en Teoría del saber histórico (1958) señala que lo individual histórico no está
en los datos aislados, sino en la conexión irrepetible en que se dan. “El hecho histórico no es
un dato, es un encadenamiento” y agrega: “Los datos en un conjunto, diferentes entre sí,
pueden ser análogos a los de otro. Esto quiere decir que entre ellos cabe, en cierta medida, la
repetición” (86 y 89).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 73
8 el autor describe el estado primitivo en que vivían los habitantes del Perú antes de
llegar los incas, el cual es caracterizado como “behetría":60 “Todas las poblaciones
que incultas y disgregadas eran, vivían en general libertad, siendo cada uno sola-
mente señor de su casa y sementera” (110).
En los capítulos 9 y 10 el historiador describe el valle del Cusco y sus prime-
ros pobladores. En el 11 refiere el origen de los incas del Cusco. Luego se inicia el
relato cronológico de la dinastía incaica que comienza con Manco Cápac. Los seis pri-
meros reyes se presentan entre los capítulos 9 al 19. Los capítulos 20 al 47 se detie-
nen en los tiempos de Yaguar Huácac, Viracocha y Pachacuti Inca Yupanqui. En la na-
rración sobre el primero, la obra revela el uso de las fuentes orales que le sirvieron
de sustento para su elaboración. Sarmiento refiere un acontecimiento de la infancia
del futuro inca con elementos de marcado tono épico que se distinguen del resto de
las anécdotas con las que ameniza la lectura y retiene a sus posibles lectores.61
En el capítulo 24, donde se cuentan las acciones de gobierno de Viracocha, el
relato retoma su esquematismo. En éste el Inca es un conquistador que tiraniza los
alrededores del Cusco. En el siguiente es un anciano testarudo que nombra como
sucesor a un hijo bastardo, Inca Urcón, porque “quiso mucho a su madre, sin guar-
dar la regla de su orden en el suceder” (160). La indignación que esto genera, espe-
cialmente en sus hijos legítimos, lo lleva a la muerte. Se inserta una anécdota in-
60
Es interesante detenerse en las significaciones de este término. En Tesoro de la lengua
castellana es una de las palabras que posee mayor desarrollo: “Tanto quiere decir como
heredamiento que es suyo, quito de aquel que vive en él, e puede recebir por señor a quien
quisiere que mejor le faga, etc.” Y continua con un extenso relato del que extraigo sólo una
parte “cuentan las corónicas que como oviese en Castilla la Vieja algunos pueblos que tenían
costumbre de tiempo inmemorial mudar a su voluntad los señores que quisiesen, por cuya
razón se dixeron behetrías”. El Diccionario de Autoridades se detiene en los orígenes confu-
sos de la palabra y agrega que la misma tiene el sentido figurado de “confusión, bulla, y
desordenado modo de obrar”.
61
La leyenda que reproduce Sarmiento cuenta que el Inca Roca, padre de Yaguar, mediante
engaños entregó el niño a los ayarmacas y luego intentó vanamente recuperarlo. El muchacho,
llorando lágrimas de sangre (de allí su nombre yaguar: llorar, Guasca: sangre, según Sarmien-
to) fue condenado a morir de hambre en un calabozo. Allí lo descubre una muchacha que se
compadece de él y lo salva. Es ella quien arregla las cosas para que el joven vuelva con sus
padres. Hay algunos desfasajes temporales (de repente Yaguar, que se suponía encerrado,
es presentado jugando con otros muchachos) y algunos elementos y acciones estructurales
de los relatos ficticios.
74 MARÍA JESÚS BENITES
Los hechos que giran en torno a la figura de Pachacútec se apropian del texto
y el historiador analiza, detenidamente, diversos acontecimientos. Uno central es el
de la guerra contra los Chancas que ocupa los extensos capítulos 27 y 28.64 El Inca
62
Sarmiento atribuye también a Pachacútec, en el capítulo 31, la reedificación de la casa del
sol.
63
En el libro VII capítulo 8 de Comentarios Reales, el Inca Garcilaso de la Vega describe la
imperial ciudad del Cusco y atribuye también a Pachacútec su reordaminento. Louis Baudin en
La vida cotidiana en el tiempo de los últimos incas (1987), calcula que cincuenta mil indios
habían invertido más de veinte años en reconstruir la ciudad que poseía un número aproximado
de doscientos mil habitantes.
64
El Inca Garcilaso de la Vega (ibídem) ubica la guerra contra los Chancas durante el gobierno
de Yáhuar Huácac.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 75
Éstas son las islas que yo, el año de sesenta y siete, a treinta de
noviembre, descubrí en el Mar del Sur, ducientas y tantas leguas de
Lima, al poniente de Lima, yendo al gran descubrimiento de que yo di
noticia al gobernador e licenciado Castro. Y no las quiso tomar Álvaro
de Mendaña, general de la Armada (216 – 217).
Mataron ochenta hijos y tantos hijos [e] hijas de Guáscar, y lo que más
sintió fue ver matar delante sus ojos a una hermana y manceba llamada
Coya Miro, la cual tenía un hijo de Guáscar en los brazos y otro a cuestas,
y a otro hermana suya muy hermosa llamada Chimbo Cisa (270).
65
Recordemos el saqueo a la tumba de Viracocha.
66
El énfasis es mío.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 77
cuerpos y cuya representación más clara son los miembros despedazados de Ata-
hualpa. La segunda, es la violencia de la letra, de la palabra escrita que se evidencia
en el silenciamiento de la palabra oral y en la imposición de un nuevo imaginario.
Antonio Cornejo Polar (1990) es contundente cuando afirma que el episodio
protagonizado por Atahualpa y Valverde es el “punto en cual la oralidad y la escritu-
ra no solamente marcan sus diferencias extremas sino que hacen evidente su mu-
tua ajenidad y su recíproca y agresiva repulsión” (156). Eduardo Subirats (1994)
interpreta el suceso de Cajamarca, como el espacio donde la violencia de la escri-
tura se impone como el "principio separador de la Verdad y el Poder" y la violencia
sobre los cuerpos se define como "medio de terror que permite imponer aquel
poder como absoluto" (291). Este absolutismo del poder de la palabra escrita se
trasluce en la escritura de Historia Índica.
En los dos últimos capítulos, 70 y 71, se compendian los actos de violencia
que demuestran “cómo estos ingas fueron foedífragos67 y tiranos” (276) y se realiza
un repaso de la cronología incaica para asentar “una computación sumaria del tiem-
po que duraron estos ingas del Pirú” que señala el recorrido temporal del texto: el
surgimiento de los incas data del año 635 y culmina en el 1533, que suman nove-
cientos sesenta y ocho años de presencia incaica y doce incas.
En ese capítulo final Sarmiento señala todas las características del régimen
que considera ilegítimo, especialmente el tema de los abusos y faltas en la sucesión
hereditaria. De este modo el historiador explicita que la línea supuestamente legíti-
ma de los incas se encuentra en el momento de producción textual extinguida y, por
lo tanto, no existe nadie que pueda reclamar para sí el gobierno de los Andes.
El tiempo de los incas está marcado por dos procesos vitales: la creación y
nacimiento de Manco Cápac por el dios Viracocha y la muerte de Guáscar, en manos
de Pizarro en nombre de un dios extranjero. A la armonía del comienzo mítico, se
opone la violencia del final.
La construcción mítica que domina la cosmovisión inca del mundo es sustitui-
da, en consecuencia, por el modelo histórico europeo que impone, como uno de los
paradigmas de escritura, lo cronológico y que desconoce la concepción de lo míti-
co en tanto categoría que permite interpretar los hechos dentro una estructuración
67
Término que deriva del latino foedifragus que significa infiel. Violador de tratados. Nota en
Rosenblat, (276).
78 MARÍA JESÚS BENITES
temporal particular.
Me interesa en esta instancia determinar los modos en que la narración se
apropia de la cultura incaica y cuáles son los elementos que se seleccionan para
referirla. Relectio de Indis de Francisco de Vitoria es el texto que articula los dos
aspectos de mi análisis: el del modelo historiográfico y el de la posición del sujeto
que se concreta en su ejercicio de interpretación.
La elección de la teoría de Francisco de Vitoria, como autoridad, destaca una
vez más su rol de “hombre del saber”; el uso de esta fuente como fundamento
jurídico trasluce el otro papel que Sarmiento desempeñó en el proceso de ocupa-
ción en los Andes: el del conquistador.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 79
Las obras escritas durante el gobierno del virrey Francisco de Toledo se con-
densan, según Porras Barrenechea (1986), en las siguientes fórmulas: el imperio se
constituyó mediante la violencia y las armas durante los reinados de Pachacútec y
Túpac Yupanqui; los incas fueron gobernantes tiránicos y belicosos que tuvieron
crueles ritos y costumbres guerreras y practicaron los sacrificios humanos, el estu-
dio intensivo de las supersticiones e idolatrías y la condenación de las ideas morales
y religiosas.
Historia Índica se adscribe a estos ejes textuales que justifican la imposición
del sistema imperial en el territorio andino68 . La obra está recorrida por la crisis
política que se produjo en el año 1549 cuando el Consejo de Indias le recomendó a
Carlos V suspender todas las conquistas sin la autorización previa de ese organis-
mo. El 16 de abril de 1550, el rey acató este dictamen hasta que una junta de teó-
logos y consejeros pudiera recomendar una forma justa de llevarlas a cabo.69
68
La descripción reiterada de los incas como crueles y violentos supone, según las considera-
ciones de Hans Steffen (1912) un cuestionamiento al valor histórico de la obra ya que la mayor
objeción que se le puede realizar es el de la parcialidad de su autor: “Manifestada en su afán
de hacer aparecer a los incas como tiranos sanguinarios i usurpadores i ilejitimos del poder, i
no se puede negar que esta tendencia que penetra todo el libro, lo hace sospechoso i disminu-
ye considerablemente su valor. Sobre todo, después de examinar la parte principal de la obra,
es decir los capítulos en que se relatan las campañas de los grandes conquistadores incas i
sus trabajos de organización interior, queda la impresión de que el cuadro trazado por Sarmien-
to no refleja en todos los puntos un criterio justo e imparcial del historiador” (26 – 27).
69
El debate de 1550 culmina una trayectoria de discusiones que se inicia en el momento mismo de
la llegada de Colón a las Indias. En 1495 los Reyes Católicos solicitaron a letrados y teólo-
80 MARÍA JESÚS BENITES
gos que debatieran si los indios podían ser vendidos como esclavos. La junta determinó que
éstos eran libres y no se podían vender, excepto los obtenidos mediante una guerra justa. En
1511 comenzó el activismo de los dominicos contra el maltrato a los indígenas de La Española.
En 1512 las leyes de Burgos disminuyeron las cargas y castigos contra los indios pero
mantuvieron los repartimientos de indígenas para los conquistadores. En 1514 Juan López
Palacios Rubios redactó un requerimiento que presentó dos opciones a los pueblos a conquis-
tar: la esclavitud legal o la servidumbre natural (encomiendas). En 1516 el regente Cardenal
Cisneros envió a La Española frailes jerónimos para que propugnaran la libertad de los indios.
La cuestión de la naturaleza del indio se profundiza entre los años 1530 y 1540. Rolena Adorno
(1993) señala dos factores importantes: el número creciente de encomenderos y la disminu-
ción, en contrapartida, de nuevas sociedades indígenas para someter. En 1530 y 1534 apare-
cieron dos cédulas reales sobre la legitimidad para cautivar y esclavizar a los indios: el primero
prohibió el cautiverio, el segundo lo autorizó. En 1537, el Papa Paulo III afirmó la capacidad para
la fe de los indios. En 1542 se promulgaron las Leyes Nuevas que prohibían la esclavitud y la
encomienda pero que, debido a la resistencia de los conquistadores y colonos, no se pudieron
poner en práctica (176 - 177).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 81
no sólo la jurisdicción sobre el Nuevo Mundo, otorgada por las bulas papales, sino
también los derechos de propiedad. Para ello era necesario una solución a la pre-
gunta acerca de cuáles eran los derechos que habían autorizado a España a ocupar
el territorio americano y someter bajo su dominio a sus habitantes. Estos debates
intentaron brindar una teoría del origen de la autoridad política en América que evi-
tara las pretensiones de soberanía universal por las que sólo el Papa podría ser un
gobernador legítimo. 70
La única forma mediante la cual la monarquía de Castilla podía reclamar
derechos de propiedad era argumentando que los indios habían cedido voluntaria-
mente su autoridad al imperio. El único derecho natural capaz de proporcionar la
clase de autonomía que el monarca necesitaba en América podría basarse en la
afirmación de que la conquista había sido una “guerra justa” (Pagden: 1997).
En 1551 son convocados Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda. El
encuentro significa, en la teoría, un triunfo para Las Casas y la Escuela de Salamanca
que representa. En la confrontación, Sepúlveda aboga por la guerra santa como
principio heroico y justifica la esclavización del indio como fundamento para su sal-
vación ya que por derecho natural deben obedecer a personas "más humanas".
La tarea crítica de Las Casas, ya perfilada en la discusión que sostuviera con
Fray Juan Quevedo en 1519 en Barcelona y en numerosos tratados, consiste en
negarle a la violencia un valor legitimador en el proceso de conquista del territorio
y dominación del hombre americano. Su postura es “un intento serio de negociar
para el indio una posición definitiva e inexpugnable en la comunidad humana como
un ser ‘civil’ y ‘humano’” (Pagden: 1988, 169).
Esta discusión involucra a otro representante importante de la Escuela de
Salamanca, Francisco de Vitoria, quien trató de establecer las reglas para controlar
jurídica y teológicamente el proceso de conquista y colonización del Nuevo Mundo.71
70
Anthony Pagden (1997) señala que la participación de los intelectuales universitarios en el
debate sobre la justicia de la ocupación española en América fue el resultado de una larga
tradición. Durante siglos los escolásticos actuaron como consejeros de la corona en temas
morales e intelectuales. En el reinado de Carlos V y Felipe II, algunos profesores universitarios
se apartaron de los claustros académicos y se convirtieron en cancilleres, diplomáticos,
consejeros y confesores reales.
71
En 1534 Vitoria planteó por primera vez cuestiones de la naturaleza del indio americano y su
sociedad cuando escribió, ofuscado por la noticia de la matanza de Cajamarca a Miguel de Ar-
82 MARÍA JESÚS BENITES
Las fuentes orales no sólo le posibilitan reconstruir el pasado del incario, sino
argumentar a partir de los testimonios indígenas las razones que otorguen a España
los títulos de posesión. Las justificaciones para colonizar el territorio no se limitan
solamente a su ilegitimidad por la falta de coherencia en la sucesión de sus gober-
nantes, hay otros factores de más gravitación que funcionan en el texto.
cos, provincial dominico de Andalucía. En 1537 pronunció su relectio De Temperantia obra que
trataba sobre normas dietarias y el canibalismo. Ese mismo año fue escogido por Carlos V para
seleccionar una docena de miembros de su orden para la misión de los dominicos en Méjico.
72
La relectio De Indis fue impresa en 1557, siete años después de la muerte de su autor. No
obstante, el manuscrito circuló profusamente en distintos claustros académicos.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 83
que por estos pecados contra natura pueden ser castigados y punidos,
aunque la comunidad de los naturales de la tierra no contradijesen a
73
tal costumbre (...) porque pueden ser forzados a que guarden ley de
naturaleza, como lo enseña el Arzobispo de Florencia e Inocencio y lo
confirma fray Francisco de Vitoria en la relación que hizo de los títulos
de las Indias. De manera que por este solo título, sin otros muchos
tiene Vuestra Majestad el más bastantísimo y ligitimo título a todas las
Indias que príncipe en el mundo tiene señorío alguno (...) (78-79).
Las prácticas que Sarmiento enumera en este párrafo son el eje de la argu-
mentación que será desplegada con ejemplos en su Historia. Las conclusiones de
Francisco de Vitoria otorgan las pautas de lectura e interpretación de esa realidad.
Es la escritura de la Relectio de Indis la que brinda el esquema por medio del cual
aparece representado el pueblo inca. La palabra de Vitoria es autoritaria ya que
funciona no sólo como un modelo indicativo sino que define ideológicamente al
sujeto que la retoma (Mijail Bajtín: 1989).74 La palabra del filósofo se basa en una
autoridad concluyente como la de Aristóteles y es escrita en una lengua ajena que
intrín-sicamente marca una diferenciación: el latín.
La escritura de la historia tiene para Sarmiento un fin comunitario o público:
brindar argumentos legitimadores a las autoridades reales sobre la colonización en
la región andina. El objetivo no es el de adoctrinar a sus pares, sino insertarse en el
circuito de la discusión acerca de los legítimos derechos que sostienen la ocupación
del territorio americano.
El registro de las costumbres de los indígenas ejemplifica los elementos que
determinan, para los escolásticos, la diferencia entre el hombre civilizado y el natu-
ral. Esta distinción constituye el principio ideológico que guía al historiador y el que
le permite adecuar sus observaciones y su cultura letrada a las circunstancias histó-
rico - políticas. La obra legitima la esclavitud de los indios con fines netamente polí-
tico - económicos antes que religiosos.
Vitoria parte de la concepción aristotélica de que existen pueblos que necesi-
73
Las cursivas son mías.
74
Bajtín (1989) agrega que la palabra autoritaria se “encuentra en una zona alejada, orgánicamente
ligada al pasado jerárquico, es, por decirlo así, la palabra de los antepasados”. Luego agrega
que la palabra autoritaria puede “organizar en torno suyo gran número de otras palabras (que
la interpretan, la alaban, la aplican de diferentes maneras, etc.)” (159).
84 MARÍA JESÚS BENITES
tan ser dominados por otros: “Como elegante y atildadamente enseña Aristóteles,
algunos son por naturaleza siervos, para quienes es mejor servir que mandar”
(27).75 La teoría de la esclavitud natural era, en el mundo griego, un medio para
explicar “por qué era moralmente justo que una nación esclavizara a los miembros
de otra” (Pagden: 1988, 69).76 Esta postura hace eco de la de Sepúlveda ya que
para ambos juristas la servidumbre natural consiste en una relación de jerarquías
entre aquellos que están destinados a ser regidos y los que deben regir. En la
introducción a Relectio De Indis se señalan los tres aspectos centrales de la obra.
75
Relecciones del Estado, de los indios y del derecho de la guerra, México: Porrúa, 1985. Todas
las citas corresponden a esta edición. La cursiva es de la versión original.
76
Padgen (1988) agrega que la esclavitud natural se opone a la esclavitud civil. Ésta era consi-
derada en el mundo griego una institución social. El esclavo civil era un hombre que, por causas
ajenas a su naturaleza, estaba privado de sus libertades. La esclavitud natural no se refería a
una institución sino a una categoría concreta de hombres que se basa en el axioma, común en
el pensamiento griego, de que en todas las formas complejas existe una dualidad en la que un
elemento domina naturalmente al otro.
77
Véase el estudio introductorio a Relectio de Indis de Luciano Pereña (1967, CLX - CII).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 85
78
La cursiva es mía.
79
En este aspecto Castilla Urbano (1992) señala que: “Si por derecho natural todos los hombres
eran libres, difícilmente se podía apelar a éste para legitimar el derecho al imperio del orbe;
tampoco el derecho divino permitía fundamentar el dominio del emperador sobre el mundo,
porque no constaba en ningún lugar que Dios entregara a ninguna persona. (...). La misma idea
de justificar el dominio del emperador sobre el orbe mediante el derecho humano era dispara-
tada, porque exigiría la existencia de una ley capaz de otorgar dicha autoridad, pero ésta no
existía ni era posible porque la ley presuponía la jurisdicción, y ésta no había existido nunca
86 MARÍA JESÚS BENITES
correr aquellas provincias y de permanecer allí, sin que puedan prohibírselo los bár-
baros, pero sin daño alguno de ellos” (60). De este derecho se desprenden otros
como el de ius peregrinandi o derecho de recorrer los territorios, el derecho al libre
comercio, entre otros. Si alguno de estos derechos fuese impedido por los indios,
los españoles podrían llegar a las armas.
El segundo título es el de la “propagación de la religión cristiana” que implica
el “derecho de los cristianos a predicar y anunciar el Evangelio en las provincias de
los bárbaros” (65). En el siglo XVI la creencia de salvar las almas de aquellos que no
conocían la religión de Cristo significaba un factor de nivelación de los hombres y
por lo tanto implicaba que los indios eran seres humanos capaces de entender el
mensaje del Evangelio (1992: Castilla Urbano). Nuevamente afirma que si los indios
impidieran esta divulgación sería lícito declararles la guerra.
El tercer título se relaciona con los anteriores ya que propone que si los indios
conversos y “sus príncipes quieren por la fuerza y el miedo volverlos a la idolatría
(68) los españoles tienen todos los derechos de declarar la guerra. El cuarto título
sostiene que el “Papa puede darles un príncipe cristiano y quitarles los otros seño-
res infieles” (68).81
El quinto título es central: “La tiranía de los mismos señores de los bárbaros o
de las leyes inhumanas que perjudican a los inocentes como el sacrifico de hombres
inocentes o el matar a hombres inculpables para comer sus carnes”(69). Sarmien-
to, en su prólogo a Historia Índica, refiere los principales pecados que comenten los
indígenas: el "maldito pecado nefando" de comer carne humana, “concúbitos indife-
rentes con hermanas y madres” (78) que determinan -al igual que otras prácticas-
una progresiva deshumanización del otro, de lo culturalmente extraño (Pagden: 1988).
chos humanos. Sin embargo, ese derecho partía de un “concepto general y abstracto del ser
humano como miembro de una comunidad internacional definida por el intercambio de mercan-
cías, la acción productiva, el predominio técnico del hombre sobre la naturaleza y un concepto
racional del poder político, que aplastaba bajo su lógica universal la realidad diferente de las
civilizaciones americanas, sus formas de vida, su memoria y conciencia comunitaria y su
concepción sagrada de la naturaleza” (62).
81
Castilla Urbano (1992) afirma que aunque Vitoria no aludía a la metáfora del cuerpo místico
“subyace en este supuesto la idea del príncipe como cabeza rectora del cuerpo social, si este
fuera infiel podría hacer uso de su poder para obligar a apostatar a sus súbditos cristianos”
(308).
88 MARÍA JESÚS BENITES
82
En su relectio De temperantia, pronunciada en 1537, Vitoria había afirmado que no existía
ningún alimento vegetal o animal que no pueda comerse, pero el consumo de cualquier alimento
diferente a los hábitos culinarios occidentales constituía una costumbre más propia de anima-
les que de hombres. El tipo de alimento que se comía era un índice del nivel cultural de quien lo
consumía. Pagden (1988) señala que el consumo poco selectivo de los indios capaces, según
Vitoria, de comer ratas, lombrices, serpientes, saltamontes, “revelaba la incapacidad de los
indios para reconocer las divisiones entre las especies del mundo natural y la finalidad adecua-
da de cada una” (126). Además estas especies son, según la taxonomía de Aristóteles que
seguía el teólogo de Salamanca, inferiores.
83
Vitoria es contundente en este aspecto: “El hombre no debe servir de alimento al hombre”.
(Relecciones Teológicas. Citada en Pagden: 1988, 125).
Los ritos relacionados con el canibalismo son descriptos en numerosas crónicas de Indias y
relatos de viajes. Cristóbal Colón el 4 de noviembre de 1492 apunta en el Diario de su primer
viaje “Entendió también que lejos de allí había hombres de un ojo y otros con hocicos de perros
que comían los hombres, y que en tomando uno lo degollaban y le bebían su sangre, y le cor-
taban su natura” (1986, 146).
Subirats (1994) considera que la antropofagia "fue estilizada como un motivo culminante" en la
construcción de la "leyenda negativa" y como un elemento inherente en las descripciones de
la forma de vida de los indios americanos (132). Es interesante señalar que en el Tesoro de la
Lengua de Covarrubias para el término “Antropófago” (no aparece registro de “caníbal”) se se-
ñala el hábito de comer carne humana en los indios americanos “Notoria cosa es que los indios,
antes de ser conquistados por los españoles, comían carne humana, y la nuestra les savía
mejor que otra, como cuentan las historias de las Indias; éstos lo hazían por vicio, pero algunos
lo han hecho por necesidad de hambre (...)”. En el Diccionario de Autoridades no están
registrados los términos caníbal ni antropófago.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 89
do por el horror de lo que se describe. Vitoria demostraba que “el indio no podía ver que
otros seres humanos no eran comida natural para él, como no podía ver que los animales
o las criaturas del mismo sexo no eran sus parejas naturales” (Pagden: 1988, 125)
El sexto título surge de una “verdadera y voluntaria elección” (69) mediante
la cual los indígenas aceptan como legítimo soberano al rey de España. Relacionado
con éste se postula el séptimo título en el que la legitimidad puede provenir “por
razón de amistad y alianza” (70). Vitoria apoya este argumento en el accionar del
imperio romano que “prestaba ayuda a sus amigos y aliados, y esto les ocasionaba
guerras justas, por las que se apoderaban de nuevas provincias” (70).
Vitoria parece concluir con este título su argumentación acerca de la legitimi-
dad del dominio español sobre el nuevo Mundo y los indígenas. Sin embargo, hay un
último apartado que “podría no ciertamente afirmarse, pero sí ponerse a estudio y
parecer a algunos legítimo” (70). El dominico no afirma con seguridad la validez de
este octavo título pero insiste en la necesidad de proteger a “esos bárbaros” ya que
“aunque, como se ha dicho, no sean del todo faltos de juicio, distan, sin embargo,
muy poco de los amentes, por lo que parece que no son aptos para formar o admi-
nistrar una república legítima dentro de los términos humanos y civiles” (70). Desde
los primeros tramos de su obra, Sarmiento se detiene en el sistema de gobierno y
la sucesión incaica, calificadas siempre de confusas, desordenadas y tiránicas.
84
Las cursivas son mías.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 91
Capítulo II
Los otros
94 MARÍA JESÚS BENITES
La Instruçión del Inga Don Diego de Castro Titu Cusi Yupangui para el muy
ilustre señor el licenciado Lope de García Castro gobernador que fue destos reynos
del Pirú, tocante a los negocios que con su magestad, en su nombre por su poder a
e tratar; la qual es esta que se sigue85 es el primer texto en el que se escucha la voz
de la resistencia al poder colonial en los Andes. El documento, fechado el 6 de
febrero de 1570, fue dictado por Titu Cusi Yupanqui -hijo de Manco Inca Yupanqui-
quien encabezaba desde 1555 los grupos disidentes en Vilcabamba.
Sarmiento mantiene en silencio tanto la postura de Titu Cusi y Túpac Amaru,
como la existencia de esta Crónica pero establece con ellos, una polémica, ya que
en su Historia contesta y desautoriza, de manera indirecta, los argumentos belige-
rantes que utilizó Cusi para lograr una reacción favorable a su comunidad por parte
de las autoridades. Sólo en el párrafo final, después de haber expuesto las razones
que declaran la insolvencia de las consideraciones legitimadoras de los derechos de
los incas, apela a estos ausentes en presencia.
Es cosa falsa y sin razón ni derecho decir que agora hay en estos reinos
ninguna persona del linaje de los ingas que pueda pretender derecho a la
sucesión del ingazgo deste reino del Pirú, ni por ser señores naturales ni
legítimos, porque no lo eran (...) y el que agora está en los Andes, que se
85
Se ha consultado la edición preparada por Luis Millones, a la cual pertenecen todas las citas
utilizadas en este trabajo. Lima: El Virrey. 1985. El manuscrito original se encuentra en la
Biblioteca de El Escorial (España) Códice L. I. 5. Fojas 131 a 196. Diego García de Castro era,
en ese momento, Presidente de la Real Audiencia de Lima.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 95
86
En adelante denominaré la obra de esta manera.
87
Es importante recordar que cuando Sarmiento firma su Historia Indica, aún no había llegado a
Cusco la noticia de la muerte de Titu Cusi Yupanqui.
88
Hay un mediatizador primario: el padre Marcos García que reestructura y ordena lo enunciado
por Cusi para retransmitirlo al Escribano Martín Pando que es quien hace la transcripción
escrita. El padre Marcos García se encontraba al frente de las acciones evangelizadoras en la
zona de Vilcabamba junto a Fray Diego Ortiz. Este ultimo actuó, junto con los capitanes incaicos
Su-ta Yupanqui, Rimache Yupanqui y Sulca Varac, como testigo de la fidelidad del documento
dic-tado por Cusi. El notario Martín Pando, de origen mestizo, colaboró estrechamente con Cusi
ya que fue quien redactó numerosas cartas dirigidas a Diego García de Castro y otros funcio-
narios virreinales.
96 MARÍA JESÚS BENITES
el relato de Titu Cusi construye una “visión trágica de los vencidos” (Wachtel: 1971,
24) que transmite la desesperanza ante la llegada de los españoles y el deterioro de
su cultura.89 Pero también en su Instrucción esgrime, de manera beligerante, un re-
clamo para que esa comunidad recupere las tierras que le pertenecen y él sea re-
conocido por las autoridades coloniales como legítimo soberano de las mismas.
Además, formula una serie de exigencias para abandonar la lucha armada, cuyo
cumplimiento debe garantizar Felipe II.
El texto plantea una posición opuesta al adoctrinamiento y control sobre los
aspectos sociales, religiosos y administrativos que impone el gobierno toledano. La
Instrucción, por lo tanto, tiene por objetivo esgrimir los argumentos adecuados
para respaldar la legitimidad de los incas como dueños naturales de la tierra. La
defensa de este derecho se inscribe en el relato de los distintos agravios que come-
ten los españoles contra los incas cuando inician la conquista de Perú.
Raúl Porras Barrenechea ubica la voz de Titu Cusi Yupanqui en el conjunto de
cronistas anti-toledanos. Allí distingue a aquellos que tratan de recuperar en la es-
critura los restos de la tradición incaica. En estas “crónicas indias” se incluye la obra
de Joan Santa Cruz de Pachacuti Yamqui, Felipe Guamán Poma de Ayala y la del
mestizo Inca Garcilaso de la Vega.90
Porras señala que en este grupo, entre los que distingue por su calidad esté-
tica la obra de Garcilaso de la Vega, existe como huella indeleble el mestizaje. En
todos estos autores hay influencias de la cultura hispánica y occidental pero poseen
un modo de sentir y pensar profundamente indígena. “Hablan quizás el español,
pero piensan en quechua” (543).91 El estudioso valoriza la “audacia” de Titu Cusi, ya
que, en un momento en el cual los indígenas tenían mínimas libertades, el texto
ofrece la primera versión indígena de la conquista.
Para Robert Lewis (1988) los cronistas andinos, como Cusi, Guamán Poma,
89
Wachtel (1971) precisa que acercarse a la visión trágica de los vencidos supone “pasar al otro
lado del escenario y escrutar la historia al revés, porque estamos, efectivamente acostumbra-
dos a considerar el punto de vista europeo como el derecho: en el espejo indígena se refleja el
otro rostro de Occidente” (24).
90
Relación de antigüedades desde Reyno del Perú (¿1613?), Nueva Corónica y Buen Gobierno
(¿1615?) Comentarios Reales (1609), respectivamente.
91
Cito de la edición de 1986.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 97
Titu Cusi aprovecha los instrumentos legales del sistema colonial desde toda
vez que su texto es denominado “Instrucción”. En los primeros fragmentos del do-
cumento se advierte esta orientación “instructiva”.
su Magestad del rey don Phelipe nuestro señor; debaxo de cuyo anparo
yo me he puesto, quien soy y la neçesidad que a causa de poseer su
Magestad y sus vasallos la tierra que fue de mis antepasados en estos
montes padezco. Y podra su Señoria dar la dicha relaçion siendo dello
servido por esta via, comenzando lo primero por quien soy e cuyo hijo.92
Y tanbien que sepa su Magestad por estenço como abaxo yrá de-
clarado, la manera y cómo y en qué tiempo los españoles entraron en
esta tierra del Piru y el tratamiento que hizieron al dicho muy padre
todo el tiempo que en ella bivio hasta darle la muerte en ésta que yo
agora poseo: que es la que se sigue (1 – 2).
Yo el sapai ynga Don Diego de Castro Titu Cusi Yupangui, hijo mayoraz-
go que soy de Mango Ynga Yupanqui y nieto de Guaina Capac, señores
naturales que fueron destos reynos e provincias del Piru, digo que por
quanto yo tengo neçesidad de tratar con el rey Don Phelipe nuestro señor
y con otras justicias de qualquier estado y condición que sean, ansy segla-
res como eclesiasticas, y juntamente con algunas otras personas que destos
reynos ayan ydo a los de España que alla puedan residir o residan. Y no
92
Las cursivas son mías.
93
Tanto en el Tesoro de la lengua como en el Diccionario de Autoridades el término “requerimien-
to” remite a un acto judicial, en el que se intima a alguien para que se realice o no determinada
cosa. En el plano jurídico, se puede afirmar que el documento de Cusi se acerca también a una
capitulación en sentido de que de algún modo se trata de un compromiso establecido entre un
particular (en este caso Titu Cusi) y un representante de la Corona (Lope García Castro) para
el desempeño de una empresa con carácter de servicio (representarlo ante el Rey). La
dimensión jurídica y legal del texto ha sido trabajada por Francisco Theodosiadis (1997).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 99
podría hallar persona que con más calor ni solicitud pudiese solicitar
mis negocios, como es el señor governador el licenciado Castro, que a
los reynos de España agora ba, ni quien con más amor los haga ni
pueda hazer, como a tenido e tiene de costumbre de hazerme merçed,
que por esta, con la confiança que de su persona tengo, le doy todo mi
poder bastante, y libre y suficiente qual de derecho más puede valer
ansy como yo lo he e tengo y de derecho en tal casso se requiere para
que por mí y en mi nombre y como mi persona mesma pueda pareçer
ante su Magestad y pressentar su real nonbre qualesquier petiçion y
dezir y declarar todo lo que le fuere preguntado tocante a mis negoçios
de la mesma manera que sy yo lo dixiese y declarase. E pueda paresçer
ante qualquier consejo, audiencias, alcaldes e regimiento e ante otras
qualquier justiçias de su Magestad, ansy eclesiasticas como seglares,
y pedir y demandar, anparar y defender todas y qualquier cosas que
bea que me puedan y deban pertenesçer94 (35).
94
Las cursivas son mías. Este fragmento pertenece a un apartado dentro de la Instrucción que
lleva por título “Poder para el Señor Governador el Licenciado Lope García de Castro”.
95
Es interesante retomar aquí las palabras de Eduardo Subirats (1994) al referirse al Reque-
rimiento: “En la institución del Requerimiento se conjugaban las necesidades estratégicas de
la conquista con la crítica reformadora de su violencia, la legitimación teológica del despo-
jo territorial de los americanos y su sublimación humanista. De ahí también la mezcla y la
ambigüedad de significados, desde lo absurdo y alucinatorio hasta la directa brutalidad, que
distingue a este nuevo género literario, a mitad de camino entre el edicto inquisitorial y la
declaración de guerra” (288). Véase también Silvia Benso, La conquista di un testo. Il reque-
rimiento (1989).
100 MARÍA JESÚS BENITES
96
La autora (ibídem) señala además que el texto ha sido concebido como una probanza de
servicios con un claro tono acusatorio.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 101
aquí a avido falta que a sido como dicho tengo por mi yndispusision,
de aquí adelante no la abrá; gran pena he reçebido de la congoja que
me dizen Vuestra Merçed a resçibido en su prission, en espeçial si fue
syn culpa.
Apo – que quiere dezir señor, vengas norabuena, mucho dias a que
te e deseado ver y no se qué a sido el porqué no me as querido dar
este contento, pues tanto yo lo he deseado y te he enviado a llamar no
se quantas vezez para quexarme a ti destos tus soldados y por les
apalzer a ellos no me as querido dar a mí contento, pues por çierto
que te lo he deseado yo dar y aun procurado, mal me pagais vosotros
my tan buen deseo y obras97 (12).
Luis Millones (1985), ofrece una alternativa lingüística para pensar esta par-
ticularidad. Tanto en el aimará como en el quechua uno de los postulados más
importantes es el de la fuente de información. En los actos de habla del quechua, en
la misma oración se indica si los datos que se refieren son conocidos de manera di-
recta o si han llegado a través de otra persona. La vista es el único referente válido,
no así el oído que es una fuente indirecta o secundaria. Si el hablante se refiere a la
información que le llega de este modo, no puede presentarse como testigo. Para
este tipo de exposición el quechua posee sufijos especiales que indican la distinta
validez de un testimonio. Es tan importante esta distinción que si el hablante entre-
mezclara los códigos sería acusado de mentiroso (10).98
Al referir los parlamentos como si de esta manera hubieran sido pronuncia-
dos por sus protagonistas, Titu Cusi deposita en sus autores toda la responsabilidad
que pueda derivar de sus propias palabras o, como señalamos siguiendo a Millones,
alejar de sí la acusación de falaz. Así se refleja además, la fuerza con que subsiste
97
En la edición original los discursos directos están en cursiva y entre comillas.
98
Millones (1985) refiere una anécdota que ilustra estas consideraciones: “No hace muchos
años en una escuela ayacuchana, donde los padres de familia se sublevaron contra la maes-
tra de historia por pasar horas de clase contando la vida de personas que no conocía: curso
que trataba de los héroes peruanos de la Emancipación” (10). La orientación de este planteo
nos lleva a los fundamentos que sostienen, desde la Antigua Grecia, la historiografía: “La
historia comienza a ser considerada como el relato de aquel que puede decir ‘he visto’ o en su
defecto ‘he oído’ de personas fiables - porque han visto”. En Jorge Lozano: 1987, 24 - 25.
102 MARÍA JESÚS BENITES
la oralidad, como el único modo posible de transmitir la memoria histórica del pue-
blo.
Es arriesgado presentar otro origen, aparte del lingüístico, para esta dinámi-
ca que domina la escritura, sin embargo creo que no es desacertado pensar en una
influencia proveniente de los autosacramentales, que eran ampliamente represen-
tados durante la evangelización. Los estudios suscitados en torno al descubrimiento
de la Tragedia a la muerte de Atahualpa (1871), apoyarían esta postura.99 Incluso,
las fórmulas con las que es introducida la palabra de Manco Inca cuando se dirige a
su pueblo, tienen resonancias propias de las homilías, que brindan a su figura, hi-
per-bolizada en algunos tramos, una dimensión gestual.
Parlamento del Ynga a sus capitanes sobre lo del cerco del Cusco
Muy amados hijos y hemanos mios, nunca pensse que me fuera
necesario aberos de hazer lo que ahora pienso (...) (20).100
La crónica comienza con una declaración que a lo largo del documento reite-
ra la legitimidad de su condición de soberano. Para ello no sólo se apropia de las
for-mas discursivas coloniales, siguiendo la tradición europea de descendencia y
respeto al mayorazgo, sino que también establece una genealogía patrilineal direc-
ta para autorizar su discurso.
99
El manuscrito fue descubierto por Jesús Lara. Otros estudiosos del mundo andino se han
dedicado a analizar los orígenes de la Tragedia o Wanca, tales como Nathan Wachtel (1971)
y Antonio Cornejo Polar (1994), entre los más importantes.
100
Las cursivas son mías.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 103
en la elección del hijo que demostraba mejores condiciones, hecho que de todos
modos no evitaba malestares internos.
Pero hay dos factores que determinan esta insistencia de Cusi. Por un lado,
diversos documentos han demostrado que al morir Manco Inca deja como sucesor
a Túpac Amaru quien debido a su corta edad, tuvo como tutor, al frente del gobier-
no, a Titu Cusi. Por otro, la situación de bastardía que pesaba sobre él. Cusi silencia
estos detalles históricos y se construye en el texto como el descendiente elegido por
su padre para continuar la resistencia a la sujeción de los colonizadores y defender
la identidad cultural de los incas.101
101
El hecho de que Sarmiento enfatice en su Historia Índica la ilegitimidad de Titu Cusi, demuestra
que era extendida la versión de que Manco había elegido a Túpac Amaru como sucesor.
102
Las cursivas son mías.
104 MARÍA JESÚS BENITES
Este episodio silenciado por Sarmiento, es representado por Cusi para de-
mostrar que la actitud de Atahualpa es desencadenada por la ofensa inicial de los
españoles que arrojan, como hace luego el inca con el libro que no habló, la chicha
o bebida sagrada. Pero, a pesar de esta concesión al Inca del Quito, el enunciador
no sólo pone el acento, reiteradamente, en la condición de bastardía de Atahualpa,
sino que también critica la ambición de poder de Guáscar, hermano de Manco, al
disputar un lugar que sólo le corresponde a su padre, quien por su corta edad ha
quedado al margen del poder.104
Es así como las escenificaciones textuales que reconstruyen la prisión de
Atahualpa están dramatizadas por medio de parlamentos que rebelan sus ambicio-
nes y acrecientan la tensión entre éste y los incas del Cusco.
Apoes- que quiere dezir señores- esta gente que a benido a nues-
tras tierras es muy contraria a nuestra openión y se a confederado
y tienen mucha paz con my hermano Mango Inga, si os perece demosles
en la cabeça y muertos todos estos, (…); y si no los matamos y estos
se hazen con muy hermano Mago Ynga (…) podría ser que nos fuese
mal del negoÇio porque my hermano esta muy enojado contra my e si
haze llamamiento de toda la tierra hara capitanes e estos y él y ellos
no podrian dexar de matar nos, por eso si os pareciese ganemosle
nosotros por la mano (5).
103
En la versión que presenta Cusi queda de alguna manera disminuido, en comparación con la
mirada que transmite Guamán Poma de Ayala, por dar un ejemplo de cronista andino, el poder
de la letra como representación plena de la autoridad religiosa e imperial. Cornejo Polar (1994)
señala que el testimonio de Cusi se acerca al que ofrece Santa Cruz de Pachacuti Yamqui
(¿1613?) ya que para ambos el episodio de Cajamarca no tiene una significación decisiva. En
el caso del primero, supone el autor, debido a su origen colla; en el del segundo, por el no
reconocimiento del Inca de Quito como legítimo gobernante.
104
Es importante recordar la división política que existía entre los incas del Cusco y los de Quito,
a los que pertenecía Atahualpa. La habilidad diplomática de Francisco Pizarro consistió preci-
samente en aprovechar para sí estas desavenencias entre los medios hermanos. Las estra-
tegias de Pizarro se acercan a las de Hernán Cortés que sacó provecho de las disconformidades
de los pueblos sometidos por el poderío azteca para apoderarse del Valle de México.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 105
hijos del supay (del demonio), siervos del supay, finalmente, ellos mismos supay.
Este proceso de demonización de los conquistadores se manifiesta en el texto a
través de la amplificación de imágenes y relatos que deconstruyen la ilusoria impre-
sión inicial que tuvieron los incas.
¿Vosotros sois los que dezis que sois viracochas y que os enbia el
Tecsi Viracochan?, no es posible que vosotros sois sus hijos pues
pretendeis hazer mal a quien os haze y a hecho tanto bien, por ventu-
ra ¿no os enbié a Caxamarca gran suma de oro y plata? ¿no tomastes
a my hermano Atagualpa todo el tesoro que alli yo tenía de mis ante-
pasados? (...). Verdade-ramente digo que vosotros sois dimonios y no
viracochas,105 pues sin culpa me tratais de esta manera. (...). A esto
respondieron los españoles e dixeron: annos dicho que nos quereis
matar y por eso te hemos preso, por tanto si no es ansy que no te
quereis levantar, bueno será que redimas tu bejaçion y nos des algun
oro y plata, que eso es lo que benimos a buscar (8).
Y my padre por tentarlos hizo sacar otras mas de beynte casy de aque-
lla suerte unas buenas y otras mejores y ninguna les contentava. Ya que le
paresçio a my padre que hera tiempo, mando que saliese una la más
prençipal muger [que] en su casa tenía, conpañera de su hermana la coya,
la qual se paresçia casy en todo. (...). Gonçalo Piçarro, como hera el que
mas deseava de todos, pues particularmente la avia pretendido dixo a my
padre estas palabras: “señor Mango Ynga, si esa es para mí deseme luego
porque ya no lo puedo sufrir” (...) y él ansy delante de todos, syn más mirar
a cossa, se fue para ella a la besar y abraçar como sy fuera muger ligitima,
de lo qual se rio mucho my padre (17).
Los incas, en tanto, pasan de una actitud generosa -en la que se marca la
105
La cursiva es mía.
106
Manco Inca no podría prever el destino trágico de su hermana, quien unos años después sería
capturada por Gonzalo Pizarro en unos de los ataques a Vilcabamba. Según refieren Bernard
y Gruzinski (1999, 30), para no ser violada por el español, la princesa Ocllo se frotó el cuerpo
con excrementos. Ante esta actitud de la joven, Pizarro ordenó que la mataran a flechazos.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 107
desproporción de las ofrendas que entregan con respecto a las que reciben- al asombro
ante la desmesurada codicia material y la violencia que se apodera de los conquistadores.
La rebelión que encabeza su padre rechaza los términos del “significado constituyente de
la violencia avasalladora” del conquistador (Subirats: 1994, 198).
En la crónica, los españoles, los dioses del inicio, son degradados y presenta-
dos con todas sus miserias. Titu Cusi acentúa sus acusaciones, guiando la orienta-
ción de su discurso hacia el comportamiento de los conquistadores que se basan en
la violación de los principios religiosos occidentales impuestos por la evangeliza-
ción: codicia, mentira, lujuria, envidia, engaño. Titu Cusi señala cómo la traición y la
vio-lencia, son estrategias decisivas para el triunfo de los españoles.
Antes de partir a Vitcos, Manco Inca aconseja a su comunidad que reaccione
ante los agravios cometidos, pero con tácticas propias de los españoles, o sea
“engañarlos” para sostener la resistencia. Se acentúa en los parlamentos que dicta
Titu Cusi la beligerancia de Manco en discursos fuertemente contestatarios, donde
se resaltan, por medio de comparaciones, las diferencias entre las creencias pro-
pias y las adoptadas ante un dios ajeno.108
Lo que más aveis de hazer es que por ventura estos os diran que
adoreis a lo que ellos adoran, que son unas paños pintados, los quales
dizen que es Viracochan, y que le adoreis como a guaca, el qual no es sino
paño, no lo hagais sino lo que nosotros tenemos eso tened, porque como
beis las vilcas hablan con nosotros y al sol y a la luna bemoslos por nuestros
ojos y lo quesos dizen no lo vemos bien. Creo que alguna bez por fuerça o
con engaño os an de hazer adorar lo que ellos adoran, quando más no
puedieredes, hazeldo delante dellos y por otra parte no olvideis
107
Este parlamento es pronunciado por unos de los capitanes de Manco Inca, Vila Oma.
108
Francisco Theodoassis (1997) en su artículo sobre la Instrucción de Titu Cusi señala los
mecanismos por los cuales los incas se reapropian de los comportamientos de los españoles
(la mentira, el engaño) como recursos de lucha.
108 MARÍA JESÚS BENITES
109
Las cursivas son mías. En este fragmento se advierte el proceso de incorporación del dios
cristiano por medio de su homologación con Viracocha. Esta estrategia se hará más eviden-
te en la escritura de Garcilaso de la Vega, quien reemplazará el culto a Viracocha por un
dios menor, Pachacamac, cuyo culto excluyente sostendrá el supuesto monoteísmo de los
incas.
110
Tomo la expresión de Raquel Chang - Rodríguez (1991) quien reconoce como disidente el
discurso de Titu Cusi en tanto ofrece una versión “que cuestiona la norma impuesta, ora en su
representación ‘oficial’, ora en su apropiación de los modelos literarios foráneos” (XVII).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 109
lencia.
Su voz indignada lucha por restablecer el pasado pre-hispánico, por recupe-
rar esa armonía ahora desagarrada,111 ya que el presente se muestra como un
pachacuti, (derrumbamiento del mundo) donde las polaridades, el arriba y el abajo,
se han invertido y el equilibro parece irrecuperable.112
111
Tomo la expresión de Antonio Cornejo Polar (1994).
112
La historia para los incas constituía una sucesión de eras separadas entre sí por un período de
cataclismos. El mundo andino estaba estructurado sobre la base de opuestos complementa-
rios, uno, hanan, el arriba, el otro, hurin, el abajo. El hombre, el sol, el fuego, las montañas,
pertenecen a la mitad de arriba, la mujer, la luna, el agua, el mar, la costa a la de abajo. En Ronald
Wright (1994, 217).
Véase también, entre muchos otros, Louis Baudin, La vida cotidiana en el tiempo de los
últimos incas y El imperio socialista de los incas. 1987 y 1945, respectivamente; Nathan
Watchel, Los vencidos. Los indios del Perú frente a la conquista española. 1976; Luis Millones
(comp.) El retorno de las huacas (1990).
110 MARÍA JESÚS BENITES
113
Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en Chile. Tomo I, Capítulo XIII. Todas las
citas corresponden a esta edición. Ángel Rosenblat en el “Apéndice Documental” (Tomo II) de
Viajes al Estrecho de Magallanes reproduce la documentación editada por Medina (271 – 273).
114
La cursiva es mía.
115
Cerezuela había llegado al Perú en 1569 junto con Francisco de Toledo, con quien había
estudiado. Estuvo al frente del Tribunal durante más de doce años, durante los cuales se
realizaron tres autos de fe y sentenció a la hoguera a numerosos herejes.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 111
Incas no habían podido someter.116 Nuflo Chaves había fundado en 1561 la ciudad
de Santa Cruz de la Sierra, en el centro del dominio indígena.117 La Audiencia envió
a Andrés Manso a colonizar la zona pero un grupo de indígenas exterminó la tropa
española e incendió su aldea. Este incidente fue el pretexto que encontró Toledo
para avanzar contra los chiriguanos.
El Virrey se instaló en la ciudad de La Plata (Sucre) donde recibió distintas
delegaciones de indígenas que eran retenidos durante meses para adoctrinarlos en
la religión cristiana. Mediante engaños un grupo de prisioneros logró escapar, lo que
motivó que Toledo tomara la decisión de arremeter con las armas.118 A pesar de
estar enfermo, se encargó de la organización de la milicia con la que partió de la
ciudad de la Plata en mayo de 1574. La expedición estuvo signada por el fracaso y
la violencia. Mientras los indígenas se internaban en zonas inaccesibles los españo-
les, en represalia, quemaban sus pueblos, hasta que extenuados y enfermos debie-
ron retirarse.119
116
Los chiriguanos ocupaban la zona selvática de la actual Bolivia. Su verdadero nombre era avá
término guaraní que significa “los hombres”.
117
El territorio era un valle fértil y rico. En un primer momento se asoció este territorio con los
fabulosos reinos del Paititi.
118
Gruzinski y Bernard (1999) refieren que un día llegaron a la frontera cuatro indios cada uno con
una cruz de madera exigiendo ver a Toledo. Ante el Virrey manifestaron su deseo de conver-
tirse al cristianismo ya que, según decían, los había visitado un joven de largos cabellos
negros, vestido una túnica de algodón quien, luego de darle las cruces se elevó al cielo y
regresó en forma de rayo. Según ellos era el apóstol Santiago. A pesar de las dudas del padre
Reginaldo de Lizárraga, Toledo se mostró entusiasmado con el milagro. Las dudas se confirma-
ron cuando esa noche se dieron a la fuga con los demás indios (462).
Elena Altuna (2002) en su análisis de Descripción breve de toda la tierra del Perú, Tucumán,
Río de la Plata y Chile de Lizárraga (1605) señala cómo el autor desde un primer momento
cuestiona la veracidad del relato de los indígenas. “Lo que en el texto se evidencia es el
desconocimiento de la realidad por parte del gobernante y su gente, conocimiento y experien-
cia que para sí se atribuye el enunciador, pero que no puede expresar libremente debido a su
posición de subalternidad frente a los otros” (102).
119
Lizárraga en el libro I de su Descripción refiere que, desesperados por el hambre, los sol-
dados buscaban alimentos por todos los rincones y que en una ocasión se lanzaron sobre una
olla en que se cocía maíz hervido. Un soldado creyó ver en el fondo del recipiente un trozo de
carne: era el brazo de un niño. Al hambre y agotamiento, se había también apoderado de los
españoles el terror. En Gruzinski – Bernard (1999).
112 MARÍA JESÚS BENITES
120
José Toribio Medina, Historia del Tribunal de la Inquisición en Lima. Las citas correspon-
den a la edición de 1956. Para exorcizar a María Pizarro se formaron dos grupos. El diurno
estaba integrado por Fray Alonso de Gasco y de la Cruz, ambos dominicos, el segundo,
nocturno, por Jerónimo Ruiz de Portillo y Luis López, de la Compañía de Jesús. Había un quinto
religioso, Fray Pedro de Toro, que no tenía un turno fijo.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 113
Que había hecho pacto con dos demonios para aprender el arte
mágica, conservando en su poder y trayendo siempre consigo en su
seno el anillo de oro grueso y hueco que los diablos le habían dado (...).
121
Sólo la primera acusación tiene más de ciento ochenta apartados. El expediente del juicio
contra de la Cruz ocupa mil ochocientos folios manuscritos que se conservan en el Museo
Histórico Nacional de Madrid. El juicio completo contra de la Cruz fue editado en 1992 por Vidal
Abril Casteló, Francisco de la Cruz - Inquisición (actas). Anatomía y biopsia del Dios
y del Derecho judeo - cristiano - musulmán de la conquista de América. Madrid: CSIC.
122
Hampe Martínez (1998) señala que de la Cruz expuso además un delirante plan de reforma
religiosa, que contemplaba “inminente destrucción de la cristiandad europea -por mano de los
turcos- el surgimiento de una nueva iglesia en Hispanoamericana, en la que fray Francisco se
hallaría a la cabeza con los títulos de Papa y Rey de Israel” (97).
123
El proceso contra de la Cruz reveló datos oscuros de la sociedad limeña. Durante el juicio se
confirmó que el religioso había tenido un hijo con Doña Leonor de Valenzuela, esposa de un rico
encomendero de Quito (Rodrigo de Salazar) e hija del fundador de la ciudad (Nicolás Rivera).
La mujer fue convocada por la Inquisición pero debido a su linaje fue liberada luego de
114 MARÍA JESÚS BENITES
Las acusaciones que pesan sobre Sarmiento distan de esta gravedad pero,
de todas maneras, “fue metido en las cárceles, porque demás de lo que había dicho,
escribimos que había contra él sobrevenido cierta probanza, por la cual parece que,
mirando a una mujer las rayas de las manos, la dijo que por su causa habían de
matar en este reino dos personas” (333).
El 18 de noviembre de 1575 es llamado a declarar nuevamente por el conte-
nido de los cuadernos. El enjuiciado defiende la tenencia de los anillos ya que con-
sidera que tienen una virtud natural y que no son supersticiosos. Argumenta por
medio de comparaciones que “ninguna cosa puse de mi cabeza más de traer ejem-
plos de propiedades de piedras y yerbas naturales, y por no ser conocidas vulgar-
mente de todos causan admiración, y aun vienen a ser tenidas de algunos por
sospechosas, siendo naturales” (334).
El dictamen de los jueces fue contundente: destierro de las Indias, oír misa
rezada un día a la semana, en pie y en cuerpo, con una vela y en forma de peniten-
te, que abjurase de levi en la Sala de Audiencia y, finalmente, que fuese sacado a la
vergüenza pública. La sentencia se asimilaba a la de 1565, pero se sumaba el último
y más humillante castigo,124 del cual después de apelar, fue librado. Tampoco se
cumplió el destierro, decisión sobre la que es probable que Toledo haya ejercido
alguna influencia.
Se desconocen las actividades del acusado afecto a la quiromancia posterio-
res a la condena. Sólo se ha podido rastrear una noticia que señala su capacidad
como astrónomo. Felipe II había enviado cédulas al Nuevo Mundo para que se
observaran los eclipses de 1577 y 1578. Éste último fue observado por Sarmiento
en el cerro Quipaniurco de Lima. Provisto del instrumental necesario para estudiar el
fenómeno pudo establecer la diferencia horaria entre Lima y Sevilla y, por ende, los
125
La cita es de la edición de Ángel Rosenblat (1950). Los cálculos aportados son bastante
precisos ya que Lima está a 77° al oeste del meridiano de Greenwich y Sevilla a 5° 58’, o sea
2° 58’ menos que lo calculado por Sarmiento en ese momento.
116 MARÍA JESÚS BENITES
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 117
Segunda Parte
Capítulo I
El Estrecho de Magallanes:
El confín de los infortunios
120 MARÍA JESÚS BENITES
I- Noticias
1
Cuando Cristóbal Colón arriba a lo que considera sin refutaciones las Indias, inicia la búsqueda
del paso o península que lo lleve al centro del continente asiático. La esencia sobre el ser de las
tierras a las que Colón había llegado en 1492, dependía de la localización efectiva del paso al
Océano Índico. Con la finalidad de determinarla, fue organizado el cuarto viaje del Almirante
entre 1502 y 1504. La expedición, al mando de Cristóbal Colón, navegó desde Santo Domingo
en busca de la costa asiática ubicada -según sus cálculos- en occidente. La flota llegó a lo que
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 121
gallanes estaba constituida por más de doscientos cincuenta hombres. Los navíos
estaban comandados por Juan de Cartagena, Gaspar de Quesada, Juan Rodríguez
Serrano. Sebastián Elcano viajaba como maestre de la nao Victoria, al mando de
Juan de Mendoza.
Durante la travesía se suscitaron una serie de acontecimientos desafortuna-
dos. El más dramático ocurrió durante la permanencia en la bahía de San Julián, don-
hoy es Honduras y desde allí inició la búsqueda, Colón, sin embargo, confirmaba que aquellas
tierras eran asiáticas y que, más precisamente, pertenecían a la región de Ciamba, mencionada
por Marco Polo, como próxima al extremo meridional de la península. Dada la seguridad de estar
cerca del paso -determinada por la constante adecuación de los datos a sus propios intere-
ses- Colón continuó la expedición hasta arribar a una entrada de lo que parecía ser el tan
anhelado paso. Pero, ésa no era más que la entrada a una bahía y la clausura a las esperanzas
del navegante.
Américo Vespucio participó en la expedición que el 14 de mayo de 1501 partió desde Lisboa
con el mismo objetivo. La flota tenía el propósito de navegar hasta las costas subecuatoriales
y proseguir el viaje bordeando las costas en busca del lugar que permitiera pasar al Océano Ín-
dico. Luego, se continuaría la navegación hasta la India, para llegar a Lisboa por vía del Cabo
de Buena Esperanza y realizar de este modo la primera circunnavegación de la tierra. El primer
desembarco en tierra firme lo realizaron el 17 de agosto cuando alcanzaron las costas de lo
que hoy es Brasil. Los navegantes consideraron que se encontraban en el litoral asiático y por
lo tanto exploraron las costas en busca del paso. Al ser infructuosas las exploraciones,
Vespucio concluyó que la costa que recorrían se extendía sin límites hasta las regiones
antárticas y que, seguramente la conclusión más importante, se encontraban en un Mundo
Nuevo. Edmundo O’ Gorman en La invención de América (1958) realiza un detallado abordaje
de estas dos expediciones cuyos resultados y conclusiones serán los factores culminantes
del proceso de invención de América.
En 1513, Vasco Nuñez de Balboa, un hidalgo de Extremadura que llegó al Nuevo Mundo huyendo
de sus acreedores, atravesó el istmo de Panamá y descubrió, gracias a los datos brindados por
los aborígenes, una inconmensurable extensión de agua salada a la que denominó Mar del Sur.
Este descubrimiento volvió real la posibilidad de seguir una ruta occidental hacia Cipango y las
especias sin violar la demarcación establecida por el Tratado de Tordesillas. Ante las nuevas
perspectivas que originaba el descubrimiento del Mar del Sur, la Corona organizó una expedición
al mando del portugués Juan Díaz de Solís, para que localizara, a lo largo de las costas atlánticas,
el paso que permitiría alcanzar las Molucas o el país de las especias, sin transgre-dir el espacio
marítimo de Portugal. La flota después de haber navegado las costas del Brasil, penetró en el Río
de la Plata creyendo, erróneamente, haber alcanzado el tan ansiado paso.
En la Colección de los Viages y descubrimientos que hicieron por mar los españoles de
Martín Fernández de Navarrete existe una transcripción del documento. A esta edición perte-
necen las citas (1946, Tomo IV, 121 – 141).
122 MARÍA JESÚS BENITES
Habéis de mirar que todos los que agora en esta Armada van e adelante
fueren, han de tener toda libertad para escribir acá todo lo que quisieren,
sin que por vos ni otros ninguna persona les sea tomada carta ni defendido
que no escriban, porque nuestra voluntad es que dada uno tenga libertad
de escribir lo que quisiere; e si alguna persona tomare alguna carta, vos
mandamos que ejecutéis en él las penas que de derecho se deban ejecutar,
e a vos parezcan; e si por vuestro mandado se hiciere, vos certificamos
que demás de lo que de derecho se deba hacer, mandaremos que se pro-
vea como en cosa que nos tenemos por deservidos de vos, e que dello
2
En el A.G.I. se conserva en el P. 34, R. 8, una copia de la extensa Instrucción dada por Carlos
V a Fernando de Magallanes escrita en doce folios de ambos lados y uno de una sola cara. La
Instrucción está firmada en Barcelona el 8 de mayo de 1519. La letra es cortesana procesal.
Hay un detalle llamativo en el manuscrito y es el de la amplitud de los márgenes que ha dejado
el redactor.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 123
De las instrucciones reales como las que lleva Magallanes, surgirán las “Ins-
trucciones o Memorias” que tienen como mandato central la acción de escribir y
cuyos resultados se concretan en los textos denominados relaciones. La instrucción
entregada al “Gobernador del Maluco” se ubica en el momento inicial del proceso de
sistematización de los datos que se desean obtener sobre el Nuevo Mundo. Es inicial
puesto que aún no se especifica la obligatoriedad de la escritura ni se establecen los
elementos centrales que deben guiar el ejercicio de la observación.
Si bien se ha perdido el diario de la travesía y muchos otros documentos,
entre la tripulación se encontraba un lombardo, Antonio Pigafetta, quien a su regre-
so a España en 1522, fue uno de los dieciocho sobrevivientes, dejó testimonio de los
acontecimientos en su Primer viaje en torno del globo.4
Su autor entregó a Carlos V, en calidad de servicio, una copia del manuscrito:
“De Sevilla fui a Valladolid, ante la sacra Majestad de Don Carlos V a quien no ofrecí
ni oro ni plata, sino algo más grato a sus ojos. Le di, entre otras cosas, un libro de mi
mano escrito, en el que anoté cuanto nos acaeció a diario en nuestro viaje” (159).
En el Archivo General de Indias se conserva el Diario y derrotero5 escrito por
Francisco Albo. En él se consignan desde el día 29 de noviembre de 1519 hasta el 4 de
septiembre de 1522 las lecturas de las agujas y de las observaciones celestes. El
texto se construye sobre la base de estructuras fijas y repetitivas: “A los 13 del dicho
tomé el sol en 356 grados y medio, tenía de declinación 20 grados 32 minutos, vino a
ser el altura 33 grados 58 minutos, estábamos en vista de tierra en derecho del río de
la Laguna, norte sur con el viento les nordeste, íbamos al oes sudueste, y el día fue
martes” (214). De manera lacónica se evocan algunos detalles sobre las tierras que
recorren. Hay un silencio absoluto sobre los acontecimientos centrales
3
No deja de sorprender la dureza con la que se ordena actuar si alguien impide el libre ejercicio
de la escritura.
4
Primer viaje en torno al globo, Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1971. Todas las
citas corresponden a esta edición.
5
Diario o derrotero del viage de Magallanes desde el cabo de San Agustín en el Brasil, hasta
el regreso a España de la nao Victoria. En Colección de los Viages y descubrimientos que
hicieron por mar los españoles de Martín Fernández de Navarrete. Edición de 1946: Tomo IV,
191-225.
124 MARÍA JESÚS BENITES
6
De ahora en adelante me referiré al texto con esta denominación.
7
En la novela Maluco de Napoleón Baccino (1997), el personaje que narra la historia, cuenta de
la siguiente manera el estado de desazón que vivieron en el Estrecho: “Entonces un día, a
mediados de marzo, cuando ya no es posible continuar porque aquellas endemoniadas aguas
negras amenazan con despanzurrar los cascos, ya desvencijados, y el viento golpea con su
garrote los palos y las vergas, ya sin velas, hechas jirones; cuando ya casi no se escuchan las
voces ni órdenes, sino rezos, cuando el frío y la oscuridad de aquellos mares se instala como
una médula en el alma de cada uno, y uno siente miedo y asco de sí mismo; cuando parece que
hemos llegado al fondo del pozo y ya ni se discute porque todo el mundo piensa que ahora sólo
nos queda regresar; entonces la noticia que nos paraliza (...): don Hernando ha decidido pasar
allí el invierno" (136).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 125
8
Los colores utilizados responden a técnicas convencionales: el mar, en azul; la tierra, un color
hollín, las montañas en verdes, y las casas o chozas, blancas. En un mapa hay una piragua, y
algunos árboles de especias. Véase el estudio introductorio que acompaña la edición de los
Viajes de Pigafetta de la Editorial Emecé. Desde fines del siglo XIII se empezaron a dibujar
algunas cartas geográficas que señalaron un rompimiento con la tradición medieval ya que se
basaron en las observaciones hechas directamente durante las expediciones marítimas, por
medio de instrumentos como el compás náutico, la aguja de marear o la brújula. Estas cartas se
conocen con el nombre de portulanos. Ver Eli de Gortari: 1991, 57 - 66.
126 MARÍA JESÚS BENITES
Pasaron dos meses sin que viéramos ningún habitante del país. Un
día, cuando menos lo esperábamos, un hombre de figura gigantesca
se presentó ante nosotros. Estaba sobre la arena casi desnudo, y can-
taba y danzaba almismo tiempo, echándose polvo sobre la cabeza.
(...). Este hombre era tan grande que nuestra cabeza apenas llegaba
a su cintura (22 – 23).
Las mujeres no son tan grandes como los hombres; pero en com-
pensación, son más gordas. Sus tetas, colgantes, tienen más de un pie
de longitud. (...). Nos parecieron bastante feas; sin embargo sus ma-
ridos mostraban estar muy celosos (25).
Son muy glotones; los dos que capturamos se comían cada uno un
cesto de bizcochos por día, y se bebían medio cubo de agua de un
trago, devoraban las ratas crudas, sin desollarlas. Nuestro capitán lla-
mó a este pueblo patagones (30).
9
América Vespucio afirma, en una carta dirigida a Lorenzo de Médicis el 18 de julio de 1500,
haber encontrado en Curazao, “7 mujeres de tan gran estatura que no había ninguna de ellas
que no fuese más alta que yo un palmo y medio (...). Y mientras que estábamos en esto,
llegaron 36 hombres y entraron en la casa, y eran de estatura tan elevada que cada uno de
ellos era de rodillas más alto que yo de pie: en conclusión eran de estatura de gigantes, según
el tamaño y proporción del cuerpo que correspondía con su altura; que cada una de las
mujeres parecía una Pentesilea, y los hombres Anteos”. Cito de la edición de Alianza: 1986, 61.
Bernal Díaz en el capítulo LXXVIII de su Historia verdadera de la conquista de la Nueva
España (publicada en 1632) relata un diálogo entre Hernán Cortés y un jefe indígena acerca de
sus antepasados: “Y dijeron que les habían dicho sus antecesores que en los tiempos pasados
que había allí entre ellos poblados hombres y mujeres muy altos de cuerpo y de grandes hue-
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 127
sos (...). Y para que viésemos qué tamaños y altos cuerpos tenían trajeron un hueso o
zancarrón de uno de ellos, y era muy grueso, el altor tamaño como un hombre de razonable
estatura, y aquel zancarrón era desde la rodilla hasta la cadera. Yo me medí con él y tenía tan
gran altor como yo, puesto que soy de razonable cuerpo”. Cito de la edición de Porrúa: 1999, 135.
Cieza de León en el capítulo LII de su Crónica del Perú (1553), refiere cómo los indios
informaban a los españoles acerca de la existencia de gigantes monstruosos; Joseph de
Acosta retoma estos relatos en su Historia natural y moral de las Indias (1590). En sus
Décadas Pedro Mártir afirma que existe un método para fabricar gigantes (Década VII: 1530,
Libro 3), en tanto Cabeza de Vaca sostiene, en Naufragios (1542), que los indígenas de la
Florida “todos son flecheros, y como son tan crescidos de cuerpo y andan desnudos, desde
lexos parescen gigantes”. Cito de la edición de Alianza: 1998, 84.
10
En su Tesoro de la Lengua Castellana Covarrubias emplea, para definir el término gigante,
expresiones que acentúan la desmesura. La imagen que se representa, a partir de la visión de
los conquistadores de Indias, está construida sobre los tópicos de la barbarie y el primitivismo:
“Pero oy día, los descubridores de las Indias, han hallado una tierra que llamaron de los
Gigantes, por aver en ella hombres disformes en estatura, y cuentan que cogieron a uno de los
españoles y le echavan de uno a otro, recibiéndole en las manos, jugando con él un corro
dellos a las bonitas, como si fuera pelota”.
11
Para Antonello Gerbi (1978) la descripción de los gigantes patagones es el mayor aporte del
texto de Pigafetta a la etnografía y leyenda de América. La imagen del patagón que recorre
Primer viaje fue incorporada, por citar un ejemplo que considero paradigmático en su influen-
cia y difusión, por William Shakespeare en su obra La tempestad (1623). Pigafetta señala, en
cuanto a la religión de los “gigantes” que: “Parece que su religión se limita a adorar al diablo (...).
Uno de los demonios, que alborota más que el resto, es el jefe y diablo mayor, y le llaman
128 MARÍA JESÚS BENITES
Setebos” (29). Con este nombre menciona Calibán, el esclavo deforme de Próspero, a un dios:
“Debo obedecer, su poder es tan irresistible, que triunfaría de Setebos, el dios de mi madre, y
haría de él un vasallo”. Cito de la edición de Aguilar: 1991, 988. Miguel Rojas Mix (1993) ha
señalado la presencia de los gigantes patagones en distintas obras literarias y pictóricas en los
siglos XVI y XVII.
12
Véase Irwing Leonard: 1996, 101.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 129
13
Estos documentos se encuentran publicados por Martín Fernández de Navarrete en la Colec-
ción de viajes y descubrimientos.1825 – 1837. Tomo V. La Relación de Urdaneta, asimismo ha
sido publicada por Pablo Pastells (1920, 409 - 414). El texto de Torre brinda detalles de la
navegación, pero se omite toda mención a los sucesos de la travesía.
En el P. 37 del A.G.I. encontré dos manuscritos referidos a esta expedición. Uno es una breve
relación del viaje del comendador Loaysa al Maluco (R. 31) donde constan los acontecimientos
de la Armada luego del fallecimiento del Comendador. Está escrita en tres folios de ambos la-
dos y no figura autor ni fecha. El documento es una copia posterior, probablemente del siglo
XVII.
El otro documento (R. 33) es una declaración de Francisco de Paris, marinero griego que había
ido con el comendador Loaysa al Maluco, sobre lo acaecido en el viaje. Está escrita en
Valladolid y consigna como fecha el 25 de octubre de 1536. El manuscrito posee seis folios
escritos de ambos lados. El texto ha sido editado por Fernández de Navarrete en la Colección
de viajes y descubrimientos (1946: T. V, 335 – 342).
14
El manuscrito del testamento de Juan Sebastián Elcano se conserva en el A.G.I. Ha sido
reproducido por Pablo Pastells: 1920, Documento N° 7.
Es interesante señalar que se sucedieron tantas muertes que apenas se nombraba a uno en
un cargo a los pocos días e inclusive en horas debía ser reemplazado.
130 MARÍA JESÚS BENITES
15
Fernández de Navarrete (1946: Tomo V, 366 – 403).
16
Aréyzaga escribió además una breve relación que ha sido publicada por Fernández de Navarrete
en Colección de viajes y descubrimientos. 1825 – 1837.
17
El 26 de julio de 1529 en la ciudad de Toledo la Reina entregó al portugués Alcazaba una
Instrucción con ocho asientos y capitulaciones. El manuscrito -compuesto de tres folios de am-
bos lados más la carátula- se conserva en el A.G.I. P. 32, R.1, N° 2 y ha sido publicado por Pa-
blo Pastells (1920: 399 - 403) bajo el título de Asiento original que Su Majestad la Reina mandó
tomar con Simón de Alcazaba sobre las tierras que ha de descubrir y poblar. La cita
corresponde a la página 399.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 131
capitana Madre de Dios, dio con su quilla contra un bajío y sufrió serios daños. De
esta desdichada travesía se conservan, en el Archivo de Indias, dos documentos: la
relación de Alonso Veedor, escribano del rey, y la de Juan de Mori, miembro de la
tripulación que escribió desde la cárcel de Santo Domingo.18 En ellas se refieren con
algunas variantes las instancias de la expedición pero en ambas la trama gira en
torno a lo que Beatriz Pastor (1983) ha denominado como discurso del fracaso.
El 13 de enero de 1535 las naves llegaron a Río Gallegos después de haber
pasado cincuenta días sin beber agua que hasta “los gatos y perros bebían vino
puro” (Mori: 387). El 18 de enero, penetraron el Estrecho pero los fuertes tempora-
les no les permitieron avanzar. Esto los obligó a desviarse y permanecer en el
llamado Puerto de Lobos desde el 26 de febrero al 9 de marzo. Allí Alcazaba juró el
cargo de Gobernador, según los requerimientos de la Instrucción que llevaba y
también ordenó que se realizaran expediciones internas en procura de alimentos.
Mori y Veedor detallan en sus relaciones cómo en los primeros días no encon-
traban nada que pudiera sustentarlos excepto una raíces que los indios (no hablan
de gigantes) les enseñaron a masticar. Luego de muchas penurias llegaron a un río
donde pudieron pescar. Una de las indias más ancianas les dio a entender que:
(...) mas adelante avia poblado y señalavan que trayan el oro en las orejas
y en los hombros en muchas cantidad y señalaban de andadura de años y
no sabemos si dezia annos o meses o dias sino que siempre señalaban
cinco y como digo los capitanes yban de muy mala gana y amotinan la
gente y hazen con el teniente de gobernador que se torne para las naos
harto contra su voluntad y contra la mya por que nosotros decíamos pues
que no avia que comer ny aun hierbas sino Raíces. (Mori, 390).19
18
Los textos de Veedor y Mori han sido editados por Pablo Pastells (1920). El del primero como
Relación de lo que sucedió en la expedición y Armada de Simón de Alcazaba al Estrecho de
Magallanes hasta su vuelta a la isla de Santo Domingo (374 – 385) y el del segundo como
Relación escrita por Juan de Mori de lo ocurrido en la expedición de Simón de Alcazaba al
Estrecho de Magallanes, desde que salió de Sanlúcar de Barrameda hasta que llegó a Santo
Domingo (386 – 398). Ambos manuscritos, ubicados en el P. 32, R. 18 y R. 19, constan de ocho
folios escritos de los dos lados.
19
Sigo la trascripción realizada por Pablo Pastells.
132 MARÍA JESÚS BENITES
20
Simón de Alcazaba fue asesinado a puñaladas en su camarote y su cadáver arrojado al mar.
Los rebeldes mataron también al hermano de Mori quien había querido defender al General. Los
cabecillas del motín se llamaban Juan Arias y Gaspar de Sotelo. Luego surgieron las desave-
nencias entre ambos lo que fue aprovechado por el resto de los tripulantes para ejecutarlos
junto con los demás traidores. Mori fue nombrado tutor del hijo menor de Alcazaba.
21
Muchos de los viajes de descubrimiento fueron iniciativas personales financiadas privadamen-
te. Los organizadores de las expediciones solicitaban permiso a la Corona para emprender la
travesía y las conquistas eran realizadas en nombre de los reyes de España, quienes general-
mente designaban representantes oficiales en cada una de ellas. En 1493, los reyes de
España habían nombrado a un miembro del Consejo de Castilla como encargado de los asuntos
de las Indias y desde 1503 existía la Casa de Contratación con responsabilidad sobre todos los
asuntos comerciales y administrativos relacionados con las Indias.
22
Estos textos han sido editados en la Colección de diarios y relaciones para la historia de los
viajes y descubrimientos. Instituto Histórico de Marina de Madrid: 1943.
En el A.G.I se conservan las diversas cédulas reales y asientos de despacho que se redacta-
ron concediendo a Carmargo el título de Gobernador y autorizando los elementos para equipar
la flota.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 133
23
Francisco César fue enviado por tierra con catorce hombres para encontrar las minas de la
Sierra de la Plata. Meses más tarde regresó, después de haber llegado hasta Charcas, entre-
gando a Caboto una relación (extraviada) de su expedición. En ella aseguraba que habían es-
tado muy cerca de localizar las fabulosas riquezas.
En busca de la ciudad de los Césares partieron desde distintos puntos expediciones: Chile, Río
de la Plata, Tucumán. Véase Juan Gil. 1989: Tomo II, Capítulo IX.
Este hecho se vincula además con el mito de las Siete Ciudades de Cíbola de las que se tenían
noticias desde 1530. Alvar Núñez Cabeza de Vaca, tras su penoso peregrinaje, contribuyó con
su relato a mantener el interés en estas ciudades. En la medida en que los conquistadores no
encontraban estas fabulosas urbes se fueron desplazando hacia distintos puntos en procura
de su hallazgo.
Era tal el convencimiento de que existía esta ciudad que, en 1642, la Corte de Madrid ordenó al
Gobernador del Río de la Plata que exigiese el pago de un tributo a sus habitantes. Véase Javier
Oyarzún Iñarra: 1976, 85.
24
Manuscrito A.G.I., P. 33, N° 3, R. 2. Está escrito en tres folios de ambos lados. La letra no es de
Sarmiento, y presenta una tipografía muy dificultosa, recurrente en abreviaturas. A esto se su-
ma la mala calidad de absorción del papel que ha posibilitado que se traspase la tinta de una
cara a otra. El autor sólo ha agregado al final su rúbrica. Este documento figura en Ángel Ro-
senblat (T. II, 197 - 201) bajo el título de “Memorial presentado por Pedro Sarmiento sobre la
manera de buques que era conveniente fuesen al Estrecho de Magallanes, el tiempo en que
convenía salir para él de España y la navegagación que se había de hacer, igualmente que de
Lima y de la costa de Chile y dentro mismo del Estrecho, los fuertes que para su seguridad se
debían construir en la Angostura de Nuestra Señora de la Esperanza, 16 leguas adentro del
Cabo de las Vírgenes, y de las poblaciones que se habían de hacer”. Ha sido copiado de la
transcripción que se encuentra en el Colección Diplomática de Navarrete (Tomo XX, Folio 121,
134 MARÍA JESÚS BENITES
Una de las dos naves que le facilitaron fue destrozada por las inclemencias
del tiempo y los sobrevivientes naufragaron a bordo de un lanchón que les permitió
salvar sus vidas. La otra, en la cual se encontraba Ladrillero, recorrió el Estrecho
desde ambas costas y posibilitó a su capitán elaborar una detallada relación en el
cual se asentaron datos de interés geográfico pero que clausuraban las posibilida-
des de hallar riquezas materiales en la zona.
La gente que halle en esta boca de este estrecho a la parte de la mar del
norte es gente soberuyas, y son de grandes cuerpo ansy los hombres
como las mugeres y de grandes fuerças los hombres y la mugeres bastas
de los rostros: los hombres andan desnudos traen por capas pellejos
gumacos sobados, la lana para dentro hazia el cuerpo, y sus armas son
arcos y flechas de pedernal y palos á manera de macanas y tienen por
En él describe las alturas, señales de tierras, su calidad, trajes y maneras de los habitantes de
cada provincia o bahía, tiempos de permanencia en ella y en los meses del año, altura de la
costa, señales de bahía y puertos, distancia de lo que cada una entra en la tierra adentro,
brazos que en ellas hay y armas. La Relación, firmada el 30 de julio de 1558, se conserva en
el P. 32, R. 5 y en ella se detallan los avatares de la expedición durante la permanencia en el
Estrecho. Ambos textos han sido publicados por Pastells: 1920, 415 – 479. Las citas pertene-
cen a esta edición.
28
Las citas, a las que he incorporado los signos de puntuación, corresponden a la Descrip-
ción que hizo Ladrillero, transcripta en Pastells: 1920.
136 MARÍA JESÚS BENITES
costumbre untarse con una tierra blanca como cal la cara y el cuerpo:
el traje de la mugeres es sus bestiduras de los pellejos de los gumacos
y de obejas sobados, la lana para adentro pónensello a la manera de
las yndias del cuzco (468).
Luego de permanecer casi un año en la zona del Estrecho (la flota salió al
Atlántico y retomó la ruta para el Pacífico) Ladrillero emprendió, el 9 de agosto de
1558, el regreso. Sólo tres tripulantes (un marinero, uno del servicio y el propio
Ladrillero) sobrevivieron a la empresa. 29
Como resultado de los reiterados fracasos, el Estrecho se transforma sólo en
un punto estratégico como el único paso entre los dos océanos, pero deja de poseer
valor económico. El laberinto de sus canales, sus vientos despiadados, la pobreza
de su suelo y la poca rentabilidad de su colonización disminuye el riesgo de que
otros imperios quieran ocuparlo.
Las expediciones al Estrecho fueron olvidadas y hasta se llegó creer que el
paso se había cerrado o, para algunos, que nunca había existido.30 Los innumera-
bles infortunios que padecieron aquellos navegantes hicieron que la imaginería po-
pular calificara a esas lejanas tierras como malditas.
29
No se conoce con exactitud ni la fecha ni el puerto al que llegó Ladrillero después de su
incursión magallánica, aunque es muy probable que haya sido el de Valdivia o el de Concepción.
30
Alonso de Ercilla y Zúñiga dedica en la Primera Parte Canto I de su obra Araucana (1569),
octavas a estas tierras en las que plantea la duda con respecto a la probable clausura del
paso. Edición de Aguilar: 1946, 59.
Por falta de pilotos o encubierta
Causa quizá importante y no sabida
Esta secreta senda descubierta,
Quedó para nosotros escondida,
Ora sea yerro de la altura cierta
Ora que alguna isleta removida
Del tempestuoso mar y viento airado
Encallando en la boca la ha cerrado.
Esta discrepancia con respecto a la existencia del Estrecho trasciende en Historia Natural y
Moral de las Indias de Joseph de Acosta de 1590: “El estrecho pues, que en la mar del Sur halló
Magallanes, creyeron algunos o que no lo había o se había ya cerrado, como don Alonso de
Arzila [por Ercilla] escribe en su Araucana, y hoy día hay quien diga que no hay tal estrecho, si
no que son islas entre la mar, porque lo que es tierra firme se acaba allí y el resto es todo islas,
y al cabo de ellas se juntan el un mar con el otro amplísimamente, o por mejor decir es todo un
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 137
La noche del 13 de febrero de 1579, entre las diez y las doce de la noche, el
pirata inglés Francis Drake entra al puerto del Callao robando el cargamento de las
naves que en él se encontraban y llevándose una nao que acababa de llegar de
Panamá con ropa de España. Los ingleses pican las amarras de siete naves para
que los españoles no puedan seguirlos. Una hora más tarde dos navíos con casi
trescientos soldados, entre los que se encontraba Pedro Sarmiento de Gamboa,
salen infructuosamente en su persecución.
Vicente Fidel López en su novela La novia del hereje o la inquisición en Lima
(1846) introduce, bajo la forma de un soliloquio, el pensamiento sarmientino. En él
se revela una personalidad arrogante y solitaria.
Desde que apuntó la luz del día, Sarmiento pudo ver las velas del pirata
muy distante ya y en rumbo directo hacia el Norte. Como si esto le sorpren-
diese, las observó con mucha atención clavando en ella un ojo desconfiado
y reflexivo. Una idea súbita preció atravesar de pronto su mente, y su
fisonomía se animó también como si recibiera el reflejo de un rayo de luz -
¡No penséis que me engañáis, no, pirata insolente! - se dijo a sí mismo, con
el ademán de la amenaza... Fingís iros por el norte, ¿eh? ... Ya os compren-
do; en cuanto os veáis fuera de mi vista, viraréis al Sud. ¡Pero, Dios me-
diante, yo sabré atajaros el paso! ¡Si no sois pájaro o brujo, será
mismo mar. Pero de cierto consta haber el Estrecho y tie-rra larguísima a la una banda y a la
otra, aunque la que está de la otra parte del Estrecho al Sur no se sabe hasta dónde llegue”.
Edición del Fondo de Cultura Económica: 1962, 108.
138 MARÍA JESÚS BENITES
El 27 de febrero Toledo alistó una flota de dos barcos y ciento veinte hombres
para que capturaran al pirata. Sarmiento se embarcó como sargento mayor. Con
motivo de estos sucesos escribe una extensa Relación de lo que el corsario Francis-
co hizo y robó en la costa de Chile y Pirú, y las diligencias que el Virrey Don Francis-
co de Toledo hizo contra él32 donde refiere los pormenores del derrotero de los
barcos que persiguen a “Draques”. Al mismo tiempo narra anécdotas protagoniza-
das por el corsario, como si hubiera presenciado los acontecimientos, que destacan
la cortesía inusitada que despliega el pirata al tomar un barco español.
31
Cito de Ernesto Morales: 1932, 149 - 150. Existe una reedición de novela publicada por Editorial
Emecé, Colección Memoria Histórica: 2000.
32
Este texto figura en la edición de Rosenblat (T. II, 177 – 196) en el apartado “Cartas y Memoria-
les”. Ha sido copiado de la Colección de documentos inéditos para la historia de España del
marqués de la Fuensanta del Valle, Tomo XCIV, Madrid, 1889 (432 – 458), quien afirma haberlo
tomado del archivo del D. Francisco de Zabálburu. Allí se detalla que la relación está firmada por
Pedro Sarmiento y que el encabezamiento es de su puño y letra. La fecha probable puede
establecerse entre el 12 de julio de 1579 y antes del 11 de octubre fecha en que partió para el
Estrecho.
33
Precisamente la intención de Francis Drake era robar el cargamento de oro y plata que llevaba
el barco a cargo de San Juan de Antón.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 139
34
La cursiva es mía.
35
P. 33, N° 2, R. 3. “Acuerdo de la Audiencia de Lima y el Virrey” acerca de lo dispuesto para la
expedición al Estrecho de Magallanes. Desde el 26 de mayo al 22 de febrero de 1580. El
documento consta de quince folios escritos de ambos lados. Existe también, en el P. 32, R. 6,
un expediente con declaraciones acerca de la llegada a la ciudad de Lima de “ciertos ingleses”
con la intención de poblar cerca del Estrecho de Magallanes. El manuscrito consta de seis
folios escritos de ambos lados más uno de la carátula. En el f. 6 v° se encuentra la rúbrica del
Escribano Real Álvaro Ruiz de Navamuel. Fechado en Lima el 20 de febrero de 1579. Estos
documentos aparecen registrados en el “Apéndice N° 2” de Pastells (1920). Los textos perma-
necen inéditos.
36
A.G.I. P. 3, N° 2, R. 7. “Parecer de Juan Bautista Gesio”. El documento posee cuatro folios
escritos de ambos lados más uno de la carátula y otro con enmiendas. Lleva la rúbrica de Gesio
140 MARÍA JESÚS BENITES
dir el paso de los ingleses: “Harto mayor confusión y admiración hubiera causado el
attribimiento delos ingleses de haber navegado por el estrecho de Magallanes nela
[sic.] mar del sur y haber hecho mucho daño en él, si esta navegación no estuviera
prevenida de los hombres prácticos mucho tiempo atrás” (f. 1r°).37 En el documento
Gessio presenta un informe donde señala los propósitos de los ingleses en las
inhóspitas tierras: hurtar y enriquecerse, volver con más poderío, hacer más daño
y descubrir tierras ricas y poblarlas.
En tal sentido, aconseja que lo más conveniente es no sólo atajarles el paso
por donde entraron: “lo que es más seguro y verisímil y seguro. Porque no sé quien
de buen juyzio entrando en una casa por una parte y escalera conoscida que quiera
buscar otra dudosa y no segura” (f. 2 r°), sino también edificar fuertes a lo largo del
Estrecho y poblarlo. Las ambiciones del cosmógrafo se acercan a la quimera sar-
mientina ya que “allí en el estrecho se hará una ciudad de gran comercio y emporio
de las cosas del Oriente y del Occidente y será una gran pausa de todos los navíos
adonde irán a envernar y este trato y comercio será de muy provecho a su Majes-
tad” (f. 3 v°).
Finalmente, el virrey Francisco de Toledo envía una expedición compuesta
por dos naves, Nuestra Señora de Esperanza y San Francisco, con la finalidad de
explorar la zona y determinar el lugar más apropiado para fortificarla. La flota parte
de El Callao el 11 de octubre de 1579.
Sarmiento de Gamboa ostenta, por primera y única vez, el cargo de Capitán
Superior y General de la Armada.38 El Virrey le entrega una Instrucción de diecinue-
ve asientos en la que consta su deber de regresar por el Atlántico para dar cuenta
al Rey de los sucesos de la jornada. Con casi cincuenta años, el historiador, nigro-
mante, soldado y astrónomo se embarca, libre para siempre de la Inquisición y sus
tribunales, en una aventura que habrá de durar más de diez años y comienza a
soñar con fortificadas y australes ciudades.
jornada, y por la confianza que de vuestra persona tengo de que así lo haréis y cumpliréis lo
que por mío en su real nombre, os fuere ordenado y mandado, ya que sois cosmógrafo y tenéis
tanta experiencia de las cosas de la mar, y por concurrir en vos las parte y qualidades que para
ello se requieren, acordé de dar y di la presente, por la qual, en nombre de Su Majestad, y en
virtud de los poderes y comisiones y comisiones que de su persona real tengo, nombro a vos,
el dicho capitán Pedro Sarmiento, por capitán superior de los dichos dos navíos”. Transcripto
del documento original. Fs. 1v° – 2r°.
La letra es procesal encadenada, propia de los textos administrativos; el redactor ha dejado
amplios márgenes, lo que demuestra la importancia de la autoridad de la que emana el escrito.
Además, la calidad del papel es muy buena ya que no se ha traspasado la tinta de un lado al
otro del folio. El documento es mencionado por Pastells (1920) en el “Apéndice” pero no lo
transcribe. Landín Carrasco (1945) incorpora fragmentos del manuscrito en su biografía sobre
Sarmiento.
142 MARÍA JESÚS BENITES
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 143
Capítulo II
El Primer Viaje:
El Reconocimiento
144 MARÍA JESÚS BENITES
I.- La Instrucción
39
Expresión copiada de la “Instrucción” entregada a Sarmiento de Gamboa. El documento se
conserva en el A.G.I., P. 33, N° 2, R. 6. Firmado el 9 de octubre de 1579 por Don Francisco de
Toledo y refrendado por el escribano Álvaro Ruiz de Navamuel. El texto es mencionado por
Pablo Pastells (1920) en el Apéndice N° 2 como “Traslado de la Instrucción que se dio al ca-
pitán Pedro Sarmiento para la expedición al Estrecho de Magallanes y para pelear con el
corsario inglés que por él pasó al mar del Sur”.
Sarmiento de Gamboa transcribió, al comienzo de su texto, la “Instrucción”. La misma figura en
Viajes al Estrecho de Magallanes. 1950: Tomo I, 6 - 13. Todas las citas han sido extraídas de
allí.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 145
la descripción de las Indias" formado por cincuenta capítulos o preguntas que de-
bían ser completados por las máximas autoridades o por las personas con mejores
conocimientos de las características naturales, referencias históricas, datos de la
población y recursos económicos de cada poblado y sus alrededores.
El Cuestionario fue confeccionado por el Cosmógrafo Cronista Juan López de
Velasco como resultado de un proceso de sistematización y regulación del ejercicio
de la escritura que se inició desde el momento mismo en que Cristóbal Colón arribó
al Nuevo Mundo.
El 5 de septiembre de 1493 los Reyes Católicos enviaron a Colón una carta
en la que hacían referencia a la lectura “del libro que nos dejastes, y cuando más en
esto platicamos y vemos, conocemos cuán gran cosa ha sido este negocio vuestro
y habéis sabido en ello más que nunca e pensó que pudiera saber ninguno de los
nacidos (...)”.40 En otra epístola del 16 de agosto 1494 los Reyes exigen: “(...) algo
más queríamos que nos escribiésedes, ansí en que sepamos cuántas islas fasta aquí
se han fallado, y á las que habéis puesto nombres, qué nombre a cada una (...). Y
todos nos lo escribáis por nuestro servicio”.41 Es en una carta antes del cuarto viaje
donde los reyes especifican los términos de la solicitud: “Y habéis de informaros del
grandor de las dichas islas, é facer memoria de todas las dichas islas y de la gente
que en ellas hay y de la calidad que son, para que de todo nos traigáis entera re-
lación”.42 Este pedido marca el comienzo en la etapa de constitución de las relacio-
nes ya que señala su aspecto central: ver para informar de acuerdo a las necesida-
des de la Corona, no como un libre ejercicio de la observación.
El Diccionario de Autoridades define a las instrucciones como “los documen-
tos o principios de qualquier ciencia u doctrina, para el conocimiento y estudio de
ella. Se llaman asimismo aquellas órdenes particulares que se da a los Embaxadores
y otros ministros, para su dirección y gobierno, en el negociado que se les encarga”.
Todos estos registros remiten a un texto, pero también el diccionario señala que
instrucción “es la acción de influir”.
De esta definición se desprenden como rasgos de la instrucción su carácter
de documento oficial, que emitido por las autoridades influye y condiciona determi-
40
En Marcos Jiménez de la Espada. 1881: T. I, 20.
41
Idem, 21.
42
Idem, 21.
146 MARÍA JESÚS BENITES
43
Con los datos hidrográficos se confeccionaba en la Casa de Contratación, el Padrón Real o
carta tipo de navegación que era actualizada de manera permanente de acuerdo a las informa-
ciones de los pilotos. Su diseño se inició aproximadamente en 1508, cuando se creó el cargo
de Piloto Mayor, puesto que fue ocupado por Américo Vespucio, Juan Díaz de Solís, Sebastián
Caboto, entre otros.
La mayor seriedad en las informaciones que brindaban los navegantes se debe precisamente
a que las naves debían ser comandadas por el piloto ya que muchas veces los capitanes de los
barcos no tenían necesidad de poseer conocimientos náuticos. En cambio, las expediciones
internas recorrían extensos territorios en búsqueda de riquezas y, en ocasiones eran coman-
dadas por analfabetos o por personas cuyo interés central estaba en averiguar donde se
encontraba el oro antes que en el de recabar información sobre la naturaleza o las costumbres
de los indígenas.
Como culminación a esta tarea, en 1522 la Casa de Contratación creó la Cátedra de Cosmogra-
fía y Náutica.
44
La cédula está dirigida al Gobernador y Oficiales de la provincia del Perú.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 147
45
Las informaciones recabadas en los libros descriptivos debían ser enviadas al Consejo de
Indias, cuyos miembros tendrían la tarea de elaborar un Libro Descriptivo de las Indias
proyecto que nunca llegó a concretarse.
46
“Ordenanza 117.- El Cosmógrafo Cronista que ha de haber entre los demás oficiales del
Consejo de Indias, haga y ordena las tablas de la cosmografía de las Indias, asentando en ellas
por su longitud y latitud y número de leguas, según el arte de geografía, las provincias, mares,
islas, ríos, montes y otros lugares que se hayan de poner en designo y pintura. (...).
Ordenanza 118.- Otrosí el dicho cosmógrafo tenga cargo de calcular y averiguar los eclypsis
de la luna y otras señales, si hobiere, para tomar la longitud de las tierras, y envíe memorias de
los tiempos y horas en que se haya de observar en las Indias a los gobernadores della con la
orden e instrumento necesarios (...)”. En Jiménez de la Espada. 1881, 61 – 62.
Esta enumeración de las actividades que debe realizar el Cosmógrafo Cronista exponen el
caudal de conocimientos científicos que debía poseer quien ocupara el cargo.
Recordemos que Sarmiento de Gamboa, a pedido del virrey Francisco de Toledo, observó y
anotó el eclipse de luna del año 1578.
47
Elena Altuna (2002) señala que en estas Ordenanzas se encuentra reflejada la división entre
148 MARÍA JESÚS BENITES
Historia Natural y Moral. Además en ellas “es interesante constatar la importancia que se le atri-
buye al conocimiento del “otro” en este momento; se destaca, en este sentido, el interés por el
pa-sado precolonial y por los contactos y cambios producidos con la llegada de los españoles”
(21).
48
En 1584 se realizó una reimpresión. Asimismo López de Velasco escribió, en 1574, un libro ti-
tulado Descripción y demarcación de las Indias Occidentales donde detallaba las posesiones
españolas desde las islas del Caribe hasta las Filipinas. Mignolo señala (1999) que su obra Ve-
lasco “dividió los territorios españoles en tres partes: Indias Septentrionales (Indias del norte)
que comprendían el área desde Florida hasta el Estrecho de Panamá; Indias Meridionales (In-
dias del sur), desde el Estrecho de Panamá hasta la Patagonia y las Indias del Poniente (Indias
orientales) que incluían las Filipinas, Molucas y otras” (244). La traducción me pertenece.
49
El primer grupo de preguntas comprende los capítulos 1 al 10, el segundo los capítulos 11 al 15;
el tercero abarca los capítulos 16 al 37 y el último los capítulos 38 al 47.
50
“Y leyendo attentamente cada capítulo de la memoria, escriuiran lo que huuiere que dezir a el,
en otro capítulo por sí, respondiendo a cada uno por sus números, como va en la memoria, uno
tras otro y en lo que no huuiere que decir, dexarlos han sin hazer mención de ellos, y passaran
a los siguientes, hasta acabarlo de leer todos, y responder lo que tuuieren que dezir: como
queda dicho, breue y claramente, en todo, afirmando por cierto lo que lo fuere, y lo que no,
poniéndolo por dudoso: de manera que las relaciones vengan ciertas, conforme a lo conteni-
do en los capítulos siguientes”. En Jiménez de la Espada: 1881, 115. Las cursivas son mías.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 149
una “descripción de lo visible” que acerque “el lenguaje lo más que sea posible a la
mirada que observa; y las cosas observadas lo más que sea posible a las palabras”
(Foucault: 1991, 132).51
La “Instrucción y Memoria” se transforma en un sistema de verificación que
pretende incorporar una mirada científica que especifique, clasifique, distinga y or-
dene los elementos naturales. Es un modelo de registro basado en un principio
organizativo – descriptivo de la realidad. Para Walter Mignolo (1982) con la instaura-
ción del cuestionario y el envío de las respuestas se inicia la etapa oficial en la
escritura de las denominadas Relaciones Geográficas de Indias.52 En tal sentido,
considero que la escritura de las etapas anteriores que Mignolo denomina en su
estudio no oficial, no puede señalarse como tal ya que el acto de escribir se encuen-
tra claramente regulado por aquellos pedidos de información que emanan de los
reyes, virreyes o el Consejo de Indias.
La escritura sobre la geografía del Nuevo Mundo, de manera específica en el
siglo XVI, tuvo como destinatarios a los miembros de las instituciones de la monar-
quía. Lo que se evidencia son distintos estadios en la sistematización de la escritura.
Pero además, como señala González Echevarría (1998), el acto de escribir determi-
naba para los sujetos su pertenencia al estado; el envío de innumerables documen-
tos, acentuaba el carácter legalista y burocrático que terminó por invadir a la admi-
nistración española.53
En forma paralela a este proceso de sistematización de las informaciones,
a partir de la observancia de un cuestionario, coexisten textos también llamados
instrucciones, pero cuyo principio organizativo es la necesidad de transmitir directi-
vas y órdenes a quienes inician una travesía. Estos documentos no predeterminan
un ejercicio posterior de escritura, como, por ejemplo, la Instrucción entregada a
Fernando de Magallanes.
51
Foucault realiza estas afirmaciones cuando se refiere a la historia natural.
52
El autor reconoce tres períodos: uno no oficial, que se extiende desde 1505 hasta 1574, el
oficial, que se inicia con el cuestionario y un tercer momento marcado por los libros que se
modelan bajo el mismo principio organizativo de las relaciones cuya base es el cuestionario.
53
Lo que podría denominarse etapa oficial de la escritura se inicia con la creación de la Casa de
Contratación de Sevilla el 20 de enero de 1503 y posteriormente con el Consejo de Indias el 14
de septiembre de 1519.
150 MARÍA JESÚS BENITES
aguajes, que halláredes, y los vientos que en los tiempos de vuestra nave-
gación os corrieren, y los bajos y arrecifes, islas, tierras, ríos, puertos,
ensenadas, ancones y bahías que halláredes y topáredes (7 - 8).
54
En esta parte de la Instrucción, como en muchas otras, se advierte el desconocimiento de las
tierras hacia donde se emprende la travesía.
152 MARÍA JESÚS BENITES
hacer cumplir quienes ocupan las jerarquías inferiores. De esta manera el Capitán
redacta una “Orden” en donde refleja el modo en que el discurso ha sido diferido.
Esto supone, “un circuito de delegación de la palabra” (Altuna: 2002, 28) pautado
por la estructura jerárquica que estable el texto.
55
La orden redactada por Sarmiento es un discurso que pone en funcionamiento un aparato
disciplinario para tener el control sobre las relaciones humanas durante la expedición. El texto
impone lo que Foucault (1998) denomina una “vigilancia jerárquica”, que se ejerce a través de
las miradas que deben ver sin ser vistas y castigar.
56
En estas consideraciones sigo a Walter Mignolo (1987).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 153
57
“Hay en las montañas pájaros chicos, negros como tordos, y pardos como zorzales, cantores,
buharros, grandes, cernícalos y gavilanes” (1950, 39).
58
“Puédeste arrimar a la tierra sin miedo, porque no hay más de lo que parece” (1950, 36).
59
“Desde lunes hasta martes a mediodía, 27 de octubre, con sueste y susueste bonancible,
entrando y saliendo la vuelta al sudueste y del susudueste. Echéle el camino al sudueste,
porque este día arribamos sobre la almiranta. anduvimos 15 leguas. Este día, a las ocho de la
mañana, nos dió el primer aguacerito del sudueste, que nos dejó viento fresco en la vela, y con
él fuimos al sudueste, y pasado el aguacerillo, volvió el viento al sueste bonancible, que no nos
dejaba ir al susudeste. Los aguacerillos no llueven más que un rocío poco y muy menudo, y
traen viento fresco. Hace por este clima más calor que frío, mas muy buen temple; cielos, mar
y viento apacible” (19).
60
Elena Altuna (1999) señala también el entrecruzamiento entre la relación geográfica y el relato
de viaje y afirma que “ambos tipos de textos proponen, en un desarrollo paralelo a la cartogra-
fía, un modo común de observar y categorizar el espacio indiano” (208).
156 MARÍA JESÚS BENITES
61
La escritura de Sarmiento de Gamboa se adscribe a la denominada humanística. Este tipo de
letra se introduce en España en el siglo XV proveniente de Italia y por eso es conocida también
como itálica. Su origen se debe, quizás, a los renacentistas florentinos quienes trataron de
buscar una letra que los distinguiera de la letra gótica propia del Medioevo.
62
En este aspecto se presentan distintas variantes. En algunos sólo consta la rúbrica final de
Sarmiento, en otros la probanza inicial o el saludo y aclaraciones finales son de su puño y letra.
63
Emile Benveniste (1971) define la tercera persona como “ausente” o “no persona”.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 157
por los detalles específicos que brindan, poseen mayor importancia en un contexto
oficial. La narración de lo vivido es uno de los gestos que organiza el relato de viaje.
La tercera persona funciona además para introducir discursos diferidos que
ponen en escena diálogos o extensas alocuciones de aliento a los viajeros. Estos
tramos se insertan anunciados por la fórmula: “dijo Pedro Sarmiento” que permite
reproducir no sólo lo expresado por el narrador sino también el discurso de los
“otros”64 a los que se opone. Precisamente, es la actitud hacia los “otros” la que per-
mite comprender los tonos del discurso. El contexto de la comunicación queda con
este recurso dramatizado.
La primera persona del plural marca un nosotros inclusivo donde el narrador
se asimila a los miembros de la tripulación. En las relaciones del primer viaje casi no
aparece pero en las del segundo el nosotros se funde para enfrentarse a un “ellos”.
Este “nosotros” es una proyección de un “yo” que se enfrenta y contrapone a un
“él”. La primera persona del singular se aleja del relato objetivo de los hechos, se
transforma en el centro de la materia textual para exponer una subjetividad tradu-
cida en emociones. La escritura desde esta primera persona tiene como destinata-
rio a un “tú” lector, asimétrico: el Rey. Este uso del yo desvía el eje narrativo y
descriptivo del texto y pone al descubierto los estados internos del sujeto.
Esta alternancia permite rastrear las representaciones del sujeto textual y
las relaciones que establece en distintos momentos con quienes lo acompañan en la
travesía. El narrador se presenta como un viajero, un navegante. A diferencia de
aquellos que recorren el espacio caminando, quien navega establece con el bar-
co una proyección de sí mismo. El caminante puede recorrer territorios extensos sin
compañía, con un medio propio: su cuerpo.65 El barco, en tanto, es un medio que
64
Parto del concepto estético sobre el “otro” que recorre las indagaciones de la obra bajtiniana.
Para Bajtín el “otro” es una categoría estética fundada en la mirada del autor sobre su héroe.
Véase Estética de la creación verbal. El sentido en que uso el término se acerca a estas
consideraciones ya que Sarmiento de Gamboa se representa en su texto a partir de la relación
con un otro. Además, he considerado apropiado utilizar su propuesta porque transciende la
reflexión literaria; proporciona, en este caso particular, una lectura acerca de las relaciones
humanas.
65
Sigo algunas de las consideraciones de Silvia Tieffemberg (2001) quien ha trabajado la figura
del caminante en la Descripción breve del Perú, Tucumán, Río de la Plata y Chile (1605) de
Reginaldo de Lizárraga. En el período colonial existen otros textos que presentan a quienes re-
158 MARÍA JESÚS BENITES
corren grandes extensiones caminando como Corónica y buen gobierno de Guamán Poma de
Ayala quien se representa, en uno de sus inconfundibles dibujos emprendiendo el camino
apoyado en un bastón y El Lazarillo de ciegos caminantes de Alonso Carrió de Lavandera en
el siglo XVIII, relato en el que el protagonista recorre 946 leguas en diecinueve meses.
Elena Altuna (2002) señala que en la nueva versión del “Cuestionario” elaborada en 1604 se
menciona por primera vez la figura del caminante y afirma que el mismo “en virtud de la
experiencia adquirida, produce una información basada en ‘lo visto y lo vivido’, lo que otorga a
los textos una fuerte dimensión pragmática” (208).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 159
66
Sigo las observaciones de Edward Said (1990). En el caso de las Relaciones Geográficas de
Indias, considero que se trató de alcanzar una sistematización del espacio para constituir un
“archivo” de imágenes objetivas sobre el Nuevo Mundo. Precisamente lo que se intentó con la
implementación de la “Memoria e Instrucción” fue despojar lo emotivo en la descripción del
territorio. Este objetivo del Consejo de Indias, no siempre se concretó.
160 MARÍA JESÚS BENITES
67
Pratt trabaja este concepto en las obras de los viajeros que recorren desde 1750 el Nuevo
Mundo y África.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 161
68
Bernardo Iriarte edita por primera vez este texto bajo el título de El viage al Estrecho de
Magallanes por el capitán Pedro Sarmiento de Gamboa en los años de 1579 y 1580 y noticia de
la expedición que después hizo para poblarle, Madrid: Real de la Gazeta, 1768. Ángel Rosenblat
la edita, partiendo de Iriarte, como “Relación de Pedro Sarmiento de Gamboa sobre su primer viaje
al Estrecho de Magallanes”. Tomo I, 3 - 176. A ella pertenecen todas las citas que utilizo.
Me interesa referir algunos detalles sobre mis indagaciones para poder consultar el manuscrito.
Bernardo Iriarte refiere que encontró el manuscrito en la Real Biblioteca. En la instrucción se señala que
debían hacerse cuatro copias. En el Archivo General de Indias de Sevilla busqué infructuosamente
alguna. Guiada por los datos de Rosenblat y de Sarabia Viejo quienes confirman la ubicación del
manuscrito en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid, me dirigí a esa deslumbrante Biblioteca. Allí, no
pude dar con él. En la Sala “Miguel de Cervantes Saavedra” de la Biblioteca Nacional, cumplí la última y
esperanzada etapa de rastreo. En el catálogo figuraba el manuscrito, sin embargo, al hojearlo advertí
que se trataba de una copia posterior. Desde ese momento, pensé que, como había sucedido con
Historia Indica, el manuscrito habría tenido un destino diferente y que estaría perdido en algún anaquel.
162 MARÍA JESÚS BENITES
Magallanes, que por esta Mar del Sur se tenía casi por imposible po-
derse descubrir, por las innumerables bocas y canales que hay antes
de llegar a él donde se han perdido muchos descubridores que los
gobernadores del Pirú y Chile han enviado allá; y aunque han ido a
ello personas que entraron en él por el Mar del Norte, nunca lo acerta-
ron, y unos se perdieron y otros se volvieron tan destrozados de las
tormentas, desconfiados de lo poder descubrir, que a todos ha puesto
espanto aquella navegación (5).
La flota estaba compuesta por dos naves; la nao mayor “Nuestra Señora de la
Esperanza” en la que iba Sarmiento y la “San Francisco” de la que fue nombrado Almiran-
te Juan de Villalobos. El propio Capitán se encargó de reunir los ciento doce hombres,
entre soldados y marineros, para la travesía. La instrucción especificaba que, una vez
descubiertas las entradas al Estrecho, uno de los navíos debía volver al Perú y el otro
dirigirse a España para informar a Felipe II los resultados. El relato de-talla los aconteci-
mientos suscitados en la empresa de manera prácticamente cotidiana.69
Durante la travesía Sarmiento encara distintas expediciones de reconocimien-
to por los múltiples archipiélagos que se multiplican en el Pacífico. El día 21 de enero
de 1580 deciden navegar por mar abierto hasta encontrar la boca del Estrecho, pero
un temporal pone en peligro a la tripulación y las naves. Después de esta tormenta el
navío comandado por el Almirante no se une al de Sarmiento. Antes de seguir la
Al entrevistarme en Santiago de Chile con el Dr. José Miguel Barros Franco y al comentarle mi
periplo en pos del texto, me pidió que aguardara unos minutos. Cuando regresó traía en sus
manos una copia del original, advertí que la letra era la de Sarmiento y que los dibujos que
ilustran la edición de Iriarte y las sucesivas son una estilización de los que él trazó de manera
más sencilla. El Dr. Barros encontró el documento en Filadelfia, Estados Unidos, entre los
manuscritos de “The Philip H. & A.S.W. Rosenbach Foundation”. La relación está escrita de
puño y letra por Sarmiento, contiene su firma y la de los demás miembros de la tripulación de
"Nuestra Señora de la Esperanza". Además, está refrendada por el escribano Joan de Esquivel,
quien la autenticó el 17 de agosto de 1580.
A las ediciones de Iriarte y de Rosenblat se suman otras parciales. Existe una de 1944
realizada por Julio Guillén Tato y publicada por el Instituto Histórico de Marina de Madrid. El texto
ha sido editado además por Juan Bautista González en Historia 16 (Madrid: 1987) y Justina
Sarabia Viejo en Alianza. (Madrid: 1988). En la dirección de internet www.artehistoria.com
puede leerse en su totalidad la edición preparada por González.
69
En tal sentido, este texto sarmientino es el que más se aproxima a un “diario” o “libro” de
navegación.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 163
travesía el Capitán espera en vano durante diez días que Villalobos aparezca en
el Puerto de la Misericordia.70
El 2 de febrero arriban al Estrecho de Magallanes. El narrador se presenta
desde una tercera persona que objetiviza las acciones desde la distancia. El sujeto
introduce a “Pedro Sarmiento” que se desplaza en el texto realizando diversas ac-
ciones individuales y concretas que marcan el rol social que cumple: “Este día man-
dó Pedro Sarmiento al almirante Juan de Villalobos que no pasase delante de la
capitana” (19); “Muchas dellas pagó Pedro Sarmiento, y otros se obligó por ellas”
(18); “Pedro Sarmiento nombró a esta bahía Golfo de la Sanctísima Trenidad” (27).71
La mayor distancia de la tercera persona del singular se advierte en los
tramos descriptivos del relato en los que se entrecruzan la relación espacio - escri-
tura. En ellos la voz narradora se ausenta y despliega los elementos del paisaje. El
texto es una manifestación de la necesidad de novedad que invade al mundo
renacentista. Si bien Antonio Maravall (1986) señala que la admiración era despertada
por el descubrimiento de novedosas técnicas de construcción, u otras manifestacio-
nes,72 el navegante describe los elementos de la naturaleza que caracterizan el
espacio que se recorre, plasmando una mirada detallada y cercana a lo científico.
70
Desde los primeros días Sarmiento observó que la nave almiranta iba, a pesar de las adverten-
cias, siempre adelante. Los primeros enfrentamientos se suscitaron cuando el Capitán le
advirtió al piloto Hernando Lamero “que siguiese la capitana de día y de noche, so pena de
privación de oficio y que enviaría a la almiranta quien la marease; y al almirante le mandó, so
pena de la vida, no se apartase de la capitana de día ni de noche” (24).
71
El énfasis en los verbos es mío.
72
Me refiero al capítulo titulado “La circunstancia del descubrimiento de América” incluido en
Antiguos y Modernos.
73
En este fragmento se advierte que los términos comparativos pertenecen a un manejo de la
realidad próxima al sujeto, como es la navegación.
164 MARÍA JESÚS BENITES
A lo cual Hernando Alonso dijo al general que lo mirase bien, que lo que
74
Parto de Michel Foucault (1986), quien señala a la semejanza como el fundamento epistemológico
que rige el pensamiento en el siglo XV-XVI. El estudioso enumera cuatro formas principales del
saber de la semejanza: la conveniencia, la emulación, la analogía y la simpatía. Considerando
estas categorías la forma que emplea Sarmiento es la de analogía ya que establece similitudes
entre las relaciones de los objetos y no entre sus propiedades materiales o visibles.
75
Recordemos que una de las partes de su proyectada Historia Índica, era la escritura de una
“historia natural de estas tierras, porque será particular descripción dellas, que contendrá
maravillosos hechos de naturaleza” (82).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 165
76
Antón Pablos era el piloto de la capitana secundado por Hernando Alonso.
77
Si bien en la Instrucción se le confería a Sarmiento la facultad de castigar con la muerte a los
sediciosos, el 17 de abril de 1581 los miembros del Real Consejo de Indias elevaron al Presiden-
te del mismo una solicitud para que se averiguaran los motivos por los cuales el Capitán había
hecho justicia. También solicitaron que Sarmiento entregara los autos que hubiere escrito
sobre el acontecimiento y la cuenta de los bienes que habían pertenecido a Gutiérrez. La
documentación relativa a este proceso se encuentra en el A.G.I. Contratación, 597 y fue
hallada y publicada por José Miguel Barros. 1992.
El 22 de agosto se tomó la primera declaración. En ella afirmó que el Alférez “amenazó a toda la
gente de la armada y a este declarante, diciendo que todos los que había de popa a proa se la
habían de pagar y queriendo este declarante en la dicha isla de Cabo Verde salir tras unos
corsarios franceses o ingleses que andaban delante del puerto, este declarante echó bando
que, pena de vida, todos se embarcasen para ir tras ellos; y el dicho Juan Gutiérrez no solamente
no quiso obedecer el dicho bando, antes persuadió a otros que no le cumpliesen, diciendo que no
se daba nada por todos los bandos que echasen en nombre del rey, diciendo que él
166 MARÍA JESÚS BENITES
había acuchillado a otros generales y señaladamente a Don Álvaro Manrique y que así acuchillaría
o mataría a este declarante, que era su general” (416 – 417).
Sarmiento debió declarar nuevamente el 14 de septiembre y entregar la documentación solici-
tada así como el detalle de la almoneda de la ropa y bienes del ajusticiado. A su declaración se
sumó la de otros tripulantes (el enfermero Pedro de Isásiga, el carpintero, el condestable y al-
guacil de la nao y un marinero) quienes ratificaron sus dichos.
78
La cursiva es mía.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 167
jidos, y teníamos esto por menos trabajoso que andar por el suelo; y
cualquiera destos caminos era mortal, lo cual hacíamos por excusar
despeñaderos (39).
Estas reflexiones bucólicas son frecuentes en los relatos de viajes ya que “el
viajero es quien produce un texto en que se presenta a sí mismo como el que ha su-
frido fatigas, ha corrido peligros y aún ha hecho erogaciones, con el objeto de poder
ver para informarse, de poder interrogar para comprender lo visto y de poder
ejercitar su espíritu crítico para discernir la verdad de lo maravilloso” (Miguel Guerín:
1992, 5).
En este texto se inicia una modulación discursiva que involucra el eje des-
criptivo y narrativo. En ella se articulan distintos elementos que incorporan a la
escritura el sufrimiento corporal que padecen quienes se embarcan en exploracio-
nes costeras e internas. Comienzan a inscribirse algunos de los elementos de la
narrativa del desamparo en la actitud de desconcierto, en la racionalización extre-
ma de la comida y en la falta de mudas de ropa y calzado.
El contexto en el que se ubica esta escritura es en una exploración costera a
bordo de un batel (navío pequeño) lo que presupone la posibilidad inmediata y
concreta de arribar a un refugio, el barco. Estos componentes serán luego reescritos
168 MARÍA JESÚS BENITES
en los textos 1584 y 1590, no ya desde la carencia sino desde la anulación. Los
hombres que acompañan a Sarmiento circularán, sin orientación, por parajes hos-
tiles en un penoso y, sobre todo, desesperanzado vagabundeo. Pero el narrador no
revela aún el propio padecimiento sino que lo asimila al del “nosotros” y al del
“ellos”.
Las miradas describen el nuevo espacio y las vivencias pautan el eje narrativo
que se sostiene en las acciones referidas desde la tercera y primera persona. En la
medida que escribe no sólo configura el territorio sino que además se apropia de él.
La acción de nombrar es también una actividad colectiva que manifiesta una
de las formas frecuentes de ejercer el poder sobre lo otro diferente, distinto, de lo
que hasta ese momento no ha sido designado. El viajero encuentra en el bautismo
la confirmación de que se ha vuelto dueño y propietario. En el espacio inhóspito que
recorren el marino y su tripulación todo parece ser nuevo, sin palabras que califi-
quen lo que se observa. Se inicia el proceso de nombrar lo inmombrado. Las deno-
minaciones que se adjudican se convierten en “sellos de propiedad” (Jitrik: 1983)
que señalan un nuevo poseedor para un objeto – espacio al que se le desconoce su
dueño original.
El acto de nombrar, explicitado como orden en la Instrucción, establece en la
escritura un estrecho vínculo entre el nombre y el objeto y trasluce un acercamiento
entre el sujeto y el mundo que se menciona. La mayoría de las designaciones se
orientan a definir alguna característica física o referir una circunstancia anecdótica
que penetra en la escritura por medio de esa interacción: “Llamamos a este puerto
de Nuestra Señora del Rosario, y al otro, Peligros, aunque los marineros le llamaron
Cache Diablo” (30).
79
Es interesante destacar que en la adjudicación de nombres no existe, como en otros viajeros,
una recurrencia de designaciones religiosas. Además, Sarmiento no alude a los nombres que
asignara Magallanes durante su travesía.
80
La primer acta refiere la posesión del puerto de Nuestra Señora del Rosario y está fechada el
día 22 de noviembre de 1579. La segunda es del Puerto Bermejo el día 27 de diciembre de 1580,
la tercera es la de Isla de la Santa Inés del 3 de febrero de 1580 y la última y más impor-tante
es la de posesión del río de San Juan y del Estrecho de la Madre de Dios y es del día 13 de
febrero de 1580. Todas las actas llevan las firmas de Pedro Sarmiento y la de Joan de Esquibel,
escribano real que da fe de lo actuado.
170 MARÍA JESÚS BENITES
Pero la verdad es ser tal regla falsa [se refiere a las agujas de marear],
por la experiencia que yo he hecho, y muchas, varias y diferentes partes
del mundo, orientales, occidentales (...) y los relojes que no son hechos
generales, sólo son precisos para aquella altura para donde se hacen, o
para poca más o menos, aunque algunos piensan que al mediodía todos los
relojes sirven bien; lo uno y lo otro es error notabilísmo y dañoso, que
conviniera haber advertido y emendado (22).
Las fuentes medievales repiten con frecuencia la idea de que hay que usar,
ejecutar y probar el saber que se recibe, sin embargo el hombre medieval no traba-
ja investigando zonas nuevas de la naturaleza sino probando y comunicando lo ya
conocido. En Sarmiento se advierte la necesidad del hombre moderno por cuestio-
nar los hechos, por encontrar nuevas respuestas a los fenómenos naturales y cien-
tíficos ya que, como señala Miguel Guérin, el discurso del relato de viaje “compite
por la definición de la ecúmene” (1992, 6).82
En este sentido, el viajero valida su texto en la incuestionada superioridad de
la experiencia sensible como forma de conocimiento y lo prestigia con la narración
de las dificultades que su adquisición implica. Desde el momento mismo en que to-
81
Estas consideraciones parten de Miguel Guérin (1992) quien trabaja las relaciones entre
experiencia sensible y razonamiento discursivo en el Diario del primer viaje de Colón.
82
Guérin señala que en cada momento del devenir de una organización sociocultural se confron-
tan discursos que tratan de referir la ecúmene. Ibídem, (6).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 171
83
Es importante considerar que esta actitud de Sarmiento lo aleja considerablemente del Diario y
cartas de Colón. El Almirante no refuta, sino que confirma en lo que ve aquello que procede de las
fuentes autorizadas, aunque éstas pertenezcan al orden de lo mítico. Véase Noé Jitrik: 1983.
84
La cursiva me pertenece.
85
Mignolo (1989, 1995) afirma que con el trazado de los mapas y la ubicación en ellos del Nuevo
Mundo (como del emblemático portulano de Juan de la Cosa y la Tabula terre nove de Martin
Waldseemüller, donde sugiere el nombre América en honor a Vespucio) se efectiviza, en el
siglo XVI, el proceso de colonización del espacio ya que colocar América en el mapa “no era
necesariamente una tarea dedicada a encontrar la verdadera forma de la tierra, estaba ade-
más relacionada con el control de los territorios y con la colonizaión del imaginario de la gente
de ambos lados del Atlántico: los indígenas americanos y los europeos” (280). La traducción
me pertenece.
Sarmiento señala, en determinados momentos de su relato, que ha trazado cartas de marear y
da cuenta de la confección de un mapa del Estrecho. Lamentablemente, ninguno de estos
documentos se conserva. El propio viajero se encargó de destruirlos en un desdichado episo-
dio, uno de los tantos en su azarosa vida.
172 MARÍA JESÚS BENITES
86
El Diccionario de Autoridades define aguja de marear: “Es una flechilla, o saetilla tocada a la
piedra imán, que puesta sobre una púa da vuelta mirando siempre al Norte, la qual se llama
también brúxula, y va puesta el una caxa, que llaman la Vitácora, de la qual usan los Marineros
para conocer los vientos en la mar”. En su libro Los descubridores Daniel Boorstin señala que
en la China alrededor del año 1000 se aplicó la aguja para la navegación. En Europa el proceso
de aceptación del instrumento fue posterior. El autor refiere que el uso de la aguja era asociado
con la magia. Durante muchas décadas los capitanes debieron consultar la brújula en secreto.
Ésto explica para Boorstin (1986) los orígenes de la bitácora donde se la guardaba. “Durante
los siglos que la brújula era considerada un instrumento sobrenatural, el piloto sin duda procu-
raba mantener su aguja magnética lejos de la vista del público. (...). Después de perder su
sabor de misterio, y cuando se transformó en la herramienta cotidiana de cualquier marinero,
la brújula salió a cubierta” (T. I, 222).
87
“Glosario de Voces Marítimas”. En Viajes al Estrecho de Magallanes de Pedro Sarmiento de
Gamboa. T. II.
88
Esta actitud indagatoria de los sistemas de medición de las distancias se origina en el momento
mismo del descubrimiento de América. Pienso en Américo Vespucio quien ha demostrado en
sus escritos una mayor preocupación y afán de exactitud científica que Cristóbal Colón. En una
carta del 18 de julio de 1500 dirigida desde Sevilla a Lorenzo de Médicis apunta: “En cuanto a
la longitud, digo que para conocerla encontré tanta dificultad que tuve grandísimo trabajo en
hallar con seguridad el camino que había recorrido por la vía de la longitud, y tanto trabajé que
al fin no encontré mejor cosa que observar y velar de noche las oposiciones de un plantea con
otro, y máxime el movimiento de la Luna con los otros planetas, porque el planeta de la Luna es
más rápido en su curso que ningún otro. (...). Y después de muchas noches que estuve en
observación. Una noche entre otras, estando a 23 días de agosto de 1499, que fue una
conjunción de la Luna con Marte (...) hallé que al salir la Luna en nuestro horizonte, que fue una
hora y media después de puesto el Sol, el planeta había pasado a la parte del oriente: digo que la
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 173
Luna se hallaba más oriental que Marte cerca de un grado y algún minuto más, y a la mediano-
che se hallaba más al oriente 15 grados y medio, poco más o menos; de modo que hecha la
proporción, si 24 horas me valen 360 grados ¿qué me valdrán 5 horas y media? Encuentro que
me valen 82 grados y medio” (1986, 56).
89
Richard Pietschmann (1906) señala que es posible que Sarmiento conociera una edición de
Pomponio Mela (París: 1556) con observaciones de Petrius Olivarius sobre diversas maneras
de calcular la longitud. Lo que sorprende es que en medio de condiciones adversas Sarmiento
tuviera la capacidad para improvisar un instrumento de medición.
174 MARÍA JESÚS BENITES
90
En el rastreo de material bibliográfico sobre Sarmiento encontré un artículo que brinda una
interpretación bastante particular sobre este episodio. El mismo se titula “El cronista Sarmiento
de Gamboa y un posible patillo volador” de José Antonio del Busto quien, como se indica en el
título, sugiere que el viajero pudo haber observado un fenómeno extraterrestre. En Revista
Mercurio Peruano, N° 463, 1966.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 175
ciado y dado de las cosas que lleváis de tiseras, peines, cuchillos, anzuelos, botones
de colores, espejos, cascabeles, cuentas de vidrio y otros cosas de las que se os en-
tregan, procuraréis llevar algunos para lengua” (IX. 8). En el itinerario se percibe la
presencia de los indígenas ya que el narrador refiere las señales que la denotan, co-
mo en una referencia del día 27 de noviembre: “En esta playa hallamos mucha hue-
lla de gente, fresca y dos puñales o harpones de güeso con sus presas en las
empuñaduras” (38).
Los seres descomunales descriptos por Pigafetta pugnan por ingresar en la
escritura. El primer encuentro se produce el 11 de diciembre y es presentado con
los términos culturales de la carencia.
91
Emma Martinell Gifre (1992) señala que durante el proceso de conquista y colonización,
rápidamente los españoles fueron concientes de que los objetos novedosos, como las cuen-
tas de vidrio o los botones de colores que llevaba Sarmiento, despertaban en los indios la
misma codicia que el oro en ellos. Martinell expresa que “en la entrega de estos regalos hubo
tanta espontaneidad unas veces como premeditación otras. En parte, representaron operacio-
nes mercantiles; en parte, una contraseña para consolidar pactos militares y políticos; también
un estí-mulo para algunos colonizadores, que veían rentable su viaje como su asentamiento en
las In-dias, en especial porque daban ‘cosas de poco valor’, ‘cosas que entre nosotros son de
poco precio’, y recibían cosas necesarias o cosas estimadas. Siempre les parecía que salían
ganando” (125).
92
El primer indio para lengua que toman como prisionero escapa a los pocos días. Luego, tienen
como intérprete a Felipe “indio grande” quien, junto a dos más, acompañará a Sarmiento en su
176 MARÍA JESÚS BENITES
que permitan dar cuenta de los otros puntos requeridos por la Instrucción: “infor-
mándoos de la religión que tienen, ídolos que adoran, con qué sacrificios y manera
de culto (...) cómo se rigen y gobiernan, si tienen reyes, si éstos son por elección o
derecho de sangre, o si se gobierna por repúblicas, por linajes” (9).
Todos estos aspectos son silenciados por el narrador y marcan un claro dis-
tanciamiento entre el rol del historiador que detallaba el mundo imperial de los
Incas y el del viajero que, ante la realidad precaria de los indígenas que pueblan la
zona del Estrecho, redacta un texto despojado de detalles. La escritura revela que
el contacto con los indios se mantiene a un nivel gestual puesto que, excepcional-
mente se transcriben palabras en su idioma.93 El narrador expresa incluso la dificul-
tad para reconocer en ellos a un semejante “pensamos ser lobos marinos” (45).
El segundo encuentro tiene como protagonistas a indígenas de otra tribu,
quienes, de manera inmediata, son asimilados al imaginario mitológico occidental.
Ver y presentar seres culturalmente extraños como gigantes es un modo de deshuma-
nizarlos. El indio que habita las costas del Estrecho es visto y aprehendido como una
entidad no solamente diferente del sujeto que escribe sino externo a él por su na-
turaleza.
regreso a España.
93
Únicamente en una oportunidad Sarmiento señala los nombres con que los indios denominaban
las ensenadas de una isla: “La primera ensenada nos dijeron estos indios que se llamaba
Puchachailgua en su lengua, y la segunda ensenada se llama Cuaviguilgua. (...). La tercera
ensenada es grande y va a la vuelta del sur, y la llaman Alguilgua. En la costa contraria de la
mano izquierda nordeste, se llama Xaultegua” (89). Las cursivas me pertenecen.
En la relación aparecen tres términos indígenas que son presentados con su significado: “y los
naturales traían unas mantas de pellejos de vicuñas, que son de las del Pirú, que se llaman en
lengua natural neuxo”; “(...) y hechas señas de paz, alzando las manos y diciendo Axijote, que
decir hermanos, saltamos en tierra”; “y según Felipe, el indio grande, dice, hay algodón (...) y
canela, a que llaman cabca” (109, 118 y 120 respectivamente.)
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 177
94
La cursiva me pertenece.
95
En las relaciones de 1584 y 1590 se observan, como señalaré oportunamente, cambios en el
modo en que los españoles interactúan con los indígenas.
96
En líneas generales, estas tribus merecieron el nombre de onas, gente de a pie, puesto que
eran pueblos nómades que se desplazaban en busca de presas para cazar y subsistir. Nunca
practicaron la agricultura ni la ganadería y siempre se trasladaban por tierra, ya que no
construían canoas. Los clanes en que se agrupaban no eran de más de veinte personas
dentro de los cuales se regían por leyes consuetudinarias que regulaban la división del
trabajo y los roles sociales dentro de los mismos. En los canales occidentales de la Isla, en la
inmensa ex-tensión del archipiélago que hoy constituye parte de Chile, vivían indios que se
decían a sí mis-mos kawescar, pero fueron conocidos como alacalufes. Cercanos a ellos, a
lo largo del canal del Beagle y por todas las islas menores, se encontraban los yaganes o
yamanas. Su vida transcurría navegando en búsqueda de alimento. Cuando llegaban a un
centro de pesca abundante, se instalaban en precarias chozas de ramas. Las viviendas eran
ovaladas o redondas cuya entrada miraba al mar y estaba construida con ramas arqueadas,
cubiertas de pastos y hojas secas, en verano, y con cueros en inviernos. En general, la familia
era monogámica, agrupadas de manera aislada. Para mitigar el frío extremo untaban su cuerpo
con grasa de lobo marino.
Físicamente se distinguían de los onas ya que estos eran altos, robustos y erguidos mientras
que los yaganes y alacalufes eran bajos y con las piernas atrofiadas por estar siempre en
cuclillas. Véanse Antonio Serrano (1947); Arnaldo Caclini (1998) y Luis Alberto Borrero (2001).
José de Acosta, a partir del testimonio del piloto Hernando Alonso, señala, en su Historia
natural y moral de las Indias (1590) que “los indios que habitan a la banda del Sur son pocos,
chicos y ruines; los que habitan a la banda del norte, son grandes y valientes, de los cuales
178 MARÍA JESÚS BENITES
Y antes de surgir fueron barcos del pueblo a saber qué nao era y la
gente que era y de dónde venía; y como se les dijo que éramos del
Pirú y veníamos de allá por el Estrecho de Magallanes, enmudecían,
no creyéndolo y teniéndolo por imposible; y sin querer llegar a bordo,
fueron a dar por nuevas a tierra que éramos una gente de tantas
faiciones y tan mal encarados, y que traíamos unos de largas guedelllas,
que son coletas de cabellos largos (lo cual decían por unos indios del
Pirú y de Chile que traíamos) y en lo de mal encarados no nos
levantaban nada, porque demás de no ser muy adamados de rostros,
no nos había dejado muy afeitados la pólvora y sudor de los
arcabuzazos de poco antes, y en efecto veníamos más cudiciosos de
agua que de parecer lindos (154).
trajeron a España algunos que tomaron. (...). Los indios saludaron a los nuestros con el nombre
de Jesús. Son fecheros; andan vestidos de pieles de venados, de que hay copia por allí” (113).
Edición de 1962.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 179
97
Estos avatares de Sarmiento han quedado reflejados en los versos de Argentina
y conquista del Río de la Plata de Marín del Barco Centenera (1602). La cita corres-
ponde a la edición de 1998, 348 – 349.
Más venturoso fue nuestro Sarmiento
Con llevar una pobre navecilla,
En atravesar, digo, que lamento
Terná después al fin con su cuadrilla
Llegó Sarmiento en paz rico y contento
Del orbe viejo al nuevo de Castilla,
Y dio cuenta de sí y de su camino
Y la causa motriz de su designo.
Capítulo III
El segundo viaje:
el padecimiento
182 MARÍA JESÚS BENITES
I. Relación de 1583.
La escritura del enfrentamiento
Diego Flores de Valdés fue durante muchos años “General de la Flota de las
Indias”98 lo que determinó numerosos viajes de rutina entre España y América. Flo-
res, caballero de la orden de Santiago, poseía importantes relaciones en la Corte,
las que habían intercedido en su nombramiento como General de la Armada del Es-
trecho.
El desplazamiento en el mando de la Armada representa para Sarmiento algo
inesperado ya que desde su arribo se había abocado a organizar una futura expedi-
ción y a entregar al Consejo documentos anexos a la relación de su primer viaje,99
98
Desde el año 1524 y por disposición de Carlos V las naves tenían que viajar protegidas. Todos
los barcos debían estar provistos con cañones y armas de fuego para defenderse de los
posibles ataques de corsarios. La función de Flores como General de la Flota era la de dirigir
las expediciones y custodiar los cargamentos. Antes de zarpar ya sea de España o del Nuevo
Mundo tenía la obligación de inspeccionar las naves en busca de pasajeros ilegales (especial-
mente mujeres) y de carga prohibida. Véase Georg Friederici: 1973, 319. La flota en la que llegó
el virrey Toledo en 1569 había sido dirigida por Diego Flores de Valdés.
99
En el Tomo V del Índice General de los papeles del Consejo de Indias, en un asiento del 22 de
marzo de 1581, consta: “El libro del derrotero de Pedro Sarmiento de Gamboa, que vino por el
Estrecho desde Lima a España en el navío nombrado Nuestra Señora de Esperanza, escrito en
85 hojas, firmado y signado de Juan de Esquivel, escribano real, encuadernado en terciopelo
verde, con un mapa que hizo del dicho estrecho, se envió a la Casa de Contratación de Sevilla
para que se guardase en ella, por carta del Secretario Juan de Ledesma”. En Colección de
Documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y colonización de las antiguas
posesiones españolas de Ultramar. 1926.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 183
Hay ganado de lo del Perú, que es buena comida de muy buena carne,
de buen sabor y sustancia, mucha montería de venados y otros animales,
mucha volatería de aves marinas y terrestres, chicos y grandes, aves de
tierra caliente y tierra fría, sirgueritos y papagayos, faisanes, patos gran-
des pelones y de los otros, y otras muchas aves, pescado y marisco mu-
chos, y habrá más sabiendo bien las pesquerías y comederos, hay perlas
de mijillones muchas, que serán de provecho beneficiándose, hay muy
buena madera en medio del Estrecho para navíos y edificios, y hay otras
cosas de mucho provecho, que andado el tiempo se verá, y será España
muy aprovechada y la Real Hacienda acrecentada y la Iglesia de
100
El manuscrito figura en el A.G.I. P. 33, N° 3, R. 2 como “Parecer de Pedro Sarmiento de Gam-boa
de 1580”. Está escrito en tres folios de ambos lados. La letra no es de Sarmiento, y presenta
una tipografía más dificultosa, abundante en abreviaturas. A esto se suma la mala calidad de
absorción del papel que ha posibilitado que la tinta se traspase de una cara a otra de las hojas.
Sarmiento sólo ha agregado, al final, su rúbrica.
En este informe se describe cuáles son las naos más adecuadas para ir al Estrecho de
Magallanes (fs. 1 r° y v° y f. 2 r°). En el f. 2 v° Sarmiento menciona datos que aluden a la ciudad
de Mendoza y la zona de Cuyo y aconseja llegar a esa zona desde Chile para descubrir
Noticias, que como señalé se refiere a la Ciudad de los Césares. Luego de esta descripción en
el mismo folio se establece cuál es la época del año más conveniente para salir de España,
según Sarmiento el mes de marzo. En el f. 3 v° Sarmiento describe las bocas del Estrecho de
Magallanes y expone su plan de fortificación: “Hanse de poblar dos pueblos, uno de la una
parte del Estrecho y el otro de la otra, para que cada pueblo repare y guarde y bastezca la
fortaleza que le cupiere a su costa”. En Rosenblat, 201.
Este documento figura en Ángel Rosenblat (T. II, 197 - 201) bajo el título de “Memorial presen-
tado por Pedro Sarmiento sobre la manera de buques que era conveniente fuesen al Estrecho
de Magallanes, el tiempo en que convenía salir para él de España y la navegación que se había
de hacer, igualmente que de Lima y de la costa de Chile y dentro mismo del Estrecho, los fuer-
tes que para su seguridad se debían construir en la Angostura de Nuestra Señora de la
Esperanza, 16 leguas adentro del Cabo de las Vírgenes, y de las poblaciones que se habían de
hacer”. Copiado de la Colección Diplomática de Navarrete. Tomo XX, Folio 121, N° 12. El do-
cumento es mencionado en el “Apéndice N° 2” de la obra de Pablo Pastells (1920) como “Copia
de un informe de Pedro Sarmiento de Gamboa sobre la especie de naos que es más a propósito
para ir al Estrecho de Magallanes y el tiempo más oportuno para salir de España”.
184 MARÍA JESÚS BENITES
Felipe II encara esta empresa con los mayores cuidados. Durante fines de
1580 y hasta mediados 1581 escribe numerosas cartas al Consejo de Indias, al Du-
que de Alba, a Flores y al propio Sarmiento. El Rey se muestra especialmente intere-
sado en las fortificaciones que se habían proyectado para defender las bocas del
Estrecho de los corsarios. Estudia los planos tentativos preparados por el futuro Go-
101
Las cursivas me pertenecen.
102
Las cursivas me pertenecen. La descripción de este documento se detalla en el Capítulo I de la
Tercera Parte.
103
Publicado por Ángel Rosenblat en su “Apéndice Documental” (T. II, 299). Ha sido copiado de la
obra de Pastells, (493). El manuscrito se encuentra en el A.G.I. P. 33, N° 3, R.9. Está escrito
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 185
bernador y lo vincula al ingeniero Juan Bautista Antonelli104 para que diseñen los
planos de los fuertes.
Diego Flores aprontó la flota en Sevilla. En una carta del 20 de mayo de 1581
expresa sus quejas por el desorden que impera, por las trabas burocráticas que
impone la Casa de Contratación y la ineficacia de los hombres que debían ayudarlo.
En ella señala, refiriéndose a Pedro Sarmiento, que “me huelgo mucho de que tenga
las partes que Vuestra Majestad dice, porque conforme a eso no puedo yo dejar de
tenerle en la posesión que vuestra merced dice” (309).108
Estas palabras se contradicen en la misma epístola. El Gobernador propone
como piloto mayor a Antón Pablos quien lo había acompañado en su primera trave-
sía por el Estrecho. Flores considera que no es “cosa acertada (...) fiar de un hom-
bre extranjero tanta armada, hasta saber lo que entiende y sabe, que esto, a muy
pocas tretas, lo entenderé yo con sólo navegar un día con él” (308). También subra-
ya que, si no se agilizan los trámites y entrega de dineros y bastimentos, sería
preferible suspender la empresa para el año siguiente porque de lo contrario es “ir
a perderse como quien va al matadero” (307).
A la Corona no escapan los riesgos que implica la incursión al Estrecho de
Ma-gallanes. En el Archivo General de Indias se conserva la Instrucción Real dirigi-
da al General y fechada el 1 de mayo de 1581. En uno de sus asientos consta una
sorprendente advertencia.109
sólo la copia del título de capitán de uno de los fuertes a favor de Andrés Ortega Salido (Lisboa
el 19 de agosto de 1581), sino también la Real Cédula donde, en caso de muerte de Salido, se
nombra capitán de los fuertes a Desiderio de Figueroa (Lisboa; 13 de septiembre de 1581).
108
En Rosenblat figura copiada del Archivo de Antonio de Zabálburu y publicada en la Colección
de documentos inéditos para la Historia de España.
109
P. 33, N° 3, R. 5. S. 1 y 2. “Instrucción en lo que toca a la Armada que lleva a cargo Diego Flores
de Valdés”. Escrita en cuatro folios de ambos lados más la carátula. Lleva la firma de Felipe II
y del Escribano Real. Este documento figura en el “Apéndice N° 2” de la obra de Pablo Pastells.
110
La cursiva me pertenece. Recordemos que se pensaba que el Estrecho se había cerrado o
nunca existido.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 187
111
Transcripto del manuscrito original.
112
En la obra de del Barco Centenera Argentina y Conquista del Río de la Plata el autor refiere:
Salen de aquí contentos los que cuento,
Diego Flores, Valdés y el trujillano,
El buen Sotomayor por cognomento,
Chaves y de la madre voz mediano;
Con ellos, como digo, va Sarmiento
Cuya quimera vana salió en vano.
Cito de la edición de 1998, 349.
113
Este elevado número lo conformaban seiscientos soldados que iban a Chile acompañando al
nuevo Gobernador: Álvaro de Sotomayor; trescientos cincuenta pobladores; el resto lo consti-
tuían tanto los soldados afectados a las futuras fortificaciones del Estrecho, como los marinos.
En un documento del 1 de junio de 1583, titulado Relación de los capitanes y naos, maestres y
pilotos que su Magestad proveyó para la armada que invió en al Jornada del Strecho de la Ma-
dre de Dios, antes llamado de Fernando de Magallanes y lista de los pobladores del Estrecho,
Sarmiento de Gamboa detalla los nombres y apellidos y en algunos casos lugar de procedencia
de los pilotos de la galeaza capitana, luego de las naos Santi Spiritus, María de Jesús, Nuestra
Señora de la Speranza, Gallega, María de Buen Pasaje, María de Sanct Vicente, María, Sancta
María de Begoña, Corza, Sanct Nicolás y de las fragatas María Magdalena, Santa Isabel, Sancta
Catalina, Guadalupe, Trinidad, Sancta Marta, Sanct Esteban de Soroa. Luego se señalan los
nombres y apellidos de los pobladores solteros que se embarcaron en Sanlúcar de Ba-rrameda,
consignándose en algunos casos su oficio. Los pobladores solteros suman ciento catorce.
Después están anotados los nombres y apellidos de los pobladores casados con el nombre, no
siempre, de sus mujeres y la cantidad de hijos, que suman ciento treinta y cuatro. A continuación
se enumera el nombre y sueldo de los carpinteros, albañiles, herreros, pedreros, artilleros y
trompeteros destinados a la fortificación del Estrecho. Sarmiento detalla luego los pobla-dores
que se embarcaron en Cádiz, tras la primera y fallida salida, siguiendo el mismo esquema de
presentación.
El manuscrito original se conserva en A.G.I. P. 33, N° 3, R. 29 y consta de trece folios escritos
de ambos lados más la carátula. La letra no es de Sarmiento de Gamboa quien únicamente ha
escrito el saludo final “S.C.R.M. besa las reales manos a Vuestra Majestad su más leal vasallo
188 MARÍA JESÚS BENITES
Pedro Sarmiento de Gamboa”. El título de Relación ha sido colocado en el r° del primer folio. Con
esa misma denominación figura en Rosenblat (T. II, 335 - 354) copiada de Pastells (542 - 560).
114
Manuscrito del A.G.I. P. 33, N° 3, R. 27. Está escrito íntegramente de puño y letra por Sarmiento
de Gamboa en ochenta y cinco folios de ambos lados, más un folio en blanco y dos de ca-rátula
y cubierta. En la carátula se lee con letra de Sarmiento “Para la S.C.R.M. en manos de su Real
Consejo de las Indias”. Con otra caligrafía se ha agregado un título “Relación de lo sucedido a
la Armada Real de su Majestad en este viaje al Estrecho de Magallanes. Bajo esta deno-
minación la publica Rosenblat (T. I, 191 – 290) copiada de Pastells (561 – 645). En el folio 1 r°
consta claramente el destinatario “S.C.R.M.”. En el folio 3 r° se ha ubicado en el encabezado la
palabra “Relación”. En el folio 12 r°, Sarmiento coloca otro subtítulo “Relacion del infelice viaje
desta arma [sic] de que fue general Diego flores de baldes”. Estos subtítulos señalan momen-
tos marcados temporalmente.
Es llamativo en los dos primeros folios la prolijidad y distribución de las oraciones en el papel.
En algunas líneas se distingue el trazo de renglones que guiaron al navegante. En los folios
subsiguientes no aparecen. Lo que sí se mantiene, es la amplitud de los márgenes, lo que hace
suponer que, a pesar de la extensión del escrito, Sarmiento disponía de una importante canti-
dad de papel. Éste, dado el buen estado de conservación del manuscrito, es de una calidad
superior ya que son muy pocas las hojas en que se ha traspasado la tinta de una cara a otra
de la hoja y los folios no presentan roturas, excepto en el folio 2 v° donde la pluma ha perforado
el papel en el momento de firmar.
115
A.G.I. P. 33, N° 3, R. 28. El manuscrito posee treinta y un folios escritos de ambos lados, la letra
no es de Sarmiento de Gamboa quien únicamente ha realizado de puño y letra el saludo final
“S.C.R.M. besa las manos su más leal vasallo Pedro Sarmiento”. Refiere el itinerario del camino
y navegación que hizo la Armada de Diego Flores y Valdés que salió de Sanlúcar de Barra-
meda la noche del 9 de diciembre de 1581 para el Estrecho de Magallanes. Desde el folio 1 al
9 designa las alturas y grados desde Sanlúcar hasta Río de Janeiro. En el folio 9 se incluye el
título “Camino desde el Río de Janeiro al Estrecho” que se extiende hasta el folio 17. En este folio
se lee el subtítulo “Viaje y derrotero desde la isla de Santa Catalina hasta el Estrecho” que se
extiende hasta el folio 30. Aquí se incluye otro subtítulo “El camino y derrotas que hizo Diego
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 189
Flores de Valdés General desta armada en la vergonzosa arribada que hizo desde la boca del
Estrecho”. En el folio 27 v° Sarmiento menciona a otros expedicionarios como Sebastián Elcano
y Jofré de Loaisa que confundieron las bocas de entrada al Estrecho. El documento ha sido
publicado por Ángel Rosenblat (291 – 333) a partir de la edición de Pastells (501 – 541).
116
Tomo la denominación de Alberto Porqueras Mayo. 1957.
190 MARÍA JESÚS BENITES
Para poder escribir esa verdad Sarmiento debe desviarse de la línea que
marca una instrucción. Ésta deja de ser el móvil que transforma el derrotero en
discurso para dar lugar –fundada en la decepción que originó en él no haber sido
“General de la Armada”– a la narración de los hechos que ponen de manifiesto la
ineficacia de Flores de Valdés para comandar la empresa.
El relato se inaugura con el arribo a España luego del exitoso viaje al Estre-
cho de Magallanes. El recorrido espacio – temporal está determinado por la llegada
y permanencia en distintos puertos: Sevilla, Cádiz, Cabo Verde, Río de Janeiro. Es
una escritura estática que no se presenta, como la de 1580, guiada por las líneas de
la carta de marear.
La materia narrativa se elabora desde la voz y mirada de un sujeto textual que
se despliega en primera persona del singular y plural y en tercera del singular, alter-
nancia que le permite acercarse o distanciarse de las situaciones que refiere. En cada
puerto el ritmo del texto se detiene en el detalle de los acontecimientos que se susci-
tan y que marcan el progresivo enfrentamiento con Diego Flores. El paisaje y los
relieves del espacio se desdibujan y el impulso de la escritura es el de la narración.
El uso de la tercera persona pone en movimiento a “Pedro Sarmiento” ejer-
ciendo, desde las primeras páginas, diversas actividades dentro del marco oficial y
en procura del logro de la empresa.
117
Alude al dicho castellano “la judía de Zaragoza, que cegó llorando duelos ajenos”. Nota en Ro-
senblat (T. I, 192).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 191
118
El énfasis en los verbos de acción es mío.
119
Sarmiento aplica un método que le permite determinar con mayor exactitud las distancias para
establecer de manera más precisa el rumbo. Es ésta, precisamente, la indagación cosmográfica
que recorre el siglo XVI. Gehard Mercator explicaba en su mapamundi de 1569 (Nova et aucta
orbis terrae descriptio ad usum navigatium emendate accomodata) cómo a partir de la dife-
rencia de latitudes y diferencia de longitudes, se pueden determinar la dirección y distancia.
Para superar la dificultad de variación de la escala, Mercator introdujo el principio de los
triángulos similares. Es evidente que Sarmiento conocía el trabajo del cartógrafo de Flandes ya
que sus conclusiones, que parten de la observación de fenónemos celestes, poseen el mismo
objetivo e igual procedimiento. Véase G. R. Crone, Historia de los mapas, 1966.
El valor de las consideraciones cosmográficas de Sarmiento fue reconocido por sus contem-
poráneos. José de Acosta, cuando se refiere al navegante, lo reconoce como hombre “docto
en Astrología” (1590, 109). Edición de 1962.
192 MARÍA JESÚS BENITES
120
Obsérvese que Sarmiento de Gamboa no respeta el orden cronológico en que se desarrollaron
los viajes al Estrecho y se ubica en primer término.
121
Al parecer los españoles se encontraban atrasados en la elaboración de medicamentos contra
el escorbuto o mal de Loanda. Según Friederici (1973) los franceses que colonizaron Canadá
y los ingleses disponían de ciertos remedios contra ese mal. Aún entrado el siglo XVIII seguían
muriendo marinos españoles a causa de esta enfermedad.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 193
Las actitudes poco piadosas de Flores son presentadas también por medio de
una comparación con Timón, “el ateniense que era enemigo de los mortales” (222).122
La introducción de la voz del antagonista no sólo dinamiza el texto, sino que es una
estrategia para recrear (probar) de manera concreta y directa, la oposición que los
separa. Desde este lugar, el narrador permite que el elegido por la Corona hable
para darle a su propia voz el tono de la mesura. En esos tramos la tercera persona
del singular se entremezcla con un “nosotros” que demuestra cómo las reacciones
de estupor frente a las actitudes de Flores son generalizadas.
122
Sarmiento refiere la historia de Timón “tiniendo una higuera en su casa, donde muchos se
habían ahorcado, y quiriéndola cortar porque hacía sombra a algunos, salió a la calle a dar vo-
ces, diciendo: ‘Sepan todos que Timón quiere cortar su higuera, el que se quisiere ahorcar
acuda por éstas antes que la corte’” (222).
194 MARÍA JESÚS BENITES
123
Uso la cursiva para destacar la ironía con la que Sarmiento se refiere a la falta de conocimien-
tos en Flores.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 195
124
Friederici (1973) señala tres causas centrales en la pérdida de embarcaciones. La más
devastadora eran los estragos que causaban la broma o taraza, molusco que perforaba las
maderas de los barcos. Las otras dos era el desconocimiento de las costas y las últimas el
exceso de mercancías con que se cargaban las naves. El ataque de la broma o taraza era una
de las causas más importantes de pérdidas de embarcaciones.
125
Tres naves tenían la orden de llevar al Río de la Plata seiscientos soldados de Don Alonso de
Sotomayor, para que desde allí prosiguieran, por tierra, el viaje hasta Chile.
196 MARÍA JESÚS BENITES
126
El manuscrito tiene una anotación al margen de algún miembro del Consejo de Indias quien, al
revisar el texto, apuntó “No quiso llegar a tomar el Estrecho.”
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 197
que era impedir esta jornada, para que la palabra de Dios no se noti-
ficase a aquellos ciegos gentiles, a quien Vuestra Majestad enviaba a
convertir y hacer cristianos (227).
127
La cursiva me pertenece.
198 MARÍA JESÚS BENITES
Porque en las tierras nuevas lo más necesario son los casados, así
para asegurar la tierra de alteraciones que suele haber entre gente
toda soltera y suelta, como para poblar y multiplicar y cultivar la tierra
y para los oficios femíneos, que son a la república necesarísimos, de
curar enfermos, remendar, y coser a los hombres y limpiallos, y aun
para dar ánimo a los hombres, que, viendo que una flaca mujer sufre
los trabajos de las nuevas poblaciones, avergüénzanse los hombres
de no hacer otro tanto y más (236 - 237).128
128
En las primeras licencias de colonización concedidas por los Reyes Católicos en 1501 se
exigía que los emigrantes debían ser casados y viajar acompañados por sus familias. En 1505
se ordenó a los hispanos casados que se habían asentado en el Nuevo Mundo que retornaran
a España para buscar a su mujer e hijos. Durante todo el siglo XVI la monarquía impuso normas,
en algunos casos muy severas, para promover la inmigración de mujeres y de familias a las
Indias. Las palabras de Sarmiento transmiten esa necesidad de colonizar las nuevas tierras
con hombres y mujeres para asegurar el asentamiento definitivo en el territorio y el acrecenta-
miento de población.
129
En este sentido, Flores queda representado como un “criminal” ya que, partiendo del concepto
propuesto por Michel Foucault (1995) en La verdad y las formas jurídicas, criminal es aquél
que “damnifica, perturba a la sociedad”. Es el enemigo interno (93).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 199
Bien sé que los hijos de este siglo son más prudentes que los hijos de
luz,130 y que quien quiere vivir sobre la haz de la tierra deja correr el agua
por donde suele; y cada uno viva como pudiere, con daño o sin daño, bien
lo sé y bien lo entiendo, y no soy santo ni aun bueno, pero aprendí a tener
vergüenza y a no hacer cosa que pareciese mal (...). Sacra Majestad, en
tocándome en mi Rey y mi señor, no hay disimular, así porque Dios me dice
obedite praepositis uestris,131 como por afección humana. Y por esto he
tenido y tengo muchos émulos y contradiciones, trabajos, peligros y pérdi-
das, pero nada me ha estorbado el servicio de mi Rey, y muchos lo han
procurado con obras, fuerzas y malas palabras, y por esto estoy pobre,
pudiendo estar rico, digo en dinero, pero tengo en la memoria la sentencia
del sabio: melius est nomen bonum quam diuitae multae, si fas est dicere,132
nombre bueno en mí, por servir y arriscar muchas veces la vida limpia-
mente por Vuestra Majestad, en que Dios Nuestro Señor me ha favorecido
y sacado con vitoria adelante; la gloria y honra a su Divina Majestad solo,
que dél nos viene todo bien y don perfecto (244).
130
En este tramo Sarmiento alude al Evangelio de San Lucas, capítulo 16, versículo 8: “Y alabó el
señor al mayordomo malo por haber hecho discretamente; porque los hijos de este siglo son en
su generación más sagaces que los hijos de la luz”. Nota en Rosenblat: 1950, T. II, 430.
131
“Continuad con vuestro designio”.
132
“Si es lícito decir: es mejor ser tenido por bueno que tener abundancia de riquezas”. El uso del
latín evidencia una vez más la presencia de un sujeto textual letrado.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 201
133
Este tipo de invocación no es novedoso. El providencialismo de Cristóbal Colón, por
nombrar un ejemplo, es el modelo más acabado de actitud mesiánica en el discurso narrativo
mitificador. Beatriz Pastor (1983) ha señalado también este aspecto en las cartas que Hernán
Cortés dirige al Rey.
134
Porqueras Mayo distingue, de acuerdo a su contenido, entre prólogo presentativo, preceptivo,
doctrinal y afectivo (1957).
135
Aristóteles afirma que las virtudes éticas son aquellas que se desenvuelven en la práctica y
que van encaminadas a la consecución de un fin, además, sirven para la realización del orden
de la vida del Estado -la justicia, la amistad, el valor- y tienen su origen directo en las costum-
bres y hábitos. Véase el término “ética” en el Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora.
En uno de los últimos folios (81 v° y 82 r°) Sarmiento vuelve a destacar las normas de
conducta que deben observar aquellos que quieran ser dignos servidores del Rey y España:
“Dicen otra cosa los que quieren salvar a Diego Flores cuando yo le acuso de que deshace la
gente y pertrechos del Estrecho y lo deja en otras partes: que en todas partes se sirva Vuestra
Majestad. Yo les respondo que aunque en toda parte se sirva Vuestra Majestad, que cada
cosa tiene dado su lugar y orden; y sacado de allí, con cualquiera color que sea, es desobe-
diencia y deservicio notable. Y que en cada parte cada personaje ha de acudir adonde le es
ordenado y señalado, con obligación precisa; y el que desto se desviare es culpable y digno
de castigo, porque si así se hiciese y [a ] cada uno le fuese lícito arbitrar contra lo que se le
manda, todo sería confusión y división, y de ahí desolación de todo reino, por faltar la orden que
los Reyes y consejos ponen (...)” (286). Las cursivas me pertenecen.
202 MARÍA JESÚS BENITES
En este puerto encuentran una flota de cuatro navíos enviada por Felipe II
con víveres y pertrechos al mando de Diego de Álcega. Éste porta cartas del Rey
que previenen contra el peligro de una inminente llegada de corsarios franceses a
las costas brasileñas. En el final se precipita el relato de los acontecimientos que
puede observarse, incluso, en la letra abigarrada, improlija del manuscrito. Ésta
proyecta la compulsión y premura de quien escribe para no olvidar ningún aspecto
de los que le interesa incorporar.136 Los verbos de acción y la descripción de las
infructuosas conversaciones mantenidas con Flores de Valdés para que emprendan
un nuevo viaje al Estrecho de Magallanes ponen en escena a un incansable Pedro
Sarmiento; la letra presurosa transmite los vertiginosos esfuerzos del Gobernador
por evitar el desmantelamiento de la flota.137
Ante las negativas reiteradas, el narrador se centra en la cobardía del Gene-
ral, pero esta vez apela a “Vuestra Majestad” solicitando castigos y reconstruyendo
diálogos que ejemplifiquen la coherencia modélica en sus actitudes y dichos.
136
En el documento también se observan tachaduras, algo infrecuente en los originales escritos
de puño y letra por Sarmiento. Estos cambios en la presentación formal los advierto a partir del
f. 77 y hasta el final, f. 85. Desde el f. 84 v° el tamaño de la letra es más grande y su lectura se
torna dificultosa.
137
En el relato son muchos los viajeros que se resisten a emprender una nueva travesía al
Estrecho y más aún aquellos que se espantan ante la posibilidad de tener que permanecer en
aquellas tierras. Sarmiento no escatima espacio textual para reproducir las más diversas
respuestas que obtiene de los supuestos vasallos reales, como en los siguientes ejemplos:
“Los que con nosotros venían, a su imitación, hicieron otro tanto; el tesorero Esquibel, el
sargento mayor Loaysa, que en lugar de disciplinar algo se metió a lo mesmo, y tratándole un
día el capitán del artillería Viedma de volver al Estrecho respondió: ‘Yo me meo en la cama, y
llámome maricas [sic.] y no quiero ir al Estrecho’ ” (283, f. 78 v°) “(...) diciendo el gobernador
que, aunque fuese en una teja, había de procurar volver al Estrecho, le respondió [Garri,
designado Alcalde de uno de los futuros fuertes] que aunque el Rey propio en persona viniese
a mandárselo, no iría allá” (286, f. 81 v°).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 203
138
La construcción entre paréntesis corresponde a Rosenblat. En el original (f. 80 v°) la palabra,
una sola, ha sido cubierta, casi en su totalidad, por una mancha de tinta que ha traspasado el
papel.
139
El enojo de Sarmiento se manifiesta en uno de los últimos párrafos del relato cuando se queja
por la mala calidad de los pertrechos que la Corona ha enviado para los futuros pobladores del
extremo sur: “El vino que se trajo es la más mala cosa que se ha cargado en naos de España,
lo más dello, y hase hecho la prueba que mucho dello vino aguada, y aun creo que se prueba
que con agua salada” (289).
204 MARÍA JESÚS BENITES
140
Las cartas han sido publicadas por Ángel Rosenblat. (1950: T. II, 315 – 328), quien las copió de
la Colección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, N° 7300 y 7301. Los
originales se encuentran en el A.G.I. Las dos cartas están publicadas además en la Revista de
la Biblioteca Nacional, Buenos Aires. 1938: N° II, 141 - 146.
141
Flores insiste en presentar la rigurosidad del paisaje del Estrecho. En uno de los fragmentos, en
términos realistas, describe: “la tierra es tan rasa de la una parte y de la otra que de ninguna
parte tiene abrigo, que para tierra de tanta frialdad, es de grande inconveniente para la gente
que ha de estar en ellos, porque no tienen leña ni agua, sino es a cuarenta leguas (...)” (323).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 205
impedir la entrada dél a ningún navío que quisiere, por haber más de
dos leguas de boca, de lo que aquí se acordare para la defensa dél y
aumento u población de la tierra por ser de importancia traté y comu-
nicaré con el gobernador y personas despiriencia, y daré a Vuestra
Majestad relación de todo (326 - 327).
seguimiento por sus actuaciones.142 El castigo y la cárcel le llegarían años más tarde
(1588), cuando demostrara su cobardía al mando del Escuadrón de Castilla de la
Armada Invencible.143
Sarmiento de Gamboa, en tanto, se ha quedado en Brasil preparando una
nueva y decisiva incursión. Lo acompañan Diego de la Rivera con el cargo de Flores,
y el piloto Antón Pablos. Muchos hombres lo abandonan, entre ellos algunos frailes
y Juan Bautista Antonelli, el ingeniero que Felipe II había designado para la cons-
trucción de los fuertes.
La Relación hecha por Pedro Sarmiento a Su Majestad sobre lo sucedido en el
Estrecho cuando allí se quedó y fundó dos ciudades, está escrita desde Pernambuco
y firmada el día 18 de septiembre de 1584.144 Su escritura se orienta hacia la legi-
142
En el A.G.I. P. 33, N° 3, R. 5, se conservan diversos manuscritos sobre la expedición al
Estrecho. El legajo contiene siete documentos donde hay interrogatorios y advertencias rela-
tivas a la causa que se llevaba adelante en Madrid sobre la dirección y administración de la
armada comandada por Flores.
143
Colección de documentos inéditos para la historia de España y de sus indias. La Armada In-
vencible. Archivo de Simancas. 1587 - 1589. Documentos seleccionados por Enrique Herrera
Oria. Transcriptos por Miguel Bordonau y D. Ángel de la Plaza. 1929.
En una carta de Don Juan de Cardona a Felipe II, firmada en Santander el 20 de noviembre de
1588, se refiere y critica el accionar de Flores de Valdés durante un accidentado episodio. Si-
mancas. Estado. Legajo 165. Fs. 225 y 226. He optado por actualizar la ortografía de la
transcripción.
“Iba la nao de Don Pedro de Valdés delante del galeón del Duque de Medina aun lado, ya
entrados en el calos de Inglaterra y el armada enemiga siguiéndolos; la nave de don Pedro de
Valdés invistió con otra de su propia escuadra, rompió el beupres y el árbol del trinquete, el qual
cayó hacia dentro de la nave y dio sobre la vela maestra de manera que la esuentó y así no
pudo hacer camino, sino volver atrás pasando al lado de naves y galeones, sin que ninguno le
socorriese ni hiciese motivo de querello hacer, desde la misma manera pasó cerca del galeón
del Duque de Medina Sidonia, el qual tampoco hizo muestra de socorrelle, ni puso proa a la mar
esuentando las velas, ni dellas amainó ninguna, ni hizo señal para que el armada aguardase y
así volviendo atrás la nave de Valdés y el galeón del Duque y el armada a su camino le iban de-
jando; preguntó el Duque a Diego Flores de Valdés si se podía socorrer, respondió Diego Flo-
res que don Pedro de Valdés era su sangre y su amigo, pero que más debía al servició de V.
Mg. que si senbarazaba a socorrer aquella nave, que se perdería el Duque y ponía en peligro
el armada” (352).
144
Manuscrito del A.G.I., P. 33, N° 3, R. 46. Posee treinta dos folios escritos de ambos lados,
más la carátula y tres folios en blanco. La letra no es Sarmiento de Gamboa quien ha escrito
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 207
colonización de Nuevo Mundo. En todos ellos, sobre los que iré señalando algunos aspectos,
se solicitan datos vinculados a la cantidad de pobladores y bastimentos y pertrechos de los
que disponía Sarmiento. Todos estos textos denominados de manera general relaciones ema-
nan, evidentemente, de una disposición del poder real destinadas a los funcionarios del Con-
sejo de Indias. Se limitan a brindar la información solicitada y, en caso de las relaciones escritas
por Diego de la Ribera, repetirla. Cuando Esteban de las Alas firma su Relación para explicar
cuáles considera que son los recursos más apropiados para socorrer a los pobladores del
Estrecho, en respuesta a los pedidos que Sarmiento realiza a la Corona desde mediados de
1584, el navegante se encuentra preso en Francia y los pobladores agonizando de hambre y frío.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 209
Los sucesos son referidos desde la tercera persona. Los anteriores a la huida
del General recrean nuevamente los desencuentros a través de las denodadas lu-
chas que emprende “Pedro Sarmiento” para que aquél cumpla con lo que se le ha
encomendando.
145
Patache o patax es una embarcación de dos palos para llevar avisos, reconocer las costas,
guardar la entrada de los puertos. En Glosario de Voces Marinas. Rosenblat: 1950. En
algunos tramos Sarmiento menciona el patax como lancha.
146
Según la breve Relación de Diego de la Ribera del 21 de septiembre de 1583 viajaban,
además, trece carpinteros, cinco canteros, cinco calafates, un herrero, un cerrajero, un
armero, un cuchillero y dos toneleros. En el A. G. I. P. 33, N°3, R. 38 se conserva una
Relación de la gente de guerra y mar, pobladores, niños, mujeres, frailes y oficiales que
quedaron en Magallanes por hebrero desde año de 1584, y de los bastimentos, ropa,
artillería y pertrechos que para ellos se dejaron de Marcos de Aramburu. En este texto se
señala que la cantidad de pobladores que quedan en el Estrecho son trescientos treinta y ocho
y se enumeran los elementos de diversa índole que componen el cargamento: armas (arcabuces,
mosquetes), ropa (frazadas, camisas, sombreros) municiones (balas de cadena, de plomo),
semillas (arroz, habas, maíz), alimentos (quesos, tortas de cazave, tocino) y herramientas
(picos, palas, machetes). El manuscrito posee dos folios escritos de ambos lados. El texto ha
sido publicado por Pablo Pastells (1920, 661 – 663) y Rosenblat (T. II, 343 – 346).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 211
147
Diego de la Ribera se negó a bajar el día 4 de febrero, quedándose en la nave principal a la
espera de poder salir del Estrecho y regresar a España.
148
Las cursivas me pertenecen.
212 MARÍA JESÚS BENITES
149
Pastor trabaja, en primer término, con la quinta carta que escribe Hernán Cortés (3 de septiem-
bre de 1526), donde se advierten cambios ya que “los elementos de la narración no aparecen
todos subordinados a las necesidades de la caracterización modélica del héroe” (270).
150
Pastor analiza la carta que escribe Lope de Aguirre a Felipe II, texto que le permite ejemplificar
la desintegración de las relaciones de vasallaje y rastrear los motivos que articulan el discurso
de la rebelión.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 213
Y luego dijo que en nombre de la dicha Católica Real Majestad del Rey
Don Felipe Nuestro Señor, fundaba y fundó en aquel mismo sitio una ciudad
metropolitana, por cuenta de Su Majestad y para él y sus descendientes, a
la cual nombró desde luego Ciudad del Rey Don Felipe (53).
151
En el citado mapamundi de Mercator (1569) se advierte imprecisión en el trazado de los
contornos de la zona magallánica. Se destaca el hecho de que, pasando el Estrecho, se
encontraba una extensión de tierra continental, puesto que aún desconocía el paso del Cabo
de Hornos. En el mapa de J. H. van Linschoten, Orbis terrarum tipus de 1594, la masa
continental que continúa al sur del Estrecho figura como Terra australis magallanica. En el
planisferio de Abraham Ortelius de 1590 los océanos se muestran circundados por inmensas
masas de tierras septentrionales y meridionales. Este continente en el extremo sur se repre-
sentaba como la quinta parte del mundo. Veáse O’Gorman: 1958; Mignolo: 1995 y Crone: 1966.
152
La ciudad Nombre de Jesús se encontraba próxima al cabo que hoy lleva el nombre de Punta
Dúngenes.
153
La fundación de la ciudad Rey Don Felipe fue en un lugar estratégico de la que actualmente se
denomina Península Brunswick. A unos 60 kilómetros de allí se fundó la ciudad chilena de Punta
Arenas.
154
Me baso en el Diccionario de Autoridades.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 215
de efectiva apropiación. Ese espacio deja así de ser un proyecto lejano y ajeno para
convertirse en lo cercano, lo poseído, “lo nuestro”.
155
Es desconcertante la falta de sensatez o el excesivo optimismo de Sarmiento al pensar que
cultivos tan delicados y propios del mediterráneo, como la vid, pudiesen prosperar en las ri-
gurosidades magallánicas.
156
El plano de Rey Don Felipe fue encontrado por José Miguel Barros en la Biblioteca del Instituto
de Francia (París) donde se conserva. Las dimensiones son de de 46 cms. por 36 cms. Lleva
por título “Ciudad rey don Philipe la qual poblo P° Sarmiento de Gamboa gouber: y Capn General.
Del Estrecho de Magallanes por su Maestd, el 25 de março de 1584”. El papel en que está
dibujado el plano tiene por filigrana un escudo coronado, y una flor sobre la corona.
216 MARÍA JESÚS BENITES
157
En el capítulo sobre Sarmiento de Gamboa “Con la lanza y con la pluma” cité un fragmento de
Francis Pretty (nota al pie n° 1). En la misma obra el viajero describe la ciudad Rey Don Felipe:
“esta ciudad tenía cuatro fortines, y cada fortín una pieza de artillería enterrada en el suelo, con
la cureña al lado, descubierta. Las desenterramos y las tomamos todas. Habían planeado muy
bien su ciudad, y la habían asentado en el mejor lugar del Estrecho por la madera y el agua;
habían construido ellos mismos sus iglesias; tenían leyes muy severas, pues habían levantado
una horca en la que habían colgado a algunos de sus compañeros”. En Rosenblat: 1950, 367.
158
Durante el siglo XVI la Corona codificó en edictos las normas de planificación y fundación de
ciudades, en las Ordenanzas de descubrimiento y población (documento posterior a la
fundación de ciudades importantes como México, Lima, entre otras), donde se expresaban las
recomendaciones que habían sido útiles a los primeros conquistadores. Se informaba sobre el
tamaño y localización de la plaza central y el trazado de las calles. La corona reglamentaba
también la construcción de los principales edificios de la ciudad y su defensa. En Luisa
Hoberman- Susan Socolow (Comp.): 1986, 8.
159
Roberto González Echevarría sostiene que la picota, en el caso del plano sarmientino el “árbol
de justicia”, “simbolizaba la ley, era un recordatorio de la subordinación al Estado. (...). La picota
es predominantemente urbana porque presupone que el culpable sea visto por otros cuando
se le humilla. El castigo se convierte en espectáculo de la ciudad, así como en un despliegue de
la maquinaria del Estado en acción. La justicia urbana conlleva vergüenza pública, el recono-
cimiento público de que infringir la ley del Estado es una ofensa no sólo contra una
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 217
figura paternal, sino contra un conjunto orgánico para ir a la picota”. 2000, 83. (La primera
edición es de 1990). Sarmiento impone en el nuevo territorio normas punitivas a quienes
intentan amotinar a los pobladores. En el fragmento de Francis Pretty se explicita la imposición
de la muerte como castigo irrevocable. Ver nota al pie N° 154.
160
Dentro de las tipologías de la relación con el otro propuestas por Todorov en su El descubri-
miento de América. La cuestión del otro considero que los vínculos que establece Sarmiento
se manifiestan en un plano praxeológico, marcado por los movimientos de acercamiento y
alejamiento con el indígena. Coincido con Rolena Adorno (1988 y 1991) en que la categoría de
“Otro” y su problemática no es completamente resuelta por Todorov ya que es ocupada por to-
dos los sujetos menos el europeo. Las afirmaciones de Subirats (1994) con respecto a la obra
de Todorov son durísimas ya que señala que “el crítico francés elude la cuestión principal: el
nexo fundamental de reconocimiento y, por tanto, de “comprensión” del americano por el
europeo es aquel que define la concepción cristiana y salvacionista del mundo. Y para ella el
indio nunca fue un “otro”, o simplemente lo diferente, sino esa entidad virtual negativa, misera-
ble y satánica que debía justificar el avasallamiento como necesidad teológica sacramental”
(101, pie de página).
161
En otro momento Sarmiento refiere un nuevo encuentro con indígenas y acentúa los términos
218 MARÍA JESÚS BENITES
to del español, hecho que no deja de sorprender a los presentes y que suscita, en el
narrador, una serie de reflexiones e hipótesis.
Mucho se debe advertir que todos los indios de aquí, todas las
veces que nos han venido a ver, entran diciendo: “¡Paz, paz”! ¡Jesús,
María! ¡Capitán, capitán!. (...). Palabras castellanas y tan conocidas
admiran, y hace ponerse a pensar de dónde podían haber tomado
estos términos. E yo discurriendo, no hallo otra cusa ni origen más de
que, como Chile, Tucumán, Paragoay, están poblados de españoles y
es tierra firme como ésta y no lejos, habrán tenido noticia de unos en
otros indios, que llevasen las nuevas de provincia en provincia, y ha-
brán procurado aprender las palabras que les dicen que nosotros en
162
más veneración tenemos.
de la barbarie y asocia lo que observa con el mundo animal. El cambio en el tono denota una
transformación en su vínculo con el medio. “Luego el caudillo indio, que era un valentazo
hombre de cuerpo y miembros, feón de rostro y muy embijado, pidió una flecha y paseándose
y encorvándose el cuerpo, se la metió con su mano por la boca y gaznate hasta las plumas y
luego se la tornó a sacar llena de sangre. Y dándose en los pechos una puñada y palmada, dio
un gran regüeldo, y quedo sano como no hubiera hecho nada. Con todo, echó sangre por las
narices y se desfiguró el rostro al sacar la flecha. Cosa es ciertamente horrenda y de grande
espanto y bestialidad y que no se puede creer si no es viéndose, y aun entonces parece em-
baimientos, sino que deben temer el gaznate anchísimo de usar aquello desde su niñez” (40).
De este modo el narrador se funda en la tradición iconográfica de la descripción del indio como
un salvaje, casi infrahumano que remiten a las imágenes de lo monstruoso y sobrenatural.
La imagen de los indígenas que se introducen flechas por la boca aparece en uno de los
grabados de Teodoro De Bry en su obra Historia americae sive novi orbis. Pars Quarta.
Francisco López de Gómara en Historia general de las Indias y conquista de México
(1552: Cap. XCI) describe cómo los indios del Estrecho se metían flechas hasta la garganta con
el fin de espantar a los españoles.
162
En esta primera explicación sorprende el desconocimiento de las enormes distancias que
separan los territorios que menciona. El Gobernador, ajeno en este fragmento del texto a las
motivaciones angustiosas que motivan su escritura, continúa sus devaneos considerando que
es muy probable que hayan aprendido esas palabras de un soldado que se perdió durante la
expedición del comendador Loaysa, casi sesenta años antes que la suya.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 219
163
En la mencionada Relación firmada por Diego de la Ribera el 20 de mayo de 1584, se señala
que en el Estrecho de Magallanes quedaron sólo dos frailes franciscanos, puesto que muchos
decidieron retornar a España junto con Flores de Valdés. En ningún momento Sarmiento apunta
si los mismos establecieron contacto con los indígenas o si iniciaron su evangelización. El
hecho de que en el texto se omita el acto de lectura de un requerimiento tal como lo exigía la
Corona y las prácticas de conversión (bautismo, por ejemplo) se debe, quizás, al convenci-
miento del Gobernador de que aquellas tierras estaban prácticamente despobladas y en el
hecho de que sus escasos habitantes poseían un sistema de vida nómada. Además Sarmiento
tampoco ha pretendido sostener los fines de la empresa (construcción de los fuertes, casas)
en el esfuerzo de los naturales del Estrecho.
164
Antón Pablos en su Relación del 4 de septiembre de 1585 evoca este primer encuentro: “Y
luego que el dicho Pedro Sarmiento asentó con la gente en tierra, vino a ellos indios naturales;
y otro día siguiente volvieron con sus mujeres y hijos; estos indios son gente crecida y feroces
de rostro, y aunque vinieron sin armas, tienen arcos y flechas pequeñas. Traen por vistidura
unas manctas hechas de pellejos, muy bien concertadas y cosidas, y abarca”. Cito de la
edición de Ángel Rosenblat (T. II, 351).
220 MARÍA JESÚS BENITES
165
Sarmiento también usa el término escaupil y escapil para señalar este morrión de cuero,
algodón y mantas que protegía el pecho de las flechas. Los españoles adoptaron este sistema
de protección de los antiguos mexicanos. En Rosenblat: “Glosario”, T. II.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 221
el cuerpo del texto de las “señales” (20) indelebles, como una suerte de “tatuajes”,
recibidas en el físico. El cuerpo es lo más expuesto al dolor en un espacio invariable-
mente hostil y el que recibe las marcas del contacto con ese nuevo territorio.
La imagen que define al náufrago es, como indican Pastor (1983) y Glantz
(1992) la de la desnudez como un signo cultural, “como maldición”, ya que señala
que se ha dejado de pertenecer al espacio social del que se ha partido.166 La imagen
que marca, de manera contundente, el estadio del desamparo, y ya no en términos
culturales o de pertenencia, es la de los pies descalzos y lastimados puesto que
connotan la incapacidad de caminar, de moverse.
Y cuando llegábamos a hacer noche era bajamar. Allí, las más veces, se
hallaba tanto marisco de esto, que toda la noche no hacían sino comer, con
que se olvidaban de la falta de comida y hambre que teníamos, que ya se
iba sintiendo mucho, mientras más aumentábaseles con pensar que aque-
llo no había de tener fin, y también con ir los más descalzos, porque como
toda es gente pobrísima y el viaje duró tanto, si alguno tenía algo, lo vendió
en las invernadas de los puertos del Brasil y lo gastó; y los zapatos de la
munición se perdieron en la Arriola, y los alpargates que se les dieron en la
Ciudad de Jesús, como eran podridos y mareados, duraríanles muy poco,
que ya llevaban sino los pies llagados e hinchados167 (39).
166
El ejemplo paradigmático del que parten ambas autoras es Naufragios de Alvar Núñez
Cabeza de Vaca. En el proemio el narrador deja asentada la condición de desnudez de quien
ha deambulado durante años por tierras desconocidas.
167
En la citada Relación del contador Marcos de Aramburu se señala que la cantidad de pares de
alpargatas embarcadas sumaba trescientos veinticuatro un número menor al de los poblado-
res. En el Tesoro de la lengua castellana se describe a la alpargata como un calzado “texido
de cordel”.
222 MARÍA JESÚS BENITES
El marqués del Valle, sin saber qué tierra era México, aportando a la
Villa Rica (...) desbarrenó a los navíos, con que todos perdieron la esperan-
za de volverse a embarcar, y así, haciendo de la necesidad virtud y animán-
dose, hicieron cosas que dellos quedó fama perpetua, y ganaron aquellos
reinos tan grandes y deleitosos, adonde ellos y sus descendientes han sido
honrados y engrandecidos, y son señores sus hijos el día de hoy. (...) Pues
antes de esto ¿quién pasó tantos trabajos como Basco Núñez de Balboa y
sus compañeros desde la Antigua hasta la Mar del Sur, por tierra, en gue-
rras, hambres, enfermedades? Con perseverar, él vino a ser Adelantado
del Mar del Sur, y sus amigos que seguieron, señores, capitanes y goberna-
dores, por sólo sufrir. ¿Qué os diré de Montejo de Chiapa, Don Pedro de
Alvarado en Guatimala, Cabeza de Vaca en la Florida, Domingo de Irala en
el Río de la Plata, Baldivia en Chile, Benalcázar en Popayán, y otros mu-
chos, que sólo con sufrir y perseverar ganaron las Indias, con que el Rey
nuestro señor es tan rico y temido, y nuestra España tan honrada y escla-
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 223
recida, y ellos tan ensalzados en las historias por todo el mundo? (46 – 47).
168
En las relaciones de Aramburu (1584) y Diego de la Ribera (25 de mayo de 1584) se detallan los
bastimentos dejados en el momento del desembarco en el Estrecho de Magallanes. Según los
cálculos del primero, contador de la desintegrada flota, las provisiones alcanzaban para un
año. Las cantidades que se mencionan son bastantes similares: por ejemplo, en la primera la
cantidad de atún suma: 134 quintales, en la segunda 130.
169
La cursiva es mía.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 225
170
Según Landín Carrasco (1945) en una relación un marinero apellidado López Vaz (quizás sea
una confusión por López Báez que figura en las actas de población del Estrecho) afirma:
“Sarmiento permaneció uno o dos días en el Nombre de Jesús, donde una fuerte tempestad
desamarró el barco, pero sus hombres dicen que él mismo cortó los cables”. La tendencia
laudatoria de Landín sobre la figura de Sarmiento descarta rotundamente que el “Caballero de
Galicia” haya sido capaz de cometer un acto de tal cobardía ya que realiza denodados esfuer-
zos por retornar al Estrecho (165).
171
El alzamiento fue sofocado con la ejecución de su cabecilla, Sebastián Salvador.
226 MARÍA JESÚS BENITES
172
En el resto del manuscrito las observaciones que se realizaron son de carácter temporal
puesto que aparecen señaladas, en los márgenes izquierdos, las fechas.
173
Covarrubias en Tesoro de la lengua castellana define el término “bezar” como piedra que se
cría en las entrañas y las agallas de cierta cabra montés en las Indias lo cual vale contra todo
veneno y enfermedad de tavardillo”. El Diccionario de Autoridades agrega que estas piedras
“aunque no son todas conformes en el color, las que vienen del Oriente tienen el color de la
oliva, y como el de la berengena”. José de Acosta en Historia natural y moral de las Indias
(1590) dedica un capítulo del Libro IV (42) a las piedras “bezaares” donde afirma que “se halla
en el buche o vientre de estos animales, unas veces una, y otras dos, y tres y cuatro. En la
figura, y grandeza y color, tienen mucha diferencia, porque unas son pequeñas como avella-
nas y aun menores; (...) otras grandes como huevos de gallina y algunas he visto de la
grandeza de una naranja. (...). El efecto principal de la piedra bezaar es contra venenos y
enfermedades venenosas, y aunque de ella hay diferentes opiniones, y unos la tienen por
cosa de aire, otros hacen milagros de ella, lo cierto es ser de mucha operación aplicada en el
tiempo y modo no conveniente, como las demás yerbas y agentes naturales; pues no hay
medicina tan eficaz que siempre sane”. Cito de la edición de 1962, 212 - 213.
174
Con [ ] se señalan las páginas en la edición de Rosenblat.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 227
175
La cursiva me pertenece.
176
Ribera dejó al gobernador de Río de Janeiro palas, planchas de plomo, balas, acero. Sarmiento
vendió estos pertrechos para comprar harina, vestidos, entre otros elementos, para embar-
carse al Estrecho. En el manuscrito se observa que el listado de lo dejado por Ribera está
escrito de puño y letra por Sarmiento. Fs. 26 v° y 27 r°.
228 MARÍA JESÚS BENITES
177
A.G.I. P. 33, N° 3, R. 38. Series 5 y 6. Con duplicado. La serie 5 posee 17 folios, 16 están es-
critos de ambos lados. Este manuscrito es el que consigna las firmas de Sarmiento y de los tes-
tigos. El folio 17 r° lleva la firma del gobernador Salvador Correa. El papel no es de buena ca-
lidad ya que se observan muchos orificios. Además, hay extensos tramaos subrayados (en
particular aquellos que contienen descripciones del relieve, entradas, tipo de vegetación, entre
otros) que han acentuado el deterioro y hacen ilegibles algunas palabras. En el manuscrito se
intercalan catorce firmas de Sarmiento que señalan los distintos momentos en que se fue rea-
lizando el acto del Requerimiento.
La serie 6 posee catorce folios escritos de ambos lados más una carátula. La única firma que
se consigna es la de Salvador Correa en el folio 14 v°. No está subrayado pero se han
realizado observaciones marginales. La calidad del papel es superior ya que presenta un
mayor estado de conservación. En el folio 15 v° se lee “Requerimiento hecho al Gobernador del
Río de Janeiro con su respuesta”. El documento es acompañado por una “Probanza” escrita de
puño y letra por Sarmiento de Gamboa. El manuscrito ha sido parcialmente editado por Pablo
Pastells (1920: Documento N° 28) quien menciona en el encabezado la existencia de la Proban-
za, pero no la transcribe. Rosenblat (1950) basándose en esta edición publica esta misma
versión abreviada (341 – 343).
178
En la probanza que acompaña al documento Sarmiento ha consignado con su letra el nombre y
cargo de los testigos, doce en total: Bernaldo Vidal, contramaestre y artillero marinero; Juanes,
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 229
180
Las relaciones de Gregorio de la Alas (¿1587?) y Antón Pablos (9 de abril de 1585), tenían
precisamente el objeto de establecer cuáles eran los batimentos y pertrechos más adecuados
para enviar a Brasil y de allí al Estrecho. La premura de Sarmiento, para su desgracia, le impidió
esperar que llegaran. De todos modos, queda expuesto el imbricado proceso administrativo al
que se sometían los pedidos de quienes estaban en el Nuevo Mundo. Los elementos solicitados
coinciden en ambos textos. Pablos recomienda llevar: bizcocho, harina de trigo, vino, aceite,
vinagre, sal. En cuanto a la ropa afirma que “es necesario y forzoso provelle de paños de
colores, frazadas, cacheras de Inglaterra, sombreros, calzado, suelas, cordobanes, lienzo,
jubones, camisas y toda suerte de hilo, aguijas y tijeras, para que se les hagan estas ropas”.
En Rosenblat: T. II, 352. Gregorio de las Alas aconseja llevar una importante cantidad de
vestidos y calzados (“dos mill pares de zapatos, mill de cordován y mill de baqueta y algunas
alpargatas”) y en la descripción de cada una de las prendas se recomienda que “sean grue-
sos” y “aforrados”. Los bastimentos propuestos por de las Alas, que suman casi ochocientas
toneladas, alcanzarían, según sus calculados, para un año. En Rosenblat: T. II, 348 - 349.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 231
Relación de 1590
181
Manuscrito del AGI. P. 33, N° 3, R. 68. El documento es extenso y posee setenta y siete folios
escritos de ambos lados, más uno en blanco y la carátula. La letra no es la de Sarmiento de
Gamboa quien ha escrito en los folios 76 y 77 r° y v°.
El copista ha ubicado en la parte superior de la primera hoja el título de Sumaria relación
de Pedro Sarmiento de Gamboa governador y capitán general del Estrecho dela Madre de
Dios antes nombrado de Magallanes y delas poblaciones en el fechas y q’ sean de fazer por
V. Magestad. Bajo esta misma denominación la publica Rosenblat (T. II, 73 – 167) quien afirma
haberla reproducido de la Colección de documentos inéditos de Luis Torres de Mendoza,
Madrid: 1866 (Tomo V, 286 – 420). Pastells ha transcripto para su edición desde el folio 47 r° en
adelante (205 – 305). Las citas utilizadas corresponden a la edición de Ángel Rosenblat. El tex-
to ha sido editado también en la Colección de Documentos Inéditos del Archivo de Indias
(1875, 286 – 419). En esta edición se apunta erróneamente como año de la Relación el de 1589.
Existe otra publicación del texto realizada por María Justina Sarabia Viejo: 1988, 195 – 308.
232 MARÍA JESÚS BENITES
cupere los ya referidos en los relatos de los años 1583 y 1584 y retome los sucesos
a partir del momento en que aquellos terminaron.
En los últimos tramos (folios 68 r° al 77 v°) se precipita el relato de los he-
chos y el narrador refiere los sucesivos naufragios que sobrellevó, junto con su tri-
pulación, en los fallidos intentos por retornar al Estrecho; describe cómo fue tomado
prisionero por barcos de piratas ingleses; detalla el fortuito periplo para llegar, des-
de Londres, a España ya que fue apresado por los hugonotes; se detiene en los
padecimientos sufridos durante la prisión en el denominado Castillo Infernal donde
estuvo hasta que Felipe II envío, después de negociaciones que se extendieron por
años, el rescate. El antepuesto “sumaria” califica al texto no en un sentido de breve-
dad, sino de compendio en el que se resumen las contingencias.
El ejercicio de la escritura se nutre de la práctica voluntaria de la memoria,
Sarmiento apela a ella para recuperar los sucesos y solicitar ayuda “porque me
obliga la consciencia” (167) para regresar al Estrecho de Magallanes y socorrer a
sus pobladores. La memoria es definida por el Diccionario de Autoridades como una
de las tres potencias del alma, “en la cual se conservan las especies de las cosas
passadas, y por medio de ellas nos acordamos de lo que hemos percibido por los
sentidos”. La Sumaria Relación se aleja de aquellos tipos de textos en que se hace
una “memoria” de gastos y se acerca al denominado “memorias” o sea ese “libro,
quarderno, papel u otra cosa, en que se apunta o anota alguna cosa, para tenerla
presente y que no se olvide”.
El acto de recordar, de traer a la memoria, no es solitario ya que las imáge-
nes mentales que componen el recuerdo no se desvanecen; su sucesión se traslada
a la escritura y desde esa materialidad se apela a compartir con un otro, el Rey, las
vicisitudes que unen la trama del relato. Pero esa necesidad de la presencia de
alguien que escuche y lea es para que éste pueda llenar el vacío de su memoria,
para que recuerde y tenga presente al que le informa. La activación de la memoria,
tanto del sujeto que escribe como del que escucha, es la manera de derrotar el
olvido. González Echevarría señala que, en el siglo XVI, “escribir era una manera de
conseguir la libertad, la legitimación. El pícaro, el cronista y, en cierto sentido, todo
el Nuevo Mundo, buscaban obtener la concesión de derechos y una validación de su
existencia escribiendo sus relatos” (2000, 77).
En tal sentido, en la materia narrativa del relato de viaje de 1590 se advierte
un proceso mediante el cual el ejercicio de la escritura como informe es desplazado
por el de servicio. La pluma del sujeto textual no es guiada por una instrucción,
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 233
182
“A gloria y honra del omnipotente Dios Nuestro Señor y de la gloriosísima siempre Virgen María,
Señora y abogada nuestra, Pedro Sarmiento de Gamboa, su fiel vasallo, siervo indigno de
Vuestra Majestad, humildemente besa infinitas veces los reales pies y manos de Vuestra
Majestad por las inmensas mercedes que Vuestra Majestad, por singular y real benignidad y li-
beralísima largueza, le ha hecho redimiéndole de la captividad y poder de los infernales minis-
tros del demonio, que son los heréticos de Gascuña, en Francia, por lo cual suplica al verda-
dero Dios tenga por bien conceder a Vuestra Majestad muchos y muy prósperos y felicísimos
años, con toda la salud y fuerza, aumento de más y mayores reinos e imperios, y su divina gra-
cia para sustentar, defender y amparar y acrecentar su santa iglesia y fe católica, y para pasar
de manera esta vida temporal que merezca la eterna celestial con los bienaventurados, amén,
amén” (73). En las otras relaciones analizadas, la voz de Sarmiento irrumpe en el texto sin
preámbulos laudatorios.
234 MARÍA JESÚS BENITES
ques”183 más importantes del relato. Se refieren una vez más los episodios donde el
General explicita su falta de caridad, su deslealtad y sus afirmaciones poco felices
acerca de los derechos de España sobre las Indias.
La sumisión del narrador al poder real se manifiesta en la pugna que estable-
cen, a nivel discursivo, algunos acontecimientos por ingresar al registro de lo escri-
to. El decir se opone al callar, mecanismo por el cual se proyecta el enfrentamiento
entre el General y el Gobernador. Ambas oposiciones, las establecidas entre las
palabras y entre los sujetos, marcan la escritura del segundo viaje al Estrecho.
183
Tomo la expresión de Margo Glantz. 1992.
236 MARÍA JESÚS BENITES
184
Las cursivas me pertenecen.
185
La cursiva me pertenece.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 237
El elegido por la Corona actúa siempre por negación, desde el lugar del no
hacer, del no querer, del no permitir, frente a un Pedro Sarmiento que se desplaza
recuperando enfermos, alentado tropas, procurando víveres: “Y Diego Flores no lo
quiso hacerlo; antes, pareciéndole buena ocasión como su determinación era no
hacer nada ni entrar en el Estrecho sino volverse” (101).187
Las acciones de Flores invaden la narración y su presencia se transforma en
el mayor oponente de Sarmiento, quien lucha por diferenciarse del primero para
intensificar su posición de vasallo y reafirmar una lealtad incondicional que neutra-
lice cualquier cuestionamiento. La estrategia con la que representa esta postura se
explicita en la escenificación de los diálogos, verdaderas luchas verbales.
186
No olvidemos que Flores de Valdés estuvo a cargo de uno de los escuadrones de la Armada
Invencible. Criticar sus conocimientos marítimos supone la aniquilación total de su autoridad
como navegante. Es probable que Sarmiento haya conocido el juzgado comportamiento del
General.
187
El énfasis es mío.
188
Las cursivas me pertenecen.
238 MARÍA JESÚS BENITES
189
Beatriz Pastor (1983), a partir de la carta dirigida por Lope de Aguirre a Felipe II, recorre un
segundo momento en el discurso narrativo del fracaso: la rebelión. Si bien me baso en el modo
en que Sarmiento de Gamboa introduce la presencia de Flores en su relato, no en un texto
escrito por el propio General, en su representación se aglutinan rasgos que Pastor señala en
la epístola de Aguirre. El principal es la cancelación de la estructura de vasallaje que, asimismo,
clausura el compromiso de lealtad asumido hacia el Rey. Es evidente el énfasis que pone la
escritura sarmientina en la presentación de Flores como un vasallo desleal. Pastor reconoce
cómo el descontento, elemento señalado reiteradamente por Sarmiento, es uno de los factores
principales de acción que liquida el modelo del héroe - conquistador y que determina la suble-
vación que Aguirre justifica en su carta.
189
Tengo presente la carta que escribe a Felipe II refiriendo las bondades de Río de Janeiro.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 239
tico de este tipo discursivo es Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, en cuyo
Proemio (algo inusual y significativo en las relaciones) pauta las imágenes que
recorren al náufrago, quien sólo puede ofrecer como “rescate” la narración de sus
in-fortunios: “A la cual suplico la reciba en nombre de servicio, pues éste solo es el
191
que un hombre que salió desnudo pudo sacar consigo”.
En la narrativa del desamparo el cuerpo se muestra, se expone el dolor de
una situación personal y social desesperante. La desnudez y el hambre son dos de
los elementos recurrentes: la primera transmite la vulnerabilidad del cuerpo en un
medio adverso; el segundo se patentiza en la piel que se ha adherido a los huesos,
en esos “pellejos” descarnados.
Esa misma corrosión se exhibe en la ruina de los barcos; la desintegración de
las naves preanuncia futuros naufragios. Precisamente en el origen del término (del
latín naufragium) está implicada la “pérdida o ruina de la embarcación en el mar”
(Diccionario de Autoridades). Aún antes de abandonar el puerto, las embarcaciones
inscriben el infortunio.
191
Es posible que Sarmiento haya leído el texto de Núñez. En la relación de 1584, recurre a este
viajero como ejemplo de esfuerzo denodado. Además, Naufragios tuvo una difusión inusual en
España ya que fue rápidamente impreso (1542) y sus hazañas reconocidas. Es interesante
considerar la posibilidad de que la estructura textual de la obra pueda haberse transformado
en modelo de escritura para todo aquel que solicitara una recompensa por las penurias
padecidas en Indias durante el proceso de expansión territorial del Imperio. La cita pertenece
a la edición de 1998, 63.
192
“Cieno blando y pegajoso que se halla en algunos parajes del fondo del mar”. En Glosa-
rio de Voces Marinas. Rosenblat, 433.
240 MARÍA JESÚS BENITES
Digo que iban muy alegres, llevando ya trazado que también embolsa-
rían otra gruesa de moneda de los navíos que se les entregarían, y otras
cosas de aquélla nueva provisión. Cierto no se pueden bien acordar Mercu-
rio con Marte, esto es, mercadear y robar con procurar honor por armas y
constancia en el servicio del príncipe, porque cuanto lo uno ensalza el áni-
mo, tanto la bajeza del tráfico lo abate y hace caer en muchas faltas y
pierde la reputación propia y la patria con la autoridad de su señor, porque
en lugar de despojar al en mérito de Dios y su rey, desuellan al amigo. Rey
y nación, de la hacienda, crédito y honra.193 Dios lo remedie si puede.
193
Las cursivas me pertenecen.
194
Anthony Pagden señala que las tierras desocupadas ofrecían poco atractivo para los españo-
les en comparación con los ingleses y franceses ya que los primeros creaban comunidades
basadas en la dominación de los indígenas para su propio sustento (1997). Considero que este
aspecto reviste una importante distinción entre los objetivos sarmientinos y los ambiciosos
proyectos colonizadores en México o Perú.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 241
No obstante las lastimaduras y el hambre, que alejan estas figuras del caminante
contemplativo por uno sufriente, Sarmiento refiere una vez más la fundación de la ciudad
de Rey Don Felipe. En la descripción de los pormenores de la nueva ciudad se activa
nuevamente la sucesión incansable de actividades protagonizadas por el Gobernador:
repartimiento de los solares y cargos, fortificación de la ciudad, la construcción de la
iglesia y la picota, que será coronada con la cabeza del primer traidor.
La narrativa del desamparo escribe sobre el infortunio, no sobre las derrotas.
En el mundo narrativo que representan los relatos de Sarmiento, no se concibe la
desobediencia; la escritura, como la peregrinación de hombres que el Adelantado
encabeza, no se detiene, no huye ante la adversidad como lo sí lo ha hecho Flores
de Valdés.
La máxima expresión del desamparo es la experiencia del naufragio, relato
que se multiplica en la Sumaria Relación. Desde los primeros folios el infortunio se
apodera de la escritura ya que el alejamiento del Estrecho, planteado siempre como
involuntario y accidentado, instaura un nuevo momento marcado por las sucesivas
y fallidas incursiones en el mar para llevar sustento a los pobladores. Cuando hablo
de naufragios no me centro ya en ese deambular por un territorio, me refiero con-
cretamente a la acción de permanecer a la deriva en una pequeña embarcación con
apenas los elementos necesarios para sobrevivir.
El náufrago, en este contexto, es aquel que, ocasionalmente se encuentra
supeditado a los regímenes de los vientos, no ya a las marcas del portulano ni del
astrolabio, para poder alcanzar alguna costa. La embarcación colectiviza la desven-
tura y transforma la travesía en una tragedia infrahumana.
En estos relatos la estrategia escrituraria se centra en la descripción del
padecimiento corporal. El primer naufragio es el que se produce durante la visita a
la ciudad Nombre de Jesús. Sarmiento rescribe el suceso de manera sucinta seña-
lando que “el frío y el hambre cegaron a algunos y otros perdieron los dedos de los
pies” (154). El cuerpo expuesto a la desgracia se refleja en marcas indelebles que
revelan el sufrimiento de un “ellos”.
La llegada a las costas de Brasil señala un espacio de referencia para conti-
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 243
195
Las cursivas me pertenecen.
244 MARÍA JESÚS BENITES
196
Entre los sucesos desafortunados que rodean la vida de Sarmiento, se suma que, según él
mismo refiere, al ver que sería indefectiblemente tomado prisionero decidió echar "a la mar
muchos papeles de secretos de navegaciones y descubrimientos, advertimientos y noticias,
relaciones, procesos y probanzas tocantes a la jornada del Estrecho, especialmente un libro
grande de descripciones en pintura y arte de geografía de las tierras de nuevo descubiertas y
reconocidas y derroteros por escripto" (166).
197
Citado en Rosenblat al pie de página (161) de The History of the World, vol. II, cap.
XXIII (1736, 327). Esta anécdota es referida también por Clement Markham (1907) y Amancio
Landín Carrasco (1945). Tomás Eloy Martínez y Susana Rotker (1999) señalan la curiosidad
que despertó en Sir Walter Raleigh la existencia de estas islas, “territorios inventados para
complacer a las consortes abandonadas y para mitigar sus esperas, convenciéndolas de que
cada una de ellas poseía una isla” (90). “Oviedo y Baños: la fundación literaria de la nacionali-
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 245
Raleigh concertó una reunión entre su amigo y la reina Isabel "la Reina quiso hablar
a Pedro Sarmiento, el cual fue llamado de Londres para ello; y habló con ella un
coloquio de más de hora y media en latín, en que es elegante la reina. Y lo que allí
pasó es para más particular relación para Vuestra Majestad solo" (161).198
El navegante es puesto en libertad, la reina Isabel le encomienda una misión
diplomática en España. El 30 octubre de 1586, abandona Londres199 y el 21 de no-
viembre llega a París donde se encuentra con el embajador Bernardino de Mendoza
para que le acredite dinero para su pasaje. Mendoza en una misiva enviada al rey
señala que el Capitán “ha venido a París y pobre y desacomodado, como era fuerza
que estuviese un robado de ingleses y captivo”.200
El 9 de diciembre del mismo año, y cerca ya de la frontera española (entre
Burdeos y Bayona), Sarmiento es tomado prisionero por los hugonotes que respon-
dían al Conde de Bandona (Vendóme), vizconte de Bearne. El 11 de diciembre lo lle-
van a Mont - de -Marsan donde le quitan todas sus pertenencias y un coronel "Cas-
telnao" (Castelnau) lo encierra en un calabozo.
Cuando Pedro Sarmiento fue preso, le tomaron los pliegos que eran
para Vuestra Majestad y los papeles propios; y el truajamán que le guiaba,
natural de Irún, porque le soltasen, dijo a los luteranos que Pedro Sarmien-
to eran un gran personaje, mucho más de lo que era, y que le guardasen
bien; que habrían dél mucho mucha suma d’escudos de talla (163).
Pero la pena por haber perdido sus escritos no se compara con el grado de
infortunio que alcanzará su vida en estos tramos. Se envía el aviso a España pidien-
do como rescate la libertad de Odet de la Nou, un hugonote preso en Flandes. Felipe
II no acepta estos términos y Sarmiento es encerrado en el llamado “Castillo Infer-
dad venezolana”, en Las colonias del Nuevo Mundo. Discursos Imperiales, Carmen Perilli
(comp.), Tucumán: IIELA, Facultad de Filosofía y Letras, UNT.
198
Aparentemente la reina le encomendó un mensaje de paz para Felipe II ya que la guerra entre
los reinos se había declarado en octubre de 1585 y ya habían existido algunos enfrentamientos.
199
Sarmiento señala, además, que antes de su partida Raleigh le regaló escudos en piezas y
perlas de la India.
200
En Rosenblat (1950, 357) figura copiada de Armada Española (T. II, 423 – 426) de Césareo
Fernández Duro. Rosenblat señala que el documento original se encuentra en el Archivo
Nacional de París (Papeles de Simancas).
246 MARÍA JESÚS BENITES
201
En el A.G.I. se conserva en el P. 33, N° 3, R. 68, el manuscrito donde consta el pago del rescate
a Sarmiento de Gamboa bajo el título de “Cuenta y rescate de Pedro Sarmiento de Gamboa de
los dineros que Agustín Gentil a desenvolsado por el otro rescate por orden que para ello le dio
el señor Don Juan de Ydiaquez”. Firmado en Madrid el 8 de agosto de 1590. Consta de un folio
escrito de ambos lados más la carátula donde se lee “qta sacada por agustin gentil delo que dio
para el rescate de p° sarmiento de gamboa”. En el documento consta el detalle de las costas
que ha implicado para la Corona su rescate: “Monta un ciento y novecientos y once mill y
novecientos maravedíes lo que el dicho Agustín Gentil ha pagado por el dicho rescate del
dicho”. El documento ha sido copiado por Ángel Rosenblat (1950: T. II, pp. 360–361) de la obra
de Pastells (1920: pp. 768–770). En las cartas que Sarmiento escribe desde la prisión detalla
las intensas negociaciones que mantuvo con sus captores.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 247
que el sujeto queda desposeído, no hay quien lo socorra y está en una actitud per-
manente de queja y busca de refugio.
Sarmiento abandona el tono mesiánico e inscribe en el relato el sufrimiento,
aunque la guía divina y protectora parece haberlo abandonado, el obstinado vasallo
nunca acepta este fracaso. Desde la primera persona del singular introduce el pedi-
do central de su escritura: el envío de recursos para socorrer a los pobladores que
han quedado en el Estrecho.
202
Cavendish permaneció cuatro días en la ciudad Rey Don Felipe. El corsario pretendía emular a
Francis Drake y asaltar los barcos españoles que recorrían el Pacifico.
Hernández se embarcó junto con otros dos españoles. El resto de los pobladores que queda-
ban en el Estrecho no lo hicieron ya que tenían temor de que los ingleses los mataran. Cuando
el barco arribó a las costas de Chile, Hernández pudo escapar. Permaneció en Santiago de
Chile y de allí partió con rumbo a Perú.
203
El testimonio de Hernández lleva el título de "Declaración que de orden del Virrey del Perú Don
Francisco de Borja, Príncipe de Esquilache, hizo ante escribano Tomé Hernández, de lo suce-
dido en las dos poblaciones fundadas en el Estrecho de Magallanes por Pedro Sarmiento de
Gamboa". El texto completo de la declaración ha sido recopilado por Ángel Rosenblat en Viajes
al Estrecho de Magallanes (T. II, 372-388). De allí se ha copiado la cita. El documento fue dado
a conocer por Bernardo de Iriarte, quien lo publicó en el “Apéndice” de su edición del viaje de
Sarmiento de Gamboa al Estrecho del año 1579 (I – XXXII).
248 MARÍA JESÚS BENITES
Estrecho cerca de dos años y medio y refiere diversos acontecimientos, como los
motines que se confabulaban para asesinar a Pedro Sarmiento.
El sobreviviente brinda, en contraste a la versión lacónica que refiere el Go-
bernador en sus relatos de 1584 y 1590, una aún más dramática que refleja la ale-
vosía con que fueron castigados los rebeldes: “Y teniéndole en el navío [a Juan Ro-
dríguez], envió por otros tres soldados, camaradas suyos, que no se acuerda cómo
se llamaban, y les puso en prisión. Y ansimismo envió a llamar al clérigo, y les tomó
sus confesiones, y declarando cómo era verdad el motín. Por lo cual les sacó en tie-
rra con rétulos [sic.] en las espaldas de traidores, y en la plaza les hizo las cabezas
por detrás, y se pusieron en unos palos y el clérigo se quedó preso en el navío”
(377).204
En el relato de Hernández lo que también se escucha es la narración de la
supervivencia en un medio hostil. Su voz es la de un náufrago que merodea, junto
con los demás buscando alimentos.205 La categoría de poblador se degrada en la de
vagabundo, las actividades de fortificar y erigir casas queda reducida a deambular
por un territorio desconocido con un rumbo señalado por cadáveres, nuevas mar-
cas que trazan un mapa de abandono y desesperación.
204
Sarmiento señala en sus relaciones que, únicamente, fue asesinado Juan Rodríguez.
205
Las circunstancias extremas en que los pobladores, llevados al Estrecho de Magallanes por
Sarmiento, debieron subsistir inspiró una novela titulada Los sobrevivientes del Estrecho
escrita por Enrique Inda (Buenos Aires: Marymar, 1992) quien se basó en los relatos de
Sarmiento de Gamboa publicados por Rosenblat para documentar su obra.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 249
206
Las cursivas me pertenecen.
207
Estos documentos se encuentran en el A.G.I. P. 33, No 3, R. 1, S. 1, 2, 4 y 5. Todos los textos
son breves y están escritos de puño y letra por Sarmiento de Gamboa aunque sólo dos llevan
una firma abreviada. Rosenblat los ha incluido en su edición a partir de la copia de la Colección
Diplomática de Navarrete. Tomo XX, 1793.
El primero es un “Balance de lo que parece sea menester de los bastimentos y de los valdrán
para cient soldados por diez y ocho meses, y para treinta marineros por diez meses, y el flete
de una nao de trescientas toneladas por diez meses, y cient vestidos para cient hombres
conforme al tanteo que hizo el contador”. El documento posee un folio escrito de ambos lados
más una carátula. La suma de dinero solicitada asciende a 68893 ducados. Rosenblat (T. II,
250 MARÍA JESÚS BENITES
cien hombres por diez y ocho meses, los seis meses para el viaje de aquí al Estrecho y los doce
para quedar allí, mientras se coge lo que se sembrare y se busca de lo de la tierra y otros
partes, y para treinta marineros que son menester para una nao de trescientas toneladas, para
diez meses que se supone podrá de ¡da y vuelta, y el sueldo de una nao de trescientas
toneladas y doscientos vestidos, y los socorros que serán menester para lo que ganaren
sueldos conforme a lo acostumbrado y lo que se dio la otra vez por ducados” (Rosenblat: 242
- 247) de Navarrete (documento 52). Es un detalle más acabado del documento anterior.
252 MARÍA JESÚS BENITES
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 253
Tercera Parte
C ARTAS:
LA ESCRITURA DE LA SÚPLICA
Capítulo I
Las Demandas
256 MARÍA JESÚS BENITES
definirse como “la manifestación escrita que testimonia la comunicación entre dos
personas o instituciones, con el fin de informar acerca de sucesos acaecidos ante-
riormente o con el fin de servir de vía de remisión de otros testimonios escritos (...)
entra en los documentos lato sensu1 y como tal no engendra derechos ni obligacio-
nes, es un documento de prueba (...). Su finalidad es pues servir de medio de infor-
mación o vía de remisión de otros documentos entre la autoridad soberana y las
autoridades delegadas y viceversa o del particular a la autoridad constituida o entre
particulares" (Antonia Heredia Herrera: 1977, 2).
Las cartas que Pedro Sarmiento de Gamboa, redacta entre los años 1572 y
1592 están escritas en los marcos oficiales; tienen por principal destinatario a Felipe
II, al Consejo de Indias y a los secretarios del Rey. Siguiendo la clasificación de
Heredia Herrera (1977) las de Sarmiento son cartas particulares2 dirigidas a una
autoridad constituida pero el móvil de su escritura no es únicamente el de informar
o hacer “entera relación” de determinados acontecimientos; su presentación no
está supeditada a ninguna solicitud oficial. Por el contrario, en cada una de ellas se
esgrime un pedido, se ejerce un reclamo, se establece una polémica, se desliza una
queja. Este imperativo del ruego, gesto y contenido principal de las cartas, acerca la
escritura al tono de una demanda jurídica.3
1
Heredia Herrera los opone a los documentos stricto sensu que son aquellos escritos legalmen-
te válidos que están destinados a ser prueba jurídica de un hecho.
2
Heredia Herrera clasifica, de acuerdo con la relación comunicativa que se establece, entre
cartas reales, aquellas escritas por el soberano a las autoridades delegadas; oficiales la
relación inversa (de las autoridades al soberano); particulares, como en el caso de Sarmiento
y finalmente, privadas, entre dos personas cuya relación es simétrica.
3
Apelo a esta comparación ya que el alcance legal de este término es frecuente durante el Siglo
XVI y XVII. En su Tesoro de la lengua castellana Covarrubias define “Demandar” como “Vale
pedir en juyzio o fuera dél, o preguntar”. Uno de los registros del Diccionario de Autoridades
define demanda del siguiente modo: “En lo forense es la deducción de la acción que se propone
el litigante actor, pretendiendo pertenecerle alguna heredad u otra cosa mueble o inmueble”. La
jurisprudencia clasifica la “demanda” como: “Escrito introductorio del proceso y cuya finalidad
es establecer las pretensiones del actor mediante la exposición de los hechos que dan lugar a
la acción, invocación del derecho que la fundamenta y petición clara de lo que reclama (...). La
demanda es un típico acto de petición y su trascendencia radica en ser el único medio que
autoriza la ley para iniciar un proceso civil”. Diccionario de ciencias jurídicas, políticas,
sociales y de economía de Víctor de Santo (Director), Buenos Aires: Editorial Universidad,
(1996, 325 - 326).
258 MARÍA JESÚS BENITES
rior y que, en sus primeros años en Lima, se dedicó a la enseñanza del latín. Como
sabemos, la dimensión esencial de la retórica como una práctica discursiva, es la
argumentación. El letrado recurre, ineludiblemente, a estas técnicas para presentar
sus razones, emocionar a su destinatario y, en definitiva, persuadirlo para obtener
una respuesta – acción que lo favorezca.4 De las cinco operaciones tradicionales de
la retórica –inventio, dispositio, elocutio, memoria y actio– el narrador apela al
orden que rige la dispositio o sea convencer y conmover por medio de una presen-
tación (exordio), una descripción de los hechos (narratio), una exposición de los
argumentos (argumentatio) y finalmente, una clausura convincente del discurso
(epílogo).
Es importante, en el caso de las cartas, considerar los elementos formales
que las identifican, para ello me guío del análisis de Heredia Herrera (1977): invo-
cación constituida por el signo cruciforme en la parte superior central del documen-
to; dirección en vocativo con la expresión del tratamiento de la persona a la que va
dirigida la carta: S.C.R.M. (Sacra, Católica, Real Majestad) o Ilustre Señor, para los
miembros del Consejo.
Hay un detalle que me interesa destacar y sobre el que más adelante me
detendré. Heredia Herrera señala que el 8 de octubre de 1586 se impuso una nueva
pragmática para las fórmulas de tratamiento y cortesía en la que se suprimió el
tratamiento de S.C.R.M. para el Rey y fue reemplazado por “Señor” y afirma que
esta ordenanza, publicada en 1587, fue cumplida “sin excepciones” (73) tanto en
España como en el Nuevo Mundo. No obstante, en las cartas que Sarmiento fecha
con posteridad a ese año continúa usando aquel tratamiento.
El tercer elemento es el texto propiamente dicho, que debe estar visiblemen-
te separado de la dirección y debe terminar con una fórmula de despedida más
o menos amplia que varía de acuerdo a las cartas y los destinatarios, donde se
manifiestan buenos deseos y, en el caso de Sarmiento, adornados con adjetivos
altisonantes: “S.C.R.M. Nuestro Señor guarde por largos y felices años, con aumen-
to de mayores reinos y señoríos, como la cristiandad lo ha menester y sus vasallos
4
Las indagaciones acerca de retórica y argumentación están sustentadas en los estudios de
Roland Barthes (1982), Silvia Barei y Nilda Rinaldi (1996), María C. Campagna y Adriana
Lazzeretti (1998) entre otros. He recurrido a la lectura fundamental de El arteb de la retórica
de Aristóteles y revisado, Historia de las ideas estéticas en España de Marcelino Menéndez
Pelayo. T. I al V.
260 MARÍA JESÚS BENITES
5
Raúl Marrero - Fente (1999), señala que en Renacimiento se impuso el ars epistolandi,
que provocó un cambio en la estructura de las cartas, especialmente en la separación de la
salutio y el exordium junto a transformaciones en la puntuación y división interna de las
mismas. Además, durante el siglo XVI, circularon diversos manuales de preceptiva epistolar
como los de Gaspar de Texeda (Este estilo de escribir cartas mensageras de 1549), Antonio
Torquemada (Manual de los escribientes de 1522), Juan Luis Vives (De conscribendis
epistolis de 1536) (97).
6
Siempre me estoy refiriendo al trabajo con esta edición.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 261
7
Oportunamente indicaré, en cada caso, cuáles son los documentos inéditos con todos los
datos de su ubicación. En cada texto se irá consignando en nota al pie a que edición pertenece
y las características del manuscrito original. Además, referiré en la misma nota el modo en que
se lo designa en la obra de Pastells y que es el que Rosenblat reproduce para introducir cada
carta.
262 MARÍA JESÚS BENITES
8
Cuando hablo de principio constitutivo me refiero a los cimientos sobre los que se funda el tex-
to y del cual dependen todos los demás elementos.
9
Considero necesario aclarar, a los fines de la rigurosidad del trabajo que realizo, que he
revisado un número de cartas, especialmente las escritas por aquellos que acompañaron a
Sarmiento en sus expediciones y que se orientan hacia un mismo tema como las Diego Flores
de Valdés: Carta a Antonio de Eraso del 20 de mayo de 1581 desde Sevilla; Carta a Felipe II del
24 de enero de 1582 desde Santiago de Cabo Verde. Manuscritos del Archivo de Antonio de
Zabálburu. Publicado en la Colección de documentos inéditos para la historia de España del
Marqués de la Fuensanta del Valle, Tomo XCIV, Madrid, 1889, 533 – 544. De esta edición las
copió Ángel Rosenblat (307 – 314); las dos cartas a Felipe II 5 de agosto de 1583 desde Bahía
de Todos los Santos que mencioné en el capítulo II apartado “La relación de 1584: la escritura
del desamparo”. Además de estos documentos vinculados a Sarmiento de Gamboa he recurri-
do a otro material como el insoslayable epistolario de Cortés.
Marrero – Fente (1999) estudia en la carta que Isabel de Guevara escribe a la princesa
Juana (1556) cómo la dimensión jurídica es la que sostiene la reclamación de un derecho,
puesto que las cartas se transformaron en documentos legales, y comenzaron a aparecer en
los legajos notariales.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 263
10
Petitum “Parte del escrito de la demanda en que se expone concretamente la pretensión
deducida ante la autoridad jurisdiccional”. En Diccionario Jurídico de Gonzalo Fernández de
León. Buenos Aires: Ediciones Contabilidad Moderna, 1972. Tomo IV, 108.
11
En respuesta a los memoriales la Corona otorgaba cartas – patentes en forma de estipulacio-
nes contractuales y en las que se extendía la autorización necesaria para conquistar. Friederici
afirma que las mercedes concedidas no le costaban nada a la Corona “le salían caras a los
indios”.
264 MARÍA JESÚS BENITES
conocimiento. Qué se suplica y cómo es ese gesto del pedido son las indagaciones
centrales. El Diccionario de Autoridades señala que la acción de suplicar comprende
una actitud de sumisión y humildad. En los escritos sarmientinos estas actitudes son
sólo gestos escritos, modos de construcción discursiva ya que la escritura revela a
un sujeto arrogante que replica, desde distintos espacios y con diversos tonos, a
sus superiores.
Advierto una progresión inversa, tanto en el objeto de la acción de suplicar
como en la voz, cada vez más fracturada, del suplicante. Hablo de progresión inver-
sa ya que en un primer momento la súplica tiene como objetivo el móvil de la honra,
la estimación y la hacienda, que se reitera en las cartas escritas entre los años 1572
y 1581. Es el discurso de un héroe eufórico, merecedor por sus hazañas, insistente-
mente referidas en el cuerpo de las cartas, de los más altos reconocimientos.
En un segundo momento, este móvil es apartado por el del pedido angustiante
de auxilio para los pobladores del Estrecho. Esta etapa corresponde a las cartas
redactadas entre los años 1582 a 1585. En las dos que escribe en 1589 el pedido de
socorro es para él mismo, preso en el Castillo Infernal. El sujeto que reclama lo
hace desde el lugar del agraviado, de aquel cuya honra y fama se han visto tan
ultrajadas que lo único que puede ofrecer son sus padecimientos.
Defino la escritura de esta fase con un concepto que he empleado en las
relaciones de viajes al Estrecho (sobre todo la de 1584 y la 1590), me refiero a lo
que Margo Glantz (1992) llama “escritura corpórea”. Por medio de ella se reflejan
los tonos de la decepción y el cuerpo se inscribe en el texto para exponer los jirones
a los que las penurias lo han reducido. Trato una vez más de acercarme a esa
escritura desgarrada y desgarradora de aquél cuya pluma deja impresa en el papel
la marca del quebranto. Trato una vez más de recuperar algunas de las imágenes
que han recorrido metonímicamente este trabajo: cuerpo, pluma, trazo...
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 265
12
En Ángel Rosenblat (T. II, 171 – 176) figura extraída de Pablo Pastells (480 – 484) con el título
de Carta original de Pedro Sarmiento de Gamboa al Rey Felipe II, en la cual refiere muy al por
menor sus servicios en más de veinte años, y que su deseo sería emplearse en servicio de
Su Majestad. Ya hice referencia a que Rosenblat ha repetido para cada uno de los documen-
tos extraídos de Pastells la designación con que éste los introduce en su edición de 1920.
El manuscrito se encuentra en A. G. I. P. 33, N° 2, R. 1. Serie 1. La letra no es original de Pedro
Sarmiento, quien únicamente la ha rubricado. Está redactada en dos folios. En el dorso de un
tercer folio se encuentra la carátula donde se lee “A la S.C.R. Majestad el Rey Don Felipe,
nuestro señor, en mano propia. Cuzco. A Su Majestad. Pedro Sarmiento de Gamboa”. En el
mismo folio se encuentra tachado “Al ilustrísimo señor el Cardenal (ilegible) presidente del
Consejo Real de Su Majestad. Mi señor.” Las carátulas así como los añadidos marginales,
utilizan el mismo soporte físico de la carta pero corresponden a otro momento. Estas marcas
dan testimonio de la “génesis administrativa” (Heredia Herrera; 1977, 5) de las epístolas. Las
citas utilizadas corresponden a la edición de Rosenblat.
266 MARÍA JESÚS BENITES
sarrollo en las relaciones que refieren los sucesos del viaje iniciado en 1581 y que
tienen como figura excluyente al siempre desatento Diego Flores de Valdés. Desde
las primeras líneas el viajero se construye como el vasallo que permanece leal a su
Rey tratando de que se cumplan las instrucciones. Hay una recurrencia en el uso del
“Yo” que siempre se presenta en peligro, acosado por el odio de Mendaña y la tri-
pulación.
13
La conquista de México encabezada por Hernán Cortés constituye el ejemplo más claro de
esta tensión. Su desobediencia responde a esta negativa del rescate. Como señala Margo
Glantz (1992), en el acto mismo de su rebelión se inscribe el proyecto de fundar una ciudad ya
que para él conquistar equivale a poblar. Beatriz Pastor (1983) analiza también en estos
términos el enfrentamiento de Cortés con Velásquez. El proyecto de expansión colonial del
primero está representado por la necesidad de poblar antes que la de rescatar. De este modo,
siguiendo con Pastor, Cortés transforma su rebelión en un servicio y la figura de Velásquez se
convierte en la del traidor (174 – 182).
268 MARÍA JESÚS BENITES
discusiones con Mendaña y el hostigamiento que sufre por parte de los tripulantes
que, manipulados por el General, desobedece sus órdenes. Pero a su vez el sujeto
textual se muestra como el salvador, ya que a pesar de los desagravios encauza el
rumbo de la flota y evita el desastre. En este contexto se ubica siempre en el lugar
del vasallo leal que defiende a costa de su propia vida los intereses reales. El sobri-
no del Virrey, en tanto, circula en el texto como un joven inepto que, al no cumplir
los mandatos oficiales, traiciona, progresivamente, a la Corona.
La escritura acentúa la cobardía de Mendaña, quien una y otra vez pretende
asesinarlo para que no pueda informar la verdad de los acontecimientos. El hecho
de señalar estas supuestas intenciones dan coherencia lógica a todo el relato, enfa-
tizando el procedimiento de victimización sobre el que se construye el narrador.
Estos hechos son empleados para escribir el mismo día al Consejo de In-
dias.15 La carta repite de manera exacta todos los acontecimientos referidos en la
14
Las cursivas me pertenecen
15
El documento original se encuentra en el A.G.I. P. 33, N° 2, R. 9, S. 2. Está escrito en dos folios
de ambos lados. En la carátula se lee “Al muy alto y muy poderoso señor del Consejo Real de
Indias”. La letra tampoco es de Sarmiento de Gamboa quien ha rubricado y escrito la fórmula de
despedida: “Besa los pies a Vuestra Alteza, su menor vasallo”. Llama la atención la cuidada
caligrafía de la carta. Como en la dirigida a Felipe II, es evidente que la copia fue encargada a
un mismo amanuense. Rosenblat transcribe (Doc. 2, 176) sólo la fórmula de tratamiento y el
comienzo de esta carta ya que su contenido es una copia exacta de la dirigida a Felipe II. El
270 MARÍA JESÚS BENITES
anterior. Lo que ha cambiado es el exordio en el que aprovecha una vez más para
enfatizar la veracidad de su discurso frente al de Mendaña.
A estas cartas de 1572, sigue una epístola del año 1581. En estos nueve años
la vida de Sarmiento estuvo matizada por múltiples y azarosos sucesos. Recorde-
mos que en dos oportunidades, este español “poco ortodoxo”17 enfrenta a los tribu-
nales de la Inquisición en Lima por sospechas de hechicería y que encabeza, en
1579, su primera expedición al Estrecho de Magallanes. Desde entonces, cada acto
de escritura estará condicionado por este acontecimiento, generador de eufórico
optimismo e innumerables infortunios.
El 15 de agosto de 1580 regresa junto a su tripulación a España y en Badajoz
se entrevista con Felipe II, quien se muestra interesado en el proyecto de fortifica-
ción de la zona austral y encarga, como ya he referido, al Consejo de Indias plani-
ficar el viaje y población.
El 6 de marzo de 1581, al conocer la decisión del Consejo y Felipe II de
enviar como comandante de la flota que partiría a poblar el Estrecho a Diego Flores
de Valdés, Sarmiento dirige al Rey una representación que contiene dos pedidos
explícitos: que se le otorgue licencia para volver a América y que se le reintegren los
gastos ocasionados en el regreso desde el Estrecho.18 La representación es un tipo
texto editado se basa en un ejemplar que existe en el Archivo Nacional de Chile en el Fondo
Morla - Vicuña, (Vol. 8). Rosenblat anota erróneamente que la fecha de la carta es el día 5 de
marzo. En el manuscrito figura claramente fechada el día 4 de marzo de 1572. En su edición
Pastells apoya esta observación ya que consigna “Otro documento, en todo igual, a éste, fue
dirigido con igual fecha al Real Consejo de Indias” (484).
16
Las cursivas me pertenecen.
17
Gruzinski y Bernard (1999) se refieren a Sarmiento en estos términos y lo califican de “hombre
imprudente”; “de gran saber y con cierta fama de astrólogo” (61).
18
Documento del A. G. I. Patronato 33, N°. 2, R. 9, S. 1. La letra del manuscrito no es de Sarmien-
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 271
Una vez expuesta la queja resta introducir el pedido. Este texto es uno de las
to de Gamboa y tampoco lleva su firma. Está escrito en un folio más la carátula. En Ángel
Rosenblat (Doc. 6: T. II, 202 - 203) figura extraída de Pablo Pastells (489 - 490) bajo el título de
“Representación de Pedro Sarmiento de Gamboa al Rey, diciéndole que, respecto de que Su
Majestad ha nombrado ya capitán general de la armada que ha de ir al Estrecho de Magallanes
para su defensa, a lo que él había venido desde Chile por el mismo Estrecho, y no ser necesaria
su persona, pide al Rey mande al Consejo de Indias, le arregle sus cuentas de lo que gastó en
el viaje para volverse a su casa en Lima y Cuzco”.
19
Dentro de las categorías de la elocutio la preterición es una figura aseverativa de gran
productividad en el discurso argumentativo.
20
Las cursivas me pertenecen.
272 MARÍA JESÚS BENITES
más breves, de modo que el párrafo del petitum es el elemento central de la estructura
ya que no hay narración o relación de acontecimientos. Se apela únicamente a asentar los
reclamos que, acompañados por referencias, revelan su decepción.
Cada solicitud está rodeada por una suerte de sentencia que llama a movili-
zar al receptor para que conceda lo que se le implora. Ante la representación modélica
del vasallo, una negativa se transforma en un acto reprochable. Estas estructuras
discursivas, basadas en la suposición, encierran de modo solapado un reproche.
Son llamados de atención que apelan a que el destinatario reflexione.
21
A. G. I., P. 33, N° 3, R. 9, S. 2. Está escrito en dos folios. La letra no es de Sarmiento de Gamboa
ni tampoco lleva su rúbrica. En Ángel Rosenblat (Doc. 7: T. II, 203 – 205) figura extraída de la
edición de Pastells (490 – 493) bajo el título de “Otra del dicho Sarmiento dan-
do gracias al Rey por haberle nombrado gobernador y poblador del Estrecho, con ciertos
sueldos de futuro, sobre lo que representa a Su Majestad, por ser insusuficiente por su
mantenimiento”.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 273
Este afán desinteresado por servir al Rey es la cara exterior del verdadero
objetivo de la carta, que no es otro que el de exponer los gastos que ha realizado en
el desarrollo del viaje al Estrecho de 1579 y que aún se le adeudan. Exige una
remuneración acorde con sus funciones y los servicios prestados. Para validar esta
demanda, el narrador recurre a una detallada referencia de sus erogaciones y utiliza
las comparaciones para resaltar la situación de desventaja en la que se encuentra.
Las exigencias económicas no se limitan sólo a sus sueldos, pretende que Fe-
lipe II autorice el pago de toda la deuda y redacte una cédula para que Francisco de-
22
Las cursivas me pertenecen.
274 MARÍA JESÚS BENITES
Toledo haga lo propio. Es interesante aquí el cambio de tono en una misma carta, ya
que se desplaza desde un gesto de humildad y agradecimiento por ser tenido en
consideración y estima, hacia uno que se eleva hasta el reclamo por lo no cumplido.
El ahora Gobernador utiliza en tres oportunidades el “suplico” seguido en
cada una de ellas del verbo mandar. Esta construcción léxica enfatiza la demanda e
incita a la acción por parte del Rey: “Suplico a Vuestra Majestad sea servido no
mandármele dar por nombre de sueldo”; “Suplico a Vuestra Majestad mande se me
tome la cuenta” y “También suplico a Vuestra Majestad sea servido mandarme dar
cédula”.
He señalado que distingo, de acuerdo al tipo de solicitud que despliegan, dos
grupos de cartas. El texto en el que se destaca claramente el móvil de la honra es
un memorial autógrafo fechado el 1 de mayo de 1581.23 En él refiere, en una prime-
ra persona, no ya velada por el tópico de la humilitas o falsa modestia, sus cualida-
des y servicios por medio de una presentación exaltada de sí mismo donde, ininte-
rrumpidamente, menciona todos los méritos acumulados en el servicio real.
23
En Ángel Rosenblat (Doc. N° 8: T. II, 206) figura extraído de la Colección de documen-
tos inéditos para la historia de España del Marqués de la Fuensanta del Valle (T. XCIV). El
documento original se encuentra en el Archivo de Zabalburu y en él sólo se consigna la fecha
de 1 de mayo. Indudablemente es del año 1581, después del nombramiento de gobernador y
antes de la partida para el Estrecho. Según los datos obtenidos, el manuscrito es de puño y
letra de Sarmiento de Gamboa.
24
Es interesante la afirmación que Sarmiento hace de sí mismo como hombre de armas y letras
ubicando sus servicios al Rey en ambos campos. Por un lado sus viajes a las Islas Salomón y
expedición al Estrecho, por otro la escritura de la Historia Indica, el respaldo de su cargo como
cosmógrafo general del virrey Toledo y la campaña contra los chiriguanos. Hay una clara
conciencia entonces, de su posición como letrado y guerrero.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 275
Pero además, el alcance de esta frase me remite al memorable discurso de Don Quijote de la
Mancha. Si bien sus palabras son conocidas, me permito reproducir aquí un fragmento en el
que se combinan, de manera insospechada, las razones que para cada uno de los términos
Sarmiento reitera en sus cartas. “Dicen las letras que sin ellas no se podrían sustentar las
armas, porque la guerra también tiene sus leyes y está sujeta a ellas, y que las leyes caen
debajo de lo que son letras y letrados. A esto responden las armas que las leyes no se podrán
sustentar sin ellas, porque con las armas se defienden las repúblicas, se conservan los
reinos, se guardan las ciudades, se aseguran los caminos, se despejan los mares de corsarios
(...)” (325). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra,
Buenos Aires: EUDEBA, 1969. Edición a cargo de Celina Sabor de Cortazar e Isaías Lerner.
25
Recordemos el modo en que, según Sarmiento, Flores de Valdés lo ironizaba, desafiante, al
decirle que, junto con sus pobladores, sería canonizado por su descabellada intención de
colonizar y fortificar el Estrecho de Magallanes.
26
Beatriz Pastor (1983) señala esta característica particular en las cartas de Hernán Cortés
como un rasgo de época ya que las invocaciones divinas eran “parte natural del lenguaje en un
momento histórico en el que el desarrollo de los acontecimientos se ajusta, en la percepción de
la mayoría a un plan divino” (180).
27
Las cursivas me pertenecen.
276 MARÍA JESÚS BENITES
La otra es para que las justicias me den favor para llevar los cien pobla-
28
Archivo de Simancas “Guerra Antigua”, legajo N° 116. La carta es de puño y letra de Sarmiento
de Gamboa. La transcripción pertenece a José Miguel Barros Franco. Texto inédito.
29
Heredia Herrera (1972) distingue entre cédulas de oficio, las que surgen como un acto de la
administración a favor del Estado, y las de oficio, aquellas que nacen a partir de la petición o a
favor de un interesado. Las siete cédulas a las que se refiere Sarmiento en la carta son de
parte ya que responden a pedidos personales.
30
Heredia Herrera (ibídem) señala que los cedularios de partes se dividen en dos grandes
grupos: nombramientos y mercedes. La autora reconoce un amplio espectro de textos en el
segundo grupo considerando el modo en que surgen dentro del procedimiento administrativo y
la finalidad que poseen.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 277
31
Recordemos que la Instrucción prohibía, expresamente, develar el destino final de la flota.
32
En el Diccionario de Autoridades “Vaco, vaca adjetivo que se aplica al empleo, a la digni-
dad y al puesto que está sin sujeto que le ocupe”. La entrega de indios vacos era uno de los
modos de otorgar mercedes a los conquistadores. Bernal Díaz del Castillo en su Historia
verdadera de la conquista de la Nueva España señala en diferentes tramos la cantidad de
indios vacos que se le iban entregando en relación con los servicios prestados.
278 MARÍA JESÚS BENITES
33
Eran tres las órdenes militares que se les otorgaban a los servidores reales: Santiago, Calatrava
y Alcántara. Los que las recibían obtenían beneficios económicos importantes. Américo Castro
en su clásico España en su historia. Cristianos, moros y judíos (1948), realiza un profundo
estudio acerca de los orígenes de las órdenes militares españolas (188 - 214).
Ludwing Pfandl en Introducción al Siglo de Oro. Cultura y costumbres (1929) señala que para
acceder al título de Caballero se exigía la pureza de sangre en una serie de generaciones hasta
llegar a los ascendientes más antiguos, documentalmente comprobables. No es casual que
Sarmiento solicite la orden de Santiago ya que precisamente con ese honor había recompen-
sado Felipe II a Diego Flores de Valdés.
34
Considero que Sarmiento se refiere al personaje del mismo nombre protagonista de la muy
difundida novela de caballerías Trapisondas de Don Reynaldos. Véase el cap. VIII “Los libros
siguen al conquistador” de Irving Leonard. 1996.
35
De todas las acepciones que brinda el Diccionario de Autoridades creo que la más adecuada
para el uso que hace Sarmiento es la de adverbio de tiempo: sin interrupción, sucesivamente.
El término “arreo” en un sentido similar es frecuentemente utilizado por Bernal Díaz del Castillo
en su Historia verdadera: “Digo que ningún capitán ni soldado pasó a esta Nueva España tres
veces arreo, una tras otra, como yo”. Cito de la edición de 1995: cap. I, 2.
36
Las cursivas me pertenecen.
37
De todos modos, es importante considerar que Sarmiento recurre a figuras emblemáticas como
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 279
las de Colón, Cortés y Pizarro que, a pesar de los grandes descubrimientos y conquistas
realizadas sus finales no fueron los más auspiciosos. Colón muere en 1506 después de perder
el favor de la Corona; Cortés, quien llegó a poseer el título de Marqués del Valle de Oaxaca, en
una carta de febrero de 1544, reclama una compensación material a sus esfuerzos. Pizarro,
en 1541, es asesinado en su casa de Lima.
38
El Diccionario de Autoridades define “tabilla de mesón” como la señal que se pone a la puerta
del mesón con que conocen los forasteros que allí se da posada y hospedaje. El diccionario
refiere un ejemplo de Calixto y Melibea donde aparece la frase “hecho tabilla de mesón, que
para sí no tiene abrigo y dalo a todos”. Sin dudas esta es la acepción con que Sarmiento de
Gamboa utiliza la frase.
39
Figura en los Manuscritos de José Toribio Medina (pieza 7246) copiado del Archivo Gene-
ral de Indias. La transcripción que reproduzco pertenece a José Miguel Barros Franco. Texto
inédito.
280 MARÍA JESÚS BENITES
nal los tonos se elevan a los límites de la exacerbación, y surge, una vez, más el retimiento.
En la carta se trazan las líneas que configuran la escritura corpórea. El cuer-
po del narrador se inscribe en el del texto para acentuar el sacrificio extremo. Es
una entrega total para quien se ama y respeta: el Rey.
40
Las cursivas me pertenecen.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 281
41
Foucault sostiene que el cuerpo sólo “se convierte en fuerza útil cuando es a la vez cuerpo
sometido y productivo” (33).
42
Las cursivas me pertenecen.
282 MARÍA JESÚS BENITES
cartas, una dirigida a Eraso y otra a Felipe II.43 En ambas se perfila el móvil del
socorro, del pedido de bastimentos para la futura invernada en Río de Janeiro. En la
que escribe a Felipe II refiere detalles de la permanencia en Cabo Verde y los pasos
a seguir en Brasil y, principalmente, el proyecto de fortificación del Estrecho de Ma-
gallanes. En tal sentido, desliza comentarios acerca del modo en que deberán ser
tratados los indios.
Una vez más, el navegante se representa como el vasallo esforzado que so-
43
La carta escrita a Felipe II figura en los Manuscritos de Medina en el tono 250 bajo el número
7218. No hay indicación de donde se copió el documento, lo más probable es que no haya sido
del Archivo General de Indias, puesto que Pastells no transcribe ni menciona, en su Apéndice
N° 2, esta epístola. El original de la carta dirigida a Eraso se encuentra en el Archivo de
Simancas, Guerra Antigua, Legajo 122. Folio 185. Ha sido copiada en Monumenta Missionaria
Africana. Tomo África Occidental 1570 – 1600, Lisboa, MCMLXIV. Ambas transcripciones
pertenecen a José Miguel Barros Franco.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 283
conviene aclarar que su contenido condensa cada uno de los móviles y etapas que
he estado distinguiendo. La presencia de estos textos permite rescatar la voz fatiga-
da del náufrago y prisionero, quien sigue suplicando mercedes, honores, cargos,
pero también ayuda para aquellos que encontrarán su tumba en el Estrecho. El
acercamiento a estos escritos admite concluir el recorrido por la escritura sarmientina
y revisar una vez más las tensiones y fisuras que en ella se manifiestan.
Esta etapa se inicia con las cartas escritas en el año 1582. En ellas su tono va,
usando una imagen musical, in crescendo hacia uno cada vez más acusatorio. La falta de
respuestas y de intercambio epistolar quiebra la comunicación y el vasallo asume el papel
del desamparado. El silencio del otro lado del Atlántico pondera la impotencia del narrador.
El 26 de octubre de 1582 Sarmiento escribe una carta dirigida a Felipe II, la
más breve de todas, en la que suplica el envío inminente de barcos con bastimentos
para emprender el viaje definitivo al Estrecho de Magallanes.44
44
A. G. I., P. 33, N° 3, R. 16. El documento está escrito de puño y letra por Sarmiento de Gamboa,
en un solo folio, y lleva su rúbrica y saludo “S. C. R. M. besa las reales manos y pies a Vuestra
Majestad su más leal vasallo”. La existencia del documento es mencionada por Pastells (1920)
en el “Apéndice N° 2” como “Carta de Pedro Sarmiento a S. M. pidiéndole envíe los cuatro
navíos con bastimentos que se habían de aprestar para que la gente no decaiga de ánimo”.
Transcripto del original. Inédito.
45
El manuscrito se encuentra en el A. G. I, P. 33, N° 3, R. 17 ingresado con el título de “Carta de
Pedro de Sarmiento al Rey”. Está escrita de puño y letra por Sarmiento en nueve folios de
ambos lados, más la carátula donde al dorso se lee “A la S.C.R.M. el Felipe nuestro señor de
manos de su Real Consejo de las Indias. Río de Janeiro, de Pedro Sarmiento de Gamboa”. En el
f. 1 r° se respeta el encabezamiento de las cartas con la cruz y el destinatario: S.C.R.M. Llama
la atención el considerable margen izquierdo que ha dejado el navegante y la distinta intensidad
de la tinta ya que desde el f. 1 r° hasta el f. 2 v° es más débil. El tamaño de la letra es mediano
y la presentación es cuidada en comparación con otros documentos.
286 MARÍA JESÚS BENITES
En Ángel Rosenblat (T. I, 179 – 190) figura extraída de Colección Diplomática de Navarrete,
Tomo XX, Folio 167, Doc. N° 12. Pablo Pastells menciona este documento en el “Apéndice N° 2”
como “Carta de Pedro Sarmiento a S. M. dando cuenta de la derrota y viaje de la Armada de
Diego Flores de Valdés que iba al Estrecho de Magallanes, desde el 2 de febrero que salió de
la Isla de Cabo Verde hasta el 25 de marzo que llegó a San Sebastián del Río de Janeiro”.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 287
Sospecho cierto que le pesa moralmente que yo haga cosa que sea
servicio a Vuestra Majestad, por lo deshace todo. Sólo una cosa diré a
Vuestra Majestad para que crea estos, que sin yo dalle ocasión un día
delante de Don Francisco Duarte en Sevilla, procurando la paga que Vues-
tra Majestad mandaba a hacer a la gente que vino conmigo, con indigna-
46
Las cursivas me pertenecen.
288 MARÍA JESÚS BENITES
ción, como si le robaran a él dijo: “Estos del Estrecho ¿si han de ser
aquí canonizados?” (184).
Y quisiera yo tener mil manos para con todas servir a vuestra Ma-
jestad, pero dos flacas que tengo se me ataron de manera que ningu-
na me ha quedado para poderlo hacer tan bastamente como conviniere
al servicio de Vuestra Majestad (189).
La escritura pugna por desatar el nudo que aprisiona las manos. El acto de
escribir trasciende, entonces, a uno de liberación. El objetivo central de la carta
parece difuminarse en el relato incansable de los sucesos de la invernada. La inten-
ción explícita de la misiva no es otra que la de presentar un cuadro de situación a
Felipe II en el que el eje que traza cada línea está recorrido por la presencia de
Flores de Valdés. Hay cierto tono de satisfacción en la voz del narrador al compro-
bar el error de la elección. El final expone el objetivo central de la carta, que es en
realidad una súplica encubierta que apela a movilizar otros mecanismos antes que
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 289
esperar que se cumpla lo que pide. No se solicita algo concreto, es más bien un pe-
dido que apela a la benevolencia del Rey para futuros merecimientos.
El 10 de diciembre de 1583 Sarmiento escribe una nueva carta a Felipe II
desde Río de Janeiro.47 En ella se refieren los problemas suscitados con algunos de
los frailes que lo acompañaban para el Estrecho, quienes han inducidos a futuros
pobladores a huir o amotinarse contra el Adelantado. La misiva tiene el tono de la
denuncia y expone la vergüenza que provoca en él, como legítimo representante de
las instituciones coloniales, el incumplimiento de los deberes asignados y las actitu-
des deshonrosas de aquellos que tienen el deber de obedecer.48
Con todas estas cosas y trabajos quel demonio ha puesto por tropezo-
nes confío en la misericordia de Nuestro Señor que nos dará su gracia y se-
47
A. G. I. P. Indiferente General. El manuscrito consta de tres folios escritos de puño y letra por
Sarmiento de Gamboa. Transcripto del original. El texto no es reproducido por Pastells ni figura
en su “Apéndice”.
48
En la misiva Sarmiento reclama, como en las relaciones de los viajes, el castigo para quienes no
cumplen con lo que se les ha encomendado. Estas cartas constituyen verdaderas prácticas
judiciales ya que en ellas se arbitran los daños y la responsabilidad y el modo en que deben ser
juzgados en función de los errores cometidos. Véase Foucault: La verdad y las formas
jurídicas (17).
Recordemos que Sarmiento solicita siempre un castigo para Flores, quien será encarcelado en
1589 por Felipe II, luego de su criticado desempeño como General de la Flota de Castilla de la
Armada Invencible.
49
La falta de interés de los frailes en viajar al Estrecho justifica el hecho de que en los relatos de
viajes no se haga referencia a si los indígenas fueron bautizados o si comenzó el proceso de
evangelización de los mismos. Sólo dos de ellos, como ya he señalado, emprendieron el tramo
definitivo al Estrecho.
290 MARÍA JESÚS BENITES
50
Las cursivas me pertenecen.
51
El manuscrito original se encuentra en el A.G.I. P. 33, N° 3, R. 59. No figura transcripto en la
edición de Pablo Pastells y, en consecuencia Rosenblat tampoco lo menciona. Pastells lo ubica
en el Apéndice N° 2 como “Carta de Pedro Sarmiento de Gamboa a S. M. dando cuenta de lo que
le acaeció desde que salió de la Bahía de Todos los Santos en 15 de diciembre de 1584, hasta
que llegó adonde se afirma”.
El documento está escrito en cinco folios de ambos lados. En el dorso del último se lee “A la S.
C. R. M. El rey don Felipe Nuestro Señor”. La letra no es la de Sarmiento de Gamboa, quien sólo
al final agrega “Desta Villa de la Victoria Capitanía del Spirítu Santo, 5 de enero de 1585. S. C.
R. M. Besa las reales manos de Vuestra Magestad su más leal vasallo y criado”, rúbrica, Pedro
Sarmiento de Gamboa. (Inédito). Transcripto del original. Figura en los Manuscritos de Medina.
Tomo 234.
52
Documento original del A.G.I., P. 33, N° 3, R. 60, S. 1. La carta está escrita en un folio de ambos
lados de puño y letra de Sarmiento de Gamboa. Figura en Rosenblat (Doc. 10: T. II, 209 – 210.)
extraída de Pablo Pastells (724 – 725) bajo el título de “Carta de Pedro Sarmiento al secretario
de Su Majestad Don Antonio de Eraso, rogándole active la remisión de socorros para la gente
del Estrecho y anunciando su salida del Espíritu Santo para Río de Janeiro, y de éste al
Estrecho, donde cree habrá llegado el barco que dejó en Río de Janeiro”.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 291
Ante el fracaso de estas misivas, Sarmiento escribe una nueva carta dirigida
a Felipe II con fecha 24 de enero de 1585.54 Recibe, otra vez, un indiferente silencio
53
Sarmiento reitera en su visión de los pueblos de Brasil (Bahía de Todos los Santos, Río de
Janeiro, Pernambuco) el tema de la pobreza, imagen tan opuesta a la que transmite Flores de
Valdés en su carta ya que allí vislumbra las importantes riquezas que pueden explotarse.
54
Documento original del A.G.I., P. 33, N° 3, R. 60, S. 3. La carta está escrita en dos folios de
ambos lados de puño y letra de Sarmiento de Gamboa. En el dorso se lee, con su letra, “A la
S.C.R.M., el Rey Don Felipe Nuestro señor en su real mano y en mano de su Real Consejo de
Indias”. En otra grafía está escrito lo siguiente: “Visto que no le llegaba socorro acá, partía de
allí para el Estrecho con la harina y otras cosas que había podido haber; y con ello y un poco
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 293
que no hace más que acrecentar su desamparo. Más que un pedido de auxilio el
texto es un grito angustiante de ayuda. Es tan cuidadoso en la selección de los
acontecimientos de la narratio que evita cualquier aspecto que pueda impedir el
envío de los rescates. En los primeros tramos la carta se detiene en el detalle de las
compras que se realizaron en Río de Janeiro para partir en auxilio de los poblado-
res: “llevé cuatro barriles de pólvora y dos planchas de plomo y algún hierro y
acero” (211).
Si bien el narrador desestima el extenso relato de los hechos protagonizados por
Flores de Valdés, no puede dejar de mencionarlo para introducir, como lo ha venido
haciendo, la dicotomía entre aquellos que, como él, sirven al Rey con su honestidad y
aquellos que especulan con su benevolencia y lo traicionan con su deservicio.
que había enviado, había para seis meses. La gente que traía consigo andaba descontenta.
Habíase huido de allí el alférez Juan de Miranda. Llévese a la Junta de Puerto Rico”. Figura en
Rosenblat (T. II, 211- 212) copiada de Pablo Pastells (726 – 728).
294 MARÍA JESÚS BENITES
55
Las novelas contemporáneas que recrean sucesos de la época colonial destacan el olvido al
que quedaban condenados muchos vasallos en el Nuevo Mundo. Pienso en la novela Zama de
Antonio Di Benedetto y en el emblemático caso de su protagonista, el funcionario Diego de
Zama, corregidor español confinado al Paraguay quien, en el transcurso de los nueve años
que abarca la obra (1790 – 1799) espera inútilmente un relevamiento. La dedicatoria del libro
“A las víctimas de la espera”, alude a la angustia que supone la falta de respuestas. Sarmiento,
al igual que Zama, se presenta como una víctima, en el sentido de que sacrifica su vida para el
provecho y engrandecimiento de otros, el Rey y el imperio español.
56
Documento del A.G.I., P. 33, N° 3, R. 60, S. 3. Está escrita en un folio de ambos lados de puño
y letra de Sarmiento de Gamboa. Del lado izquierdo de su rúbrica Sarmiento agregó “Suplico a
Vuestra Merced me la haga de besar las manos por mí al Señor Sebastián de Santoyo y al
Señor Juan de Herrera, que le les escribo porque no puedo y va el navío a la vela”. En un
segundo folio, la carátula, se lee en el dorso “Al ilustre señor Antonio de Eraso secretario de su
Majestad en el Consejo de Indias”. Con otra letra se agregó “Janeiro, 3 de octubre, 1585. Pedro
Sarmiento. A Eraso. Pide socorro para el estrecho llévese a la Junta”. Figura en Rosenblat (Doc.
12: T. II, 213) extraída de P. Pastells (739 – 740).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 295
un año a esta parte, que tengo por cierto que si allá han llegado todas,
habrán enfadado al mundo, y por esto no se me responde, a ver si me
canso de importunar y cansar (213).
Estoy por alabar a Diego Flores, que hizo su voluntad sin aguardar
que se lo mandasen y creo le han de quedar en deuda, que no yo, que
lloro duelos ajenos. Suplico a vuestra merced me haga merced como
señor, y viendo lo que escribo a su Majestad, conforme a ella me
favorezca y ayude como quien es, como yo de vuestra merced confío,
y no sea parte la amistad de Diego Flores a que deje de tenerme por
su servidor (213).
57
Documento original del A.G.I., P. 33, N° 3, R. 60, S. 4. La carta está escrita en dos folios de
ambos lados de puño y letra de Sarmiento de Gamboa. Un tercer folio tiene escrito en el dorso
“A la S. C. R. M. el Rey Don Felipe, nuestro señor en su mano y en su real Consejo de las Indias”.
Con una letra diferente está escrito: “Río de Janeiro, Al rey y su Consejo, 1585. Pedro Sarmien-
to, 5 de octubre. Desde septiembre de 84 había escripto de allí otras veces pidiendo socorro
para el Estrecho, y le aguardaba con grande necesidad. La gente que traía consigo andaba
descontenta y amotinada. Hay en aquella tierra grande exceso en el hacer esclavos a los
indios. A la justicia de Puerto Rico. (Rúbrica) Avísese al Consejo de Portugal (Rúbrica)”. La
versión de Rosenblat (Doc. N° 13: T. II, 214 – 218) está copiada de la edición de P. Pastells (334
– 338).
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 297
58
Las cursivas me pertenecen.
59
La imagen del gusano era frecuente en la época de Sarmiento ya que con ella se hacía
referencia, según el Diccionario de Autoridades a un “hombre humilde y abatido; y hablando
moralmente se extiende a todo hombre respecto de Dios”.
298 MARÍA JESÚS BENITES
El 27 de septiembre de 1589 vuelve a firmar una carta. Los cuatro años que
la separan de la anterior implican reconstruir un itinerario trazado con las líneas de
la desgracia. Luego de dos intentos fallidos por volver al Estrecho (las inclemencias
climáticas no le permitieron llegar hasta la entrada del paso) con un cargamento de
provisiones y ropa para los pobladores abandonados, decidió volver a España para
tramitar una ayuda más efectiva.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 299
60
Sobre las relaciones de Pablos y Gregorio de las Alas ver las nota del pie en las páginas 224
y 237. En el A.G. I. P. 33, N° 3, R. 52, existe un extracto de una consulta enviada a la Junta de
Puerto Rico por el Consejo de Indias con la intención de averiguar las posibilidades para el envío
de socorros para la gente del Estrecho de Magallanes. El documento es del 6 abril de 1585. En
el texto se señala que la organización de la flota debe ser considerado de manera inmediata ya
que “considerando el estado en que aquello está y lo mucho que importa esforzarlo y la
necesidad que habrán padecido, pues el bastimento que Diego Flores les dejó no podría
alcanzar más de hasta fin de año pasado, y para el presente no será bastante, lo que Pedro
Sarmiento envió en el carabelón que le dieron en Río de Jeneiro, que no se sabe si llegó, ni
haber allí otra comodidad alguna de socorrerse, y que aquella gente se entiende quedó desnu-
da, parece que es cosa muy justa y conveniente socorrerla, y que esto sea en fin de junio de
este año, sin que haya dilación, pues constando de la necesidad, no parece buen socorro el
que se dilatase otro año, mayormente con el peligro de la desnudez de la gente en parte tan
destemplada, de excesiva frialdad”. La cita ha sido extraída de la edición de Ángel Rosenblat
(T. II, 346 - 347) quien la copió de Pastells (732 –733). El fragmento expone el complicado y
abrumador aparato burocrático español. Esto se ejemplifica en la anotación que lleva uno de
los folios: “Por consulta de seis de abril de 1585, se consultó a Su Majestad que se envíe una
armada al Estrecho, y en ella socorro a Pedro Sarmiento, y que de camino visite la Paraíba y
fuerte que se hizo en el Río de Sanct Vicente, y salga por junio de este año, y se provea luego
lo necesario para ello. Que se continúa la averiguación contra lo de la armada y será bien que
se dé al señor fiscal para que pida lo que convenga”.
Los trámites se dilataron ya que el 19 de agosto de 1585, el Consejo tomó declaración al piloto
Pedro Díaz, sobre las vías adecuadas para la navegación “que se hace de España al Río de la
Plata y al Estrecho de Magallanes”. P. 33, N° 3, R. 50.
El 16 de diciembre de 1586, los bastimentos para el Estrecho aún no habían partido. Así lo
confirman diversas cartas que Felipe II redacta al marqués de Santa Cruz, al duque de
Medinasidonia y a don Antonio de Guevara. En ellas daba cuenta de la captura de Sarmiento y
de la necesidad de rescatar a los españoles abandonados en el Estrecho. El duque respondió
a Felipe II el 13 de enero de 1587, con frontal realismo, que no consideraba necesario enviar
300 MARÍA JESÚS BENITES
“remediar aquella pobre gente, pues [los socorros] no podrán llegar al dicho Estrecho (...) a lo
que creo por sin duda, es que aquella gente se habrá perdido, y cuando no lo sea tengo por
cierto que se habrán pasado a Chile, forzados por la necesidad”. En Colección Navarrete, Vol.
XX, N° 49. Cita extraída de Landín Carrasco: 1945, 197 - 198. Esta decisión clausuró las
esperanzas de los colonizadores.
61
El manuscrito se encuentra en el A.G.I. en el P. 33, N° 3, R. 68, S. 7. Está escrito en cuatro folios
de ambos lados de puño y letra de Sarmiento. En Rosenblat (Doc. 14, T. II, 219 – 227) está
copiada de Pastells (755 – 763). Esta carta también aparece copiada en el tomo II de Armada
Española de Cesáreo Fernández Duro, Madrid: 1896.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 301
tionar su rescate. El otro, mediato donde el narrador detalla las sumas que se le
adeudan por sus servicios a la Corona y que ampliamente superan el monto que se
solicita por su vida.
Después de dos años de ilusionada espera Sarmiento se entera que Esporrín
no sólo no cumplió con los términos establecidos por los hugonotes sino que ade-
más gastó el dinero del rescate en sus frecuentes viajes entre España y Francia.
Ante la incapacidad del delegado real y la inminencia de su muerte pide que se
agilicen los trámites para pagar su rescate.
Con esta carta se abre un nuevo momento en el móvil del socorro. Si en las
anteriores se solicita ayuda para los pobladores del Estrecho, aquí es para él mis-
mo. Por este motivo y para que la escritura adquiriera toda la fuerza argumentativa
que necesita en función de su objetivo, refiere sus padecimientos. La evocación de
las condiciones de enunciación cumple la función estratégica de conmover al desti-
natario.
detalle de los gastos que se le adeudan. Así realiza un balance de los atrasos y deu-
das que la Corona mantiene con él, las que superan ampliamente la suma pedida.
De todas maneras, exponer el pedido de rescate plantea el modo de encarar
el pedido en el contexto de la carta. Para ello apela a referir su insignificancia con la
finalidad de conmover a Idiaquez pero también señala un reproche ante el olvido
oficial.
62
Este pasaje y muchos otros rememoran algunos tramos de la carta que el 3 de febrero de 1544,
un Hernán Cortés envejecido y defraudado, eleva al Rey solicitando mercedes en recompensa
a los desmedidos esfuerzos realizados durante cuarenta años al servicio del Imperio: “y no sé
por qué no se me cumple la promesa de las mercedes ofrecidas y se me quitan las hechas. Y
si quisieren decir que no se me quitan pues poseo algo cierto es, que nada e inútil es una mis-
ma cosa y lo que tengo es tan sin fruto que me fuera harto mejor no tenerlo porque hubiera en-
tendido en mis granjerías y no gastado el fruto de ellas por defenderme del fiscal de vuestra
majestad que ha sido y es más dificultoso que ganar la tierra de los enemigos, así que mi traba-
jo aprovechó para me contentar de haber hecho el deber y no para conseguir el efecto de él,
pues no sólo no me siguió reposo a la vejez, mas trabajo hasta la muerte y pluguiese a Dios que
no pasase adelante sino que con la corporal se acabase y no se extendiese a la perpetua,
porque quien tanto trabajo tiene en defender el cuerpo no puede dejar de ofender al ánima”. El
manuscrito se conserva en el A.G.I P. 16, N° 1, R. 16. Posee dos folios escritos de ambos lados.
El folio 2 v° sirve de carátula donde se lee “A la S. C. R. M. Emperador y rey de las spanias” y
el remitente “Del marqués del Valle”. El tipo de letra hace pensar que se trata de una copia. El
saludo final ha sido escrito con otra letra, probablemente la de Cortés, y abajo se observa la
firma “El marqués del Valle”. La transcripción que se reproduce es del original. Se han actua-
lizado la ortografía y los signos de puntuación.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 303
plomo, arcabuces, espadas, ropa, cables, estopa, brea, cueros de suelas, vestidos
de soldados, socorros a marineros y pilotos y aderezos de navíos” (225).
El prisionero prepara a su destinatario para que sienta compasión, ya que lo
importante es mostrar que uno no merece tal daño, que la abnegación y sacrificio
demostrados en los múltiples y peligrosos servicios a la Corona, deberían eximir-
lo del sufrimiento del encierro. Hay una necesidad de esa conmiseración, para al-
canzarla se debe demostrar con hechos que no se merece tal estado de abandono.
La premura de la muerte es el elemento central que mueve a la clemencia.63
Antes del cierre, luego del extenso detalle, el narrador arremete nuevamen-
te con su ruego y profiere un grito, que surge después del enmudecimiento anterior.
Es una exaltación del gesto del sufrimiento, donde la desesperanza estalla en un
lenguaje apasionado.
¡Por amor de Dios, por amor de Dios, por amor de Dios, padre y
señor mío, que tome esto como cosa suya propria, pues yo lo soy, y
haya yo respuesta breve! (227).
63
Véase Aristóteles. Cap. VIII, “La compasión” en El arte de la retórica.
64
El manuscrito original se encuentra en el A.G.I., P. 33, R. 68, R. 8, S. 8. Está escrito en un folio
de ambos lados. La letra de la carta es de Sarmiento aunque en un tamaño más pequeño que
el acostumbrado. Además, están trazados con regla y lápiz los renglones que crea visualmente
el efecto de orden y prolijidad en oposición a la carta dirigida a Idiaquez. En la carátula se lee “A
la S. C. R. M., el Rey Nuestro Señor” y hay una rúbrica. En Rosenblat (Doc. 15: T. II, 228 – 231)
está copiada de la edición de Pastells (764 - 767).
304 MARÍA JESÚS BENITES
deseo dar gusto, por quien morir es mi vida, lo cual me ha causado la presente, que
cierto no es de cudicia (228).
La escritura refiere nuevamente los tormentos que ha padecido antes de ex-
plicitar el motivo de la carta. La narratio gira en torno a los elementos del suplicio.
Son tres los elementos que caracterizan el tormento: en primer lugar “ha de produ-
cir cierta cantidad de sufrimiento”. La muerte es un castigo en la medida en que es
la ocasión y el término de una gradación calculada de sufrimientos. El suplicio pone
en correlación el tipo de perjuicio corporal, la calidad, la intensidad la duración de
los sufrimientos con la gravedad del delito (Michel Foucault: 1998).
Y si tuviera mil millones, todos los diera por salir deste infierno, que
no quiero sino salir con solo el fuste, mondo, vivo, para lo acabar de
consumir en lo que tanto creo conviene a mi ley y mi rey: la presencia
(...).
tad, que tiene por gloria y honra acudir por sus ovejas. Y pues aun las
ajenas tanto favorece, las proprias no conviene quedar despreciadas
al rincón, mayormente las fecundas y fructuosas (230 - 231).
En diciembre de 1589 Felipe II firma una cédula en la que ordena el pago del
rescate. El fiel vasallo regresa después de casi diez años a la Corte. El colonizador
y cosmógrafo que había navegado en búsqueda de su propia utopía, retorna, con
cincuenta y ocho años, flaco, abatido, sin dientes ..., para volver a sujetar su quimé-
rica pluma.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 307
Capítulo II
Últimos trazos
308 MARÍA JESÚS BENITES
I- Los memoriales
65
Documento del A.G.I., P. 33 N° 3 R. 68. S. 4. Escrito en un folio de puño y letra de Sarmiento de
Gamboa. En la carátula se lee “Al Rey Nuestro Señor de Pedro Sarmiento de Gamboa”. El
documento no se encuentra firmado. En Rosenblat (Doc. 20: T. II, 249 – 251) aparece copiado
de la edición de Pastells (494 – 495) bajo el título de “Relación de Pedro Sarmiento de Gamboa,
recordando a Su Majestad los servicios que había hecho como capitán, sargento mayor,
alférez, general, maestre de campo, gobernador y capitán general, y otros cargos que había
tenido, y, aunque por mayor, los hechos de pos su familia. Pide alguna recompensa”.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 309
y 1591. Los otros dos memoriales con fecha 21 de noviembre de 1591 han sido ubi-
cados con los números de serie 12 y 13, lo que marca una distancia temporal entre
los mismos.
En el memorial del 1 de mayo de 1581 Sarmiento menciona que hace veinteseis
años que sirve a la Corona, en el documento en cuestión apunta que “sus servicios
que de treinta cuatro años acá ha hecho a Vuestra Majestad”. Es evidente que la
fecha de 1581 que Pastells atribuye a este documento es desacertada.
Si se considera la fecha propuesta por Rosenblat sólo ocho años separan
ambos textos y así su probable fecha sería el año 1589. Como he referido, en 1590
el navegante recuperó su libertad, dato que pone una vez más en disyuntiva la
localización exacta del texto. Me inclino a suponer que, efectivamente, pudo ser
escrito a principios del año 1591 ya que hasta el mes de noviembre Sarmiento aún
no había obtenido ningún merecimiento ni un destino determinado en la Corona. Lo
que sí llama la atención es el hecho de que no se mencione a los pobladores del
Estrecho, ni agradezca el pago de su rescate por parte del Rey, como sí hará en los
otros memoriales.
Existen además otras consideraciones respecto a este documento centradas
en sus aspectos tipológicos. El documento figura en la edición de Rosenblat bajo la
denominación de Relación (basada en Pastells), pero dadas las características for-
males que presenta lo he incorporado al corpus de memoriales. Los supuestos me-
recimientos son los móviles que guían la escritura de estos textos. Para ello apelan
al recuerdo de aquel, poderoso, que pudo o no haber ofrecido en algún momento un
beneficio a cambio de los servicios prestados durante años.66 El Diccionario de Au-
toridades señala este rasgo al definirlo como “papel o escrito en que se pide alguna
merced o gracia, alegando los méritos o motivos en que se funda su razón”.
En esta escritura se quiebra el sentido de la correspondencia que sustenta el
de las cartas puesto que el memorial instaura una dinámica diferente. La presencia
del otro desaparece y la interacción que marcaba la primera persona de las epístolas
66
En el Patronato 33 del Archivo General de Indias se encuentran numerosos pedidos de recom-
pensa elevados por quienes acompañaron a Diego Flores de Valdés y Pedro Sarmiento en la
empresa colonizadora al Estrecho de Magallanes. Los manuscritos fueron redactados entre
los años 1585 y 1588 y solicitan, en la mayoría de los casos, el pago de sueldos atrasados.
Pablo Pastells (1920) los ha enumerado en el Apéndice N° 2 de su obra El descubrimiento del
Estrecho de Magallanes (392 –403).
310 MARÍA JESÚS BENITES
se quiebra en la tercera. Este mecanismo crea el efecto de que es otro el que habla,
el que solicita; el pedido es indirecto, establecido desde una distancia.
La solicitud del memorial que he fechado en 1591 se orienta hacia el de la
honra y estimación. Los años transcurridos determinan que la escritura se centre en
la presentación del suplicante quien enumera las múltiples funciones y cargos que
ha ejercido en procura del engrandecimiento del Imperio.
67
Los dos documentos figuran Rosenblat (Doc. 21 y 22, T. II, 251- 254) copiados de la edición de
Pastells (774 – 776). Uno lleva el título de “Memorial de Pedro Sarmiento de Gamboa a Su
Majestad, en que suplica se acuerde de sus leales vasallos que por servirle quisieron quedar
en el Estrecho de Magallanes, confiados en la misericordia de Dios y de su Majestad, que los
mandaría visitar y socorrer como prometió”. Documento del A.G.I., P. 33 N° 3, R. 68 S. 12. Esta
escrito de puño y letra de Sarmiento de Gamboa en un folio. En la carátula se lee “Para la
Majestad Real de Rey Nuestro Señor. A 21 de noviembre de 1591. Al presidente del Consejo de
Indias. (Rúbrica) Llévese a Puerto Rico (Rúbrica) Es de Pedro Sarmiento de Gamboa”.
El otro Memorial figura como “Memorial de Pedro Sarmiento de Gamboa a Su Majestad, en que
le suplica que se acaben oportunamente las cuentas que afectan a su rescate y a lo que se le
debe por cédulas reales, mandándolas remite al Consejo de Indias para ese efecto”. Es la serie
N° 13 en la signatura mencionada. Aunque figura del mismo día la letra no es la de Sarmiento de
Gamboa, aunque los rasgos son bastante parecidos, hay diferencias importantes en el uso de
las abreviaturas. También está escrito en un folio en cuyo reverso está la carátula con el
siguiente texto” Para la Majestad Real el Rey Nuestro Señor. A 21 de noviembre de 1591. Al
Presidente del Consejo de Indias. Traiga el contador las cuentas que refiere. (Rúbrica) Es de
Pedro Sarmiento de Gamboa”. Es importante destacar que ninguno de los dos memoriales lleva
la firma de Sarmiento de Gamboa.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 311
diar los barcos que llegan de las Indias y, nuevamente, el rescate de la prisión.
Repite una vez más el pedido de auxilio para los que han quedado en el Estrecho.
En el segundo solicita el pago de las deudas que la Corona mantiene con él.
Las marcas del cuerpo, esos “tatuajes” (Glantz: 1992) imborrables son la prueba
contundente de que se ha prestado un servicio y que la benevolencia real debería
hacer digno en mercedes y mayores reconocimientos.
Suplica a Vuestra Majestad que haga merced que para que las
dichas cuentas se acaben oportunamente, las mande remitir al Conse-
jo de Indias para que con brevedad se concluyan. Y de la suma que se
le debiere, se descuente el dicho rescate, y la resta se le mande pagar,
para que con ello pueda servir a Vuestra Majestad en lo que se le
manda, con el lustre que suele y es necesario, y para pagar algo de lo
mucho que debe de lo que ha gastado en servicio de Vuestra Majes-
tad, o como Vuestra Majestad fuere servido y por bien tuviere. Porque
está tan gastado y adeudado,68 que le es forzoso valerse dello, bien
contra su voluntad, que, si por otra vía lo pudiera suplir, no se acodara
jamás dello para pedillo y suplicallo ni enfadar (252 - 253).
68
El énfasis es mío.
312 MARÍA JESÚS BENITES
En el transcurso del año 1591, mientras Sarmiento escribe esos breves me-
moriales, la Corona lo designa Censor Literario. Resulta paradójico que, quien ha
dedicado gran parte de su vida a escribir una historia sobre los incas, cartas, relatos
de viajes y memoriales donde se exponen sus hazañas y padecimientos, y ofrecido
sus “flacas fuerzas” para continuar con empresas colonizadoras, sea encontrado
corrigiendo, rescribiendo y tachando un libro de elegías de varones ilustres de In-
dias en el cual él no figura.
El antiguo navegante de los mares del Sur, tuvo a su cargo la lectura de la
tercera parte de las Elegías y Elogios de Varones Ilustres de Indias que Juan de
Castellanos compuso inspirándose en La Araucana de Don Alonso de Ercilla. Es
curioso mencionar que en esa tarea de corrección, suprime del texto el “Discurso
del Capitán Drake”, compuesto por más de seiscientas cincuenta octavas, que for-
maba parte del original de Castellanos.69
Esta recuperación de la pluma no acaba con su tarea de censor literario. En
esta misma época su amigo Enrique Garcés publica la traducción de los sonetos de
Petrarca y el ahora escritor acompaña la edición con una octava y tres sonetos de su
69
José Miguel Barros (1981) refiere que en el manuscrito que se conserva en la Academia de la
Historia en Madrid han quedado las marcas de Sarmiento ya que ubicó apostillas, cambió
versos y suprimió varias estrofas. Esta tercera parte se publicó en 1850 y en ella aparecen
todas las correcciones realizadas por el censor.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 313
70
“Gratulación de Pedro Sarmiento de Gamboa a la publicación desta traducción de Henrric
Garcés”. Ángel Rosenblat incorporó en su edición de los Viajes (T. II, 257 – 258) estos cuatro
poemas. Todas las citas han sido extraídas de allí.
314 MARÍA JESÚS BENITES
Al Autor
Perdonad, buen Garcés, mi atrevimiento.
Recibid chico don de pobre mano
Imitad (si vu plé) a Alejandro Magno,
Que par no tiene tu merescimiento.
Años ha que conoces a Sarmiento
Ser más descubridor que cortesano.
Tiempo fue que templaba el Mantuano,
Mas ya me dieron jaque desde asiento
Marte y Neptuno, y otro impedimento,
Que es vejez, que madura lo temprano.
Dicen que no embotó lanza la pluma,
Y si esto fue ya cuando en cualque gente,
En mí no veo al menos tal milagro:
Belona es a Minerva inconveniente;
71
La alusión a Hipocrene se refiere al mito según el cual, al dar una coz el caballo Pegasus contra
una roca, surgió en el monte Hilicón, donde habitan las musas, una fuente.
72
Es inevitable recordar a Miguel de Cervantes cuando en su obra Viaje al Parnaso (1614)
lamenta su falta de condiciones para ser un gran poeta:
Yo, que siempre trabajo y me desvelo
Por parecer que tengo de poeta
La gracia que no quiso darme el cielo.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 315
73
La cédula se conserva en el Archivo General de Indias Indiferente General 433. Libro 2, folio
94.v-95. Fechada en el Pardo y firmada por Felipe II, “Yo el Rey”.
74
Transcripción del original.
316 MARÍA JESÚS BENITES
Sarmiento comunica que ese día empezó a salir la nave capitana y por incon-
venientes tuvo que regresar. En la carta se expresa nuevamente el deseo de servir
al rey “como la vida mi resolución va pronta a ejecutar por mi parte lo que Vuestra
Majestad me manda”.
En el Archivo de Simancas se encuentra la última carta escrita por el viajero
y fechada a bordo del galeón San Felipe el 10 de julio de 1592. La misma está
dirigida a Don Alonso de Bazán, Capitán General de la Armada.79 En ella da cuenta
del estado de situación de la flota paralizada por vientos contrarios y la escritura
renueva el enfado de las primeras misivas.
75
Copiada en los Manuscritos de Medina, Tomo 254, folios 244 – 245.
76
Copiada en los Manuscritos de Medina, Tomo 255, 76.
77
Esta carta fue encontrada por José Miguel Barros en el Archivo Nacional de Chile. Tomo 129. La
cita está tomada de la transcripción de Barros.
78
Manuscritos de Medina, Tomo 255. Pieza 7348. La cita está tomada de Barros Franco (1982).
79
Archivo de Simancas, Guerra Antigua, Legajo 354. La letra de la carta no es de Sarmiento de
Gamboa. Sólo el pedido final y su firma le pertenecen. La transcripción es de Barros Franco.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 317
Ya será tres días que se huyeron desta conserva dos pataches del servi-
cio desta armada. Creo habrán ido a Lagos so pretexto que habían agua y
se llevaron algún bizcocho, carneros y gallinas del Rey y de Juan de Uribe.
Aquí tiene Va. Sa. un servidor más que es Don Francisco Sarmiento
de Sotomayor, sobrino de Don García Sarmiento, mayordomo de la
Emperatriz, mi primo. Está en la plaza de Alférez real esperando que
V. Sa. le mande en qué le sirva y espera servirse del. Y así suplo a V.
Sa. le reciba por tal juntamente con el tío, puesto siendo una cosa ha
de ser el servicio que a V. Sa. se hiciera de nuestra parte por un nivel.
80
A.G.I. Contratación, legajo 3281 B. En el A. G. I. se conservan dos manuscritos donde se hace
referencia a la muerte de Sarmiento de Gamboa. Uno es el nombramiento que se le otorgo a San
Juan de Aguirre como Almirante de la Armada “en lugar y por muerte de Pedro Sarmiento de
Gamboa”. El otro es el Título que Bazán entrega a Juan Gutiérrez donde también se hace
referencia a la muerte del navegante. (Contratación. Legajos 3264. A.). Publicados en Landín
Carrasco: 1945, 258 – 259.
81
Rosenblat (1947) y Rosa Arciniega (1956) señalan que en el Diccionario histórico - biográfico
del Perú de Manuel de Mendiburu (Lima: 1887, T.VII, 254) se anota “Su cadáver está enterrado
en Sanlúcar de Barrameda, en la iglesia del santuario de nuestra Señora de la Caridad”. Barros
318 MARÍA JESÚS BENITES
Franco (1981) señala que el dato es inexacto ya que el mencionado edificio fue construido
casi medio siglo después de la muerte del viajero.
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 319
Conclusiones
320 MARÍA JESÚS BENITES
"CON LA LANZA Y CON LA PLUMA"... 321
costas, aspectos múltiples de una escritura guiada siempre por una mirada impe-
rial.
En la de 1580, resultado de su primer viaje, en la medida que Sarmiento
escribe, no sólo configura el territorio sino que, además, la escritura constituye en sí
misma un acto de apropiación del espacio que se recorre. Son dos los mecanismos
que le permiten, a la vez, representar y poseer: la necesidad de narrar (lo vivido) y
de describir (lo visto).
La Relación respalda uno de los últimos proyectos coloniales del Imperio
español por medio de una escritura que organiza su materia narrativa en función de
las normas impuestas por la Instrucción. En este texto Sarmiento se representa
como un sujeto moderno, una “fortaleza vacía”, movido por esa “vocación universal
de dominio”. (Subirats: 1994).
Los relatos del navegante marcan un movimiento descendente en el cual el
cartógrafo, si bien se transforma en un desamparado, nunca se aparta de los obje-
tivos colonizadores. Se entremezclan los motivos que tejen la narración de expedi-
cionarios harapientos con la representación épica de un héroe que desconoce el
sufrimiento de quienes lo acompañan.
He señalado que la escritura de las relaciones marca dos momentos: uno
eufórico de exaltación y optimismo y otro de decepción y mayor conciencia del
sufrimiento. En ambos se cruzan la rigurosidad de la naturaleza con las contrarieda-
des de un narrador que introduce en el cuerpo textual el propio.
Este entrecruzamiento, al que he denominado narrativa del desamparo, se
apodera paulatinamente de la escritura. El sujeto se reconoce en el desconsuelo e
inscribe el padecimiento. Recorrí de este modo, los cambios de posición que adopta
un sujeto colonial múltiple y fracturado que se representa, en un comienzo, como
cosmógrafo, geógrafo y navegante pero que termina apagándose en una inscrip-
ción invertida de sí mismo como la del suplicante que marca la Sumaria Relación de
1590.
La categoría de narrativa del desamparo se articula alrededor de la imagen
del abandono que sufren Sarmiento de Gamboa y sus pobladores. Abandono en el
que convergen la búsqueda infructuosa de auxilio tematizada a través de la caren-
cia de ropa, alimentos, refugio. El deterioro corroe dos elementos imprescindibles
para el navegante y viajero: el barco y el calzado. Los pies descalzos y llagados de
los peregrinos y las naves que se deshacen, pulverizan delinean el marco de estro-
326 MARÍA JESÚS BENITES
Bibliografía
330 MARÍA JESÚS BENITES
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332 MARÍA JESÚS BENITES
ARCHIVO DE SIMANCAS
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