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ESTADO DE FLUJO

 
Estado de flujo es el hábito internalizado de alcanzar objetivos con facilidad.
 
El genio al que  le va mal y el modesto  al que le va bien difieren en su inteligencia emocional. El estado de
flujo se asocia a las emociones  positivas que construyen la aptitud para vivir. El estado de flujo le  pone
inteligencia a la pasión.
Mientras que el animal se mueve por instintos, el hombre es un animal de costumbres. El hábito es su patrón
de conducta. El problema son los malos hábitos: vivir en un pasado sin retorno, esperar lo que nunca llegará,
lamentar lo que no tiene remedio, desear algo y no hacer nada para conseguirlo. Para cambiar un hábito, hay
que luchar contra la costumbre. Lo esencial es  darse cuenta: “el feedback con la realidad impide que el error 
se convierta en hábito”. Prestar atención, es la condición.
 
Cómo lograr el estado de flujo. Brindar una visión clara y magnética del futuro deseado, es la forma que
tiene el porvenir de ayudar al cambio. También importa saber el por qué. El pasado aporta el saber de la
experiencia, el método suma el “cómo”, la habilidad de hacer y la actitud  aporta la inteligencia emocional como
motivación, ganas e iniciativa. Es en el presente donde debemos colocar el ideal en la mente, en el corazón, y
perseverar.Se cosecha lo que se siembra y relacionando el objetivo con otras metas valiosas  generamos
sinergia.  Creer que es posible hace que la fe mueva las montañas ( Yo creo de creer).
 
La idea  ( Yo creo de crear) es el faro que ilumina y debe estar impregnada de afectos. La voluntad es el barco
y el timón, el motor es la emoción. Para conquistar hábito del estado de flujo hay que estimularlo en la
memoria y darle prioridad, comprar la idea, quererla, planearla, ejecutarla  y controlarla.
 
Planear el estado de flujo. El plan es el vehículo que lleva los sueños a la realidad, la hoja de ruta que indica 
qué hacer, para qué, por qué, dónde, con quién, con qué, cómo y cuándo. El plan es el modo de adquirir o
cambiar un hábito con estrategia: ¿ Dónde estaba, dónde estoy, a dónde quiero estar, cómo haré para
conseguirlo?
 
La actitud apoya la aptitud, hay que suponer que el logro ya se ha alcanzado. El primer acto  marca la
disposición, el entrenamiento hace al hábito y lo perfecciona. La ventaja del hábito es que no pide  permiso a la
voluntad. La desventaja es que es neutral: los hay buenos y malos. De chicos formamos los hábitos y luego
ellos  nos forman.
 
El hábito del estado de flujo. Por eso hay que formar los buenos hábitos en los aspectos claves: respiración, 
decisión, justicia, concentración, memoria e inteligencia. La relación entre memoria y hábito es evidente, lo que
se hace hábito demuestra una memoria perfecta que se repite sin esfuerzo. El hábito es la destreza de obrar
con facilidad, el recuerdo navega mientras busca, el hábito actúa en el presente sin que nos demos cuenta de
su presencia.
 
El hábito multiplica y simplifica el contacto con la realidad, acelera. Sin hábitos tendríamos que  pensar para
respirar, caminar, leer, hablar. El hábito en cada repetición mejora y se relaciona con el cuerpo que entonces se
acomoda.
 
El buen hábito da placer y alegría porque permite acceder al deseo. Al hábito hay que motivarlo para romper
las resistencias, sin motivación el hábito no se consolida, y sólo queda como una puerta abierta: motivación y
repetición son los agentes del hábito.
 
Para adquirir el hábito de hacer las cosas bien  hay que lanzarse de lleno y sin admitir excepciones, empezar de
inmediato, y realizar una gimnasia diaria. La efectividad se alcanza cuando se logra el estado de flujo.
 
Crear buenos hábitos es aliarse estratégicamente con el éxito, ya que potencian y motorizan la superación
personal sin demandar  esfuerzo alguno.El estado de flujo, de productividad máxima, no implica sacrificio, sino
un rendimiento óptimo que potencia las aptitudes naturales.
 
Estado de flujo es una sensación de control mental de las emociones al servicio del objetivo, donde desaparece
la conciencia de uno mismo y se abandonan las preocupaciones. Entonces la conciencia se funde con el hacer
que se vive como recompensa, se deja de lado la reflexión sobre uno mismo y sobre lo que se hace, se siente
una sensación de plenitud, las respuestas se ajustan a la exigencia de la tarea y las emociones se activan y se
alinean.
 
Estado de flujo es un entrenamiento de la atención y de la energía psíquica. Una vez reconocido el estado de
flujo debe ser usado  a voluntad, mediante un anclaje psicofísico,  para poder así transferirlo a  situaciones
diversas, hasta poder aplicarlo progresivamente en todo lo que hacemos.
 
*  Dr. Horacio Krell, Director de ILVEM. Consultas a horaciokrell@ilvem.com.ar.
 

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