caos, miro alrededor y veo que todo está mal, hay cosas regadas por todos lados, el alma está tirada en el suelo, el corazón resquebrajado, como un rompecabezas, hay partes por todos lados, esto está mal, todo está de cabeza, tengo la mirada perdida repleta de tristeza, desolado miro al espejo, enfrente veo el reflejo de ese alguien, descarriado, aturdido, entre la falta irrisoria de armonía, tengo los ojos irritados, el rostro adornado por un par de siniestras ojeras, sombríos regalos de las innumerables noches de insomnio, que fueron confundidas, por uno que otro demonio, el rechazo de esta realidad tan violenta, infernal, arde y cuando la cordura se pierde, el dolor dobla el pico de la risa,
Como sangre por las venas me recorre la
soledad, como un can herido estoy buscando cobijo en algún frío lugar, miro mi habitación, hay un escritorio, un par de libros, en una corta oración, puedo decir que son mi mayor tesoro, allí siempre encontré y encontraré refugio a las noches más obscuras, entre las paginas halle consuelo a la desesperación, donde el dolor llovía a raudales y casi nunca escampaba, esas cuatro paredes me enseñaron a ponerme de pie. A a pesar de que el alma esté en duelo, quería gritar, pero callaba, ahora mismo me encuentro vació, en un lugar, donde ya no quiero estar, ¿dónde? forme gran parte de mi vida y efímeramente fui feliz, quiero mudarme, huir de aquí, no hay motivo aparente, por instantes necesito desaparecer de la realidad, pero en este año han sucedido cosas extrañamente inusuales, todo mi trabajo quedó varado, es algo amargo, porque cuando comienzo a sentir un respiro, me he quedado sin dinero, sin ahorros y a tope, reviso mi billetera hay un par monedas, y una fotografía con su nombre. Mientras, creo que me alcanzará para cigarros solo me queda una desatinada sonrisa o un suspiro de maldición, también la perdí a ella, supongo son caprichos del destino, una desilusión más, es el final de una historia que se repetirá aquí, allá, donde vaya las variables cambiaran, pero el resultado siempre será igual.
Me encuentro al filo de los espejos,
viviendo solo entre reflejos, escuchando voces frívolas, sombras vacías recluidas en una nueva atmosfera de hipocresía, felices porque una imagen superficial llego a tener más de diez likes, o tal vez solo soy yo que veo esta situación aumentada. A fuerzas de querer huir, mudarme, estoy aprendiendo a no clavar muy hondo, a atornillar lo necesario, estoy aprendiendo a respetar el tiempo y los recuerdos de los que se mudaron de mí, porque aún guardo la moldura, la pequeña huella que queda, así duela o estorbe, esas huellas marcaron un antes y un después.
Ahora voy por el camino de las
quimeras, paso a paso ando por el callejón contrario, pensando en lo que estoy haciendo, en lo que dejo atrás, en el sortilegio de su mirada, aún recuerdo sus labios tan dulces como pétalos de algún rosal, en su rostro un par de estrellas intermitentes, y cada dulce remembranza de ella es como beber sediento un vaso agua, pera cada gota, es una mezcla envenenada, de absurda felicidad, y melancolía. Cada dulce remembranza de ella es un sorbo que me quita la vida.
Ahora lejos de todo, veo como la hierba
va creciendo, siguiendo su ciclo natural, cubriendo todo a su paso, adornando con raíces las grietas, van poniendo un punto final, pero siempre estarán ahí, siempre que quiera volver atrás, solo tengo que volver, quitar la hierba y dejar todo en su lugar.