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Los hindúes conocen el sistema de numeración babilónica por

300-600 posición y lo adaptan a la numeración decimal, creando así el


sistema decimal de posición, que es nuestro sistema actual.
Omar Khayyam desarrolla un método para dibujar un segmento
1100 cuya longitud fuera una raíz real positiva de un polinomio cúbico
dado

Consecuencias de la expansión árabe.

La expansión árabe en el aspecto cultural representó un papel trascendental. Los


árabes crearon una nueva cultura formada con los aportes árabes, orientales
(persa, hindúes, chinos), helenísticos (aspectos bizantinos o griegos) y europeos
(aportes españoles).

El uso de la matemática, su sistema de numeración y el uso del cero son producto


de la cultura árabe al igual que el álgebra, la geometría y la trigonometría.

La práctica de la y el uso de numerosas sustancias, entre ellas el alcohol, también


son aportes de los árabes.

Las obras de pensadores orientales y griegos fueron traducidas al árabe, y gracias


a ellas los europeos volvieron a sus raíces culturales. La astronomía y la
geografía, alcanzaron gran desarrollo.

Inicios de la edad media

Ningún evento concreto determina el fin de la antigüedad y el inicio de la edad


media: ni el saqueo de Roma por los godos dirigidos por Alarico I en el 410, ni el
derrocamiento de Rómulo Augústulo (último emperador romano de Occidente)
fueron sucesos que sus contemporáneos consideraran iniciadores de una nueva
época.

La culminación a finales del siglo V de una serie de procesos de larga duración,


entre ellos la grave dislocación económica y las invasiones y asentamiento de los
pueblos germanos en el Imperio romano, hizo cambiar la faz de Europa. Durante
los siguientes 300 años Europa occidental mantuvo una cultura primitiva aunque
instalada sobre la compleja y elaborada cultura del Imperio romano, que nunca
llegó a perderse u olvidarse por completo.
Fragmentación de la autoridad

Durante este periodo no existió realmente una maquinaria de gobierno unitaria en


las distintas entidades políticas, aunque la poco sólida confederación de tribus
permitió la formación de reinos. El desarrollo político y económico era
fundamentalmente local y el comercio regular desapareció casi por completo,
aunque la economía monetaria nunca dejó de existir de forma absoluta. En la
culminación de un proceso iniciado durante el Imperio romano, los campesinos
comenzaron a ligarse a la tierra y a depender de los grandes propietarios para
obtener su protección y una rudimentaria administración de justicia, en lo que
constituyó el germen del régimen señorial. Los principales vínculos entre la
aristocracia guerrera fueron los lazos de parentesco aunque también empezaron a
surgir las relaciones feudales. Se ha considerado que estos vínculos (que
relacionaron la tierra con prestaciones militares y otros servicios) tienen su origen
en la antigua relación romana entre patrón y cliente o en la institución germánica
denominada comitatus (grupo de compañeros guerreros). Todos estos sistemas
de relación impidieron que se produjera una consolidación política efectiva.

La Iglesia

La única institución europea con carácter universal fue la Iglesia, pero incluso en
ella se había producido una fragmentación de la autoridad. Todo el poder en el
seno de la jerarquía eclesiástica estaba en las manos de los obispos de cada
región. El papa tenía una cierta preeminencia basada en el hecho de ser sucesor
de san Pedro, primer obispo de Roma, a quien Cristo le había otorgado la máxima
autoridad eclesiástica. No obstante, la elaborada maquinaria del gobierno
eclesiástico y la idea de una Iglesia encabezada por el papa no se desarrollarían
hasta pasados 500 años. La Iglesia se veía a sí misma como una comunidad
espiritual de creyentes cristianos, exiliados del reino de Dios, que aguardaba en un
mundo hostil el día de la salvación. Los miembros más destacados de esta
comunidad se hallaban en los monasterios, diseminados por toda Europa y
alejados de la jerarquía eclesiástica.

En el seno de la Iglesia hubo tendencias que aspiraban a unificar los rituales, el


calendario y las reglas monásticas, opuestas a la desintegración y al desarrollo
local. Al lado de estas medidas administrativas se conservaba la tradición cultural
del Imperio romano. En el siglo IX, la llegada al poder de la dinastía Carolingia
supuso el inicio de una nueva unidad europea basada en el legado romano,
puesto que el poder político del emperador Carlomagno dependió de reformas
administrativas en las que utilizó materiales, métodos y objetivos del extinto
mundo romano.
Vida cultural

La actividad cultural durante los inicios de la edad media consistió principalmente


en la conservación y sistematización del conocimiento del pasado y se copiaron y
comentaron las obras de autores clásicos. Se escribieron obras enciclopédicas,
como las Etimologías (623) de san Isidoro de Sevilla, en las que su autor
pretendía compilar todo el conocimiento de la humanidad. En el centro de
cualquier actividad docta estaba la Biblia: todo aprendizaje secular llegó a ser
considerado como una mera preparación para la comprensión del Libro Sagrado.

Esta primera etapa de la edad media se cierra en el siglo X con las segundas
migraciones germánicas e invasiones protagonizadas por los vikingos procedentes
del norte y por los magiares de las estepas asiáticas, y la debilidad de todas las
fuerzas integradoras y de expansión europeas al desintegrarse el Imperio
Carolingio. La violencia y dislocamiento que sufrió Europa motivaron que las
tierras se quedaran sin cultivar, la población disminuyera y los monasterios se
convirtieran en los únicos baluartes de la civilización.

Periodo greco-Romano que corresponde a la etapa del declive de esta cultura y a


los esfuerzos que hicieron algunos pensadores para mantener al menos el legado
de los grandes maestros; este periodo llega a su final alrededor del siglo V D.C.

El mayor progreso griego en las matemáticas se dio entre el 200 a. C. y el 200


d. C. Después de esa época el progreso continuó en los países islámicos. Las
matemáticas florecieron en especial en Irán, Siria e India. Este trabajo no
igualó los avances hechos por los griegos pero además de los suyos propios,
preservó las matemáticas griegas. Desde alrededor del siglo XI, Abelardo de
Bath, y después Fibonacci, llevaron las matemáticas islámicas y sus
conocimientos de las matemáticas griegas de regreso a Europa.

Los grandes adelantos matemáticos en Europa reiniciaron a principios del siglo


XVI con Pacioli y después Cardán, Tartaglia y Ferari con la solución algebraica
de ecuaciones cúbicas y cuárticas. Copérnico y Galileo revolucionaron las
aplicaciones de las matemáticas en el estudio del universo.
El progreso en el álgebra tuvo un importante efecto psicológico y el entusiasmo
por la investigación matemática, en particular del álgebra, se extendió desde
Italia a Stevin en Bélgica y Viète en Francia.

Los árabes y la ciencia.

Irrumpieron con fuerza desde Arabia, apoyándose en la nueva doctrina de Mahoma, en


el siglo VII (entre el 634 y el 760), conquistando parte de Asia, de África, e incluso de
Europa (España). Forjaron un imperio desde los Pirineos hasta los confines de China.

Mahoma era mercader y en sus viajes entró en contacto con comunidades que
profesaban distintas religiones. Esto le produjo un sentimiento religioso, llevándole a
considerarse el Enviado de Dios. Enseñó sus ideas en la Meca durante unos diez años, pero
tuvo que huir a Medina para librarse de un complot contra él. Esta huída (HÉGIRA) supone
el inicio de la era mahometana.

Al parecer, Mahoma, tenía intención de conquistar Bizancio, pero antes (632 d. de C) le


sorprendió la muerte, sin embargo, el estado islámico que fundó en la Meca, invadió
Damasco, Jerusalén, casi toda Mesopotamia y Alejandría en el año 641. Pero el Islam no
consigue, más allá de una unidad religiosa y económica.

Debemos recordar que, antes de iniciar sus conquistas, muchas tribus árabes fronterizas
estaban al servicio de Roma y de los griegos bizantinos. Esto facilitó que se asimilara la
ciencia griega por parte del Islam. Los Omeya, que eran aliados de Roma pero
culturalmente estaban helenizados, ocuparon Siria creando el Califato de Damasco en el
año 661, fundando en el año 700 un observatorio astronómico. Sin embargo, era esta una
cultura aprovechona y conservadora, en absoluto comparable con la creación y originalidad
griega, aunque hay que reconocerles el mérito de conservar el saber helénico.

Pero el pueblo Omeya no estaba fanatizado desde el punto de vista religioso y fueron
arrasados por los abbasíes que adoptaron, inicialmente, la cultura persa del pueblo
conquistado. Sin embargo, en este país se encontraron con los restos milenarios de la
cultura griega por la que se interesaron profundamente. En el año 747 y como consecuencia
de un cisma entre los árabes de Occidente (España y Marruecos) y los de Oriente fijan su
capitalidad en Bagdad que se convertiría en un centro de cultivo de las ciencias y de las
Matemáticas en particular.

Los árabes, en principio poco cultivados intelectualmente, hacia el año 800 d. de C.


empezaron a asimilar la cultura de los pueblos conquistados y el califato abbasí convirtió a
Bagdad en la sucesora de Alejandría. Se tradujeron las mejores obras científicas griegas,
sobre todo durante el califato de Al-Mamum, que fundó La casa de la Sabiduría, análoga al
Museo de Alejandría.

La cultura árabe comienza en el siglo VIII cuando se ordena la traducción de los textos
griegos. En Bagdad sobresalió el matemático Al-Khowarizmi , que vivió en torno al año
800. Escribió libros de Astronomía y Matemáticas. Su obra más importante es Al-Jabr, de
donde deriva el término álgebra. Es la primera obra árabe sobre álgebra aunque no es muy
profunda.

El siglo IX supuso un gran desarrollo de la matemática árabe. Pese a ello se considera,


en ocasiones, a los matemáticos árabes como imitadores de los griegos.

Otro matemático importante fue Al-Biruni. (973-1048). Alhacen, que también era
matemático, fue famoso por sus estudios sobre óptica. Estudio las lentes y escribió Tesoro
de la Óptica sobre la reflexión y refracción de la luz.

Parece que este interés del Islam por lo griego se incrementó cuando fueron
derrotados en Constantinopla, a la sazón la mayor ciudad cristiana, al parecer por causa de
un extraño fuego (se le llamó fuego griego), aplicado en aquella ocasión por el griego
Callinicus (era una bomba incendiaria primitiva a base de azufre y nafta), que no se
apagaba con el agua y que quemó sus naves.

La fabricación de papel la aprendieron los árabes de los chinos cuando capturaron a


algunos fabricantes de papel en la batalla de Samarcanda. Esta fabricación se conoció en
España en el año 1100 y de aquí pasó al resto de Europa.

A principios del siglo XII la ciencia árabe comienza su eclipse definitivo.

Bagdad inició su declive cuando los turcos empezaron a apoderarse del Califato. Los
científicos emigraron sobre todo a Egipto, entre ellos Alhacen. Bagdad fue saqueada en
1258 por las hordas mongoles capitaneadas por un nieto de Gengis Kan, quien
posteriormente creó una biblioteca con 400000 volúmenes y un observatorio astronómico.
Cuando terminaron las conquistas mongoles se facilitó el intercambio comercial y
científico. Así, los mongoles que por entonces habían capturado a los obreros de una
factoría china de municiones, les perdonaron la vida y así pudieron disponer de pólvora,
granadas y armas de fuego para conquistar Europa.

La idea de la imprenta (se conocían naipes chinos en la época), la carretilla, y otros


medios técnicos se conocieron por esta vía. También llegaron a China desde Europa licores
destilados y anteojos.

Los árabes cambiaron el término Kemeia por AlKimya (Alquimia).


Arabia

Este sistema de numeración llegó a Oriente Medio hacia el año 670. Matemáticos


musulmanes del actual Irak, como al-Jwarizmi, ya estaban familiarizados con la
numeración babilónica, que utilizaba el cero entre dígitos distintos de cero (aunque no tras
dígitos distintos de cero), así que el nuevo sistema no tuvo una difícil acogida. En el siglo X
los matemáticos árabes incluyeron en su sistema de numeración las fracciones. Fibonacci,
un matemático italiano que había estudiado en Bejaia (en la actual Argelia), contribuyó a la
difusión por Europa del sistema arábigo con su libro Liber Abaci, publicado en 1202. Sin
embargo no fue hasta la invención de la imprenta cuando este sistema de numeración
comenzó a utilizarse de forma generalizada.

Curiosamente, hasta tiempos relativamente recientes, en el mundo musulmán solamente los


matemáticos utilizaban el sistema de numeración arábigo. Los científicos utilizaban el
sistema babilónico y los comerciantes los sistemas griego y hebreo.

Actualmente utilizamos estos números.

Numeración árabe:

El Álgebra

En Álgebra, tras la aparición del libro de al-Kwarizmi, el estudio de los primeros


capítulos de la nueva disciplina (basada en antiguos algoritmos, probablemente de
origen babilónico) permitirá abordar nuevos problemas y abrir camino a nuevas
orientaciones. Primero se introdujeron los números reales positivos en las
ecuaciones y resolución de sistemas y el uso de la noción de monomio de
cualquier orden que permite generalizar las ecuaciones canónicas. Luego
continuaron y desarrollaron esta tendencia elaborando los elementos de un
álgebra de polinomios. Con este motivo se introdujo un primer simbolismo, el de
los tableros, para efectuar operaciones con polinomios, tales como el producto, la
división y la extracción de la raíz cuadrada. De modo paralelo, y tras algunos
fracasos y tentativas parciales de matemáticos de los siglos IX y X, se llegó en el
XI a la elaboración de una teoría geométrica de las ecuaciones cúbicas.

Se sabe que los libros de álgebra de al-Kwarizmi y de Abu Kamil fueron


traducidos al latín y al hebreo a partir del siglo XII, recibiendo nuevas redacciones.
Ese fue también el caso de los manuales de mediciones que usaban algoritmos
algebraicos y trataban problemas que se remontaban a la tradición oriental
preislámica. Pero parece que sus usuarios europeos no esperaron a estas
traducciones para iniciarse en esta ciencia, nueva para ellos. Elementos
concordantes nos permiten afirmar que desde el siglo X, usuarios y eruditos
hispanos, itálicos y de la Francia meridional, conocedores de la lengua árabe,
accedieron parcialmente al contenido del álgebra árabe.

Los dos libros citados son los únicos textos de álgebra cuya transmisión se puede
dar por segura. Respecto a los demás, y en especial los orientales de los siglos XI
y XII, debemos contentarnos con algunas conjeturas. Ningún escrito científico
occidental conocido cita las aportaciones matemáticas de dicho período.

Respecto a Ornar Khayyam y at-Tusi, la ausencia de un capítulo sobre las


ecuaciones cúbicas en las obras occidentales conservadas, el silencio de los
traductores europeos, y sobre todo, el impreciso testimonio de Ibn Jaldún, nos
autoriza a decir que sus obras no llegaron al Occidente musulmán o bien no
fueron objeto de enseñanza y estudio. Respecto a los matemáticos innovadores
anteriores a Khayyam, aunque no fueran citados, encontramos algunas de sus
contribuciones en el Libro abreviado de álgebra del andalusí Ibn Badr (siglo XII),
en el Libro de fundamentos y preliminares del magrebí Ibn al-Banna (t 1321) Y en
el Libro de la succión del néctar de al-Qatrawani (siglo XV). No parece que estas
obras hayan sido conocidas por los matemáticos europeos.

En geometría, el postulado de las paralelas o quinto postulado de Euclides, debido a


que es el quinto postulado de los Elementos de Euclides, es un axioma distintivo de la
geometría euclidiana. El postulado afirma:

Postú lese... Y que si una recta al incidir sobre dos rectas hace los á ngulos internos del
mismo lado menores que dos rectos, las dos rectas prolongadas indefinidamente se
encontrará n en el lado en el que está n los [á ngulos] menores que dos rectos.
Euclides

Euclides, en su tratado "Los Elementos", construye toda la Geometría hasta entonces


conocida –la que luego se llamó Geometría euclidiana– basá ndose en tan só lo 13
definiciones, ocho nociones comunes y cinco postulados.

La educación de la matemática tiene una estrecha relación con la historia de las


matemáticas, entre otras razones porque su conocimiento ayuda al profesor, y al
alumno, a entender las matemáticas como una actividad que forma parte de la
cultura de los pueblos de manera cambiante de acuerdo con las creencias y
necesidades de cada momento. No se trata de recrear la historia en todos sus
detalles, sino de aquellos que han resultado importantes para el origen de los
conceptos.

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