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Captura de Túpac Amaru[editar]

A continuación, un grupo de cuarenta soldados elegidos personalmente salieron en


persecución del inca. Siguieron el río Masahuay durante 170 millas, donde encontraron un
almacén inca con cantidades de oro y vajilla de los incas. Los españoles capturaron un grupo
de chunchos y los obligaron a informarles de los movimientos incas, y si habían visto al uari
inca. Estos informaron que se había ido río abajo, en bote, por lo que los españoles
construyeron 20 balsas y continuaron la persecución.
Río abajo descubrieron que Túpac Amaru había escapado por tierra. Continuaron con la
ayuda de los aparis, los cuales avisaron qué ruta habían seguido los incas e informaron que
Túpac se veía ralentizado debido a que su mujer estaba a punto de dar a luz. Después de una
marcha de 50 millas vieron una fogata alrededor de las nueve de la
noche.[cita requerida] Encontraron al uari inca Túpac Amaru y a su mujer calentándose entre sí.
Les aseguraron que no se les produciría ningún daño y asegurarían su rendición. Túpac
Amaru fue apresado.
Los cautivos fueron traídos de regreso a las ruinas de Urcos y, desde allí, llegaron al Cuzco el
30 de noviembre. Los vencedores también trajeron los restos momificados de Manco
Cápac y Titu Cusi Yupanqui, y una estatua de oro de Punchao, la más preciada reliquia del
linaje inca que contenía los restos mortales de los corazones de los incas fallecidos. Estos
objetos sagrados fueron luego destruidos.[cita requerida]

Ejecución[editar]
Los españoles hicieron varios intentos para convertir a Túpac Amaru al cristianismo pero se
cree que estos esfuerzos fueron rechazados por un hombre muy fuerte, que estaba
convencido de su fe. Los cinco generales incas capturados recibieron un juicio sumario en el
que nada fue dicho en su defensa y fueron sentenciados a la horca. Aunque varios murieron
de las severas torturas que recibieron los españoles también colgaron sus cuerpos.
El juicio del uari inca comenzó un par de días más tarde. Túpac Amaru fue condenado por el
asesinato de los sacerdotes en Urcos, de lo cual fue probablemente inocente.6Fue
sentenciado a la decapitación. Numerosos clérigos, convencidos de la inocencia de Túpac
Amaru, suplicaron de rodillas al virrey que el líder inca fuera enviado a España para ser
juzgado en vez de ser ejecutado.

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